Filosofía
Filosofía medieval
Características de la filosofía medieval:
La filosofía medieval o Escolástica, es teología, es decir, conocimiento de Dios y de lo que Dios ha creado. Dentro se distinguen 3 periodos:
Periodo de formación: s.VII-XII
Dentro del periodo de formación se distinguen 2 fases, una de recopilación de textos antiguos con la que se pretende recuperar la cultura grecolatina y adaptarla al cristianismo; y otra de identificación entre filosofía y teología, fe y razón, con el planteamiento de San Agustín: no hay fronteras entre fe y razón, sino que ambas quieren aclarar la verdad. La razón ayuda al hombre a alcanzar la fe, después, la fe orienta e ilumina a la razón, y la razón contribuirá a aclarar los contenidos de la fe. A partir de Dios surgen todas las demás realidades, de más perfectas a menos perfectas. Después de Dios, se sitúan la Inteligencia, el Alma y la Materia.
Periodo de apogeo: s.XIII
En este periodo se empieza a distinguir entre fe y razón y se introduce el pensamiento aristotélico a través de los filósofos árabes, sobretodo de Averroes.
Algunas de sus ideas suponen una conmoción en el mundo cristiano, porque contradicen ideas fundamentales del Cristianismo, concretamente las de la eternidad del mundo, la inmortalidad del alma y la doctrina de la doble verdad.
En la Universidad de París los maestros se dividieron por el aristotelismo. Los franciscanos se oponen a toda la filosofía aristotélica, mientras que los dominicos quieren unir el Cristianismo con el aristotelismo, y Sto. Tomás está entre estos últimos. Para él, la interpretación averroísta es la que contradice la verdad cristiana.
Periodo de decadencia: s.XIV
Queriendo colocar a las verdades de fe más allá de toda prueba racional, se completa la separación entre fe y razón, y termina en el empirismo.
El argumento ontológico de San Anselmo:
Es uno de los argumentos de demostración de la existencia de Dios más clásicos y que se seguirá usando en la Edad Moderna, y se basa en que Dios es mayor que lo cual nada puede ser pensado, por lo cual no puede existir sólo en el entendimiento, pues se podría pensar algo mayor que aquello, por lo que existe en el entendimiento y en la realidad algo mayor que lo cual nada puede ser pensado: Dios.
El pensamiento de Sto. Tomás de Aquino:
Sto. Tomás es un pensador del s.XIII (apogeo de la Escolástica). Principales ideas de su pensamiento:
Filosofía y teología. Fe y razón.
Para Sto. Tomás Dios es el verdadero tema de la filosofía por 2 razones: una, porque al ser el primer principio, es el tema de la filosofía primera; y otra, porque es el saber que permite la salvación del hombre y se necesita cierto conocimiento para la salvación, conocimiento que encontramos en las Escrituras.
La verdad que alcanzamos mediante la fe es la verdad revelada. La verdad que alcanzamos mediante la razón es la verdad racional. Lo que se sabe racionalmente no se cree, sino que sencillamente se sabe. Sto. Tomás dice que “es imposible que de lo mismo haya a la vez fe y ciencia”. “Revelado” formalmente es lo que no se puede alcanzar por la razón, sino sólo por la fe.
Pero las Escrituras no consisten sólo en verdades formalmente reveladas, sino que también de verdades materialmente reveladas, es decir, de verdades que han sido reveladas pero que pueden ser alcanzadas por la razón. Podemos distinguir 3 tipos de contenidos o verdades:
Contenidos de la fe que no lo son de la razón (verdades reveladas formalmente) Como el misterio de la Trinidad.
Contenidos de razón que lo son también de fe (verdades reveladas materialmente) Como la existencia de Dios.
Contenidos de razón que no son de fe porque no han sido revelados
Pero ni la Revelación ni la razón se equivocan. Y si se contradicen en algo, no se trata de un error en la facultad humana de razonar, sino el error de un hombre concreto al usar su facultad de raciocinio. El razonamiento correcto lleva a la misma verdad que la revelada: porque la verdad es única.
Sto. Tomás separa la fe y la razón, igual que también separa la teología revelada de la teología racional. Pero también nos habla de muchas colaboraciones entre fe y razón:
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Gracias a la razón podemos entender las verdades de la fe.
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La fe puede ser un criterio externo de verdad: si la filosofía llega a conclusiones incompatibles con la fe, es que hay un error en el razonamiento.
Sto. Tomás y Aristóteles:
Para Sto. Tomás, Aristóteles es el filósofo por antonomasia (lo llama simplemente “el Filósofo”). Toda la obra tomista puede ser entendida como una reinterpretación del pensamiento de Aristóteles desde la perspectiva del Cristianismo pero también aparecen conceptos nuevos. Como el Aquinate, que identifica el Primer Motor Inmóvil con el Dios cristiano, que es un Dios que lo crea todo a partir de la nada, que es omnipotente, que se relaciona con los hombres, estos últimos están formados por materia (cuerpo) y forma (alma), siendo esta última inmortal, etc.
Una de las ideas introducidas por Sto. Tomás, es la distinción entre esencia y existencia:
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La esencia es el conjunto de notas que definen o determinan algo. Es la potencia cuyo acto es la existencia.
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La existencia es la presencia, el estar ahí de algo. La existencia podría ser definida como la actualización de la esencia
Sto. Tomás hace distinción entre esencia y existencia para distinguir al Creador de lo creado. San Agustín los diferenciaba como que el Creador es la forma pura, y lo creado está formado por forma y materia. Pero Sto. Tomás no lo aprueba, ya que existen otros seres que son inmateriales y creados: los ángeles.
Lo que diferencia a los seres creados de su Creador es que en los creados son distinguibles esencia y existencia, y es Dios quien actualiza su esencia. Pero en Dios, esencia y existencia son indistinguibles: su esencia implica su existencia. Dios es acto puro de existir, es infinito, y por esto, de él no podemos decir ni conocer nada, ya que lo limitaría determinándolo. Lo único que podemos hacer es tomar de él todas las visiones exteriores que podamos, sin agotar su contenido. Podemos proceder de 2 formas:
Por vía negativa, diciendo todo lo que Dios no puede ser: no puede ser mortal, no puede nacer, etc.
Por vía afirmativa, mediante analogías. Como entre causa y efecto hay relación, tiene que haber una semejanza entre ellos. Atribuimos a Dios todas las perfecciones que encontramos en las criaturas, elevándolas al infinito. Diremos que Dios es bueno, inteligente, omnisciente, libre, etc.
El conocimiento:
La teoría del conocimiento de Sto. Tomás distingue 2 facultades:
La sensación, que conoce las cosas según el modo de ser que tienen en la materia individual. Es un conocimiento de lo singular. El resultado es la especie sensible.
El entendimiento, que conoce las que tienen ser en una materia concreta pero no concretadas en tal materia individual, sino abstraídas de ella por el entendimiento. Es un conocimiento universal. El resultado es la especia inteligible.
El conocimiento consiste en abstraer a partir de lo sensible el concepto universal, realizado por el intelecto. Todo conocimiento tiene que partir de los sentidos. De aquí se deduce que un conocimiento perfecto de Dios es imposible, pues está más allá de la experiencia.
Ética y Política
Para Sto. Tomás ética y política siguen estando muy unidas: la política tiene que facilitar los medios para que el individuo lleve una vida buena. El hombre es un “animal político” por naturaleza: sociedad y gobierno le son naturales. El fin de éstos ha de ser dejar que el hombre consiga sus fines. Como el fin del hombre es sobrenatural, el Estado no puede nunca perderlo de vista.
La ética tomista tiene las mismas características que la aristotélica:
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Es teleológica: todas las naturalezas tienden siempre a un fin. El fin al que todas las cosas tienden es el bien que Sto. Tomás identifica con Dios.
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Es eudemonista: el fin supremo es la felicidad. La felicidad perfecta se basa en la contemplación de Dios. Pero el hombre sólo puede conseguir un conocimiento perfecto de Dios en el más allá, de ahí que el fin del hombre sea sobrenatural y que la felicidad no se pueda alcanzar en esta vida.
Lo bueno y lo malo queda definido depende de si se respeta o no el bien supremo. La ley moral es natural (se basa en la naturaleza humana) y racional (se enuncia por la razón). La ley natural no puede ser cambiada porque también la naturaleza humana es inmutable. El origen y la fuente de la ley natural es la ley eterna o divina.
Sto. Tomás distingue otras 2 leyes: la ley divina positiva y la ley humana positiva.
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La ley divina positiva es la ley de Dios tal como ha sido revelada.
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La ley humana positiva es la ley del Estado, es decir, el conjunto de leyes jurídicas, y se basa en la ley natural. La ley humana positiva es la manifestación de la ley natural mediante decretos positivos. Además se apoya en sanciones. La ley humana positiva sólo es verdadera si viene de la ley natural, que es una ley justa que obliga a todos, pero no deben ser obedecidas las leyes que vayan contra la ley eterna. El que define la ley natural es el legislador.
La existencia de Dios:
Según Sto. Tomás, la existencia de Dios es una de las cuestiones que se pueden resolver mediante la razón. Para esto elabora 5 pruebas sobre la existencia de Dios que reciben el nombre de las 5 vías. Todas parten de un hecho que conocemos mediante los sentidos. Al buscar la causa de este fenómeno, concluirá que todo tiene una causa primera, que es Dios.
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La primera vía es la que parte del movimiento. Todo lo que se mueve es movido por otra cosa, que está en potencia respecto a lo que se mueve. Pero una cosa que mueve está en acto, ya que mover no es más que reducir a algo de la potencia al acto. Pero no es posible que algo esté a la vez en acto y en potencia, por tanto, todo lo que es movido, ha de ser movido por otra cosa. Si eso por lo que es movido se moviese, tendría que ser movido también por otra cosa, y ésta por otra. Pero no se puede seguir hasta el infinito, porque al final no habría un primer movimiento, y por consiguiente ningún otro movimiento. Por tanto, hay que llegar a algún primer movimiento, que no es movido por nada: Dios.
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La segunda vía parte del concepto de causa eficiente. En las cosas sensibles hay un orden de causas eficientes. Pero es imposible que algo sea la causa eficiente de sí mismo, ya que sería anterior a sí mismo. Pero no es posible que en las causas eficientes ese llegue al infinito porque en todas las causas eficientes ordenadas el primero es causa del medio y el medio del último. Perro si cambia la causa, queda cambiado el efecto. Por tanto si no hubiese un primero, no habría un medio ni un último. Pero si se llegase al infinito en las causas eficientes, no habría primera causa eficiente, y así tampoco habría efecto último, ni medio…Por tanto, es necesario afirmar alguna causa eficiente primera: Dios.
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Enviado por: | Esther Pérez Llanera |
Idioma: | castellano |
País: | España |