Filosofía y Ciencia


Ética para Amador; Fernando Savater


de Fernando Savater

Fecha: 19 de Noviembre de 1999

  • Ficha Bibliográfica

  • Obra: Ética para Amador

    Autor: Fernando Savater

    editorial: Editorial Ariel, S.A.

    Barcelona

    Año: 1991

    2. El Autor

    Fernando Savater nació en San Sebastián, País Vasco, en 1947. Filósofo, ensayista, narrador, dramaturgo y polemista, es catedrático de Ética en la Universidad Complutense de Madrid.

    Ha publicado una vasta y bien apreciada obra ensayística en la cual destacan: Nihilismo y acción, La filosofía tachada, Ensayo sobre Ciorán, La infancia recuperada, Panfleto contra el Todo, La tarea del héroe (Premio Nacional de Ensayo), Invitación a la ética (Premio Anagrama), El contenido de la felicidad, Contra las patrias, Ética como amor propio, Criaturas del aire, Ética para Amador, Política para Amador, Sin contemplaciones, Sobre vivir, e Idea de Nietzsche.

    Es autor también de cuatro novelas: Caronte aguarda, Diario de Job, El dialecto de la vida, y El jardín de las dudas ( finalista del Premio Planeta de 1993); de un libro de relatos: Episodios pasionales; y de varias obras de teatro: Juliano en Eleusis, Vente a Sinapia y Último desembarco.

    Colabora también habitualmente en el diario El País y en la revista Claves de la Razón Práctica, que codirige junto a Javier Pradera.

    3. Tema General De La Obra

    Tan sólo considerando el título del libro ("Ética para Amador") resulta obvio que a lo largo de toda la obra ése sea uno de los temas principales: La ética como medio para conseguir una buena vida.

    El tema de fondo, es la libertad, alrededor de la cual giran parte de los temas secundarios, y es además el punto desde el cual está vista la ética, es decir, que a lo largo de la obra se explica qué hacer con nuestra libertad de una forma ética.

    Tal y como se advierte en el "Aviso antipedagógico", el objetivo del libro no es fabricar ciudadanos bienpensantes, sino estimular el desarrollo de librepensadores.

    4. Estructura De La Obra

    El libro está estructurado en nueve capítulos. Al comienzo se encuentra el "Aviso Antipedagógico", en el que nos advierte de que la obra no es un manual de ética, sino tan sólo un libro personal y subjetivo. Después el prólogo, a modo de introducción, nos revela el tema principal de la obra.

    Todos los capítulos (excepto los dos últimos), están muy enlazados en el tema, y son mas una continuación, que una división de partes.

    Además, al final de cada capítulo, aparecen unas citas de gran interés, relacionadas con el tema específico de cada capítulo. También, en cada capítulo, nos pone unos ejemplos muy claros para explicar el tema, a menudo personajes de otras obras conocidas, como el ciudadano Kane, Robinson Crusoe, Frankenstein, etc.

    Al final de la obra aparece el Epílogo, en el que el autor nos dice que no nos tomemos el libro demasiado en serio, nos da unos últimos consejos para la vida, y nos recomienda algunos libros.

    CAPITULO PRIMERO: DE QUE VA LA ÉTICA

    Habla sobre la distinción lo bueno y lo malo, y acerca de nuestra posibilidad de elegir, posibilidad que es única del ser humano.

    CAPÍTULO SEGUNDO: ÓRDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS

    Trata acerca de los motivos por los cuales actuamos normalmente: las órdenes, las costumbres, los caprichos y los motivos funcionales.

    CAPÍTULO TERCERO: HAZ LO QUE QUIERAS

    Habla acerca de la libertad, las decisiones, la moral, la ética y el arte de vivir en general.

    CAPÍTULO CUARTO: DATE LA BUENA VIDA

    Continúa con el tema de la libertad, sobre la naturaleza del hombre, y cómo conseguir vivir una buena vida.

    CAPÍTULO QUINTO: ¡DESPIERTA, BABY!

    Sigue con la buena vida, y las relaciones con las personas.

    CAPÍTULO SEXTO: APARECE PEPITO GRILLO

    Trata acerca de la conciencia, los remordimientos, y la responsabilidad que hay que tener con la propia libertad.

    CAPÍTULO SÉPTIMO: PONTE EN SU LUGAR

    Según el autor, el capítulo más importante de todos. Continúa con el tema de cómo tratar a las personas.

    CAPÍTULO OCTAVO: TANTO GUSTO

    Habla acerca de los placeres, sobre cómo no hay que abusar de ellos, y cómo ha de ser el camino para conseguir el mayor objetivo: la alegría.

    CAPÍTULO NOVENO: ELECCIONES GENERALES

    Trata de aclarar las semejanzas y diferencias entre la ética y la política.

    5. Resumen Del Contenido

    Comienza el libro, hablándonos de la sabiduría necesaria en la vida para saber distinguir entre lo bueno y lo malo.

    La vida es el resultado de la voluntad de cada persona, ya que siempre podemos elegir lo que hacemos aunque no podamos elegir lo que nos pasa.

    Los motivos por los que actuamos son, normalmente, cuatro: las órdenes, cuando es algún mandato, algo que viene de fuera; las costumbres, son las que se basan en la comodidad, en la rutina, o en los modos, y también vienen de fuera; los caprichos son espontáneos y brotan desde dentro (son irreflexivos); los motivos funcionales son aquellos con los que se quiere conseguir algo.

    Pero precisamente como tenemos libertad para elegir, debemos dejar de lado esos motivos, y hacer lo que realmente se quiere, preguntarse por qué se hace lo que se hace.

    Para llevar una buena vida humana, hay que vivir entre humanos, ya que hay ciertas "cosas" que sólo nos las pueden proporcionar los humanos, y tratar a las personas como personas, y no como cosas, ya que el proceso de humanización es recíproco, y a la vez que se trata como a una persona a alguien, se esta haciendo la propia persona, y defendiendo su derecho a ser tratado como tal.

    En el fondo, de lo que se trata es de conseguir un buena vida, y para eso no hay que ser imbécil, sino tener conciencia. Es importante saber qué es lo que se hace, qué es lo que se quiere, y porqué se hacen y se quieren las cosas. También es de gran importancia el ser responsable de cada uno de nuestros actos y tratar a la libertad con seriedad y responsabilidad.

    A las personas hay que tratarlas como queremos que nos traten a nosotros mismos, poniéndonos en su lugar, y teniendo en cuenta que los intereses personales acaban repercutiendo en los demás.

    El mayor objetivo en la vida debe ser la alegría, y hay que poner la libertad y el placer como medios para conseguirlo.

    Como vivimos en una Sociedad dirigida por la política, si queremos conseguir una buena vida, habrá que tener en cuenta la política.

    La ética y la política tienen mucho en común, per también presentan grandes diferencias.

    Todo régimen político debería tener ciertos aspectos esenciales como lo son la libertad, la justicia, la dignidad y la asistencia.

    6. Análisis

    Capítulo Primero: De qué va la ética

    La primera parte del capítulo está dedicada a la sabiduría que se necesita para la vida. Ciertas cosas no son necesarias para la vida, aunque con más o menos de esos conocimientos podamos vivir mejor o peor. Sin embargo, existen ciertos conocimientos que son esenciales para la vida, porque "nos va la vida en ellos". Debemos aprender a distinguir entre lo que nos conviene y lo que no. Aunque hay que tener en cuenta que en la gran mayoría de los casos las decisiones no serán blancas o negras, si no que por el contrario, existirá una infinita gama de grises. De ahí la importancia de la ética. "Se puede vivir de muchos modos, pero hay modos que no dejan vivir".

    Sobre el cómo vivir, hay las más variadas opiniones, y lo único que está totalmente cierto es que no estamos de acuerdo con todos.

    Lo importante es saber que, sea cual sea la vida de cada uno, esa vida es el resultado de la voluntad de cada persona. Y así se enlaza la primera parte de este capítulo con la segunda, la cual trata de uno de los temas principales, o fundamentales, de la obra: la libertad.

    Con un ejemplo muy claro nos muestra la gran diferencia entre el resto de los seres vivos y los humanos.

    Los animales y plantas están "programados" para hacer lo que deben, y no pueden salirse de esas pautas. Las personas tenemos la oportunidad de elegir. Siempre debemos tener en cuenta los aspectos en los que sí estamos "programados", como lo son el hecho de que necesitamos comer, beber, dormir. También nos "programan" en cierta medida la cultura que nos inculcan, haciéndonos parecer previsibles. En cualquier caso, por mucha "programación", biológica o cultural, que tengamos, siempre tenemos la opción de elegir. No podemos hacer cualquier cosa que queramos, pero no estamos obligados a hacer una sola cosa.

    En este punto nos hace unas aclaraciones acerca de la libertad que considero importantes:

    Primero: no somos libres de elegir lo que nos pasa, sino libres de reaccionar ante las situaciones de una u otra forma.

    Segundo: que seamos libres para intentar hacer algo no significa que lo consigamos siempre. Somos libres de elegir dentro de lo posible, ya que no todo depende de nuestra voluntad. También hay que considerar que la libertad es nuestra fuerza en el mundo.

    Ciertas personas afirman no sentirse libres, lo que no es más que una excusa, para así poder decir que no se tiene la culpa, o para no tener que reconocer que libremente se elige el camino fácil.

    Finalmente, y resumiendo lo anterior, los seres humanos podemos elegir nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece conveniente rente a lo que parece inconveniente, por consiguiente podemos equivocarnos. Y por eso debemos fijarnos en lo que hacemos y procurar acertar en nuestras decisiones con un cierto "saber vivir".

    "A este arte de vivir es a lo que llaman ética".

    Capítulo Segundo: Órdenes, Costumbres Y Caprichos.

    Este capítulo trata sobre los diferentes motivos por los cuales hacemos las cosas. Motivo es la razón que se tiene o se cree tener para hacer algo, la explicación más aceptable de la conducta cuando se reflexiona sobre ella.

    Hay tres tipos de motivos:

  • ÓRDENES: el motivo es que se nos ha mandado hacerlo. Sacan su fuerza del miedo que se puede tener a las represalias, del afecto y la confianza que se tiene en la persona que lo ordena, o bien porque se espera algún tipo de recompensa.

  • Las órdenes vienen de fuera.

  • COSTUMBRES: es algo que se hace siempre y se repite sin pensar, o bien que todo el mundo mantiene ese comportamiento. Las costumbres vienen de la comodidad de seguir la rutina en ciertas ocasiones, (son también costumbres la obediencia a ciertos tipos de órdenes como lo son las modas) y también del interés de no contrariar a la mayoría, o a los demás.

  • Las costumbres también vienen de fuera. La costumbre sirve sólo para la vida diaria.

  • CAPRICHOS: el motivo es la ausencia de motivo, es el simple apetecer o no apetecer. Los caprichos vienen de dentro, brotan espontáneamente, sin que nadie los ordene o sin que sean imitados. Aunque algunos caprichos también son imitaciones. Los caprichos no se tienen en cuenta en los momentos de tomar decisiones importantes.

  • FUNCIONALES: los motivos que te inducen a aquellos gestos que se hacen como puro y directo instrumento para conseguir algo.

  • Cada uno de los motivos inclina tu conducta en una dirección o en otra, y explica más o menos tu preferencia a la hora de hacer las cosas. Cada motivo tiene su propio peso y te condiciona a su modo.

    Cuando las cosas están de veras serias hay que intentar plantearse hasta qué punto resulta aconsejable obedecer, o limitarse a la moda o al hábito, o actuar por puro capricho.

    Capítulo Tercero: Haz Lo Que Quieras.

    Este capítulo trata sobre el tema de la libertad. La libertad es decidir dándose cuenta de que se está decidiendo. Es lo opuesto a dejarse llevar.

    El autor nos recomienda pensar al menos dos veces lo que se va a hacer. La primera vez que se cuestiona el motivo de una acción, la respuesta a la pregunta será del tipo de motivos expuestos en el anterior capítulo. Sin embargo, en una segunda vez, se reflexiona y profundiza más en la respuesta, y se plantean nuevas preguntas, tales como "¿por qué obedezco?". No todo lo que nos mandan es bueno o conveniente. Y lo mismo ocurre con las costumbres.

    Los caprichos tampoco son aconsejables cuando se trata de temas serios, ya que una acción irreflexiva puede ser inconveniente, e incluso peligrosa.

    No somos esclavos de las obligaciones ni de las costumbres, tenemos la libertad de elegir.

    En resumen, nunca una acción es buena sólo por ser una orden, una costumbre o un capricho. Para saber si algo es realmente conveniente o no hay que reflexionar sobre ello, y decidir libremente.

    Por lo tanto hay que "hacerse adulto" y decidir tu propia vida.

    En la segunda parte del capítulo nos habla acerca de la moral. La moral es el conjunto de comportamientos y normas que son aceptados como válidas en un entorno más o menos definido.

    La ética es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras "morales" que tienen en otro entorno diferente.

    Aún así ambas palabras pueden usarse indistintamente con el significado de "arte de vivir".

    El calificativo bueno en una persona puede tener muchas connotaciones diferentes. Además, lo que para una persona resulta bueno, no tiene por qué serlo para otra. Por lo tanto hay muchas maneras de ser bueno.

    También hay que tener en cuenta las intenciones, no sólo las circunstancias.

    Finalmente, la ética, bien entendida, no es más que "haz lo que quieras". Hay que dejarse de órdenes, y de costumbres, do todo cuanto quiera dirigirte desde fuera, y hay que plantearse la vida desde el interior, desde uno mismo.

    Capítulo Cuarto: Date La Buena Vida

    En este capítulo continúa con la idea de "haz lo que quieras". La contradicción que encierra la afirmación, no es más que un reflejo de la liebertad misma, porque no se es libre de no se libre. Como dijo Sartre: "Estamos condenados a la libertad".

    La cuestión es, que no se trata de pasar el tiempo, sino de vivirlo bien. Hay que tomarse en serio la libertad que se posee, teniendo en cuenta que no es lo mismo "haz lo que quieras" que "haz lo que te venga en gana".

    Es importante ser capaz de establecer prioridades y de imponer una cierta jerarquía entre los caprichos y lo que en el fondo se quiere de verdad. Por eso, lo primero que se debe hacer es pensar detenidamente qué es lo que realmente se quiere.

    La ética no es más que el instrumento racional de averiguar cómo vivir mejor.

    Pero desde luego de lo que se trata es de llevar una buena vida humana, lo cual significa tener una buena vida entre seres humanos, ya que de lo contrario, esa vida no será ni buena, ni humana.

    Otro punto es que también queremos ser tratados como humanos. El hombre no nace siendo hombre, ya que no es sólo una realidad biológica, natural, sino también una realidad cultural.

    Así, hay una serie de factores fundamentales para el completo desarrollo del hombre, como lo son el lenguaje, los símbolos, etc.

    Por eso hablar a alguien y escucharlo es tratarle como a una persona, aunque también hay otras formas de demostrar que nos reconozcamos como humanos. La humanización es un proceso recíproco, por eso darse la buena vida no es algo muy distinto de dar la buena vida.

    Capítulo Quinto: ¡Despierta, Baby!

    Continúa este capítulo con el tema de darse la buena vida y darse cuenta de lo que realmente nos conviene y es bueno.

    La vida es complejidad y complicaciones, las cuales no se pueden rehuir. La mayor complejidad de la vida es precisamente que las personas no son cosas. Las cosas se compran y se venden, y cuando dejan de ser útiles se tiran, pero ese trato no se puede dar a una persona.

    Cuando tratamos a los demás como cosas, lo que recibimos de ellos son también cosas, pero no ninguno de los dones más sutiles que sólo las personas pueden dar, como por ejemplo amistad, respeto o cariño.

    Esto también es importante desde el punto de que los humanos se humanizan unos a otros, al ser tratados coma a personas, y no como a cosas.

    Aunque hay veces en que aun tratando a los demás como a personas no se reciba a cambio más que traiciones o abusos. En esos casos siempre se seguirá teniendo a una persona, a nosotros mismos, porque seguimos defendiendo nuestro derecho a ser tratados como a personas. Si no tratamos a los demás como a personas, perdemos ese derecho, y también podemos perder lo que nuestra propia persona nos ofrece a nosotros mismos.

    La ética en el fondo trata de averiguar de qué trata esta buena vida. Una buena vida no puede prescindir de cosas, pero mucho menos de personas. Por eso hay que prestar atención para precisar lo mejor posible el sentido de esa buena vida que se quiere vivir.

    Intentar comprender por qué ciertos comportamientos convienen y otros no, comprender de qué va la vida y que es lo que la puede hacer buena.

    Pero esas decisiones han de ser tomadas en solitario, ya que "nadie puede ser libre por ti".

    Capítulo Sexto: Aparece Pepito Grillo

    La única obligación que tenemos en esta vida es no ser imbécil. Y hay muchos modelos de imbéciles:

    • El que cree que no quiere nada.

    • El que cree que lo quiere todo.

    • El que no sabe lo que quiere ni se molesta en saberlo, imita los quereres de sus vecinos.

    • El que sabe qué quiere, y sabe que lo quiere, y más o menos por qué lo quiere, pero lo quiere flojito.

    • El que quiere con fuerza y ferocidad.

    Cuando se actúa de una forma imbécil no se actúa de forma libre, ya que se necesita un apoyo de cosas ajenas.

    Los imbéciles nunca logran una "buena vida". Lo contrario de ser moralmente imbécil es tener conciencia. Entonces, ¿en qué consiste la conciencia?.

  • Saber que no todo da igual porque queremos realmente vivir, y además vivir bien, humanamente bien.

  • Estar dispuestos a fijarnos en si lo que hacemos corresponde a lo que de veras queremos o no.

  • Ir desarrollando el buen gusto moral, de tal modo que haya ciertas cosas que nos repugnen hacer inmediatamente.

  • Renunciar a rehuir de nuestra libertad y hacernos responsables de las consecuencias de nuestros actos.

  • No hay peor castigo que darse cuenta de que tus propios actos te estén perjudicando, que no te dejan ser lo que realmente quieres ser. Eso son los remordimientos, que vienen de nuestra libertad.

    Y, por enésima vez, hay que tomarse en serio la libertad, y ser responsable. Y lo serio de la libertad es que tiene efectos, que no se pueden borrar una vez producidos. Ser responsable es ser auténticamente libre, para bien y para mal.

    La responsabilidad no consiste simplemente en tener la honradez de asumir las propias meteduras de pata sin buscar excusas. La responsabilidad trata de ser consciente de lo real de la libertad. Responsabilidad es saber que cada uno de mis actos me va construyendo, al elegir lo que se quiere se va produciendo una transformación. Por eso cada decisión deja huella.

    Capítulo Séptimo: Ponte En Su Lugar

    En este capítulo continúa con el tema de cómo tratar a las personas.

    Lo que hace humana a la vida es el transcurrir en compañía de humanos, hablando, respetando, traicionando, amando,..., todas ellas cualidades intrínsecamente humanas.

    Entre los humanos hay rasgos característicos, a pesar de las grandes diferencias originadas por las culturas, religiones, etc. Estos rasgos son el habla, el valorar comportamientos, el distinguir entre lo bueno y lo malo (teniendo en cuenta cada cultura), el tener y considerar criterios, el discutir y comprender...

    A las personas, se les debe tratar con cierto cuidado, debido a que por la semejanza entre personas, la inteligencia, son peligrosas.

    A las personas, por lo tanto, hay que tratarlas como queremos que nos traten a nosotros. Tratar humanamente a las personas consiste, entonces, en ponerse en su lugar, comprenderle desde dentro. Tener conciencia de la propia humanidad consiste en darse cuenta de que, pese a las diferencias entre los individuos, también se esté dentro de los semejantes.

    Ponerse en el lugar de otro no sólo es hablar, sino tener en cuenta sus derechos y comprender sus razones.

    Con una palabra: tomarle en serio.

    Los intereses de cada persona no son únicamente propios de ella, sino que son relativos, excepto el interés absoluto de ser humano entre humanos.

    En las relaciones con otros humanos se trata de sentir simpatía por el otro, de experimentar un unísono con el otro.

    Pero eso no quiere decir que las personas sean idénticas, sino que cada persona debe seguir siendo ella misma.

    Al igual que nadie puede ser libre en tu lugar, nadie puede ser justo por uno mismo si no se da cuenta de que debe serlo para vivir bien.

    "Quien vive bien debe ser capaz de una justicia simpática, o de una compasión justa".

    Capítulo Octavo: Tanto Gusto

    Este capítulo está dedicado al placer, y a los placeres de la vida.

    Comienza hablándonos del sexo. Ha sido tradicionalmente tachado de inmoral, pero no hay nada de inmoral en el disfrutar. También ha sido acusado el placer sexual de "animal", cuando en realidad es todo lo contrario, teniendo en cuenta que son los animales los que utilizan el sexo sólo para la procreación.

    Claro está que, como todo en la vida, los placeres pueden ser malos o buenos, dependiendo de cómo se utilicen.

    El placer asusta porque es algo que gusta demasiado, y eso ha sido considerado peligroso. Pero "nada es malo sólo por el hecho de que te guste hacerlo".

    Hay que saber entregarse al disfrute de lo presente, al carpe diem, pero eso no quiere decir que se tenga que buscar todos los placeres, sino buscar todos los placeres del hoy.

    Hay que saber disfrutar con lo que nos rodea.

    Hay que tener un cierto control sobre los placeres y que no terminen convirtiéndose en algo, que en vez de llenar la vida, te hace huir de ella.

    A lo que se debe aspirar con cada acción en esta vida es a la alegría, una alegría simple, que te haga sentirte satisfecho y pleno, completo. El placer puede ser una fuente de alegría, siempre y cuando no se abuse de él. Ya que la alegría consiste en aceptar cada aspecto de la vida, lo bueno y lo malo, el placer y el dolor.

    Al arte de poner al placer al servicio de la alegría, es llamado templanza.

    Capítulo Noveno: Elecciones Generales

    Finalmente, este capítulo nos habla de la política relacionada con la ética y con saber elegir la "buena vida".

    La Ética es el arte de elegir lo que más nos conviene y vivir lo mejor posible; el objetivo de la política es el de organizar lo mejor posible la convivencia social, de modo que cada cual puede elegir lo que le conviene.

    Cualquiera que tenga la preocupación ética de vivir bien no puede desentenderse completamente de la política.

    Sin embargo, hay unas diferencias importantes entre ética y política: la ética se ocupa de lo que cada cual hace con su libertad, mientras que la política intenta coordinar de la manera mas provechosa para el conjunto, lo que muchos hacer con sus libertades. En la ética lo importante es querer bien, porque no se trata más que de lo que cada cual hace porque quiere. Para la política, en cambio, lo que cuentan son los resultados de las acciones, sean cuales sean los motivos, y el político hará cuanto tenga a su alcance por obtener ciertos resultados y evitar otros.

    La organización política preferible debe tener ciertos aspecto esenciales:

  • La libertad, sin la cual no hay vida buena que valga. El sistema político la debe respetar al máximo y abstenerse de los dictadores "por el bien común", ya que nuestro mayor bien es ser libres. Aunque también ese régimen político insistirá en la responsabilidad de las acciones.

  • La justicia. Principio básico de la buena vida, que consiste en tratar a las personas como a personas, es decir, ser capaz de ponerse en el lugar de los semejantes y de relativizar nuestros intereses para armonizarlos con los suyos. A esa condición se le llama dignidad, que es precisamente lo que sirve para reconocer que cada uno es único e irrepetible, pero que también nos hace semejantes.

  • La asistencia . Desde la realidad del sufrimiento, una comunidad política deseable tiene que garantizar la asistencia a los que sufren y le ayuda a quienes la necesitan. Para esa asistencia no tiene que costar ni la libertad ni la dignidad de la persona.

  • La democracia moderna ha intentado a lo largo de los dos últimos siglos establecer esas exigencias mínimas que debe cumplir la sociedad política: son los llamados Derechos Humanos.

    Los cuales, desgraciadamente, no se cumplen como debieran, por lo que hay que luchar por conseguirlos.

    7. Conclusiones

    Son muchas y muy variadas, prácticamente todo el libro son conclusiones del autor. Aquí he puesto las que me han parecido más importantes.

    A. A Las Que Llega El Autor

    • La Libertad: Todas las personas tienen libertad, que consiste en tomar decisiones dándose cuenta de que se están tomando. Somos libres de decidir lo que hacer, aunque no libres de elegir lo que nos pasa. Cada decisión que tomamos deja huella, y tiene unas consecuencias, de las cuales debemos hacernos responsables. Al igual que debemos considerar con seriedad nuestra libertad y actuar responsablemente.

    • Los Motivos: Una cosa no está bien sólo porque sea una mandato o una costumbre. Hay que profundizar en los motivos y llegar a encontrar el auténtico, y descubrir qué es lo que realmente se quiere para poder hacerlo.

    • Vivir la buena vida: No se trata de pasar el rato, sino de vivirlo bien, por eso es importante ser capaz de establecer prioridades, de descubrir lo que realmente se quiere. Para tener una buena vida hay que dar una buena vida.

    • Las personas: una vida humana hay que vivirla entre humanos. A las personas no se les puede tratar como cosas, ya que el proceso de humanización es recíproco. Tratar a los semejantes humanamente es la base de una buena vida. Hay que ponerse en su lugar.

    • Hay que ser consciente de lo que se hace y responsable. La imbecilidad no lleva a ninguna parte.

    • El objetivo máximo de la vida es conseguir la alegría.

    • La política tiene que respetar tres aspectos: la libertad y la dignidad de las personas, la justicia y la asistencia a los necesitados.

    • La dignidad es lo que hace a las personas únicas, y a la vez semejante.

  • Opinión Personal

  • No he querido ir comentando mi opinión y conclusiones a lo largo de los capítulos, porque considero que habría resultado excesivamente repetitivo, ya que, tras reflexionar, muchas de las conclusiones a las que he llegado han sido las mismas a las que llega el autor

    Me parece un libro de lo más interesante, que te hace reflexionar sobre muchos aspectos de la vida, y que te preguntas a tí mismo muchas cuestiones.

    A pesar de ser una ávida lectura nunca había sentido ninguna clase de interés por los libros de tipo filosófico, pero aun así, éste me ha gustado mucho.

    Las conclusiones a las que yo personalmente creo llegar son las siguientes:

    • La vida es el mayor don, y no hay que desperdiciarla. Hay que saber qué es lo que se quiere para poder aprovecharla al máximo. Hacer lo que queramos mientras esto no interfiera en la voluntad de los demás, ni dañar a nadie (ni a los demás, ni a mí misma).

    • La libertad, también es algo muy importante, pero puede llegar a ser una carga. Por eso debemos aprender a "utilizar" nuestra libertad para conseguir lo que deseamos sin que esta sea una carga.

    • Debemos apreciar más lo que tenemos, y no quejarnos por lo que nos falta. Permitirnos cuando sea necesario abandonarnos al placer, sin que se convierta en una obsesión.

    • Todas las virtudes dejan de serlo cuando se convierten en abuso o se exageran. Pero es tan malo el exceso como la ausencia total. Hay que encontrar la medida justa.

    Estos son las principales cuestiones sobre las que he reflexionado a lo largo de la lectura del libro, aunque, por supuesto, hay muchas más.

    También me gustaría señalar ciertas frases y citas que aparecen en la obra y que me parecen de un gran interés. Algunas de ellas son:

    Capítulo 2º, pág. 50:

    Texto de Séneca: "No hemos de preocuparnos de vivir largos años, sino de vivirlos satisfactoriamente; porque vivir largo tiempo depende del destino, vivir satisfactoriamente de tu alma".

    Aunque personalmente no creo en el destino, me parece una gran verdad, ya que considero que si no se vive de una forma lo más satisfactoria y plena posible, n o merece la pena vivir. En mi opinión no deberíamos considerar la típica pregunta de "por qué vivimos", ya que considera que existimos para vivir, y no hay otra forma de vivir si no es de forma completa.

    Capítulo 4º, pág. 71:

    Cita de Sartre: "Estamos condenados a la libertad".

    No creo que la libertad sea una condena, pero lo que sí es cierto es que no tenemos otra opción que ser libres ("la excepción cumple la norma"), ya que esa libertad va junto con nuestra condición de humanos.

    Capítulo 4º, pág. 81:

    Texto de Erich Fromm: "Ser capaz de prestarse atención a uno mismo, es requisito previo para tener la capacidad de prestar atención a los demás, el sentirse a gusto con uno mismo es la condición necesaria par relacionarse con otros".

    Estoy completamente de acuerdo. ¿Cómo sería posible relacionarse con los demás si no se es capaz de relacionarse con uno mismo?. Al igual que lo dicho por Fromm, creo también que para tener confianza en los demás hay que empezar teniendo confianza en uno mismo.

    Capítulo 5º:

    "Lo que poseemos nos posee".

    Una postura muy interesante, jamás anteriormente había pensado en ello. Pero creo que en cierta medida es cierto. Tan sólo tenemos que imaginar por un momento cómo sería nuestra vida sin todo lo que tenemos, o, por ejemplo, el caos que puede suponer un simple apagón, cuando se ha vivido durante milenios sin electricidad.

    "Nadie puede ser libre por ti".

    Resulta obvio si se considera que la libertad es algo intrínsecamente humano. Acaba convirtiéndose en una especie de necesidad, y al igual que el resto de las necesidades básicas (nadie puede ni comer, ni dormir, ni respirar pro ti), nadie puede hacerlo en tu lugar.

    Capítulo 6º, pág. 142:

    Texto de Russell. "La vida del hombre es una larga marcha a través de la noche, rodeado de enemigos invisibles, torturado por el cansancio y el dolor, hacia una meta que pocos pueden esperar alcanzar, y donde nadie puede detenerse mucho tiempo".

    No soy de esa opinión. Creo que cada uno crea su vida (o por lo menos tiene la opción de ello), y decide cómo quiere que sea. La vida es el don más maravilloso que alguien pueda desear, y el fin y el objetivo de ésta, lo marca cada uno.

    Capítulo 8º, pág. 161:

    Texto de Lichtenberg: "La moderación presupone el placer; la abstinencia no ".

    Creo que habría que añadir que el abuso tampoco produce placer, sino obsesión y adicción.

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    Idioma: castellano
    País: España

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