Ética y Moral


Ética del abogado


Trabajo final de ética

Introducción

El profesional del derecho se debe a sí mismo y a su misión de auxiliar de la justicia otorgada por la ley, una conducta íntegra y ceñida a los parámetros de lo moral, de la equidad, desprendimiento de sus propios intereses con tal de favorecer plenamente aquellos del cliente que son siempre el motivo de su labor.

Mientras tanto, aclarando el gran número de abogados excepcionales e intachables con que contamos, es bien conocido que el abogado mexicano se caracteriza por ser engañador, falso, experto en artimañas dilatorias del proceso y sobre todo en cobrar sumas a veces inadecuadas con el trabajo ofrecido o realizado.

Mi tema se desarrolla si es ético el defender a una persona a sabiendas que el es culpable de los delitos que se la imputan. Y la ética del abogado en si

Que tan importante es lo que es moralmente bien visto pero éticamente no hasta donde puede llegar tu profesionalismo o tu ética para abandonar lo que crees por la obligación de cumplir con tu deber profesional o moralmente seria mejor visto el hecho de no tratar de defender y demostrar la inocencia de tu cliente usando la leyes o hechos que te favorezcan para ello sino abogar por una condena menor o “justa” para los delitos que el cometió que es lo bien visto hacer tu trabajo a costa del que sea o al saber de la culpabilidad de tu cliente entregarlo a la justicia.

Partimos de que la ética es, según Aristóteles, el ethos, costumbre, carácter, temperamento, hábito, modo de ser. Ética sería, pues, un tratado de los hábitos y costumbres. La ética elabora hipótesis, propone conceptos y explica categorías sobre la experiencia moral.

La ética general, o universal, es la rama de la filosofía que versa sobre las diferentes morales. Ahora bien, la ética profesional es la parte de la ética que se preocupa de la reflexión sobre el comportamiento del profesional respecto de su profesión.

1-¿Qué es lo moral?

Es un hecho que nos señala nuestra propia experiencia que, en determinadas circunstancias, expresamos valorizaciones morales. Estos contenidos se refieren a categorías opuestas: de bien o mal.

Actos morales positivos:

- Son aquellos actos nobles, heroicos, desinteresados.

Actos morales negativos:

- Son aquellos actos infames y egoístas.

En ambos casos, al valorar dichos actos, tenemos conciencia que la valorización que hacemos no depende de nuestro antojo. Mas bien, es el acto mismo que nos exige determinada valorización.

De lo dicho hasta ahora se desprende que la valorización moral propiamente dicha la aplicamos solo a las acciones humanas.

“Cuando efectuamos una valorización moral, siempre tenemos en vista seres humano, es decir personas”.

2- Concepto de moral

El termino moral, etimológicamente, proviene de la palabra latina “mores” que significa costumbres.

2.1.Objeto material y formal de la moral:

El objeto material de la moral son las costumbres y conductas humanas.

El objeto formal de la moral es el conjunto de leyes que deben informar y orientar a la actividad humana.

2.2.Definición de la moral:

Hay que tener presente los elementos constitutivos de la moral. Ellos son: su carácter psicológico y su carácter práctico.

Tomando en cuenta ambos elementos podemos definir la moral como la “ciencia de las leyes ideales y de la actividad libre del hombre”. Según Jolivet.

Paúl Faulquié define la moral: “la moral es la teoría razonada del bien y del mal”.

Al detenernos sobre esta definición concluiremos:

· Que la moral es normativa, porque establece las normas que determinan lo que esta bien y lo que esta mal. En otras palabras establece lo que se debe y lo que no se debe hacer. Lo que se permite y los que prohíbe.

· Esta formula los principios generales. Según estos principios clasifica y juzga todos los hechos particulares que son propios de su campo.

· El fundamento de la moral es la razón.

3- Conciencia moral

es un hecho que nadie de nosotros juzga las acciones de un vegetal o de un animal irracional como acciones morales o inmorales.

Solo un ser humano es sujeto de actos morales o inmorales.

“La conciencia moral es una función de la persona humana”.

“La conciencia moral no es algo añadido a la persona sino que es la misma persona, el sujeto de la conducta moral”. Además es una realidad dinámica que capacita al hombre para captar y vivir los valores morales”. Su desarrollo y perfección dependen del desarrollo de la perfección de la personalidad de cada hombre.

3.1.Elementos constitutivos de la conciencia moral:

· Elementos racionales: son aquellos que concurren a la formación de los juicios. Estos son formulados antes y después del acto moral. Los juicios previos al acto moral establecen los principios. Por ejemplo hay que hacer el bien y evitar el mal.

· Sentimientos morales: son aquellos que pensamos antes del acto y después del acto.

· Elementos activos: son actos de la voluntad.

A continuación todas las corrientes morales que han existido y tratan de darnos las razones de las mismas

· 4- Diferencia entre conciencia moral y sicológica

La diferencia entre ambas proviene de los distintos objetos a los que se dirige cada una de ellas.

La conciencia sicológica atestigua la existencia de los diferentes elementos que entran en la estructura del yo, mientras que la conciencia moral tiene la función de valorar los actos del yo, y con ello la de trazar “un proyecto de vida” del yo.

5- Tipos de conciencia moral

· Conciencia verdadera: son aquellas cuando la valorización de la conciencia esta de acuerdo con normas objetivas.

· Conciencia falsa: son cuando las valorizaciones no están de acuerdo con las normas éticas de la conducta.

· Conciencia segura: es cuando el hombre no tiene duda alguna acerca de la legitimidad o legitimidad de una acción dada.

· Conciencia dudosa: es cuando las valorizaciones son inseguras y cambiantes por motivos pasajeros.

6- Corrientes morales

A- Hedonismo: En la filosofía occidental, se aplica este término para referirse a la doctrina según la cual el placer es el único o el principal bien de la vida, y su búsqueda el fin ideal de la conducta. Se formularon dos importantes teorías hedonistas en la antigua Grecia. Los cirenaicos, o hedonismo egoísta, abrazaban una doctrina en que la satisfacción de los deseos personales inmediatos, sin tener en cuenta a otras personas, se consideraba el supremo fin de la existencia. El conocimiento, de acuerdo con los cirenaicos, pertenece a las efímeras sensaciones del momento, y por lo tanto es inútil formular un sistema de valores morales donde la conveniencia de los placeres presentes es sopesada frente al dolor que pueden causar en el futuro. De forma diferente al hedonismo egoísta, los epicúreos, o hedonistas racionales, sostenían que el placer verdadero es alcanzable tan sólo por la razón. Hacían hincapié en las virtudes del dominio de sí mismo y de la prudencia.

Estas dos corrientes sobrevivieron sin cambios trascendentales hasta los tiempos modernos. En los siglos XVIII y XIX los filósofos británicos Jeremy Bentham, James Mill y John Stuart Mill propusieron la doctrina del hedonismo universal, más conocido como utilitarismo. De acuerdo con esta teoría, el criterio final del comportamiento humano es el bien social, y el principio que guía la conducta moral individual es la lealtad a aquello que proporciona y favorece el bienestar del mayor número de personas.

B-Utilitarismo: En el ámbito de la ética, la doctrina según la cual lo que es útil es bueno, y por lo tanto, el valor ético de la conducta está determinado por el carácter práctico de sus resultados. El término utilitarismo se aplica con mayor propiedad al planteamiento que sostiene que el objetivo supremo de la acción moral es el logro de la mayor felicidad para el más amplio número de personas. Este objetivo fue también considerado como fin de toda legislación y como criterio último de toda institución social. En general, la teoría utilitarista de la ética se opone a otras doctrinas éticas en las que algún sentido interno o facultad, a menudo denominada conciencia, actúa como árbitro absoluto de lo correcto y lo incorrecto. El utilitarismo está asimismo en desacuerdo con la opinión que afirma que las distinciones morales dependen de la voluntad de Dios y que el placer que proporciona un acto al individuo que lo lleva a cabo es la prueba decisiva del bien y del mal.

Trabajo de Paley y Bentham

El utilitarismo fue enunciado en su expresión más característica por el teólogo británico William Paley en sus Principios de Moral y Filosofía política (1785) y por el jurista y filósofo británico Jeremy Bentham en su Introducción a los Principios de moral y legislación (1789). En la obra de Paley, el utilitarismo se combina tanto con el hedonismo individualista como con el autoritarismo teológico, y así queda expuesto en su definición de virtud como el "hacer (el) bien a la humanidad, por obediencia a la voluntad de Dios, y por la felicidad eterna". Bentham empleó la teoría utilitarista como base, no sólo de un sistema ético, sino también de reformas políticas y legales. Mantenía la necesidad de sacrificar pequeños intereses a causas más altas o, en todo caso, de no sacrificar intereses mayores a otros menores, y por ello propuso como el objetivo ético esencial de la sociedad humana la mayor felicidad del mayor número de personas.

Bentham trató de aclarar la doctrina del utilitarismo comparándola con la doctrina del ascetismo por un lado, y con la teoría de la simpatía y la antipatía, por otro. Definió el ascetismo como el principio de que se debía renunciar al placer y padecer el dolor, sin esperanza de recompensa alguna. Mantenía que la teoría de la simpatía y la antipatía estaba basada en el "principio que aprueba o desaprueba ciertas acciones, no por su tendencia a aumentar la felicidad, ni por su tendencia a disminuir la felicidad del grupo cuyos intereses están en cuestión, sino por un motivo más simple, porque una persona se halla a sí misma dispuesta a aprobarlos o desaprobarlos: manteniendo que la aprobación o desaprobación son razones suficientes en sí mismas, y rechazando la necesidad de buscar alguna razón extrínseca". En su exposición de la teoría del utilitarismo, no obstante, Bentham tomó como postulado "cuatro leyes u orígenes de dolor y placer", a saber, el físico, el moral, el religioso y el político. El origen físico, según Bentham, fundamenta todos los demás principios. Más tarde trató de concebir una escala de placeres y dolor, clasificándolos en términos de intensidad, pureza, duración, proximidad o lejanía, certeza, productividad y considerando el grado en que placer y pena están compartidos por el mayor número de personas.

Después de Bentham

Otros exponentes notables del utilitarismo fueron el jurista británico John Austin y los filósofos británicos James Mill y su hijo John Stuart Mill. Austin desarrolló una vehemente defensa de la teoría del utilitarismo en su Competencia de la jurisprudencia determinada (1832). James Mill interpretó y popularizó la teoría en numerosos artículos, la mayoría escritos para la Westminster Review, publicación creada por Bentham y otros autores para promover la difusión de la filosofía utilitarista. John Stuart Mill, quien hizo del utilitarismo el objeto de uno de sus tratados filosóficos, (Utilitarismo, 1863), es el defensor más destacado de la doctrina después de Bentham. Su contribución a la teoría consiste en su reconocimiento de distinciones de categorías, además de la intensidad, entre placeres. Así, mientras Bentham mantenía que "siendo igual la categoría del placer, el push-pin (un juego de niños) es tan bueno como la poesía", Mill afirmó que "es mejor ser un individuo insatisfecho que un cerdo satisfecho", es decir, el descontento humano es preferible a la satisfacción animal. Con esta declaración Mill parece haber rechazado la identificación del concepto felicidad con placer y ausencia de dolor y el concepto infelicidad con dolor y ausencia de placer, como se veía en los trabajos de Bentham y en sus propias formulaciones anteriores.

El filósofo británico Henry Sidgwick, discípulo contemporáneo de Mill, hizo una presentación extensa del utilitarismo de Mill en su Métodos de Ética (1874). Algo más tarde, los filósofos británicos Herbert Spencer y sir Leslie Stephen, el primero en su Datos de Ética (1879), y el segundo en su Ciencia de la Ética (1882), procuraron sintetizar la teoría utilitarista con los principios de la evolución biológica tal y como se exponía en el trabajo de Charles Darwin. Tanto el filósofo y psicólogo estadounidense William James como el filósofo, psicólogo y pedagogo John Dewey estuvieron influenciados por el utilitarismo. Dewey sustituyó la inteligencia por el placer, o la felicidad, como el valor supremo y como el método más seguro para alcanzar otros valores deseables para los seres humanos.

C-Existencialismo: Movimiento filosófico que resalta el papel crucial de la existencia, de la libertad y la elección individual, que gozó de gran influencia en distintos escritores de los siglos XIX y XX.

Temas principales

Debido a la diversidad de posiciones que se asocian al existencialismo, el término no puede ser definido con precisión. Se pueden identificar, sin embargo, algunos temas comunes a todos los escritores existencialistas. El término en sí mismo sugiere un tema principal: el énfasis puesto en la existencia individual concreta y, en consecuencia, en la subjetividad, la libertad individual y los conflictos de la elección.

Individualismo moral

La mayoría de los filósofos desde Platón han mantenido que el bien ético más elevado es el mismo para todos: en la medida en que uno se acerca de la perfección moral, se parece a los demás individuos perfectos en el plano moral. El filósofo danés del siglo XIX Sören Kierkegaard, el primer escritor que se calificó de existencialista, reaccionó contra esta tradición al insistir en que el bien más elevado para el individuo es encontrar su propia y única vocación. Como escribió en su diario: "Tengo que encontrar una verdad que sea verdadera para mí… la idea por la que pueda vivir o morir". Otros escritores existencialistas se han hecho eco de la creencia de Kierkegaard de que uno ha de elegir el camino propio sin la ayuda de modelos universales, objetivos. En contra de la idea tradicional de que la elección moral implica un juicio objetivo sobre el bien y el mal, los existencialistas han afirmado que no se puede encontrar ninguna base objetiva, racional, para defender las decisiones morales. El filósofo alemán del siglo XIX Friedrich Nietzsche sostuvo que el individuo tiene que decidir qué situaciones deben ser consideradas como situaciones morales.

Subjetividad

Todos los existencialistas han seguido a Kierkegaard al resaltar la importancia de la acción individual apasionada al decidir sobre la moral y la verdad. Han insistido, por tanto, en que la experiencia personal y actuar según las convicciones propias son factores esenciales para llegar a la verdad. Así, la comprensión de una situación por parte de alguien que está comprometido en esa situación es más alta que la del observador indiferente, objetivo. Este énfasis puesto en la perspectiva del agente individual ha hecho que los existencialistas sean suspicaces respecto al razonamiento sistemático. Kierkegaard, Nietzsche y otros escritores existencialistas fueron, de un modo intencionado, no sistemáticos en la exposición de sus filosofías y prefirieron expresarse mediante aforismos, diálogos, parábolas y otras formas literarias. A pesar de su posición antirracionalista de partida, no se puede decir que la mayoría de los existencialistas fueran irracionales en el sentido de negar toda validez al pensamiento racional. Han mantenido que la claridad racional es deseable allí donde sea posible, pero que las materias más importantes de la vida no son accesibles a la razón o a la ciencia. Además, han sostenido que incluso la ciencia no es tan racional como se supone. Nietzsche, por ejemplo, afirmó que la visión científica de un universo ordenado es para la mayoría una ficción práctica, una entelequia.

Elección y compromiso

Tal vez el tema más destacado en la filosofía existencialista es el de la elección. La primera característica del ser humano, según la mayoría de los existencialistas, es la libertad para elegir. Los existencialistas mantienen que los seres humanos no tienen una naturaleza inmutable, o esencia, como tienen otros animales o plantas; cada ser humano hace elecciones que conforman su propia naturaleza. Según la formulación del filósofo francés del siglo XX Jean-Paul Sartre, la existencia precede a la esencia. La elección es, por lo tanto, fundamental en la existencia humana y es ineludible; incluso la negativa a elegir implica ya una elección. La libertad de elección conlleva compromiso y responsabilidad. Los existencialistas han mantenido que, como los individuos son libres de escoger su propio camino, tienen que aceptar el riesgo y la responsabilidad de seguir su compromiso dondequiera que les lleve.

Temor y angustia

Kierkegaard mantenía que es crucial para el espíritu reconocer que uno tiene miedo no sólo de objetos específicos sino también un sentimiento de aprehensión general, que llamó temor. Lo interpretó como la forma que tenía Dios de pedir a cada individuo un compromiso para adoptar un tipo de vida personal válido. La palabra angustia posee un papel decisivo similar en el trabajo del filósofo alemán del siglo XX Martin Heidegger; la angustia lleva a la confrontación del individuo con la nada y con la imposibilidad de encontrar una justificación última para la elección que la persona tiene que hacer. En la filosofía de Sartre, la palabra náusea se utiliza para el reconocimiento que realiza el individuo de la contingencia del universo, y la palabra angustia para el reconocimiento de la libertad total de elección a la que hace frente el hombre en cada momento.

Historia

El existencialismo, como movimiento filosófico y literario, pertenece a los siglos XIX y XX, pero se pueden encontrar elementos de existencialismo en el pensamiento (y vida) de Sócrates, en la Biblia y en la obra de muchos filósofos y escritores premodernos.

Pascal

El primero que anticipó las principales inquietudes del existencialismo moderno fue el filósofo francés del siglo XVII Blaise Pascal. Pascal rechazó el vigoroso racionalismo de su contemporáneo René Descartes, afirmando en sus Pensées (Pensamientos, 1670) que una filosofía sistemática que se considera capaz de explicar a Dios y la humanidad representa una forma de orgullo. Al igual que los escritores existencialistas posteriores, contempló la vida humana en términos de paradojas: la personalidad humana, que combina mente y cuerpo, es en sí misma paradoja y contradicción.

Kierkegaard

Kierkegaard, considerado como el fundador del existencialismo moderno, reaccionó contra el idealismo absoluto sistemático del filósofo alemán del siglo XIX Georg Wilhelm Friedrich Hegel, que afirmó haber encontrado un entendimiento racional total de la humanidad y de la historia. Kierkegaard, por el contrario, resaltó la ambigüedad y lo absurdo de la situación humana. La respuesta individual a esta situación tiene que ser vivir una existencia comprometida por completo, y este compromiso sólo puede ser entendido por el individuo que lo asume. El individuo, por lo tanto, tiene que estar siempre dispuesto para desafiar las normas de la sociedad en nombre de la mayor autoridad de un tipo de vida auténtica en el orden personal. Kierkegaard abogó por un "cambio de fe" en el modo de vida cristiano que, aunque incomprensible y lleno de riesgos, era el único compromiso que, según creía, podía salvar al individuo de la desesperación.

Nietzsche

Nietzsche, que no conocía el trabajo de Kierkegaard, transformó el pensamiento existencialista posterior a través de su crítica de las tradicionales suposiciones metafísicas y morales, y su adopción del pesimismo trágico y de la voluntad individual afirmadora de la vida que la opone a la conformidad moral de la mayoría. En oposición a Kierkegaard, cuyo ataque a la moral convencional le llevó a defender un cristianismo radical e independiente, Nietzsche proclamó la "muerte de Dios" y rechazó toda la tradición moral judeocristiana en favor de los heroicos ideales paganos.

Heidegger

Heidegger, al igual que Pascal y Kierkegaard, reaccionó en contra del intento de fundamentar la filosofía sobre una base conclusiva racionalista, en este caso la fenomenología del filósofo alemán del siglo XX Edmund Husserl. Heidegger afirmó que la humanidad se encuentra en un mundo incomprensible e indiferente. Los seres humanos no pueden esperar comprender por qué están aquí; en su lugar, cada individuo ha de elegir una meta y seguirla con apasionada convicción, consciente de la certidumbre de la muerte y del sin sentido último de la vida propia. Heidegger contribuyó al pensamiento existencialista al poner el énfasis en el ser y la ontología tanto como en el lenguaje.

Sartre

Sartre fue el primero en dar al término existencialismo un uso masivo al utilizarlo para identificar su propia filosofía y ser el principal representante de un movimiento distinto en Francia que fue influyente a escala internacional después de la II Guerra Mundial. La filosofía de Sartre es atea y pesimista de una forma explícita; declaró que los seres humanos necesitan una base racional para sus vidas pero son incapaces de conseguirla y, por ello, la existencia de los hombres es "pasión inútil". No obstante, Sartre insistió en que el existencialismo es una forma de humanismo y resaltó la libertad, elección y responsabilidad humana. Con gran refinamiento literario, intentó reconciliar esos conceptos existencialistas con un análisis marxista de la sociedad y de la historia.

Existencialismo y teología

A pesar de que el pensamiento existencialista engloba el ateísmo absoluto de Nietzsche y Sartre y el agnosticismo de Heidegger, su origen en las meditaciones religiosas de Pascal y Kierkegaard hizo presagiar su gran influencia en la teología del siglo XX. El filósofo alemán del siglo XX Karl Jaspers, aunque rechazó las doctrinas religiosas ortodoxas, influyó en la teología moderna con su preocupación por la trascendencia y los límites de la experiencia humana. Los teólogos protestantes alemanes Paul Tillich y Rudolf Bultmann, el teólogo católico francés Gabriel Marcel, el filósofo ortodoxo ruso Nicolai Berdiáiev y el filósofo germano-judío Martin Buber heredaron muchas de las inquietudes de Kierkegaard, en particular respecto a la creencia de que un sentido personal de la autenticidad y el compromiso resulta esencial para la fe religiosa.

Existencialismo y literatura

Algunos filósofos existencialistas hallaron en la literatura el camino idóneo para transmitir su pensamiento, y el existencialismo ha sido un movimiento tan vital y amplio en literatura como en filosofía. El novelista ruso del siglo XIX Fiódor Dostoievski es quizá el mayor representante de la literatura existencialista. En Memorias del subsuelo (1864), el enajenado antihéroe está enfadado frente a las pretensiones optimistas del humanismo racionalista. La idea de la naturaleza humana que surge en esta y otras novelas de Dostoievski consiste en que es imprevisible, perversa y autodestructiva; sólo el amor cristiano puede salvar a la humanidad de sí misma, pero ese amor no puede ser entendido desde la sensibilidad filosófica. Como dice el personaje de Aliosha en Los hermanos Karamazov (1879-1880): "tenemos que amar la vida más que el significado de la misma".

En el siglo XX las novelas del escritor judío checo Franz Kafka, como El proceso (1925), El castillo (1926) y América (1927), presentan hombres aislados enfrentados a burocracias inmensas, laberínticas y genocidas; los temas de Kafka de la angustia, la culpa y la soledad reflejan la influencia de Kierkegaard, Dostoievski y Nietzsche. También se puede apreciar la influencia de Nietzsche en las novelas del escritor francés André Malraux y en las obras de teatro de Sartre. La obra del escritor Albert Camus está asociada a este movimiento debido a la importancia en ella de temas como el absurdo y futilidad de la existencia, la indiferencia del universo y la necesidad del compromiso en una causa justa. También se reflejan conflictos existencialistas en el teatro del absurdo, sobre todo en las obras de Samuel Beckett y Eugène Ionesco. En Estados Unidos, la influencia del existencialismo en la literatura ha sido más indirecta y difusa, pero se pueden encontrar trazas del pensamiento de Kierkegaard en las novelas de Walker Percy y John Updike, y varios temas existencialistas son evidentes en la obra de escritores como Norman Mailer, John Barth y Arthur Miller.

D- Humanismo: en filosofía, actitud que hace hincapié en la dignidad y el valor de la persona. Uno de sus principios básicos es que las personas son seres racionales que poseen en sí mismas capacidad para hallar la verdad y practicar el bien. El término humanismo se usa con gran frecuencia para describir el movimiento literario y cultural que se extendió por Europa durante los siglos XIV y XV. Este renacimiento de los estudios griegos y romanos subrayaba el valor que tiene lo clásico por sí mismo, más que por su importancia en el marco del cristianismo.

El movimiento humanista comenzó en Italia, donde los escritores de finales de la edad media Dante, Giovanni Boccaccio y Francesco de Petrarca contribuyeron en gran medida al descubrimiento y a la conservación de las obras clásicas. Los ideales humanistas fueron expresados con fuerza por otro estudioso italiano, Pico della Mirandola, en su Oración, obra que trata sobre la dignidad del ser humano. El movimiento avanzó aún más por la influencia de los estudiosos bizantinos llegados a Roma después de la caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453, y por la creación de la Academia platónica en Florencia. La Academia, cuyo principal pensador fue Marsilio Ficino, fue fundada por el hombre de Estado y mecenas florentino Cosimo de' Medici. Deseaba revivir el platonismo y tuvo gran influencia en la literatura, la pintura y la arquitectura de la época.

La recopilación y traducción de manuscritos clásicos se generalizó, de modo muy significativo entre el alto clero y la nobleza. La invención de la imprenta de tipos móviles, a mediados del siglo XV, otorgó un nuevo impulso al humanismo mediante la difusión de ediciones de los clásicos. Aunque en Italia el humanismo se desarrolló sobre todo en campos como la literatura y el arte, en Europa central, donde fue introducido por los estudiosos alemanes Johann Reuchlin y Melanchthon, el movimiento penetró en ámbitos como la teología y la educación, con lo que se convirtió en una de las principales causas subyacentes de la Reforma.

Uno de los estudiosos más importantes en la introducción del humanismo en Francia fue el clérigo holandés Erasmo de Rotterdam, que también desempeñó un papel principal en su difusión por Inglaterra. Allí, el humanismo fue divulgado en la Universidad de Oxford por los estudiosos William Grocyn y Thomas Linacre, y en la Universidad de Cambridge por Erasmo y el prelado inglés John Fisher. Desde las universidades se extendió por toda la sociedad inglesa y allanó el camino para la edad de oro de la literatura y la cultura que llegaría con el periodo isabelino.

E- Pragmatismo: doctrina filosófica desarrollada por los filósofos estadounidenses del siglo XIX Charles Sanders Peirce, William James y otros, según la cual la prueba de la verdad de una proposición es su utilidad práctica; el propósito del pensamiento es guiar la acción, y el efecto de una idea es más importante que su origen. El pragmatismo fue la primera filosofía de Estados Unidos desarrollada de forma independiente. Se opone a la especulación sobre cuestiones que no tienen una aplicación práctica. Afirma que la verdad está relacionada con el tiempo, lugar y objeto de la investigación y que el valor es inherente tanto por sus medios como por sus fines. Fue la manera dominante de abordar la filosofía en los Estados Unidos durante el primer cuarto del siglo XX.

El filósofo y pedagogo estadounidense John Dewey desarrolló el pragmatismo dentro de una nueva perspectiva teórica, el instrumentalismo. El pensador británico Ferdinand Canning Scott Schiller y el matemático francés Henri Bergson contribuyeron a la evolución del pragmatismo. Como el antiguo utilitarismo, el pragmatismo plantea una metodología para la evolución de las ciencias naturales.

E- Positivismo: sistema de filosofía basado en la experiencia y el conocimiento empírico de los fenómenos naturales, en el que la metafísica y la teología se consideran sistemas de conocimiento imperfectos e inadecuados.

Evolución

El término positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo y matemático francés del siglo XIX Auguste Comte, pero algunos de los conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume, al filósofo francés Saint-Simon, y al filósofo alemán Immanuel Kant.

Comte eligió la palabra positivismo sobre la base de que señalaba la realidad y tendencia constructiva que él reclamó para el aspecto teórico de la doctrina. En general, se interesó por la reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico, y por esta vía, del control de las fuerzas naturales. Los dos componentes principales del positivismo, la filosofía y el Gobierno (o programa de conducta individual y social), fueron más tarde unificados por Comte en un todo bajo la concepción de una religión, en la cual la humanidad era el objeto de culto. Numerosos discípulos de Comte rechazaron, no obstante, aceptar este desarrollo religioso de su pensamiento, porque parecía contradecir la filosofía positivista original. Muchas de las doctrinas de Comte fueron más tarde adaptadas y desarrolladas por los filósofos sociales británicos John Stuart Mill y Herbert Spencer así como por el filósofo y físico austriaco Ernst Mach.

Positivistas lógicos

A principios del siglo XX un grupo de filósofos interesados en la evolución de la ciencia moderna, rechazaron las ideas positivistas tradicionales que creían en la experiencia personal como base del verdadero conocimiento y resaltaron la importancia de la comprobación científica. Este grupo fue conocido como los positivistas lógicos entre los que se encontraban el austriaco Ludwig Wittgenstein y los filósofos británicos Bertrand Russell y George Edward Moore. El Tractatus logico-philosoficus (1921) resultó tener una influencia decisiva en el rechazo de las doctrinas metafísicas por su carencia de sentido y la aceptación del empirismo como una materia de exigencia lógica.

Los positivistas hoy en día, que han rechazado la llamada escuela de Viena, prefieren denominarse a sí mismos empiristas lógicos para disociarse de la importancia que dieron los primeros pensadores a la comprobación científica. Mantienen que el principio de verificación en sí mismo es inverificable en el campo filosófico.

F- Racionalismo: en filosofía, sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo, que resalta el papel de la experiencia, sobre todo el sentido de la percepción.

El racionalismo ha aparecido de distintas formas desde las primeras etapas de la filosofía occidental, pero se identifica ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico francés del siglo XVII René Descartes, el cual creía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias y también de la filosofía. Mantenía que sólo por medio de la razón se podían descubrir ciertos universales, verdades evidentes en sí, de las que es posible deducir el resto de contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por otros filósofos europeos, como el francés Baruch Spinoza y el pensador y matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas británicos, como John Locke y David Hume, que creían que todas las ideas procedían de los sentidos.

El racionalismo epistemológico ha sido aplicado a otros campos de la investigación filosófica. El racionalismo en ética es la afirmación de que ciertas ideas morales primarias son innatas en la especie humana y que tales principios morales son evidentes en sí a la facultad racional. El racionalismo en la filosofía de la religión afirma que los principios fundamentales de la religión son innatos o evidentes en sí y que la revelación no es necesaria, como en el deísmo. Desde finales del año 1800, el racionalismo ha jugado sobre todo un papel antirreligioso en la teología.

G- Materialismo; en la filosofía occidental, doctrina según la cual toda existencia se puede reducir a materia o a un atributo o efecto de la materialidad. Según esta doctrina, la materia es la última realidad y el fenómeno de la conciencia se explica por cambios fisicoquímicos en el sistema nervioso. El materialismo es, por lo tanto, lo opuesto al idealismo, que afirma la supremacía de la mente y para el que la materia se caracteriza como un aspecto u objetivación de la mente. El materialismo extremo o absoluto se conoce como monismo materialista. De acuerdo con la teoría mente-materia del monismo, según la expuso el metafísico británico William Kingdon Clifford en su obra Elementos de dinámica (1879-1887), la materia y la mente son consustanciales, siendo la una un mero aspecto de la otra. El materialismo filosófico data de la antigüedad clásica y ha tenido numerosas formulaciones. Los primeros pensadores griegos estuvieron de acuerdo con una variante del materialismo conocida como hilozoísmo, según la cual la materia y la vida son idénticas. Relacionada con el hilozoísmo está la doctrina del hiloteísmo, que afirma que la materia es divina y niega la existencia de Dios al margen de sí misma. El atomismo de Demócrito (460-370 a.C.) retomado por Epicúreo, entra dentro de esta corriente filosófica. Materialismo cosmológico es un término que se usa para denominar una interpretación materialista del universo.

El materialismo antirreligioso nace del espíritu de hostilidad hacia los dogmas teológicos de la religión organizada, en concreto los del cristianismo. Entre los más notables exponentes del materialismo antirreligioso se encuentran los filósofos franceses del siglo XVIII Denis Diderot, Paul Henri d'Holbach y Julien Offroy de la Mettrie. De acuerdo con el materialismo histórico, formulado en los escritos de Karl Marx, Friedrich Engels y Vladímir Ilich Lenin, en cada época histórica el sistema económico imperante determina las necesidades de la existencia, la forma de organización social y política, así como los aspectos religiosos, éticos, intelectuales y artísticos de cada época.

En los tiempos modernos el materialismo filosófico estuvo muy influido por la doctrina de la evolución e incluso puede decirse que ha sido asimilado con la más amplia teoría de la evolución. Los evolucionistas trascienden el simple antiteísmo o ateísmo materialista y pretenden mostrar cómo las diversidades y las diferencias en el universo son el resultado de procesos naturales en oposición a los fenómenos sobrenaturales.

La pregunta que me hago en manos de Quienes queda la justicia del pueblo o del estado o quizás de dios al abogado realmente le interesa no solo debe de hacer lo debido ya que el cliente deposito en el su confianza eso no genera mas responsabilidad para el abogado hablando moral y éticamente ante el su cliente y la sociedad no se nos contrata para mentir si es necesario acaso en nuestras manos queda la justicia por que defender a un inocente la ley lo hace o no debería de ser así a sabiendas nos referimos hacia nuestros cliente como personas culpables en donde queda la falta de ética al defenderlos a continuación muestro algunas reflexione éticas que se le hacen al abogado

LUCHA. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres es conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia. (Decálogo del abogado)

En esta reflexión se nos dice que luchemos por la justicia en caso de intereses con el derecho pero que acaso nosotros no estudiamos derecho yo no la justicia que acaso nosotros no somos abogados y nuestro deber es como lo dice nuestra denominación es abogar por nuestro cliente no somos justicieros o vengadores la justicia no esta en nuestras manos solo tratamos de favorecer a nuestro cliente lo ajusticiarlo

SÉ LEAL. Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debes confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas." (Decálogo del abogado)

En este párrafo nos comente se leal para tu cliente, para ti, tu adversario y el juez.

Yo dijo leal a ti en que sentido tu cliente puede ir en contra de lo que crees en ese caso no lo defiendas no tomes el caso y punto para ti puede llegar el caso en que te traiciones por defender a tu cliente entonces hay un conflicto de ideales pero que es mas importante el amor a tu profesión o a tus ideales.

Leal a tu adversario a un adversario desde mi punto de vista no debe de haber lealtad pero a que adversario se refieren a al otro cliente al otro abogado que no solo cada quien busca lo suyo yo creo que respeto solamente a la contra parte pero eso es todo que acaso perro no come perro por que tratar de destrozar al otro que no seria mejor hacer tu trabajo y hacerlo bien.

Leal al juez por en que sentido el solo juzga lo que cree mejor no se supone que es imparcial el no tiene lealtad con ninguna de las partes solo respeto y eso debe ser reciproco.

Kant nos dice que “el deber por el deber: debemos intentar realizar la conducta que manda el imperativo moral, pero no porque con ella podamos conseguir algún bien relacionado con nuestra felicidad, sino exclusivamente por respeto a la ley (por deber). El cumplimiento del deber es tan importante que incluso lo he de elegir aunque su realización vaya en contra de mi felicidad y de la felicidad de las personas a las que quiero”

Que acaso ese no debería de ser la forma de pensar sobre todo o ante todo de un abogado al aceptar un caso no nos comprometemos ante el cliente y nosotros mismos que vamos a defenderlo cuales quieran que hayan sido sus delitos o intenciones, que no decidimos tomar esta carrera a sabiendas de que defenderíamos a criminales y abogaríamos por ellos donde queda el espacio a la duda de que si es ético o moral defenderlos me parece mayormente antimoral o antietico el hecho de sacrificarlos ante un juicio por no creer lo que yo creo o no ir con la moral establecida mi ética solo me es suficiente para entender que un cliente pe pone en mis manos su libertad y eso es muy valioso.

Concluyo diciendo lo necesario para el abogado

Dentro de lo que es la ética general encontramos como deberes fundamentales del profesional una serie de pautas que abarcaremos, no sin antes definir lo que se conoce como deberes. Los deberes son exigencias, imposiciones indeclinables, recaídos sobre la responsabilidad del individuo que mientras mejor los cumple, más derecho tiene a la feliz convivencia social. Como medio más apropiado para organizar una verdadera actuación profesional, cada profesional tiene la obligación de convertirse en medio ejecutor del imperativo categórico de su investidura, por lo cual es esencial disciplinar sus actuaciones técnicas y científicas, perfeccionar su carácter y fortalecer su conducta dentro de las normas éticas. Entre los deberes fundamentales del profesional encontramos:

• La honradez: es una cualidad reflexiva al servicio de toda persona respetuosa de su dignidad. Tiene como fin no engañar ni engañarse a sí mismo.

• La honestidad: radica en la confianza y el respeto que la persona o profesional será capaz de recibir, por comportarse como un elemento insobornable.

• El estudio: este levanta los niveles intelectuales y prepara al hombre a pasar por la vida conociendo lo útil y provechoso de ella para el fortalecimiento de las ideas progresistas y el auge de los sistemas modernos.

• Independencia: es la autonomía conquistada por la superación científica y técnica, y el espíritu de libertad que embarga al individuo. Es el actuar por cuenta propia en el ejercicio de sus actividades. Ser dueño de su propio destino.

• Carácter: es el conjunto de hábitos que forman en el individuo la conducta superior, la cual lo hace apto para afrontar las contingencias de la vida y con altura moral decidir lo que debe hacerse rectamente. Además, podría decirse que es el control de los impulsos y moderador de la voluntad. El profesional de carácter representa una garantía para los intereses que maneja en su vida social.

• Cortesía: las formas afables en el trato social son etiqueta que siempre debe llevar el profesional para distinguirse de la gente vulgar o tosca. La palabra amable, los ademanes moderados y las maneras gentiles son sus elementos peculiares.

• Investigación: es la sistematización de los conocimientos mediante la investigación científica, constituyendo esto una tarea relevante del profesional. Se ubica al mimo nivel de los grandes progresos exigidos por la dinámica social.

• Puntualidad: el tiempo tiene un gran valor, tanto para nosotros como para quienes requieren de nuestra atención y servicios profesionales. En este aspecto se traduce nuestro valor y respeto por los demás, haciéndonos distinguir entre aquellos quienes desprecian todo lo que les sea ajeno, como es en este caso: el tiempo de los demás.

• Discreción: significa saber guardar silencio de los casos que se ven y se hacen, cuando estos ameritan secreto y es un rasgo de altura moral del individuo. Es la garantía moral accesoria de la personalidad que inspira al individuo a querer confiar el secreto, seguro de que sabrá solo responder con el silencio.

• Prestigio de la profesión: a nuestro parecer, la profesión en si no es la que da el prestigio al profesional, sino viceversa, es el profesional que la reviste de tal cualidad, en cuanto actúa con el cumplimiento del deber impuesto por las obligaciones propias de la carrera con el empeño de superación, la potencialidad de la cultura, el revestimiento interior y exterior de dignidad que debe poseer cada profesional.

• Equidad en el cobro de honorarios: las tarifas de los profesionales son una guía para el cobro de los honorarios, hechas por entes externos a la profesión más no ajenos a la labor en que incurre el profesional.

Datos concretos sobre como debe ser el profesional del derecho

Los deberes, como imponencias indeclinables que forman parte de la responsabilidad del individuo.

· El abogado debe cultivar sus virtudes profesionales y formación integral mediante el estudio y el seguimiento de las normas morales. Nos referimos en este aspecto al estudio y actualización del abogado como ente impulsador del cambio en la sociedad. Esto lo llevará a proponer soluciones que estén orientadas al bien en todos los aspectos que sea posible. Esto va de la mano de su capacidad, talento y experiencia al servicio de la justicia.

· Debe ser disciplinado, firme y sensible en su vida profesional y privada.

· Debe ser un fiel intérprete de la ley, un guardián y defensor de los principios jurídicos, de la justicia y la verdad.

· Debe ser responsable, puntual.

· Debe actuar con serenidad y fe en la causa de su cliente.

· Debe ser honesto, veraz, prudente.

· Debe ser digno de fiar y de respeto, incapaz de cometer fraude.

En cuanto al cliente, el abogado tiene un compromiso especial con el cliente, debe actuar con responsabilidad y diligencia. Debe estar atento de los plazos legales respecto de los actos del procedimiento. Debe comprometerse a poner todo su esmero, su saber y habilidad para realizar una defensa útil.

Debe adoptar una actitud de servicio. Si por su negligencia pierde una causa es evidente que con ello comete una injusticia.

La Bondad De Su Papel Consiste, Sobre Todo, En La Absoluta Separación Entre Su Interés Personal Y El Del Cliente, En La Independencia Desapasionada Del Juicio Que Debe Conservar Frente A Su Cliente.

· Los honorarios en el ejercicio de la profesión

Los abogados no podrán pactar convenios cuya cuantía sea inferior al monto mínimo al de los honorarios establecidos por la ley. No podrán ser tampoco mayor del 30% del valor de los bienes o derechos envueltos en el litigio, según la ley No. 302 del 18 de junio de 1964 sobre Honorarios de los abogados.

· Deber de discreción o secreto profesional

La manifestación del secreto profesional esta penalizado en nuestro país, por tener la intención de dañar. Es el artículo 377 del Código Penal que castiga con prisión correccional de 1 a 6 meses y multa de 10 a 100 pesos.

· Conducta del abogado en los tribunales

El abogado debe observar frente al juez una postura adecuada ya que le debe respeto a las autoridades públicas y a la ley desde que ingresa a la profesión. Debe tratar al juez con solemnidad, incluso fuera de la audiencia debe de abstenerse de hablar con el juez e incluso evitar el tono familiar para con el juez durante la audiencia. Los escritos deben ser leídos con respeto y moderación. La puntualidad forma parte de su conducta correcta.

· La solidaridad entre abogados o confraternidad

La confraternidad como sinónimo de solidaridad es el factor determinante ya que es la materialización del esfuerzo común hacia objetivos elevados. Mediante ella se establece la probidad del abogado para facilitar la discusión de los abogados. Se caracteriza por la interdependencia y sentido de unidad. Deben de hacerse concesiones razonables con tal de no perjudicar al cliente, como obtener reenvíos o concesiones de plazos.

MÁXIMAS

SON LOS PRINCIPIOS PRÁCTICOS SUBJETIVOS QUE DESCRIBEN EL MODO DE CONDUCIRNOS DADAS TALES Y CUALES CIRCUNSTANCIAS. LAS MÁXIMAS DE CONDUCTA PUEDEN SER BUENAS O MALAS.

Según Kant, son máximas malas aquellas que no pueden universalizarse, por ejemplo, la máxima de conducta "cuando en un examen necesito copiar porque no recuerdo las respuestas verdaderas, copio" no puede universalizarse pues en tal caso el examen carecería de sentido, luego la máxima es mala.

PRINCIPIOS PRÁCTICOS

A diferencia de los principios teóricos, que son juicios descriptivos de la realidad, los principios prácticos son juicios o leyes o reglas que describen la conducta a la que se debe someter un ser racional, describen "O PRESCRIBEN" EL DEBER SER.

Si los principios indican el comportamiento que seguimos habitualmente dadas tales o cuales circunstancias entonces reciben el nombre de máximas; son propiamente leyes prácticas o principios prácticos objetivos si no indican cómo nos comportamos comúnmente sino cómo nos tenemos que comportar. Dado que dichos principios tienen su origen en la razón, si la conducta de un ser estuviese determinada exclusivamente por la razón dichas leyes describirían su conducta y no tendrían para él la forma de mandatos

DEBER

KANT DEFINE EL DEBER COMO “LA NECESIDAD DE UNA ACCIÓN POR RESPETO A LA LEY”.

Las acciones pueden ser hechas por inclinación (mediata o inmediata), o por deber. Son hechas por inclinación cuando las hacemos porque nos parece que con ellas podemos obtener un bien relacionado con nuestra felicidad: en el caso de las que se buscan por inclinación inmediata porque la acción misma produce inmediatamente satisfacción (ver una película, por ejemplo); en el caso de las que hacemos por inclinación mediata porque con dichas acciones conseguimos una situación, hecho o circunstancia que produce satisfacción o ausencia de dolor (ir al dentista, por ejemplo). Sin embargo, las acciones hechas por deber se hacen con independencia de su relación con nuestra felicidad o desdicha, y con independencia de la felicidad o desdicha de las personas queridas por nosotros, se hacen porque la conciencia moral nos dicta que deben ser hechas.

Conclusión.-

Yo defendería a una persona aunque supiera que es culpable “si” fui contratado para eso y no para juzgarlo si va contra mis principios éticos su caso no lo acepto.

Universidad autónoma de Aguascalientes

Materia :ética

Nombre del trabajo: ética del abogado

Semestre:2º

Carrera derecho




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Enviado por:RODOLOFO DE ANDA ZACARIAS
Idioma: castellano
País: México

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