Derecho


Estado moderno


Transición del estado moderno al estado social

INTRODUCCIÓN

En este trabajo voy a tratar de exponer las aportaciones que han ido haciendo diferentes autores, desde la desaparición del feudalismo en la edad media, instaurándose un estado moderno hasta el estado social y de derecho del siglo XXI.

Para ello seguiré el esquema mostrado en clase, siguiendo la evolución desde el estado moderno al estado social con los diferentes autores que participaron en su instauración.

El concepto de estado nace en Europa y surge en el siglo XVII al principio de la edad moderna; al abandonar las formas de gobierno del medievo; naciendo de esta forma el estado moderno. Esta transición hacia el estado moderno, supone un importante cambio en la forma de gobierno, se rompe con la política tradicional, basada en la legitimación a poderes sobrenaturales tales como los dioses o el destino. Fue Hobbes uno de los autores más revelantes, trato el tema hacia 1650, en su obra El Leviatán nos habla del estado de naturaleza en el que viven los hombres, guiados por su egoísmo y propia satisfacción, es necesario que los hombres se entreguen al estado para que los defienda, la forma de gobierno correcta de este es la monarquía.

Pero este estado empezará a sufrir importantes transformaciones con las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa, donde la burguesía adquirirá un gran poder económico y la hegemonía social y económica, como ya lo habían advertido en sus obras Rousseau y Montesquieu. El primero establece un contrato o pacto entre todos los ciudadanos ya que todos son iguales y todos tienen los mismos privilegios para poder formar parte del régimen asambleario necesario para el correcto funcionamiento del estado. El segundo estableció una división de poderes en dos el ejecutivo y el legislativo, porque para él, el judicial no es un poder propiamente sino que deriva de los anteriores. Estos dos autores establecieron los principios por los que se lucharía en la Revolución Francesa, pero también hay que nombrar a Sieyes que vivió en plena revolución y su breve obra ¿Qué es el Tercer Estado?, fue uno de los panfletos que aportaron las ideas políticas necesarias al pueblo francés. En él se reflejan las ideas necesarias para la motivación del pueblo, como es la mención de las dos clases privilegiadas demostrando que no deben tener privilegios porque es el tercer estado (la clase media) la verdadera nación y tienen que estar representados en la Asamblea Nacional que se convocaría por esos días.

A partir de la I Guerra Mundial, se empieza a notar la decadencia del Estado Liberal, pero no será hasta después del crac de 1929 cuando la caída del su sistema económico: el capitalismo se vea claramente. Son los autores socialistas los que hacen la crítica más radical al estado liberal, siendo Marx y Engels dos de sus máximos exponentes, sobre todo profundizan en la idea de que el capitalismo caerá por ese gran materialismo que le acompaña, ya que son las clases favorecidas las que controlan toda la economía, pero éstas en vez de tratar a sus empleados lo mejor posible, los tratan como esclavos de esta situación surgirán continuas luchas que terminaran con el nacimiento de una nueva clase el proletariado que tendrá una gran importancia en la época posterior. Todos los conflictos que se acercaban hicieron que el estado liberal no pudiera resolverlos comenzando así su caída.

Al finalizar la II Guerra Mundial, se instaurara un nuevo estado, el estado social de derecho que al principio sufrió una etapa de crisis que derivaba de la situación anterior, pero logro superarla y de momento sigue en su cauce. Este nuevo estado se caracteriza por una gran intervención de los partidos políticos y así lo trato Michels en su obra, donde establece las características y forma de organización de los partidos políticos. Otra de las características más significativas es la presencia de los derechos fundamentales iguales para todos, de los cuales se responsabiliza el estado, para que todos tengamos unos mínimos vitales.

La evolución que ha sufrido el estado desde su consideración como tal, el estado moderno, hasta el estado social y de derecho, ha sido fruto de la transformación social en Europa, de diferentes revoluciones, de diferentes conflictos... en una palabra de nuestra evolución en la historia, eso ha conseguido que nuestra forma de gobierno actual sea un camino estable, y que cada país del viejo continente haya establecido una forma diferente adecuándose a su situación.

En este trabajo voy a tratar a cada autor y su aportación por separado, estableciendo entre ellos un orden cronológico, porque a la hora de analizarlos me ha parecido la forma más sencilla, ya que cada autor conoce las obras de los anteriores y en muchas ocasiones los nombra para dar su opinión y corregir lo que desde su punto de vista es incorrecto o puede mejorarse.

El ESTADO MODERNO: HOBBES

El estado ha ido evolucionando desde su primera concepción como tal en el siglo XVI, de estado moderno, un concepto de modernización que intentaba comprender la época de cambios en que se encontraban, donde la gente disponía de nuevas pautas de socialización y comportamiento; se acababa el feudalismo y comenzaba a instaurarse el absolutismo desde Europa, extendiéndose a América del Norte y del Sur, y en los siglos llegando a Oceanía y África en los siglos XIX y XX

Thomas Hobbes, nació el 5 de abril de 1588 en Westport, en el seno de una familia pobre e inculta. Estudio en la Universidad de Oxford. Al encontrar el pensum de lógica escolástica aburrido y la física aristotélica confusa y fastidiosa, dedicó la mayor parte de su tiempo a la lectura de los clásicos de la literatura. Al graduarse en 1608, Hobbes fue seleccionado como tutor de uno de los hijos de la familia Cavendish, familia a la cual permaneció unido la mayor parte de su vida. Conoció a diversos pensadores avanzados de su época, como Galileo, René Descartes y Pierre Gassendi. En 1637, participó en la disputa constitucional entre el rey Carlos I y el Parlamento. Redactó entonces un tratado defendiendo las prerrogativas reales. Esta obra circuló en secreto en 1640 bajo el título Elementos del derecho natural y político (1650). Temiendo que el Parlamento decretara su arresto a causa de haber escrito el libro, viaja a París, donde permaneció en exilio voluntario durante 11 años. En 1642 acaba De Cive (Tratado del ciudadano), una exposición de su teoría sobre el gobierno. Fue profesor de matemáticas del príncipe de Gales, más tarde rey Carlos II, también exiliado en París. Su obra más conocida, Leviatán (1651), donde expone su doctrina de la soberanía. Despertó las sospechas de las autoridades francesas por su ataque al papado. Por temor a ser detenido, regresó a Inglaterra. En 1660, se produjo la restauración monárquica y su antiguo alumno accedió al trono. En 1666 la Cámara de los Comunes aprobó una relación que incluía el Leviatán entre los libros investigados a causa de sus supuestas tendencias ateas. Escribió una autobiografía en verso latino y tradujo al inglés los versos de la Iliada y la Odisea de Homero. Falleció el 4 de diciembre de 1679 en Hardwick Hall.

Para comprender mejor la obra de Hobbes, es necesario conocer el marco histórico en el que fue escrita. Principios del siglo XVII en Inglaterra, época en la que se siguen las ideas heredadas de la filosofía moral de los autores clásicos, y la política de la Roma antigua. Para ellos, el problema principal es la libertad. Como en Roma, la idea de esclavitud, el esclavo no posee libertad en sus acciones, esta bajo la potestas de su amo, cual depende en todos sus actos, así que para ellos cualquier persona con dependencia de algo o de alguien es un esclavo.

Los autores ingleses tomaron esta idea de tal forma que entendieron que la corona británica había esclavizado al pueblo, este sentimiento conjunto con la situación de descontento generalizado (días de disolución de todos los lazos sociales y de fuertes luchas civiles y religiosas, el tema de interpretación de las Escrituras estaba en el centro de discusiones) llevaron a Inglaterra a una guerra civil, consecuencia de la ausencia del poder soberano que estableciera la universalidad, terminó con la ejecución del rey y la abolición de la monarquía.

Esta situación lleva a Hobbes a escribir su obra: Leviatán, en la que describe un estado basado en el absolutismo, es necesario una autoridad absoluta donde la ley sea la jerarquía máxima y deba ser obedecida por todos sin excepción alguna.

De acuerdo con el problema de la libertad, Hobbes también la trata en su libro, la libertad de los súbditos, va modificando el concepto hasta llegar al punto en que la libertad de los individuos permanece en ellos por medio del monarca absolutista que ellos han elegido. “El único modo de regir un poder común(..), mediante una pluralidad de votos, puedan reducir las voluntades de los súbditos a una sola voluntad”. Esta votación se hace sobre la base de toda la sociedad y se hace de manera libre.

Toda esta situación política de Inglaterra contribuye a que se instaure un nuevo gobierno, él de Oliver Cromwell, quien forma un nuevo consejo para elegir el parlamento; se trataba de una forma de gobernar semimonárquica y cuasiparlamentario, que termino con un endurecimiento del gobierno llegando a parecer una dictadura militar. Hobbes afirma que debe obedecérsele porque para la situación del momento era el gobierno más efectivo que se podía tener: Aunque a pesar de ser la mejor forma era necesaria una nueva organización. Cuando sea posible debe ser sustituida por el absolutismo; que es el sistema político que organiza al estado moderno; para llegar a ello, comienza analizando el comportamiento del hombre y las motivaciones que le llevan a actuar: Procurar su propia conservación, su supervivencia, es egoísta y sobre él impera la ley del más fuerte (es un estado de guerra de todos contra todos) porque los hombres siguen viviendo en un estado de naturaleza, es imposible el establecimiento de una sociedad organizada por la paz y la armonía, primero porque está no existe en las relaciones entre personas (se mueven por la venganza, el orgullo..), de ahí la frase celebre de Hobbes: homo hominis lupus. Este estado de naturaleza, mueve a los hombres a establecer una ley universal gracias a la razón: “el hacer con los demás lo que quisiéramos que se hiciese con nosotros”. De ahí que el hombre realice un pacto o contrato social, que transfiere los poderes a un solo hombre, obteniendo a cambio seguridad y así una vida más grata.

La idea de procurar su propia conservación parte de la base del concepto de un hombre que se mueve por la parcialidad, el orgullo, la venganza..., y se comporta con los demás sin atender ni al amor ni a la comparecencia; si no todo lo contrario a temerse o hostigarse; debido a la competencia entre ellos, la guerra de todos contra todos. Otra de las causas el comportamiento de los hombres por mantener su honor (destruyendo con ello la compasión y el amor entre hombres). Por último los hombres también tienden a destruirse por prudencia, alguien racional y prudente no tendrá deseos de matar a nadie pero temerá que otro pueda matarlo, lo cual conlleva a una situación de inseguridad, esta inseguridad de unos contra otros es la cláusula homo hominis lupus.

Ante esta situación Hobbes analiza al hombre de su época, un hombre individualista que debe esforzarse por vivir cooperativamente con los demás; por construir la paz, necesitara coordinar y negociar sus acciones, para salvar los obstáculos que generan el conflicto generalizado. Hobbes establece aparte de las características nombradas anteriormente, otras que ayudan a comprender su visión del hombre: éstos se mueven motivados por el bien privado, que es el que les hace destacar sobre los otros; unos hombres piensan que son más sabios y más capaces de gobernar a otros y para conseguir este propósito ante los demás utilizan el arte de la palabra, gracias al cual pueden dar apariencia de bueno a lo que es malo o viceversa sembrando así el descontento entre los hombres y perturbando su paz y bienestar. Por último establece que todas las criaturas hacen pactos de forma natural, pero el hombre lo hace de manera artificial, por tanto será necesario un poder común que mantenga atemorizados a los súbditos y que dirija las acciones para el logro de un bien común.

A partir de todas estas características, deduce que la forma correcta de actuar es estableciendo un poder común, fruto de una pluralidad de votos, así se consigue reducir todas las voluntades de los súbditos a una solo voluntad común, la del representante que ha sido elegido por todos. Una vez establecida la persona que los representa, se puede hablar de estado o de Leviatán, definiéndolo como un dios mortal encargado de la paz y seguridad de sus súbditos. Hobbes en su obra Leviatán nos muestra cuales deben ser las características del estado:

- Un estado solo es capaz de actuar si está representado, solo puede actuar legítimamente si los individuos le dotamos de poder suficiente, le damos autorización para ello. El estado actúa por medio del soberano, la persona que posee nuestra autorización, así lo dice: “Autorizo y concedo el derecho de gobernarme a mí mismo, dando esa autoridad a este hombre o a esta asamblea de hombres, con la condición de que tu también le concedas tu propio derecho de igual manera, y les des esa autoridad en todas sus acciones.”

- Obediencia al estado, los hombres lo hacen o bien guiados por la fuerza natural, la fuerza de la coacción o bien de una forma más tolerante, donde sean ellos mismos los que acuerdan someterse voluntariamente a una asamblea de hombres o al soberano. Los límites de esta obediencia política, residen en la capacidad que tiene el estado para proteger a sus súbditos; pero aparte de progre a sus súbditos de posibles enemigos, también debe hacerlo de unos ciudadanos contra otros de tal forma que no se origine una guerra civil.

Siguiendo esas pautas se conseguirá que los hombres vivan pacíficamente unos con otros, en su comunidad, y que encuentren protección contra posibles enemigos, para ello se establecerá un ejército permanente que será una de las principales características del estado moderno que está empezando a instaurarse. En este estado comienzan a asentarse derechos fundamentales que tendrán los hombres que se someten al poder del soberano: primeramente “estos hombres deberán considerarse en su conjunto propietarios y autores de todo aquello que hace el ya es su soberano y todo lo que haga.” Esta afirmación implica que si fuera depuesto estarían suprimiendo una parte de ellos mismos y se consideraría injusto; aparte los súbditos deberán seguir el pacto del soberano porque en él se establece el bien común del pueblo guiado por la libertad de la acción del representante y apoyado por todos sus súbditos para conseguir el propio bienestar de la comunidad, así que cualquier hombre que no este de acuerdo con el soberano “podrá ser destruido por cualquier hombre sin que éste incurra en injusticia”.

En toda la obra de Hobbes hay que destacar su opinión sobre las formas de gobierno, no se declara partidario de ninguna de ellas en concreto: “Toda modalidad de poder, si está lo suficientemente perfeccionada, es la misma”. Los súbditos tienen el deber de hacer valer la soberanía, una soberanía basada en el principio del honor, bien sea organizada bajo un régimen democrático u otro tipo de asamblea, o bien sea bajo el poder absoluto de un monarca.

Por último hay que aclarar que para Hobbes los súbditos entregan sus vidas al soberano a cambio de protección si poder recuperarlas, estableciendo una relación incomunicable e inseparable, teniendo el representante todo una serie de poderes: “el poder de acuñar la moneda, el de disponer de la propiedad y de las personas herederas que no han alcanzado la mayoría de edad, el de tener la primera opción de compra en el negocio y el de poseer todas las demás prerrogativas estatutarias pueden ser transferidos por el soberano sin que éste renuncie al poder de proteger a sus súbditos.” Será Rousseau quien cambie esta visión ideológica, de total sumisión del hombre al estado. Esta forma de Estado tuvo mas clara ejemplo en la famosa frase de Luis XIV: “El Estado soy yo”.

EL ESTADO LIBERAL: MONTESQUIEU, ROUSSEAU Y SIEYES

La evolución a este nuevo estado comenzó a hacerse necesaria hacia mitad del siglo XVIII, cuando el estado moderno comienza a decaer porque el monarca es incapaz de hacerse cargo de todas las obligaciones. Hay que destacar dos partes en esta nueva instauración, una que es la que desarrollan los primeros autores tanto Montesquieu como Rousseau, para sentar los principios que deberá tener y una segunda que desarrollan los autores contemporáneos a la Revolución Francesa como Sieyes, ya que es a partir de ésta cuando se empieza a instaurar.

Montesquieu fue un escritor y jurista francés nacido en el castillo de La Brède en 1689 y conocido universalmente por sus Cartas persas y El espíritu de las leyes. En 1714 se convirtió en consejero del Parlamento de Burdeos, del que fue presidente entre 1716 y 1728. Montesquieu destacó por primera vez como escritor con sus Cartas persas (1721). Fue una de las primeras obras de la Ilustración, que, con su crítica a las instituciones francesas durante la monarquía de la Casa de Borbón, ya anunciaba el germen de la Revolución Francesa. La fama que adquirió Montesquieu con ésta le abrió las puertas de la Academia Francesa en 1728. Su segunda obra sobresaliente fue Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos (1734), una de las primeras obras importantes en la Filosofía de la historia.

Pero su obra maestra es El espíritu de las leyes (1748), que figura entre las tres obras principales de la Teoría política. En ella el autor analiza las tres principales formas de gobierno (república, monarquía y despotismo) y establece las relaciones que existen entre las áreas geográficas y climáticas y las circunstancias generales y las formas de gobierno que se producen. Sostiene también que debe darse una separación y un equilibrio entre los distintos poderes a fin de garantizar los derechos y las libertades individuales.

A mediados del siglo XVIII, cuando esta obra fue escrita, el estado liberal era simplemente un sueño, y fue precisamente Montesquieu, el primero que comenzó a hablar de esta nueva forma de organización política. El autor en su obra El espíritu de las leyes nombra cuatro principios fundamentales: la soberanía popular, la separación de poderes, los derechos del hombre y las constituciones escritas. Estos principios serán uno de los principales motivos por los que se luchará en la Revolución Francesa. Montesquieu abarcara mayoritariamente el punto de la división de poderes, la cual ira sufriendo algunas modificaciones hasta llegar a configurarse plenamente en el estado liberal, porque hay que recordar que Montesquieu simplemente estableció una serie de pautas que debería seguir un gobierno moderado para un correcto funcionamiento.

Opina en su obra que el correcto gobierno es aquel que sea moderado porque hay libertad política y no se abusa del poder, este gobierno es el monárquico siempre que el monarca sea una persona honesta, justa y con buen entendimiento porque de lo contrario se podría llegar al despotismo donde todo esta corrompido y así comienza la decadencia e la nación.

Antes de establecer los diferentes sistemas de gobierno; es necesario comprender el concepto de libertad como lo entendía Montesquieu: “privilegio de no ser gobernado mas que por un hombre de su propia nación o por sus propias leyes”. A partir de esta definición se entiende que la base de un gobierno está en una persona y que ésta además tiene que ser uno de ellos porque el pueblo es el que verdaderamente se conoce a si mismo y conoce sus prioridades, así que las leyes deben ser redactadas por personas preparadas dentro de la misma nación, ya que sino puede ocurrir que lo que en un pueblo funciona en otro no lo haga ya sea debido a su evolución, costumbres o situación. Concluye afirmando: “(...)en una sociedad en la que hay leyes, la libertad sólo puede consistir en poder hacer lo que se debe querer y en no estar obligado a no hacer lo que no se debe querer.”

Montesquieu establece tres distintas formas de gobierno: monarquía, república y despotismo, aunque éstas tres formas son diferentes trata de mostrar que todo tipo de gobierno se concreta y se articula en un conjunto de leyes específicas referidas a los más diversos aspectos de la actividad humana y constituyen la estructura de ese gobierno. Con estas leyes se refiere a los principios propios de cada nación es su vida civil, educación, costumbres..., cuando estos principios no están bien fundamentados o fallan por alguna razón el sistema de gobierno comienza a decaer arrastrando a toda la nación; esto ocurre en algunas repúblicas como la de Roma que al romperse el equilibrio entre los diferentes elementos de poder (magistrados, senado y cónsules)comienza la crisis. También ocurre en una monarquía cuando el monarca no tiene la suficiente fuerza y voluntad para llevar correctamente a la nación y se dedica a su propia autosatisfacción llegando al despotismo.

La monarquía es la mejor forma de gobierno porque si está bien regulada es la más moderada de todas. Montesquieu a diferencia de Hobbes no trata de una monarquía absolutista sino de una monarquía democrática donde los poderes estén también representados por el pueblo. Con ella se consigue que el hombre alcance su libertad dentro de unas circunstancias naturales e históricas, pero para que se alcance esta libertad es necesaria una división de poderes en el Estado. El gobierno democrático se caracteriza por esta división y por el poder que el gobierno otorga a cada ciudadano, ya que éstos como miembros del estado tienen la obligación de participar en su gobierno. Solamente en la democracia, el gobierno se le confía a cada ciudadano, su principio es la virtud que el ciudadano y el estado se depositan mutuamente. La monarquía para Montesquieu es por su naturaleza: el gobierno de uno solo, que dirige el Estado por medio de leyes fijas y establecidas por dicho gobierno. Supone la existencia de poderes intermedios y de un depósito de las leyes. El gobierno monárquico tiene un resorte, como lo nombra Montesquieu, un principio propio que es el honor, es decir la calidad moral que debe tener el gobernante para que cumpla con todos los deberes que se le han encomendado, deberá observar una conducta intachable, ser honesto y recatado. Las monarquías se corrompen cuando se suprime poco a poco todos los derechos prerrogativas que tienen los ciudadanos. Una vez que se han suprimido llega al despotismo de uno solo, a la tiranía. Una monarquía se ve anulada cuando el soberano quiere cambiar el orden de las cosas en lugar de seguirlo. Una vez que la monarquía se corrompe se llega a un despotismo en donde la virtud no tiene nada que hacer en tal régimen y el honor se vuelve peligroso.

Para el estudio de una monarquía democrática nos cita el ejemplo de Inglaterra, donde hay una constitución en la que se establece una división de poderes, pero no es una división en tres sino que hay un dualismo, primero esta el poder legislativo, encargado de promulgar las leyes, en manos del monarca o del gobernador. Segundo nos encontramos con un poder ejecutivo, este poder esta dividido en dos grupos uno que es el derecho de gentes en el que se dispone la paz o la guerra y la seguridad de los ciudadanos (sería nuestro poder ejecutivo propiamente) y otro el derecho civil, encargado de castigar o juzgar las relaciones entre particulares (sería nuestro poder judicial). Esta visión será la base de la que se desarrollaría en las primeras constituciones liberales a excepción del poder judicial que Montesquieu lo considera nulo y neutro, ya que el poder lo ejerce el legislativo promulgando las leyes, el ejecutivo simplemente lee lo que hay escrito para que se cumpla y es el mismo pueblo el que puede hacerlo dejando así los otros dos poderes al jefe del estado.

Montesquieu estudia los diferentes problemas que pueden surgir cuando no hay división de poderes o cuando no los ejecutan las personas oportunas, advirtiendo así lo que ocurriría años posteriores con el establecimiento del estado liberal. Nos dice que los poderes deben estar controlados por el pueblo y que en ningún caso una misma persona puede ostentar los tres ya que esto traerá como consecuencia el despotismo.

Se llega así al gobierno despótico en donde el poder está al igual que en el monárquico en uno solo, pero con la diferencia que en este tipo de gobierno no hay leyes ni reglas, sino la voluntad y capricho de quien detenta el poder. Este tipo de gobierno se caracteriza por no tener ninguna estructura y su principio es el temor. De nada sirve alegar sentimientos naturales, como el respeto a un padre, la ternura por la mujer y los hijos, el estado de salud, las leyes del honor; este régimen está esencialmente corrompido, y se encuentra casi en el umbral de la nada política.

Montesquieu califica al despotismo, como el mal político absoluto. Esto ocurre cuando los estados adquieren grandes dimensiones y la única forma de controlar a la sociedad es el despotismo.

Por último estudia una forma intermedia la República: En la República, el poder soberano reside en una parte del pueblo o en el pueblo; dependiendo de su estructura o naturaleza. Las leyes que se observan en este tipo de gobierno son aquellas que establecen el derecho de sufragio, y son fundamentales en este gobierno, ya que el pueblo es el soberano por lo cual debe hacer por sí mismo todo lo que está en su mano hacer, y lo que no pueda lo resuelve al nombrar a otras personas para que se encarguen de realizarlo en virtud de que está facultado para efectuar dicha elección.

Para su análisis toma el ejemplo de la Roma clásica: Tras la expulsión del último rey (Tarquino, el Soberbio) en el 510 a.C., Roma comienza una nueva etapa que durara hasta el 27 a.C. Hay una nueva forma de gobierno el poder pasa a dos magistraturas anuales, que pronto serán sustituidas por la Ley de las XII Tablas pero es con las Leges Licinae Sextiae cuando se instaura definitivamente, se crean unos elementos fundamentales en el gobierno: las magistraturas, el senado y las asambleas populares. Pero con la ruptura de este equilibrio debido a las situaciones entre patricios y plebeyos llega la crisis de la República que terminara con el Principado.

Montesquieu en su obra analiza las tres principales formas de gobierno (república, monarquía y despotismo) donde sostiene que debe darse una separación y un equilibrio entre los distintos poderes a fin de garantizar los derechos y las libertades individuales. La doctrina de Montesquieu trata de mostrar que todo tipo de gobierno se concreta y se articula en un conjunto de leyes específicas, que se refieren a los más diversos aspectos de la actividad humana y constituyen la estructura del mismo gobierno.

Estas leyes se refieren a la educación, a la administración de la justicia, al lujo, al matrimonio y, en fin, a toda la vida civil. Por otro lado, todo tipo de gobierno se corrompe cuando falta a su principio; y a una vez corrompido, las mejores leyes se convierten en malas, y se revuelven contra el mismo estado. Así los acontecimientos de la historia, el crecimiento o la decadencia de las naciones, no son fruto del acaso o del capricho, sino que pueden ser conocidos por sus causas, que son las leyes o principios de la misma historia. Montesquieu es un claro ejemplo del liberalismo aristocrático, pero, entroncado con su ideología monárquica.

Dentro de su estructura cabe señalar una característica muy importante que ser de gran relevancia en los años venideros ya que Montesquieu es el primer autor que trata la ciencia política como una ciencia de hechos y no de dogmas. Esto se muestra a la hora de hablar de las diferentes formas de gobierno donde es a partir de ejemplos de donde saca la teoría de cómo debe ser un gobierno correcto (utilizando el método deductivo). En esta forma de argumentar también influyeron características de la Ilustración que siempre dispuso del recurso de la razón y del recurso de la experiencia, como forma natural de toda comprensión y es lo que utilizo Montesquieu a la hora de explicar toda su teoría.

Montesquieu, es el primer filósofo que trata la ciencia política como una ciencia empírica y para su estudio se dedica a estudiar formas de gobierno anteriores. Como todos los filósofos de la época se dedica a establecer una serie de características teóricas que deberá tener el estado, basándose en las carencias del estado monárquico absolutista en el que se encuentran. Para Montesquieu, al igual que Hobbes establece que la mejor forma de gobierno es la monarquía porque es un hombre honesto el que debe gobernar a los ciudadanos, pero establece una diferencia típica de la época; para que el representante no se vuelva absolutista, los poderes deben estar separados establece solo dos separaciones entre el legislativo y el ejecutivo. Estos poderes no pueden estar representados por una sola persona, se establece así la idea de representación, el parlamento, porque si el pueblo no tiene control sobre ellos se puede llegar a un gobierno despótico.

Roussau, filósofo suizo ilustrado y romántico nacido en Ginebra en 1712. Pero no es hasta 1744 cuando comienza su verdadera formación, al comenzar a tratar con filósofos como Diderot y d'Alembert, participando en artículos para la Enciclopedia. Es en 1750 cuando publica su primera obra Discurso sobre las ciencias y las artes que es premiada por la academia, en 1762, atraviesa su mejor época de producción literaria, se publican sus obras Cartas autobiográficas a Malesherbes, Emilio y El contrato social siendo estas dos últimas rechazadas en Francia, ordenándole prisión. A partir de entonces surgen continuos viajes, pero sus obras son rechazadas y tiene que huir. Finalmente morirá en Francia en 1778 en el castillo del marqués de Ermenonville.  Rousseau es un filósofo ilustrado que mantiene una postura crítica respecto de muchas de las ideas aceptadas en su tiempo; es, además, por temperamento, el filósofo por excelencia del romanticismo. Su biografía parece explicar su obra. Discutido a lo largo de toda su vida, llegó a influir, no sólo en ideas, sino también en costumbres y en gustos sobre sus contemporáneos: los franceses de su tiempo aprendieron a valorar con él la naturaleza, la vida en el campo, la contemplación del paisaje; la divisa de la Revolución francesa -libertad, igualdad y fraternidad- no estaba lejos de los ideales políticos plasmados en sus obras, y Kant, que sintió una viva admiración por alguna de sus ideas, lo llamó “el Newton del mundo moral”. La pedagogía moderna le debe algunas de sus ideas centrales.

Rousseau, filósofo ilustrado por la época a que pertenece y por las ideas comunes que comparte con muchos de los philosophes, se opone, a una de las ideas fundamentales de la Ilustración: los beneficios del saber, sosteniendo la crítica a la civilización: las costumbres han degenerado en todos los pueblos en la misma proporción con que éstos se han dedicado a las ciencias. Los fundamentos de la desigualdad entre los hombres, extendiendo esta idea a la misma sociedad: es la sociedad el origen de los males del hombre y la que lo corrompe. A continuación viene el viaje a Venecia, como secretario de embajada, se introduce en la vida política. Rousseau apuesta por el pesimismo para oponerse a las teorías optimistas de progreso de los enciclopedistas. De la teoría política que construye en el segundo de los Discursos y sobre todo en El contrato social, la posteridad hará juicios diversos: para unos está en los orígenes de la teoría política de la democracia; para otros se alinea entre los reformadores visionarios.

En su obra: El contrato social parte de la base de que la sociedad es desigual, es un problema que debe solucionarse para que los hombres puedan vivir conjuntamente en paz, eliminando así la teoría de Hobbes: “homo hominis lubus”. La sociedad en la que vivió Rousseau, estaba basada en una gran cantidad de privilegios para las clases favorecidas, esto hacía aún mayor la separación entre clases y las situaciones se hacían más injustas e intolerables en la que se encontraban. Con su primer principio: “Todos los hombres nacen libres”, afirma que la libertad y la igualdad que ya existían en el estado de naturaleza, siguen existiendo en la sociedad, pero están ocultos por títulos, riquezas...; los hombres somos iguales, es el entorno el que nos hace diferentes. Todos los hombres poseen la libertad, y con ella la igualdad, distingue dos tipos de libertades: Libertad natural como derecho ilimitado de cada uno para hacer lo que pueda; en oposición a este estado natural de libertad esta el estado civil llamado estado de justicia, moralidad y libertad civil. Esta libertad civil está limitada por la voluntad general.

Para controlar todas las desigualdades de la sociedad es necesario un contrato o pacto, un medio convencional que establece la sociedad; este pacto es necesario porque en la naturaleza todo es bueno, pero en la sociedad se corrompe. Las ventajas del estado natural en el cual los hombres vivían en presencia de la igualdad moral o política; este objetivo es el que hay que conseguir en el próximo estado que se avecina; ya que establecimientos como el de la propiedad privada son los que han dado lugar a la desigualdad entre los hombres. Se busca de esta forma, un contrato social que anule la libertad del estado de naturaleza, pero que acepte una serie de principios y leyes que hagan más fácil la convivencia.

El contrato social que presenta Rousseau, es un pacto entre los hombres para que ellos elijan a su representante y éste obre siguiendo la voluntad general.

Rousseau, parte de la idea de que todos los ciudadanos tienen una obligación social, establecida entre todos los miembros del estado para vivir en sociedad, en esta convención cada miembro cede todos sus derechos a la comunidad y así comparten la misma cantidad de derechos. De esta forma todos los ciudadanos participan en un mismo contrato o pacto, pero para que éste funcione es necesario que exista una voluntad que lleve a todos hacia los mismos fines; estableciendo así la voluntad general: es el bien común, esa voluntad que puede dirigir por si sola las fuerzas del estado. De esta manera separa las voluntades particulares de la voluntad general, la particular tiende al privilegio individual, en cambio las generales la voluntad del pueblo, del soberano y tiende a la igualdad. Rousseau, da una imagen en la que el cuerpo social es una persona moral, y como todo individuo tiene una voluntad, un interés que tiene que ser general. Este resultado surge de la entrega total de todos a todos, la enajenación sin reservas, es el pueblo soberano o conjunto de ciudadanos que constituyen el estado.

Esta voluntad general tiene que ser regulada de alguna forma, para esa función están las leyes, estas nuevas leyes no pueden fallar, porque es el propio pueblo el que les ha dado valor, él ha decido cuales son y siempre buscara su propio bien común, siendo imposible que los ciudadanos no lo encuentren.

El objeto de las leyes debe ser siempre general, puede establecer una forma de gobierno pero nunca podrá elegir a la persona que llevara el cargo. Las leyes vienen determinadas por la voluntad general, ésta es siempre recta, pero para ello es necesario ver el mundo tal y como es, esta voluntad muestra el camino que se debe seguir para llegar al bien que se pretende lograr; toda una comunidad es capaz de ver el camino aunque en ocasiones los particulares no puedan: Para que esta voluntada general sea seguida por todos es necesario que haya un legislador. El legislador tiene como función la de instituir al pueblo, tiene que mandar a los hombres pero no ordenar las leyes sino simplemente hacerlas cumplir porque quien ordene y redacte las normas tiene que ser una persona instruida para ello. Rousseau concluye que un verdadero político será quien admire sus instituciones “ a este grande y poderoso genio que presida las instituciones duraderas”. Ese genio es el Estado, un estado gobernado por el pueblo en el que todos los ciudadanos se rijan por los mismos principios de igualdad y libertad.

Para Rousseau: la soberanía, el poder del cuerpo político sobre todos sus miembros tiene ciertas características: Es inalienable, ya que la voluntad no puede cederse y por lo tanto no puede ser representada; es indivisible, la voluntad de una parte no es más que una voluntad particular y no deben existir poderes separados como partes de la soberanía sino como emanaciones suyas. Es infalible, ya que la voluntad general no puede errar, es imposible que el cuerpo quiera perjudicar a todos sus miembros y no puede perjudicar a ninguno en particular, pues todo acto auténtico de voluntad general, obliga o favorece igualmente a todos los ciudadanos. Finalmente, la soberanía, también es absoluta, ya que obedecer al soberano es obedecer la voluntad propia. Si el soberano es el pueblo en corporación que sabe las leyes, el gobierno es sólo un grupo de hombres particulares que las ejecutan, y representa la fuerza al servicio de la voluntad. El gobierno ejecuta, por medio de actos particulares, el acto general y es sólo un "ministro del soberano".

Rousseau explica tres formas de gobierno. Si el depósito del poder del soberano es confiado a todo el pueblo un su mayor parte, el gobierno es una democracia. Si es confiado a un pequeño número, es una aristocracia, y si es confiado a un magistrado único, es una monarquía, o gobierno real.

En la democracia el pueblo que sabe las leyes es el que las ejecuta, o sea, que el poder ejecutivo está unido al legislativo. Lo considera un mal gobierno “porque las cosas que deben ser distinguidas no lo son”, el pueblo no puede estar siempre unido; es éste el más propicio para las guerras civiles. Es un gobierno perfecto, pero poco adecuado para los hombres. Después de descartar la democracia, nombra a la aristocracia que puede ser de tres tipos: natural, electiva o hereditaria. Sin embargo para Rousseau, el mejor gobierno es la aristocracia electiva, pero exige la moderación en los ricos y el consentimiento en los pobres. La monarquía es el gobierno con más vigor, pues en ella “todo camina hacia el mismo fin” y no hay movimientos opuestos, en este gobierno la voluntad particular domina más fácilmente a los demás. De todas formas, por bueno que sea el gobierno siempre está manchado por un vicio esencial que obra en contra de la soberanía. Para atenuar esto, Rousseau propone las asambleas frecuentes de todos los ciudadanos, que al abrirse hagan cesar el poder ejecutivo y lo mantengan suspendido hasta su cierre (medio normal). La dictadura es un medio para salvar la soberanía, suspendiéndola provisionalmente (medio excepcional).

Otra de las características que establece Rousseau, siguiendo la teoría de Montesquieu, la división de poderes. Dividiendo solamente entre fuerza y voluntad (entre poder legislativo y ejecutivo), no esta totalmente de acuerdo en esta división porque piensa que por mucho que se intentan separar los poderes, quienes reúnen estos poderes hacen unos “juegos de malabares” reuniéndolos posteriormente en uno solo, con ello demuestra que los hombres en la sociedad se vuelven egoístas porque intentan controlar por si mismos todo lo que les sea posible.

Otra característica es la forma de administración; ésta tiene que tratar al pueblo ya que un estado pequeño es proporcionalmente más fuerte que uno mayor; primero porque la administración esta más controlada, cuanto mayor es la extensión más complicada es su control, a parte de que cuanto mayor es el estado más intermediarios hay, mayores son los gastos que los ciudadanos deben pagar a cada administración, empezando por las locales hasta llegar a las estatales; aparte los ciudadanos están más disgustados con los gobernadores porque sus efectos no llegan a apreciarse en los pueblos, porque el poder central está muy lejos. Es necesario que la administración este regulada con cierta solidez, para intentar solventar los problemas de distanciamiento.

Por ultimo y quizás la mejor de sus aportaciones, que más tarde sirvió de base para la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, fue su principio: “Los hombres nacen naturalmente iguales, hay que entenderlos como una igualdad específica, fundamento de la dignidad humana”. Declara que todos los hombres nacen naturalmente iguales. Todo hombre tiene el derecho, de ser tratado como hombre, de ser respetado en su dignidad personal de hombre, de ser protegido y ayudado por la autoridad en sus esfuerzos con la finalidad de alcanzar la perfección. En la interpretación que hace Rousseau, se entiende una igualdad individual; pero es en las relaciones en sociedad donde tienen que ser iguales, ya que la vida política es comparable a la familia: “El jefe es la imagen del padre; el pueblo es la imagen del hijo (...)”El hijo no es individualmente igual al padre. Las relaciones naturales entre los hombres individuales, sus deberes y derechos recíprocos, involucran igualdad y jerarquía. Las bases de las relaciones sociales no son la independencia individual absoluta y la voluntad arbitraria, sino la libertad ejercida con respeto a la autoridad.

La influencia de este libro fue inmensa. Rousseau les debe mucho, a Hobbes y Locke y al Espíritu de las leyes de Montesquieu, publicado catorce años antes; pero por el extremado relieve dado a las ideas de soberanía popular, de libertad, igualdad y el uso de principios y conceptos que hasta entonces habían sido limitados a la exposición científica. El libro dio cauce a ideas y sentires que, en una época de malestar político y social, estaban creciendo en la mente del pueblo. Rousseau influyo en la formación de varias constituciones modernas; y él dotó a la Revolución Francesa con su filosofía y sus principios dirigen la real vida política de Francia. Los oradores de la Asamblea Constituyente citaron sus sentencias y fórmulas.

Es bastante razonable que el Contrato Social haya venido a ser considerado por algunos el evangelio de la libertad y la democracia, y por otros el código de la revolución y la anarquía. Por ejemplo, Rousseau fija como base esencial de la voluntad general el consenso unánime del pueblo, pero asume que esta voluntad general se expresa en una pluralidad de votos; afirma que los padres no tienen derecho alguno de comprometer a sus hijos por un contrato y, empero, los niños desde su nacimiento estarán sujetos al contrato primitivo; afirma que un hombre no tiene derecho a enajenarse, pero basa el contrato social esencialmente en la total alienación de los derechos personales y de la personalidad en favor de la comunidad. Si hay algunas legítimas consideraciones y reflexiones en este libro -tales como, por ejemplo, sobre la esclavitud y la dignidad del hombre, o sobre la adaptación de las diversas formas de gobierno al carácter del pueblo, etc.- los principios fundamentales de ellas -el origen de la sociedad, libertad e igualdad absoluta para todos- son falsos y no naturales.

Rousseau es junto con Montesquieu, los fundadores de las bases de la revolución francesa que dará paso al estado liberal. Quizás la aportación más importe de Rousseau, fue la de su modelo de sociedad igualitaria, donde debe haber un gobernador que represente al pueblo, pero para que éste no caiga en el absolutismo, deben establecerse órganos intermedios que regulen sus intervenciones como el parlamento, donde se represente la voluntad general del pueblo y así se intente acabar con sus necesidades.

Rousseau es ante todo un autor con sentimientos, porque en su doctrina habla de un hombre bueno por naturaleza (al contrario que Hobbes) lo que le hace egoísta es la sociedad. Establece valores como el patriotismo, la solidaridad donde solo hay buenos sentimientos en los hombres, es el entorno el que les hace cambiar; si se cambia el entorno entonces el hombre no tendrá porque cambiar. Así lo demuestra en su primer principio, “todos los hombres nacen libres” que también es la clave para entender su doctrina. Parte de la idea de que es una sociedad desigual, el establecimiento de este principio, será la pauta seguida para la redacción de los Derechos del hombre y del ciudadano. Al ser todos libres, se deduce que todos al nacer son iguales, por lo tanto “todos y ninguno” tienen derecho a representar al conjunto de los ciudadanos, prescindiendo así de la monarquía porque en ella es una persona sola la que ostenta el poder (contrario a Hobbes y a Montesquieu, porque éste último habla de democracia pero dentro de una monarquía democrática). Para Rousseau la forma correcta es la democracia donde se represente la voluntad general del pueblo, mediante el pacto o contrato que han hecho todos los ciudadanos para vivir en comunidad sin enfrentamientos, este pacto del que habla Rousseau es muy diferente al de Hobbes, en este nuevo contrato nadie entrega su libertad al estado porque los hombres ante todo son libres, es un acuerdo al que llegan todos para protegerse contra enemigos y construir una verdadera nación con una verdadera sociedad igualitaria donde los valores antes mencionados sean el principio fundamental de sus comportamientos. Pero esta forma de entender la sociedad no estable que el gobierno deba estar dirigido por una manera parlamentaria, la única representación confiere al pueblo, porque el pueblo es el que ostenta la soberanía; esta forma de gobierno necesita de todo un régimen asambleario en el que todo el pueblo participa y concurre en el poder. La soberanía, como poder unitario del pueblo es inalienable, indivisible, infalible y absoluta. Como Montesquieu establece la separación en dos de los poderes: fuerza y voluntad, equivalentes a ejecutivo y legislativo, como es ya típico en él establece una contradicción con lo antes formulado porque aunque esa es la mejor forma niega la representación del poder legislativo dejando al gobierno la única participación en ella, considera innecesaria esta separación porque luego en las monarquías el representante vuelve a juntarlas para tener en su poder todas. En su forma de gobierno no es necesario separarlas porque la soberanía ya está representada por todo un pueblo.

Son estos dos autores (Rousseau y Montesquieu) los que al vivir a mediados del siglo XVIII, se van percatando de la situación y de la necesidad de un cambio, porque las desigualdades entre clases eran ya muy relevantes, y era necesario un cambio en la forma de gobierno. Siguiendo las teorías de estos filósofos ilustrados se iniciara la Revolución Francesa de 1789, que tendrá como consecuencia la instauración del estado liberal - burgués. Una vez que comienza la Revolución es importante nombrar a otro político: Sieyes ya que su obra ¿Qué es el Tercer Estado? fue decisiva en el desarrollo de la revolución y en la formación del nuevo gobierno.

Sieyes, eclesiástico, escritor y político francés, nacido en Freujus (Provenza) en 1748. Fue nombrado representante del clero en los Estados de Bretaña. Se traslado a París, donde fue nombrado comisario en la Cámara soberana del clero francés. En julio de 1788, Necker consigue el beneplácito real para convocar Los Estados Generales, solicitando a las personas instruidas el envío de memorias relativas a la convocatoria. Comenzaba así su vida pública, en respuesta a dicha petición redacto Consideraciones sobre los medios de actuación de los cuales podrán disponer los representantes de Francia en 1789, en donde exponía los fundamentos de su concepción política. Escribió Ensayo sobre los privilegios, texto decididamente político y al finalizar 1788, concluía su obra ¿Qué es el Tercer Estado?. Desde comienzos de 1789 adquirió una dimensión pública insospechada, el abate fue recibido en los clubes y sociedades parisinos, en los que convivió con la elite política: Lafayette, Condorcet, Talleyrand... ingreso en la Logia de los Filósofos.

Fue elegido representante del Tercer Estado por París, incorporándose a la Asamblea, siendo responsable directo de la proclamación de la Asamblea Nacional Constituyente, desarrolló a partir de entonces una gran actividad parlamentaria y publicista. Perteneció a la Convención, votó la muerte de Luis XVI Terror. Después fue miembro del Consejo de los Quinientos, el 18 de junio de 1799, fue elegido presidente del Directorio, sumido en la disyuntiva entre la anarquía legal y el despotismo instable, decidió perder la República para salvar la Revolución y contribuyó al golpe de Estado del 18 Brumario (9 de noviembre de 1799) que abría paso a una nueva etapa en la historia de Francia, siendo proclamado segundo cónsul (junto con Bonaparte) y fue nombrado conde en el Imperio.

Sieyes, político que vive en pleno auge de la Revolución Francesa, intentara establecer un nuevo sistema político, basado en el Estado Liberal. Para esta nueva necesidad que surge debida a los acontecimientos seguirá las teorías expuestas por autores anteriores como son Montesquieu y Rousseau, tomando de cada uno lo más significativo de su teoría, así seguirá la idea de voluntad común de Rousseau, y el concepto de soberanía establecido por Montesquieu.

Sieyes fue quizás el autor que tuvo un papel protagonista en la historia política de la Francia revolucionaria, y de todas sus obras la que mayor trascendencia tuvo. ¿Qué es el Tercer Estado? Fue una consigna revolucionaria, que posteriormente sería utilizada en el campo jurídico - político. Elaboro todo un proyecto de acción revolucionaria para transformar el gobierno antiguo, el estado absolutista para llegar a un estado liberal. Para ello, comenzara denunciando los abusos e injusticias que cometen las clases privilegiadas, parte de la idea: “Todos los privilegiados son, por naturaleza, injustos, odiosos y contradictorios cuyo único interés es el poder político para así hacer cumplir su propia voluntad”.

Con esta idea comenzara su obra, y a partir de ella nos dará una idea de nación: es la realidad política suprema, de su identidad depende todo lo demás, entendiéndola como cuerpo unitario de ciudadanos que ejercen una voluntad común, inalienable. De esta concepción se desprenden algunas consecuencias de decisiva importancia.

La primera será al considerarla como un cuerpo de asociados gobernados por una ley común. Las clases privilegiadas no se rigen bajo las mismas leyes por lo que no tienen una relación de igualdad y universalidad, además están excluidos, porque representan un imperium in imperio necesariamente exterior al orden político, por lo que la esencia del privilegio esta fuera del derecho común. “¿No es evidente que la nobleza tiene privilegios, dispensas, incluso derechos separados de los del gran cuerpo de ciudadanos? Por esto mismo sale de la ley común...”.

La segunda consecuencia una nación como poseedora de una voluntad común inalienable y unitaria: se le niega a la monarquía absoluta y a las instituciones del Antiguo Régimen el derecho de abogar por un retorno a la organización tradicional de los Estados Generales. Puesto que la voluntad de la nación es la voluntad común y unitaria de un cuerpo de ciudadanos y no puede expresarse por intermedio de un cuerpo representativo organizado por Órdenes o Estados; sólo puede expresarse en un cuerpo representativo unitario. En el estado absolutista, el Tercer Estado contaba con una representación política insuficiente; y debido a la situación de emergencia que estaba atravesando Francia era necesario establecer una Asamblea Constituyente que ejerciera el poder ( un poder constituyente; la capacidad que tiene el pueblo sobre si mismo, al ser capaz de darse por su propia voluntad una organización política y un ordenamiento jurídico) para regular el orden y aparte redactar la nueva constitución, ésta ejercerá el poder del pueblo a través de sus representantes y será el órgano supremo hasta la instauración del nuevo gobierno, pero para que el nuevo gobierno y la nueva constitución sean beneficiosos para todos será necesario establecer una serie de características para que la representación del Tercer Estado sea correcta:

“Que los representantes de Tercer Estado no sean escogidos sino entre los ciudadanos que verdaderamente pertenezcan al Tercero”. Son los propios ciudadanos los que conocen cuales son sus propios intereses y lo que verdaderamente necesitan. Esta clase tiene el mismo derecho de participación o incluso mayor, ya que el número de los ciudadanos supera con creces al de los otros dos estamentos: nobleza y clero.

“Que sus diputados sean en número igual a los de los órdenes privilegiados”. Hay que admitir los principios que dicen que la cantidad de representantes debe ser proporcional por lo que se puede demostrar que el tercer estado dobla a los estamentos privilegiados en número. Ya que el tercer estado es el 96 por 100 de Francia, mientras que la aristocracia es únicamente el 4 por ciento, se plantea por consiguiente porque el tercer estado debe vivir gobernado por la aristocracia, aparte de que la aristocracia es improductiva, es una clase privilegiada, es decir, que vive bajo unas leyes privadas diferentes a las que se aplican al resto de los franceses.

“Que los Estados generales voten no por órdenes sino por cabezas”. Así se conocerá la verdadera mayoría que es el Tercer Estado, porque la burguesía es la inmensa mayoría del país y si se consigue que los votos sean por persona, éstos tendrán la posibilidad de mejorar la situación que atraviesa Francia. El problema es que las clases privilegiadas se oponen y quieren mantener su derecho a veto, ya que sino se podría ir en contra a sus intereses.

Todas estas peticiones que hace Sieyes finalmente son aceptadas y se realiza la constitución francesa de 1791, todo esto nos lleva a un nuevo estado, el liberal el cual entre muchas características le debe una muy importante a Sieyes y es su estructura como estado parlamentario.

Tres puntos importantes son los que le debe Francia a este autor:

- La abolición de los órdenes

- La organización de la guardia nacional

- La división de Francia en departamentos.

Toda la teoría de Sieyes fue elaborada bajo la influencia de Rousseau, fue su punto de partida, así al mencionar el contrato social de los franceses en 1789 reflexiona sobre las claves para justificar una revolución, y bajo el lema: Libertad, igualdad y fraternidad se llevara a cabo la Revolución Francesa.

Con respecto al la idea de voluntad general, serán ambas con las mismas características: soberana, indivisible e inalienable, Sieyes construyo un proyecto a partir de las ideas de Rousseau y Montesquieu para que el pueblo comenzará a movilizarse; pero de todas formas no los seguirá en todo, ya que abandonara a Rousseau en la creación del sistema representativo del gobierno, ya que Rousseau defenderá el régimen asambleario como forma de gobierno, Sieyes es partidario de un estado parlamentario donde haya representantes de todas las clases y así mediante votaciones poder llegar a un acuerdo.

Sieyes tomo como punto de partida a Rousseau, opinando que debe ser el propio pueblo el que se represente, pero no deben representar las clases privilegiadas al pueblo sino que deben ser ciudadanos pertenecientes al tercer estado porque ellos son la mayor parte de los habitantes de Francia y son los que conocen las verdaderas necesidades del pueblo francés. Así que el régimen político deberá ser parlamentario, donde se represente la voluntad general del pueblo, pero al contrario que Rousseau (que no hablaba de parlamentos sino de un régimen asambleario) establece un parlamento, se constituirá la Asamblea Nacional donde se presentarán los Estados Generales y se redactara la constitución francesa de 1791 que seguirá las pautas de las grandes aportaciones hechas por los filósofos ilustrados, entre ellos Montesquieu y Rousseau. Para Sieyes la nación al igual que para los otros dos filósofos ilustrados soberana, indivisible e inalienable planteamiento plenamente liberal. Por último hay que destacar la opinión de Sieyes respecto a la división de poderes, al contrario que Rousseau que solo establecía la separación entre legislativo y ejecutivo, Sieyes afirma que en la situación revolucionaria en la que viven es necesario que el estado tenga unas connotaciones fuertemente jurídicas como la igualdad ante la ley y la representación nacional.

EL ESTADO SOCIAL: MARX, ENGELS Y MICHELS

El estado liberal, no estaba fracasando todavía a principios del siglo XIX, pero empezaría pronto porque no era un modelo igualitario y tenía muchas carencias. Son los autores socialistas y comunistas los que hacen la crítica más radical al estado liberal; con esta crítica buscan un nuevo modelo que supla y corrija al anterior, para ello Marx y Engels hablaran de un estado social, en el que todos los hombres sean iguales. Para el estudio del paso a un estado social tratare primero a Marx y a Engels porque son los primeros que establecen las características de este nuevo estado a partir de las carencias del anterior. Posteriormente Michels a principios del siglo XX vivirá la crisis del estado liberal y la transición hacia un estado social.

Carlos Marx nació el 5 de mayo de 1818 en Tréveris (ciudad de la Prusia renana). Después de cursar en Tréveris los estudios de bachillerato, Marx se matriculó en la Universidad, primero en la de Bonn y luego en la de Berlín, siguiendo la carrera de Derecho, y estudiando sobre todo Historia y Filosofía. Después de cursar sus estudios, Marx se trasladó a Bonn.

En 1842 marcho a Colonia para ser redactor jefe de un periódico de oposición, la Gaceta del Rín. Bajo la dirección de Marx, la tendencia democrática revolucionaria del periódico fue acentuándose, y el gobierno ordena su supresión. En el otoño de 1843, Marx se trasladó a París para editar una revista de tipo radical, en los Anales proclama la “crítica despiadada de todo lo existente” y “la crítica de las armas”, apelando a las masas y al proletariado.

En 1847, Marx y Engels se afiliaron a una sociedad secreta de propaganda, la “Liga de los Comunistas” y tomaron parte en el II Congreso (celebrado en Londres), donde se les confió la redacción del Manifiesto del Partido Comunista, que se publico en febrero de 1848.

En 1864 se fundó en Londres la I Internacional y la Asociación Internacional de los Trabajadores, a Marx fue el autor de su primer Manifiesto y de un gran número de acuerdos, declaraciones y llamamientos. Su intensa labor en la Internacional y sus estudios teóricos, quebrantaron a Marx, pero prosiguió su obra de transformación de la economía política y se consagró con El Capital, sin poder concluirlo. El 14 de marzo de 1883 fallecía Marx en Londres.

Friedich Engels, nació en Barmen en 1820 pero hasta 1839 no empezó a escribir artículos literarios y filosóficos para distintas revistas y publicaciones. Colaboró en la revista Northern Star. Sus ideas económicas fueron expuestas en La situación de la clase obrera en Inglaterra (1844), ensayo que le dio fama de economista político revolucionario.

Las contribuciones de Engels a la exposición teórica del comunismo incluyen los siguientes trabajos: La subversión de la ciencia por Eugen Dühring (conocido como Anti-Dühring, 1878), obra de la cual se publicaron separadamente varios capítulos, bajo el título Del socialismo utópico al socialismo científico (1892), que se convirtieron en una de las exposiciones básicas más conocidas del socialismo; y El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884). Engels hizo la que se considera su principal contribución al marxismo al publicar, los volúmenes segundo y tercero de la principal obra de Marx, El capital.

Engels se trasladó a Londres en 1870 y, tras convertirse en miembro del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT o Primera Internacional) comenzó a sustituir a Marx en la dirección de dicho Consejo. Tras la ruptura entre marxistas y anarquistas en el seno de la AIT en 1872. finalmente falleció en 1895, dejando numerosas aportaciones en el ámbito económico.

Marx y Engels vivieron una la época posterior a la Revolución Francesa con todas las consecuencias que esta trajo consigo, el estado liberal sea había instaurado y estaba en su máximo esplendor con él su sistema económico el capitalismo, un sistema que Marx calificara de ineficaz y sobre todo injusto, Marx se entregó sobre todo al estudio atento de este régimen económico. Su obra principal es El Capital, está consagrada al estudio del régimen económico de la sociedad moderna, es decir, de la sociedad capitalista.

La economía política clásica anterior a Marx se había formado en Inglaterra, en el país capitalista más desarrollado, donde Adam Smith había considerado la teoría del valor como fruto del trabajo. Marx prosiguió su obra, fundamentando con toda precisión y desarrollando consecuentemente esa teoría, y poniendo de manifiesto que el valor de toda mercancía lo determina la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario invertido en su producción.

Allí donde los economistas burgueses veían relaciones entre objetos (cambio de unas mercancías por otras), Marx descubrió relaciones entre personas, como en todos los objetos es el dinero el lazo de unión indisoluble el que mueve todo en la vida económica de los distintos productores. El capital significa un mayor desarrollo de este lazo: la fuerza de trabajo y del hombre se transforma en mercancía. El obrero asalariado vende su fuerza de trabajo al propietario de la tierra, de la fábrica o de los instrumentos de trabajo a cambio de un reducido salario para mantener a su familia. Esta buena intención con la que el obrero ofrece su trabajo en ningún momento se ve recompensada por el sistema, ya que los burgueses pensando en su propio beneficio no hacen otra cosa que empeorar la situación de los trabajadores, llegando incluso a contratar a niños con la excusa de que así aprenden el oficio.

Al aplastar a la pequeña producción, el capital hace aumentar la productividad del trabajo y crea una situación de monopolio para los consorcios de los grandes capitalistas. La misma producción va adquiriendo cada vez más un carácter social -cientos de miles y millones de obreros son articulados en un organismo económico coordinado-, mientras que el producto del trabajo común se lo apropia un puñado de capitalistas. Crece la anarquía de la producción, las crisis, la loca carrera en busca de mercados, la escasez de medios de subsistencia para las masas de la población.

Marx va siguiendo la evolución del capitalismo desde los primeros gérmenes de la economía mercantil, desde el simple trueque, hasta sus formas más altas, hasta la gran producción, y es para él la experiencia de todos los países capitalistas la que le hace creer que el sistema no funciona. El capitalismo ha vencido en el mundo entero, pero esta victoria no es más que el preludio del triunfo del trabajo sobre el capital, porque al final el mundo se revelara contra los burgueses.

Como consecuencia de la ideología liberal - capitalista y de la 1ª Revolución Industrial, surgió un nuevo tipo de trabajador, el obrero industrial y una nueva clase trabajadora, el proletariado, el cual, debido sobre todo a la aplicación de los principios económicos y políticos del liberalismo, fue objeto de una superexplotación, que en muchos casos llegó a situaciones peores que la de la misma esclavitud, así nos muestra diferentes casos de los mineros y de los panaderos, que aparte de estar sometidos a grandes explotaciones también sufren los abusos los menores. Esta gran industria, al asignar a la mujer, a los jóvenes y a los niños de ambos sexos un papel decisivo en el proceso socialmente organizado de producción, al margen de la esfera doméstica, crea la base económica para una forma más alta de familia y de relaciones entre ambos sexos. En este sistema nos muestra “el germen de la educación de épocas futuras, en que para todos los niños, a partir de cierta edad, se unirá el trabajo productivo a la enseñanza y a la gimnasia, no sólo como método para el aumento de la producción social, sino como el único método capaz de producir hombres desarrollados en todos los aspectos”. Sobre esa misma base histórica plantea el socialismo de Marx los problemas de la nacionalidad y del Estado, no limitándose a explicar el pasado, sino incluyendo su temor hacia el porvenir y de las futuras actuaciones dentro del estado liberal. Las naciones son un producto inevitable y una forma inevitable de la época burguesa de desarrollo de la sociedad; pero es necesario que la clase obrera se forme y organice dentro de los límites en los que viven del concepto de nación. Desde la crítica de Marx, el desenvolvimiento del capitalismo va destruyendo cada vez más barreras nacionales, acaba con el aislamiento nacional y sustituye los antagonismos nacionales por antagonismos de clase. Por eso, entiende que en los países de capitalismo avanzado “los obreros no tienen patria” y que “la acción común” de los obreros, al menos en los países civilizados, “es una de las primeras condiciones de su emancipación”. Esta situación trajo como consecuencia las luchas de la clase trabajadora y de otros movimientos políticos que cuestionaron fuertemente al sistema capitalista y al Estado Liberal de Derecho, al cual se le fueron introduciendo cambios que culminaron con el surgimiento de dos nuevos tipos o formas de Estado: El Estado Socialista Marxista y el Estado Social de Derecho.

A partir de aquí surge la concepción de estado para Marx surgió como algo inevitable en una determinada fase de desenvolvimiento de una sociedad, dividida en clases irreconciliables, que no hubiera podido seguir existiendo sin un “poder” colocado encima de ella y diferenciado, hasta cierto punto, de ella: el Estado, fruto de los antagonismos de clase, se convierte en un Estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente dominante, que, con ayuda de él, se convierte también en la clase políticamente dominante, adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida. Entendiendo con ello, el Estado antiguo como el Estado de los esclavistas para tener sometidos a los esclavos; el Estado feudal era el órgano de que se valía la nobleza para tener sujetos a los campesinos siervos, y el moderno Estado representativo es el instrumento de que se sirve el capital para explotar el trabajo asalariado. Incluso la forma más libre y más progresiva del Estado burgués, la república democrática, no cambia sino que únicamente varia su forma. El socialismo, que conduce a la supresión de las clases, conduce de este modo a la abolición del Estado. “El primer acto en que el Estado actúa efectivamente como representante de toda la sociedad, la expropiación de los medios de producción en nombre de toda la sociedad, es a la par su último acto independiente como Estado. La intervención del poder del Estado en las relaciones sociales se hará superflua en un campo tras otro de la vida social y se adormecerá por sí misma. El gobierno de las personas es sustituido por la administración de las cosas y la dirección del proceso de producción. El Estado no será abolido, se extingue. La sociedad, reorganizando de un modo nuevo la producción sobre la base de una asociación libre de productores iguales, donde cada uno tenga su puesto.”

Esta es la visión que tienen Marx y Engels del estado liberal, y serán estas críticas las más duras que reciba el este estado y su sistema económico; pero no será hasta después de la II Guerra Mundial, hasta que la idea se empiece a llevar a cabo. Surge ante el fracaso del estado liberal, sobre todo de su capitalismo, ya que es incapaz de garantizar una continuidad en el trabajo de los ciudadanos y por tanto falla en su propia definición de estado de bienestar. Para conseguirlo Marx y Engels establecen una serie de pautas que se deben seguir para superar este tránsito; esta medidas se podrían resumir en suprimir los privilegios de los burgueses para que la producción se concentre en manos de la sociedad, llegando así a un desarrollo libre e igualitario.

Concluyendo, se ve un claro fracaso del estado liberal el cual surge como oposición a un estado moderno donde la soberanía la ostentaba una sola persona, pero ahora la soberanía tampoco ha pasado a todos como en un principio se pretendía, porque las clases económicamente favorecidas siguen aprovechándose de los demás trabajadores, no políticamente hablando sino como personas ya que eran tratados como esclavos y no se cumplían todos los derechos fundamentales que fueron declarados. La responsabilidad de está situación es del estado, porque es él el que debe garantizar las condiciones mínimas a todos estos trabajadores, esta nueva clase de trabajadores: el proletariado. El capitalismo no trata a los trabajadores como personas sino como meros objetos no tienen ningún poder sobre lo que producen, lo hacen directamente para otros, su participación en el proceso es meramente material y la establece por medio de un contrato. Esta situación hace que la separación entre clases sociales (no entendiendo la supuesta idea de los filósofos ilustrados que utópicamente pretenden que todos los hombres sean iguales) sea todavía más notoria. El capitalismo enfrenta a las dos clases sociales importantes el proletariado y la burguesía, pero tanto Marx y Engels afirman que el motor de la historia es la lucha de clases, así que son necesarios estos enfrentamientos para que la situación mejore. Nace así la necesidad de un estado que garantice el equilibrio entre las clases y que proteja a todos los trabajadores dotándoles de seguridad y condiciones mínimas, porque éstos son los que verdaderamente mantienen al estado; un estado social, que surge como consecuencia de un estado (el liberal) que no es capaz de garantizar un mínimo de subsistencia vital para todos los ciudadanos.

Robert Michels sociólogo, nació en Colonia en 1876. Fue profesor en las universidades de Bruselas (1905), Basilea (1914) y, posteriormente en las de Catania (1920), Messina (1924), Roma (1926), Chicago (1927) y Perugia. Considerado como uno de los fundadores de la sociología política. Su influencia llega al máximo con su obra Los partidos políticos escrita en 1911, en la cual describe su ley de hierro de la oligarquía (“iron law of the oligarchy”). Muestra desde su punto de vista, características del marxismo, aprendidas en las universidades alemanas, también escribió críticas al modelo de los partidos sociales democráticos de Alemania, crítica basada en su propia desilusión con el partido; pasando entonces a interesarse principalmente por los movimientos sindicalistas en Italia y Francia. Finalmente dejo de interesarse por el marxismo y se adhirió al fascismo en 1924, muriendo en Roma en 1936. Entre sus obras más importantes destacan: Historia del marxismo en Italia (1909), Sociología de los partidos políticos en la democracia moderna (1911) y Curso de sociología política (1927).

Michels, escribió su obra Los partidos políticos en 1911, en una época de cambios, se avecinaba la I Guerra Mundial y era necesario dar un cambio al estado, porque el sistema estaba empezando a fracasar primero el cumplimiento de los derechos fundamentales estaba decayendo, no había orden público y por último que fue el problema que condujo a Michels a escribir su obra era que no daba entrada a los nuevas organizaciones políticos que se estaban formando, convirtiendo así este estado social en una partitocracia, donde los partidos políticos son la base del poder. Pero no fue hasta el final de la II Guerra Mundial cuando finalmente se instaurara el estado social, que surge para dar algo de bienestar a los ciudadanos después de los conflictos vividos con el anterior. Michels, trata tanto el caso general del estado y el particular de los partidos políticos, estableciendo para ambos la misma forma de organización y de estudio.

Comienza hablando de un nuevo gobierno, el gobierno de las masas, las cuales tienen que estar representadas, es mucho más fácil representar a estas masas que a un grupo pequeño, porque aquí a los individuos por separado no se les presta tanta atención como en un grupo reducido. “La experiencia cotidiana nos muestra que las reuniones públicas enormes, por lo común adoptan resoluciones por unanimidad...”. Los líderes de las masas son parte de la elite de poder y elaboran propósitos y desarrollan intereses derivados de su posición entre los elementos privilegiados. Por eso las iniciativas de la organización de masas reflejan la voluntad y los intereses de los líderes, y no la de las masas, tiene que estar controlado, nace la necesidad de una delegación, diferentes grupos encargados de las distintas funciones debido a que es imposible que una sola persona abarque todo. Pero todo esto tiene que estar controlado, de modo que se evite la desconfianza del pueblo, y que las diferentes delegaciones o administraciones aprendan y desarrollen correctamente sus funciones. Con toda esta medida aumenta la burocracia.

A partir de esta concepción que tiene del del gobierno nace la necesidad de la democracia, ésta reside, en gran medida, en el hecho de que ningún grupo logra asegurarse una base de poder y mando sobre la mayoría, de manera tal que pueda suprimir o negar, en los hechos, los reclamos de los grupos antagónicos. Es característica general de la democracia estimular y consolidar en el individuo las aptitudes de crítica y fiscalización.

Toda democracia debe estar organizada. La clase que aspira a la realización de un conjunto de objetivos ideales necesita organización. “A medida que se desarrolla una organización se hacen más difíciles y más complicadas las tareas de la administración, sino que además aumentan las obligaciones hasta un grado tal que ya no es posible abarcarlas de una sola mirada”. Para conseguir los propósitos del pueblo es necesario una organización, así cada órgano tendrá su función y la administración alcanzará su máximo desarrollo. El principio de organización es condición esencial para la lucha política. Sin embargo, este principio de organización, políticamente necesario, trae consigo otro peligro: la oligocracia.

Todas las instituciones educacionales para funcionarios de partido y organizaciones laborales tienden, por encima de todo, a la creación artificial de una elite, de una casta compuesta de personas que aspiran a mandar sobre el proletariado. Existe, sin quererlo, un distanciamiento continuo, que divide a los líderes de las masas. La especialización técnica que resulta inevitablemente de toda organización extensa, hace necesario lo que se ha dado en llamar la conducción experta. En consecuencia, el poder de determinación llega a ser considerado como uno de los atributos específicos del liderazgo, y las masas lo pierden gradualmente mientras se concentra sólo en las manos de los líderes.

La organización implica la tendencia a la oligarquía. En toda organización, ya sea de partido político o de gremio profesional, se manifiesta la tendencia aristocrática con toda claridad. El mecanismo de la organización, al conferirle solidez de estructura, induce algunos cambios importantes en la masa organizada, e invierte completamente la posición respectiva de los conductores y los conducidos. Cuanto más extenso y sofisticado es el aparato oficial de la organización, tanto menos eficiente el control ejercido por la masa y tanto más reemplazado por el poder creciente de las comisiones. Esta tendencia oligárquica y burocrática de la organización del estado es el problema que plantea Michels en su obra, y traerá consigo graves problemas como son la rebelión de las masas y la transición hacia una dictadura, que es precisamente lo que se trata de evitar con el estado social que empezara a surgir después de la II Guerra Mundial.

La solución que adopta tanto para los casos de la organización del estado y de los partidos políticos, es que las personas que se dediquen a ello deben ser personas entregadas a su trabajo, y para que el liderazgo de una persona no sea el principio del fin del partido o del estado es necesario la rotación del puesto de máximo poder, porque la masa es más obediente si tiene la posibilidad de desempeñar diversos cargos de responsabilidad.

Michels esta de acuerdo con los autores ilustrados en que los ciudadanos deben estar representados, tomara diferentes ideas de cada uno de ellos por un lado con Montesquieu estará de acuerdo en la necesidad de un representante, pero como Rousseau establecerá la necesidad de que éste representante no este solo porque sino su gobierno puede terminar en una dictadura. Planteara la necesidad de diferentes delegaciones que ayuden a la persona a organizar el estado. Toda la doctrina de Michels plantea dos puntos de vista diferentes (si se compara con Marx y Engels). Por un lado al igual que ellos entienden que la burocracia de la época debía desaparecer porque es lo que trae consigo los diferentes enfrentamientos entre las masas, y aparte conlleva a una transición hacia la dictadura. Por otro lado hay otro enfoque, planteando la necesidad de este cambio surge principalmente por el surgimiento de los nuevos partidos políticos, el proletariado se percata de sus problemas y empieza a darse cuenta de que la situación puede cambiar pero no será hasta después de la II Guerra Mundial, y después del crac del 29 cuando se instaure definitivamente el estado social, otros países seguirán con el estado liberal pero esta vez serán más cautos y la situación con la clase trabajadora mejorará hasta la situación actual, donde existen unas condiciones mínimas (bastante más superiores a las de épocas anteriores) que garantizan la seguridad, la asistencia sanitaria...

CONCLUSIÓN Y OPINIÓN PERSONAL

El tema del Estado ha sido, sin duda, el tema medular de la ciencia política de todos los tiempos. Las reflexiones y estudios sobre el Estado van desde su concepción hegeliana, al plantear que todo lo que el hombre es se lo debe al Estado, hasta la consideración marxista como un mero y simple instrumento de dominio de una clase sobre otra, pasando por la concepción liberal de la consagración de derechos individuales frente al Estado, a quien se consideraba un ente separado de la sociedad.

Actualmente, nos encontramos en un estado social y de derecho, que intenta ir adaptándose a las nuevas situaciones, no se trata exactamente de la idea que tenían Marx y Engels de estado social, sino que ha sufrido modificaciones, muchas empresas se han ido privatizando pero se mantienen las características fundamentales del llamado estado del bienestar como es la conservación de unas condiciones mínimas iguales para todos y a los que todos tengan derecho. Aunque se trata de un estado social, las circunstancias están llevándonos hacia un estado liberal, intentando corregir las deficiencias del anterior, así que desde la primera concepción de estado liberal a finales del siglo XVIII, hasta la concepción actual ha habido cambios que lo han ido mejorando, teniendo en cuenta que en su esencia el estado liberal que proclamaba Montesquieu era el mismo que el actual pero ha habido una evolución, en ambos la característica más importante ha sido la división de poderes pero hay que recordar que aunque Montesquieu dio la idea, no fue hasta la revolución francesa cuando surgió la necesidad de que el poder judicial fuera considerado como tal debido a los continuos enfrentamientos, estableciéndose así la separación en los tres: legislativo, ejecutivo y judicial. Sobre todo ha sido la experiencia, el ver como unas formas de gobierno funcionaban mejor que otras lo que ha hecho que los diferentes países primeramente los europeos, después extendiéndose a sus colonias y finalmente a nivel mundial adoptarán el que mejor se acoplaba a sus necesidades.

Es importante señalar que todos los tipos de estados tienen unos objetivos comunes que es la convivencia de la mejor manera posible entre sus ciudadanos y conseguir el mayor bienestar para ellos. No se puede acusar a ninguno por no haber intentando hacer más grata la vida en comunidad, ha sido la experiencia la que les ha ayudado a llegar a la mejor forma posible. Así como actualmente sabemos que la monarquía absolutista no es una forma adecuada de gobierno porque solo se cumple la voluntad de una persona, el representante y aunque esta persona sea honesta e intente realizar su función de la mejor manera, será imposible que pueda llegar a cumplir todas las obligaciones; pero en el siglo XVII, cuando Hobbes escribió su obra El Leviatán pensó que era la única forma adecuada porque los hombres todavía no se habían acostumbrado a lo que era en sí un estado, una forma de vida en comunidad y no conocían cuales eran sus funciones. Como en todos los recorridos, ha habido países que han encontrado una salida diferente y con mayor prontitud que otros; pero no todo el trabajo esta finalizado, nos encontramos en una sociedad que cambia, así que el estado deberá irse modificando poco a poco a las nuevas necesidades, si no queremos vivir en un estado anticuado.

Por último hay que remarcar que no solo es necesaria una correcta organización política para que el estado evolucione, sino que tiene que estar unido a un sistema económico favorable. Porque a pesar de que la forma de gobierno sea la correcta, si fracasa su sistema económico fracasará su modelo de organización política. La solución está en establecer un sistema económico adecuado al momento, así el capitalismo sirvió en un momento para salir de la crisis de la revolución francesa, pero enseguida degeneró; siendo inevitable la necesidad de un nuevo sistema económico surgió así el comunismo. Un sistema que llevado con cautela y dejando a cierta libertad a los mercados es un buen sistema, pero si se lleva a su extremo se puede comprobar que fracasa, como es el caso de Cuba o la situación vivida por Rusia años atrás. Ambos modelos económicos son los correspondientes a los estados liberal y social. Actualmente hemos llegado a un término medio, aunque tirando a la liberación y puede decirse que es lo mejor, porque cada sistema tiene puntos favorables y otros que no lo son.




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Enviado por:Kiara
Idioma: castellano
País: España

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