Literatura


Las bicicletas son para el verano; Fernando Fernán-Gómez


Introducción:

Esta obra teatral está escrita en 1981 y se centra básicamente en la guerra que tiene lugar en la Ciudad Universitaria de Madrid y el Museo de las Ciencias.

Se supone que puede estar, en gran parte, basado en la niñez del escritor.

Biografía:

Fernando Fernán-Gómez nació cuando su madre estaba en una gira de la compañía por América, educado “en pensiones de cómicos y casas de amigos”, fascinado por “el misterio, la lejanía, la belleza” de su madre. Y por el sistema, la forma de producción del teatro de la época burguesa. A esa forma teatral por la vía de la tradición unía otra: la del escritor. Una representación de colegio- un papel en una obra de Vital Aza- y una máquina Corona portátil iniciaban la doble vocación. Y la calle de Álvarez de Castro, con sus dobles filas de acacias frágiles, que hoy ya son robustas, con su suelo de tierra.

Allí se formó Fernán-Gómez “liberal, anarquista, católico -éste era un concepto político- y un poco de derechas por la parte de la madre”. Vivió los acontecimientos políticos, y esa extrañísima experiencia de la vida cotidiana que fue Madrid cercado, hambriento, bombardeado en la guerra civil; y el Madrid de la Victoria, cuando la ciudad empezó a transformarse en otra cosa. Allí escribió sus primeros y sus segundos versos; y todavía en la calle de Álvarez de Castro -la primera casa de su primer matrimonio- reunió al jurado del premio que él dotó con el dinero que ganaba como actor de cine y teatro: el Café de Gijón. La carrera de actor comenzó en el cuadro artístico de su colegio; se apuntó en una escuela de arte dramático de la C.N.T.- profesora de declamación, la actriz Carmen Seco-; se inició en los teatros de guerra- Pavón, Eslava- y culminó en la posguerra, en Los ladrones somos gente honrada, de Enrique Jardiel Poncela, que escribió para él el papel de “Pelirrojo”(o lo adaptó, porque entonces las obras se adaptaban o se escribían para las disponibilidades de reparto de compañía. De las manos de Jardiel pasó a las del cine: un primer papel en Cristina Guzmán, profesora de idiomas (novela de moda, novela rosa con un poco más de literatura de lo habitual, de Carmen de Icaza, adaptada al cine por Gonzalo Delgrás y producida por Cifesa. Vendrían después los grandes éxitos: Balarrasa, Botón de ancla.

“Once años de personajes estúpidos, de películas casi siempre inocuas, de sueldos miserables, de hambre, de largas épocas de parada, de momentos de desaliento, de desesperanza.”

En toda esta zona de su vida hay ya una continua versión doble del Fernando Fernán-Gómez. El acto de éxito y el intelectual algo oculto, algo soterrado: como si tuviera un poco de vergüenza de escribir o de decirse escritor, probablemente por la jactancia, el vocabulario, el brillo de algunos de los jóvenes creadores junto a los que se sentaba en el Café de Gijón. Tertulia de años.

Y un trabajo lento y cuidado hacia un teatro mejor, un cine mejor. Ya iniciado en unas sesiones de lo que entonces se llamaba “teatro de cámara”: funciones para un solo día -en el Instituto Italiano de Cultura-, guiones y dirección de películas propias, perdidas entonces en pequeños cines de barrio y conservadas ahora como joyas de filmoteca (La vida por delante, El mundo sigue, El extraño viaje), interpretación en la escena de textos mayores -Bernard Shaw, Tolstoi, Andreiev-; y una incorporación al cine nuevo: Armiñán, Erice, Saura, Gutiérrez Aragón. Un trabajo de escritor inclinado hacia el teatro: autor de La coartada, de Los domingos, bacanal, de Las bicicletas son para el verano.

Hay, en la semblanza de Fernando Fernán-Gómez, hay que destacar algunos rasgos como el talento brillante, un gusto por la paradoja, un encanto verbal, su sensibilidad por la mujer: su capacidad, digamos de gran amor. Una elegancia indumentaria que o se lleva nunca al dandismo. Un desprendimiento por su propia obra que a veces parece suicida (de otra forma su calidad de escritor hubiese resplandecido mucho antes. Un profundo sentido de la amistad: amigos que le duran lo que dura la vida. Una extraña forma de conjugar estas ideas un poco fantásticas -literatura, teatro, amor, amistad- con el sentido de la realidad. Una dialéctica de atracción-repulsión por el dinero. Una afición descarada al sueño largo, al baño largo, a la conversación larga: es decir, lo que parece una inclinación desmedida hacia el ocio, de donde ha nacido la leyenda de la pereza. La pereza, como se sabe, no existe de una manera intrínseca en nadie: existe solamente una falta de estímulos, y Fernán-Gómez repudia el trabajo cuando los estímulos- no económicos, necesariamente- son escasos: cuando son elevados esos estímulos, aunque puedan resultar inútiles para su vida material, trabaja incesantemente.

Argumento:

Es una familia formada por la madre (Doña Dolores), el padre (Don Luis) y los dos hijos (Luis y Manolita), además de una criada (María.

Luis tenía un amigo llamado Pablo, el cual también era su vecino, que al principio de la historia empiezan a discutir porque Luis piensa que es mejor un libro que una película y Pablo prefiere el cine antes que la lectura porque decía que para leer un libro tardabas días, incluso semanas, y que no se veía lo que iba pasando. Por el contrario, las películas tardaban horas y se veía todo le que iba sucediendo.

Luis se leía los libros de su padre en días y se los imaginaba. Empezó a explicar lo que veía cuando se leía el libro El tanque número 13, que si veía que los tanques salían del bosque de la Ciudad Universitaria y disparaban al Hospital Clínico, que salían los soldados y les disparaban, etc.

Al final, los dos dijeron que no podía ocurrir una guerra en Madrid por que no había campo ni desierto y las fronteras estaban muy lejos.

Doña Antonia, la vecina y madre de Pedro y Julio, tenía envidia de la casa de Doña Dolores porque tenía un balcón y le entraba más luz por las ventanas así como del dinero que tenían para poder pagar una criada y mantener a sus hijos.

Doña Antonia le pidió a Doña Dolores que si le podía pedir a Ambrosio un empleo para su hijo en el banco; Doña Dolores le da esperanzas a su vecina.

Luis había quedado con Charito para entregarle el poema que le había escrito. Charito empezó a leerlo pero no entendía la letra, así que a él le tocó leer el poema que ya se sabía de memoria. A ella le gustó mucho y Luis le dijo que si podían quedar otra vez, pero ella se marchaba pasado mañana, por eso ella le dijo que si quedaban para ir al día siguiente de excursión en bici a la Casa de Campo con Coca y los otros, pero como no tenía bici no podía ir.

Doña Antonia le dice a Julio que tenía apañado lo de su empleo pero que todavía no podía ser. Él empezó a darle las gracias a su madre y la dijo que le había pedido relaciones a María y que le había dado esperanzas. En ese momento, llaman al timbre Don Ambrosio, su mujer Laura y sus dos padres (Don Simón y Doña Marcela); se sientan en la mesa y empiezan a hablar sobre la muerte de José Calvo Sotelo y el levantamiento de Franco. Al rato, suena el timbre de nuevo: son Don Luis y Manolita, Manolita se acerca a Julio y empieza a hablarle, él la insulta y se marcha. Al día siguiente los dos quedan en casa de Manolita, Julio pide disculpas a Manolita por haberla insultado y la explica que fue por que se enteró que ella quería ser artista. Julio la dice que quiere hablar con sus padres para pedirla la mano y ella le dice que antes quiere decirle una cosa. Cuando se va Julio, entra en casa Luis y Pablo que van corriendo a la cocina buscando a su madre, que la cuentan que en el café han oído que la guerra a empezado en África. La madre enciende la radio y oye al interlocutor contando lo de la guerra en África, en ese momento viene Don Luis y todos empiezan a contárselo. Cuando Luis y su padre se quedan hablando solos, le pide que le compre una bicicleta nueva; su padre le dice que no es por el dinero, sólo que estarán cerradas las tiendas al enterarse de la noticia desagradable, por lo cual, cuando pasara esto se la iba a comprar.

Manolita empieza a insinuar a sus padres que Julio la ha pedido la mano, entonces Don Luis empieza a decir que era un incompetente, que tenía trabajo por ellos; entonces le dice a su hija que era su elección. Por la noche Don Luis y Doña Dolores empiezan a hablar del asunto.

A los dos días, Pablo y Luis estaban en su habitación por que Luis le iba a dar un libro verde que había encontrado de su padre a Pablo; María va a la puerta por que han llamado al timbre: es el primo de Luis y manolita, Anselmo que estaba en la mili.

Anselmo les empieza a contar que en el Mediterráneo hay abundancia de comida y dinero, sin embargo, en su barrio la mayoría de las tiendas estaban cerradas; que cuando terminara la guerra iba a ver amor libre y libertad de expresión. También contó que empezaban a entrar a España.

Varios días después, se empiezan a escuchar el tableteo de las ametralladoras y las explosiones de obuses cerca de allí.

Manolita cuenta a Don Luis que Luis, la noche anterior, estuvo en la habitación de María, entonces Don Luis y Doña Dolores van a hablar con la sirvienta María para decirla por que había dejado entrar en su habitación a Luis y que habían hecho, ella contesta que no se había enterado y que solo estuvieron hablando pero Don Luis y Doña Dolores no la creyeron por eso le dieron un máximo de dos días para irse. También hablaron con Luis pero a él no le dijeron nada.

Julio le dice a Manolita que no pueden seguir juntos por que con el trabajo que tenía y su ilusión de ser artista no creía que en ese momento iba a funcionar, que lo tenían que dejar por un tiempo.

Luis le cuenta a Pablo que va a trabajar en la bodega con su padre y Pablo le responde que a él le meterá de repartidor de telégrafos un amigo de su padre y que su hermano, Salvador está en el frente. Y a lo mejor el otro también. O algo peor porque es comunista. Y su hermana se ha casado con un extranjero de brigadas internacionales. A los pocos días, mataron a bastantes personas como al jefe de Don Luis que llevaba la bodega. A partir de ese día, Don Luis era el dueño por ahora de la bodega.

Estando en casa de Doña Dolores, Doña Antonia cuenta que su hijo Pedro tiene novia y que ahora mismo está viviendo en su casa y ya puestos, Doña Marcela cuenta que se va ha divorciar de Don Simón.

A los cinco o seis meses cuenta Manolita a su madre que se ha quedado embarazada de un miliciano llamado José Fernández, que le habían hecho capitán y había muerto en la sierra. En ese momento llama al timbre Doña Antonia y las cuenta a las dos que la novia de Pedro es una prostituta y encima él sabe que rosa es prostituta y le da igual.

Estando en el sótano Doña Maria Luisa (la casera), Maluli (su hija), Don Ambrosio, Laura, Doña Marcela, Luis, Doña Dolores, Manolita (con su hijo en los brazos) y Don Luis inician distintas conversaciones. Doña Marcela dice que su marido no ha bajado por que prefiere morir lejos de ella y la portera dice que la gente ya no baja al sótano por que está acostumbrado a las explosiones. Al rato, entran Julio, Rosa y Doña Antonia.

Luis le da a Maluli una poesía que a escrito, empiezan a hablar sobre Bécquer y la dice que cuando la lea le diga lo que piensa de ella.

Ha venido María del pueblo con su marido Basilio y a traído maizena para el bebé que dice que está como un fideo. Don Luis le da las gracias. Manolita les cuenta que el padre de su hijo había muerto en la sierra pero se ha casado con Julio que está trabajando en el bazar y siguen hablando sobre cuando llegará la paz. Se oye una explosión cerca de obus y al rato llega Luis que se sienta a hablar. Más tarde llega Rosa con una mala noticia: ha caído un obus en el bazar y Julio ha muerto; Rosa le pide a Doña Dolores que vaya a acompañarla para darle la noticia a su madre, Doña Antonia.

En el sótano están Doña Maria Luisa, Maluli y Josefa (la criada); empiezan a decir que todavía hay que bajar al sótano por que no ha terminado la guerra pero mientras hablan entra Luis y les dice que los aviones están tirando el pan y que ha terminado la guerra. Maria Luisa manda a Josefa a por alguna barra de pan pero Josefa que ya es mayor regresa sin ninguna barra por que la única que había cogido se la habían llevado. En ese momento Maria Luisa y Maluli piensan que tenían que haber ido ellas.

Al día siguiente, Don Luis y Luis llegan a su casa antes de la hora normal con la noticia de que no tenían trabajo ya que los familiares de su antiguo jefe habían cogido las riendas de la bodega y como ellos estaban en el sindicato, estaban despedidos. Luis abre la puerta por que había llamado Pablo para despedirse ya que se iba a Barcelona con sus padres por que le habían destinado allí a su padre como director de correos. Ellos no tenían nada para celebrar la buena vida que iba a tener ahora ya que no tenían ni galletas y menos aún anís. Entonces Pablo se acuerda que su padre le había dado una botella de anís para Don Luis, aunque no era de su antigua bodega, se echaron unas copas de la botella. Todos se despidieron de él.

Don Luis y Luis se fueron a dar una vuelta a las trincheras que habían estado ocupando los milicianos en la guerra. Luis le contó a su padre que antes de que empezara la guerra, él y Pablo habían estado hablando de que allí no podía haber nunca una guerra. Su padre le dijo que a lo mejor le iban a meter a la cárcel por ser un miembro de los sindicatos y que siendo así, él sería el hombre de la casa y tendría que dar alegría diciendo como que su padre estaba en la cárcel era una boca menos que alimentar.

Tema:

Trata sobre la guerra en la cual una familia más o menos rica viven el inicio de la guerra y el final de la guerra y en la cual cambia totalmente su vida, como por ejemplo, conocer muertes de algunos amigos y familiares, y perder el trabajo de toda una vida hasta quedarse sin una sola moneda.

Estructura:

-Primera parte:

Presentación de los personajes.

-Segunda parte:

Comienzo de la guerra.

-Tercera parte:

Desarrollo de la guerra.

-Cuarta parte:

Principio de la posguerra.

Personajes:

-Don Luis Trabaja en una bodega, es republicano y es padre de Luis y Manolita.

-Doña Dolores. Ama de casa y es madre de Luis y Manolita.

-Luis. Un chico como de catorce años, estudiante, le gusta leer.

-Manolita Chica de unos dieciocho años, artista, madre de un bebé y viuda.

-María. Rostro bobalicón y carnes apretadas, criada de Doña Dolores.

-Pablo Un chico como de catorce años, estudiante, no le gusta leer.

-Doña Antonia Mujer menuda, gris y lacea, tiene unos cincuenta años, madre de Julio y Pedro.

-Doña Marcela. Anciana, mujer de Don Simón.

-Anselmo Joven vestido de miliciano, con sus pistolas y un pañuelo rojo y negro al cuello.

-Pedro Hijo de Doña Antonia.

-Julio Tiene veinte años, no es muy agraciado y lleva gafas de miope.

-Basilio Marido de María.

-Charito .Chica de unos catorce años.

-Doña Maria Luisa .Unos cuarenta años, madre de Maluli y casera.

-Don Ambrosio Anda por los cuarenta y es un señor como otro cualquiera.

-Don Simón Anciano, marido de Doña Marcela.

-Maluli. Chica de unos catorce años, hija de la casera.

-Rosa. Prostituta y novia de Pedro.

-Laura. Unos treinta años y es una mujer guapa.

-Josefa Anciana y criada de la casera.

Conclusión personal:

La obra titulada “Las bicicletas son para el verano” de Fernando Fernán-Gómez nos quiere decir con ella que tras una guerra cambia toda la vida de cualquier familia, sea pobre o rica.

Nos explica como es la vida en la guerra y palabras que o había oído antes.

Bibliografía:

-Libro “Las bicicletas son para el verano”.

Fernando Fernán-Gómez.

Edit. Espasa. Colección Austral .Número 109.

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Enviado por:Sergio
Idioma: castellano
País: España

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