Historia


Guerra civil española


TEMA 14.- LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA.

INTRODUCCIÓN

La guerra civil española constituye el momento más importante y trágico de la historia contemporánea de España. En la guerra civil termina una etapa y comienza otra.

CONTEXTO HISTÓRICO

Dando por sentada la complejidad de los orígenes de la guerra civil hay que buscar en su contexto histórico sus orígenes. En esta guerra se concentraron muchos de los problemas que la sociedad española contemporánea venía arrastrando como dificultades de modernización desde el siglo XIX y que se ponen de manifiesto a raíz de la crisis del 98. Así, las crisis de 1909, la de 1917 y la de 1921 derrumbarían el sistema canovista y traerían la alternativa militar de Primo de Rivera, como la dictadura de Primo también fracasó, fue el turno de la alternativa o del regeneracionismo democrático, representado por la II República; el fracaso de ésta nos conduciría a la guerra civil.

La guerra sería el resultado de la propia dinámica social y política de España y de Europa en la difícil coyuntura de los años treinta.  La coalición de republicanos de izquierda y socialistas intentó llevar a cabo una serie de reformas para la modernización del país, pero estas reformas se realizaron sin ningún tipo de tacto político y en un contexto inestable y radicalizado Las clases privilegiadas creyeron entonces que se avecinaba una revolución y optaron por el abandono de la vía legal y parlamentaria decantándose por el golpe de Estado, según Julio Aróstegui. 

 CARACTERÍSTICAS DE LA GUERRA

Este golpe de estado no triunfa, pero no es derrotado y ello nos lleva a una guerra civil. La principal característica es la crueldad de la guerra, la visceralidad de la guerra, el tremendo odio mutuo y el afán de exterminio recíproco (la matanza de 2.000 trabajadores en la plaza de toros de Badajoz y la matanza de clérigos en Lérida son dos ejemplos que prueban esta característica). Otra característica la constituye la intervención de Alemania, Italia y Rusia por motivos ideológicos y estratégicos que la convierten en una guerra total y distinta a las anteriores. Había un enfrentamiento entre clases sociales, concepciones religiosas, entre nacionalismos enfrentados y entre Democracia y Dictadura; pero la intervención internacional la va a convertir en el prólogo de la guerra futura, de tanques y aviones, de ciudades bombardeadas, con una coalición de democracias y comunismo (aunque las primeras no intervinieron activamente) enfrentada a las potencias fascistas, anuncio de los dos bandos en que se dividiría Europa al finalizar nuestra guerra civil.

I.- EL INICIO DE LA GUERRA: DE GOLPE DE ESTADO A GUERRA CIVIL

La sublevación militar empezó el 17 de Julio de 1936 en Marruecos y se extendió por la península el 18 de Julio. El alzamiento fracasó en las grandes ciudades y triunfó en las zonas rurales y algunas capitales del interior. Este golpe de estado que no triunfa, pero que no es derrotado, conducía inevitablemente a una guerra civil. España quedó divida en zonas, recursos y bases sociales entre nacionales y republicanos

ZONAS

El triunfo del golpe en las distintas zonas de España estuvo condicionado más por las características políticas y sociales de la zona que por la pericia de los militares. El golpe triunfó en Marruecos, las islas, la provincia de Cádiz y las capitales de Sevilla, Córdoba y Granada en Andalucía; Cáceres, Castilla León, Galicia, Navarra, Álava y Aragón. Fracasó en el resto de Andalucía, gran parte de Castilla la Mancha, Badajoz, la cornisa Cantábrica, el País Vasco y en todo el levante, desde Murcia a Cataluña.

RECURSOS

La España republicana contaba con las zonas industriales y las agrícolamente más desarrolladas; con la minería, con la flota y la aviación (aunque casi sin mandos), con la ayuda rusa y con las reservas del banco de España

La España nacional contaba con las zonas agrícolas, con gran parte de los mandos del ejército y con la ayuda italiana y alemana.

BASES SOCIALES

La adscripción a uno u otro bando de una gran parte de la población (la llamada tercera España) dependió de si triunfó o no el golpe en la zona donde vivía. No obstante, se puede hacer una división de las capas más politizadas. Las clases oligárquicas y terratenientes, gran parte del ejército y de la jerarquía eclesiástica tomaron partido mayoritariamente por los nacionales; mientras que el movimiento obrero lo hizo por los republicanos; en las clases medias fue donde más influyó si había fracasado o triunfado el golpe de estado. En Andalucía y Extremadura se aliaron los mandos del ejército golpista y los terratenientes para la represión de los que apoyaban a la República. En Navarra y Galicia los que apoyaron al ejército golpista fueron los pequeños y medianos campesinos. En Cataluña la CNT defendió la República, pero quiso compatibilizar la guerra con la revolución. En el País Vasco no hubo revolución social y el PNV, nacionalista y católico, apoyó a la República con la promesa de aprobar su estatuto (octubre del 36).

 II.- EL AVANCE HACIA MADRID Y SU RESISTENCIA. Julio 36 a marzo 37

Dividida España en zonas, recursos y bases sociales, el gran problema de los nacionales era trasladar el ejército de África a la península, hecho que se pudo hacer con la ayuda de la aviación alemana, produciéndose el primer puente aéreo de la historia. A raíz de esto el avance fue rápido por Andalucía Occidental y Badajoz, enlazando con las tropas del norte dirigidas por el general Mola. La intención inicial de dirigirse a Madrid fue postergada y Franco conquistó Toledo y el Alcázar, todo un símbolo. En esta fase dominó la guerra de columnas.

El ataque a Madrid, a partir de noviembre del 36, se hizo tanto por el norte como el sur, los militares republicanos, las milicias políticas y sindicales y las brigadas internacionales, repelieron a los nacionales en la Ciudad Universitaria, el Jarama y Guadalajara. A partir de estas dos batallas es cuando el ejército republicano se profesionaliza y se militariza, integrando o disolviendo a las milicias populares.

III.- LAS GRANDES OFENSIVAS NACIONALISTAS. Mayo 37 a abril 38

Tras el fracaso de la conquista de Madrid, Franco cambia de estrategia, abandonando Madrid. Conquista la cornisa cantábrica de este a oeste: Guipuzcoa, Vizcaya (donde se produce el primer bombardeo aéreo de una población civil (Guernica).

Los republicanos intentan contrarrestar esta presión y los logros militares nacionalistas desencadenando batallas que logren la dispersión y distracción del ejército nacional, al mismo tiempo que alivien a las zonas atacadas: son las batallas de Belchite y Brunete, que no consiguen su objetivo. Conquistada la cornisa cantábrica, también caería Málaga en poder de los nacionales.

En diciembre del 37 los nacionales se dirigen al este, desencadenando la campaña de Aragón, llegando a Vinaroz (Alicante) en abril del 38, con lo que Franco había dividido la zona republicana.

 IV.- LA BATALLA DEL EBRO Y EL FINAL DE LA GUERRA. 1 abril 1939

Ante esta situación desfavorable y con la esperanza de que las democracias internacionales acudieran en apoyo de la República si se declaraba la segunda guerra mundial, para resistir y ganar tiempo, los republicanos deciden realizar una gran ofensiva en el este; es la gran batalla de la guerra civil, la batalla del Ebro.  En una incursión rápida y por sorpresa, los republicanos lograron un gran avance, llegando hasta la otra orilla del Ebro, desde Cataluña. En Octubre del 38 en la conferencia de Munich las democracias europeas siguieron contemporizando con Hitler, dejando abandonada a Checoslovaquia y a la República española. Franco contraatacó y los republicanos tuvieron que volver a sus posiciones. Perdida la batalla del Ebro, el fin de la guerra estaba próximo.

Franco decidió entonces emprender definitivamente la ofensiva sobre Cataluña. Primero entró en Barcelona, conquistando toda Cataluña. En febrero a la República le quedaba la zona Centro-Este: el triángulo que enlaza Madrid-Valencia-Almería. En marzo del 39, el presidente del gobierno republicano Negrín, apoyado por los comunistas sigue siendo partidario de resistir, con la intención de unir la guerra civil con la inminente guerra mundial. El general Casado, con el apoyo de Besteiro y la UGT, da un golpe de estado y crea una Junta de Defensa con la intención de negociar el fin de la guerra  con Franco. Este sólo acepta la rendición y el 28 de marzo, las tropas de los nacionales entran en Madrid y después en Almería. El 1 de abril Franco firmó el último parte de guerra: "En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. Españoles, la guerra ha terminado".

V.- LA GUERRA CIVIL. ORGANIZACIÓN POLÍTICA E INTERVENCIÓN INTERNACIONAL EN LAS DOS ZONAS

A.- REVOLUCIÓN Y CONTRARREVOLUCIÓN. LA ESPAÑA NACIONAL Y LA ESPAÑA REPUBLICANA

La guerra civil tuvo un efecto político inmediato: la destrucción del Estado. De 1936 a 1939 en ambas zonas tiene lugar la creación de dos estados políticos, simultaneando dicha tarea con la de la guerra.

A.1.- LA ESPAÑA NACIONAL. CONCENTRACIÓN DE PODERES Y CONTRARREVOLUCIÓN

En la zona nacional el estado de la República desapareció fulminantemente. Progresivamente se va a crear otro distinto caracterizado por la concentración del poder, la militarización, y la disciplina y el nacional-catolicismo como ideología imperante. Es decir, el rumbo opuesto a la España republicana.

LA CONCENTRACIÓN DEL PODER

Sanjurjo iba a ser el líder de los nacionales, pero su muerte dejó a estos sin un jefe claro. Confirmado el fracaso pero no la derrota del golpe, se creó una Junta de Defensa Nacional integrada por los militares más importantes participantes en el golpe (Franco, Mola, Queipo de Llano, Cabanellas, Dávila y Saliquert). La primera tarea de esta junta de defensa nacional era el nombramiento del jefe del mando militar, nombramiento que recayó en Franco por el avance de su ejército de África, las simpatías alemanas e italianas y por ser el más cauto y menos ideologizado  de los candidatos. Unos sucesos van a influir para el paso posterior: la toma del simbólico Alcázar de Toledo, la legitimación dada por el pueblo (manifestación montada por la Falange en Cáceres) y por la Iglesia (pastoral del obispo de Salamanca en la que se presentaba la guerra como "una cruzada por la religión, la patria y la civilización"). Así la Junta de Defensa Nacional lo nombró Generalísimo de los ejércitos y -la novedad- jefe del gobierno y del Estado. Era septiembre del 36.

LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL RÉGIMEN

Concentrados los poderes del estado, Franco se dispuso a crearlo, tomando dos iniciativas fundamentales: la unificación de las fuerzas políticas y el nombramiento de un Consejo de Ministros. Unificó a falangistas, tradicionalistas (carlistas) y restos de la CEDA en un nuevo partido Falange Española Tradicionalista de las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas, juzgando y ejecutando a los que se opusieron a esta medida como el jefe de la falange Manuel Hedilla . Quedaba claro que la unidad del mando militar sería en el futuro también la unidad del mando político, pues Franco era jefe indiscutible del nuevo partido o Movimiento Nacional. También daría pistas sobre el futuro, el nombramiento del Consejo de Ministros (enero del 38) en el que Franco se atribuía por ley la potestad legislativa y repartía las carteras entre las distintas familias políticas (militares, falangistas, tradicionalistas, católicos, monárquicos, algún técnico independiente...) cuya función principal sería la del revestimiento ideológico del régimen y la de aportación de personal político y administrativo para las diferentes instituciones, lo mismo que en la posterior dictadura.

Este gobierno con sus leyes y decretos inició un lento proceso de institucionalización del nuevo Estado: Fuero del Trabajo - en el que se imponían los sindicatos verticales y la intervención del Estado en la economía-, Ley de Prensa - imponiéndose la censura previa- y Ley de Enseñanza Media - en la que se garantizaba a la Iglesia católica el control de ella-. Estaban sentadas las bases del nuevo régimen, que luego se consolidarían en la dictadura.

PRIMERAS MEDIDAS EN LA ZONA NACIONAL

Inmediatamente la vida política y social se militarizó. Se impuso una rígida censura de prensa, se suprimieron e ilegalizaron todos los partidos políticos y sindicatos del Frente Popular y se suprimió el derecho de reunión y asociación. El único partido permitido, Falange de la JONS, se subordinó a las directrices del ejército. Los únicos símbolos políticos permitidos fueron el falangista (el yugo y las flechas) y el carlista (la cruz de San Andrés). Al mismo tiempo se cancelaron todas las disposiciones legales sobre la Reforma Agraria y se devolvieron a sus antiguos propietarios las tierras incautadas.

LOS NACIONALES

Los sublevados se denominaron a sí mismos nacionales y los republicanos incluso fomentaron ese apelativo dándole connotaciones negativas. Aunque los republicanos con ello consiguieron mantener en el bloque republicano al PNV a largo plazo esto sería perjudicial para la República y para toda la izquierda española. El gran error del Frente popular en aquel momento, y posteriormente de toda la izquierda española, fue dejar en manos de la derecha la exclusividad de los símbolos nacionales y del patriotismo. Al bando nacional le entregaron casi en bandeja el título de nacional. Pero las consecuencias fueron negativas no solo para los republicanos, a largo plazo lo han sido para toda España. En la actualidad hay algunos sitios en España en los que llamar "español" a una persona casi es una amenaza o llevar una bandera de España tiene connotaciones fascistas. El acaparamiento de Franco y su dictadura del nacionalismo español ha empeorado, aun más, el viejo problema de la estructura de España.

LOS NACIONALES Y LA IGLESIA

La guerra civil pronto fue bautizada por la iglesia como una cruzada nacional. Las malas relaciones de la Iglesia con la izquierda provenían del siglo XIX, pero en el siglo XX se agudizaron. La Constitución del 31 y las posteriores leyes religiosas hicieron romper las relaciones de la iglesia con las autoridades republicanas de izquierdas. Pero a estos enfrentamientos legales se les unió la represión que las masas, sin mucha oposición de las autoridades llevaron a cabo sobre la Iglesia, sobre todo durante el gobierno del Frente Popular y la guerra civil. En el territorio republicano fueron asesinados cerca de 7.000 clérigos y desapareció el culto católico. Los incendios de los templos quedaron a merced de los exaltados. Estos hechos que tenían como causa la actitud de la Iglesia a favor de los sublevados repercutieron muy negativamente en la imagen exterior e interior de la República.

A.2.- LA ESPAÑA REPUBLICANA

La España republicana se caracteriza por todo lo contrario que la nacional. Frente a concentración del poder, división y disputas políticas; frente al orden y la disciplina militar, el desorden y el movimiento asambleario; frente a la unión, la división; frente a la contrarrevolución,  la revolución

I.- GUERRA Y REVOLUCIÓN

El golpe de Estado tuvo dos repercusiones inmediatas: el nombramiento de Giral como jefe de gobierno y la petición y consecución de partidos obreros y sindicatos de armas para combatir la rebelión, con lo que desapareció el ejército regular ya que la inmensa mayoría de los mandos se habían pasado al bando nacional. A la creación de las milicias armadas, siguió la colectivización  y encautamiento de los principales medios de producción. No era cierto que en el gobierno del Frente Popular se produjera una verdadera revolución social; ésta se produjo, sobre todo hasta mayo del 37,  como reacción a la rebelión armada. Ante el hundimiento de los mecanismos normales del poder público, surgió, en el verano del 36, un nuevo poder obrero, que era a la vez militar, político, social y económico.

La destrucción del poder del Estado y la proliferación de poderes sindicales locales determinó el futuro inmediato de la revolución, la guerra y la República. El poder se descentralizó, la atomización se impuso y no existió un poder central que coordinara y mandara. Giral ante la imposibilidad de crear un ejército, una dirección política y los continuos reveses en la guerra, dimitió, siendo sustituido por Largo Caballero, prestigioso sindicalista,  político obrero y líder de la UGT.

Largo Caballero creó un gobierno de concentración, con ministros socialistas, republicanos, comunistas, nacionalistas, de UGT y CNT; un gobierno, pues, en el que estaban representados todas las organizaciones y partidos leales a la República y que hacían frente a la rebelión. Se hizo un programa de gobierno en el que se le daba prioridad a ganar la guerra y se aparcaba la revolución: creación de un ejército regular, militarización de las milicias, nacionalización de las industrias de guerra, restablecimiento de la autoridad del gobierno, centralización de la actividad económica, defensa de la pequeña y mediana propiedad, contención de la revolución social y pacto de unidad de acción entre partidos y sindicatos. Aunque sus logros fueron importantes, sobre todo, en la reconstrucción del ejército con un mando único y en la devolución de todos los poderes al Estado, las circunstancias seguían siendo adversas.

La CNT y el POUM seguían compatibilizando la guerra con la revolución, los nacionalistas hacían caso omiso a las decisiones del gobierno central, la carencia de armas por el cierre de la frontera de Francia era absoluta y el ejército africano avanzaba irremediablemente. El gobierno se traslada a Valencia dando por perdido Madrid, pero Madrid resiste,  aumentando el peso político de los comunistas (por el papel político y militar en el ejército y la importancia de la aportación rusa). A partir de aquí, empezó la crisis: los sindicatos querían un gobierno sindical, sin presencia de los partidos.

La crisis estallaría definitivamente con los sucesos de mayo en Barcelona. La CNT y el POUM tomaron la telefónica en contra de las órdenes del gobierno catalán: el enfrentamiento entre la CNT, POUM y comunistas es armado (una guerra civil dentro de la guerra civil). Al final se impone la Generalitat. Los sucesos de mayo en Barcelona suponen la caída de Largo Caballero y el aumento del poder de los comunistas.

II.- FRENTE POPULAR

Se formó otro gobierno de concentración, presidido por el socialista Negrín con Prieto como ministro de defensa y sin la presencia de los sindicatos; su objetivo era resistir en la guerra del interior y ganar la guerra del exterior. La labor del gobierno consistió en darle un fuerte impulso a las medidas ya iniciadas con Largo Caballero de consolidación de un ejército regular, centralización de poderes, mantenimiento del orden público y de la mediana y pequeña propiedad. Cuando cayó el norte, la República era más pequeña, pero también más unificada.

La caída del gobierno de Negrín y con él la de la República se debió al fracaso de sus objetivos políticos: defensa en el interior para no perder la guerra en el exterior y forzar una mediación internacional. La mediación internacional fracasó por la negativa de Franco y la postura de Francia e Inglaterra favorables a la no intervención, que se confirmó en la conferencia de Munich en septiembre del 38. Sin éxito en la política exterior, en la interior el protagonismo recayó en los comunistas y los militares, siendo su influencia cada vez mayor. Prieto y Azaña consideraban que la guerra estaba pérdida; los comunistas y los militares, no.  En esta situación se produce la salida de Prieto del gobierno y la ofensiva del Ebro que resultó ser otro descalabro militar. Los comunistas seguían aún queriendo resistir con la esperanza de unir nuestra guerra con la segunda guerra mundial, pero los militares no. Se produjo entonces el golpe de estado del general Casado con el apoyo de Besteiro para negociar la rendición. No hubo negociación, pero si rendición.

EL TERROR ROJO

En las dos zonas se produjo una gran represión. No obstante, las matanzas de civiles, denominadas paseíllos, tuvieron un carácter totalmente distinto en una zona y otra. En la zona republicana estos paseíllos fueron protagonizados por grupos de descontrolados y radicalizados ajenos al gobierno central. Las iras de estos grupos desorganizados fueron dirigidas especialmente a los miembros y posesiones de la iglesia, a miembros de la oligarquía financiera y terrateniente y a militantes de la Falange, la CEDA, etc. Especialmente espeluznante resultan las matanzas de clérigos en Lérida o la matanza de presos políticos en Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz.

EL TERROR AZUL

La represión interna que se llevó a cabo en la zona nacional estuvo controlada por el ejército y tenía un objetivo militar, desmoralizar al enemigo. En el territorio sublevado se ejecutaron a los políticos adversarios, a masones, profesores, maestros y a algunos intelectuales o artistas sospechosos o confesos de izquierdismo. Como ejemplos paradigmáticos de este terror citaremos la matanza de trabajadores en la plaza de toros de Badajoz o el asesinato de García Lorca.

B.- LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA

El contexto internacional de los años 30 -crisis de las democracias occidentales y extensión de los totalitarismos fascista y comunista- está en el origen del conflicto español.

PAÍSES QUE AYUDARON A LA REPÚBLICA

El país que más ayudó a los republicanos fue Rusia. Rusia facilitó el petróleo y las armas necesarias (se le pagó con las reservas de oro del banco de España). Los consejeros militares soviéticos jugaron un papel destacado en la organización táctica de la guerra, así como sus consejeros políticos, que ejercieron su influjo a través del PCE. México también colaboró con la República, pero de forma más testimonial. Las Brigadas Internacionales prestaron gran ayuda en forma de unidades de combate. Estaban compuestas por voluntarios extranjeros de Europa y América,  muy ideologizados.

PAÍSES QUE AYUDARON A LOS NACIONALES

Los nacionales fueron los más favorecidos por el apoyo extranjero. La ayuda alemana fue la más importante tanto  numérica como técnicamente. Destacó el puente aéreo y la legión Cóndor. La ayuda italiana consistió en el envío de tropas y armas. Portugal también apoyó a los sublevados, sobre todo introduciendo armas y petróleo por su frontera. Voluntarios extranjeros portugueses e irlandeses colaboraron también con los nacionales. También lo hicieron tropas marroquíes, pero en este caso se trataba de mercenarios, muy temidos y violentos.

EL COMITÉ DE NO INTERVENCIÓN

Francia tenía muchas simpatías por los republicanos, pero los ingleses las sentían por los nacionales, ya que veían en ellas una fuerza que podía frenar el movimiento obrero en Europa. En estas circunstancias, a instancias de las dos potencias se formó el Comité de No Intervención  con el objetivo de impedir que nadie ayudara a los dos contendientes y que la guerra no se internacionalizase. Otra razón para la creación de este comité fue la política seguida por Francia e Inglaterra de apaciguamiento de Hitler. Este Comité no consiguió impedir que los dos bandos recibiesen ayuda del exterior, como hemos comentado anteriormente.

Terminada la guerra civil España estaba completamente destrozada demográfica, social y económicamente. Con el fin de la guerra no llegó la paz, sino la victoria; dedicándose Franco a borrar toda huella de la sociedad republicana existente

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Idioma: castellano
País: España

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