Literatura
La montaña mágica; Thomas Mann
THOMAS MANN:
La montaña mágica
BIOGRAFÍA:
Ensayista alemán, crítico cultural y novelista, recibió el premio Novel de literatura en 1929. Su trabajo más famoso fue BUDDENBROOKS (1901), que se publicó cuando tenía 26 años. Lo comenzó a escribir en su estancia en Italia y lo completó en dos años y medio. El libro ultrajó en su día a los ciudadanos de Lübeck, quienes lo vieron como una mera farsa y sátira de los incidentes y personajes locales. En opinión de algunos de los expertos en la materia, como es el caso de Henry Hatfield, quién dijo que en esta novela Mann alcanzaba lo que Goethe tanto había ansiado, que era la eterna juventud en la realización de los libros; no ya solo en los aspectos puramente técnicos pero también en los conceptuales, esta es, sin lugar a duda, su mejor obra. Los cuales, según este crítico, se plasmaban magistralmente en esta novela, que aún estando escrita al estilo de los clásicos, no deja de sorprender por su genial estilo literario.
Thomas Mann nació en Lübeck en 1875 y murió en Suiza en 1955. Fue el hijo de una familia rica (lo cual se puede apreciar con la lectura de sus novelas, concretamente en la que a mí me han encomendado), cuyo padre fue nombrado varias veces burgomaestre de la ciudad. Su madre, por otra parte, venía de una familia Germano-Lusa, lo cual ayuda también, en mi opinión, a las constantes muestras de diversidad que se ven en la Montaña mágica, donde personajes de las más variadas procedencias conviven en paz y ¿Armonía?
Su padre murió en 1891, motivando que su compañía de negocios cerrara. La familia se trasladó a vivir a Munich, donde Mann acudió a la universidad. Sus habilidades físicas motivaron que trabajase como bombero entre 1894 y 1895, antes de comenzar a plasmar en papel su afición por la escritura. Dicha prolífica carrera como escritor comenzó en la revista Simplicissimus, hasta que en 1898, a la edad de veintitrés años, publicase su primera novela: DER KLEINE HERR FRIEDMANN.
Durante estos años, Mann estuvo inmerso en las lecturas de los grandes autores de la filosofía contemporánea, como Nietzsche o Shopenhauer, acompañado como no de la música compuesta por el maestro alemán, Richard Wagner. En la novela antes mencionada, BUDDENBROOKS, su primeriza obra maestra, utilizó una novedosa técnica llamada leitmotiv, que adquirió del mencionado músico. Al comienzo de la elaboración de dicho relato, en 1897, Mann planteó la novela como una breve historia de uno de los miembros de su familia. Al sufrir el propio Mann intensos cambios en lo personal a lo largo de dicho proceso, esto quedo totalmente reflejado en la novela, que nos muestra la historia de una familia, con todos sus entresijos, que desciende del más absoluto éxito a la más penosa decadencia. Como era de esperar, el último superviviente de la novela, es un joven escritor decadente.
Tras haber escrito esta majestuosa novela, Mann se dedicó a escribir varias novelas cortas, en algunos casos autobiográficas, donde mostraba intereses por asuntos de toda índole: desde la relación entre el arte y la disciplina, pasando por la importancia del sacrificio y la condena, hasta las desventuras de una joven enamorada que acaba muriendo, que menos que por amor, en su famosa obra “Muerte en Venecia”.
Durante la Primera Guerra Mundial, Thomas Mann apoyo la política del Káiser y atacó el liberalismo. En su novela VON DEUTSCHER REPUBLIK (1923), ejerció de portavoz semi-oficial de la democracia parlamentaria, instando a los intelectuales a que apoyaran el estado de Weimar.
Tras diez años de duro trabajo, Mann completó la que según los críticos es su segunda gran novela, y la que en mi opinión es una auténtica demostración de portento tanto intelectual como literario: DER ZAUBERBERG, es decir, La Montaña Mágica (1924), donde plantea sus mayores problemas existenciales, que más adelante analizaré a fondo.
Su siguiente gran obra fue la trilogía JOSEPH UND SEINE BRÜDER (1933-42). Esta historia bíblica, que nos muestra el conflicto entre la libertad personal y la tiranía política, esta basada en el Génesis 12-50 y durante la escritura de la misma, el control político en Alemania fue de los Nazis.
Durante la ascensión Hitler, Mann se trasladó a Suiza, donde editó la revista “Mass und Wer”, hasta que finalmente se trasladó a los estados unidos en 1936, donde trabajó en la universidad de Princeton. En 1941, se trasladó a Santa Mónica, aunque tras diez años de estancia decidió marcharse por las discrepancias con los Norte Americanos, que perseguían a los simpatizantes del movimiento comunista, mayoritariamente el ruso.
En este sentido, cabría decir que Mann admiraba en gran medida la literatura rusa, lo que le motivó a escribir varios ensayos referentes a obras de Leo Tolstoy, centrándose especialmente en ANNA KARENINA. Aún así, hay que decir que admiró en mayor medida a Goethe, a quién consideraba un noble. Escribió además, un ensayo donde especulaba sobre si Fiodor Dostoevsky habría violado a una menor, algo que más adelante fue totalmente desmentido por la misma.
La última gran obra de Mann, fue DOKTOR FAUSTUS (1947), la historia del compositor Adrian Lewerkühn y la progresiva destrucción de una cultura alemana en plena decadencia tras las dos guerras mundiales. Finalmente, ese mismo año, Mann regresó a Europa, aunque vivió en Suiza, evitando así pisar tierras alemanas. Murió allí, como dije al principio, el doce de agosto de 1955, un año después de que comenzara a escribir su inacabada pero no por ello menos meritoria parodia CONFESIONES DEL ESTAFADOR FELIX CRULL.
CONTEXTO Y MOVIMIENTO:
SITUACIÓN MUNDIAL
Por la vital importancia que tuvo en la vida de Thomas Mann, y con el objetivo de explicar porqué considero a éste un adelantado a su tiempo que ejerció de profeta en su tierra, he decidido añadir un breve resumen de lo que fue la Segunda guerra mundial. Pues, aún a sabiendas de que de ninguna manera todos lo conflictos son iguales, hay que señalar que la novela que me ha sido encomendada se sitúa antes que la primera guerra mundial que, paradójicamente, sucedió poco antes de que el premio Nóbel alemán finalizara la obra. Teniendo pues en cuenta que entre sus planteamientos deja entrever que un acontecimiento de semejante magnitud no debería de ocurrir pero que, desgraciadamente ocurriría, digamos que acertó de pleno, no ya criticando la primera de manera tan sutil, sino también vaticinando la segunda. He aquí pues un breve pero ilustrativo resumen de la que esperemos haya sido última gran guerra y fracaso de la humanidad:
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
El 28 de enero de 1933, Adolf Hitler, máximo dirigente del partido Nacional Socialista, era nombrado canciller de Alemania. Se iniciaba así la puesta en práctica de una de las ideologías que más vidas ha cobrado en la historia del Siglo XX: el nazismo.
En seis años, Adolfo Hitler y sus seguidores convirtieron a Alemania en una temible maquinaria bélica que llevó al mundo a la peor conflagración que ha conocido la humanidad: la Segunda Guerra Mundial.
Un gigante herido
La ideología del nazismo ganó fuerza en la Alemania derrotada en la Primera Guerra Mundial. Hitler explotó el descontento surgido por la derrota del Imperio Alemán, la debilidad de su frágil heredera, la República de Weimar, y las imposiciones de los vencedores de la guerra en el Tratado de Versalles.
Para enero de 1933, Hitler era canciller, unos meses después su partido ganaba en las urnas la mayoría relativa en el parlamento alemán, el Reichstag. Poco después, con la prohibición del partido Comunista, tenía la mayoría absoluta. Un año después, con la muerte del mariscal Hindenburg, el último presidente de la República de Weimar, Hitler se convertía en el Führer y el nazismo se adueñaba completamente de Alemania.
Racismo, guerra y muerte
En cuestión de años, la Alemania nazi comenzó a expandirse, llevando consigo sus principios de la supremacía del pueblo ario y el odio a los judíos y otras minorías. El mundo contemplaba esta expansión, aparentemente arrolladora. Para 1939, la humanidad estaba nuevamente en guerra.
La Blitzkrieg (guerra relámpago alemana) absorbía a la mayoría de los pueblos europeos, se extendía por las estepas rusas, los cielos ingleses y las dunas del desierto africano. En seis años, decenas de millones de personas morían a causa del nazismo. Campos de concentración como Auschwitz y Dachau comenzaban a hacer funcionar su maquinaria de muerte. Seis millones de judíos fueron testigos de ello, sin contar a gitanos, enfermos mentales y todo aquél que no se circunscribía al prototipo del ario.
Los resultados
El nazismo dejó su huella en la historia del Siglo XX, una marca de sangre, muerte y dolor. Alemania pagó con su división el experimento y debe vivir con el estigma aún hoy, más de cincuenta años después. Al finalizar el siglo el nazismo continúa en la memoria de muchos. Todavía surgen los denominados grupos neonazis, que defienden la "supremacía blanca". Su presencia, para muchos, sirve para recordar a una de las etapas más duras que ha vivido la humanidad.
AUTORES ALEMANES RELEVANTES DE PRINCIPIOS DE SIGLO
Herman Hesse (1877-962)
Herman Hesse nació en Calw el 2 de julio de 1877 y murió en Montagola en 1962. Hijo de dos misioneros Bálticos, Verlasgverein Johannes Hesse y Maria Gundert, vivió en Basilea de 1881 a 1886, después regresó a Calw hasta 1889. En 1891 se fugó del seminario en el que había ingresado y en el que se sentía absolutamente reprimido en lo personal y en lo emocional al no poder ejercer entre sus muros su vocación de poeta. Ello provocó que le trataran de endemoniado y que la presión a la que fue sometido le empujara a un malogrado intento de suicidio (afortunadamente para las letras universales) e ingreso en un centro de neuropatía y enfermedades mentales. En 1893 acabó el bachillerato y en 1894 entró a trabajar en una fábrica de relojes donde estuvo hasta 1895.Aprendió el oficio de librero con JJ Heckenhauer.
Fue a partir de 1899 cuando comenzó su fulgurante carrera literaria desde la cual se iniciaría como periodista. En 1901 hizo su primer viaje a Italia, en 1902 publicó unos poemas dedicados a su madre, la cual murió poco después de la publicación. En 1903 abandonó su trabajo en la librería y viajó por segunda vez a Italia. En 1904 publicó Peter Carmezind y se casó con María Bernoulli. En 1911 fue a la India. En la Primera Guerra Mundial tuvo una posición pacifista y liberal su no beligerancia le llevo a ser identificado con las fuerzas nacionalsocialistas de ocupación. Envidiado y criticado por algunos de sus coetáneos intelectuales Hesse permaneció en todo momento firme en sus convicciones e independencia de pensamiento. Posteriormente vivió en Suiza consiguiendo la nacionalidad en 1923. Ganó el premio Nóbel de Literatura en 1946.
En su obra se deja entrever una marcada espiritualidad, la soledad, la muerte, el amor, y otros temas que vienen siendo habituales en el pensamiento humano. Sin embargo Hesse supo hacerse con un público incondicional que le ha seguido más allá de modismos pasajeros y banales. Admirado por poetas e intelectuales, odiado por quienes siembran de dudas las mejores de las hazañas aunque se trate de hazañas artísticas y culturales. Bandera de espiritualistas, budistas y pragmáticos, fu a su vez ídolo juvenil y del hipismo. Hesse es, sin lugar a dudas uno de los grandes maestros de las letras universales un genial escritor y un excelente humanista, a quien admiro desde la sencillez y rebeldía de la adolescencia y continuaré admirando desde la tranquila atalaya de la madurez.
Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900)
Filósofo, psicólogo y filólogo clásico alemán fue un crítico severo de la moralidad, el utilitarismo, la filosofía contemporánea, el materialismo filosófico, el idealismo alemán, el romanticismo alemán y la modernidad en general. Es uno de los filósofos más leídos y escribió una gran cantidad de aforismos y formas de composición experimentales. Aunque su trabajo ha sido distorsionado e identificado con el romanticismo filosófico, el nihilismo, el antisemitismo, e incluso con el nazismo, él mismo negó a gritos estas tendencias en su trabajo, hasta el punto de oponerse a estas. En la filosofía y la literatura, se le identifica como una de las fuentes de inspiración del existencialismo y el postestructuralismo.
VALORACIÓN PERSONAL:
En mi opinión, de esta magistral novela, demostración de que su polifacético autor era un verdadero adelantado, habría que destacar tres aspectos principales. Sin embargo, no querría hacer creer que estos son en absoluto los únicos aspectos que merecen una reseña pues, sinceramente, considero que, aun después de haber hecho un análisis exhaustivo de la novela, quedarían todavía aspectos que requerirían de varias interpretaciones para ser comprendidos en su totalidad. Puesto que tras cada frase de esta colosal novela se esconden, ciertamente, demasiados secretos por revelar que estarían además condicionadas por la imparcialidad de un lector que, de ninguna manera estaría en condiciones de determinar su análisis de manera contundente e irrevocable, pues creo que cada uno descubrirá en sus propias lecturas su propia montaña mágica. Habiendo dado las explicaciones pertinentes, estos serían los aspectos más importantes: los personajes, el tiempo y el lugar y, finalmente los hechos narrados.
Del primero, creo que lo más importante es la pericia que muestra el autor a la hora de crear de la nada personajes capaces de hacer ver y creer al receptor todo tipo de ideas y sensaciones. Pues sin ser personajes heroicos, siendo como son personajes que de ninguna manera trascienden más allá de su entorno, consiguen calar a fondo a un lector que desde el principio nota como el también se sumerge en una travesía interior que, al igual que al protagonista, le ayudará a entender más allá de lo que hasta entonces creía era correcto o no. En este sentido, creo que los personajes que nos plantea, son contradicciones sutiles, extremos de una única dirección, puntos divergentes cuyo único nexo de unión es la enfermedad que, en mi opinión, representa precisamente esa debilidad humana de la que difícilmente nos podemos librar. Pues en contra de lo que sugiere el protagonista, estar enfermo no es síntoma de superioridad, sino demostración de que la condición humana no es en absoluto perfecta y que por lo tanto, o aprendemos a convivir con esta idea, o huimos de ella. Mas, aunque a nosotros también nos cueste admitir nuestras carencias, llegará un momento en el todos nos habremos de enfrentar a ellas, por lo que probablemente es mejor hacer como Joachim (el primo) y tratar de seguir adelante no con resignación, pero si con aceptación y sentido común.
El segundo punto, estrechamente relacionado con el primero, es el del tiempo y lugar. Y digo eso porque creo que esas peculiaridades en los personajes se dan precisamente por la genial atmósfera que crea el autor a su derredor. En este contexto, correctamente calificable como mágico, el autor da rienda suelta a los mencionados personajes, descubriéndole al lector cómo reaccionan y se comportan. Pese a todas las inclemencias que Thomas Mann había vivido para cuando publicó esta obra, creo que al contrario que otros autores contemporáneos, el no nos muestra un mundo sumido en la desesperación del cual no nos queda más salida que la muerte, sino al contrario, nos plantea un mundo plagado de humanismo y vida, que incita en muchos momentos al lector a cerrar los ojos y soñar en su propia existencia, pensando que el también es el personaje principal de una novela, la suya, de la que aún no se ha escrito el final. Porque aunque parezca que un siglo sea tal vez demasiado tiempo y que por tanto su contenido este algo desfasado, cabría decir que este canto a la humanidad es una obra atemporal cuyas verdades creo serán validas ahora y siempre.
Por último, aunque haya señalado que los hechos carecen de excesivo interés, además de que al ser una novela tan extensa me sería imposible resumirla en un espacio tan breve, me he decantado por una breve selección de los acontecimientos a mi parecer más importantes, que bien podrían interpretarse como un resumen subjetivo efectuado con el único ánimo de transmitir aquello que yo he visto más interesante remitiros. He aquí pues, el resumen:
El joven Hans Castrop, sin estar completamente enfermo, se traslada al sanatorio para tuberculosos situado en Davos (Suiza), donde visitará a su primo Joachim. Pero lo que iba a ser una visita breve, se convierte en una larga estancia de siete años en la que, gracias a las conversaciones que mantiene, pero sobre todo gracias a lo que escucha, recibe una educación sobre la vida que bien podríamos denominar como avanzada y privilegiada. Dos son , en este sentido, los hombres que más le aportan: Settembrini, un humanista italiano, y Naphta, un revolucionario radical, que habla constantemente de la fe como algo ciego e irracional. El propio Naphta, en un momento determinado, declara la que en mi opinión es la frase más contundente de todas las que se nos presentan, y la que mejor refleja el sentir de una época: “El misterio y precepto de nuestros tiempos no es la liberación y la evolución del ego. Lo que más demanda y añora con sus actos, no es otra cosa que el terror”. Sobra decir que esta frase fue, digamos, premonitoria, pues dos décadas después el mundo se veía sumido en la más horrible y cruenta de las guerras habidas y esperemos que, por haber.
Otra de las anécdotas curiosas relacionadas con esta pintoresca pareja de pensadores es cuando estos se retan y por consiguiente enfrentan a duelo: El librepensador, dispara al aire y Naphta, en un acto de rabia, se dispara a si mismo, lo que deja latente una vez más la tendencia del autor a huir de cualquier tipo de violencia, aunque esta parezca tener justificación.
El otra personaje que más me ha encandilado, al igual que al propio protagonista, es Claudia Chauchat. Esta enigmática mujer, pareja de otro inolvidable personaje, Mynheer Peeperkorn, confunde al protagonista y hace que este sienta en su propia piel la desgracia de tener lejos al ser que amas. Curiosamente, será el propio Mynheer quien en un acto de impotencia, acabe también por suicidarse, pese a lo vitalista que parecía ser. Por último, el joven protagonista marcha a la guerra, con el anhelo de unos recuerdos que jamás olvidará, dando pie a un genial capitulo final que refleja a las mil maravillas la facilidad de verbo de Mann y su marcado anti-belicismo.
Concluyo pues, subrayando una vez más que, considero esta obra una verdadera muestra de lo que un ser humano puede llegar a ser, pero sobre todo comprender. Pues, virtudes literarias aparte, que evidentemente, las hay, esta novela desborda un conocimiento atípico del ser humano, que deja claro que Mann era, además de un gran escritor, un magnifico pensador que supo adaptarse a sus tiempos en lugar de renegar de ellos. En conclusión, digamos que el mayor merito del autor ostenta en que, aun siendo contemporáneo de verdaderos astros en el firmamento de intelectuales de la posguerra, supo destacar sin hacer ruido, partiendo siempre de esa calma y sutileza que le caracterizaban. Un auténtico genio, del que Goethe estaría orgulloso.
CITAS:
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“A man lives not only his personal life, as an individual, but also, consciously or unconsciously, the life of his epoch and his contemporaries." (from The Magic Mountain, 1924) (“Un hombre vive no solo su vida personal, como individuo, pero también, consciente o inconscientemente la vida de su época y sus contemporáneos”.)
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“Yo no me ataré ni al partido de Naphta ni al de Settembrini... ¡ Singulares pedagogos con su eterno problema de la presencia! La vida o la muerte, la enfermedad o la salud, el espíritu o la naturaleza... ¿ Son éstas antinomias? ¿ Son siquiera problemas? No, no son problemas. La muerte, con todas sus vergüenzas, está instalada en el corazón de la vida y no habría vida sin ella, y el lugar del horno Dei está entre ambas, a medio camino de la vergüenza y de la razón, lo mismo que el Estado es el término medio entre la comunidad mística y el individualismo acendrado.” (de La montaña mágica)
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“La guerra es la salida de los cobardes a los problemas de la paz”.
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“La belleza, como el dolor, hace sufrir”.
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Enviado por: | Krush |
Idioma: | castellano |
País: | España |