Historia


Histpria de España


Las comunidades de Castilla

Texto de naturaleza política, fuente primaria, publicado en 1521 en la Junta Santa de Ávila.

En esta época Carlos I, hijo de Juana la Loca y nieto y heredero de los Reyes Católicos, había sido recientemente coronado rey de la monarquía hispánica. Carlos había vivido fuera del país hasta este momento. Su primer contacto con el pueblo no fue bueno; no conocía el idioma, trajo consigo una corte de italianos y flamencos que ocuparon los cargos del gobierno desplazando así a los castellanos, subió los impuestos y los sumo al oro proveniente de América para cumplir su sueño imperial, etc. Todos estos hechos provocaron la exaltación de parte de la población castellana, generalmente proveniente de las capas medias y sectores populares urbanos. Este movimiento rebelde que se levantó en armas contra el rey en 1520 recibe el nombre de comunidades.

El texto corresponde a las peticiones de los comuneros. Entre ellas encontramos algunas referentes a los hechos citados anteriormente. Otras reivindican que el poder no pueda recaer sobre ninguna mujer, que en cada ciudad y villa los gobernantes puedan ser elegidos por el pueblo cada tres años, y que cada persona que vaya a suceder al rey acceda a cumplir estas condiciones.

El rey apoyado en la nobleza extinguió esta revuelta en 1521. Sus principales representantes, Padilla, Bravo y Maldonado, fueron hechos presos y degollados en Villalar.

-LOS CONFLICTOS INTERNOS DURANTE EL REINADO DE CARLOS V: COMUNIDADES Y GERMANÍAS.

Durante su reinado, Carlos I vivió dos conflictos internos protagonizados por el pueblo y ambos muy próximos en el tiempo: las comunidades de Castilla y la revuelta de las Germanías.

-Las Comunidades de Castilla.

Están protagonizadas por varias ciudades castellanas que se autoproclaman comunidades. Son movimientos rebeldes que se levantan en armas contra el rey en 1520. Sus integrantes eran los comuneros. Los grupos sociales que los apoyaban eran las capas medias y los sectores populares urbanos. Aunque las revueltas comenzaron en ese año, los problemas venían de un tiempo atrás. Cuando Carlos I llegó al poder lo hizo acompañado de una corte de italianos y flamencos a los que situó en los cargos de gobierno desplazando a los castellanos. También incrementó los impuestos a fin de recaudar la suma necesaria de dinero para comprar el trono alemán haciendo frente al rey francés, Francisco I. Todo ello creo un ambiente de crispación entre la población que causó la revuelta armada contra el monarca. En 1520 surgieron los disturbios en ciudades como Segovia, Ávila, Burgos y Toledo. Más tarde se extendieron a otras ciudades como Valladolid, León, Madrid y Murcia.

Las comunidades eran apoyadas por los sectores medios y urbanos de la población, que defendían sus intereses económicos frente a la nobleza, y también muchos campesinos que querían deshacerse del dominio y las cargas feudales. Por todo esto el movimiento de las comunidades se convirtió en un movimiento antinobiliario.

Los rebeldes expulsaron a los representantes de las ciudades, reclamaron protección para la industria textil nacional, exigieron la convocatoria de Cortes para que la saca de dinero de moneda del reino fuera autorizada, pidieron la expulsión de los extranjeros de los puestos de mando, la reducción de impuestos e incluso ofrecieron el trono a la madre del monarca, Juana la Loca. El rey, apoyado en la nobleza, extinguió este movimiento rebelde en el año 1521 mediante la victoria en Villalar de las tropas comuneras. Los principales representantes rebeldes, Maldonado, Bravo y Padilla, fueron hechos presos y degollados.

-La revuelta de las Germanías.

Las Germanías eran hermandades armadas formadas, con consentimiento del monarca, por los gremios de las ciudades costeras del reino peninsular de Valencia para defenderse de los piratas berberiscos.

La revuelta de éstas no tuvo nada que ver con los comuneros de Castilla. Los nobles de las ciudades habían huido a causa de una epidemia de peste y los artesanos y comerciantes de las ciudades se sentían indefensos. Además el rey había dejado al poder a un representante al que las ciudades se negaron a someterse. La revuelta estuvo dirigida sobretodo hacia los señores feudales y sus siervos mudéjares.

Las Germanías estaban formadas por artesanos, campesinos, trabajadores y miembros del bajo clero. Todos ellos se oponían a los abusos señoriales y a la presencia de musulmanes o mudéjares. Las exigencias de estos colectivos eran la abolición de la jurisdicción señorial y de los impuestos feudales, y reivindicaban para los gremios el dominio de los municipios; llegaron a amenazar con repartos de la tierra.

La rebelión terminó con el dominio de las tropas reales y el duro castigo de las ciudades.

En el Reino de Mallorca se produjo un movimiento similar a este: los campesinos y artesanos insulares se rebelaron frente a los nobles y mercaderes que eran los que controlaban la capital y las tierras más fértiles. Llegaron a dominar la isla casi en su totalidad pero el ejército real controló la situación.

La revuelta de las Germanías fue un movimiento con menor repercusión politica que el de las comunidades, pero la violencia con la que se desarrolló dejó una profunda huella en la economía y sociedad de los reinos afectados.

Éstas revueltas tuvieron varias consecuencias. Una de ellas fue el apoyo conseguido por los nobles en la monarquía, convirtiéndose en aliados firmes del rey. Otra consecuencia fue la alternativa de conversión o expulsión de los mudéjares de la corona de Aragón. La mayoría se convirtió en moriscos o conversos.

-LA POLÍTICA EXTERIOR DE CARLOS V: FRANCIA, TURCOS Y PROTESTANTES.

La idea de un imperio universal cristiano tuvo sus últimos momentos con Carlos V. Éste para cumplirla debió recurrir a la guerra contra tres enemigos principales.

-Las guerras con Francia.

Francisco I de Francia fue el rival principal de Carlos V. Los dominios del monarca rodeaban el estado galo como un anillo que dificultaba su expansión; en 1512 Francia había rehusado a la incorporación castellana de Navarra; existía un gran enfrentamiento entre ambos reinos por el dominio de Italia; Francisco deseba unir a sus dominios el Rosellón y la Cerdaña, condados ultra pirenaicos que Fernando había conseguido retener. Todas estas causas avivaban la rivalidad entre ambos monarcas.

Francisco I y su heredero Enrique II se aliaron con los turcos, los piratas berberiscos y los príncipes alemanas protestantes para contrarrestar la hegemonía continental del emperador. Carlos V se alió con Inglaterra, imprescindible para la defensa de los Paises Bajos. El Papado oscilaba a favor de unos y de otros dependiendo de sus intereses.

Se sucedieron seis guerras con Francia. En la primera los franceses invadieron Navarra e intentaron asegurarse su hegemonía en el norte de Italia desde su posesión de Milán. Fueron rechazados en Navarra y derrotados en el Milanesado en la Batalla de Pavía (1525). Durante otro episodio, el Sacco di Roma, los mercenarios del ejército español se apoderaron de la ciudad de Roma durante una semana como castigo al apoyo del Papa hacia el rey de Francia.

Francia cedió el Milanesado, punto clave para el control de Génova, ciudad del norte de Italia que era un aliado naval, comercial y financiero del emperador. Esaña se convirtió en la potencia hegemónica de la península itálica, y en 1530 el papa coronó a Carlos emperador.

Las luchas se reanudaron y duraron varios años, con épocas de paz intercaladas. Se dieron en dos escenarios: en Italia y en la frontera de Flandes y los Países Bajos. La última de las guerras se sucedió tras la abdicación del rey.

-La guerra contra el Islam.

El imperio otomano o turco se encontraba en su momento de máximo esplendor bajo el mandato de el sultán Solimán. Amenazaba las posesiones del imperio desde la frontera con Austria y el mar Mediterráneo. En éste último se alió con los piratas berberiscos, que saqueaban las isla y costas íberas e italianas haciendo presos a los cristianos, esclavizándolos o pidiendo un rescate por ellos. Carlos V se preocupó mucho por este frente. Poseía dominios en el norte de África pero carecía de una flota naval poderosa, por ellos debió realizar acciones muy sonadas pero de éxito limitado, como la toma de Túnez, de vital importancia para el cese de saqueos de las costas Italianas. Sin embargo, la expedición hacia Argel fracasó. El mar Mediterráneo era inseguro.

-La guerra en Alemania.

Algunos príncipes alemanes estaban apoyando a Lutero en la difusión de la Reforma por el norte de Europa. El emperador solicitó al Papa un concilio para acercar ambas posturas y así recuperar su autoridad y atraer a los príncipes alemanes. Pero su petición se pospuso y entre tanto los príncipes alemanes formaron la Liga Esmalcalda, de gran influencia política y poder militar. En 1545 comenzó el Concilio de Trento, pero los protestantes que ya habían avanzado mucho por el norte de Europa se negaron a acudir. El concilio impulsó la Contrarreforma, movimiento que reafirmó el dogma católico y la disciplina dentro de la iglesia.

Carlos V se sintió obligado a acudir a la guerra para frenar la Reforma, y en 1547 derroto a las tropas de la Liga Esmalcalda en Mühlberg, pero no consiguió la autoridad política ni la unión religiosa, así que en 1555 firmó la paz de Augsburgo por la que reconocía oficialmente el protestantismo en Alemania.

-LA POLÍTICA EXTERIOR DE FELIPE II: ANEXIÓN DE PORTUGAL, TURCOS, FLANDES, INGLATERRA Y FRANCIA.

-Anexión de Portugal.

El trono portugués quedo libre tras la muerte del monarca que carecía de herederos. Felipe II que era hijo de Isabel de Portugal y Manuel I el Afortunado reivindicó sus derechos mediante la derrota militar del ejército luso. En 1581 las Cortes de Tomar (Portugal) reconocieron a Felipe rey de Portugal. El comarca se comprometió a que todos los asuntos portugueses fueran gestionados por portugueses y a respetar la autonomía del reino, y garantizó la seguridad de su comercio.

-Turcos.

Una de las prioridades de Felipe II fue la defensa del Mediterráneo frente a turcos y piratas berberiscos. Éstos conquistaron Chipre, asediaron Malta y expulsaron al soberano de Túnez que había gozado de la protección española.

Felipe II se sintió amenazado y la Liga Santa, bajo la jefatura de Juan de Austria, unió las fuerzas navales venecianas y españolas. Obtuvieron la victoria en el estrecho de Lepanto. A partir de entonces el mar mediterráneo fue más seguro.

-Flandes.

Una de las principales causas de la decadencia de España fue el empeñó de Felipe II en mantener bajo la soberanía de la casa de Austria el conjunto formado por los Países bajos y Bélgica.

La guerra con Flandes estuvo causada por una cuestión política y otra religiosa. Felipe pretendía gobernar aquella región como una provincia más de España, y no como un estado independiente. La población no aceptó esto. Los dirigentes de la rebelión pertenecían a la nobleza, ya que habían sido desplazados del gobierno. Religiosamente las provincias del sur se mantuvieron dentro de la ortodoxia, pero las del norte abrazaron el protestantismo.

Estas causas y la autoridad poco flexible de los dirigentes enviados por Felipe causaron una situación de conflicto constante. España carecía de una flota para actuar en el Atlántico, y el retraso del pago a las tropas debido a la escasez financiera del rey provocaron un rotundo fracaso.

Como resultado de esto el área quedó dividida: por un lado estaba Flandes, que comprendía las provincias católicas del sur, y por otro las Provincias Unidas, que se proclamaron independientes de la corona española.

-Inglaterra.

Felipe mantuvo durante sus primeros años de reinado la alianza que Carlos había tenido con Inglaterra pese a que el trono inglés estaba ocupado por una reina protestante, Isabel I. Pero los corsarios ingleses comenzaron a dificultar el comercio entre España y América, y los holandeses interferían en el trato naval de España y Flandes.Un almirante británico, Drake, entró en la Bahía de Cádiz y quemó varias naves, y la reina Isabel apoyaba a los rebeldes holandeses. Entonces el monarca español envió a la Armada Invencible. La meteorología, la movilidad de la armada inglesa y la lejanía de sus bases provocaron nuestra derrota.

-Francia.

Durante el reinado de Felipe II se libró la última de las batallas entre Francia y España. El monarca español resultó vencedor en la batalla de San Quintín y Grabelinas. Más tarde firmó la Paz de Cateau-Cambresis con el monarca francés Enrique II. Ésta estableció de forma duradera la hegemonía española en Italia y en la Europa occidental.

-POLÍTICA INTERIOR DEL REINADO DE FELIPE II: EL ASUNTO DE D. CARLOS; EL CASO DE ANTONIO PEREZ Y LA REBELIÓN MORISCA DE LAS ALPUJARRAS.

Durante el reinado de Felipe II la rebelión interna más importante fue la rebelión morisca de Las Alpujarras, protagonizada por los moriscos de Granada.

La presencia de éstos en la región de Granada presentaba dos problemas: uno de índole social, ya que no se integraban en la sociedad cristiana y algunos practicaban el bandolerismo; otro problema de índole cristiana, pues se dudaba de su conversión y creencias. Además de esto, eran aliados de los turcos y los piratas berberiscos de las costas norteafricanas.

A causa de todo esto, el rey dictó unas normas en las que prohibía el uso de la lengua y vestimentas árabes, por ejemplo. Estas prohibiciones dieron lugar a una rebelión.

El conflicto se concluyó con la intervención de Juan de Austria, hermano bastardo del rey. Los moriscos que sobrevivieron fueron repartidos por tierras castellanas y sus tierras se asignaron a nuevos colonos. Desde entonces la población mediterránea quedó mucho menos expuesta a la amenaza de los corsarios berberiscos.

Años más tarde, en Aragón, tuvieron lugar algunas alteraciones. En ellas confluyeron varios factores. Uno de ellos era la crisis económica existente que había incitado al bandolerismo; otro motivo fue el descontento político que mostraba una facción de la nobleza aragonesa ante el intervencionismo regio que se daba en esa zona en la que la se conservaba la conciencia de sus fueros y costumbres.

Llegó entonces Antonio Pérez, antiguo secretario del rey. Fue acusado de asesinato y encarcelado, pero después de once años de prisión escapó a su tierra aragonesa donde los fueros limitaban la aplicación de la justicia real. Para recuperar al reo el monarca acudió al tribunal de La Inquisición, que estaba por encima de las instituciones aragonesas, y lo acusó de herejía. Los aragoneses consideraron este acto un contrafuero y se produjo un motín en Zaragoza en el que se liberó al preso de la cárcel de La Inquisición. Un ejército real ayudo a Felipe a controlar la situación y la autoridad regia se impuso sin discusión alguna. Antonio Pérez escapó a Francia y más tarde a Inglaterra desde donde contribuyo a desprestigiar a Felipe II.

-SITUACIÓN DEMOGRÁFICA, ECONÓMICA Y SOCIAL DE ESPAÑA EN EL SIGLO XVI.

La península Ibérica vivió en este siglo un crecimiento demográfico y económico:

  • La población se incrementó hasta en un 50%, alcanzando los ocho millones de habitantes, de los cuales siete eran de Castilla.

  • A base de deforestaciones se amplió el espacio de cereal y viñedo, aunque la ganadería lanar trashumante siguió siendo la principal protagonista de la economía. Sólo a mediados del siglo disminuyó en número de cabezas de ganado.

  • Debido al aumento de la producción agrícola surgieron los excedentes y el aumento y crecimiento de las ciudades.

  • Las actividades artesanales siguieron siendo escasas, exceptuando una débil industria textil, de armas y naval. Se optó por la exportación de las materias primas y la importación de productos manufacturados. La sociedad se convirtió en una sociedad de hidalgos que despreciaban las actividades artesanales.

El crecimiento económico, impulsado por la llegada dentales preciosos de América, dio lugar a una inflación. Estos metales sirvieron para costear la política exterior. Sin embargo, con frecuencia los monarcas hipotecaban la economía de sus dominios a los banqueros. El resultado de esto fue la sucesión de bancarrotas en el reinado de Felipe II.

En la sociedad hispánica se fue afianzando una progresiva intolerancia ideológica que trajo consigo dos consecuencias fundamentales: la consolidación de la separación entre cristianos viejos y cristianos nuevos (musulmanes o judíos conversos) y la obsesión por la limpieza de la sangre, y el paso de una actitud de apertura ideológica a una de cierre total ante cualquier idea que pudiera sonar a protestante.

Un rasgo característico de la sociedad española del siglo XVI fue la obsesión por la hidalguía. Los nobles no querían perderla, pese a que algunas veces su situación económica no se correspondía con su estatus social, y los burgueses, que se habían enriquecido, soñaban con poseerla. La hidalguización supuso el desprestigio de las actividades artesanas, frente a la idea del norte de Europa, que eran consideradas incompatibles con el honor de un hidalgo.

-CARLOS V Y YUSTE.

Un año después de firmar la Paz de Augsburgo, Carlos V se retiró a Yuste, monasterio cacereño, cansado por una actividad tan intensa, enfermo de gota y con la sensación de fracaso debida principalmente a la débil unión religiosa del imperio y a la situación de los musulmanes a las puertas de Austria.. Dejó sus dominios en la península Ibérica, Borgoña e Italia a su hijo Felipe II, y los dominios austriacos y poderes imperiales se los cedió a su hermano Fernando. En Yuste terminó sus días, rodeado de escasas cincuenta personas de séquito, escuchando misa diariamente y dedicado por completo a su afición por los relojes.

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Enviado por:PiPiN
Idioma: castellano
País: España

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