Literatura


Lazarillo de Tormes


ÍNDICE

Tratado I Página 3

Tratado II Página 4

Tratado III Página 5

Tratado IV Página 6

Tratado V Página 7

Tratado VI Página 8

Tratado VII Página 9


TRATADO I

Cuenta Lázaro su vida y cuyo hijo fue

Lazarillo se llamaba Lázaro de Tormes por haber nacido en el río Tormes.

Siendo Lázaro muy pequeño encarcelaron a su padre por ladrón. Su madre se quedó viuda cuando le mandaron a una armada contra los moros, en calidad de acemilero de un caballero. Ésta, tuvo un hijo con un negro y al cabo de un tiempo le entregó a un ciego para que le sirviera. El ciego es un hombre astuto y cruel, que personifica el mundo hostil en que se ve inmerso el niño. Con este amo, Lázaro se da cuenta de que está solo y debe ingeniárselas para sobrevivir. En este tratado se nota el sentimiento de soledad, desamparo y hambre del protagonista.

Lázaro va evolucionando a partir de las duras lecciones que recibe del ciego. Con éste empieza la educación moral del Lazarillo, quien a fuerza de golpes desarrolla una gran astucia que le permite vengarse de su amo:

Lázaro hizo un invento, cogió una botella de vino e hizo un agujero el cual tapó con cera y para cuando se derritiera podría bebérselo. Cuando el ciego se enteró de lo que había hecho Lázaro le echó una buena bronca.

Al final de este tratado, Lázaro se venga del ciego provocándole que se diera un buen golpe en la cabeza con un poste al ir a saltar un río, entonces después de esto Lázaro aprovechó para irse a Torrijos.

TRATADO II

Cómo Lázaro se asentó con un clérigo, y de las cosas que con él pasó

Lázaro llegó a un lugar llamado Maqueda, donde se topó con un clérigo que necesitaba un ayudante para la misa, y Lázaro aceptó.

El hambre de Lázaro se hace mucho mayor, llegando casi a provocarle su muerte. Si el ciego era cruel, el clérigo es avaro, y Lázaro debe ingeniárselas para sobrevivir, inventándose todas las artimañas posibles para poder comer algo.

Entre ellos se establece una especie de competencia de ingenio: el amo para no dar de comer a su criado, y este para conseguir algo de alimento. El clérigo es muy cruel con Lázaro y está muy enfermo por pasar hambre.

Lázaro, para conseguir algo de comida, engaña a su amo royendo los panes que hay en un arca y como este tiene unos agujeros el amo cree que han sido los ratones, entonces el clérigo le da a Lázaro la parte del pan que esta roída. Más tarde cree que es una culebra que lleva varios días rondando su casa. Una noche, como Lázaro dormía con la llave del arca en la boca para que su amo no la descubriera, el clérigo escuchó el ruido que hacia la llave y creyendo haber descubierto el escondite de la culebra le propino un garrotazo que empezó a echar muchísima sangre, estuvo tres días sin sentido y mal herido.

En los 15 días que estuvo enfermo le dieron de comer para que recobrara fuerzas y cuando ya podía caminar el clérigo le echo de casa y dijo que no quería como ayudante a una persona tan activa y eficiente.

TRATADO III

Cómo Lázaro se asentó con un escudero, y de lo que le acaeció con él

Cuando Lázaro fue echado por el clérigo quince días tuvieron que pasar para que se cerrara su herida. Lázaro llegó a Toledo donde vivía de las limosnas que muy amablemente la gente le daba, pero cuando ya estuvo curado le acusaban de bellaco y golfo.

Un día se topó con un escudero bien peinado y con buenas ropas, y este le dijo que si buscaba amo, Lázaro aceptó. Él que tan arreglado y elegante iba resultó ser en realidad un muerto de hambre al que nadie conocía verdaderamente. Aunque este se excusaba diciendo que el comer exageradamente era de cerdos y no de personas respetables. El escudero marchaba por la mañana y volvía tarde y sin nada de comer. Cuando Lázaro terminaba las tareas que el escudero le pedía, no había nada para comer entonces se marchaba a pedir limosna por las casas del pueblo y Lázaro era ahora quien daba de comer al escudero.

Lázaro al ir a comprar escucha a una marcha fúnebre decir que van a la casa triste y desdichada, ala casa lóbrega y oscura, a la casa donde nunca comen ni beben, Lázaro salió corriendo hacia su casa creyendo que se referían a su casa y aviso a su amo, este al escuchar a Lázaro se rió bien a gusto y le explico a Lázaro que no se referían a su casa. Después de un tiempo el escudero abandona a Lázaro sin decirle nada y este queda un par de días a cargo de las vecinas del escudero, las cuales les daban comida de vez en cuando.

Este fue el mejor amo para Lázaro, porque no le pegaba ni maltrataba como hacían el clérigo o el ciego y hasta llegó a ser amigo suyo, era buena persona, elegante y humilde.

TRATADO IV

Cómo Lázaro se asentó con un fraile de la merced, y de lo que le acaeció con él

Sus vecinas llevaron a Lázaro a un fraile de la Merced del cual era muy recto, el fraile era muy caminador, hasta que se cargó los zapatos y regaló unos a Lázaro que rompió a los ocho días.

Lázaro se cansó de seguirlo a todas partes y se fue, además porque era demasiado recto.

TRATADO V

Cómo Lázaro se asentó con un buldero, y de las cosas que con él pasó

El buldero era el hombre que vendía bulas, unos documentos con el sello del Papa, que concedían privilegios o dispensaban de alguna obligación religiosa; había bulas, que permitían comer carne en los días en que la iglesia lo prohibía.

El negocio de las bulas daba lugar a numerosos fraudes y protestas populares. El buldero del Lazarillo, era el más desenvuelto y desvergonzado que jamás vio, ni pensaba ver, ni pensaba que nadie le vería.

Una vez en un pueblo estuvo el buldero predicando tres días como de costumbre pero no conseguía vender bulas, entonces un alguacil que trabajaba para él, hizo ver que le poseía el demonio cuando estaba hablando mal de las bulas divinas y entonces el buldero le curo con una de sus bulas. Todo era un montaje pero entonces no pararon de vender bulas en ese pueblo y en los pueblos de los alrededores donde se corrió la voz con mucha rapidez.

Al cabo de cuatro meses donde paso bastantes fatigas Lázaro decidió dejarlo porque lo creía un embustero, un mentiroso y un desvergonzado estafador de la gente inocente.

TRATADO VI

Cómo Lázaro se asentó con un capellán, y lo que con él pasó

El próximo amo de Lázaro era un pintor de panderos, pero este le duró muy poco.

Un día Lázaro entró en una iglesia, donde encontró su amo nuevo, un capellán. El cura le dio un asno a Lázaro y unos cántaros para ir a vender agua a la ciudad.

En este trabajo era cuando Lázaro tenía que cobrar y cobraba dinero. Así, estuvo cuatro años, los cuales los pasó ahorrando, y mejoro su apariencia comprándose ropa de un hombre de bien, y después de esto él deja al cura y su oficio.

TRATADO VII

Cómo Lázaro se asentó con un alguacil, y de lo que le acaeció con él

Lázaro menciona que ha estado con un alguacil, pero que lo ha abandonado porque le parecía un trabajo arriesgado y peligroso.

Tras tantas insuficiencias, Lázaro se asentó con el arcipreste de San Salvador para el cual hacía de pregonero. El arcipreste lo casó con su criada, le da a pregonar sus vinos y le alquila la casa.

A Lázaro no le importaba lo que las malas lenguas decían sobre las relaciones entre ellos ya que podía llegar a pegar a alguien que dijese algo malo de su mujer.

El Emperador entró en la ciudad de Toledo y tuvo en ella Cortes. Lázaro ascendió socialmente con esfuerzo y astucia, y estaba muy satisfecho porque estaba en la cumbre de toda fortuna.

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Enviado por:Rocio
Idioma: castellano
País: España

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