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Los Chicos del Coro; Christophe Barratier


LOS CHICOS DEL CORO


Un director de música está un día en su casa cuando de repente llega un hombre con un libro y una foto para él.
La fotografía parecía ser de su infancia, y el libro era un diario, de un tal Clément Mathieu, que tuvo un papel muy importante cuando los dos hombres todavía eran niños.

Un especie de flash back nos muestra la historia de estos dos hombres, de ese tal Mathieu, y la del diario y de la foto.

Mathieu es un vigilante de escuela, enviado a un reformatorio internado denominado (fondo del estanco), donde nada más entrar se encuentra a un niño pequeño, llamado Pepinoit, esperando a que llegue el sábado cogido a los barrotes de la entrada, pues cree que sus padres lo vendrán a buscar un sábado.

Sólo al entrar una broma pesada de uno de los niños hace que a uno de los que trabajan allí se le quede un ojo totalmente herido, y deba ser trasladado inmediatamente a la enfermería.


Las clases con los niños no son nada mejores. No son niños malos, pero la mayoría son huérfanos o tienen problemas muy graves de carácter, y esto hace que se rebelen contra su director, Rachin, que no estima a los niños y los trata de una manera muy cruel, con un método que denomina “acción-reacción” y que se basa en reaccionar con cada mal comportamiento de los chicos con castigos muy severos, normalmente físicos, o cerrarlos a un calabozo el tiempo correspondiente a la falta cometida.
Unos días después, Mathieu descubre que los niños cantan, canciones groseras, pero cantan, y como la música es su gran pasión, se le ocurre montar un coro con todos ellos.

La idea funciona mucho mejor de lo que el mismo Mathieu creía. Los niños aprenden a afinar y acaban teniendo muy buenas voces, y uno de ellos, Pierre, demuestra un don especial para el canto, pues cuando él canta parece que se pare el tiempo, y enriquece y da vida a las canciones de sus compañeros con unos solos espectaculares.


Unos días después, una condesa se entera de que hay un coro de niños en el internado, y se empeña en escucharlo. También se ha enterado de que, gracias al coro, la violencia a la escuela ha disminuido, y los alumnos se comportan mucho mejor, mostrando interés por las materias.

Rachin se lleva todo el mérito del coro, pero Mathieu no le dice nada, pues los chicos cantan fabulosamente, sobre todo Pierre, y está tan contento que prefiere callarse, no vaya a meter la pata.


Mathieu explica a la madre de Pierre las aptitudes de su hijo, y hace ver que un conservatorio sería el mejor lugar por expandir las posibilidades de que Pierre triunfe en la vida, puesto que parece que le encanta cantar.


Las visitas de la madre de Pierre sólo hacen que crecer los celos de este, que al final aprende a controlar sus sentimientos y acaba volviendo a estimar a su profesor de música tanto como antes, sobre todo cuando ve como lo está ayudando.

Con la llegada de un estudiante nuevo, un “experimento”, se complican las cosas, puesto que el chico en cuestión acaba robando dinero del colegio, y lo envían a la prisión, tras agredir al director, y este, entre la furia por el robo del dinero y una canción impertinente de cuatro o cinco alumnos, decide acabar con el coro.
A pesar de todo, y de la prohibición, Mathieu sigue con el coro, el cual le trae problemas cuando el director se entera.

Aprovechando una salida de Rachin, que ha quedado con la condesa por una reunión muy importante, Mathieu se va de excursión con los niños al campo, y mientras están fuera, el chico “experimento” enviado a la prisión de la cual se ha escapado, prende fuego al internado.

Al volver de la excursión se encuentran con el director enfurecido, que despide a Mathieu por no haber vigilado el edificio.

Cuando ya se marcha, los niños lo despiden con aviones de papel llenos de afecto y saludos desde la ventana, lo que hace feliz al pobre músico.

Al subir al autobús, ve que Pepinot lo ha seguido, y aun cuando al principio se resiste a llevárselo con él, al final accede.

El niño tenía razón, aquel día era sábado, el día en el que había de salir del internado era sábado.

También narra como al poco tiempo, la madre de Pierre le saca del internado, y se van a vivir los dos con el nuevo marido de la madre, que al cabo de un tiempo les abandona, pero dejándoles más felices de lo que habían estado nunca.

Mathieu denunció los métodos del director, abriendo una investigación en la que salieron a la luz todos los horrores del internado. Rachin fue despedido.


OPINIÓN PERSONAL


Personalmente, creo que esta es una película de gran valor pedagógico, puesto que en ella se trata el tema del aprendizaje no hacia un futuro que se los permita ir económicamente cómodos, sino que los enseña a tener inquietudes a la vida, a identificar y desarrollar lo mejor de cada persona, con un esfuerzo considerable, que los enseñará a vivir más del trabajo.
El hecho de que haya escogido la música para educar a estos niños problemáticos y trastornados da un terreno muy amplio a la imaginación e interpretación del espectador.
La música es un arte que no da a nadie para vivir, tal y cómo podemos observar en la figura del propio Mathieu, pero que en cambio aporta una satisfacción y armonía espirituales que ni Rachin, que posee dinero y recursos, es capaz ni siquiera de imaginar.
Con la música, llena los corazones de los niños, y apacigua su ira, al mismo tiempo que desencadena toda una serie de emociones y sentimientos, alrededor de los cuales gira la obra, y que sé lo que actúa con más profundidad sobre quien ve la película, pues son este sentimientos los que impactan con más fuerza, y hacen lo hacen conmover, dando así el toque más personal del director, Cristophe Barratier.
Este impacto no sólo se da en los espectadores, sino que también se puede observar en los otras personajes.
Al ver el espíritu positivo de Mathieu, todo el profesorado se deja llevar por la melodía, y acaba olvidando la dureza del director, aprenden a estimar y comprender sus alumnos, conviviendo con ellos sin necesidad de usar la violencia.
Uno se queda mudo escuchando las canciones, pues eran realmente preciosas, y aun cuando la letra estuviera escrita en francés, incluso aquel quien no la comprendiera enternecía el mensaje que transmite, pues la dulzura de sus voces dejaba ver todo lo que las palabras escritas no pueden expresar.
También me ha conmovido el deseo de mejorar de Mathieu, de dar una oportunidad a los jóvenes, pues se podría haber ahorrado muchos problemas siguiendo la rigidez de la escuela, y aún así se opone a la violencia e intenta cambiar la realidad en la que viven los chicos, los deja ser libres, aunque sea a través de los cantos, puesto que no podrían serlo de cabeza otra manera, pues todo lo que hubiera detrás los muros de la institución estaba prohibido para ellos.
Esto también se da a la realidad, pues un buen profesor deja marca dentro el alumno, y lo incita a esforzarse y realizar el aprendizaje de la mejor manera posible. Esta película también puede ser una lección para los profesores de todo el mundo, por hacerlos ver que se puede enseñar siempre que se haga de todo corazón, siempre que no se olvide que se está allá enseñando por transmitir su amor hacia la materia a sus alumnos, por hacerlos más personas.

Por todo esto creo que es una gran película, que me ha cautivado tanto por las canciones del coro, y su amor a la música, como por todo el material didáctico que lleva a las espaldas, pues la película tiene un doble objetivo: dibujarnos una sonrisa con su belleza y sencillez, y hacernos reflexionar sobre nuestro propio papel a la vida, y cómo lo estamos desarrollando.




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Enviado por:Miui
Idioma: castellano
País: España

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