Ética y Moral


Honestidad


HONESTIDAD

BUSCA LA VERDAD EN TI MISMO ANTES DE BUSCARLA EN LOS DEMÁS

Introducción

Estamos hoy en día en una sociedad inmersa en un pensamiento en el que cada cual vale de acuerdo a lo poseído de manera material, deslindándose de toda herencia moral. En donde debido al infranqueable y desmesurado consumismo se afectó la conciencia del “propio yo”, dando como consecuencia un decaimiento de el valor puramente humano.

Los valores han sido sepultados bajo el escombro de lo que algún día los antiguos pensadores llegaron a imaginar en una sociedad futura, pero contrariamente a esto surge la necesidad del hombre por deshumanizarse. Una contracultura genéticamente trasmitida a cada nuevo espécimen procreado.

Es por eso, que actualmente debemos inculcar en el individuo actual la honestidad, un valor al parecer olvidado en los escaparates literarios que competen a la ética, para así perfeccionarnos continuamente, con la mera necesidad de transformar al mundo de un sueño utópico a una realidad tangible y humana.

1 VALOR

El significado dado a los valores, depende de nuestra concepción de lo bueno y lo malo, y para juzgarlo como adecuado necesitamos compararlo. Es aquí pues que dentro de la moral de cada tiempo y lugar los valores adquieran un sentido particular atribuido por el hombre.

Cuando comenzamos a hablar de valores nos llega a la mente instantáneamente la relación entre palabras como “lo bueno”, “lo malo” y “lo adecuado”, un sistema de creencias innatas en cada individuo que nos llevan a juzgar críticamente en cada acción el tipo de conducta.

“Al ser definidos por el hombre, los valores sólo aplican al propio hombre y a las cosas que concibe materialmente.”¤ Estos últimos adquieren el valor pero debido a su estrecha relación con el hombre tanto de manera subjetiva como objetiva.

“Los valores son absolutos e independientes sin la necesidad de encarnarse en el hombre y las cosas, existen entre y por sí.

Son inmutables puesto que no cambian con el tiempo, ni de una sociedad a otra. Sin existencia real; son la manifestación de un ideal.”¤

“Ha lo largo de la historia cada estrato social ha logrado crear una propia escala de valores para un adecuado comportamiento en bien del grupo”" El moldeo de cada comunidad dependerá de su moral.

El hombre hace variar su relación con los valores e inclusive descartarlos en determinada época. “A pesar de esto no inquietan la existencia de los valores pues permanecen de un modo absoluto, incondicional e intemporal.” ¤

El valor tiende a elevar a la personalidad humana pues surge desde el interior del alma misma. Su conducta entonces adquiere un sentido sólo cuando se presenta el valor.

“Los valores morales en la persona íntegra nos llevan a la felicidad propia mediante el camino de la bondad, dirigidas libremente por la razón satisfaciendo así nuestra autorrealización.”

“Desarraigarnos de las costumbres inculcadas desde primeros años de nuestra vida para así propiciar en nosotros valores humanitarios, nos produce un miedo sin fundamento racional, puesto que al convertirnos en humanos caemos en la disyuntiva imaginativa de llegar a ser un “perdedor” o “un mediocre”.”"

2 EL VALOR DE LA HONESTIDAD

Sumergidos bajo el velo de una sociedad absurda e incongruente, encapotada por esa doble moral que siempre ha caracterizado al ser humano; hemos de encontrar la raíz de la mayoría de los problemas que nos aquejan constantemente como civilización, si es que así se n os puede llamar; un apelativo un tanto sarcástico que trata de esconder debajo del tapete económico la realidad.

Las personas hemos olvidado que el triunfo no consiste solamente en satisfacer nuestras necesidades materiales, hay que cultivar además el espíritu, pues esto es lo que trasciende. Los goces materiales nos dan un placer momentáneo apartando las miradas de nuestro interior, pero al caerse el velo que cubría nuestros ojos nos encontramos en un desierto estéril ya que elegimos el camino equivocado.

Muchas veces tenemos las expectativas puestas en las personas, tratando de que en ellas se encuentren los valores deseados y terminamos desilusionados al pensar que no se encontraban ahí, pero olvidamos que los valores primero deben de vivirse personalmente para luego así poder exigir a los demás el cumplimiento de nuestras expectativas.

He aquí que de entre la clasificación de los valores según su jerarquización aparece uno cuyo valor es deseado tanto como propio, así como generalizado en todos los demás, pues adquiere una trascendencia universal.

Uno en donde todo el afluente de valores desemboca proyectando así a la persona excelsa, libre de todo vicio mundano y de una ambigua moral; de una persona que ha alcanzado el equilibrio entre mundo y hombre.

La honestidad es aquél valor que nos lleva a ser congruentes entre lo que decimos, pensamos y hacemos, en la conducta hacia los demás y hacia uno mismo, que da a cada cual lo que corresponde de acuerdo al propio criterio sin afectar los intereses de los demás, no se pregona a todo el mundo el tener esta facultad, sino se actúa en el vivir diario.

3 CARACTERISTICAS DE LA HONESTIDAD

“Nadie me comprende aunque soy honesto”. Esto no es ser honesto. La honestidad sale a relucir como un diamante sin defectos, que no permanece escondido su brillo, porque tanto nuestro interior como nuestro exterior son el reflejo uno del otro.

Ser interiormente de una forma y exteriormente de otra, crea barreras y puede causar daño, porque nunca podremos estar cerca de los demás ni los demás querrán estar cerca nuestro

La integridad de una persona esta entrañada en la honestidad. “Un ser humano que muestra indudablemente la confianza, la seguridad, el respaldo y la confidencia.”S Cualidades codiciadas por el sector de la humanidad que desea vivir y dejar vivir.

El hombre honesto como ser social propicia a su alrededor un ambiente de confianza en donde los demás así como él mismo mejoran continuamente, donde se crean personas de bien gracias a la rectitud que allí se respira. Si no confiamos o desconfían de nosotros entonces es en este caso en donde las amistades se rompen en todos los ámbitos en los que nos relacionamos en la sociedad, pues nuestras promesas serán vanas y nuestra actitud será tan cerrada que solamente veremos los defectos ajenos y no los propios, no valoraremos las cualidades ni trataremos de tenerlas en nosotros.

Gracias a la seguridad que proyecta podemos ver siempre en esa persona que dará más de lo esperado, entregará más de lo que se le pide, de lo que sus propias capacidades limitan, nunca se rendirá y será de una manera desinteresada cuya única finalidad es sacrificarse para un bien, para dignificar a los otros y así mismo.

La honestidad nos conduce indudablemente a hablar de una manera clara y sincera con los que nos rodean, sin circunloquios ni tapujos triviales. El ser de esta forma es sin duda alejarnos de la mentira, de toda clase de mentira; el ocultar la verdad y tratar de ser diferente sólo con el fin de agradar a determinadas personas, fomentar en nosotros la hipocresía únicamente nos llevará a la frustración.

No hay que simular nuestras acciones para no recibir quejas puesto que se espera de nosotros una conducta seria, responsable, correcta justa y desinteresada.

Una característica más de la persona honesta es también el cuidar de los bienes económicos y materiales; no despilfarrar una sola moneda en artículos banales de los cuales no adquirimos ningún provecho, pero usar grandes cantidades de dinero cuando sea necesario.

El comportarnos de manera honesta nos lleva a mostrar al mundo nuestra personalidad orgullosa, no ególatra; puesto que somos el sujeto concreto, definido tal y como es, sin esconder el pensamiento y las obras dando como resultado el éxito y la felicidad.

Pocas personas reconocemos nuestros fallos y errores, y aún menos rectificamos las acciones cometidas, pero son aún más escasas quienes piden disculpas por sus hechos.

La persona que es honesta, por sí misma, es garantía de fidelidad, discreción, trabajo profesional y seguridad en el uso y manejo de los bienes materiales, tanto personales como ajenos.

Por el comportamiento serio, correcto, justo, desinteresado y con espíritu de servicio que adquirimos mediante la honestidad, esta se convierte en uno de los valores más importantes para el perfeccionamiento de nuestra personalidad.

“No tendría sentido pensar en la honestidad como algo que debe de ser si careciera de valor, así pues más allá de lo que entendamos como valor, sabemos entonces que es un ideal.”ð

“Honestidad es transparencia, sinceridad, realeza, es coherencia entre lo que se piensa, se habla y se hace, es verdad, es apertura mental, es positividad, en definitiva es Pureza.

La pureza es la madre de la paz, el amor y la felicidad. Paz es armonía, concentración, estabilidad, calma, dulzura, alegría, paciencia, tolerancia, humildad, introversión, etc.

Amor se expresa en la cooperación, el altruismo, respeto y consideración, sacrificio y servicio.

El desarrollo de estas habilidades conducirán a la experiencia auténtica Felicidad.”Z

CONCLUSIÓNES

A pesar de que es claro de que nunca llegará a existir un hombre perfecto sobre la faz de la Tierra debido a nuestra naturaleza instintiva, que impide a nuestro raciocinio actuar civilizadamente, en lugar de dejarnos llevar por el comportamiento de supervivencia animal grabado en los genes; creo firmemente que si es posible mejor día con día perfeccionándonos continuamente, es por eso indispensable cultivar el espíritu mediante la honestidad.

Cuan injusta parece la vida dado que a la persona con un comportamiento deshonesto aparentemente obtiene lo que quiere sin necesidad de esforzarse mientras que el honesto sigue con su vida sin ningún cambio significativo, pero eso sólo es una imagen instantánea del tiempo. Después el deshonesto incurre en alguna falta donde es sorprendido perdiendo lo inmerecidamente otorgado con anterioridad y es ahí donde la honestidad lleva avante a aquél que ha sabido tener la perseverancia de ser honesto. La deshonestidad te da frutos momentáneos, pero la honestidad te hace exitoso por siempre.

He aquí un pensamiento que muestra el claro significado de la honestidad:

“Si el mundo entero fuera como tú (ni una pizca mejor),

si fuera igualmente puro y franco,

tan puro y franco como tú,

igualmente libre de malas intenciones,

de extorsiones y engaños,

de planes para burlar al prójimo,

de planes para engañar al prójimo,

de planes para aplaudir al desalmado...

¿sería mejor el mundo?

Si el mundo entero te siguiera (al pie de la letra)

¿sería un mundo más noble,

totalmente despojado

de engaños y falsías,

la malicia, el egoísmo y la lujuria

se borrarían bajo esa costra

que cubre el corazón humano?

Dime, si a ti te imitara,

¿sería mejor el mundo?

 

BUSCA LA VERDAD EN TI MISMO ANTES DE BUSCARLA EN LOS DEMÁS.

 

Desde ahí, uno empieza a entender la realidad de la honestidad.”n

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

Sánchez Vázquez Adolfo

Ética

Editorial Grijalbo S.A. de C.V.

México, D.F. 2001

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