Lenguaje, Gramática y Filologías


Investigación en Calabria; Geoffrey Trease


INVESTIGACIÓN EN CALABRIA

Paul Vandyke es un chico de diecinueve años que vive en Italia en tiempos de la segunda guerra mundial. Mientras se ponía a cubierto durante un ataque nazi se encontró una cuchara de plata que tenía una inscripción en latín que decía: PAVLUS VIVAS.

Karen es una joven que en verano se dedica a trabajar como guía en el museo del tío de su amigo Andy, situado en Londres. Un día en una expedición con unos forasteros americanos acompañados por su nieto y una madre con su hijo, sucedió lo que ella más deseba, un motivo por el que podría usar su silbato, una incidencia. Uno de los americanos intentaba coger una cucharilla de plata que posaba sobre la mesa del escritorio del Estudio de Sir Harry pero por suerte o por desgracia estaba pegada a la mesa, Karen fue corriendo hacia allí para ver que pasaba y entonces el nieto de los americanos se acercó a ella por orden de su autoritaria abuela y le entregó un billete de cinco dólares, Karen no los quiso aceptar, dijo que todo era un mal entendido, entonces llegó Sir Peter para comprobar el porqué Karen había hecho sonar el silbato y Paul Vandike el hombre americano le explicó que el tenia una cuchara igual, pero quería saber si llevaba alguna inscripción. Sir Peter le acercó el cartel para que viera que si que portaba una inscripción en latín: VIVAS PAVLINA. En el reverso poseía unas letras “XP” y Karen les explicó que la letra “X” en griego era una “CH” y la “P”, una “R”, eso las convertía en “CHR”, abreviatura de Christos, era plata cristiana.

Después de cenar buscaron información sobre las cucharas, pertenecían al botín de Alarico, cuando saqueó toda Roma.

Quedaba poco para que se fueran de viaje, ya que se habían comprado un billete Inter-Rail, era un billete de tren que les permitía viajar en tren por toda Europa. Pero surgió un problema, Chris no pudo ir por problemas personales, así que les sobraba un billete, tenían que buscar al cuarto acompañante, puesto que eran tres y les faltaba uno así que Andy pensó en que viniera el nieto de la familia americana, Max.

El punto de partida fue en París, acudieron Andy, Karen, Julie y Max, éste último traía un criado para que le llevara la maleta. El joven esta vez no llevaba traje, corbata o camisa, que era como solía ir vestido, esta vez llevaba vaqueros, deportivas, camiseta… había dado un cambio radical a su aspecto, le presentaron a Julie y sonó la voz de la azafata del tren indicando que ese era el que marchaba rumbo a Milán, este era el suyo.

Viajaron de noche, ya iban conociéndose cada vez más. Julie, la prima australiana de Karen, era una chica muy divertida, contaba un montón de historias y experiencias, ella estaba en Londres desde hacía seis meses, trabajando cubriendo puestos de bajas o de vacaciones, Max la envidiaba, pues ella tenía mucha independencia, no como él, que tenía que hacer todo lo que su abuela le ordenaba. Max se fue dando cuenta de que Julie y Andy se querían. Llegaron a Milán con un aspecto muy desordenado, no les importaba puesto que los demás jóvenes que viajaban en el tren también estaban igual. Max y Karen se fueron a ver una galería de arte, ella sabía mucho sobre cuadros y lo que no sabía él se lo completaba. Max le contó a Karen que prefería el arte y la historia al derecho o contabilidad, pero que como en el arte no se gana una cantidad considerable de dinero, por eso eligió el derecho y contabilidad.

Al día siguiente fueron a visitar Roma, vieron la Capilla Sixtina y el castillo de Ángelo. También viajaron a Pompeya y subieron a la cima del Vesubio para que Andy pudiera ver su primer volcán como arqueólogo. Ahora pensaron en visitar un poco los alrededores de Cosenza. Allí se decidieron por un hotel, ya estaban cansados de las pensiones baratas porque no podían tener ni un baño propio. Un día el recepcionista del hotel le enseñó un recorte de revista de famosos que contenía una foto de una familia a Max, este se puso muy nervioso y le ordenó que se la diera, cuando la tuvo en su poder la rompió en pedazos bastante pequeños y se deshizo de ella. Karen lo había visto todo y cuando perdió de vista a Max, se acercó a la papelera, cogió los trozos de papel y los reconstruyó. ¡Eran los señores Vandyke con Max! Y el título narraba algo de: “El multimillonario señor Vandyke…”. Karen entendió porque se había puesto tan furioso, tenía miedo de que sus amigos lo trataran de una manera diferente si veían aquel recorte. Así que Karen hizo los trozos aún más pequeños y los escondió aun más dentro de la cesta. Cuando se reunieron todos vieron que Max estaba muy nervioso y dijo que tenían que marcharse de allí en cuanto antes.

Se fueron hacia el Sila y se encontraron con uno de los nuevos embalses que estaban construyendo, pero aparecieron dos hombres indicándoles que el camino era peligroso, que había “lupomanari”, hombres lobo. Ellos sabían que en esa época del año no había lobos, pues lo decía en el folleto, se acercaron hacia el pueblo abandonado lo visitaron todo, fueron encontrando objetos por las calles y las casas, pero cuando llegaron a la iglesia encontraron dos sacos, supuestamente llenos de explosivos, así que decidieron no tocarlos.

Con todo lo que encontraron se acomodaron en la escuela, para pasar allí la noche. Había dibujos de niños, cada uno tenía su arte, pero resaltaba uno que era muy cómico. Por la noche Karen despertó porque había oído algo se fue a observar por toda la escuela, pero no encontró a nadie ni advirtió nada extraño. Se marchó a acostarse, pensaba en la cruz, la iglesia, el río… todo estaba tal cual lo describió el señor Vandyke en el restaurante de Londres.

A la mañana siguiente, Karen sintió que alguien le lamía la mejilla, era un gato. En ese momento empezaron a llamar a la puerta, llamando a alguien, buscaban a un tal Nero. Dedujeron que sería el gato, entonces entró una mujer vieja, Donna Margherita, les explicó que ella era la única que habitaba en el pueblo, que todos se habían marchado porque iban a construir un embalse pero ya se retrasaba la inauguración tres meses.

Donna Margherita les preguntó si querían quedarse a vivir en su casa durante su estancia en Calabria, ellos aceptaron sin pensarlo dos veces. Durante la tarde llegó un amigo de Donna Margherita que ejercía de sacerdote, se hacía llamar Furioso, porque su moto era muy estruendosa. Él les contó que conocía a Donna Margherita desde muy pequeño, ya que jugaban juntos. Después los jóvenes les contaron lo del tesoro del rey Alarico, el saqueo de Roma, donde se podría encontrar el hipotético tesoro. Pero necesitaban un detector de metales para poder empezar la exploración. Donna Margherita les contó que la mafia italiana quería que inmigrara de su pueblo para poder inaugurar la presa y como asistirían muchas celebridades poder perpetrar un atentado.

A la mañana siguiente quedaron con Furioso para ir a por el detector de metales de un amigo suyo y de paso iban a sacar dinero del banco, solo podían ir dos así que fueron Max y Karen.

Cuando el amigo de Furioso les dijo como funcionaba el aparato, se lo guardaron y fueron al banco. Estaba lleno de gente así que se dispusieron a hacer cola, divisaron al recepcionista del hotel, el que le enseñó la foto a Max, acto seguido entró un hombre bajito, muy arreglado y escoltado por dos hombres musculosos. Por lo visto, no iba a ponerse en la fila ya que todos le dejaban pasar. Karen vio al recepcionista del hotel que hablaba con ese hombre mientras señalaba a Max, pero este no los divisó ya que estaba sacando dinero. Cuando llegaron a casa de Donna Margherita le contaron lo ocurrido en el banco, esta les dijo que aquel hombre era Il Barone, el jefe de la mafia italiana. Estuvieron charlando un rato y se fueron a dormir. Pero a media noche despertaron al oír un aullido, vieron que Donna Margherita llegó a su habitación con cara de susto y les dijo que era “lupomanari”, oyeron un golpe en la puerta, otro, ahora el tercero. Donna Margherita les ordenaba que no se asomaran a la ventana que no se debía ver como se transformaba de lobo a hombre, pero Max y Andy se asomaran y vieron a un hombre. Bajaron por las escaleras y abrieron la puerta, allí estaba un hombre que llevaba un gorro que era la cabeza de un lobo, todo era una farsa, el hombre intentó forcejear con Max pero entre él y Andy le golpearon y se fue corriendo, cayéndole la gorra al suelo.

Cuando despertaron decidieron que harían turnos de una hora con el detector de metales, así no se aburrirían. Estuvieron mucho rato hasta que sonó el detector de metales y marcaba que había encontrado oro, era una diadema, más tarde unas monedas de bronce. Subieron a casa y decidieron que la búsqueda tenían que continuarla los expertos, Max se ofreció para ir al puesto policial que había cerca de allí. Cuando terminó la llamada a la policía se dirigió a casa, pero se dio cuenta de que le seguía un coche, se escondió en un huerto y entonces le cogieron dos hombres vestidos de “lupomanari” le cogieron y le condujeron delante de Il Barone, que era el dueño del coche que le perseguía. Le maniataron y le llevaron a una torre, allí le encerraron en una habitación. Pasaba allí el tiempo, empieza a hacer aire, y del vendaval, la torre se derrumba. Max estaba malherido, levantó la vista y vio a Furioso, le estaba llamando, fue con él, subieron a su moto y se fueron a toda velocidad hacia casa de Donna Margherita.

La mafia les seguía, en coche, llegaron a casa de Donna Margherita antes que ellos y escondieron a Max. Poco más tarde entró Il Barone con una pistola en la mano, apuntó a la anciana y se oyó un disparo, Donna Margherita yacía en el suelo, ellos se asustaron, incluido Il Barone porque la mafia no podía matar a mujeres. Los hombres del capo comenzaron a inspeccionar a la difunta, observaron que no sangraba y vieron la bala incrustada en la escalera, había muerto de un infarto. Empezaron a correr para buscar a Max y cuando lo cogieron, les quitaron los zapatos a Julie y Andy para que no les pudieran seguir por la montaña debido a que estaba cubierta de piedras. Entonces aparecieron los carabinieri y empezó un tiroteo en el que la mafia salió perdiendo. Resulta que la policía había ido por la llamada de Max gracias a su descubrimiento. Salvaron al joven, Karen fue a besarlo, pues ella le quería.

Ya se habían acabado las vacaciones y tenía que marcharse cada uno a su casa. Max y Karen se despidieron, seguro que recordarían esas vacaciones toda su vida.

OPINIÓN PERSONAL:

Este libo me ha gustado mucho debido a las aventuras que pasan los protagonistas y que es un libro de misterio, además opino que el autor ha llegado incluso a intrigarme con su obra.

RAFA BONO AGUILAR

1º - E. S. O.




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Enviado por:Heavy Metal
Idioma: castellano
País: España

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