Historia


Entrada en la I Guerra Mundial de EEUU (Estados Unidos)


EE.UU.: Causas y consecuencias de su entrada a la I Guerra Mundial.

Índice.

Temas:

- Índice

- Introducción

- Desarrollo

- Final del Tema

- Conclusión Personal

- Bibliografía

Introducción.

El conflicto, nacido en 1914, se había extendido a todo el planeta, convirtiéndose en Guerra Mundial y obligando a los beligerantes a apelar a todas las actividades de la nación.

La tradicional repugnancia de un gran sector estadounidense a intervenir en

cuestiones europeas (opinión aislacionista) mantuvo al país momentáneamente alejado del sangriento conflicto.

La guerra naval, salvo una sola y descomunal batalla, evoluciono hacia una obstrucción del trafico marítimo, seguida de un contrabloqueo en que los alemanes emplearon la flota submarina y los aliados tuvieron a su servicio la mayor parte del poder naval existente, obligando a colaborar con ellos a los vecinos neutrales de Alemania. A consecuencia de la distribución de fuerzas, la guerra llegó a un punto indeciso que vino a resolver la entrada en la guerra de Estados Unidos, al tercer año del conflicto.

La política de neutralidad estadounidense quedó modificada cuando Alemania anunció en enero de 1917 que a partir del 1 de febrero recurriría a la guerra submarina sin restricciones contra la flota británica y todas las embarcaciones que se dirigieran a esta nación. Los expertos civiles y militares alemanes habían calculado que esta estrategia provocaría la derrota de Gran Bretaña en seis meses. Estados Unidos ya había expresado su fuerte oposición a la guerra submarina sin restricciones porque violaba sus derechos como potencia neutral, e incluso había amenazado a Alemania con la ruptura de relaciones diplomáticas si se llegaba a aplicar esta estrategia, de manera que interrumpió sus gestiones en favor de la paz.

El presidente Wilson había ofrecido al mundo que al reestablecerse la paz se instituiría una organización internacional que a su juicio sustituiría al desacreditado sistema del equilibrio de poder, en cuanto instrumentos para impedir las guerras.

El 3 de febrero, Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Alemania; varias naciones latinoamericanas, entre ellas Perú, Bolivia y Brasil, secundaron esta acción. Estados Unidos declaró la guerra a Alemania el 6 de abril de 1917.

Algunos dicen que su causa al haber ingresado a la guerra fue por dos motivos:

  • Motivo aparente: voladura del Lusitania.

  • Motivo real: las colonias del pacifico.

  • Firmada la paz, Wilson, eterno idealista, fracaso en la Conferencia de

    Versalles (1919).

    El fracaso de Wilson constituyo un triunfo de los republicanos partidarios del aislacionismo.

    El 25 de agosto de 1921, se firmo por separado la paz con Alemania, y durante los mandatos de los presidentes republicanos Harding, Coolidge y Hoover sólo ocasionalmente adquirió compromisos internacionales.

    En el plano económico se produjo una etapa de prosperidad que, naturalmente, tuvo sus inconvenientes. La crisis económica mundial de 1929 trajo consigo la perdida de un nivel de bienestar nunca alcanzado hasta entonces.

    Desarrollo.

    La intervención americana fue un verdadero golpe teatral.

    A fines de 1916 nadie imaginaba que el pacifista Wilson iba arrastrar a su país a la guerra. Desde 1914 había multiplicado los esfuerzos por poner fin al conflicto y representaba el papel del profesor de moral. Y así había condenado sucesivamente todas las violaciones cometidas por los beligerantes, fustigando a los alemanes cuando habían invadido Bélgica, a los ingleses cuando habían establecido el bloqueo y violado los derechos de los países neutrales, y de nuevo a las potencias centrales con ocasión de la guerra submarina. “El torpedo que echo a pique al Lusitania ha hundido también a Alemania en la opinión mundial.” Las simpatías de Wilson iban de uno a otro campo.

    Parecía que el interés del país había de reforzar las convicciones pacifistas del presidente. Wilson tenía miedo de que estallase el melting - pot americano si los nacionalismos tradicionales resurgían con ocasión de una guerra que destruyese la cohesión de Estados Unidos. Los americanos de origen alemán o irlandés, hostiles a Inglaterra, eran muy numerosos. Su anglofobia se manifestó con violencia cuando las tropas británicas reprimieron la insurrección de Dublín en 1916. Una alianza de Estados Unidos con Gran Bretaña podía comprometer, por tanto, la unidad de la nación. Además, muchos intereses americanos fueron lesionados por la política de bloqueo instaurada al principio de la guerra, ya que ésta restringía las ganancias con que podían contar los exportadores de la extensión de los intercambios con las potencias centrales, complementarios de las ventas concertadas con los aliados.

    Parecía aún más inverosímil una alianza con las potencias centrales a pesar de todos los motivos de queja abrigados contra Inglaterra, puesto que eran muchos los lazos económicos y sentimentales que ligaban a la mayor parte de la población con los aliados. La intervención parecía, por tanto, una inconsecuencia aun cuando, con la proclamación de la guerra submarina, los intereses y la vida de los ciudadanos americanos se encontraban directamente amenazados.

    1915 y 1917 multiplicaron los ofrecimientos concretos para “una paz sin vencedores ni vencidos”. Intentaron incluso imponer su mediación a los beligerantes amenazándoles con intervenir contra aquellos que rechazaran sus planes. Todas estas tentativas fueron rechazadas tanto por los aliados como por las potencias centrales.

    El interés de los industriales y de los granjeros americanos era continuar entregando material y productos agrícolas a los aliados. Los ingleses habían ofrecido comprar igualmente la parte de las exportaciones destinadas a las potencias centrales y que el bloqueo detenía en ruta. Así los americanos no dejarían de ganar.

    La Guerra Mundial significo para Estados Unidos, rupturas bien definidas. La vida política y social estuvo dominada por consideraciones económicas, y este periodo se contempla generalmente como un ciclo económico completo.

    La profunda depresión posbélica fue seguida de una fase de prosperidad en la década de 1920.

    Con el entusiasmo colectivo, los americanos partieron a la guerra con la “flor en el fusil”, como los franceses o los alemanes. Gracias a la “cadena” cinematográfica Hearst, conocían perfectamente la guerra y sus horrores, pero preferían ignorarlos y la propaganda se encargó de hacérselos olvidar con rapidez. Así, diez millones de americanos pacifistas y pacíficos se convirtieron en diez millones de bélicos y patrioteros.

    En pocos meses logró equipar cuatro millones de hombres, de los cuales 1.850.000 partieron para Europa. En noviembre de 1918 disponía ya de 3.200 aviones de combate, mientras que su flota mercante aseguraba el relevo de los navíos ingleses en el Atlántico. Así, América revelaba los gigantescos medios que disponía su economía y la flexibilidad de su estructura.

    Consciente de que se estaba deteriorando la base social de su política exterior y de que el Senado ocurriría otro tanto, Wilson emprendió en septiembre de 1919 una gira propagandística para ganarse a la población.

    En las elecciones presidenciales de 1920 venció el republicano Warren Harding, opuesto a toda reforma, cuyas promesas electorales consistían en la vuelta a la “normalidad”.

    La sociedad americana de la década de 1920 fue la primera sociedad de consumo de masas, con todas sus virtudes y defectos. La importancia del consumidor no fue manifiestamente mayor en la economía de aquella década de lo que había sido antes. Durante largo tiempo los Estados Unidos habían disfrutado de alimentos baratos y de una mano de obra escasa.

    En aquella época ningún otro país, alcanzo esta situación económica y los europeos miraban a los Estados Unidos con una mezcla de incredulidad, admiración y envidia.

    Al termino de la “gran guerra”, Estados Unidos se había convertido en la primera potencia económica y de haberse prolongado el conflicto también como potencia militar.

    Las deudas de guerra con Estados Unidos era aun mas evidente en el terreno económico. La economía se había desarrollado rápidamente bajo el estimulo de los altos precios de los productos alimenticios y de las materias primas, la producción industrial había aumentado en un 37 por 100. El único daño fue la perdida de comercio con Alemania y Austria. Las deudas de guerra se cifraban en 1918 en 7.000 millones de dólares. Ese año América paso de ser un país deudor a convertirse en el principal acreedor del mundo.

    El hecho de que se convirtiera en país acreedor tendría efectos negativos sobre el comercio y las finanzas de la posguerra.

    Estados Unidos no había logrado eludir su participación en la guerra. Pero tan pronto como concluyo se puso de manifiesto que la mayor parte de la población americana deseaba tener el menor contacto posible con Europa y los europeos.

    Estaba en vigor una legislación restrictiva en materia de inmigración, pero al resultar insuficiente, las cuotas impuestas a los nuevos inmigrantes en 1921 se redujeron en 1924. Entre 1920 y 1924 la inmigración cayo por debajo de la mitad de la que se había producido entre 1910 y 1914 y a finales de la década alcanzo el índice mas bajo.

    Este violento nacionalismo era anterior a la reanudación de la inmigración en gran escala.

    Durante este tiempo se produjeron muchísimas huelgas en todo el país, y amenazas a dirigentes políticos.

    Expansión industrial.

    Durante la década de 1920 la economía experimento un desarrollo ininterrumpido como consecuencia de unas inversiones masivas que a su vez se basaban en una fuerte demanda de artículos de consumo, que duraran muchos años, como automóviles y aparatos eléctricos, y una acelerada de los sectores de construcción y servicios.

    Tras veinte años de prosperidad, especialmente en el sector agrícola, la población estaba en situación de comprar productos mas elaborados y complejos, y fue precisamente en la década de 1920 cuando la industria estuvo en condiciones de producir masivamente estos bienes, su fabricación implicaba conquistas tecnológicas. Muchos de estos avances se lograron durante el periodo bélico.

    Los trabajadores podían producir mas y consecuentemente ganar mas, y reducir los precios al consumidor.

    La publicidad experimentó una gran difusión debido a la introducción en EE.UU. de los periódicos “tabloides” y a la radio. Los programas comerciales hicieron su primera aparición en 1919 con el fin de estimular las ventas de aparatos de radio.

    La principal novedad de la década de 1920 fue la aparición de las cadenas de almacenes especializados en la venta de productos alimenticios y farmacéuticos. A lo largo de la década estas almacenes fueron elevando sus ventas.

    A principios de la década el mercado del automóvil había experimentado profundas modificaciones. Las principales ciudades estaban unidades por carreteras asfaltadas y rodeadas de zonas residenciales suburbanas dependientes del automóvil. El público exigía ya vehículos mas potentes y mas cómodos que todavía no se fabricaban. Los efectos de la producción automovilística se extendieron por toda la economía. Gracias a esta industria se levantaron carreteras asfaltadas y permitió a millones de personas de huir de la congestión de la ciudad. Se vendió gran cantidad de lugares para levantar residencias veraniegas y otros atractivos.

    En la prosperidad de la década de 1920 influyeron otros factores. La construcción de viviendas particulares hasta mediados de la década y de locales comerciales.

    La única interrupción importante en el crecimiento sostenido de la economía desde antes de la Primera Guerra Mundial fue una breve recesión de 1920 a 1921, que obedeció a factores totalmente excepcionales. El crédito era fácil de conseguir y la demanda de productos americanos procedente de los países europeos seguía siendo elevada. Pero en la primavera de 1920 la situación cambio, la producción descendió y el desempleo creció. Tan pronto como se efectuaron unos reajustes en la economía, las fuerzas que permitían la expansión cobraron de nuevo vigor y el crecimiento se mantuvo como antes.

    Hubo muchos problemas agrícolas, que el estallido de la guerra contribuyo a exacerbarlos. Pero no a todos les fue mal, los cultivadores de agrios, productos hortícolas y frutas y los ganaderos especializados en productos lácteos se beneficiaron del aumento de las rentas de la población urbana. A partir de 1925 la situación empeoro y los ingresos agrícolas no aumentaron en absoluto, nadie podía imaginar hasta que punto se iban a deteriorar las cosas durante la década de 1930.

    Para resumir, en esta década la industria del automóvil, la energía, el surgimiento de almacenes, el buen momento de algunos agricultores, etc. iban viento en popa, pero luego todo se iba deteriorando.

    Política durante la prosperidad.

    Las repercusiones políticas y sociales de esta etapa de prosperidad económica no deben ser minimizadas. La prosperidad americana permitía obviar el coste social del ciclo económico, lo que parecía tanto mas evidente cuanto que la intervención gubernamental en la economía era prácticamente inexistente. Ello explica el éxito de los republicanos, ya que se los identifica como el partido de los negocios.

    Los socialistas dejaron de desempeñar papel alguno. El progresismo había perdido fuerza.  

    Con las elecciones celebradas en 1920 se inicia un periodo de dominio republicano caracterizado por el establecimiento de unos elevados aranceles. En esta década, el Congreso estadounidense cambió la tradicional política estadounidense de una inmigración con restricciones, lo que provocó una considerable reducción de la inmigración europea. Además, en el movimiento obrero se produjo la decadencia de las organizaciones socialistas, cuyo principal representante era el Partido Socialista de América (SPA).

    El control ejercido por los organismos (regulatory agencies) federales pasó a las compañías privadas, teóricamente supervisadas por aquellos.

    En todos los conflictos entre los sindicatos y los empresarios, el gobierno federal se puso inequívocamente de parte de los segundos. Los sindicatos seguían siendo victimas de leyes claramente discriminatorias; los tribunales dictaban mandamientos contra los huelguistas al tiempo que cerraban los ojos ante la violencia desencadenada por los matones a sueldo de las grandes compañías. El Tribunal Supremo sancionó la validez de los llamados yellow dog contracts (contratos laborales en virtud de los cuales el trabajador se comprometía a no afiliarse a ningún sindicato), que estuvieron en vigor hasta 1932.

    A medida que la década avanzaba, el poder político iba pasando paulatinamente a manos de hombres muy ricos. Durante esta etapa se produjeron demasiados actos de corrupción los cuales sí fueron juzgados.

    En las elecciones presidenciales de 1920 venció el republicano Warren Harding, opuesto a toda reforma, cuyas promesas electorales consistían en la vuelta a la “normalidad”. Harding, quien solo gobierna durante 2 años pues la muerte acaba con su período presidencial justo en la mitad. Razón por la cual es sucedido por quien fuera su vicepresidente, Calvin Coolidge, un hombre de la provincia, austero y distante, hijo de un almacenero. No era un necio, ni mucho menos; la antigua tradición de esfuerzo individual que encarnaba era del todo compatible con las exigencias de la expansión económica en un periodo de prosperidad. El lema electoral de 1924, era sinónimo de pocos cambios y de ningún aumento en los gastos federales, y en particular de que no habría apoyo alguno a los agricultores que, al igual que la industria, tendrían que valerse de si mismos.

    El mandato de este presidente, el número 30 de la historia presidencialista norteamericana estuvo enmarcado por una gran prosperidad sin precedentes. Fueron los años 20 la década conocida como una de las "doradas" en el progreso de la construcción y adquisición de la vivienda en los EEUU, tanto que para 1924 se afirma que 11 millones de personas habían adquirido su vivienda propia.

    El gran auge de la construcción y adquisición de vivienda estuvo acompañado por el "Boom" vehicular, gracias a la introducción del sistema de producción fordista en serie que permitió la producción del modelo "T", un vehículo accesible a la población que cambió y mejoró significativamente las condiciones de vida de los habitantes. La prosperidad de la época de Coolidge "mostró la velocidad con la que la productividad industrial podía transformar lujos en necesidades y esparcirlos en la pirámide de clases"

    Desafortunadamente en esta coyuntura a raíz del auge y crecimiento económico se dio el acceso de numerosos capitales a la población, con altas ganancias y tasas de interés realmente bajas, había mucho dinero en la economía disponible para invertir, miles de millones de dólares fueron hacia el mercado de capitales, y la burbuja resultante de este proceso llevó los precios de las acciones mucho más allá de su valor real, todo ello, para finalmente ocasionar una caída de la bolsa y por ende de todos aquellos inversionistas neófitos que habían especulado de manera irresponsable. De nuevo, gracias a la filiación política de Coolidge como republicano se puede apreciar que no realizó mayores esfuerzos por intervenir en la economía, pues según él, "el Estado no debía inmiscuirse en la empresa privada".

    Herbert C. Hoover sucedió a Coolidge y fue quien debió sortear los momentos más difíciles de la peor crisis financiera y económica de los últimos tiempos, "La gran depresión". A pesar de que trató de proteger el sector agrario con la imposición de aranceles a los productos de este tipo que fueran importados, se preocupó por promover la educación para los estudiantes negros y se apartó de practicas corruptas de padrinazgo administrativo, fue en realidad poco lo que pudo hacer frente a la crisis. Y no solo fue poco lo que pudo hacer sino también lo que decidió realizar porque su marcada tendencia republicana le impidió tomar cartas en el asunto e intervenir para sacar a su país adelante.

    Herbert Hoover, de haberse convertido en presidente en 1920 su probado genio burocrático y su internacionalismo le habrían convertido ciertamente en uno de los grandes presidentes de los tiempos de paz. Pero hubo de esperar hasta 1928 lo que, con Wall Street en pleno auge, parecía el momento ideal, sin embargo, al cabo de un año la economía empezó a derrumbarse y con ella su reputación.

    Final del Tema.

    “Si bien la entrada en guerra de los Estados Unidos fue una garantía de éxito en el plano militar, económico y financiero restringió desde el punto de vista diplomático su libertad de acción.” Observo Pierre Renouvin.

    La nueva etapa económica culmino en una orgía especulativa. A partir de marzo de 1928, las acciones de las principales grandes empresas americanas subieron rápidamente de valor.

    A lo largo de la década del 1920 las emisiones de valores, que habían sido muy voluminosas, habían constituido una fuente de capital inversor y, consecuentemente, de crecimiento económico. También se habían producido movimientos especulativos, asociados fundamentalmente con las viviendas y los solares, pero jamás habían subido tanto las cotizaciones en un periodo tan breve ni se habían lanzado al mercado tantas nuevas acciones. Durante un largo periodo de tiempo parecía imposible que pudiera perderse dinero en la Bolsa, lo que acabo por convertir a cada nuevo inversor en un especulador.

    Cuando el profesor Irving Fisher afirmo, seis días antes de que se derrumbara el mercado , que las cotizaciones habían alcanzado “lo que parece ser un nivel permanentemente alto”, fueron muy pocos los que no estuvieron de acuerdo con él.

    La quiebra en la Bolsa tuvo lugar en octubre de 1929, en forma sorprendentemente repentina. El caos y el pánico se apoderaron de la Bolsa neoyorquina.

    Conclusión Personal.

    Para terminar de redondear el tema a mi criterio las causas del ingreso a la guerra de Estados Unidos fue por cuestiones económicas y sus consecuencias también fueron económicas y un pueblo tirado en contra de su presidente, quien prometió cosas que no se hicieron y quien comenzó con un discurso (cuando empezó la guerra) y termino con otro y haciendo lo contrario a sus dichos.

    Esta guerra para los Estados Unidos significo mucho económicamente en su desarrollo, como también la ayudo a ser una potencia y tener un país preparado para una guerra cosa que antes no tenia. Esto para mi es una consecuencia muy importante para ellos.

    Para Estados Unidos esta Primera Guerra Mundial, la vida política y social estuvo dominada cada vez mas por consideraciones económicas y este periodo se contempla generalmente como un ciclo económico completo.

    Así como creció para bien en ciertas industrias como la de automóviles o energía, dejo de lado a la agricultura, menos a una parte y esto los perjudico mucho a los agricultores.

    En esta etapa de prosperidad hubo mucho nacionalismo, como creó que existe en Estados Unidos hace ya bastante años.

    Estas consecuencias económicas ayudó (no directamente) a la crisis del 30, y una desbastada economía norteamericana.

    Personalmente me costo bastante hacer el trabajo, porque no había entendido desde el principio que era bien lo que se pedía. Al entregar la primer monografía las consecuencias que yo había entendido eran las consecuencias que se dieron al entrar, como por ejemplo el equipamiento armamentístico que tuvo, aunque también creo que es una gran consecuencia. En fin lo que había entendido fue las consecuencias durante la guerra y de esas las que se mantuvieron con el final de la misma.

    Bibliografía.

    • “LA GRAN GUERRA (1914 - 1918)”

    Marc Ferro.

    Hyspamerica. 1985. Argentina (traducción).

    • “LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA.” Volumen 30.

    Willi Paul Adams.

    Siglo veintiuno editores. 1995. México D. F.

    • INTERNET. Buscador yahoo!!!




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    Enviado por:Verónica Pinelli
    Idioma: castellano
    País: España

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