Educación y Pedagogía


Evaluación institucional


'Evaluacin institucional'

Licenciatura en Administración Educativa

Facultad de Educación

Curso: Seminario Sobre Evaluación de la Educación.

Por: Dra. Beatriz García Lira.

Tema:

Evaluación Institucional.

Alumno: José David Sosa R.

Carné: 20053107

Guatemala de la Asunción, 05 de Abril de 2008.

Hablar de evaluación parece que está dirigida, por más que empleemos una concepción amplia, al alumnado. Pero debido a que esta dimensión, más aún que otras, es muy dependiente de los procesos de enseñanza puestos en juego, la evaluación no puede estar limitada a la actividad y las actitudes que parecen mostrar los alumnos. Paralelamente debe tomar en cuenta todos los aspectos relacionados con las condiciones y los modos como se ha desarrollado dichos procesos educativitos: clima u atmósfera moral de centro, normas de convivencia, ambiente del aula, pertinencia en las actividades de enseñanza diseñadas, de los materiales y los recursos empleados, de las formas de organizar la clase, de la acción conjunta de toda la comunidad educativa.

En la evaluación existe un grado alto de complejidad, y hablamos de complejidad lo hablamos como estructura del pensamiento que intenta reflejar la multitud de variables y relaciones que inciden en su delimitación teórica y su concreción práctica.

Evaluación Institucional.

¿Por qué evaluar?

Para mejorar la calidad educativa del centro mediante algunos de los siguientes objetivos:

  • Conocer la situación de génesis del centro

  • Facilitar la formulación de un modelo de actuación.

  • Detectar las dificultades que se presenten.

  • Detectar progresivamente los elementos positivos.

  • Regular el proceso de aplicación continua del modelo de actuación.

  • Conocer los resultados obtenidos al final del período fijado para la implementación del modelo.

  • Valorar los resultados obtenidos.

  • Replantear el modelo de actuación del centro.

  • Algunas definiciones:

    Un proceso permanente e integrador, que se desarrolla dentro y fuera de la institución, a los efectos de favorecer la calidad educativa, mediante juicios de valor, dando bases para la toma de decisiones.

    La evaluación institucional va más allá del alumno como objeto de la evaluación, pues abarca tanto a la administración educativa, como al centro escolar y al alumnado, o mejor dicho a la comunidad educativa.

    La evaluación institucional se configura como una práctica reflexiva, sistemática y auto-reguladora que se sustenta en sus tres ejes fundamentales: el axiológico, el teórico y el método.

    Se está extendiendo una nueva ola pedagógica sobre las estrategias de acción y de cambio en las instituciones. Hay que romper con el individualismo y trabajar a partir de la planificación conjunta, la reflexión compartida, la coordinación intensa, la acción institucional. El centro educativo aparece como la unidad funcional de planificación, trabajo, innovación y evolución, creando así una comunidad de aprendizaje.

    En la escuela sólo se hace evaluación de rendimiento de los educandos. El sentido descendente de la evaluación como criterio de contraste, de comprobación, de selección y de control se realiza sobre el estamento más frágil, más desviado y jerárquicamente más débil. Una parte del resultado de los aprendizajes, a la condiciones, a la intervención del educador. Pero, en la escuela, sólo se evalúa a los educandos. El sistema vive de la evaluación que realiza y precisamente encuentra en el fracaso de algunos, la base de su éxito. De su éxito como institución clasificadora.

    Resulta evidente que la evaluación institucional es una exigencia que ha de formularse a la escuela desde las instancias democráticas que la albergan y una necesidad que proviene de los interrogantes sobre la calidad de los servicios que presenta. La evaluación es una garantía de calidad. Las instituciones escolares, sin embargo, perviven sin esa exigencia que se pregunta por su éxito. Es más, ni siquiera existe la necesidad de precisar en qué consiste el éxito, ya que circunscripción del buen resultado a las calificaciones de los educandos es un planteamiento tan falso como simplista. Los resultados académicos no constituyen el único indicador de la calidad. A veces, lo es de una sección sesgada de los educandos o de un criterio benevolentes en las calificaciones.

    Aunque no fuera así, habría que preguntarse por muchas otras cosas: qué se aprende mientras se aprende, qué otras cosas podrían aprenderse, para qué sirve lo que se aprende, cuándo se olvida… El currículo oculto delas escuelas, los efectos secundarios que en ellas se consiguen, los aprendizajes larvados que se instalan en las rutinas, en las relaciones, en las normas, en los escenarios… deben ser objeto de una evaluación rica y enriquecedora.

    La evaluación constituye un instrumento de gran capacidad para mejorar la calidad, un instrumento que también permite detectar los puntos fuertes y débiles, así mismo áreas de mejora. Las constantes evaluaciones son un proceso continuado de aprendizaje que le permite a la institución ser cada vez mejor ya que lo que se pretende con las evaluaciones es mejorar la calidad, lograr las metas y optimizar mejor los recursos.

    Priorizar el conocimiento, respeto y contratación de las percepciones y expectativas que tienen las personas de las organizaciones sobre su funcionamiento, es otra forma de guiar el proceso de la evaluación. Se trata, es este caso, de arbitrar mecanismo que faciliten el intercambio de experiencias y la implicación de todo el personal en la mejora.

    Al pensar en una evaluación institucional, los objetivos básicos son:

    • Determinar fortalezas y debilidades de la institución.

    • Fomentar la creación de una cultura común y un compromiso con la mejora.

    • Facilitar el intercambio de ideas y el desarrollo institucional.

    El diagnóstico institucional dirigido a la mejora se fundamenta en los siguientes principios de acción.

  • Globalidad. La evaluación debe considerar todos los aspectos del funcionamiento de la institución (misiones, estructura de organización y funcionamiento y sistemas de relaciones) y, especialmente, la coherencia que se establece entre ellos, se trata de evaluar en un primer momento, la institución en su totalidad y no un aspecto específico de ella.

  • Participación. Que supone el conocimiento y la posibilidad de incidir en los resultados por parte de todas las personas y estamentos implicados en la evaluación, tratando así de garantizar la vinculación de todas las personas de la institución en las propuestas de mejoras realizadas.

  • Utilidad. Los informes parciales o finales que se realizan deben ser entregados con tiempo suficiente para incorporar las mejoras sugeridas.

  • Funcionalidad. Entendida como practicidad y realismo, tanto por lo que se refiere al análisis como a los resultados.

  • Sistemicidad. La institución y su evaluación se consideran como dos conjuntos holísticos en interacción permanente y en relación de interdependencia.

  • Entendemos que la acción evaluadora debe consistir en una reflexión crítica y colaborativa, acerca de un objeto, que busque conocimiento acerca del mismo con la finalidad de mejorarlos (especialmente en su proceso). En tanto que compromiso sistemático, continuo y científico con sus agentes con la mejora de dicho objeto, toda acción evaluadora profundizará en una colaboración indagadora para construir in conocimiento valioso, y para ello ha se ser contextualizado, de la propia realidad sobre la que incide o actúa.

    La evaluación, no obstante, está impregnada de connotaciones polarizadas. Puede contribuir, y bien entendida y aplicada lo es, una actividad educativa integrada en el proceso de enseñanza y aprendizaje, un elemento curricular favorecedor de los aprendizajes y creador de estilos valiosos de enseñanza y de mejoras organizativa.

    TIPOS DE EVALUACIÓN INSTITUCIONAL.

    Evaluación sumativa:

    Es aquella en que los resultados de la evaluación se utilizan para una determinada promoción, acreditación y/o calificación.

    Determina la calidad de un objeto asignando una valoración.

    “la evaluación sumativa tiene generalmente un carácter final. Esto quiere decir que se aplica al término un curso, un trimestre o un programa”

    Las decisiones básicas que se apoyan en este tipo de evaluación pueden agruparse en cuatro categorías.

  • Selección para ser admitido en un curso, programa o institución dentro del sistema educativo p ara un puesto, función o misión fuera del mismo.

  • Clasificación dentro de las distintas alternativas educacionales que se ofrecen en un punto dado del sistema.

  • Promoción de un nivel educativo a otro.

  • Certificación de competencias.

  • Evaluación Formativa.

    Es aquella evaluación que pretende perfeccionar el proceso que se evalúa, realizándose a los largo de todo el ciclo de enseñanza-aprendizaje.

    Se puede aplicar en cualquier momento, y su principal función es de realimentación.

    Seis usos principales de la evaluación formativa:

  • Tomar decisiones eficaces para garantizar la secuencia y el ritmo adecuados del aprendizaje.

  • Proporciona retroalimentación a los estudiantes sobre su situación en distintos momentos del proceso discente.

  • Proporcionar retroalimentación al profesor.

  • Permite establecer las situaciones de aprendizaje adecuadas.

  • Permite cierto grado de predicción respecto a futuros aprendizajes de alumnos.

  • Desempeña una función esencia en la investigación activa que, a su vez, es un factor importante en la innovación educativa y en el perfeccionamiento profesional del profesor en servicio.

  • Evaluación Normativa.

    Es aquella que surge al comparar los resultados grupales y generales con las normativa evaluativa aplicada.

    Este tipo de evaluación exige establecer una norma o escala de referencia, realizada después de estudios estadísticos de rendimiento, con el objetivo de obtener una calificación.

    Evaluación Externa.

    Es aquella que se realiza por agentes externos a la institución.

    La autoevaluación.

    También llamada como evaluación interna, es aquella que se realiza desde la propia institución, y siempre con la misma finalidad que la evaluación externa que es de mejorar la calidad.

    Bibliografía:

    Castillo A, Santiago. Compromisos de la Evaluación Educativa. España 2002. Editorial Prentice Hall.

    Roncal M. Federico. Evaluación del aprendizaje. Programa Lasallista de formación. Guatemala 2005. Editorial SaqilTzij

    Gutiérrez P, Fransisco; Prieto C, Daniel. Mediación Pedagógica. Guatemala. Decima edición 2004. Editorial SaqilTzij

    Roncal M. Federico. Tecnología de evaluación educativa. Programa Lasallista de formación. Guatemala 2005. Editorial SaqilTzij

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    Evaluación comunitaria.

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    SUJETO

    OBJETO

    El centro como organización.

    Centro + Entorno (Comunidad)

    Centro + Entorno (Comunidad)

    El centro como organización




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    Enviado por:José David
    Idioma: castellano
    País: Guatemala

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