Biología, Botánica, Genética y Zoología


Hipertensión


¿QUE ES LA PRESIÓN ARTERIAL?

La presión es la fuerza con que la sangre circula por el interior de las arterias de nuestro cuerpo. El corazón es el motor de la circulación sanguínea, con cada uno de sus latidos distribuye sangre a todos los puntos del cuerpo a través de los vasos sanguíneos: las arterias. Cuando el corazón se contrae (sístole) la sangre es impulsada al árbol arterial y en este momento la tensión es máxima o sistólica y cuando se relaja (diástole) la presión es mínima o diastólica. Por lo tanto la presión se expresa por dos valores:

Presión arterial máxima o sistólica.

Presión arterial mínima o diastólica.

La presión arterial no es siempre la misma. A lo largo del día se van produciendo aumentos y descensos normales dependiendo de la actividad que se realice o del estado afectivo en que nos encontremos.

El ejercicio, la comida, las preocupaciones, pueden producir un aumento temporal de presión arterial, mientras el sueño y el descanso producen un descenso de la misma.

ES LA HIPERTENSIÓN?

¿QUE En algunas personas, esa fuerza con que la sangre circula por el organismo (presión arterial) se encuentra aumentada de forma crónica, decimos entonces que hay hipertensión arterial.

La hipertensión es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y dejada a su evolución sin tratamiento puede ser que el primer síntoma que de ella se tenga sea una complicación severa como un infarto de miocardio o una hemorragia o trombosis cerebral, etc, cosa que se puede evitar si la tratamos y controlamos adecuadamente.

Los valores límites hoy aceptados como normales son 140 mm de Hg para la presión arterial sistólica y 90 mm de Hg para la diastólica, popularmente estas cifras de presión se conocen como 14 y 9

¿POR QUÉ ES PELIGROSA LA HIPERTENSIÓN?

El perjuicio que sobre nuestro organismo produce la hipertensión arterial ha sido desconocido durante mucho tiempo. Hasta los años sesenta no se demostró con claridad que mantener la presión elevada producía complicaciones severas para la salud (hemorragia cerebral, angina de pecho, infarto de miocardio e insuficiencia cardiaca congestiva) y que una reducción sostenida de las presiones arteriales aumenta de forma significativa los años de vida del paciente, puesto que disminuye los incidentes cardiovasculares característicos en estos pacientes.

La diferencia de supervivencia que hay entre un individuo con cifras normales de presión arterial y un hipertenso se debe a que en el hipertenso las arterias se endurecen a medida que van soportando la presión alta de forma continua, se hacen más gruesas y tortuosas, pudiendo verse dificultado al paso de sangre a su través. Esto se conoce con el nombre de arteriosclerosis y está acelerada en las personas hipertensas.

Por lo tanto, la gravedad de la hipertensión esencial reside en que constituye un importante factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares y que cursa de forma asintomática.

¿Y SI NO ME CUIDO LA HIPERTENSIÓN?

La hipertensión seguirá entonces su evolución inexorablemente. Esto sucederá sin síntomas, sin que usted lo perciba. Será años después cuando las consecuencias de la enfermedad, insidiosamente instaurada, aparecerán y se afectarán los riñones, el corazón, los ojos, el cerebro y todo el árbol arterial.

La presión elevada hace que aumente el trabajo del corazón, el cual aumenta de tamaño y puede llegar a fracasar, a lo que llamamos insuficiencia cardíaca.

El primer riesgo es el infarto de miocardio, un hipertenso no tratado tiene, como media, 10 veces más riesgo de morir de infarto que un individuo con tensión normal.

La continua presión dentro de las principales arterias del cerebro puede llegar a producir trombos o rupturas arteriales, pudiendo dar lugar a hemorragias, daño en las células nerviosas, pérdida de memoria, parálisis, etc.

El riñón también sufre las consecuencias de la hipertensión arterial y entre los pacientes hipertensos se produce insuficiencia renal con mas frecuencia que entre los pacientes normotensos.

Los pequeños vasos del fondo del ojo (que se miran con el oftalmoscopio), también se ven amenazados por la hipertensión, su rotura produce hemorragia llegándose incluso a la pérdida de la visión.

¿QUE SE PUEDE HACER ANTE LA HIPERTENSIÓN?

Hay un número de medidas con las cuales su médico puede controlar sus cifras de presión arterial y evitar las serias consecuencias de su hipertensión.

En caso de hipertensión moderada, un plan programado de dieta y ejercicio físico puede que sea todo lo que necesite. Ya se ha visto que existen una serie de circunstancias (hábitos dietéticos y estilo de vida) que están asociadas a la elevación de los niveles tensionales.

Si esto no es suficiente, existe un gran arsenal de medicamentos para suplementar estas medidas. Su médico decidirá qué tipo de medicación es la adecuada para usted y la dosis que debe tomar. No obstante, no olvide que el hecho de tomar "pastillas" para su hipertensión, no implica que usted pueda dejar de hacer la dieta y el ejercicio que le han recomendado.

¿QUE PUEDO HACER YO POR MI HIPERTENSIÓN?

Los excesos de cualquier tipo son malos para todo el mundo, no sólo para las personas que tienen elevadas las cifras de presión arterial.

¿ESTÁ CONTROLADA MI HIPERTENSIÓN?

Saber si está controlada la hipertensión es fácil. Basta con medir la tensión arterial con un aparato llamado esfigmomanómetro que puede ser aneróide o de mercurio que es el más utilizado hoy en día por los médicos o también puede realizarse con un aparato de medición automática.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que 140/90 mm Hg es el límite superior de la normalidad para la presión arterial. Por lo tanto, si su médico mide una presión arterial de 12/7 (120/70), o de 13 y medio/8 (135/80)su tensión es normal. Más halla de ese límite, se inicia una zona fronteriza en la que se requiere una supervisión mas de cerca por parte de su médico.

Si usted tiene menos de 40 años y además de hipertenso es diabético las presiones deben estar por debajo de 130/85 mm Hg.

Si por el contrario, tiene más de 65 años, y dependiendo de las circunstancias de cada paciente, tal vez pueda tolerarse presiones ligeramente superiores a las referidas, pero nunca por encima de 160/95 mm de Hg.

¿CÓMO SE MIDE LA PRESIÓN ARTERIAL?

Existen tres tipos de aparatos para medir la presión arterial:

Esfigmomanómetro de mercurio, es el más exacto y menos expuesto a errores, para su uso se requiere un fonendoscopio.

Esfigmomanómetro de aire, es el más utilizado y es también un aparato preciso e igualmente necesita de un fonendoscopio para su uso.

El aparato electrónico, este tipo de aparato se utiliza mucho para realizar el autocontrol, no necesita fonendoscopio porque lleva un detector del pulso incorporado, es de fácil manejo. Se trata de un aparato muy sensible a los ruidos y a los movimientos, para que los valores obtenidos sean exactos, es necesario que el brazo no se mueva y que no se hable.

NOTA: Es importante que el esfigmomanómetro esté en buenas condiciones y se revise periódicamente.

Además de que el aparato esté en buenas condiciones, para medir la presión arterial se requiere que el sujeto cumpla una serie de condiciones:

  • Debe estar relajado.

  • Sentado y con el brazo derecho sobre la mesa.

  • Sin que la ropa le presione el brazo.

  • Las piernas no deben estar cruzadas.

  • Con la vejiga urinaria vacía.

  • Sin haber comido, fumado, bebido alcohol ni hecho ejercicio físico pesado en los treinta minutos anteriores a la medición.

Medición de la presión arterial:

  • El manguito del esfigmomanómetro debe colocarse a la altura del corazón. El borde superior del mismo debe estar como mínimo 2 cm por encima de la flexura del codo.

  • A continuación se infla el manguito hasta una presión de 180 mm de Hg, si se sabe que en determinaciones anteriores, la presión sistólica era superior a esta cifra, se infla hasta una presión 20 mm Hg por encima de la última conocida.

  • Se coloca la campana del fonendo allí donde previamente se ha localizado el latido arterial en la flexura del codo y se procede a desinflar poco a poco el manguito.

  • El primer latido que se escucha corresponde a la presión sistólica o máxima y la desaparición del latido a la presión diastólica o mínima.

  • En los niños y también en algunos adultos, los latidos no desaparecen; entonces se considera como presión diastólica aquella en la que se modifica la tonalidad de los latidos.

¿LA PRESIÓN ARTERIAL ES SIEMPRE LA MISMA?

Con independencia del estado de salud que se tenga, la presión arterial de cualquier persona no es constante sino que sufre muchas variaciones normales durante el día, aunque se mida siempre en reposo.

Las cifras de presión arterial siguen un ritmo a lo largo de las 24 horas, que se reproduce de un día a otro y se llama ritmo nictemeral de la presión arterial, de manera que las cifras de presión son más altas durante el día y se reducen durante el sueño.

Circunstancias que aumentan transitoriamente los valores tensionales

  • El esfuerzo físico.

  • Un cambio de tiempo, el frío.

  • El traslado a un lugar de clima diferente.

  • Emociones fuertes, el dolor, el miedo.

  • Tensiones psíquicas, conducción de automóviles, hablar en público, discusiones enérgicas, ruidos.

Además, la toma de la presión arterial hace que se produzca una reacción de alerta que tiende a elevarla, a medida que se repiten las tomas de presión arterial, esta tiende a bajar. Por eso no está de más que se tomen dos o tres veces las presiones y se considere la última o la media de todas como presión real.

¿QUE SIGNIFICA UNA TENSIÓN DESCOMPENSADA?

El término se utiliza popularmente cuando las presiones máxima y mínima tienen valores muy próximos (100/80). Sin embargo, esta situación no es patológica y desde el punto de vista médico no existe la presión "descompensada".

Los límites de 140/90 mm Hg para las presiones sistólicas y diastólicas respectivamente son los limites de la normalidad sea cual sea la diferencia entre ellas.

¿CON QUÉ FRECUENCIA HAY QUE TOMARSE LA TENSIÓN ARTERIAL?

  • Si usted es normotenso conviene hacerlo cada dos años, con el fin de detectar precozmente cualquier elevación, puesto que no produce síntomas.

  • Si es usted hipertenso y sus presiones han descendido hasta los niveles deseados es suficiente determinar las presiones cada tres meses, salvo que haya alguna circunstancia o síntoma nuevo.

  • Si está iniciando el tratamiento hipotensor o ha modificado el mismo, lo normal es dejar pasar un periodo de dos semanas para darle oportunidad al fármaco a que ejerza su efecto

¿ES CONVENIENTE DISPONER DE UN APARATO DE TENSIÓN EN EL DOMICILIO DEL PACIENTE PARA CONTROLAR MEJOR EL TRATAMIENTO?

En general sí, si bien, el paciente no debe tomar decisiones sobre el tratamiento en función de las presiones tomadas por él mismo. No tomar la siguiente dosis del fármaco prescrito por el médico porque la tensión está en ese momento controlada es una actuación bastante habitual y con ella lo único que estamos consiguiendo seria provocar grandes oscilaciones de las presiones arteriales que dañan mucho las paredes de los vasos sanguíneos.

Los que hay que hacer, por lo tanto, es: anotar las presiones y la hora a la que se la ha tomado para posteriormente suministrar dicha información al médico en el curso de cada visita.

Al tomarse la tensión en casa se le llama autocontrol y tiene una serie de ventajas como son:

  • Las presiones tomadas en el domicilio del paciente aportan al médico una valiosa información suplementaria siendo muy útil para el paciente.

  • Los valores recogidos son muy fiables porque desaparece la reacción de alerta que tiene lugar cuando las cifras se determinan en la consulta médica lo que llamamos "fenómeno de la bata blanca" y es una reacción que tiende a elevar las presiones arteriales.

  • Se pueden efectuar mediciones, durante las distintas actividades a lo largo del día, lo que implica que el médico reconocerá mejor como responde usted a determinadas situaciones o estímulos y podrá ajustar mejor la medicación de forma que la tensión la tenga usted controlada en cualquier situación.

  • Permite controlar de manera precisa la eficacia del tratamiento, pudiendo ajustar el mismo, es decir, el numero diario de comprimidos o de tomas a lo largo del día.

CUALES SON LAS CAUSAS DE LA HIPERTENSION

Se desconoce el mecanismo de la hipertensión arterial más frecuente, denominada "hipertensión esencial", "Primaria" o "idiopática". Existen otros tipos de hipertensiones, en las que se puede identificar claramente su causa desencadenante y reciben el nombre de Hipertensiones secundarias. Así algunas enfermedades renales se acompañan de hipertensión (hipertensión renal); el exceso de función de algunas glandulas endocrinas, originan elevación de la tensión arterial por aumento de la producción de mineralcorticoides (hiperaldosteronismo) o catecolaminas (feocromocitoma).

En la hipertensión esencial no se han descrito todavía, sus causas especificas, aunque se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de estos sujetos. Conviene separar, aquellos relacionados con la herencia, sexo, edad y raza y por tanto poco modificables, de aquellos otros que se podrían cambiar al variar los hábitos, ambiente, y constumbre de las personas, como: la obesidad, la sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales y un estilo de vida muy sedentario. A continuación se iran desarrollando cada uno de estos factores.

HERENCIA

De padres a hijos se trasmite una tendencia o predisposición a desarrollar cifras elevadas de tensión arterial. Se desconoce su mecanismo exacto, pero la experiencia acumulada demuestra que cuando una persona tiene un progenitor(o ambos) hipertenso/s, las posibilidades de desarrollar hipertensión son el doble que las de otras personas con ambos padres normotensos.

Si usted descubre que en su familia existen parientes cosaguineos que han sufrido ataques cardiacos (infarto de miocardio) a edad temprana (menores de 50 años) o hipertensión arterial, tanto usted como su familia deberán tomarse la tensión con cierta regularidad.

Como carecemos de momento de medio para identificar el gen o los genes (en el caso de que intervengan los genes realmente en este proceso). Lo que podríamos hacer es insistir en la conveniencia de que los hijos y descendientes de las personas hipertensas se tomaran la tensión arterial una vez al año ( en cualquier caso todos nos tendríamos que tomar la tensión arterial con esa periodicidad) y que estas personas presentaran especial atención a los factores que elevan la tensión arterial y que se han llamado modificables y por tanto susceptibles de control como la obesidad, el exceso de sal en la dieta, consumo elevado de alcohol y la vida sedentaria.

SEXO

Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres hasta que estas llegan a la edad de la menopausia, a partir de la cual la frecuencia en ambos sexos se igualada.

Esto es así porque la naturaleza ha dotado a la mujer mientras se encuentra en edad fértil con unas hormonas protectoras que son los estrógenos y por ello tiene menos riesgo de padecer enfermedades cardio-vasculares. De esta forma la naturaleza protege a la mujer asegurando la procreación. Sin embargo, en las mujeres más jóvenes existe un especial riesgo cuando toman pastillas anticonceptivas.

EDAD Y RAZA

La edad es otro factor, por desgracia no modificable, que va a influir sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con la edad y lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos en los grupos de más edad.

En los países industrializados la frecuencia de hipertensos entre la población mayor de 65 años es de casi el 60% lo que no quiere decir que por ser frecuente la hipertensión en los ancianos, esto sea lo normal ya que ser hipertenso a cualquier edad conlleva aumento del riesgo cardiovascular, es decir, del riesgo de padecer complicaciones como infarto de miocardio, hemorragia o trombosis cerebral, insuficiencia renal,etc.

En cuanto a la raza, únicamente señalar que los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de desarrollar hipertensión que los de raza blanca además de tener un peor pronóstico.

SOBREPESO

Independientemente de los factores no modificables que condicionan la hipertensión arterial otros factores a los que llamamos ambientales (estilo de vida, dieta, etc) son capaces de poner de manifiesto la enfermedad de forma más leve o más severa. En este sentido, indudablemente, en la gran mayoría de los casos, el nivel de presión arterial e incluso la hipertensión arterial es el resultado del estilo de vida de una persona. La realción que existe entre peso y presiones arteriales, y entre sobrepeso e Hipertensión, se conoce desde hace muchos años, y la reducción del sobrepeso se utiliza en el tratamiento de la misma también desde hace mucho tiempo.

Hay que partir del hecho de que un individuo con sobrepeso esta más expuesto a tener más alta la presión arterial que un individuo con peso normal. A medida que se aumenta de peso se eleva la tensión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres.

La frecuencia de hipertensión arterial entre los obesos, a cualquier edad que se considere, es entre dos y tres veces superior a la de los individuos de la misma edad que esten en su peso ideal.

No se sabe con claridad si es la obesidad por si misma la causa de la hipertensión o si hay un factor asociado que aumente la presión en personas con sobrepeso, aunque las últimas investigaciones apuntan a que a la obesidad se asocian otra serie de alteraciones que serían en parte responsables del aumento de presión arterial. También es cierto, que a la reducción de peso hace que desaparezcan estas alteraciones.




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Enviado por:Tati
Idioma: castellano
País: Argentina

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