Literatura


María; Jorge Isaacs


Introducción

María es la típica obra de amor entre dos jóvenes, en la que se mezclan la tragedia, la comedia, el sentimentalismo, y muchas otras cosas mas.

Maria es una obra donde el amor es el principal personajes, y la muerte su principal oponente, es una obra, en la cual una de las frases principales seria, siento y luego existo, y no, “pienso y luego existo” frase celebre de Descartes, pues con este libro, el autor logra transmitir cada uno de sus sentimientos al lector, logrando así, que este ría, llore y hasta que suspire con tanta frases, miradas y palabras dichas al ser querido. Seria una historia mágica, la historia de amor perfecta, si el final de esta amorosa relación entre dos jóvenes no terminara con la muerte de uno, pues como dicen por ahí, el amor, es un sentimiento interrumpido solamente por la muerte.

  • Consulta sobre Jorge Isaacs

  • Nace el primero de Abril de 1837, en Cali valle del cauca Colombia, es hijo de Jorge Enrique Isaacs, y de Manuela Ferrer. Muere el 17 de abril de 1895 en Ibagué.

  • Viaja a Bogotá en 1843 para iniciar sus estudios. Publica algunos estudios etiológicos en los anales de instrucción publica, entre ellos estudio sobre las tribus indígenas en el estado del Magdalena.

  • Hace campaña militar en cauca contra la dictadura de Meo en 1854. Vuelve a la guerra esta vez contra el general Mosquera en 1860. Dirige en Bogotá el periodo conservador la republica en 1868.Es nombrado cónsul en Chile en 1970. Se proclama jefe civil y militar de Antioquia en 1870.Dirige el escolar y codirige el programa liberal concesar en 1876. Asiste al congreso y lucha a favor del proyecto de construcción del ferrocarril de cauca en 1878.. Abandona el partido conservador un año después.

  • 1.4

      • Poesías. Imprenta el masaico, Bogotá 1864

      • La luna en la velada. La fé, Bogotá, mayo 19 de 1868

      • A mis amigos y a los comerciantes del cauca, Cali. Imprenta de Hurtado en 1875.

      • La revolución radical en Antioquia, Bogotá imprenta de Gaitán 1880

      • Saulo (canto 1). Bogotá. Imprenta de Echeverri, 1881

      • Anales de la instrucción publica Bogotá 1884

      • Leyendo a Maria. Diario de Bogotá Agosto de 20 de 1895

      • Paulina Lamberti, Bolívar 1958

      • Canciones y coplas populares. Procultura.ed.presencia 1985

      • Estudios sobre las tribus indígenas del magdalena.

    1.5

    * El 19 de Noviembre contrae matrimonio con la caleña Felisa González Umaña. De esta unión nacerán 9 hijos.

    * Su padre enfermo vendo el paraíso. Después de su muerte, Jorge queda encargado de todos los bienes, sobre los cuales pesan muchas deudas, tratando de sacarlos a flote, y escribiendo poesía, se endeuda aun mas.

    * Es nombrado cónsul en Chile. Allí colabora en lo periódicos el mercurio, sud América, y en revista chilena, y en revista de Santiago.

    2 Sobre el libro Maria responde:

    2.1 En 1864 empieza a escribir la novelo que lo inmortalizará, Maria, la cual fue publicada e impresa por José Benito Gaitán, en su taller tipográfico. Esta primera edición fue de 800 ejemplares. Se realizó en el año 1867.

    2.2 Explica con ejemplos concretos

    El amor

    Maria aunque no le expresaba su amor a Efraín con palabras, con cada gesto y con cada mirada, lo hacia. “ Maria no me suplico, como ellas, que regresase en la misma semana; pero me seguía incesantemente con los ojos durante mis preparativos de viaje” Pág. 16

    Efraín tras todo el amor mostrado por Maria no puedo ocultar sus sentimientos hacia ella. “ Acaba de confesar mi amor a María; ella me había animado a confesarlo, humillándose como una esclava a recoger aquellas flores.” Pág. 32

    Efraín en cada momento y en cada segundo de su vida pensaba en Maria, todo lo que lo rodeaba tenia algo su amada. “ ¿Qué había allí de Maria? En las sombras húmedas, en la brisa que movía los follajes, en el rumor del rió..., era que veía el edén, pero faltaba ella; era que no podía dejar de amarla.” Pág. 29

    Braulio, viejo amigo de Efraín, sentía una gran atracción por su prima Tránsito.

    “ Braulio era un mocetón de mi edad, hacia dos meses que había venido de la provincia a acompañar a su tío, y estaba locamente enamorado, de tiempo atrás de su prima Tránsito” Pág. 71

    Como lo decíamos antes Maria con cada gesto le expresaba a Efraín el gran amor que sentía por el. “ Cumplíame señalarle a Carlos cual de los dos asientos bacantes debía ocupar. A tiempo de enseñárselo, Maria sin mirarme apoyo una mano en la silla que tenia inmediata, como solía hacerlo para indicarme sin que lo comprendiesen los demás, que podía estar cerca de ella” Pág. 92

    La muerte

    Feliciana, fiel acompañante de la familia, la cual había cuidado y querido incansablemente a los niños, en especial a Maria, gracias a la cual se habían salvado ella y su hijo, estaba ya en los últimos momentos de su vida, tras haber vivido miles de aventuras. “ aquellos ojos que tan hermosos habían sido, giraban amarillentos y ya sin luz en las orbitas ahuecadas: la nariz se le había afilado: los labios y graciosos aunque ligeramente gruesos, retostados ahora por la fiebre, dejaban ver los dientes que ya no humedecían: con las manos crispadas sostenía sobre el pecho un crucifijo, y se esforzaba en vano por pronunciar el nombre de Jesús, que yo le repetía, nombre del único que le podría devolver a su esposo. Había anochecido cuando expiró” Pág. 208

    María mujer de los sueños y de la vida de Efraín, sin poderlo ver murió, pues el estaba en Europa, terminando sus estudios. “ -¿Dónde esta, pues, donde esta?-grité poniéndome en pie. -¡hijo de mi alma!-exclamo mi madre con el mas hondo acento de ternura y volviendo a estrecharme contra su seno -:en el cielo.

    Algo como la hoja fría de un puñal de penetró en mi cerebro: falto a mis ojos luz y a mi pecho aire. Era la muerte que me hería...ella tan cruel e impecable, ¿Por qué no supo herir?.” Pág. 293

    El Paisaje

    Cuando Efraín regreso de Bogotá, donde extrañaba el hermoso y puro paisaje de las montañas, nubes y senderos del cauca, se dedico a detallarlo y admirarlo en un profundo recogimiento. “Perfumada mañana del verano. El cielo tenia un tinte azul pálido: así el oriente y sobre las crestas altísimas de las montañas, medio enlutadas aun vagaban algunas nubecillas de oro, como las gasas del turbante de una bailarina esparcida por un aliento amoroso. Hacia el sur flotaba las nieblas que durante la noche habían embozado los montes lejanos. Cruzaba planicies de vedes gramales, regadas por riachuelos cuyo paso me obstruían hermosas vacadas, que abandonaban sus sesteaderos para internase en las lagunas o en sendas abovedadas por florecidos pisamos e higuerones frondosos” Pág. 10

    El paisaje de la casa de Efraín el cual podía admirar desde su ventana, a pesar de bello y exuberante algunas veces por su tristeza interior también así veía el paisaje. “ Los resplandores que delineaban hacia el oriente las cúspides de la cordillera central, doraban en semicírculos sobre ella algunas nubes ligeras que se despertaban las unas de las otras para alejarse y desaparecer. Al frente de mi ventana, los rosales y los follajes de los árboles del huerto parecían temer las primeras brisas que vendrían a derramar el rocío que brillaba en sus hojas y flores. Todo me pareció triste. Las garzas abandonaban sus dormideros formando en su vuelo líneas ondulantes que plateaban el sol, como cintas abandonadas al capricho del viento. Bandas numerosas de loros que levantaban de los guaduales para dirigirse a los maizales.” Págs. 25, 26

    Los esclavos:

    Los esclavos eran como parte de la familia, pues eran tratados muy bien por parte de esta noble familia, no eran discriminados ni rechazados por su color o condición social. Ellos les brindaban todo su afecto y amor, les realizaban fiestas etc, y eran tratados con respeto y les tenían mucha confianza.

    “ Los esclavos, bien vestidos y contentos hasta donde es posible estarlo en la servidumbre, eran sumisos y afectuosos para con su amo.” Pág. 17

    “ Mientras el negrito Juan Ángel aquietaba mi caballo Retinto, paciente y asustadizo” Pág. 39

    3. 1 Figuras literarias

    Metáfora

    El esta haciendo una comparación entre el paisaje que el ve y el edén “ ¿Qué había allí de Maria? En las sombras húmedas, en la brisa que movía los follajes, en el rumor del rió..., era que veía el edén, pero faltaba ella; era que no podía dejar de amarla.” Pág. 29

    Símil

    La belleza de las nubes y el cielo que observaba Efraín esta siendo comparado con la belleza de una bailarina y sus trajes. “vagaban algunas nubecillas de oro como las gasas del turbante de una bailarina esparcidas por un aliento amoroso” Pág. 10

    Su tristeza la ve reflejada en la naturaleza, en esta caso en la noche oscura y silenciosa, al ir camino a su casa tras haber recibido una carta de parte de Maria diciéndole que estaba ,muy enferma, pero que no se moriría sin verlo.

    Efraín llevado por su amor a Maria lo hacia fijarse en cada uno de los detalles de la misma “Llevaba un traje de gasa negra salpicado de uvillas azules, cuya falda, cayendo en pliegues, susurraba al andar como las brisas de las noches en los rosales” Pág. 49

    Personificación

    La noche después del primer ataque de Maria, Efraín encuentra en el clima y en el paisaje su sentimiento de tristeza e impotencia ante lo sucedido. “ Cuando salí del corredor que conducía a mi cuarto, un cierzo impetuoso columpiaba los sauces del patio; y al acercarme al huerto, lo oí rasgarse en los sotos de naranjos, de donde se lanzaban las aves asustadas. Relámpagos débiles, semejantes al reflejo instantáneo de un broquel herido por el resplandor de una hoguera, parecían querer iluminar el fondo tenebroso del valle.” Pág. 39

    Sentencia o reflexión final

    Esta sacando de todas sus experiencias vividas con María una pequeña frase de lo que para el significa ese primer amor “¡primer amor!... noble orgullo de sentirnos amados: sacrificio dulce de todo lo que antes nos era caro a favor de la mujer querida; felicidad que comprada para un día con las lagrimas de toda una existencia, recibiríamos como un don de Dios; perfume para todas las oras del porvenir; luz inextinguible del pasado; flor guardada en el alma y que no es dado marchitar a los desengaños; único tesoro que no pude arrebatarnos la envidia de los hombres; delirio delicioso... inspiración del cielo... ¡Maria! ¡Maria! ¡Maria! ¡Cuanto te ame! ¡cuanto te amara!” Pág.21

    3.2 Idealización de la mujer

    María: era una virgen reflejada en una persona, era tierna, sencilla, cariñosa, casera, amorosa, entregada a los demás como por ejemplo con su hermano Juan, muy solidaria. A pesar de no ser muy abierta y de ser tímida, sabia expresar sus sentimiento y pensamientos por medio de miradas y gestos. En su personaje se ve reflejado el típico personaje feminista del romanticismo su juventud, su orfandad, su falta de educación formal, su debilidad física. Es dócil y sumisa, ingenua, aunque no carece de coquetería. Ella por su virginidad es comparada con una donna angelicata, pues es comparada con la virgen María.

    Mamá: Por su comprensión (ante el amor de Efraín y Maria) y ternura se convierte en ejemplo de vida para todas las mujeres. Muy entregada a su casa, afectuosa y religiosa, ejemplo vivo de la mujer de la época. Entregada en cuerpo y alma a su esposo y a sus hijos tarea asignada a las mujeres por sus antepasadas. No tuvo problema gracias a su sentido de acogimiento y amor recibió a Maria como una hija propia.

    Emma: tomado del ejemplo de su madre era una mujer muy discreta, comprensiva y confiable (guardando siempre el secreto del amor entre Maria y Efraín). Su gran devoción a Maria y a Dios hacían de ella una mujer y una hija amorosa y reflexiva, tímida pero comprensiva.

    4. Cuadros rústicos

    Salome y Efraín: como Efraín era una persona tan querida por salome y su familia esta le otorgo a Efraín un par de toallas perfumadas para que las usara en un baño que seria preparado muy especialmente con flores en el agua para que hiciera semejanza a un baño oriental que era a lo que el estaba acostumbrado

    La boda de Tránsito: Tránsito y su esposo debían estar muy temprano en la parroquia para terminar de arreglar todos los detalles de su boda, mientras tanto Maria y Efraín padrinos del matrimonio estaban arreglándose en la casa para estar muy bien presentados y llegar a tiempo a esta importante reunión pues para los bodas son muy importantes i es una costumbre tener padrinos. Mientras tanto Emma se quedo en la casa para terminar de arreglar el asunto de unos regalos que debían enviarse a la casa de los novios para que cuando ellos volviesen encontrasen los regalos en su casa, esto era una costumbre en esta tierra para demostrar el afecto que se le tenia a la pareja.

    El entierro de Feliciana: para los entierros de la época se tienen algunas costumbres como:

    *vestían a la difunta con vestidos blancos muy elegante, la colocaban en un ataúd, cubierta por un lino, y este ataúd es puesto en una mesa adornada con cirios

    *en la noche los esclavos rezaban, y terminando el rosario uno de estos entona la primera estrofa de una de las salves.

    *se entraban a una repugnante orgía en las noches llamada por ellos de velorio, esta noche también se reunían los vecinos para rezar por el difunto.

    4.2 Exaltación de la raza negra

    Los esclavos eran como parte de la familia, pues eran tratados muy bien por parte de esta, no eran discriminados ni rechazados por su color o condición social. Ellos les brindaban todo su afecto y amor, les realizaban fiestas etc, y eran tratados con respeto y les tenían mucha confianza.

    “ Los esclavos, bien vestidos y contentos hasta donde es posible estarlo en la servidumbre, eran sumisos y afectuosos para con su amo. Hallé hombres a los que, niños poco antes, me habían enseñado a poner trampas a las chilacoas y guatines en la espesura de los bosques; sus padres y ellos volvieron a verme con inequívoca señales de placer. Solamente a Pedro, el buen amigo fiel ayo, no debía encontrarlo: él había derramado lágrimas, al colocarme sobre el caballo el día de mi partida para Bogotá diciendo: Amito mío ya no te veré más. El corazón la avisaba, que moriría antes de mi regreso” Pág. 17

    “ concluida la comida, los esclavos levantaron los manteles. Uno de ellos inició el padre nuestro y los demás completamos la oración.” Pág. 7

    Efraín asiste al entierro de Feliciana, como muestra de afecto hacia ella y hacia su hijo. “ a las cuatro, Juan Ángel dormía aun. Los ocho esclavos que conducían el cadáver y yo nos pusimos en marcha. Había dado orden el mayor domo Higinio para que hiciera al negrito esperarme en casa por evitarle el lance terrible de despedirse de su madre” Pág. 210

    5. Ejemplos que evidencian los ritos de amor

    Cambos de Flores

    “Cerré las puertas, Allí estaban las flores recogidas por ella para mi; las ajé con mis besos; quise aspirar de una vez todos sus aromas, buscando en ellos los de los vestidos de Maria; báñelas con mis lágrimas... ¡Ah, los que no habéis llorado de felicidad, llorad de desesperación, si ha pasado vuestra adolescencia, porque así tampoco volverás a amar ya!” Pág. 21

    “ Acaba de confesar mi amor a María; ella me había animado a confesarlo, humillándose como una esclava a recoger aquellas flores. Me repetí como deleite sus ultimas palabras su voz susurraba aun en mi oído: Entonces yo recogeré todos los días las flores mas lindas” Pág. 33

    “ Levantó Maria otra vez los ojos, fijándolos en el ramo de azucenas que tenia yo en mano izquierda, mientras me apoyaba con la derecha en la escopeta; creí comprender que las deseaba, pero un temor indefinible, cierto respeto a mi madre y a mis propósitos de por la noche, me impidieron ofrecérselas. Más me deleitaba imaginando cuan bella quedaría una de mis pequeñas azucenas sobre sus cabellos de color castaño luciente. Para ella debía ser, por que había recogido durante la mañana azahares y violetas para el florero de mi mesa cuando entré a mi cuarto no vi una flor allí Si hubiese encontrado enrollada sobre la mesa una víbora, no hubiera yo sentido emoción igual a la que me ocasionó la ausencia de las flores: su fragancia había llegado a ser algo del espíritu de María que vagaba a mi alrededor en las horas des estudio, que se mecía en las cortinas de mi lecho durante la noche...” Pág. 30

    Rizos coquetos

    “Ellas estaba tan hechicera como mis ojos debieron de decírselo: un gracioso sombrero de terciopelo negro, adornaba con cintas escocesas y abrochado bajo la barba con otras iguales, que en el ala dejaba ver, medio oculta por el velillo azul, una rosa salpicada aun de roció, descansaba sobre las gruesas y lucientes trenzas cuyas extremidades ocultaba: arrezagaba con una de las manos la falda negra, que ceñía bajo un corpiño del mismo color, un cinturón a azul con broche de brillantes, y una ancha capa se le desprendía de los hombros en numerosos pliegues” Pág. 151

    “ Nunca las auroras en el cauca fueron tan bellas como María, cuando se me presento a la mañana siguiente, momentos después del baño: sus cabellos de carey sombreado, sueltos a medio rizar” Pág. 19

    “ Maria tan cristiana y llena de fe, se regocijaba al encontrar bellezas por ella presentidas en el culto católico, su alma tomaba de paleta que yo le ofrecía, los mas preciosos colores para hermosearlo todo... Los pensamientos del poeta acogidos en el ama de aquella mujer tan seductora en medio de su inocencia volvían a mi como eco de una armonía lejana y conocida que torna a conmover el corazón” Pág. 35

    “Sus cabellos, conservando las ondulaciones que las trenzas les habían impreso, le caían en manojos desordenados sobre el pañolón y parte de la falda blanca, que recogía con la mano izquierda, mientras con la derecha se abanicaba con una rama de albahaca.” Pág.: 216

    Cartas

    “ Cada dos meses me llegaba carta de María y así las fui recibiendo a lo largo de todo el año. Pero las ultimas reflejaban una melancolía que en vano traté re reanimar con mis escritos” Pág. 118

    “ A las dos semanas de mi arribo a Londres vinieron las primeras cartas. Con temblorosa mano las fui abriendo. Una era de María. Antes de desdoblarla busque en ella el perfume de la mano que la había escrito; lo conservaba aun y entre los pliegues reposaba un trocito de cáliz de azucena, mis ojos nublados quisieron inútilmente leer” Pág. 116

    6. Describir los personajes principales

    María: era una mujer, o mas bien una adolescente muy tierna, amorosa, responsable, humilde, paciente, y muy hermosa, según descripciones hechas por Efraín. Es dócil y sumisa, ingenua, aunque no carece de coquetería. Era entregada en cuerpo y alma a su pequeño hermano Juan, pequeño de tres años.

    Maria era una mujer entregada y muy devota tanto a Dios como a la Santísima virgen María. A pesar de todo lo que sufrió en su enfermedad ella no se quejaba, y se mantenía optimista para con ella, pensando que cundo regresase Efraín ella se iría curando. Por motivo de la perdida de sus padres le toco irse a vivir con los padres de Efraín, pero gracias al amor que ellos le daban y a su gran corazón ella los quería como a sus propios padres.

    “ Maria paciente y humilde” Pág. 5

    “ Maria también estaba Maria contemplándome absorta con sus ojos orlados de generosas pestañas humedecidas al sonreír a la primera expresión afectuosa” Pág. 6

    “ Labios rojos, húmedos y graciosamente imperativos que me hicieron ver en algún instante el arco simétrico de una bellísima dentadura. La muchacha llevaba su abundante calleo oscuro arreglado en dos trenzas, manos blancas, cuidadas como las de una reina” Pág. 7

    “ niña cariñosa y risueña, mujer tan pura y seductora, como aquellas con las que yo había soñado” Pág. 31

    Efraín: joven enamorado locamente de Maria, realizo sus estudios en bogota, luego de comprometerse en matrimonio con ella a su regreso de Europa, ve frustradas sus ilusiones al encontrar que ha fallecido en su ausencia.

    “ Era yo niño aun, cuando me alejaron de la casa paterna para que diera principio a mis estudios, en el colegio d l doctor Lorenzo Maria Lleras, establecido en Bogotá hacia pocos años y famoso en toda la republica por aquellos años.” Pág. 9

    Mamá: buena y cariñosa mujer, típica esposa tradicional de carácter sumiso, cuya presencia en la novela es símbolo de prudencia y buen consejo en los momentos adversos. Es una mujer muy solidaria y entregada a los demás, como lo demuestra al acoger a María como hija propia.

    “ cuando mi madre le acariciaba la cabeza, al mismo tiempo que a mis hermanos y a mi, ninguno hubiera podido adivinar, cual era allí la huérfana” Pág. 24

    Emma: hermana de Efraín y confidente de los enamorados. Siempre dispuesta a crearles momentos propicios y a servirles de consuelo en las dificultades.

    “ Emma había sorprendido el secreto y se complacía en nuestra inocente felicidad, y si algún quehacer domestico requería de la presencia de mis discípulas, era mi hermana quien se apuntaba el turno para dejarnos solos” Pág.19

    Jorge (papá): bondadoso hacendado del cauca, en cuya casa permanece María bajo su cuidado. Es quien dispone el viaje de Efraín su hijo para Europa, para que continué con sus estudios de medicina, para poder ayudar en el cauca a todas las personas que lo necesiten.

    “Después de algunos años de separación, volvieron a verse, pues, los dos amigos. Ya era viudo Salomón. Sara, su esposa, le había dejado una niña que tenía a la sazón tres años. Mi padre lo encontró desfigurado moral y físicamente por el dolor, y entonces su nueva religión le dio consuelos para su primo, consuelos que en vano habían buscado los parientes para salvarlo. Instó a Salomón para que le diera su hija a fin de educarla a nuestro lado, y se atrevió a proponerle que la haría cristiana. Salomón aceptó diciéndole: «Es verdad que solamente mi hija me ha impedido emprender un viaje a la India, que mejoraría mi espíritu y remediaría mi pobreza: también ha sido ella mi único consuelo después de la muerte de Sara; pero tú lo quieres, sea hija tuya. Las cristianas son dulces y buenas, y tu esposa debe ser una santa madre. Si el cristianismo da en las desgracias supremas el alivio que tú me has dado, tal vez yo haría desdichada a mi hija dejándola judía. No lo digas a nuestros parientes; pero cuando llegues a la primera costa donde se halle un sacerdote católico, hazla bautizar y que le cambien el nombre de Ester en el de María». Esto decía el infeliz derramando muchas lágrimas.” Pág. 21, 22

    6.2 Análisis de la casa

    La casa: En la casa tenían una variedad de esclavos, encargados cada uno de una función especifica para desempeñar en la casa. Además, Maria por ejemplo ayudaba con los niños, en especial por su hermanito de 3 años Juan, también se preocupaba mucho por el estado del jardín de la casa, pues tenia una gran afición por la flores. Se vivía en una amiente de paz y amor, había mucha unión entre todos los miembros y trabajadores de la casa. En la casa tenían entre otros, oratorio, estudio, repostería, biblioteca, cocina, y cuarto para cada uno de los habitantes de la misma.

    Religioso: En la casa se tenia una gran devoción por todo lo relacionado con Dios y con la virgen, tenían en ella un oratorio con la imagen de una Madona (con la cual Transito encontraba un gran parecido con Maria), prácticamente todos los días se reunían allí para rezarle a la virgen. Todos los días después de comer, rezaban un padre nuestro, que en muchas ocasiones era comenzado por uno de los esclavos.

    Costumbres: Para ir a comer era muy normal que se tocara una campanita como señal de que la comida ya estaba lista. Una costumbre muy notable era la manera de sentarse en la mesa a la hora de comer, pues siempre era la misma, el papá en la cabecera, Efraín a la derecha, la mamá a la izquierda de su esposo, y los niños se situaban indistintamente. Efraín acostumbraba a bañarse con pétalos y con flores flotando en el agua, como una especie de baño oriental. Casi todos los días se reunían: María, Emma, Efraín y su madre en el oratorio, ya fuera para hablar, leer o rezar.

    Actitud de los padres

    Los padres, tuvieron una actitud muy positiva ante este amor, ellos lo entendieron, pero fueron muy responsables al advertirle a Efraín que no le prometiera a Maria cosas que el no le pudiera cumplir. Fue una buena decisión por parte de los padres, dejar que Maria tomara la decisión de casarse o no con Carlos, pues así podría confirmar lo mucho que amaba a Efraín si rechazaba la propuesta de matrimonio de Carlos.

    Antes de la partida de Efraín a Europa, es muy conmovedora la conversación que ellos sostienes, pues los dos se hacen bellas propuestas delante de los padres de Efraín.

    7.

    El idilio entre dos jóvenes:

    “Aquella noche, pasada la cena, mi hermana tocaba guitarra sentada en uno de los sofás del corredor de mi cuarto, y María y yo conversábamos reclinados en el barandaje.

    —Tienes —me decía— algo que te molesta, y no puedo adivinar.

    —Pero, ¿qué puede ser? ¿No me has visto contento? ¿No he estado como esperabas que estaría al volver a tu lado?

    —No; has hecho esfuerzos para mostrarte así; y sin embargo yo he descubierto lo que nunca en ti: que fingías.

    —¿Pero contigo?

    —Sí.

    —Tienes razón; me veo precisado a vivir fingiendo.

    —No, señor, yo no digo que siempre, sino que esta noche.

    —Siempre.

    —No; ha sido hoy.

    —Va para cuatro meses que vivo engañando...

    —¿A mí también?... ¿A mí? ¡Engañarme tú a mí!

    Y trataba de verme los ojos para confirmar por ellos lo que temía; mas como yo me riese de su afán, dijo como avergonzada de él:

    —Explícame eso.

    —Si no tiene explicación.

    —Por Dios, por... por lo que más quieras, explícamelo.

    —Todo es cierto.

    —¡No es!

    —Pero déjame concluir: para vengarme de lo que acabas de pensar, no te lo diré si no me lo ruegas por lo que sabes tú que yo más quiero.

    —Yo no sé qué será.

    —Pues entonces convéncete de que te he engañado.

    —No, no; ya voy a decirte; pero ¿cómo te lo puedo decir?

    —Piensa.

    —Ya pensé —dijo María después de un momento de pausa.

    —Di pues.

    —Por lo que quieras más, después de Dios y de tu... que yo deseo que sea a mí.

    —No; así no es.

    —¿Y cómo entonces? ¡Ah! Es que lo que dices es cierto.

    —Di de otro modo.

    —Voy a ver; mas si no quieres esta vez...

    —¿Qué?

    —Nada; oye: no me mires.

    —No te miro.

    Entonces se resolvió a decir en voz muy baja.

    —Por María que te...

    —Ama tanto —concluí yo, tomando entre mis manos las suyas que con su ademán confirmaban su inocente súplica.

    —Dime ya —insistió.

    —He estado engañándote; porque no me he atrevido a confesarte cuánto te amo en realidad.

    —¡Más todavía! ¿Y por qué no me lo has dicho? —Porque he tenido temor...

    —¿Temor de qué?

    —De que tú me ames menos, menos que yo.

    —¿Por eso? Entonces el engañado eres tú.

    —Si yo te lo hubiera dicho...

    —¿Y los ojos no dicen esas cosas sin que uno quiera?

    —¿Lo crees así?

    —Porque los tuyos me lo han enseñado. Dime ahora la causa por que has estado así esta noche. ¿Has visto al doctor en estos días?”

    El ambiente social:

    “ Llevaba Emigdio un par de espuelas orejonas3 en una mano y una voluminosa encomienda para mí en la otra. Me apresuré a descargarlo de todo, aprovechando un instante para mirar severamente a Carlos, quien tendido en una de las camas de nuestra alcoba, mordía una almohada llorando a lágrima viva, cosa que por poco me produce el desconcierto más inoportuno.

    Ofrecí a Emigdio asiento en el saloncito; y como eligiese un sofá de resorte, el pobre sintiendo que se hundía, procuró a todo trance buscar algo a qué asirse en el aire; mas, perdida toda esperanza, se rehizo como pudo, y una vez en pie, dijo:

    —¡Qué demonios! A este Carlos no le entra el juicio. ¡Y ahora! Con razón venía riéndose en la calle de la pegadura que me iba a hacer. ¿Y tú también?... ¡Vaya! Si esta gente de aquí es el mismo demontres. ¿Qué te parece la que me han hecho hoy?

    Carlos salió de la alcoba, aprovechándose de tan feliz ocasión, y ambos pudimos reír ya a nuestras anchas.

    —¡Qué, Emigdio! —dije a nuestro visitante—: siéntate en esta butaca, que no tiene trampa. Es necesario que críes correa.

    —Sí ea4 —respondió Emigdio sentándose con desconfianza cual si temiese un nuevo fracaso.

    —¿Qué te han hecho? —rió más que preguntó Carlos.

    —¿Hase visto? Estaba por no contarles.

    —Pero, ¿por qué? —insistió el implacable Carlos, echándole un brazo sobre los hombros—; cuéntanos.

    Emigdio se había enfadado al fin, y a duras penas pudimos contentarlo. Unas copas de vino y algunos cigarros ratificaron nuestro armisticio. Sobre el vino observó nuestro paisano que era mejor el de naranja que hacían en Buga, y el anisete verde de la venta de Paporrina. Los cigarros de Ambalema le parecieron inferiores a los que aforrados en hojas secas de plátano y perfumados con otras de higo y de naranjo picadas, traía él en los bolsillos.” Pág. 57, 58

    Las costumbres propias de la sociedad y de la región vallecaucana:

    “Éramos cinco los cazadores: el mulato Tiburcio, peón de la chagra12; Lucas, neivano agregado de una hacienda vecina; José, Braulio y yo. Todos íbamos armados de escopetas. Eran de cazoleta las de los dos primeros, y excelentes, por supuesto, según ellos. José y Braulio llevaban además lanzas cuidadosamente enastadas.

    En la casa no quedó perro útil: todos atramojados13 de dos en dos, engrosaron la partida expedicionaria dando aullidos de placer; y hasta el favorito de la cocinera Marta, Palomo, a quien los conejos tenían con ceguera, brindó el cuello para ser contado en el número de los hábiles; pero José lo despidió con un «¡zumba!» seguido de algunos reproches humillantes.

    Contra lo que creía yo conveniente, buscamos otra vez la ribera del río, y continuamos subiendo por ella. A poco halló Braulio las huellas del tigre en una playa, y esta vez llegaban hasta la orilla.

    Era necesario cerciorarnos de si la fiera había pasado por allí al otro lado, o si, impidiéndoselo las corrientes, ya muy descolgadas e impetuosas, había continuado subiendo por la ribera en que estábamos, que era lo más probable.

    Braulio, la escopeta terciada a la espalda, vadeó el raudal atándose a la cintura un rejo, cuyo extremo retenía José para evitar que un mal paso hiciera rodar al muchacho a la cascada inmediata.

    José disparó: el tigre rugió de nuevo tratando como de morderse el lomo, y de un salto volvió instantáneamente sobre Braulio. Este, dando una nueva vuelta tras de los robles, lanzóse hacia nosotros a recoger la lanza que le arrojaba José.

    Entonces la fiera nos dio frente. Sólo mi escopeta estaba disponible: disparé; el tigre se sentó sobre la cola, tambaleó y cayó.

    Braulio miró atrás instintivamente para saber el efecto del último tiro. José, Tiburcio y yo nos hallábamos ya cerca de él, y todos dimos a un tiempo un grito de triunfo.” Pág. 73, 74, 75

    El esclavo:

    “Vestía un traje de muselina ligera, casi azul, del cual sólo se descubría parte del corpiño y la falda, pues un pañolón de algodón fino, color de púrpura, le ocultaba el seno hasta la base de su garganta, de blancura mate. Al volver las trenzas a la espalda, de donde rodaban al inclinarse ella a servir, admiré el envés de sus brazos deliciosamente torneados, y sus manos cuidadas como las de una reina.

    Concluida la cena, los esclavos levantaron los manteles; uno de ellos rezó el Padrenuestro, y sus amos completamos la oración.

    La conversación se hizo entonces confidencial entre mis padres y yo.

    María tomó en brazos al niño que dormía en su regazo, y mis hermanas la siguieron a los aposentos: ellas la amaban mucho y se disputaban su dulce afecto.” Pág. 13

    El colono:

    “Después de una pequeña cuesta pendiente y oscura, y de atravesar a saltos por sobre el arbolado seco de los últimos derribos del montañés, me hallé en la placeta sembrada de legumbres, desde donde divisé humeando la casita situada en medio de las colinas verdes, que yo había dejado entre bosques al parecer indestructibles. Las vacas, hermosas por su tamaño y color, bramaban a la puerta del corral buscando sus becerros. Las aves domésticas alborotaban recibiendo la ración matutina; en las palmeras cercanas, que había respetado el hacha de los labradores, se mecían las oropéndolas bulliciosas en sus nidos colgantes, y en medio de tan grata algarabía oíase a las veces el grito agudo del pajarero, que desde su barbacoa y armado de honda espantaba las guacamayas hambrientas que revoloteaban sobre el maizal.

    Los perros del antioqueño le dieron con sus ladridos aviso de mi llegada. Mayo, temeroso de ellos, se me acercó mohíno. José salió a recibirme, el hacha en una mano y el sombrero en la otra.

    La pequeña vivienda denunciaba laboriosidad, economía y limpieza; todo era rústico, pero estaba cómodamente dispuesto, y cada cosa en su lugar. La sala de la casita, perfectamente barrida, poyos de guadua alrededor, cubiertos de esteras de junco y pieles de oso, algunas estampas de papel iluminado representando santos y prendidas con espinas de naranjo a las paredes sin blanquear, tenía a derecha e izquierda la alcoba de la mujer de José y la de las muchachas. La cocina, formada de caña menuda y con el techo de hojas de la misma planta, estaba separada de la casa por un huertecillo donde el perejil, la manzanilla, el poleo y las albahacas mezclaban sus aromas.” Pág. 26

    El profesional:

    “En medio de aquella naturaleza sollozante, mi alma tenía una triste serenidad.

    Acababa de dar las doce el reloj del salón. Sentí pasos cerca de mi puerta y muy luego la voz de mi padre que me llamaba. «Levántate», me dijo tan pronto como le respondí, «María sigue mal».

    El acceso había repetido. Después de un cuarto de hora hallábame percibido para marchar. Mi padre me hacía las últimas indicaciones sobre los nuevos síntomas de la enfermedad, mientras el negrito Juan Angel aquietaba mi caballo retinto, impaciente y asustadizo.

    Monté; sus cascos herrados crujieron sobre el empedrado, y un instante después bajaba yo hacia las llanuras del valle buscando el sendero a la luz de algunos relámpagos lívidos... Iba en solicitud del doctor Mayn, que pasaba a la sazón una temporada de campo a tres leguas de nuestra hacienda.” Pág. 39

    El universitario: “Carlos me hizo mil preguntas sobre sus condiscípulos, vecinas y amigas de Bogotá: entraron por mucho los recuerdos de nuestra vida estudiantil: hablóme de Emigdio y de sus nuevas relaciones con él, y se rió de buena gana acordándose del cómico desenlace de los amores de nuestro amigo con Micaelina.

    Carlos había regresado al Cauca ocho meses antes que yo. Durante este tiempo sus patillas habían mejorado, y la negrura de ellas hacía contraste con sus mejillas sonrosadas; su boca conservaba la frescura que siempre la hizo admirable; la cabellera abundante y medio crespa sombreaba su tersa frente, de ordinario serena como la de un rostro de porcelana. Decididamente era un buen mozo.” Pág. 90

    8. Fatalidad

    Efraín después de haberle contado a Maria lo sucedido en la finca, donde recibieron una carta en donde un señor les decía que no tenia forma para pagarles la plata que se le había prestado. Por este motivo, el papá de Efraín quedaría en una difícil situación económica. Después de haberle contado esto, le dijo que durante ese acontecimiento había aparecido un ave negra, haciendo los ruidos mas espantosos. María le dijo, que ese mismo día ella había subido a su cuarto (el de Efraín) y que en la ventana, había un ave negra aleteando y gimiendo.

    Cierto día en que Efraín y Maria estaban hablando, y ella le estaba pidiendo un anillo que el tenía. En donde estaban sus iniciales, como símbolo de que se amarían toda la vida, y que cuando el regresara, se casaría; un ave negra comenzó a aletear entre ellos.

    Una vez muerta María Efraín fue a visitarla al cementerio, y por encima de su cabeza, pasó un ave negra realizando el mas estruendoso sonido.

    Cuando María estaba casi agonizando, las flores que ellos habían sembrado, como símbolo de amor eterno, se comenzaron a marchitar.

    9.

    Puede decirse que esta novela tiene un tono de autobiografía por lo siguiente:

    * Describe la separación de la "niña amada" ( su prima María) a la que se llevó la muerte y la separación de la casa paterna.

    “ Maria espero humildemente su turno, balbuceando su despedida, juntó su mejilla sonrosada a la mía, helada por la primera sensación de dolor” Pág. 9

    * Por que deja su casa dl valle, para ir a estudiar a la capital.

    “ Era yo niño aun, cuando me alejaron de la casa paterna para que diera principio a mis estudios, en el colegio d l doctor Lorenzo Maria Lleras, establecido en Bogotá hacia pocos años y famoso en toda la republica por aquellos años.” Pág. 9

    Jorge Isaacs viaja a Bogotá en 1843 para iniciar sus estudios

    * Por que el, por el hecho de haber vivido, entre los bosques, y el paisaje del cauca, no le cuesta trabajo definirlos, como a la mayoría de los autores que les toca inventárselos.

    Perfumada mañana del verano. El cielo tenia un tinte azul pálido: así el oriente y sobre las crestas altísimas de las montañas, medio enlutadas aun vagaban algunas nubecillas de oro, como las gasas del turbante de una bailarina esparcida por un aliento amoroso. Hacia el sur flotaba las nieblas que durante la noche habían embozado los montes lejanos. Cruzaba planicies de vedes gramales, regadas por riachuelos cuyo paso me obstruían hermosas vacadas, que abandonaban sus sesteaderos para internase en las lagunas o en sendas abovedadas por florecidos pisamos e higuerones frondosos” Pág. 10

    * Isaacs, tuvo un gran cariño por un perro que el tenía, y en la obra, muestran el cariño de Efraín hacia su perro Mayo.

    “ Traté al día siguiente de apaciguar mi espíritu dedicándome a la caza, en la que mi fiel Mayo me entretuvo espantando garzas” Pág. 16

    “ Nos seguía mi Mayo que no nos abandonaba nunca” Pág. 37

    10.

    eventos del pasado:

    * Salomón padre de Maria y amigo de el padre de Efraín ( Jorge) había quedado viudo tras haber sufrido su esposa Sara seguidos ataques de epilepsia, Salomón para poder emprender su viaje a la india decidió dejar a su hija Ester a su gran amigo Jorge quien propone a este cambiar a Ester de religión para la cristiana con el nombre de Maria, tiempo después Salomón muere en la india y Maria queda huérfana pero con el apoya de los padres de Efraín.

    “Cuando hizo mi padre el último viaje a las Antillas, Salomón, primo suyo a quien mucho había amado desde la niñez, acababa de perder a su esposa. Muy jóvenes habían venido juntos a Sudamérica, y en uno de sus viajes se enamoró mi padre de la hija de un español, intrépido capitán de navío que, después de haber dejado el servicio por algunos años, se vio forzado en 1819 a tomar nuevamente las armas en defensa de los reyes de España, y que murió fusilado en Majagual el 20 de mayo de 1820.

    La madre de la joven que mi padre amaba exigió por condición para dársela por esposa que renunciase él a la religión judaica. Mi padre se hizo cristiano a los veinte años de edad.

    Después de algunos años de separación, volvieron a verse, pues, los dos amigos. Ya era viudo Salomón. Sara, su esposa, le había dejado una niña que tenía a la sazón tres años. Mi padre lo encontró desfigurado moral y físicamente por el dolor, y entonces su nueva religión le dio consuelos para su primo, consuelos que en vano habían buscado los parientes para salvarlo. Instó a Salomón para que le diera su hija a fin de educarla a nuestro lado, y se atrevió a proponerle que la haría cristiana. Salomón aceptó diciéndole: «Es verdad que solamente mi hija me ha impedido emprender un viaje a la India, que mejoraría mi espíritu y remediaría mi pobreza: también ha sido ella mi único consuelo después de la muerte de Sara; pero tú lo quieres, sea hija tuya. Las cristianas son dulces y buenas, y tu esposa debe ser una santa madre. Si el cristianismo da en las desgracias supremas el alivio que tú me has dado, tal vez yo haría desdichada a mi hija dejándola judía. No lo digas a nuestros parientes; pero cuando llegues a la primera costa donde se halle un sacerdote católico, hazla bautizar y que le cambien el nombre de Ester en el de María». Esto decía el infeliz derramando muchas lágrimas.” Pág. 21, 22

    * Feliciana mujer humilde y honesta había dedicado parte de su vida a cuidara Efraín a sus hermanos y a Maria, estaba muriendo después de llevar una vida de servicio y amor.

    Su juventud estuvo llena de aventuras y amores en el África lugar de descendencia de la mujer. Su padre ere uno de las mas importantes personas de una tribu africana, el avía comandado muchas batallas en su tribu ganado pero perdido algunas, estas causaron resentimientos por parte de algunos de los miembros de la tribu lo que lo obligo a el y a su joven hija Nai (Feliciana) y a sus esclavos entre ellos Sinar su amor.

    “Cuando llegué a las haciendas en la mañana del día siguiente, encontré en la casa de habitación al médico que reemplazaba a Mayn en la asistencia de Feliciana. El, por su porte y fisonomía, parecía más un capitán retirado que lo que aseguraba ser. Me hizo saber que había perdido toda esperanza de salvar a la enferma, pues que estaba atacada de una hepatitis que en su último período resistía ya a toda clase de aplicaciones; y concluyó manifestándome ser de opinión que se llamara un sacerdote.

    Entré al aposento donde se hallaba Feliciana. Ya estaba Juan Angel allí, y se admiraba de que su madre no le respondiera el alabarle a Dios. El encontrar a Feliciana en tan desesperante estado no podía menos de conmoverme.

    Di orden para que se aumentase el número de esclavas que le servían; hice colocarla en una pieza más cómoda, a lo cual ella se había opuesto humildemente, y se mandó por el sacerdote al pueblo.

    Aquella mujer que iba a morir lejos de su patria; aquella mujer que tan dulce afecto me había tenido desde que fue a nuestra casa; en cuyos brazos se durmió tantas veces María siendo niña... Pero he aquí su historia, que referida por Feliciana con rústico y patético lenguaje, entretuvo algunas veladas de mi infancia.

    Magmahú había sido desde su adolescencia uno de los jefes más distinguidos de los ejércitos de Achanti25, nación poderosa del Africa occidental. El denuedo y pericia que había mostrado en las frecuentes guerras que el rey Say Tuto Kuamina sostuvo con los Achimis hasta la muerte de Orsué, caudillo de éstos; la completa victoria que alcanzó sobre las tribus del litoral sublevadas contra el rey por Carlos Macharty, a quien Magmahú mismo dio muerte en el campo de batalla, hicieron que el monarca lo colmara de honores y riquezas, confiándole al propio tiempo el mando de todas sus tropas, a despecho de los émulos del afortunado guerrero, los cuales no le perdonaron nunca el haber merecido tamaño favor.

    Pasada la corta paz conseguida con el vencimiento de Macharty, pues los ingleses, con ejército propio ya, amenazaban a los Achantis, todas las fuerzas del reino salieron a campaña.

    Empeñóse la batalla, y pocas horas bastaron a convencer a los ingleses de la insuficiencia de sus mortíferas armas contra el valor de los africanos. Indecisa aún la victoria, Magmahú, resplandeciente de oro, y terrible en su furor, recorría las huestes animándolas con su intrepidez, y su voz dominaba el estruendo de las baterías enemigas. Pero en vano envió repetidas órdenes a los jefes de las reservas para que entrasen en combate atacando el flanco más debilitado de los invasores. La noche interrumpió la lucha; y cuando a la primera luz del siguiente día pasó revista Magmahú a sus tropas, diezmadas por la muerte y la deserción y acobardadas por los jefes que impidieron la victoria, comprendió que iba a ser vencido, y se preparó para luchar y morir. El rey, que llegó en tales terribles momentos al campo de sus huestes, las vio, y pidió la paz. Los ingleses la concedieron y celebraron tratados con Say Tuto Kuamina. Desde aquel día perdió Magmahú el favor de su rey” Pág.: 183, 184, 185

    * Feliciana, tras sufrir una penosa enfermedad, muere.

    “El cura había administrado los sacramentos a la enferma. Dejando el médico a la cabecera, monté para ir al pueblo a disponer lo necesario para el entierro y a poner en el correo aquella carta fatal dirigida al señor A...

    Cuando regresé, Feliciana parecía menos quebrantada, y el médico había concebido una ligera esperanza. Ella me preguntó por cada uno de los de la familia, y al mencionar a María, dijo:

    —¡Quién pudiera verla antes de morir! ¡Yo le habría recomendado tanto a mi hijo!

    Y luego, como para satisfacerme por la preferencia que manifestaba hacia ella, agregó:

    —Si no hubiera sido por la niña, ¿qué sería de él y de mí?

    La noche fue muy mala para la enferma. Al día siguiente, sábado, a las tres de la tarde, el médico entró a mi cuarto diciéndome:

    —Morirá hoy. ¿Cómo se llamaba el marido de Feliciana?

    —Sinar —le respondí.

    —¡Sinar! ¿Y qué se ha hecho? En el delirio pronuncia ese nombre.

    No tuve la condescendencia de tratar de enternecer al doctor refiriéndole las aventuras de Nay, y pasé a la habitación de ella.

    El médico decía la verdad: iba a morir y sus labios pronunciaban sólo ese nombre cuya elocuencia no podían medir las esclavas que la rodeaban, ni aún su mismo hijo.

    Me acerqué para decirle de modo que pudiese oírme:

    —¡Nay! ¡Nay!...

    Abrió los ojos enturbiados ya.

    —¿No me conoces?

    Hizo con la cabeza una señal afirmativa.

    —¿Quieres que te lea algunas oraciones?

    Hizo la misma señal.” Pág.: 207, 208

    * Efraín, como siempre se ha dicho, muy enamorado de María, cada vez que la ve lograra encontrar en mas pequeño detalle, la mas grande de las bellezas.

    ” A las doce del día siguiente bajé de la montaña. El Sol, desde el cenit, sin nubes que lo estorbaran, lanzaba viva luz intentando abrasar todo lo que los follajes de los árboles no defendían de sus rayos de fuego. Las arboledas estaban silenciosas: la brisa no movía los ramajes ni aleteaba un ave en ellos; las chicharras festejaban infatigables aquel día de estío con que se engalanaba diciembre: las aguas cristalinas de las fuentes rodaban precipitadas al atravesar las callejuelas para ir a secretearse bajo los tamarindos y hobos, y esconderse después en los yerbabuenales frondosos: el valle y sus montañas parecían iluminados por el resplandor de un espejo gigantesco.

    Seguíanme Juan Angel y Mayo. Divisé a María, que llegaba al baño acompañada de Juan y Estéfana. El perro corrió hacia ellos, y se puso a dar vueltas alrededor del bello grupo, estornudando y dando aulliditos como solía hacerlo para expresar contento. María me buscó con mirada anhelosa por todas partes, y me divisó al fin a tiempo que yo saltaba el vallado del huerto. Dirigíme hacia donde ella estaba. Sus cabellos, conservando las ondulaciones que las trenzas les habían impreso, le caían en manojos desordenados sobre el pañolón y parte de la falda blanca, que recogía con la mano izquierda, mientras con la derecha se abanicaba con una rama de albahaca.

    Estaba sentada bajo el ramaje del naranjo del baño, sobre una alfombra que Estéfana acababa de extender, cuando me acerqué a saludarla.

    —¡Qué sol! —me dijo—; por no haber venido temprano...

    —No fue posible.

    —Casi nunca es posible. ¿Quieres bañarte y yo me esperaré?

    —Oh, no.

    —Si es porque falta en el baño algo, yo puedo ponérselo ahora.

    —¿Rosas?

    —Sí; pero ya las tendrás cuando vengas.

    Juan, que había estado haciendo bambolear los racimos de naranjas que estaban a su alcance y casi sobre el césped, se arrodilló delante de María para que ella le desabrochara la blusa. Pág.: 216, 217

    En general casi todo el libro esta escrito en presente pero anteriormente les mostramos ejemplos de el pasado mostrado en el libro.

    11. Paralelo entre el amor del presente y el del libro.

    Amor en el libro

    Amor en el presente

    • Era un amor puro, transparente, inocente, que tan solo con una mirada, se podía demostrar al ser que se ama, sin necesidad de darle un beso el gran amor que sentido por el o por ella

    • Se respetaba mucho la palabra fidelidad, pues en ella se basaba el amor y el respeto hacia el ser amado.

    • Se realizaban elogios, sin pensar que fueran ridículos hacia el ser amado.

    • A pesar de la enfermedad de María, este amor pudo con todo, es decir no tuvo barreras.

    • A pesar de la distancia, se seguían amando con locura, pues en las cartas, se notaba ese amor y ese deseo de estar el uno cerca del otro.

    • Era un amor, muy significativo, es decir, se podía expresar, mediante gestos, miradas, flores, y los mas sencillos detalles, que llenaban el corazón del ser querido de un gran amor

    A veces el amor esta guiado mas que todo por el cuerpo y la cara de las personas que por sus verdaderos valores, sentimientos y cualidades, es decir, es una amor por aparentar

    • No podemos decir que el amor de ahora, es solo falsedad, pues has detalles muy lindos

    • Tan solo con una carta se puede demostrar el amor que se siente hacia los demás.

    • El amor de hoy en día a pesar de ser puro y honesto, no tiene nada de inocencia.

    12.

    Nostras pensamos, que así los personajes principales se hubieran casado, o no, como es en la verdadera historia es una novela romántica y muy sentimental. En ella se da un romance entre dos jóvenes, aunque interrumpido por un poco de tragedia, pues como dicen por ahí, el amor es un sentimiento solamente interrumpido por la muerte.

    13. María el aspecto espiritual del libro

    Es el aspecto espiritual principalmente por que se reflejan y se reúnen en ella una serie de cualidades como la belleza, la timidez, el pudor, la ternura, la pureza, la bondad, la humildad y muchas mas. Es la inspiración de Efraín, es como su diosa. María es el reflejo de la virgen María en una persona humana.

    14. Personaje de Carlos

    Ha sido condiscípulo de Efraín en Bogotá. El pretende a Maria, pero ella lo rechaza, esto no es motivo para que su amistad con Efraín cambié pues el comprende que su amigo esta enamorado locamente de ella. Era una persona, a pesar de un poco creída y que daba mucho alarde de sus cosas, era muy buen amigo, y tenía un corazón de oro.

    15. Opinión sobre el libro.

    Es una obra que mezcla amor, tristeza, humor y mucho sentimentalismo, por lo cual es una obra muy completa.

    El amor que se da entre los dos jóvenes, es el amor soñado por todos en algún momento de nuestra vida, pues es muy puro, tierno y verdadero, pues con solo una mirada se podía expresar todo lo sentido.

    Se observar muy bien, las características y la costumbres propias de la región vallecaucana de la época, y uno se puede dar una idea de cómo era un día norma en aquella hermosa región, pues con las descripciones hechas por Efraín a lo largo del tiempo en la obra, nos hace imaginar que esta es un verdadera tierra del paraíso.

    Por ser esta una historia de la vida real, da pie para que nos imaginemos muchísimas cosas y nos introduzcamos mas en la lectura, hasta el punto de llorar en el trágico desenlace de la historia.

    El tema de la obra da pie para compararlo con la vida del los jóvenes de ahora, pues el amor es algo que siempre estará, por este motivo es que dicen que: “ María es y será la novela cumbre de América. No solo la novela de los quince años, sino la de toda la vida”

    Es una obra excelente, que nos dejará marcadas de por vida, por sus grandes lecciones tanto de vida como de amor.

    CONCLUSIONES

    Esta es una historia que te llena de muchos sentimientos, como de amor, amistad y honestidad. Nos deja una enseñanza que debemos aplicar todos y cada uno de los días de nuestras vidas, que es, que a pesar de la distancia, o de la enfermedad, lo mas importante son nuestros sentimientos, y que debemos luchar por ellos sin importar los obstáculos. A pesar de que esta obra nos muestra que el desenlace para el protagonista, no es el mejor a pesar de haber luchado por su amor, nos muestra que vale la pena luchar, solo por vivir un amor como el de Efraín.

    Antioquia

    mujer angelical




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    Enviado por:Manuela
    Idioma: castellano
    País: Colombia

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