Lenguaje, Gramática y Filologías


El hombre homérico y virgiliano


Karen Donoso Q.

Profesor Luis Vargas.

Literatura Antigua.

22 de abril, 2003.

El Hombre desde una perspectiva Homérica y Virgiliana.

Desde siempre el hombre y todo lo que ha él concierne ha sido el centro de toda obra literaria, el poeta encuentra en él la perfecta expresión y liberación de sus deseos, sus interrogantes, sus anhelos, sus congojas y aflicciones, en fin, un todo se ve reflejado en él género humano y en las acciones que realiza y así mismo ha sucedido en estas tres obras maestras, en las que se reflejan toda una gama de hechos históricos, sociológicos y puramente míticos que han trascendido en el tiempo y han llegado hoy hasta nuestras manos para demostrar su inmortalidad e importancia que aún mantienen después de diez siglos aproximadamente. Muchos son los temas que se pueden extraer, que están presentes en estas tres obras, mas, no todos presentan las mismas características y rasgos, ya que cada obra esta representando un estilo, una época, por lo cual no podemos generalizar, es por eso que la figura del hombre nos resulta muy interesante como punto de análisis y objeto para comparar y establecer las diferencias y semejanzas de estos majestuosos poemas como son la Iliada, la Odisea y la Eneida.

El hombre, aparece como el realizador de los hechos y forma el principio y el final de cada epopeya, se muestra inmerso en un contexto de adversidad y rodeado de diferentes factores que cada autor le otorga como manifestación de una realidad vivida, siempre está expuesto y sometido a nuevos retos, que irá enfrentando y superando para llegar por fin al objetivo central, que por supuesto, varían entre si pero a la vez están muy relacionados, precisamente esta característica de relación es la que aporta una cierta cantidad de mística frente a este tema, debido a la gran relación que se le ha suscitado a estas obras y a la vez al gran enigma acerca de la autenticidad de Homero como autor de estas dos obras, la Iliada y la Odisea, ya que, referente a este tema, entre muchos otros podemos distinguir una especie de continuidad y semejanza, pero a la vez podemos encontrar muchas disimilitudes. No obstante, no podemos incluir en un mismo contexto dos estilos de escritura, dos culturas que se contraponen evidentemente, Virgilio, poeta Romano y Homero, poeta perteneciente a Grecia, dos corrientes que, a pesar de mostrar una continuidad, son totalmente opuestas en cuanto a su focalización y visión histórica.

¿ Cuáles son las marcas distintivas que presenta el hombre Homérico que lo diferencian de otro?. Sin duda alguna, el hombre creado por Homero resalta por poseer características singulares que lo hacen ser único, es un hombre claro y consciente, donde no hay cabida para la torpeza ni la confusión, tiene gran elocuencia y forma refinada de hablar, demostrando gran objetivismo con lo cual cambia mucho la modalidad de ver y sentir las cosas, dando un enfoque racional incluso a sentimientos y emociones. El hombre “ sabe” de la amistad, del amor, de la hospitalidad, etcétera; posee el gran don de la

“ Conciencia” la cual está muy interiorizada en él; el saber es la base de la existencia y está muy ligada al deber y a la moralidad de los hombres de la época, sin embargo, el hombre demuestra una gran vitalidad y alegría, aceptando los placeres, así como las lamentaciones, es decir, tiene una vida totalmente mundana. El ente masculino forma un todo donde no se especifica cuerpo y alma, sino que todo forma un complemento, por ejemplo, los órganos y toda nuestra estructura física pertenecen al hombre y no al cuerpo adquiriendo vida propia, clasificándolos así en órganos del pensamiento y del sentir, según afirma Fränkel: “ El “thymós” es aproximadamente la facultad afectiva, el “phren” es la facultad intelectual y racional y el “noos” es pensamiento y plan”(86). De acuerdo a estos tres factores que componen al hombre, el hombre es capaz de enfrentar el mundo y todos los retos que a él se le presenten, con lo cual, podríamos afirmar que la parte espiritual recaía justamente aquí; en variadas ocasiones notamos, tanto en al Iliada como en la Odisea, momentos en los que son mencionados los brazos, las piernas y el “thymós” como entes que extienden una energía propia, que no presentan rivalidad y que lo representan como un ser entero, que es capaz de reprimir y dominar sus impulsos. No obstante, la principal cualidad de Homero es que nos muestra a un hombre que se distingue más por lo que hace que por lo que es, tanto como hombres normales como héroes, se muestran herméticos ante lo que es voluntad y predestinación, presentando al hombre como subordinado de los dioses, que vaticinan su destino al cual no hay nada que hacer, los dioses deciden el sino del hombre y a base de ellos se forma su vida presente y futura aceptando incluso hasta la muerte, que se podrá compensar solo con la gloria, resaltando su valor demostrado en vida.

Homero, describe y caracteriza al hombre en sus obras representando en cierta forma al pueblo, manifestando el sentido de la limitación humana y representando las más diversas cualidades: astucia, lealtad, ambición, petulancia, generosidad, valentía, etcétera, sin embargo, se reconoce dentro de estas dos obras diferencias no solo en el estilo literario, sino también se expone una evolución en la imagen del hombre que se tenía en la Iliada a la que se muestra en la Odisea. Es necesario entonces, revisar ambas figuras, dentro de la Iliada: la vieja estirpe y una nueva generación, la Odisea.

En la Iliada, el varón es reconocido por su nobleza, el hombre se define únicamente por sus acciones y no por su bondad interior, su entidad se enfoca libremente en su actuar y su destino, así un pensamiento o un impulso es muestra de un don recibido, en este caso, por los dioses, el hombre que recibe ayuda de los dioses es catalogado como un hombre

“ bueno”, razón por la cual es auxiliado por la esencia divina. Es un participante estoico y fiel, aceptando todo lo que el destino pudiera otorgarle; la figura del héroe está sumida al destino fijado por las deidades, el hombre en si es juguete del azar y vive un sentimiento ilusorio, no ríen ni cantan y viven extenuados por regir sus vidas y alcanzar la gloria para alcanzar la inmortalidad, ejemplo claro es cuando Aquiles, principal héroe de esta obra y merecedor de la beatitud ya aludida anteriormente, va al encuentro de su próxima muerte:

“ Quiero enfrentar la muerte tan pronto los dioses lo ordenen” (Il 18, 115; 22, 365). No existe temor ni vergüenza ante los dioses, el hombre logra entender, a través de la experiencia que ha tenido en su vida, las consecuencias de sus actos y el por qué del mandato divino. En la Iliada, el hombre no muestra una evolución, es siempre el mismo; se presentan claros arquetipos como Aquiles, guerrero valeroso y fuerte, Agamenón, figura principesca y el mas hermoso, Néstor, guerrero con mayor experiencia por su edad avanzada y en fin, un sin número de estereotipos que nos entregan par reconocer e identificarnos con ellos; Homero además nos muestra a través de este canto guerrero, las cualidades de la retórica aristocracia griega, celebrando la fuerza y valor de los primitivos Aqueos

Por otro lado, encontramos en la Odisea una modernización o evolución respecto al hombre, lo vemos desenvuelto en un ambiente donde la libertad de acción, así como la negación a seguir el hado, van en contraposición notoria respecto a la Iliada. La primera diferencia recae en el modelo del héroe, como se indica en el prefacio, Aquiles, principal héroe de la Iliada, es “ rencoroso” al contrario de Ulises que es “ flexible”; Ambos son movidos por motivos diferentes: mientras Aquiles sacrifica las vidas de sus hombres y la suya además, Ulises lucha por sobrevivir y cuidar el regreso suyo y de sus compañeros. Otro punto importante es la participación de los dioses, ya que mientras en la Iliada nos muestran las aberrantes muertes provocadas por la voluntad de los dioses, en la Odisea la muerte de los compañeros de Ulises se expresa como un castigo divino a los hombres por haber provocado la ira de las deidades. Otro cambio rotundo es de acuerdo a los diferentes estereotipos que aparecen en ambas obras, por ejemplo, en la Iliada un hombre longevo significaba experiencia y sabiduría, en cambio en la Odisea, el mismo personaje es focalizado como un simple anciano necesitado y caduco.

El hombre en la Odisea cada vez se ve mas alejado del mundo, dentro de la lucha por la existencia que se genera dentro de esta epopeya, la desconfianza, la mentira y la suspicacia son armas legítimas y vanagloriadas a la vez, el héroe presenta nuevas facetas, se cuestiona, muestra resistencia a las tentaciones y persiste hasta llegar a la meta y lo consigue gracias a si mismo, se atreve a revelarse frente a los dioses y el motivo de inspiración ya no es un suceso bélico si no algo afectivo: el amor a su esposa Penélope y a su hijo Telémaco, así como también la entereza que presenta la adversidad por no verse derrotado por este dios, Poseidón, que le ha causado tanto mal, “en el héroe ha sido incorporado el espíritu moderno de modo mas puro y pleno”(99) .También podemos encontrar nuevos atributos psicológicos en los personajes, como son la bondad, la generosidad, la curiosidad, la fidelidad, la esperanza, entre otros. Sin embargo, el cambio más importante que se produce en esta epopeya es la separación del ser divino con el ser terrenal, por consecuencia, responsable de sus propios actos.

Debemos remontarnos ahora en la cultura épica romana, abarcando también su obra póstuma que se presenta como continuidad de la Iliada retomando un personaje troyano: Eneas. Escrita por Virgilio, la Eneida muestra el génesis de la creación de Roma a partir de un guerrero troyano que tiene como misión construir un gran imperio, este personaje será el héroe de esta obra, que adquiere singulares características, diferenciándose de los antes ya expuestos. A pesar de que Virgilio abarcó temas que pertenecían a esta obra griega, ya sea por la continuidad o por estilo literario, el carácter puramente humano es lo que mayormente predomina, ya que toda su obra está centrada en el hombre y su relación con el espacio.

El hombre se presenta a través de la Eneida como el desahogo de los deseos, interrogantes, aspiraciones y la voz de la naturaleza, es decir, el dolor, la agonía, el cansancio y la esperanza de cosas mejores, que en ninguna de las obras antes mencionada esta empatía hacia el hombre está presente; celebra sus hazañas de guerra, de mandato político o cualquier reconocimiento social, otorga un sentido romántico, enfatizando el amor y la aventura, crea hombres heroicos, encarnados en las emociones y cualidades de aquel entonces, todos los personajes presentan un laso con grandes autoridades para formar una visión de la aristocracia romana como superior a otras culturas. En una forma muy peculiar, el hombre está basado en el protagonista de esta epopeya, Eneas, sobre él recaen todas las características que debiera tener el hombre romano en este caso. Virgilio, personifica en Eneas la noción de semidiós que caracterizaba a Roma, ser simbólico e idealizado, tenía que sobrellevar el peso de una nación y los destinos de una raza, tenía que ser guerrero, procurador de la vida pública y resignarse a dejar los romances y la alegría de la juventud por esa misión fundadora, restauradora y gobernante. Eneas es un héroe abandonado, está solo, no tiene hogar, ni felicidad personal, ni un amigo de confianza, su vida está llena de sacrificios y siempre se encuentra iniciando una nueva vida; Eneas se revelar como un héroe sin la cualidad guerrera, belicosa y aventurera, dejándose llevar muchas veces por la emoción más que por la razón. En esta obra, la característica principal que debe tener el hombre es el apego a Dios, además es la cualidad central del héroe creado por Virgilio. El hombre pasa por un proceso de mutación, donde debe soportar sufrimiento y oscuridad, desde entonces se independiza de su ser, quedando libre de toda tentación

( queda probado con el caso de Dido), y está listo para su pueblo y su misión. Un colosal guerrero debe siempre velar por la paz y la reconciliación y evitar el derramamiento de sangre, estos ideales Virgilianos atribuidos al hombre nos muestra una clara diferencia respecto a la concepción de hombre de la cultura griega, así como también la presencia del romanticismo. Mackail, expresa que: ” En ninguna obra poética están las cuerdas de la simpatía humana tan delicadamente manejadas/ un sentido tan profundo de la belleza y tristeza de la vida/ y envolviéndolo todo en infinita piedad” (128).

En conclusión, dentro de estas grandes obras que han trascendido a lo largo del tiempo, la presencia del hombre como eje central no varía mucho de acuerdo a la literatura actual. Hemos visto como se diferencia la focalización respecto del hombre y su importancia como ente estructurador y destructor a lo largo de la historia. Un hombre Homérico y un hombre Virgiliano, que a pesar de representar a distintas culturas y distintos estilos literarios, nos muestran al hombre como “Hombre”. Sea mito o no, la Iliada, la Odisea y la Eneida forman parte de una gran riqueza literaria, que hasta hoy día nos es entregada, al igual como fueron entregadas a nuestros padres y abuelos, mostrándonos la magia de cada palabra que conforman estos tres poemas.

Ojalá, algún día no muy lejano, podamos nosotros mismos impregnar nuestras creencias y mitología que representan nuestra cultura, dejando una herencia a nuestras futuras generaciones y a nuestra historia.




Descargar
Enviado por:Karen Donoso Q.
Idioma: castellano
País: Chile

Te va a interesar