El texto objeto de este comentario, un fragmento de La colmena, fue escrito por Camilo José Cela. Este fragmento, está publicado en el libro que lleva su mismo nombre. La colmena, es una novela que transcurre en Madrid, en los años de la posguerra, hacia los cuarenta. En este texto de género novelesco, vemos que el autor utiliza un punto de vista omnisciente, por lo que sabemos las emociones y los sentimientos de los diversos personajes. Para definir la actitud del narrador, podemos decir que es parcial, satírica, condescendiente, escéptica y comprensiva. La colmena es un texto dirigido a un público generalmente selectivo, con un nivel eminentemente culto, sobre todo con buen gusto literario. En el texto que comentamos, predomina la función lingüística referencial, centrada en el referente; pero además de ésta, también aparecen las funciones fática y conativa, centradas en el canal y en el receptor respectivamente.
El tema de este texto trata de la tertulia entre diversas personas en un Café, de la época. Este fragmento, transcurre en dos escenarios: el Café, típico lugar donde se realizaba la vida social, y en una taberna. La estructura interna del texto, se divide en cinco partes, coherentes entre ellas, dado que están narradas en un orden lógico, con una progresión constante de los hechos, sin ningún tipo de contradicciones y los hechos relatados están relacionados con el mundo real. Este texto, básicamente, es de tipo conversacional, es decir, es un diálogo, y posee las características que definen este tipo de textos: guioncito, guión, simplificación del lenguaje, oraciones incompletas, expresiones coloquiales, en este caso de la época, como “Ande, líe un pitillo y no las píe”. Los caracteres de sendos protagonistas son opuestos, ya que Vega, el impresor, posee una forma de ser trabajadora, amable, pero también imperante, exigente y autoritaria. En cambio, el bachiller tiene una forma de ser que le hace adulador, conformado, hasta subordinado. Una característica de la época, la vemos cuando el autor se refiere al protagonista llamándole bachiller, en vez de llamarlo por su nombre, porqué en la posguerra, poseer este título significaba una admiración social. El contenido de este fragmento es básicamente cultural e ideológico, dado que nos muestra ciertas características sociales de la época y la ideología de los empresarios, en cómo dirigir a sus trabajadores, o como les llama don Mario Vega: subordinados.
La variedad de lengua que utiliza el autor al transcribir el diálogo entre los personajes es la coloquial, que vemos en expresiones como “esta mañana tuve que echar a la calle al que tenía, por golfo”. El registro lingüístico habitualmente es coloquial, pero con ciertas palabras cultas. En el transcurso del diálogo, vemos que los personajes se tratan de usted: “Tome una tarjeta”. En este fragmento vemos que predominan las oraciones enunciativas, aunque al intervenir don Mario Vega, normalmente utiliza las oraciones imperativas, o conativas, por la intención del emisor, la cual cosa define mejor el carácter del impresor. Además de estos tipos de oraciones, también aparecen un grupo minoritario de oraciones exclamativas e interrogativas, otra característica del lenguaje coloquial. Referente a los signos de puntuación, vemos que se utiliza mucho la coma, que nos indica que éste, es un texto muy pausado. En el nivel léxico-semántico vemos que no se utilizan ni extranjerismos ni tecnicismos, lo que hace que veamos que no había influencias de otros idiomas en su vocabulario. Pero lo que sí aparece, son palabras o expresiones de la época: “petaca” y “cobista”.
Para concluir, cabe valorar que, al iniciarse el texto, se utilizan dos palabras que nos marcan la idea principal: “impresor” y “cobista”, lo que significa que el autor, Camilo José Cela, quiere marcar cómo se desarrollará este fragmento, y así consigue centrarnos la atención y comunicarnos en que ámbito se producirá la acción. El autor, consigue comunicarnos la situación de la época, desde dos clases sociales muy bien elegidas: la burguesía y el pueblo trabajador. Desgraciadamente, situaciones abusivas como la que relata esta novela, se producían en la posguerra y siguen produciéndose hoy en día, pero a través de las entrevistas laborales o en las ETT, o Empresas de Trabajo Temporal, en las que se abusa del trabajador. La actitud del impresor es realmente abusiva, creo que cualquier joven de hoy en día no aceptaría trabajar para un empresario prepotente, dado que no ganarían experiencia laboral, si no le ofrece un contrato. Todo y que los empresarios se aprovechen de los jóvenes trabajadores, cabe comentar que el bachillerato, no tiene salidas laborales definidas, sino que se tiene que continuar con otros estudios: carreras universitarias o ciclos superiores; para poder encontrar un buen trabajo. Este texto, posee una perdurabilidad literaria imborrable, ya que La colmena es una de las obras cumbre de Camilo José Cela y una joya de su época.