Historia


Historia de Ecuador


Ecuador

Ecuador

Ecuador finaliza el siglo XIX de una manera relativamente buena, su economía se basaba especialmente en la exportación de productos agrícolas, entre los que destaca especialmente el cacao y el banano, aumentando progresivamente cada vez más el precio de estos productos hasta iniciar el siglo XX.

Durante este periodo se distinguen en Ecuador dos grandes zonas de influencia, la costa, dedicada a la producción agrícola, siendo el centro neurálgico, financiero y comercial del país, cuya ciudad más importante es Guayaquil, y la sierra, dominada por los tradicionales latifundistas conservadores, dedicados también a la plantación de productos agrícolas, cuya capital es la ciudad de Quito.

La acumulación de capital procedente de las exportaciones hizo que en la costa existiese un grupo muy importante de burguesía comercial y clases medias, protagonistas de la Revolución Liberal, que transcurre entre 1895 y 1912.

Fue un periodo en el que se intentó consolidar la identidad nacional, se hicieron obras como el ferrocarril que une las dos ciudades más importantes, Guayaquil y Quito, de esta manera se ponían medidas para reducir el regionalismo y el intento de crear un mercado interno ecuatoriano consistente.

El objetivo de esta revolución burguesa era desmontar los poderes tradicionales, es decir, la Iglesia y los hacendistas de la sierra, ésta clase burguesa unida a las clases medias lograron expulsar del dominio del poder a los tradicionalistas.

Los latifundistas cerraron filas alrededor de la Iglesia católica, a la cual los liberales en la revolución expropiaron tierras por medio de la llamada “Ley de manos muertas” y fue también privada del importante papel social y de influencia que antes tenía en la sociedad ecuatoriana, en beneficio del Estado, como la regulación del contrato matrimonial. Existían dos polos muy enfrentados, en definitiva, dos regiones de un mismo país con grandes diferencias culturales, políticas y sociales, la unidad de Ecuador estaba en peligro, no es de extrañar que en épocas de crisis económica, la situación interna de Ecuador fuera realmente inestable, como ocurrió después de 1929 y en otros momentos posteriores.

Las transformaciones que llevó a cabo el gobierno liberal estaban encaminadas a consolidar mecanismos de reproducción del capitalismo, la burguesía se hizo con el control del Estado y con ello pretendía imponer lo mejor para satisfacer sus intereses.

Entre 1912 y 1925, predominó el poder de la burguesía, pero cada vez más, tanto los grupos medios como organizaciones “gremiales obrero-artesanales” reivindicaban una mayor presencia en el juego político de Ecuador casi excluidos en este momento.

En 1912 Leónidas Plaza está al mando del Estado, Plaza trató de rebajar la tensión con la Iglesia buscando un consenso entre las principales fuerzas políticas de Ecuador, beneficiando, y mucho, a base de concesiones a la banca guayaquileña, que pasaba casi a tener el control financiero del país, su poder iba en aumento en la misma proporción que las exportaciones ecuatorianas.

En la costa el principal cultivo era el cacao, destinado al comercio exterior, la mano de obra la formaba gente de la zona que tenían unos lazos sociales con los dueños de las plantaciones parecidos todavía a los existentes durante el periodo colonial, con la Revolución Liberal, las relaciones salariales capitalistas, comenzaron a imponerse.

En la sierra se concentraba la mayor parte de la población y aunque la élite latifundista perdiera el control del poder del Estado, la fuerte regionalización del país permitió que siguieran manteniendo el control de sus zonas de influencia, es decir, la sierra, donde la mano de obra era todavía de tipo servil unida al latifundio, con la ya citada construcción del ferrocarril se lograron normalizar, poco a poco, los problemas regionalistas.

Desde el periodo de los años veinte la economía ecuatoriana sufrió una larga crisis de casi treinta años, los problemas se iniciaron con el descenso de la demanda de productos durante la posguerra, a eso hay que añadir diversas enfermedades y plagas que afectaron a las plantaciones de cacao reduciéndose de 20 a 10 millones los beneficios de las exportaciones ecuatorianas de 1920 a 1923, a la crisis económica se unió la correspondiente crisis política.

Unos y otros luchaban por una mayor cuota de poder, al descontento también se sumaron los mayores afectados de la crisis económica y del colapso del modelo exportador, las clases medias y los sectores populares, en 1922 se produjo una huelga de trabajadores en Guayaquil brutalmente reprimida dejando centenares de muertos en las protestas.

Con las reformas liberales también aparecieron partidos políticos, el primero en aparecer fue el Partido Liberal en 1923, en 1925 los conservadores serranos se unieron en el Partido Conservador, a éstos se les unieron el Partido Socialista y el Partido Comunista, fundados en 1926 y 1931 respectivamente.

El gobierno liberal fue derribado en 1925 por oficiales jóvenes, éstos ocuparon el poder pero no realizaron ninguna reforma significativa, ampliaron las cuotas de poder de la sierra en detrimento de la costa y concedieron una serie de beneficios a las clases medias (a las que éstos pertenecían). Las fuerzas armadas dieron el poder a Isidro Ayora el cual lo ejerció dictatorialmente desde 1926, creó el Banco Central y otras instituciones encargadas del control aduanero, también intentó promover un cierto desarrollo industrial, limitado a las manufacturas.

La constitución de 1928 marca un periodo de estabilidad política, garantizándose más beneficios sociales al ciudadano, que dura hasta 1930, cuando se verá irremediablemente arrastrada por la crisis internacional.

Y es que la recesión de 1929 tuvo unas consecuencias malísimas para Ecuador, en 1933 el valor de las exportaciones apenas superaba los cuatro millones de sucres, la crisis hizo tambalear el sistema económico nacional. Los distintos gobiernos de este periodo trataron de mejorar la situación económica manteniendo el patrón oro, algo que supondría un nuevo mazazo para la economía ecuatoriana, pues perdió unos dos millones más de sucres.

Las consecuencias políticas ante la brutal crisis no tardarían en llegar, los ingresos de la burguesía descendieron y con ellos los salarios de los trabajadores, este momento de debilidad burguesa alentó a la élite serrana a contraatacar para hacerse con el poder, movilizaron a sus bases y en 1931 el gobierno renunció al poder haciéndose cargo de la jefatura el coronel Luis Larrea Alba, a partir de aquí la sucesión de gobiernos fue frenética.

A Larrea se le obligó a entregar el poder el mismo 1931 en beneficio de Alfredo Baquerizo, que convocó elecciones, en la campaña electoral salió vencedor Neftalí Bonifaz, por parte de los conservadores, la inestabilidad social era tremenda y el Congreso descalificó al presidente (pues no tenía una mayoría clara en la cámara), el ejército fue movilizado a la capital para controlar la amplia movilización, produciéndose la Guerra de los Cuatro Días, entre el ejército y la población para apaciguar, a base de disparos, la oposición movilizada en las calles.

Se nombró presidente a Alberto Guerrero Martínez que fue obligado a convocar de nuevo elecciones, en ellas los liberales hicieron fraude que dio la victoria al líder liberal Martínez Mera, aún así no logró un control claro del Congreso que, una y otra vez bloqueaba su legislatura, esto provocó la renuncia de Mera a favor de Abelardo Montalvo, que convocó de nuevo elecciones en 1933. En estas elecciones venció José María Velasco Ibarra candidato conservador que logró unir a terratenientes de la costa y de la sierra.

Velasco impuso un régimen político caudillista encargado de controlar la movilización de los sectores populares, creó la fórmula velasquista, según creyese oportuno se presentaría como candidato de uno y de otros, pero no adelantemos acontecimientos.

En 1934 el gobierno de Velasco se dedicó a la construcción de obras públicas, algo que no era suficiente para dar con una salida a la grave crisis económica del país, la oposición parlamentaria, con el apoyo del ejército le derrocó.

Los militares pusieron al frente del país a Antonio Pons, aunque duraría poco, pues Federico Páez se adjudicaría el poder como dictador en 1936, que inició una durísima persecución contra los opositores de izquierdas, no dudando en utilizar la tortura y la represión para acabar con los insurgentes.

Páez fue también derrocado por otro general en 1937, el general en cuestión fue Enríquez Gallo, que continuó en el poder hasta 1938, durante su corto mandato emprendió medidas progresistas como el reestablecimiento de las garantías sociales suprimidas anteriormente por Páez y limitó los privilegios de las compañías extranjeras.

Enríquez dio el poder a una asamblea constituyente muy curiosa, en cada provincia la representación política se repartiría entre conservadores, liberales y socialistas en partes iguales. Tras duras negociaciones Aurelio Mosquera Narváez fue el elegido como presidente, que poco después del nombramiento, dio un autogolpe y se proclamó dictador, la influencia de la ideología socialista de las clases populares hizo poner en guardia tanto a conservadores como a liberales que se aliaron para tratar el problema.

Narváez entregó poder a los conservadores y reprimió duramente la actitud combativa de las universidades, en 1939 murió y Carlos Arroyo del Río se hizo con la jefatura.

Con Arroyo comienza un periodo de mayor estabilidad tras la frenética década anterior, por medio del fraude se colocó en la presidencia de la República, las protestas ante tal acto fueron reprimidas, la impopularidad del presidente era muy grande.

En 1941, después de unas escaramuzas en la frontera con Perú, los peruanos atacaron un determinado territorio ecuatoriano, en disputa por ambos países desde la independencia colonial, Ecuador fue derrotado por las tropas peruanas, mejor pertrechadas y en mayor número que las locales, Arroyo no quiso enviar los mejores efectivos militares para combatir en la frontera ya que si los mandaba, probablemente sería derrocado, permanecieron encargados de la represión interna. En la Conferencia Interamericana de Río de Janeiro Ecuador tuvo que aceptar la pérdida de aquel territorio.

Arroyo se mantuvo en el poder, llevó a cabo una serie de obras públicas y una mejora en los presupuestos, eso sí, a costa de empeorar las condiciones de vida del ciudadano ecuatoriano, la II Guerra Mundial hizo que se dieran nuevamente unas condiciones buenas para las exportaciones, pero que a su vez provocaron alzas en los precios y en la inflación, quedando congelados los salarios.

Ante el descontento, represión, pero ya no pudo hacer nada en 1944, después de imponer un sucesor de su confianza, la rebelión estalló en Guayaquil. Al frente de ella se instaló el ADE (Alianza Democrática Ecuatorial), era una coalición de socialistas, comunistas, liberales..., todas las fuerzas políticas estaban allí representadas, una vez apartado Arroyo, se inició el segundo gobierno de Velasco, que estaba en el exilio.

No hay que olvidar que Velasco en su primer gobierno fue el candidato conservador, tras la rebelión dio una cuota amplia de poder a socialistas y comunistas.

Pero políticamente hablando, Velasco tampoco tomó ninguna medida reformista importante, ante la heterogeneidad del ADE, Velasco pronto comenzó a frenar las exigencias de la izquierda, pese a que en 1945 se redactó una constitución muy influenciada por los socialistas, Velasco dio un autogolpe, apoyado por los conservadores, suspendiendo la constitución y persiguiendo a los izquierdistas.

El descontento, sumado a un nuevo alza de los precios provocó un nuevo golpe contra Velasco que lo envió de nuevo al exilio, las riendas fueron tomadas esta vez por Mariano Suárez Veintimilla que renunció a ellas a favor del rico banquero Carlos Arosemena.

A partir del año 1947 se abre un momentáneo periodo de estabilidad en Ecuador, la gravísima crisis económica que asoló el país de norte a sur y de este a oeste daba una tregua a la economía ecuatoriana, con el fin de la II Guerra Mundial se dio un gran aumento de las exportaciones nacionales, en especial, las del banano, alcanzándose cifras record de más de 850.000 toneladas de bananas exportadas al exterior, especialmente a Europa, al auge del banano también hay que sumarle que otros productos, como el cacao y el café también sufrieron un gran incremento de demanda externa.

El Estado también contribuyó al auge de las exportaciones ya que mejoró las redes comerciales, extendió una amplia concesión de créditos y desarrolló un programa de infraestructuras, como la construcción de carreteras con el objetivo de unir las numerosas plantaciones de banano con los puntos comerciales.

Este auge bananero incorporó definitivamente a Ecuador al modelo capitalista, con la mejora económica general los sectores medios crecieron en importancia ya que éstos eran los encargados de controlar la burocracia estatal, pero si alguien salía realmente beneficiado de esta situación, ese alguien era el sector comercial.

Se dinamizó el mercado interior ecuatoriano y ello provocó un desarrollo interesante del sector industrial sustitutivo de importaciones, apoyado por el Estado pero eso sí, sin una emancipación económica de las potencias industrializadas.

Esta situación provocó un vuelco interno en Ecuador, hasta ese momento, la mayoría de la población vivía en la sierra, pero a partir de entonces, los ecuatoriano prefirieron marchar a las económicamente dinámicas zonas costeras, donde se cultivaba el banano y existían mayores y mejores expectativas de vida, la propia clase obrera ecuatoriana, consciente de estas mejoras también redujo su nivel de combatividad, pese a que el auge económico apenas sí repercutía en ellos.

Este éxodo a la costa también contribuyó a reorganizar el juego de fuerzas sociales y políticas en Ecuador, en detrimento de la sierra que perdió una parte importante de su electorado, reduciendo tanto la Iglesia como las clases conservadoras su poder.

Este fue el único mandato que Velasco pudo finalizar, de 1952 a 1956, en las elecciones de 1956, Camilo Ponce, candidato de la derecha unificada fue el vencedor por un estrecho margen de votos, tan sólo votó el 30% del electorado llamado a las urnas, Ponce, dado el escaso apoyo con el que contaba no intentó romper la dinámica liberal y mantuvo, pese a representar al partido conservador aliado con la Iglesia, la línea liberal apostando por un estado laico, no pudo desmantelar las pautas marcadas por la ahora clase dominante burguesa.

La tregua económica estaba llegando a su fin, a partir de 1955, el volumen de las exportaciones descendió y con ellas, aumentaron el paro y descendieron los sueldos, comenzaron de nuevo a generalizarse las manifestaciones de protesta, en junio de 1959 el gobierno disolvió varias de esas manifestaciones con una gran brutalidad haciendo presagiar que la inestabilidad provocada por la coyuntura económica llamaba de nuevo con fuerza a las puertas de Ecuador.

Comenzó la década de los sesenta con la instalación, de nuevo, de la crisis económica, las exportaciones descendieron y con ellas aumentó el déficit de la balanza de pagos, esta nueva crisis del modelo exportador reflejaba el fracaso ya total de las tradicionales estructuras económicas del modelo exportador. Durante este periodo se abrieron varias plantas industriales en el país y se crearon Bolsas de valores en Quito y Guayaquil, pero el crecimiento industrial, como se ha contado más arriba, era demasiado dependiente de las inversiones extranjeras y de los problemas internacionales, no se creó un modelo industrial autónomo que, frente a una situación exterior de crisis, mantuviera en una relativa estabilidad al país. Esas inversiones extranjeras adquirieron la mayoría de las grandes empresas ecuatorianas.

Ante esta situación, tanto los movimientos obreros como los estudiantiles se recrudecieron, además los sectores campesinos reclamaban avanzar con la reforma agraria, la derecha vio una clara vinculación entre estos movimientos y el comunismo y optó por radicalizar su posición.

En las elecciones de 1960 de nuevo venció Velasco Ibarra (ahora del lado conservador), fue apoyado por los votantes conservadores y simpatizantes de CFP de la costa.

Pero la suerte estaba echada, el gobierno no vio otra salida que devaluar la moneda, esto provocó una auténtica oleada de corrupción administrativa y especulativa, que hizo levantarse a los sectores obrero y estudiantil, las fuerzas armadas, viendo la amplia corriente opositora a Velasco, decidieron intervenir deponiendo al presidente en 1961.

Arosemera, vicepresidente de la República en ese momento, se hizo cargo de ese gobierno, respetó las garantías constitucionales del ciudadano y mantuvo una cierta independencia hacia el bloqueo estadounidense con Cuba, algo que no gustó a los conservadores pues, tras el descontento de la población y la actitud del gobierno, vieron la sombra del comunismo. La CIA y los conservadores, con el apoyo de la Iglesia que movilizó a sus bases contra el gobierno, fueron los directores de que, en 1963, una junta formada por militares se hicieran con el poder.

Este nuevo gobierno respondió a la izquierda con la fuerza y realizó algunos cambios políticos, la Junta Militar trató ampliar el mercado interno y fomentar el crecimiento de la industria, desarrollando políticas proteccionistas, además promulgó la Ley de Reforma Agraria, suprimiendo los rasgos serviles en las relaciones laborales de las grandes haciendas, a ello se opusieron los terratenientes, que no pudieron pararla.

A los dos años de dictadura comenzó a existir el deseo de retornar a la democracia, los movimientos estudiantiles y obreros eran los más opositores al régimen, el gobierno decidió ocupar la Universidad Central en 1966, algo que precipitó la caída de la junta. Ocupó hasta que se nombrara una Asamblea Nacional Constituyente Clemente Yerovi.

La nueva Asamblea Constituyente estaba compuesta por dos polos, el conservador, donde se agrupaban los grupos tradicionales y la izquierda compuesta por banqueros, comerciantes y hacendistas, se nombró presidente a Arosemena Gómez.

En las elecciones de 1968 volvió a presentarse Velasco Ibarra y volvió a vencer tanto al candidato conservador como al liberal. Pero el poder cada vez estaba más controlado por los tradicionales grupos de poder, las protestas populares fueron todavía a más.

Dadas las circunstancias, Velasco dio un autogolpe y se proclamó de nuevo dictador con el fin de sofocar las manifestaciones de obreros y estudiantes fundamentalmente, mientras se estaba consolidando en la oposición la candidatura del populista Assad Bucaram, en su mensaje parecía tener una actitud hostil contra los miembros de la oligarquía, algo que hizo poner en guardia a la derecha y a los militares que, impidieron las elecciones echando una vez más a Velasco e instaurando como nuevo dictador a Guillermo Rodríguez Lara, de esta manera, Bucaram no podría subir al gobierno.

Con el nuevo gobierno de Lara nos situamos en el año 1972, año del inicio de la exportación a gran escala de petróleo en Ecuador, hasta entonces los yacimientos encontrados no eran demasiado importantes, pero aparecieron en la zona de la selva, nuevas reservas petrolíferas que dieron un importante crecimiento a los ingresos económico, ya que además, el alto precio del barril hizo que las ganancias fuesen todavía mayores, como hemos visto en periodos anteriores, cuando la situación económica mejora, todo en Ecuador mejora, o cuanto menos, se estabiliza temporalmente y este periodo de bonanza no iba a ser menos.

Un nuevo impulso emigrador hacia las ciudades llevó a la crisis a varios productos agrícolas, a la crisis agrícola también colaboró el gobierno con la puesta en marcha de la reforma agraria y la proliferación del minifundio, esto hizo caer la producción y supuso un aumento de los precios de diversos artículos de primera necesidad ecuatorianos como el maíz, ya no producido lo suficiente para abastecer la demanda interna tenía que ser importado.

Este fue el periodo donde más creció la industria, los capitales públicos (ahora más numerosos por los beneficios del petróleo) eran destinados a ese fin, pero no se invirtió con responsabilidad ni vistas al futuro, los productos fabricados estaban destinados para un restringido mercado pues eran muy caros.

El crecimiento industrial hizo emerger todavía más al sector financiero nacional, que pasó a controlar gran parte del capital bancario ecuatoriano y a la burguesía, sobre todo la manufacturera, también sacaron tajada las potencias extranjeras invirtiendo en la zona.

Sin embargo, las exportaciones sufrieron un cambio brutal, los productos agrícolas pasaron a ser una parte secundaria o terciaria de las ventas exteriores ecuatorianas, pasaron de un 80% a inicios de los setenta a un 14% en 1980, sustituidos por petróleo y productos industriales derivados del cacao.

El papel del Estado también cambio, pasó a intervenir directamente en la economía, en especial en el petróleo obligando a las empresas extranjeras a negociar con el gobierno para su explotación.

El ritmo vertiginoso de la economía ecuatoriana hizo aumentar alarmantemente la deuda externa y produjo un progresivo alza de los precios, el auge económico tan sólo llegaba a unos pocos.

En 1972 el gobierno del dictador Lara quiso actuar contra el subdesarrollo nacional y mejorar el nivel de vida del pueblo ecuatoriano, las reformas se concentraron sobre todo en el campo del petróleo, estableciéndose revisiones en las concesiones a la explotación del petróleo por parte de las empresas extranjeras en beneficio del país, también acometieron reformas en cuanto a la tenencia de la tierra, se desarrolló un programa guiado por el Estado destinado a la distribución de artículos de primera necesidad y de entrega de tierras a los campesinos, algo que los terratenientes no aceptaron, pese a estas medidas, nada de esto se acabó cumpliendo.

Poco a poco empezaron a descender los beneficios del petróleo y el Régimen comenzó a ser duramente criticado tanto dentro como fuera de Ecuador (por parte de las compañías extranjeras), se pedía una vuelta al régimen constitucional.

El Régimen, ante esta oposición giró todavía más a la derecha e impuso una serie de medidas ultra proteccionistas para fomentar la industrialización, los sectores exportadores criticaron duramente esta decisión pues les perjudicaba notablemente, ya en 1976, Lara fue sustituido por otra Junta de gobierno que ostentó el poder hasta unas nuevas elecciones.

La situación económica era muy mala y el descontento crecía cada día, la Junta decidió reunir a todas las fuerzas políticas y sociales y decidir por referéndum una constitución entre una progresista y otra conservadora, venciendo en el referéndum la progresista.

Se convocaron elecciones y el espectro político era más razonable que antaño (cuando los liberales se denominaban la “izquierda”), ahora a la derecha quedaban liberales y conservadores, en el centro la Izquierda Democrática, los populistas de Bucaram del CFP y Democracia Popular (con ingredientes de signo católico-progresista), a la izquierda una coalición denominada FADI.

En la primera vuelta venció el CFP y Democracia Popular, Jaime Roldós se hizo cargo del gobierno.

Jaime Roldós comenzó su gobierno en 1979, realizó una serie de reformas que aliviaran la agobiante situación del ciudadano ecuatoriano, se aprobó una duplicación del salario mínimo vital y se estableció la jornada laboral de cuarenta horas, este plan de estabilización no tuvo en la práctica aplicación, el presidente murió en 1981 y le sustituyó en el cargo Hurtado Roldós, hermano del fallecido, tuvo que hacer frente a una situación económica todavía peor, el precio del petróleo cayó, por si esto no fuera poco, una serie de inundaciones anegaron muchas cosechas causando muchísimas pérdidas, todo ello hacía incrementar cada vez más las protestas populares.

El gobierno carecía de medios para tratar hacer una reforma estructural de la economía (posiblemente aunque contase con esos fondos tampoco lo hubiera hecho), en las elecciones de 1984 triunfó León Febres Cordero, candidato de la derecha.

Sus líneas maestras de gobierno fueron la reducción del gasto público y fomentar las exportaciones tradicionales, con ello se logró reactivar algo la economía pero provocó que la concentración del capital se restringiera todavía más a los ricos.

EL gobierno llevó a cabo una guerra de exterminio contra un movimiento insurreccional izquierdista denominado “Alfaro vive Carajo”. Medidas como ésta significan que el fin del gobierno estaba próximo.

En las elecciones de 1988 el gobierno fue derrotado, venció la coalición de izquierda capitaneada por Rodrigo Borja, logró una amplia mayoría en el parlamento, respetó los derechos constitucionales del ciudadano pero llevó a cabo duras medidas económicas que ahogaron a los ecuatorianos, la deuda externa agobiaba y los que debían pagar con ella eran los más humildes, el costo social de estas medidas fueron enormes, pese a todo, los resultados macroeconómicos fueron muy modestos, el descontento era muy profundo, a todo ello hay que sumar los constantes escándalos de corrupción que salpicaban tanto a unos como a otros.

En 1992 triunfaron en las elecciones el Partido Social Cristiano de Sixto Durán Ballén, su postura, seguir al pie de la letra los consejos del FMI y los dictámenes del consenso de Washington, redujo mucho el papel del Estado en la economía y promovió las privatizaciones de empresas nacionales, ni que decir tiene que cada uno de estos gobiernos daba un giro de tuerca a la asfixiante situación del ciudadano ecuatoriano.

En 1995 otro problema sacudiría Ecuador, Perú atacó territorio nacional que acabó con un acuerdo de paz y la ratificación del Protocolo de Río de Janeiro.

En las elecciones de 1996 se impuso en las urnas el populista Abdalá Bucaram, anunció algunas reformas económicas como la convertibilidad del sucre al dólar, algo que al final no se pudo llevar a cabo, tampoco su proyecto de educación y vivienda dado el lamentable estado de las arcas del país, Bucaram acabó enfrentado con todos, acusado de corrupción dejó el poder en 1997 para que Fabián Alarcón se hiciera cargo del mismo.

Ecuador es uno de los casos más claros de dependencia económica hacia el exterior en Latinoamérica, queda claro que inestabilidad económica es sinónimo de inestabilidad política y social (realmente creo que el más inestable de todas las prácticas que he hecho), dadas las circunstancias económicas y la clase política ecuatoriana, es lógico que muchos ecuatorianos decidan emigrar para intentar conseguir una vida mejor, confío que se imponga la responsabilidad y se tomen medidas económicas estructurales y a largo plazo, que mejoren la distribución del ingreso, que atajen la pobreza y la deuda externa, que se alcance la creación de un mercado nacional fuerte, un sistema industrial independiente del exterior y una mayor participación del Estado, para proteger al ciudadano en derechos fundamentales como la educación o los servicios públicos y del neoliberalismo.




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Enviado por:Cortesía De Abel Kaspueñas
Idioma: castellano
País: España

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