Literatura


Historia de una escalera; Antonio Buero Vallejo


Historia de una escalera

Antonio Buero Vallejo

“ El teatro es mi realización y mi vida...

Cuando Buero deje de existir ya no

quedará más que su obra y Buero será su obra ”

ANTONIO BUERO VALLEJO

DATOS SIGNIFICATIVOS DEL AUTOR

1. 1. Biografía esquematizada

Antonio Buero Vallejo nació en Guadalajara en el año 1916. Pertenecía a una familia de clase media y cursó sus estudios de bachillerato entre Larache (Marruecos) y su ciudad natal, según los destinos laborales de su padre que era militar. Cuando Antonio tenía dieciocho años, su familia marchó a Madrid, y allí comenzó nuevos estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando con el fin de satisfacer su prematura vocación por el dibujo. En la capital también se dedicó a participar en la vida cultural y política del momento.

Pero en 1936, la paz española se vio interrumpida por la cruenta Guerra Civil que tuvo lugar hasta 1939. Antonio quiso alistarse en un principio como voluntario de apoyo al bando republicano, pero tuvo que desistir de tal idea debido a la oposición de sus progenitores. No obstante, sí que trabajó en el taller de propaganda plástica de la F.U.E. y colaboró en Madrid con la Junta de Salvamento Artístico. Un año después del inicio de la contienda, fue destinado a un batallón de infantería, donde sirvió a la República en varios destinos. Mientras tanto, escribía y dibujaba para un periódico del frente y participaba en las distintas actividades culturales que eran organizadas. Al término de la Guerra Civil, Buero Vallejo fue condenado, como otros muchos republicanos, a la pena de muerte, con la fortuna de obtener la conmutación de dicha pena por treinta años de prisión. Así, se libró de una muerte que se planteaba segura, y peregrinó por varias prisiones del territorio español. En Madrid compartió cautiverio con otro grande de España por el mismo motivo: Miguel Hernández. No fue hasta 1946 cuando Antonio recuperó su libertad con la condicional, aunque fue desterrado de Madrid.

En esta nueva etapa de la vida del dramaturgo, la pintura y el dibujo son relegados a un segundo plano, dedicando su concentración máxima a la escritura de teatro. A partir de entonces y hasta el final de sus días no abandonará su espléndida carrera como dramaturgo, viviendo constantemente entre nuevas obras y sus estrenos en el teatro y en el cine, incluso se atrevió a probar suerte como actor en alguna ocasión. Su actividad literaria e intelectual era intensa, acudiendo con asiduidad a diversas ciudades extranjeras para ofrecer conferencias, debates, charlas y/o coloquios.

En 1959 contrajo matrimonio con la actriz Victoria Rodríguez, con la cual tuvo dos hijos: Carlos, nacido en 1960, y Enrique, nacido en 1961.

En 1971 es elegido miembro de la Real Academia Española, y en 1985 se crea oficialmente el Premio de Teatro Antonio Buero Vallejo por el Ayuntamiento de Guadalajara. Además, durante todos estos años, no cesan los homenajes, las publicaciones, los estrenos y cualquier tipo de actividad relacionada con el teatro y, por tanto, con el señor Buero Vallejo.

En 1980 obtuvo el Premio Nacional de Teatro por el conjunto de su obra y en 1986 el Premio Pablo Iglesias y el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes. Igualmente en 1996 se concedió a Buero Vallejo el Premio Nacional de las Letras Españolas, otorgado por primera vez a un dramaturgo. En 1997 destacó la entrega del Premio a las Letras de la Comunidad de Madrid y en 1999 el Premio Max de Honor.

Vida intensa y gloriosa hasta el 2000, año en que nos dejó para siempre con su gran obra y trayectoria profesional como legado.

1. 2. Características y evolución de su obra literaria

La obra dramática de Buero Vallejo se integra en una serie de planos, que aparecen superpuestos en un principio y que van adquiriendo un matiz evolutivo en su etapa posterior: lo simbólico y lo realista, lo existencial y lo social.

Con su primera obra publicada en 1949, “Historia de una escalera”, marcó profundamente el teatro español y modificó las tendencias predominantes hasta el momento. Introdujo un cambio en la visión del drama, utilizando el realismo como principal consigna. Eran tiempos difíciles en la sociedad española, sobre todo en el terreno cultural, así que Buero Vallejo intentó hacer del teatro un escenario para mostrar la cruda realidad.

Los textos realistas se caracterizan por dos elementos principales:

La complejidad de los espacios escénicos.

La profundización en los caracteres de los personajes.

Buero Vallejo optó por la tendencia trágica dentro de ese realismo de fondo. Sus

dramas eran tristes, aunque su intención principal no era provocar tristeza. Él quería ver reacciones y pensamientos en el público, lograr que los espectadores se sumergieran en la historia y trataran de tener opiniones propias que los ayudaran a romper con el sistema impuesto. Sus obras contenían un indiscutible acento didáctico y crítico, orientado a combatir la injusticia y la mediocridad de la sociedad contemporánea.

Al nombrar en el comienzo de este epígrafe la superposición de distintos planos, nos referimos a la capacidad del autor para lograr la coexistencia de realismo y simbolismo, y su posterior diferenciación más adelante. Es decir, sus obras nos muestran la realidad a través de actos simbólicos, que el espectador debe captar para entender el mensaje de fondo inmerso en la mayoría de sus creaciones. A la misma vez, Buero Vallejo mezcla personajes contemplativos con personajes activos, de manera que unos realizan las actividades realmente relevantes y otros simplemente sirven de apoyo a la escena y a la consecución de la historia.

Dentro del conjunto de su obra distinguimos, según R. Doménech, tres grupos de clasificación fundamentales y correlativos en el tiempo:

Obras de “proceso crítico a la sociedad española”, con un enfoque mayoritariamente existencialista.

Obras neosimbolistas, con predominio de una clara intención social.

Obras que son un proceso crítico a la historia de España, caracterizadas por la preocupación política y por la búsqueda de nuevos recursos escénicos.

Yo definiría la obra de este autor en general, y refiriéndome a “Historia de una escalera” en particular, como una puesta en el escenario de un trozo de la vida cotidiana de cualquier persona y el desarrollo de esa vida en uno u otro sentido, buscando la reflexión individual del público para obtener criterios propios sustentados en ideas y convicciones personales. Sería, pues, una especie de fábula con moraleja que permite el cambio de pensamiento o la fundamentación del que poseíamos.

Hay que tener presente en todo momento que el teatro de la posguerra estuvo condicionado por la ideología política imperante y por la demanda del público, que tendía al drama burgués y disfrutaba con la comedia de evasión. Este tipo de obras eran la fuente de inspiración de autores ideológicamente comprometidos con el régimen franquista y la rígida censura fomentaba la ausencia de autores con perfil innovador. No fue fácil la apertura de este tipo de teatro más comprometido con la sociedad, pero poco a poco logró hacerse hueco y subir hasta la cima de las representaciones junto con la novela realista y la poesía social.

Dicho esto, podemos considerar a Antonio Buero Vallejo como el iniciador y la personalidad cumbre de un teatro inconformista y de protesta, que denuncia la realidad social de la época de represión vivida en España en esos momentos. Su experiencia del encarcelamiento y condena a muerte durante la guerra harán nacer en él la preocupación por la condición humana, que será una temática constante en sus obras. A lo largo de su carrera su preocupación existencialista le inducirá a crear personajes problemáticos, con deterioros físicos y/o psíquicos y con condiciones de frustración ante su vida. Buero Vallejo analiza constantemente en sus piezas teatrales la vida real, con el único fin de convertirse en espejo que despierte la conciencia social.

Este autor tan importante en la literatura española del siglo XX ha mantenido una trayectoria coherente, contando en todo momento con éxito de público y crítica favorable. Es probablemente el autor que más haya alentado y reforzado los escenarios españoles en los últimos tiempos.

1. 3. Títulos más importantes

Los títulos más importantes del autor ordenados cronológicamente serían:

“Historia de una escalera”, escrita entre 1946 y 1948 y estrenada en 1949. En 1950 es versionada cinematográficamente y se realiza una reposición teatral de la obra en el año 1968. Premio LOPE DE VEGA en 1949.

“En la ardiente oscuridad”, escrita entre 1946 y 1948 y estrenada en 1950. Publicación de la obra en 1951. Versión para el cine argentino en 1959 y para el español en 1962 bajo el título “Luz en la sombra”. Premio de la ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE LOS QUINTERO en 1949.

“La tejedora de sueños”, escrita entre 1949 y 1950. Estreno en 1952.

“Hoy es fiesta”, escrita en 1955 y estreno en 1956. Premio NACIONAL DE TEATRO y premio MARÍA ROLLAND en 1956. Premio de teatro de la FUNDACIÓN JUAN MARCH en 1959.

“Las cartas boca abajo”, escrita entre 1956 y 1957, año en el que también se estrena. Obra publicada en 1958. Premio NACIONAL DE TEATRO en 1957.

“Un soñador para un pueblo”, que representa a Esquilache, es estrenada en el año 1958 y publicada en 1959. Adaptación cinematográfica en 1988. Premio NACIONAL DE TEATRO y premio MARÍA ROLLAND en 1958. Premio de la CRÍTICA DE BARCELONA en 1959.

“Las Meninas”, que representa a Velázquez. Es escrita y estrenada en 1960 y la obra se publica en el 1961. Premio MARÍA ROLLAND en 1960.

“El concierto de San Ovidio”, obra escrita, estrenada y publicada en 1962. Esta obra tuvo su reposición en el 1986. Premio LARRA y premio de la CRÍTICA DE BARCELONA en 1962.

“La doble historia del doctor Valmy”, que fue escrita en 1964. Se estrenó en el extranjero en 1968 y 1970, en sus versiones inglesa y española respectivamente. Publicación y estreno en España en 1976.

Premios EL ESPECTADOR Y LA CRÍTICA, LEOPOLDO CANO, RADIO ESPAÑA y MARATÓN RADIO POPULAR en 1976.

“El tragaluz”, estrenada y publicada en 1967. Reposición en el año 1996. Premio EL ESPECTADOR Y LA CRÍTICA y premio LEOPOLDO CANO en 1967.

“El sueño de la razón”, escrita en 1969 representando a Goya. Estreno y publicación de esta obra en 1970. Reposición en 1991 y representación en 1994. Premio EL ESPECTADOR Y LA CRÍTICA y premio LEOPOLDO CANO en 1970.

“Llegada de los dioses”, escrita, estrenada y publicada en 1971. Premio LEOPOLDO CANO en 1971.

“La Fundación”, escrita entre 1972 y 1973. Estreno y publicación en 1974. Premios LEOPOLDO CANO, MAYTE, EL ESPECTADOR Y LA CRÍTICA, LONG PLAY, LE CARROUSEL y FORO TEATRAL en 1974.

“La denotación”, comenzada en 1975 y finalizada en 1977, año en el que también se estrena. La obra representa a Mariano José de Larra.

Premio EL ESPECTADOR Y LA CRÍTICA en 1977.

“Caimán”, que se escribe en el 1980 y se estrena y se publica en 1981. Premio EL ESPECTADOR Y LA CRÍTICA y premio LONG PLAY en 1981.

“Diálogo Secreto”, que fue estrenada en 1984 y publicada un año más tarde.

Premios EL ESPECTADOR Y LA CRÍTICA, LONG PLAY y ERCILLA en 1984.

“Lázaro en el laberinto”, con estreno en 1986 y publicación en 1987.

Premio EL ESPECTADOR Y LA CRÍTICA en 1986.

“Misión al pueblo desierto”, concluida en 1998 y estrenada en 1999. Fue la última obra que el autor elaboró, antes de su muerte por infarto cerebral en el año 2000.

2. CARACTERÍSTICAS DEL MOVIMIENTO LITERARIO

En el teatro español contemporáneo podemos diferenciar cuatro tendencias principales:

Drama burgués y comedia de evasión.

Teatro de humor.

Drama realista.

Realismo social.

Drama burgués y comedia de evasión

El teatro español de la posguerra hasta 1949 se caracteriza por un resurgimiento

del anterior teatro benaventino. Los autores afines al franquismo encontraban en Jacinto Benavente y en Alejandro Casona una fuente de inspiración para la creación de sus obras.

Los principales autores del momento sobresalientes en el drama burgués fueron entre otros José María Pemán, Juan Ignacio Luca de Tena y Joaquín Calvo Sotelo.

Por su parte, la comedia de evasión buscaba la creación de obras con final feliz y diálogos divertidos. Los autores más relevantes fueron: Edgar Neville, Leandro Navarro y Víctor Ruiz Iriarte.

Teatro de humor

Es una línea renovadora que surge de la mano de Jardiel Poncela y Mihura, que rompieron con los moldes del humor tradicional e introdujeron matices de lo absurdo y lo inverosímil, sobre todo el primero de estos autores.

De fondo no se perdía el toque crítico y comprometido, aunque no todo el mundo alcanzó la comprensión de este tipo de obras.

Drama realista

Tendencia a la que pertenece nuestro autor en cuestión, Antonio Buero Vallejo.

Él fue el iniciador de este tipo de teatro contemporáneo que plasmaba la protesta social y el inconformismo.

Con el drama realista se buscaba remover la conciencia social con el fin de promocionar cambios y alentar la crítica de una sociedad adormecida bajo la represión del momento.

El drama realista está íntimamente entrelazado con el realismo social, que también surgirá en el siglo XX.

Realismo social

Compuesto por dramas existencialistas mucho más radicales que los del drama realista. Su máximo representante, Antonio Sastre, no logró renovar la escena española debido a su persecución política constante.

También destacan otros autores que siguieron la tendencia iniciada por Sastre: Lauro Olmo, José Martín Recuerda, José María Rodríguez Méndez, Carlos Muñiz y Ricardo Rodríguez Buded.

Aunque este tipo de teatro combativo y de denuncia social perdió parte de su razón de ser con la entrada de la democracia en la sociedad española.

3. ANÁLISIS DE LA NOVELA

3. 1. Temas

- CLASES SOCIALES

Es un tema presente en toda la obra. Nos encontramos con unos personajes pertenecientes a un estatus social bajo, que viven humildemente y deben buscar salidas para trabajar y sobrevivir. La intención de casi todos ellos, sobre todo los más jóvenes, es lograr un cambio favorable económicamente que les permita pasar a una clase superior más desahogada.

- RELACIONES FAMILIARES

Durante la trama de la historia transcurren treinta años en un mismo escenario, lo cual nos permite apreciar cambios en las distintas familias y las nuevas relaciones surgidas entre sus miembros.

Vemos las relaciones de padres-hijos y también las relaciones entre hermanos. Quedan patentes las diferencias intergeneracionales, de modo que la incomprensión preside los contactos entre padres e hijos. Los padres quieren proteger del sufrimiento a los hijos y pretenden alejarlos de cosas que puedan despertar habladurías. Los hijos, por su parte, se niegan a permanecer sumisos bajo unos cánones de comportamiento impuestos por la sociedad y por su pertenencia a una vida de bajo nivel.

- RELACIONES VECINALES

La obra se desarrolla en un rellano de edificio que contiene cuatro pisos de inquilinos. Cada una de las familias vive independientemente, pero es inevitable el contacto entre unos vecinos y otros durante el desempeño de la vida cotidiana.

Relaciones entre las vecinas, que mantienen contacto para comentar los acontecimientos registrados y ayudarse a la hora de comprar y organizarse.

Relaciones entre los hijos de las familias, que están en la edad de los amigos y los noviazgos y se interrelacionan constantemente y de manera no uniforme.

Relaciones negativas también en algún momento por motivos de disputas relacionadas o no con la comunidad de vecinos.

- AMOR

Es uno de los ejes principales de la obra. Nos muestra los sentimientos en todas sus facetas y edades, cada una de ellas con características particulares.

En el primer acto surge el amor entre los jóvenes de cada casa, que sufren contradicciones por lo que desean de veras y lo que les conviene para mejorar su vida. Unos y otros se entremezclan y se separan, dando lugar a un caos emocional que poco a poco se irá relajando.

En el segundo acto, esos jóvenes que tonteaban antaño han formado sus propias familias y continúan viviendo en el vecindario. Quizás las parejas formadas no son las que se esperaban y podemos ver la trayectoria negativa de todas ellas por la infelicidad de sus componentes. Sería un acto repleto de desamor y deseo reprimido por los errores de una elección cobarde.

En el tercer acto, las parejas comienzan a tener hijos, que se convierten en los nuevos jóvenes del rellano de esa escalera. Comienzan a surgir nuevos sentimientos y pasiones entre ellos, aunque la influencia de sus padres creará un sinfín de frustraciones en sus personajes. Los mayores cargan con la melancolía de no haberse dejado llevar por el corazón en el pasado y pretenden negárselo a sí mismos impidiendo nuevas relaciones entre sus hijos, relaciones que no son más que una repetición de su pasado.

- SENTIMIENTOS

Toda la obra está cargada de fuertes matices sentimentales.

Podemos apreciar la angustia de los personajes al verse atrapados en un círculo sin salida, la enemistad entre algunos y el posterior rencor, las envidias constantes, la falsedad entre vecinos y/o familias, la frustración al protagonizar una vida no deseada, la amistad verdadera, la necesidad de proteger a los hijos, el aprecio o desprecio entre hermanos/as... y un sinfín de sensaciones experimentadas por el corazón.

3. 2. Personajes y trama principal

La obra se desarrolla en el tramo de escaleras de una casa de vecinos. Dicho rellano está formado por cuatro puertas y toda la historia transcurre entre los escalones del edificio y el abrir y cerrar puertas de los personajes protagonistas:

ACTO PRIMERO

Nos encontramos en el año 1919. Los personajes inquilinos de nuestra escalera de vecinos son los siguientes:

- Puerta I:

GENEROSA: La señora Generosa es “una pobre mujer de unos cincuenta y cinco años” (pág. 32). Tiene buen corazón y es buena e inocente, su vecina Paca le dice “Mire, Generosa: usted tiene muy poco arranque (...)” (pág. 51). Es la mujer de Gregorio y la madre de Pepe y de Carmina. Se lleva bien con su vecina Paca, juntas conversan y se hacen los favores típicos entre vecinas: “ A ver si me podría dar usted un poco de sal” “¿De mesa o de la gorda? “De la gorda (...) Un puñadito nada más... Gracias mujer”, como se recoge en la página 49 cuando Paca le pide sal a Generosa. Reconoce que su hijo Pepe es un granuja, dándole la razón a la señora Paca: “(...) Y mi Pepe, que no ayuda nada” “Lleva usted razón. ¡Pobre hijo mío!” (pág. 52), pero lo hace desde su perspectiva de bondad y no con el tono irónico de su vecina, como si el muchacho no fuera el culpable: “(...) ¡Y a mi Pepe que no hay quien lo encarrile (...)” (pág. 47).

GREGORIO: Marido de Generosa y padre de Pepe y de Carmina. Es un personaje que no aparece en ningún momento en escena, pero que se sabe en existencia por boca de su mujer y de su hija Carmina. La señora Generosa, cuando alguien le pregunta por él, contesta siempre “Muy disgustado, el pobre. Como lo retiran por la edad... Y es lo que él dice: “De qué sirve que un hombre se deje los huesos conduciendo un tranvía durante cincuenta años, si luego lo ponen en la calle? Y el retiro es una miseria” (pág. 52).

PEPE: Hijo mayor de Generosa y Gregorio. “Ronda ya los treinta años y es un granuja achulado y presuntuoso” (pág. 44). Le gustan mucho las mujeres y aprovecha para tontear con su vecina Rosa cada vez que puede (en la página 44 “Pepe la invita por señas a bailar para después y ella asiente sin disimular su alegría”). No tiene muy buena fama entre los vecinos, y la familia de Rosa le advierte que se mantenga distante de la muchacha. Así, Urbano, hermano de Rosa, le habla: “”Decirte nada más que si la tonta de mi hermana no te conoce, yo sí (...)” (pág. 45) y también Paca, madre de Rosa, se refiere a él como “un chulo indecente” (pág.45), incluso lo trata de “granuja” delante de Generosa (pág. 52).

CARMINA: “Es una preciosa muchacha de aire sencillo y pobremente vestida” (pág. 38), hija de Generosa y Gregorio. Es una chica buena y responsable. Está enamorada de Fernando, pero es tímida e intenta evitarlo: “(...) Ella intenta pasar, con lo ojos bajos. Fernando la detiene por un brazo” (pág. 53), hasta que al final entablan conversación y terminan declarándose mutuamente (pág. 55). Carmina muestra celos de Elvira, lo cual se deduce de las preguntas en tono irónico hechas a Fernando durante su íntimo encuentro: “¿Por qué no se lo pides a Elvira?” “¿Y Elvira?” (pág. 54).

Puerta II

DON MANUEL: “Don Manuel, padre de Elvira, sale vestido de calle. Los trajes de ambos denotan una posición económica más holgada que la de los demás vecinos” (pág. 34). Sucumbe siempre a la persuasión de su hija y termina dándole todos los caprichos. Él mismo le dice a Elvira: “Deja los mimos, pícara. Tonto es lo que soy. Siempre te saldrás con la tuya” (pág. 36). Don Manuel conoce los sentimientos de su hija hacia Fernando, pero no le hace ninguna gracia: “Un tarambana. Eso sabrá hacer él..., hablar. Pero no tiene donde caerse muerto. Hazme caso, hija; tú te mereces otra cosa” (pág. 36), a pesar de lo cual siempre ayuda económicamente a Fernando y a su madre cada vez que Elvira se lo pide.

ELVIRA: “Una linda muchacha” (pág. 32), hija de don Manuel. Está encaprichada en Fernando y constantemente incita a su padre para que eche un cable al niño y a su madre. A menudo pagan los recibos de la luz de la casa de éstos, como se muestra en las páginas 34 y 35: doña Asunción le dice a don Manuel que no le pague, pero aquél le contesta: “¡Si no tiene importancia! Ya me lo devolverá cuando pueda” (expresado “después de atender a lo que le susurra su hija” (pág. 34) ). Además, Elvira pretende que Fernando sea contratado en la agencia de su padre para tenerlo más fácil en conseguir su amor: “Es muy fácil, papá. Tú lo que necesitas no es un yerno rico, sino un muchacho emprendedor que lleve adelante el negocio. Pues sacas a Fernando de la papelería y le colocas, ¡con un buen sueldo!, en tu agencia (...)” (págs. 36-37), porque ella sabe que no es correspondida por Fernando, como muestran su brusquedad con ella y su inexistencia de interés: “(...) Casi seguro que no podrás contar conmigo” “Déjame en paz” (pág.48) o “¡Vete! ¡No puedo soportarte! No puedo resistir vuestros favores ni vuestra estupidez (...)” (pág. 49).

- Puerta III

PACA: Es la más activa del vecindario, esposa de Juan y madre de tres hijos. Es una “mujer de unos cincuenta años, gorda y de ademanes desenvueltos” (pág. 32). Siempre está cotilleando, sobre todo comentándole cosas a Generosa, que es más prudente: “(...) A propósito: ¿sabe usted que don Manuel le ha pagado la luz a doña Asunción? (pág. 51)... Generosa siempre intenta quitarle importancia a los asuntos desde su inocencia: “(...) ¡qué boca, Paca!” o “Es usted muy mal pensada” (pág. 51). A pesar de mantener esta buena relación con Generosa, no puede soportar a su hijo Pepe, e intenta mantenerlo lo más alejado posible de su hija Rosa, con la cual tampoco está muy contenta: “¡Anda para adentro! ¡Y tú, chulo indecente! ¡Si te vuelvo a ver con mi niña te abro la cabeza de un sartenazo!” (pág. 45).

JUAN: Marido de Paca. No aparece en escena en este primer acto, pero se supone que permanece en su domicilio de la puerta III. Paca le grita a su hija Trini, que se dirige a comprar: “¡Que lo compres tinto! ¡Que ya sabes que a tu padre no le gusta el blanco!” (pág. 37), lo cual, junto con otra frase dicha a Generosa (“(...) Juan y yo nos acostamos a oscuras(...)”), confirman la existencia de este personaje.

ROSA: Hija de Paca y Juan. “Mujer joven, guapa y provocativa” (pág. 43). Su mayor error es creerse las zalamerías de Pepe, que le llevan a enfrentarse con su familia, especialmente con su madre y con su hermano Urbano.

URBANO: Único hijo varón de Paca y Juan. “Viste traje azul mahón. Es un muchacho fuerte y moreno, de fisonomía ruda pero expresiva: un proletario” (pág. 39). Comparte con Fernando conversaciones y cigarrillos en el hueco de ventana conocido como “casinillo”. No están de acuerdo en muchas cosas, pero mantienen una relación amistosa. Urbano intenta sonsacar a Fernando el nombre de la mujer que desea y tras probar con todas las vecinas concluye: “¡Está bien, hombre! ¡No busco más! Ya me lo dirás cuando quieras. ¿Otro cigarrillo?” (pág. 43). Urbano no soporta que Pepe esté pretendiendo a su hermana Rosa y se enfrenta a él con amenazas: “(...) ¡Y que como vuelva a verte con Rosa, te juro, por tu madre, que te tiro por el hueco de la escalera! (...)” (pág. 45), aunque esto a Pepe no le impresiona: “(...) ¡Estos mocosos! ¡Que no levantan dos palmos del suelo y quieren medirse con hombres! Si no mirara...” (pág. 45).

TRINI: Hija de Paca y Juan. Es “una joven de aspecto simpático” (pág. 37) que aparece muy unida a sus padres. Suele hacer los recados de la compra. Se lleva bien con todo el mundo, también con su hermana Rosa.

- Puerta IV

DOÑA ASUNCIÓN: “Señora de luto, delgada y consumida” (pág. 33). Vive con su hijo Fernando y apenas cuentan con el dinero suficiente para salir adelante, de ahí que incluso ponga excusas para retrasar el pago del recibo de la luz: “¡Cuánto lo siento! Me va a tener que perdonar. Como me ha cogido después de la compra y mi hijo no está...” (pág. 33). Pero parece ser que no es una situación aislada fruto de la casualidad, ya que el cobrador de la luz contesta enojado: “Sí. Todos los meses es la misma historia (...)” (pág. 34). Doña Asunción no tiene más remedio que tragarse el orgullo y acogerse a la ayuda económica que le brinda su vecino don Manuel, gracias a las peticiones de su hija Elvira, que anda enamorada de Fernando. Doña Asunción llena de halagos a padre e hija y deja clara su postura favorableante un posible noviazgo entre su hijo y Elvira: “(...) No es porque esté delante, pero ¡qué preciosísima se ha puesto Elvirita! Es una clavellina. El hombre que se la lleve...” (pág. 35). Asimismo, doña Asunción intenta hacerle ver a su hijol a conveniencia de emparentar con Elvira de una manera indirecta y, quizás, inconsciente: “¿Te he dicho que el padre de Elvira nos ha pagado el recibo de la luz?”, pero el muchacho reacciona de manera contraria a la esperada por su madre y se enfada: “¡Sí! ¡Ya me lo has dicho! ¡Déjame en paz!” “(...) ¡Pareces disfrutar recordándome nuestra pobreza!” (pág. 39).

FERNANDO: Hijo de doña Asunción. Es “un muchacho muy guapo. Viste pantalón de luto y está en mangas de camisa” (pág. 38). Trabaja en una papelería, pero falta a menudo y se pasa el día imaginando una vida mejor a base de utópicos proyectos creados en su mente. Urbano, en la defensa del sindicato como mejor forma para lograr la mejora laboral, le dice: “Para subir solo, como dices, tendrías que trabajar todos los días diez horas en la papelería; no podrías faltar nunca, como has hecho hoy...” (pág. 40), “(...) No podrías tumbarte a hacer versitos ni a pensar en las musarañas; buscarías trabajos particulares para redondear el presupuesto y te acostarías a las tres de la mañana contento de ahorrar sueño y dinero (...) No tienes tú madera para esa vida” (págs. 40-41) ... “(...) Porque eres un soñador. ¡Y un gandul!” (pág. 41). Son amigos y Fernando sabe en el fondo que Urbano lleva razón, pero no quiere renunciar a sus fantasías de futuro, por eso siempre acaban discutiendo. En el terreno sentimental, Fernando rechaza las proposiciones de Elvira hasta el punto de aborrecerla y tratarla con duras palabras, de lo cual ella se queja: “(...) Mírame un poco, por lo menos. No creo que cueste mucho trabajo mirarme... Eh?”, “¿Pero es que no me escuchabas? ¿O es que no quieres enterarte de lo que te digo?”, “(...) Qué poco te cuesta humillar a los demás! (...)” (pág. 48). Fernando, en realidad, anda enamorado de Carmina y al final logra conversar con ella para expresarle sus sentimientos y sus planes de futuro junto a ella: “(...) No puedo vivir sin ti (...) Necesito que me quieras y que me consueles” (pág.54), y se refiere a Elvira con desprecio “¡La detesto! Quiere cazarme con su dinero. ¡No la puedo ver!” (pág. 54). También hay una muestra de celos de Fernando hacia Urbano, que Carmina disipa rápidamente a modo de burla irónica: “¡Es un buen chico! ¡Yo estoy loca por él! ¡Tonto!” (pág. 55).

ACTO SEGUNDO

Han pasado diez años. Estamos en el 1929, y en nuestra escaleras de vecinos las puertas continúan sin timbre, el pasamanos viejo, las escaleras sucias... Lo que sí podemos apreciar es el cambio de edades en los personajes, así como las variaciones en sus vidas dentro de ese entorno absorbente de clase baja:

- Puerta I:

GENEROSA: El paso del tiempo se nota sobre todo en las canas que cubren su pelo (pág. 56). Su marido acaba de morir, y tanto ella como Carmina no pueden esconder sus lágrimas sinceras: “Sollozan de nuevo y se abrazan a medias (...)” (pág. 56), sin embargo, el otro hijo, Pepe, ni si quiera aparece para el funeral de su padre, a pesar de seguir viviendo en esa escalera de vecinos: Trini le dice “¿No te da vergüenza haber estado haciendo el golfo mientras tu padre se moría?” (pág. 62). Lo que más le preocupa a Generosa es el futuro de su hija Carmina, porque ya sabe que con su hijo Pepe, que ni siquiera las acompaña en el funeral, no tiene nada que hacer. Le dice a doña Paca: “ Yo me moriré pronto también” “Sólo quisiera dejar a esta hija... con un hombre de bien... antes de morirme”. Carmina y sus vecinos de la puerta III intentan animar a Generosa en estos momentos tan difíciles y ella lo agradece: “ Todos sois muy buenos” (pág. 59).

GREGORIO: Este personaje acaba sus días sin aparecer en escena. Fallece al comenzar el segundo acto, y tanto su mujer como su hija lloran su pérdida con desconsuelo. Era un hombre bueno y muy querido, que no levantó cabeza desde su jubilación.

CARMINA: “Carmina conserva todavía su belleza: una belleza que empieza a marchitarse” (pág. 56). Siente mucho la muerte de su padre, y en todo momento permanece junto a su madre. Carmina es cortejada por Urbano: “(...) Carmina, yo... yo te quiero(...), pero aunque ella lo niega sigue enamorada de Fernando (pág. 66). Al final, viendo el panorama reinante y su futura soledad sin ingresos disponibles acepta compartir su vida con Urbano, y se hacen novios: “Quedan un momento abrazados. Se separan con las manos cogidas. Ella le sonríe entre lágrimas (...)” (pág. 67). La ironía y los celos se apoderan del trato entre esta nueva pareja y la ya formada por Fernando y Elvira, cuando éstos se disponen a darle el pésame a Carmina (págs. 74-75).

- Puerta II

ELVIRA: “Se mantiene hermosa, pero su cara no guarda nada de la antigua vivacidad” (pág. 60). Tiene “un niño de pecho en los brazos”. Es Fernandito, el hijo que ha tenido con Fernando, convertido en su marido contra todo pronóstico. Parece que al final sus estrategias para conseguir al muchacho funcionaron y sus billetes lograron la separación entre su actual marido y Carmina. Siempre están discutiendo, y Elvira reprocha muchas cosas y echa otras tantas en cara: “(...) Tendré que decidir yo, como siempre (...) ¿Cuándo vas a decidirte a ganar más dinero? (...) ¡Claro, el señor contaba con el suegro! Pues el suegro se acabó, hijo. Y no se te acaba la mujer no sé por qué” (pág. 60)... “(...) Eso es lo que tú quieres: ver a Carmina y decirle cositas y tonterías”, “(...) La querías y la sigues queriendo”, “¡A mí nunca me has querido! Te casaste por el dinero de papá” (pág. 72). Aunque delante de los demás siempre aparentan ser un matrimonio muy feliz, sobre todo delante de Urbano y de Carmina: “(...) Está preocupado porque al nene le toca ahora la teta. Se desvive por su familia (...)” (pág. 73) o “Cuando quieras, nena” (pág. 75)...

FERNANDO: “ Los años han dado a su aspecto un tinte vulgar” (pág. 60). Al final parece que la fuerza del dinero y la influencia de su madre lograron que Fernando eligiera una posible mejora de vida económica antes que compartir su vida con la mujer a la que amaba. Así, se casó con Elvira y se convirtió en el padre de Fernando hijo. No muestra el mínimo rastro de felicidad y siempre discute con Elvira: “¡Elvira, no te consiento que hables así de mi madre!. ¿Me entiendes?”, “Siempre has sido una niña caprichosa y sin educación” (pág. 61). Igualmente se disculpa constantemente antes los ataques de celos de su mujer: “Elvira, no te alteres. Entre Carmina y yo terminó todo hace mucho tiempo”, pero delante de Carmina no puede disimular su añoranza de otros tiempos y deja mal a su esposa con atenciones exageradas a Carmina, lo cual encela a Urbano y deshace la poca amistad que queda entre ellos: “(...) Elvira exagera. Lo mismo puede parecerse a ella, que... a Carmina, por ejemplo” o “Carmina fue siempre muy sensible” (pág. 74).

FERNANDO (HIJO): Es “un niño de pecho” (pág. 60), nacido de la relación ente Fernando y Elvira.

- Puerta III

PACA: También, al igual que Generosa, ha encanecido mucho. Sigue teniendo el desparpajo de otros tiempos. Apoya a su amiga recién enviudada en todo momento: “¡Ea! No hay que llorar más. Ahora a vivir. A salir adelante” (pág.58), “(...) Ya saldremos todos adelante. Nunca os faltarán buenos amigos” (pág.59). No mantiene relación con su hija Rosa desde que se casó con Pepe, y se refiere a ellos como “basura” (pág. 64).

JUAN: Aparece por primera vez en escena. “Es un viejo alto y escuálido, de aire quijotesco, que cultiva unos anacrónicos bigotes lacios” (pág. 56). Siente mucho la muerte de Gregorio porque eran amigos: “¡Ya no jugaremos más a las cartas, viejo amigo!”, se lamenta mirando hacia la puerta I. Está muy unido a su hija Trini, que lo consuela de sus penas, sobre todo en relación a Rosa. Juan está muy apenado por la relación de su hija con Pepe, y siente que la ha perdido, aunque en el fondo se preocupa por ella y le da dinero por medio de Trini.

TRINI: “Ya es una mujer madura, aunque airosa” (pág. 56). Sigue muy unida a sus padres y siempre actúa de intermediaria con los problemas familiares. Apoya a su hermana Rosa e intenta que no se sienta tan mal por culpa de Pepe.

3. 3. Punto de vista, espacio y tiempo

- PUNTO DE VISTA

La historia es narrada desde el exterior. El autor relata la vida de unos personajes pertenecientes a una escalera de vecinos y trata de introducir en el argumento situaciones ligadas a la realidad del momento y al tipo de clase a la que pertenecen los protagonistas.

El punto de vista desde el que se escribe la historia es de tipo realista y crítico, careciendo en todo momento de situaciones fantásticas o mágicas. Tampoco el humor aparece como telón de fondo.

- CAMBIO DE TIEMPOS

La historia transcurre en un período de treinta años, que son representados a través de dos grandes saltos. El primer acto se desarrolla en el año 1919, en el segundo pasamos a vivir en el 1929 y en el tercer y último acto nos encontramos en 1949.

Es importante tener en cuenta esto, no sólo por el desarrollo de las familias y los personajes con el paso del tiempo, sino también debemos apreciar el cambio de unas generaciones a otras. Con los años cambian las costumbres, unas permanecen y otras no, aparecen nuevas... En definitiva, vemos un cambio en la iniciativa de los jóvenes, que comienzan a pensar por sí mismos dejando a un lado las cuestiones de clase y las deshonras estipuladas familiarmente y comienzan a buscar la felicidad sincera.

- LA ESCALERA COMO ESCENARIO

Es muy importante la presencia del mismo escenario durante toda la obra. El tiempo pasa, pero la escalera de ese edificio de vecinos permanece inmóvil. Eso sí, podemos apreciar el deterioro material como legado de los años transcurridos y los cambios a modo de “chapuza” introducidos por el casero para intentar disimular la pobreza, la humildad y la suciedad que impregnan esta vecindad.

La escalera es uno de los ejes principales, es un testigo mudo que presencia la trayectoria de vida de cada uno de los personajes. En ella se suceden las distintas relaciones familiares y vecinales, las acciones con final feliz y los constantes fracasos, el cambio de generaciones y la repetición de historias similares...

Las situaciones que la escalera presencia día tras día no son situaciones excepcionales ni extrañas, sino aplicables a todas las épocas. Son hechos de la vida cotidiana, de la realidad diaria y, por tanto, posibles de observar en cualquier barrio o edificio en un momento pasado o en la misma actualidad.

Si la escalera hablara...

4. OPINIÓN PERSONAL RAZONADA

Debo comenzar hablando positivamente de esta obra de Buero Vallejo. Ha sido una lectura entretenida que más bien parecía una revista del corazón o una telenovela en vez de una obra de teatro. El lenguaje utilizado por el autor es sencillo y asequible, lo cual facilita la comprensión del entramado argumento con variedad de personajes y abundancia de relaciones entre ellos.

La historia de esta escalera puede resultar familiar para cualquier lector si se para a pensar en su barrio, su pueblo o su edificio de vecinos. Los personajes avanzan en una u otra dirección con el paso del tiempo, unos mueren, otros nacen, otros permanecen en la escalera y otros se van, nuevos personajes llegan, unos se casan, otros no abandonan la soltería, hay buenas relaciones, malas relaciones, amores, disputas, celos, envidias, admiración, ayuda y solidaridad...

Buero Vallejo consigue acercar a los personajes y al lector, que irremediablemente se ve atrapado por obra gracias a la necesidad de estar atento para no perder el hilo de una historia compleja y a la vez divertida.

GUÍA DE TRABAJO MONOGRÁFICO DE UNA NOVELA HISPANOAMERICANA

  • Datos significativos del autor/a

  • -Biografía esquematizada

    -Características y evolución de su obra literaria

    -Títulos más importantes

  • Características del movimiento literario en el que el autor/a se incluye. Relación con la novela leída.

  • Análisis de la novela

  • -Temas

    -Personajes principales

    -Punto de vista, espacio y tiempo

  • Opinión personal razonada

  • Bibliografía

  • BIBLIOGRAFÍA

    La información que ha hecho posible este trabajo ha sido de:

    - Datos biográficos en páginas de internet

    • Nueva Enciclopedia Temática Planeta

    - El propio libro “Historia de una escalera”




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    Enviado por:Violet
    Idioma: castellano
    País: España

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