Geografía


Llanura Chaco-Pampeana


Llanura Chaco-Pampeana

Llanura Platense

La región geográfica formal denominada llanura platense ocupa el sector noreste de la porción americana emergida de nuestro país. Es semejante y continuación de las otras dos grandes llanuras de América del Sur: la del Orinoco y la del Amazonas. Estas grandes llanuras son cuencas sedimentarias que tienen como ejes a grandes ríos y sus respectivas redes hidrográficas. Cada una admite subdivisiones según distintos criterios.

Límites

Por el Norte, los límites de la llanura platense en la parte argentina no son de transición sino de carácter político. Los ríos Pilcomayo, Paraguay y Alto Paraná definen el límite septentional de la llanura argentina.

Hacia el Oeste, los límites, francamente de transición, están representados por los piedemontes de las grandes masas orográficas occidentales.

Hacia el Sur el límite se establece en el río Colorado y hacia el Este el límite está representado por los ríos Aguapey, Uruguay, de la Plata y el océano Atlántico.

Subdivisiones

La gran llanura platense, que en su sector argentino ocupa aproximadamente 1.200.000 km2, está integrada por las siguientes subregiones geográficas formales: Chaco (o llanura chaqueña), esteros correntinos y Pampa (o llanura pampeana).

Chaco

El chaco presenta cuatro subunidades morfológicas:

- Chaco alto, en contacto con las Sierras Subandinas y Pampeanas.

- Chaco deprimido, ocupa el área central, presenta extensas superficies ocupadas por bañados y esteros.

- Chaco bajo, se extiende a lo largo de la orilla derecha de los ríos Paraguay y Paraná. Sufre inundaciones periódicas por los desbordes del Paraná y Paraguay.

- Diagonal fluvial de Santiago del Estero, zona llena surcada por los ríos Salado y Dulce.

Población actual del ámbito chaqueño

La población se concentra en la faja costera del este, con densidades que pueden alcanzar a 70 hab/km2.

En la zona central y occidental, las densidades son muy bajas. Se registra menos de 1 hab/km2.

En la diagonal fluvial las densidades son mayores, pero sin alcanzar los valores del este.

Resistencia es la ciudad más poblada. El censo de 1991 registró 291.083 habitantes. Tiene un trazado en damero, con grandes plazas magníficamente arboladas. Una característica única en el país es la existencia de grupos escultóricos en las veredas, las que con frecuencia presentan jardines a lo largo de la calle.

Formosa, de 153.855 habitantes, fundada por el coronel Luis J. Fontana en 1879, se caracteriza por el profuso arbolado de sus calles. Es un activo puerto y centro comercial.

Presidencia Roque Sáenz Peña, con 64.476 habitantes, y Villa Ángela, con 30.940 habitantes, son importantes centros agrícolas.

Reconquista constituye el centro de población más importante del Chaco sasntafesino y está emplazado en una zona de gran desarrollo agropecuario.

En la diagonal fluvial se encuentra Santiago del Estero, la ciudad más antigua del país, fundada en 1553 por Francisco Aguirre.

Otras ciudades de la diagonal fluvial son Añatuya y Las Termas del Río Hondo.

La economía se caracteriza por el predominio de las actividades primarias y, dentro de ellas, la agricultura y la ganadería.

El Chaco ribereño

El sector oriental de la región chaqueña, ribereño de los grandes ríos navegables y con buenas aptitudes climáticas para el desarrollo de la agricultura

El Chacho santafesino

La valoración económica del Chaco santafesino se inició en el sur, desde Santa Fe, y comenzó con la explotación forestal. Nació así un pueblo planificado. Villa Guillermina y, posteriormente Villa Ana, La Gallareta y Tartagal, todas enlazadas con el ferrocarril que transportaba los rollizos de quebracho colorado hasta las plantas de extracción de tanino.

El crecimiento de la población, así como las migraciones se asocian a los ciclos económicos comunes en la región. La crisis taninera produjo éxodos de gran magnitud.

En el extremo norte del departamento Patiño (Formosa), las crisis del algodón, sumadas a la forestal -en especial la que atañe a los hornos de carbón- contribuyeron a expulsar población rural. Esta sale a veces sólo temporariamente e intercala su ocupación local con otras fuera de la región.

Una población en crisis en el área algodonera

La subregión algodonera abarca doce departamentos de la provincia del Chaco. La decadencia de la producción algodonera trajo aparejado un acelerado despoblamiento en favor de las ciudades de mayor importancia y del frente fluvial industrial del Litoral. Sólo el departamento Comandante Fernández escapa a este fenómeno, gracias a la influencia de la ciudad cabecera, que polariza las corrientes de migración rural y ha crecido en el período 1960-1970 con una tasa anual media de 27,8 por mil habitantes.

El ciclo del algodón

La colonización pionera inició a comienzos de siglo, en la planicie central chaqueña, el ciclo del algodón. Su impulso y crecimiento fue fundamental para la valorización de las tierras agrícolas, y el movimiento de la población hacia la llanura central constituye en la Argentina la más reciente colonización de tierras vírgenes.

Las plantaciones algodoneras prosperaron desde principios de siglo, desplazando lentamente las áreas de explotación forestal y de cultivos intensivos.

La elaboración de azúcar en el Chaco comenzó en 1885, fecha en que se inaguró en Las Palmas el primer trapiche destinado a elaborar la producción de unas 500 hectáreas cultivadas con caña. Además de incrementar su producción azucarera, la empresa Las Palmas del Chaco Austral diversificó con el correr de los años su producción, generándose un conjunto industrial que comprendía una fábrica de tanino, una instalación para desmotado de algodón, una fábrica de aceite y una destilería de alcohol. En torno al complejo fue creciendo un núcleo poblado que llegó, en 1947, a tener 4.358 habitantes. Problemas de diversa índole enfrentados con posterioridad por la empresa obligaron a reducir las actividades y, consecuentemente, la población de Las Palmas descendió a 3.590 personas en 1960 y 2.805 en 1970.

El aumento de los precios del algodón a fines de la Primera Guerra Mundial, provocado por la reducción de la producción estadounidense, aceleró el ritmo de expansión de las áreas sembradas y determinó la reactivación de las corrientes migratorias, procedentes ahora del este europeo. A este aporte se sumó el flujo de correntinos, santiagueños y santafesinos atraídos por la demanda de mano de obra de los obrajes de la zona central chaqueña. El auge de la producción algodonera determinó que estos pobladores criollos alternaran sus labores de hacheros con el trabajo en la cosecha del algodón.

La incorporación de los agricultores europeos al proceso productivo tuvo como finalidad suplir las carencias de la oferta interna de mano de obra. Los inmigrantes proporcionaron la mayoría de la mano de obra requerida, contribuyendo a que los precios del algodón se mantuvieran bajos.

La mayor parte de ellos (alemanes, yugoslavos, polacos, búlgaros y checos) se ubicó en explotaciones de 100 hectáreas, a lo largo de la vía férrea y en sucesivos emplazamientos según el momento de su llegada. El incesante incremento del área sembrada fue impulsado por el gobierno nacional a través de la creación de nuevas colonias agrícolas y medidas de fomento para el cultivo.

El fraccionamiento posterior de las parcelas dio lugar a la aparición de una estructura minifundista, lo cual, en combinación con el monocultivo del algodón y la falta de mercado para éste, generó las crisis agracia y demográfica.

Si bien los factores que han engendrado la crisis económica y demográfica del área algodonera venían prefigurándose desde antiguo, el punto culminante de la misma se produce en la década de 1960. Hacia 1958, la superficie sembrada con algodón alcanzó su máxima expansión.

La liberación de mano de obra como consecuencia de la crisis algodonera no ha encontrado factores que la compensen. La implantación de nuevos cultivos (maís, girasol, sorgo, trigo, etc.) se ha realizado combinando características de extensividad y mecanización, lo que redunda en una escasa demanda de fuerza laboral; la actividad forestal y sus industrias derivadas se encuentran también estancadas y el sector urbano muestra escasa capacidad de generación de nuevos empleos.

Las migraciones

Los movimientos de la población guardan estrecha relación con los ciclos económicos, cuyo auge coincide con una intensificación de la atracción demográfica y a cuya decadencia se asocia la expulsión de pobladores. Además de esta tendencia que se registra en períodos de tiempo más o menos prolongados, existe otro tipo de migración, de carácter estacional, determinada por la índole de las actividades encadenadas a lo largo del año; así el hachero encuentra trabajo preferentemente en el invierno, desplazándose hacia la siembra y la carpida del algodonial en primavera y verano, participando en la cosecha a fines de verano y principios de otoño, volcándose hacia los servicios urbanos el resto del tiempo libre, hasta recomenzar su labor en el monte.

Buena parte de esta mano de obra flotante se radicó en el área algodonera, en la que se había instalado ya más del 75% de los extranjeros llegados al Chaco hasta 1930. Muchos hijos de estos pequeños agricultores, lo mismo que los cosecheros nómades, son expulsados de la zona como consecuencia de la crisis del algodón.

La paralización de numerosas fábricas de aceite y desmotadoras significó el desempleo para miles de chaqueños y acarreó la decadencia y la agonía de estos pueblos fantasmas en una zona que es todavía potencialmente rica, donde se da la paradoja de que la superusina de Barranqueras trabaje a plena potencia iluminando pueblos desocupados y electrificando campos que se despueblan, ya que si bien éstos se cubren con nuevos cultivos, la mecanización a ellos asociada es un factor

más de éxodo.

El Chaco occidental

Las condiciones ecológicas del chaco occidental definen en este espacio un vacío demográfico. En el sector formoseño, éste se produce por una deserción poblacional cuyo origen es la falta de agua. En cambio, al sur y oeste de la planicie algodonera los terrenos bajos, sociados a suelos impermeables, constituyen una valla para un asentamiento efectivo de nuevas actividades productivas y provoca también un vacío de población.

La actividad fundamental del área es la explotación forestal: madera, leña y carbón. Cada una de las sucesivas crisis que esta actividad ha venido afrontando han generado la expulsión de sus habitantes, debido a la escasez de otras alternativas.

El número de hornos de carbón en los departamentos forestales de la provincia del Chaco alcanza a 305, ocupando un promedio mensual de 4.104 personas.

Como el proceso de la elaboración de carbón insume más de seis meses desde su inicio hasta el logro del producto, y el cobro de las entregas realizadas se efectiviza a veces con más de un año de atraso, se producen frecuentes paralizaciones en la actividad obrajera, que en muchas ocasiones llevan a su cese definitivo. En condiciones normales de explotación los hacheros complementan sus actividades de obraje entre primavera y verano con la agricultura, la que, de todos modos, no es suficiente para subvenir a sus necesidades.

Llanura Pampeana

Se ubica en el centro-este del país. Predomina la llanura, aunque con áreas diferenciadas que permiten establecer subregiones morfológicas, que son:

- Pampa ondulada

- Pampa deprimida

- Pampa elevada

Se incluyen tres sistemas serranos:

- Tandilia, formada por sierras bajas y aisladas. Culmina en el cerro La Juanita de 524 metros.

- Ventania, que presenta dos cordones: occidental, con las sierras de Puán, Curamalal y Ventana, culmina en el serro Tres Picos de 1243 metros; y el oriental, más bajo, formado por las sierras de Las Tunas y Pilliahuincó.

- Mahuidas, cerros bajos y aislados, a lo largo del Valle del Río Chadileufú- Curacó.

Ciudades

Las ciudades más pobladas son:

- Buenos Aires: es un centro multifuncional (comercial, residencia de poderes políticos, puerto exportador e importador, centros educativos y culturales).

- Córdoba: el auge de la economía agropecuaria exportadora y el papel de la ciudad como centro organizador de la campaña, motivó un fuerte crecimiento de la población y de las actividades industriales. A partir de la década del 50 se desarrollaron las industrias automotrices, aeronáuticas y metalmecánicas relacionadas con el agro.

- Rosario: es el centro de una de las zonas agrícolas más ricas del país. El puerto presenta actividad continua. Tiene en el parque Independencia uno de los más extensos espacios urbanos forestados del país.

- La Plata: es una de las pocas ciudades argentinas trazadas con criterios urbanísticos. Se destaca por la amplitud de sus avenidas, magníficamente arboladas.

- Mar del Plata: es la ciudad turística más importante del país. Centro pesquero y de industrias conserveras.

- Santa Fé: centro agrícola y comercial, establece las comunicaciones con el nordeste y noroeste del país.

- Santa Rosa: es una ciudad moderna, centro administrativo y cultural. Es la capital de La Pampa.

Humanización del paisaje y uso de la tierra

Desde el punto de vista de las funciones económicas tiene importancia destacada la variedad climática del frente fluvial porque ha permitido la implantación de un tipo de fruticultura y horticultura favorecido por el alto coeficiente de humedad en las estaciones intermedias -primavera y otoño- que dilata el período libre de heladas, a lo cual se debe la localización en la franja de aquellos plantíos sensibles a las heladas prematuras y tardías.

Puede afirmarse que la franja inmediata al frente fluvial figura entre las áreas de paisaje agrario más intensamente humanizado de la Argentina.

Se han considerado para su comparación en cuanto a la estructura agraria, tres divisiones políticas que participan del frente y una de un partido vecino a fin de establecer comparaciones que serían mucho más notables si se hubiera escogido un partido bonaerense del Oeste, de la pampa de las invernadas, o de la cuenca del Salado.

Algunos rasgos peculiares del estado agrario del frente fluvial, son el alto índice de extensión de los plantíos, que son una manifestación de agricultura especializada; y los cultivos hortícolas, desarrollados sobre todo en el departamento de Rosario. En ambos casos, la consecuencia es la creación del paisaje rural denso y cerrado.

Crecimiento de los centros urbanos del frente fluvial

Del análisis de cifras censales comparativas de la población de las principales urbes, se advierte el alto crecimiento de los centros de reciente industrialización, Sal Lorenzo, San Nicolás y Campana, y se excluye el caso de Escobar, dependiente de la influencia de Buenos Aires.

Proceso de industrialización

La pampa reúne el 86% del total de los establecimientos y el 81% de los obreros industriales del país, y en este espacio regional el frente con sus industrias de base (siderurgia, petroquímica, de equipos y química pesada) provee de materiales a las numerosas fábricas de sus alrededores. La industrialización de la pampa ha pasado por tres etapas principales:

- Una primera etapa de dependencia de la producción agraria local, en que la industria fue variando a medida que se diversificaba la producción agrícola. Su más lejano antecedente lo constituyen los saladeros, que con gran impulso se iniciaron en 1815, en Quilmes. Reemplazaron a las "vaquerías" en la explotación pecuaria, y se adueñaron del frente, ya que el tipo y modalidad de trabajo exigían la cercanía del río, en contraste con la actividad en el interior de la pampa de aquéllas.

Sus sucesores, los frigoríficos, se sometieron a la misma imposición geográfica en la parte media del frente. Como resultante florecieron las curtiembres, sucedidas luego por manufacturas de cuero. También las fábricas de aceite de lino se instalaron en los puertos por su destino de exportación, y las de aceite comestible y alcohol utilizando el maíz del cinturón de la zona; sumándose además las de productos lácteos.

- La segunda etapa de industrialización comprendió las fábricas que producen artículos de destino a la región, pero cuyas materias primarias pueden proceder de otras regiones. Así, desde 1930 floreció la industria textil, a la cual se suman las fábricas de calzado, productos alimenticios, farmacéuticos, materiales de construcción, electrodomésticos y gran diversidad de industrias livianas.

- La tercera etapa se relaciona con la localización de las industrias pesadas de base y de equipos, factible debido a una previa organización industrial, fundada por disponibilidad de energía, un sistema energético interconectado; un complejo sistema de comunicaciones marítimas, fluviales y terrestres ferroviarias y carreteras; además de abundante mano de obra y un gran mercado consumidor.

Las cifras arrojadas en los últimos censos indican que la región pampeana participa con alrededor de cien mil fábricas en el P.B.N., y de éstas aproximadamente un 70% son producto de la Capital Federal y Gran Buenos Aires. En lo que respecta a la ocupación de personal afectado a dichos establecimientos, la región ocupa aproximadamente un millón de personas de las cuales un 70% proviene también de los sectores mencionados. El consumo energético (significativo para el área industrial) varía desde menos de 10.000 por 1.000 Kw. hasta alcanzar 200.000 a 500.000 por 1.000 Kw en Avellaneda, San Martín, La Matanza.

En orden decreciente, Córdoba le sige en cuanto a importancia industrial, con concentración de industrias alimentarias desde antiguo, a las que se le suman la automotriz, ferroviaria, aeronáutica y química. En la prov. de Bs. As. adquiere importancia el triángulo Azul-Olavarría-Tandil en la fabricación de cemento y maquinaria agrícola.

Los cultivos pampeanos

Con respecto al trigo, éste cereal, una de de las primeras siembras de los españoles, constituye una producción fundamental para el país y es de la región pampeana de donde surge aproximadamente el 89% del total.

El maíz, se distribuye extensamente en el territorio argentino, especialmente en el norte y noroeste, pero la mayor concentración de cultivo corresponde a la Pampa Ondulada a causa de sus favorables condiciones climáticas, como son las lluvias tardías de verano y de otoño.

En ambos casos, se ha logrado una eficiente selección de semillas que ha determinado el aumento en el tonelaje de las cosechas. En el caso del maíz supera al aumento de la superficie cultivada, debido a la mayor productividad por hectárea. También las máquinas cosechadoras conllevan a un significativo mejoramiento de la producción.

También la región mantiene la más alta proporción de cultivos de avena, centeno, cebada y lino. Se utiliza la semilla de lino como aceite industrial y su fibra para tejidos, siendo la primera la producción casi exclusiva.

Gracias al cultivo de oleaginosas la Argentina dejó de importar aceite de mesa. Parte de ese resultado se debe a los cultivos de algodón del Chaco; asimismo han contribuido otros cultivos que prosperan en la pampa como el girasol y el maní. La soja ha tenido una amplia difusión en años recientes, debido a su gran valor y aplicabilidad diversa.

Mucho menor importancia adquiere la producción de frutales de la región, con respecto a los cereales.

La horticultura, de gran valor económico, y bajo agricultura intensiva, se da generalmente en las zonas suburbanas de las grandes ciudades debido al carácter perecedero de sus cosechas, que requieren, también, gran cantidad de trabajo rural especializado. La pampa produce el 35% del total nacional. Se dan casi todas las variedades de huerta y en algunas especies, como la papa, la producción llega al 90%.

Con la ocupación agrícola, fueron plantados muchos árboles en la región pampeana -llanura sin árboles- para cumplir una función protectora. La explotación indiscriminada, ya sea para la obtención de madera o para abrir paso a la instalación humana en el área de mayor densidad de la Argentina, pone de manifiesto la acción antrópica en detrimento del recurso.

En la pampa, la ganadería ha influido sobre la agricultura, al destinar grandes extensiones de tierra al cultivo de plantas forrajeras que sustenten aquella actividad. Y es la pampa la región que reúne entre el 90 y 95% de la producción nacional, en la que se destacan los alfalfares.

En suma, la agricultura pampeana representa las dos terceras partes del total del país. Consecuentemente el P.B. está representado por la agricultura en un 7% y la ganadería en un 5%.

Características de la estructura agraria pampeana

En un estudio oportunamente realizado sobre "aspectos de la geografía agraria de la región pampeana" se eligieron tres áreas de estudio: la cuenca del Salado, la pampa ondulada y el frente fluvial, en las cuales se estudió una porción importante de la región pampeana, coherente y continua correspondiente a la pampa del sur de Santa Fé y norte de Buenos Aires, excluyendo la semiaureola metropolitana y su perímetro rural.

De dichos estudios surge un paisaje pampeano con fuertes rasgos propios de individualidad.

El valor de la tierra va en orden decreciente de la primera a la última subregión. En cuanto a la estructura agraria, se observa homogeneidad, pues la mayor parte de los establecimientos rurales tienen entre 25 y 100 hectáreas para el caso del frente fluvial.

Hay descenso de la población activa agropecuaria, que migra hacia los centros urbanos y es reemplazada por medios técnicos.

- En la cuenca del Salado la principal actividad derivada de la explotación ganadera es la cría de vacunos. Son indicadores de progreso la generalización de la inseminación artificial, el pastoreo con alambrado eléctrico y el manejo de campos con pasturas inducidas adaptadas a terrenos bajos y anegadizos.

Los establecimientos avícolas han proliferado, dadas las exigencias del mercado interno para consumo, teniendo como factores desencadenantes de esta actividad, la proximidad y buena comunicación de la subregión, con Bs. As. principalmente.

La actividad agrícola se desarrolla en función de la ganadera. Los guarismos destacables de superficie sembrada y cosechada, de rendimiento por hectárea y producción, no guardan ninguna relación en cuanto a importancia con las otras dos subregiones de este estudio.

Las producciones más significativas, en cuanto a rendimiento total y por hectárea, son el maíz, avena, trigo y cebada entre los cereales, el girasol entre las oleaginosas y la alfalfa y los sorgos entre las forrajeras. Éstas últimas adquieren importancia debido a la aplicación de criterios intensivos, además de extensivos en la cría de vacunos.

La tecnificación es de escasa importancia. Pocos establecimientos poseen maquinarias de su propiedad y es común que éstas pertenezcan a cooperativas formadas por los mismos establecimientos rurales.

- En la subregión de la pampa ondulada el uso de la tierra es preferentemente agropecuario pues más de un 80% de la superficie se dedica a dicha actividad. En lo referente a la producción agrícola se señala, que los cereales, oleaginosos y forrajeras cubren la mayor parte del área sembrada. Se destacan la alfalfa, para corte y pastoreo; el maíz, con muy buen rendimiento, y el trigo. En oleaginosos se distingue el girasol, seguido por el lino. El predominio de la alfalfa está relacionado con el progreso de la ganadería, que ha pasado de la explotación con campos naturales a la cría intensiva con praderización, con formación de reservas. El progreso es evidente y trasunta la tecnificación en proceso de desarrollo. El buen rendimiento por hectárea cosechada es producto del adelanto que supone el empleo de semillas híbridas; tal el caso del maíz.

La pampa ondulada, posee mayor cantidad de ganado vacuno, la mitad de la superficie agraria está dedicada a la agricultura. La tecnificación ha aumentado considerablemente.

La actividad avícola es importante en la subregión, y el aumento es creciente debido a la proximidad a la Cap. Fed.

Existen en la subregión molinos harineros para la industrialización de granos. Otra actividad que ha logrado la subregión es la eficaz industrialización de productos derivados de la ganadería, en especial de leche y sus derivados.

La mayor parte de la superficie agraria de la pampa ondulada es explotada por sus propietarios; el resto está arrendada.

- La subregión del frente fluvial presenta una aptitud agraria que origina una agricultura intensiva con gran subdivisión de la tierra, alta densidad de población y un régimen fundiario caracterizado por la avanzada subdivisión de la propiedad que ha creado en la subregión una fisonomía agraria, una estructura y un paisaje muy particulares.

La actividad principal es la agricultura especializada e intensiva, dedicada a la fruticultura. Hay cultivos industriales y forestación comercial, como ya se ha considerado.

La integración regional

Principales centros del sistema urbano pampeano

En el estudio de la dinámica regional de la pampa, que la cohesión interna ya sea interregional o regional, se articula por medio de las redes de comunicación y transporte.

El sistema urbano de la región tiene características radiocéntricas y hacia el centro principal convergen las redes de transporte. Los centros urbanos presentan una distribución homogénea y la llanura propende a la regularidad de esa distribución.

Es el centro de comunicación en el país: los ferrocarriles, caminos y las vías aéreas nacionales tienen su kilómetro cero en Buenos Aires. Posee, por tanto, instalaciones portuarias, ferroviarias, grandes caminos de acceso, autopistas, una amplia red de subterráneos y aeropuertos.

Por ser el centro económico del país, las principales instituciones bancarias nacionales tienen sus casas matrices en la ciudad, y es aquí donde se centralizan las operaciones y transacciones que abarcan todo el país, a través de organizaciones financieras, mercados de valores, bolsas, instituciones de seguro y de comercio.

Como el Gran Buenos Aires es el principal centro industrial de la República, la Capital y el anillo urbanizado concentran casi la mitad de los establecimientos fabriles de todo el país y el mayor número de obreros industriales.

Como centros urbanos destacados del frente urbano industrial descuellan Rosario y La Pata.

La ciudad de Mar del Plata es la ciudad turística más importante del país, pero su característica de ciudad balnearia es uno de sus aspectos, ya que es un verdadero centro multifuncional debido a sus servicios de nivel cultural sanitario y comercial, con una intensificación en la instalación industrial. Su puerto es el primero del país en cuanto a actividades pesqueras, también polifuncional: incluye actividad industrial, cerealera, deportiva, militar, de combustibles y de cabotaje.

Cuenta con una Universidad Nacional y centros de investigación, muchos de los cuales se orientan hacia la problemática del mar y su aprovechamiento.

Bahía Blanca es puerto de exportación de granos de toda la franja meridional de la pampa, núcleo industrial (frigoríficos), y desempeña además un papel culminante en el enlace interregional de la pampa con la patagonia. En tal aspecto su función principal se concreta en la exportación frutícola del alto valle, que exige una adecuada instalación de depósitos frigoríficos.

Circulación e integración pampeana

El relieve llano y la ausencia de grandes ríos interiores o de masas boscosas difíciles de atravesar facilitaron desde los orígenes de la ocupación humana de la pampa la circulación en todos los sentidos, y, consecuentemente, la integración social y económica de la región.

Las vías férreas llegaron con la expansión agropecuaria. Su tendido tampoco encontró obstáculos de consideración en la topografía de la región, permitiendo su trazado sin necesidad de obras previas de puentes, viaductos o desmontes de consideración. Los ferrocarriles respondieron a la estructura agroportuaria de la economía del país, por lo que respondieron a un esquema radial que aún persiste, con centros en Bs. As., Rosario y Bahía Blanca.

Un cierto número de rutas secundarias presta al sistema carretero el carácter de una verdadera red, cuya mayor densidad corresponde precisamente a la región pampeana.

La circulación fluvial de la región sigue el eje Plata-Paraná y sirve especialmente a los puertos del frente fluvial. También los puertos marítimos de todo el país sostienen un sistema de circulación estrechamente relacionado con la pampa.

Proyecto: el Amaranto

Nuestro proyecto se basa en cultivo de amaranto y una planta industrial para la producción de sus derivados.

El amaranto es un cultivo originario de México y Perú. Las plantas forrajeras de los amarantos son muy apetecibles por el ganado vacuno, ovino, porcino y equino.

Ubicación

La industria se instalará en el departamento de Toay del cual extraeremos el agua para el riego (artificial). Las 100 hectáreas de campo con las que contaremos estarán próximas a la industria. Elegimos esta zona ya que cuenta con el clima propicio para el desarrollo de la actividad a realizar y por la proximidad con Santa Rosa, donde se encuentra ubicada la Escuela Agrotécnica de Santa Rosa, quien nos proveerá de las semillas para el primer cultivo.

Técnica de cultivo

El cultivo será en forma cuatrienal en períodos de 1 año debido a que el suelo no es renovable. El cultivo y la industria serán mecanizadas obteniendo las maquinarias necesarias en Zanello (Las Varillas, Córdoba).

Producción

De la cosecha extraída, un 40% de las semillas será destinada para las siembras siguientes. La industria a instalar se encargará de tostar el 60% de los granos restantes para producir bizcochos, galletas, panes, tortas, fideos, tallarines y papillas para niños destetados. Asimismo, las hojas de estas plantas podrán comercializarse como hortalizas por su alto tenor de hierro, calcio, fósforo y vitamina A. También se comercializará el harina que puede ser consumida por celíacos.

La industria estará dividida en sectores de producción, algunos de los cuales se encargarán de la industrialización de esta planta para su uso ornamental, forrajero, granífero, hortícola y tintorero.

Destino de la producción

La producción obtenida será negociada con consumidores dentro del territorio argentino y extranjeros interesados en nuestros productos.

Personal

El personal a contratar será aproximadamente de 5 personas encargadas de los cultivos por hectárea. Dicho personal tendrá un sueldo base de $280 por mes, contando adicionalmente asignación familiar, obra social y aporte jubilatorio, además de premios e incentivos para quienes mejor se desempeñen. A cargo del personal estarán ingenieros agrónomos con experiencia, que deberán reunir ciertos requisitos.

Los empleados encargados de la producción contarán con un sueldo base de 300, con los adicionales mencionados anteriormente, y serán aproximadamente 300 personas. Quienes liderarán este grupo serán profesionales referentes al tema.

Objetivo

Disminuir el índice de desocupación creando alrededor de 650 puestos de trabajo, satisfacer las necesidades del cliente ofreciendo una variedad de productos de excelente calidad, evitar la aremia en mujeres embarazadas y la xenoftalmia por falta de vitamina A gracias al alto tenor de hierro, calcio, fósforo y vitamina A que contiene nuestro producto, el Amaranto.




Descargar
Enviado por:El remitente no desea revelar su nombre
Idioma: castellano
País: Argentina

Te va a interesar