Economía


Historia de la Economía mundial


TEMA 1: DESDE LA PRIMERA REVOLUCIÓN ECONÓMICA A LA DECADENCIA DEL MUNDO ANTIGUO.

  • La primera revolución económica.

  • Los restos de los homínidos más antiguos conocidos hasta la fecha se remontan a dos millones de años. Estos homínidos vivían agrupados en pequeñas hordas de cazadores - recolectores nómadas. Hasta hace tan solo 10 000 los hombres dependieron para su mantenimiento de la caza y la recolección de frutos salvajes, y hubieron de aprovechar abrigos naturales para protegerse de la intemperie. Hacia el año 80 000 a.C. tuvo lugar la primera revolución económica de la Historia de la Humanidad: el descubrimiento de la agricultura. En el descubrimiento de la agricultura posiblemente influyeron una serie de cambio climáticos que obligarían a una sedentarización de esos grupos de cazadores recolectores nómadas.

    Las consecuencias de esta revolución fueron importantísimas. A partir de entonces, los hombres fueron capaces de producir alimentos en la proporción que requiriese el crecimiento de la población. La población comenzó a crecer de forma notable. El aumento de la producción de alimentos permitiría la especialización de determinados individuos en actividades artesanales. La agricultura permitió acumular excedentes que harían posible el desarrollo de intercambios comerciales. Las sociedades humanas fueron alcanzando una complejidad creciente y surgieron diversas organizaciones políticas, dando a este término una gran amplitud.

  • Configuración del mundo antiguo.

  • El proceso de difusión de la agricultura fue muy lento. La agricultura hizo posible eñ surgimiento de una serie de grandes civilizaciones en el Próximo Oriente y el valle del Nilo:

        • Egipto y Mesopotamia:

    Si la mayor contribución de Egipto al progreso económico consistió en la organización de la agricultura y en la instauración de una complicada vigilancia de la vida económica, la gran aportación de Mesopotamia fue el desenvolvimiento de la agricultura comercial a gran escala, así como la aportación de la técnica y el equipo necesarios a dicha actividad. No puede dejar de citarse el Código de Hammurabi, que promulgado alrededor del segundo milenio a.C., y es un valioso documento para conocer la organización y vida del Imperio Babilónico.

        • Los fenicios:

    La actividad comercial de los fenicios estuvo relacionada con el dsarrollo de la metalurgia. El desarrollo de estas técnicas generó en el Próximo Oriente una importante demanda de metales. Para acceder a estos metales, los fenicios organizaron un sistema de intercambios por el cual transportaban hacia Occidente tejidos de telas finas y de lana, trabajos en bronce, artículos de lujo, esclavos, etc., que intercambiaban por metales.

        • Grecia arcaica:

    La propiedad privada se presenta ante nosotros sin que se pueda impugnar por completo la existencia de propiedad familiar y de propiedades colectivas. La industria, muy activa y ya bastante hábil, parece que solamente trabajaba para las necesidades locales e inmediatas. El comercio se hallaba también muy poco desarrollado. Solamente se realizaban algunos intercambios de región a región o de ciudad a ciudad, dentro de los límites de Grecia.

        • Perido helenístico (Grecia):

    En el siglo VII, las ciudades griegas iniciaron un proceso de colonización en el Mediterráneo. Fundaron numerosas colonias en el Mediterráneo oriental y central. Esta expansión fue un hecho histórico de gran importancia, cuya acción sobre la economía griega y sobre toda la economía mediterránea tuvo bastante trascendencia. Por su actividad y por su trabajo , los griegos formaron las condiciones económicas de muchos países, entraron en contacto directo con algunos de los Estados de Oriente, con regiones productoras de mercancías y de materias primas y esas relaciones modificaron incluso su propia economía.

  • Auge y decadencia del mundo romano.

  • Auge del mundo romano:

  • El crecimiento económico de Roma bajo la república tuvo lugar desde el año 509 al 27 a.C. entre las fases de expansión destaca la conquista de Italia y el venciminto de Roma en las guerras púnicas , ya no tiene rivales en occidente y se adueña de extensos territorios , a la vez que su autoridad se hace in discutible. En menos de cinco siglos, la economía del Lacio había cedido plaza a un inmenso territorio. Al final de la república, la economía romanase encontró dominada por los progresos y la influencia de la riqueza mobiliaria; evolución que se debió en menor grado al desarrollo de la industria propiamente dicha, que a los éxitos de la política exterior del Estado y a las consecutivas victorias de Roma.

    Durante los siglos que inmediatamente han precedido a la era cristiana, de la guerra es donde han nacido en Roma los grandes capitales, porque las repetidas victorias de las legiones han tenido como resultados inmediatos y lejanos acumular inmensas riquezas. La economía antigua entra en la última fase de su desarrollo.

    Los dos primeros siglos del Imperio fueron de prosperidad para la agricultura. Gracias a las relaciones entre las provincias se conocieron nuevos cultivos, efectuándose obras de drenaje. Los emperadores se apropiaron de tierras de príncipes vencidos y los ricos romanos continuaron constituyendo nuevos latifundios. Continúo, por otro lado, aumentando la tierra dedicada a los pastos. Dentro de los cultivos, el trigo, el olivo y la viña reinaban en todo el Mediterráneo. En la mayor parte de los países, la población rural no ocupaba todas las tierras cultivables y grandes extensiones se dejaban para el ganado. Por lo que se refiere a la industria, la gran actividad que cobró la construcción en Italia y en otras provincias y países que ocuparon. Generalmente, las grandes obras las emprendía el Estado, que solía emplear condenados o esclavos. Se empleaban también muchos obreros en las minas y en la industria de la metalurgia. La industria textil y de la confección alcanzaron gran variedad, que constituyó fuente importante de actividad de algunas regiones y países. La forma ordinaria de producción era artesanal. La industria conoció un periodo de gran prosperidad en el conjunto del mundo romano.

    La extensión de los transportes permitieron a los comerciantes ofrecer mercancías muy lejos de su lugar de fabricación; y el crecimiento de la demanda estimuló la producción. Sin embargo, el esfuerzo fue muy desigual entre las prvincias. Nunca el comercio había conocido una expansión semejante. Todo el Mediterráneo constituía un gran mercado común. De todas las provincias llegaban hasta Roma productos alimenticios y materias primas, unque no todos se consumían en Italia.

    Si las principales corrientes convergían hacia Roma, no por ello las provincias dejaban de ejercer comercio con otras, favorecidas por la extensión de la red comercial, la unidad de la moneda y el derecho y, sobre todo la paz. Por otro lado, el comercio con Oriente era muy intenso. Como consecuencia de todo ello, la balanza comercial del Imperio era deficitaria.

  • Decadencia del mundo romano:

    • La crisis del siglo III:

    • En el año 180, el advenimiento de Cómodo señala el principio de un largo periodo de desórdenes, que sumieron al Imperio en la anarquía y que coincidieron con los primeros ataques en las fronteras. Se trata de la crisis del siglo III. La crisis del siglo III se aceleró y agravó gracias a los grandes desórdenes que tuvieron lugar a partir de la muerte de Cómodo (192). El imperio atravesó un periodo de guerras, revoluciones y invasiones. Los emperadores se sucedían con una rapidez inusitada y estaban a merced de un ejército que se había constituido en árbitro de los poderes y las ambiciones. Como consecuencia de todo ello, la población sufrió mucho. Aparecieron el hambre y la peste. Un clima de inseguridad sustituyó a la paz que había prevalecido en los siglos anteriores. Las violencias y los pillajes de las tropas o de los bárbaros impedían toda explotación regular de las tierras, talleres y minas. La disminución de compra de la moneda y la subida vertiginosa de los precios fueron los aspectos más espectaculares de la crisis, y mientras que la masa de la población era cada vez más pobre, otros se lanzaban a la especulación y al acaparamiento de grandes fortunas.

      Se intentó vincular de una forma progresiva a los trabajadores a la tierra, no permitiendo que la abandonaran. En las ciudades, que en parte se vieron privadas de las salidas de sus productos por paralización de los medios de transporte, la regresión afectó a la cantidad y calidad de las fabricaciones. Los problemas monetarios jugaron un papel importante en la crisis del siglo III. la política de devaluaciones seguida por los distintos emperadores para resolver el problema del déficit de la Hacienda agravó los efectos que la anarquía había producido sobre la economía del Imperio. Caracalla, en el año 215, hizo una reforma monetaria, introduciendo el antoninianus, pero pronto las anarquías de los 235 al 268 inutilizaron todo el esfuerzo. El siguiente intento fue el de Aureliano, que intentó también poner fin a todos los desórdenes. Impuestos y confiscaciones le proporcionaron los recursos necesarios para intentar una restauración de la moneda pero sus esfuerzos no permitieron superar una situación desastrosa.

      Con objeto de vencer la creciente parálisis de las producciones y de los intercambios, el gobierno no cesó de extender sus intervenciones en los sectores donde las actividades indispensables estaban en declive o desaparecían. Se aumentó el impuesto sobre las sucesiones, se abolieron las exenciones de ciertos privilegios, se invitó a los ciudadanos a que, ante grandes acontecimientos imperiales, manifestaran su alegría con una contribución sobres sus rentas.

      • Intentos de reforma y disolución del Estado:

      En el transcurso de la crisis, la anarquía política y las invasiones habían acabado de paralizar las producciones y los intercambios. Ante todo, era el Estado el que tenía que restaurarse para poder reactivar la economía. Por otro lado, las distancias entre las fronteras de Oriente y Occidente eran demasiado grandes para que se pudiera atender a todos los peligros desde un solo puesto de mando.

      Primero Diocleciano y después Constantino hicieron prueba de la misma energía para reactivar las estructuras de la economía. Se restauró la moneda, se reformaron los impuestos, se reorganizo toda la sociedad en una jerarquía rígida, se dotó a la población agrícola de un nuevo estatuto, los trabajadores industriales fueron incluidos en la collegia. Los poderes públicos emprendieron una obra de reglamentación y de control para reanimar y desarrollar las actividades económicas. En consecuencia, parece que tenía que renacer la prosperidad, aunque en realidad el estatismo se tenía que revelar imponente para levantar a la economía romana. En realidad, la historia del Bajo Imperio tenía que ser la de una lenta agonía. Diocleciano realizó una reforma monetaria que consistió principalmente en el restablecimiento de especies de buena aleación y buen peso. Al tiempo que intentaba restablecer la Hacienda.

      Aunque se hubiese restablecido el orden, las piezas de oro y plata no eran suficientes para reactivar los intercambios, ya que era imprescindible restablecer las comunicaciones. Prácticamente no existía el comercio libre. Todo el sector de la distribución estaba en reglamento y bajo el control de la administración. La importación de productos de lujo estaba reservada al gobierno, y no se podía exportar hierro, bronce, vino, aceite y otros alimentos. A través de todas estas medidas, el Estado esperaba remediar la insuficiencia de la producción y el alza de los precios, pero precisamente las medias tuvieron un efecto contrario. A pesar de todo ello, los negocios no volvieron a lograr el volumen de antes y, además, conocieron una suerte desigual en Oriente que en Occidente. Sin embargo, la gran ruta marítima de Alejandría a Narbona continuó uniendo Oriente con Occidente, y los comerciantes sirios se esforzaron en que dicha actividad continuara hasta la invasión de los árabes.

      • Transformaciones de los grandes dominios durante el Bajo Imperio:

      La transformación de la economía durante el Bajo Imperio no solo alcanzó la estructura de la propiedad, sino también a las personas que trabajan en ella. Después de las conquistas, el número de esclavos había disminuido notablemente, por lo que muchos de los trabajadores de los campos eran hombres libres. El Estado procuró que la producción del campo no disminuyera, y así se establecieron los colonos en los grandes dominios. La creciente impotencia de los poderes para cumplir con sus obligaciones y hacer respetar las leyes y las prerrogativas del Estado, alentaba a los grandes propietarios a erigirse en jefes políticos de sus esclavos y de sus colonos, a administrarles justicia y escoger entre estos mismos a los soldados armándolos para la defensa de sus dominios.

      La incapacidad de los hombres que ocupaban el poder, el mal reclutamiento de los componentes del ejército, los defectos de una administración demasiado pesada que pretendía regentarlo todo, con la inmensa extensión que poseía el Imperio, la pérdida de las libertades y de las autonomías municipales, las diferencias excesivamente acusadas entre riqueza y privilegios de las clases sociales , la inhabilidad para perpetuar un campesinadote mediana propiedad, las dificultades de la Hacienda y la evasión cada vez mayor del pago de las contribuciones. Todas estas desfavorables condiciones no fueron neutralizadas por la organización económica. Y, así, todas ellas contribuyeron a la decadencia y caída del Imperio.




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    Enviado por:Espero Que Sean Utiles
    Idioma: castellano
    País: España

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