Literatura
El extraño caso del Doctor Jekyll y Mister Hyde; Robert Louis Stevenson
INTRODUCCIÓN
La obra escrita por el escocés Robert Louis Stevenson tuvo su origen en una pesadilla. Una noche en la cual su precaria salud lo obligaba a permanecer en cama, se encontró en una historia fantástica y decidió escribir el horroroso sueño que, pasados los tres días, ya estaba listo. Este primer relato, fue rechazado por la esposa del escritor. Luego en el año 1886 tuvo lugar la segunda escritura, con gran aceptación del público lector, ¿Cuál es el porqué de esta aceptación, cuál es la razón por la cual la gente se involucró en la novela? ¿Por qué se reflejaban en la misma?. Tal vez habría que haber vivido en esa época para entender o responder estas preguntas, pero reflexionando, quizás nos demos cuenta que los miedos, los interrogantes, las ciencias, los pensamientos, los cambios, fueron y serán comunes a todas las generaciones, sin diferenciar raza, religión, tiempo, color, etc. Todos estamos expuestos a los mismos riesgos y sólo nosotros somos responsables de poder controlarlos, o controlarnos a nosotros mismos. Muchas veces, el propio interior, muestra un lado oculto de nuestro ser, que queremos esconder, pero inconscientemente, en diferentes situaciones, éstas expresiones, pensamientos o sentimientos salen a la luz voluntariamente.
EL EXTRAÑO CASO DEL DOCTOR JEKYLL Y EL SEÑOR HYDE, es una historia que combina distintas vertientes narrativas: la trama detectivesca, sostenida por la investigación de un personaje que se preocupa por la salud y suerte de un amigo en peligro; la construcción de una atmósfera siniestra de misterio, propia de los relatos fantásticos; la justificación científica de ciertos acontecimientos; la indagación en la psicología humana. La variedad que contiene este entramado, nos permite ver la capacidad del escritor, que ha obtenido excelentes resultados e invita a la lectura ininterrumpida, y a una trama de suspenso que atrapa al lector hasta las últimas líneas.
DESARROLLO
El relato de Stevenson sería en 1886, una hipótesis literaria de la teoría psicoanalítica, entendiendo por ésta, un método terapéutico de afecciones psíquicas basado en el examen de tendencias afectivas inconscientes.
El doctor Jekyll es un respetable y brillante miembro de la sociedad de Londres que escondió con vergüenza, algunas características particulares de su personalidad. Jekyll investigó hasta encontrar la droga que le permitió liberarse. Entonces empieza a transformarse en Edward Hyde: un hombre pequeño y muy nervioso que produce repugnancia. Los músculos de su rostro se contraen constantemente y deja en los demás la sensación de una deformidad. Dos hombres se disputarán un cuerpo.
Jekyll cree que puede dividir esas dos personalidades con nombres y cuerpos distintos para que el Señor Edward Hyde pueda realizar todos los proyectos que el doctor Jekyll no debe. Pero Hyde se descontrola, ama la vida y la disfruta sin límites: incluyendo también el asesinato: partirle el bastón a un amable anciano sobre el cuerpo hasta dejarlo sin vida, es una verdadera crueldad.
“El Sr. Hyde perdió el control y de un bastonazo derribó a su interlocutor, tras lo cual con una furia que no parecía humana, puso con violencia un pie sobre su víctima y decargó sobre él una tormenta de golpes bajo los cuales se oían romperse huesos y el cuerpo caído, rodó a la calzada.”
Un monstruo que estaba enjaulado en su cuerpo, al que escuchaba gemir y sentía ganas de salir al exterior para siempre.
Lo que más le preocupaba a Jekyll era no poder controlar a Hyde (no poder controlarse): lo que más lo atemorizaba era no poder sacarse al otro de encima como había previsto en su teoría y la promesa del placer se convierte en dolor. Hyde es un asesino, que goza con cada tortura que hace y el doctor Jekyll ya no sabe si disfrutar de eso, simplemente porque su propio lado malo no le da tiempo para razonarlo. Hyde comienza a aparecer cuando quiere, sin necesidad de ingerir ninguna pócima. Hyde es Jekyll.
Conviene no olvidar que el Doctor goza con los crímenes de Hyde, pero no le preocupa haberlos cometido, sino no poder esconderlos (al principio Jekyll se promete no volver a tentarse con la idea de convertirse en Hyde).
“Sólo tenía que beber la poción para sacarme de encima al instante el cuerpo del famoso profesor, y asumir, como quién se pone un tapado grueso, el de Edward Hyde. La idea me hizo sonreír; en ese momento me pareció graciosa; hice mis preparativos con el mayor cuidado.”
“Yo fui el primero que haya hecho lo mismo para hacer realidad sus placeres.”
“Después de todo era Hyde, y Hyde solo, el culpable. Jekyll no había empeorado; volvía a ser el mismo con sus virtudes aparentemente intactas; inclusive se apresuraba, cuando era posible, a deshacer el mal hecho por Hyde. Así su conciencia se adormecía.”
Vivir plenamente la otra parte, la del malo, era el sueño del Dr. Jekyll: poder librarse de la Ley, pero la culpa no se lo permitía.
“[…]Le juro por Dios que nunca volveré a verlo. Comprometo mi honor al asegurarle que he terminado con él en este mundo. Ha terminado todo. Y en verdad él no quiere mi ayuda; usted no lo conoce como yo; está a salvo, completamente a salvo; le aseguro, y tiene motivos para creerme, que nunca más se sabrá nada de él.” (promesa que le hizo el Doctor Jekyll a su amigo Utterson, respecto de Hyde.)
“Debe permitir que yo siga mi propio camino oscuro. Me he atraído un castigo y un peligro que no puedo nombrar. Si soy el más grande de los pecadores, soy también el más grande de los castigadores.” (Declaración del doctor Jekyll.)
La culpa, el primer factor posible, de la aceptación del público, por el simple hecho de la reflejación: a todos nos gusta sentirnos reflejados algunas veces, y la culpa es un sentimiento que todos hemos percibido en algún momento de nuestras vidas, todas las personas, tenemos un lado positivo y uno negativo, con el cual, este último, nos ha permitido experimentar lo que es la culpa, quizás alguna de las razones por las cuales, la gente, se sintió identificada, un lado malo, que tenemos oculto, y que sin nuestra voluntad, sale a la luz y nos produce esa culpa, que nos hace sentir realmente mal por un lado, y conformes por el otro, por haber hecho lo que verdaderamente deseábamos en nuestro interior, pero ¿cuál es el lado malo?
“Había algo extraño en mis sensaciones, algo indescriptiblemente nuevo y, por su novedad misma, increíblemente placentero. Me sentía más joven, más liviano […] por dentro sentía una impetuosa temeridad, una corriente de desordenadas imágenes sensuales corriendo en veloces círculos en mi fantasía, una disolución de los lazos de la obligación, una libertad desconocida, pero no inconsciente, del alma. Desde el primer aliento de esta nueva vida me supe mas malo, diez veces mas malo […] y pensarlo en ese momento me exaltó y deleitó como un vino.”
No todos consideramos y diferenciamos de igual forma, lo bueno y lo malo, ni el bien y el mal, todos elegimos por obrar de la manera en que queramos, y siempre va a haber personas que nos juzguen, pero ¿porqué?, si nadie tiene la certeza de lo que realmente está bien, o mal. Entonces, ¿cómo sabía el Doctor Jekyll que él, era su parte buena, y Hyde, su parte mala?
“Pero no bien Utterson quedó solo esa noche, metió la nota en su caja fuerte, donde quedó en adelante. “¡Cómo es posible!”, pensaba. “¡Henry Jekyll haciendo una falsificación para cubrir a un asesino!” Y sentía que la sangre se le helaba en las venas.”
“[…] deseo llevar la cabeza alta y mostrar ante el público una seriedad más intachable que la de nadie.” (declaración del Señor Jekyll.)
“Salieron a luz muchos datos sobre su pasado, y todo resultó deshonroso: hubo historias sobre la crueldad del sujeto, que lo mostraban a la vez insensible y violento, historias de su vida envilecida, de sus extrañas amistades, del odio que parecía haber rodeado su carrera; pero de su paradero presente no hubo nada.” (Cita que hace referencia a la crueldad del Señor Hyde.)
“La muerte del Sir Danvers quedaba compensada de sobra, a su modo de ver, con la desaparición de Hyde. Ahora que esa mala influencia había sido retirada, empezó una nueva vida para el doctor Jekyll.”
“Así como el bien brillaba en el rostro de uno, el mal estaba escrito con claridad en la cara del otro. Además, el mal (que debo seguir creyendo que es el lado letal del hombre) había dejado en ese cuerpo una huella de deformidad y decadencia.” (Declaración de Jekyll.)
“[…] todos los seres humanos, cuando los conocemos, son una mezcla de bien y mal; y Edward Hyde, el único en toda la humanidad, era mal en estado puro.” (Declaración de Jekyll.)
El Doctor experimenta en sí mismo, tomándose una pócima, para intentar separar los dos elementos que hay en todo ser humano: el bien y el mal, Jekyll estaba seguro que cada ser, tenía su lado bueno y malo.
“[…] y ahí estaba en fondo del salón buscando entre las cajas. Alzó la vista, cuando entré, soltó una especie de grito, y corrió arriba al despacho. Fue apenas un instante en que pude verlo, pero se me pararon los pelos de la cabeza como plumas. Señor, si ese era mi patrón ¿Por qué tenía una mascara sobre la cara? Si era mi patrón ¿Por qué gritaba como una rata y huía de mi? Lo he servido mucho tiempo… […] está evidentemente atacado por esas enfermedades que a la vez torturan o deforman al paciente.”
“[…La vida quedaría aliviada de todo lo que la hacía insoportable; el malvado podría seguir su camino, liberado de las aspiraciones y remordimientos de su gemelo más elevado; y el bueno podría recorrer con firmeza y seguridad su camino ascendente, haciendo las buenas obras en las que radicaba su placer, ya no expuesto a la desgracia y la penitencia en manos de este demonio extranjero…]”
Las personas consideramos nuestro comportamiento como bueno, sin embargo muchas veces tenemos la necesidad de cometer alguna que otra maldad poniendo siempre un límite.
Pero, ¿qué es el bien? y ¿qué es el mal? Cuando hablamos de estas dos naturalezas del ser humano debemos tener en cuenta que para lo que unos algo es bueno para otros es malo, y todo dependerá del punto de vista de la persona. Pongamos el ejemplo de la raza gitana, que considera que el maltrato a la mujer es bueno y sin embargo otros consideramos que es algo machista y no lo vemos como una acción de bien.
Muchas veces el ser humano no actúa como realmente es, ¿cuántas veces no hemos hecho algo por miedo al que dirán de mí?. Lo que pasa es que el hombre está muy juzgado por el ambiente que le rodea.
“Hay algo malo en su aspecto; algo desagradable, algo directamente detestable. Nunca vi un hombre que me haya disgustado tanto, y no podría decir por qué. Debe de tener alguna deformidad; da una clara impresión de deformidad, aunque no podría señalarla. Es un hombre de aspecto fuera de lo común, pero en realidad no podría decir que tiene de especial.”
Por eso, debemos actuar según nuestro modo de ser sin importarnos las modas que tanto nos están haciendo cambiar, porque cada uno es como es y debe ser uno mismo para poder sentirse bien con todos.
¿Cómo definimos el bien o lo bueno? ¿Alguien puede describir lo que entendemos por bueno y malo? Es un significado muy amplio como para que se pueda aplicar por igual en todos los contextos posibles. Seguramente la definición mas común es la siguiente: el bien es lo opuesto al mal, y todos creemos que eso es obvio. Quizás el mal sea lo opuesto al bien, pero como definición en sí misma no vale nada. Si damos una explicación más elaborada, no hace falta decir que lo que es bueno para algunos no es necesariamente bueno para otros. Entonces los conceptos del bien y el mal, varían según épocas, lugares, culturas y sociedades.
Como se puede ver, no es posible, determinar la diferencia entre el bien y el mal, todo depende de los principios de cada uno y de que cada persona tenga la capacidad de distinguir lo que para uno está bien o está mal. El Doctor Jekyll, a pesar de querer separar ambas partes, lo único que logró, fue unirlas, y matarlas juntas.
“Aquí debo hablar solo según la teoría, diciendo no lo que sé, sino lo que supongo que es más probable. El lado malo de mi naturaleza, al que ahora había transferido la eficacia de la realidad, era menos robusto y menos desarrollado que el lado bueno al que acababa de destruir.”(declaración del Doctor Jekyll.)
Pero el aprecio que Henry le tenía a su ciencia, su trabajo, lo obligaba a enfrentarse a diversos cambios que aunque él no quisiera, debía exponerse: los cambios, otro factor posible, del porqué de la aceptación del público. Todas las personas estamos en constante cambio, la vida nos cambia, la sociedad cambia, el mundo cambia, todo cambia. El pánico que algunas mentalidades sienten por el cambio, es la simple respuesta de querer seguir manteniendo una tradición, cualquiera sea ésta.
“[…] empezaba a revestirse con atributos detestables; y de las nieblas móviles e insustanciales que tanto tiempo habían burlado a su visión, de pronto saltaba la presencia definida de un demonio.”
“[…] Henry Jekyll se volvió demasiado fantasioso para mí. Sus ideas empezaron a tomar caminos extraños; y aunque por supuesto, sigo interesándome en él “por los viejos tiempos”, como dicen, casi no lo veo, y así ha sido desde hace bastante.”
“Se llevó el vaso a los labios […] hubo un cambio… pareció hincharse… su cara se puso negra de pronto, y los rasgos empezaron a fundirse y alterarse […].”
Algunas personas con miedo a cambios que puedan ocasionar daños en su situación, llega a convertir la tradición en algo cotidiano, y varias veces, un poco cansador. Esto está relacionado con el temor que siente una mayoría ante la novedad que representan algunas minorías. La mayor parte se siente amenazada por éstos cambios, ya qué los mismos no nos adelantan lo que pueden traer: si un futuro agradable, o una nueva mala vida.
“[…la amistad y la paz mental y toda la estructura de su vida se iban a pique. Un cambio tan enorme y abrupto señalaba en dirección a la locura…]”(El cambio que se provocó en la vida del doctor Jekyll.)
Una sociedad que ignora a las minorías, no es una buena sociedad. Y la que pretende deshacerse de las pequeñas partes es una sociedad peligrosa. Este tipo de pensamientos tratan de mantener a toda costa la tradición. Pero volvamos a tocar el tema que nos preocupa. Al final alguien siempre sale con que hay valores que son más o menos universales, porque son más o menos aceptados por la mayoría, y entonces surge la afirmación de que el hombre nace con un conocimiento y una capacidad que le permite distinguir el bien del mal. Es más, se llegó a definir al ser humano como el único animal que puede diferenciar el bien y el mal, y esto no es cierto, ya que el hombre no nace con esta capacidad, simplemente adquiere este conocimiento del entorno en el que vive. Puede tener sus propias ideas dependiendo de la educación que recibe. Pero entonces, ¿matar no es malo? Efectivamente. Matar no es malo. Matar no es bueno. Matar es solo un acto entre tantos. Todos lo vemos como algo obvio porque simplemente casi nadie desea que puedan disponer de su vida, así que en casi todas las culturas se creó el valor de que diferentes cosas son evidentemente malas. Pero esto es más que nada, una norma de convivencia entre seres civilizados. Y con este criterio, Hyde, puede que no sea la parte mala, sino simplemente, la otra parte.
El hombre no es el único animal con capacidad para distinguir el bien del mal. Es nada mas, el único animal civilizado.
“[…] cada vez que miraba a mi prisionero, una repulsión visible lo hacía palidecer, como si luchara contra un deseo de matarlo. Yo entendía tan bien como él debía de entenderme a mí; y como matar estaba fuera de cuestión, hicimos lo que nos pareció su equivalente más próximo.”
Siempre habrá morales, siempre habrá reglas, siempre existirán conceptos de lo que es bueno y de lo que es malo.
Todos consideramos al miedo como un factor malo, en el caso de la novela, el señor Hyde, se muestra como un hombre malvado, lleno de maldad, crueldad, morbosidad. Pero, ¿porqué ese miedo hacia Hyde? ¿Qué es lo qué nos da miedo, qué nos asusta?
“Ya no era el miedo al patíbulo: lo que me desgarraba era el horror de ser Hyde.”(Hasta a el doctor Jekyll lo atemorizaba el pequeño Hyde.)
El miedo, un nuevo factor, que quizás nos aclare nuestra mayor duda: el reflejo de los lectores sobre la obra, y su gran aceptación.
El miedo es la manera de vivir el peligro que tiene el ser humano, y tiene dos puntos de vista, uno físico y otro psicológico, veámoslos a continuación:
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física: el cuerpo se prepara para una acción defensiva eficaz y rápida, preparando el tono muscular, aumentando el ritmo cardíaco y respiratorio, aumentando el ph ácido del estómago y encendiendo todos los recursos del organismo para que esté preparado para un esfuerzo extraordinario. El miedo es todo lo contrario del relax.
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psicológica: el cerebro es el que decide que determinada percepción o idea es realmente peligrosa. Esta decisión la hace en base a las experiencias vividas, de ahí es que los niños sean tan miedosos, porque conocen mal la realidad y los mayores tan cuidadosos, por su largo aprendizaje de la vida.
La sociedad nos otorga, no sólo información para detectar peligros sino también los recursos para superar el miedo, de esta forma, podemos ir tranquilos por la ciudad, mientras sepamos cómo desenvolvernos en las distintas situaciones.
Muchas personas le temen a algunas habilidades de trato social como hablar en público, desenvolverse en un grupo de personas, tratar con desconocidos o personas diferentes a nosotros, la timidez y el complejo. Estas habilidades sociales pueden aprenderse por medio de técnicas especializadas que proporciona el psicólogo.
Algunas personas tienen miedos, pero sin que exista un peligro real, y ello les puede perjudicar su vida social y laboral. Estas fobias, suelen tener una fácil solución mediante un corto tratamiento psicológico.
Esto que hemos detallado, sería un análisis psicológico del miedo, pero veamos el factor miedo, dentro de la novela.
“Los pasos se acercaron rápido, y al dar la vuelta en la esquina sonaron de pronto más alto. El abogado, mirando desde la entrada, puedo ver a qué clase de hombre tendría que hacer frente.”
“Hyde era pálido y casi demasiado bajo; daba una impresión de deformidad sin que hubiera nada deforme en su cuerpo que pudiera señalarse, tenía una sonrisa desagradable, se había dirigido al abogado con una mezcla depravada de timidez y audacia, y hablaba con un susurro ronco y una voz un tanto quebrada […]”
“Por Dios, ese hombre no parece casi humano. ¿Podría decir que tiene algo de primitivo, o quizás algo sobrenatural? ¿O es la mera irradiación de un alma maligna que se asoma y transfigura su envoltura carnal? Creo que esto último. ¡Oh, mi pobre viejo Harry Jekyll!, si alguna vez en mi vida vi la marca de Satán en una cara, fue en la cara de tu nuevo amigo.”
Cada persona tiene el derecho de temerle a algo distinto, uno no elige a que tenerle miedo, eso es algo espontáneo.
“CONFIDENCIAL: Para ser leído por J. G Utterson SOLAMENTE, y en caso del deceso anterior de este, para ser destruido sin leer”: tal era la enfática inscripción del sobre. Y el abogado temía examinar su contenido.”
“Los dos estaban pálidos, y había un horror que hablaba por ellos en sus ojos.”(El señor Utterson Y el señor Enfield temen al ver al doctor Jekyll, de un aspecto tan distinto.)
Dentro de los miedos mas comunes, podemos observar, el miedo a la oscuridad y a la muerte, que son generalizados y remotos.
“No era probable que el médico temiera a la muerte; y aun así, fue eso lo primero que sospechó Utterson. “Sí”, pensó, “es médico, debe de conocer su propio estado, y sabe que sus días están contados; y no puede soportar el peso de ese conocimiento”.”
No resulta difícil saber por qué: muerte y oscuridad son dos de los más terribles misterios a los que el hombre tuvo (y tiene) que enfrentarse. Ambos misterios se mezclan entre ellos: ¿Qué sería de los muertos sin oscuridad, y de ésta sin la posibilidad de la muerte?
Estos dos factores, están presentes en toda la literatura de terror, podemos ver que mientras el de la oscuridad se presenta tal cual es, y basta la ausencia de luz para asustar, el de los muertos necesita ciertos cambios. En la literatura de miedo la oscuridad casi siempre es oscuridad, y cualquiera de nosotros la experimenta todas las noches al apagar la luz, pero la muerte casi nunca es “la muerte”.
Por ejemplo. Entramos en una habitación a darle el último adiós a un difunto: el cadáver tendido en el lecho no nos da miedo como tal. Lo que nos asusta es la posibilidad de que no esté muerto o de que, estándolo, manifieste algunas de las características de la vida: abra los ojos, mueva una mano, se rasque una rodilla o nos pregunte la hora.
El tema de la muerte terrorífica es casi siempre el de una muerte que no lo es del todo, una muerte imperfecta, podríamos decir: la muerte que camina o que no muere por completo, la muerte que abre los ojos y nos mira, la muerte que se levanta de su tumba para acusar a sus asesinos. Da la impresión de que con la muerte intentamos vencer el miedo que nos inspira la realidad de la verdadera muerte.
Con la llegada de la Ilustración, el hecho de que un muerto pudiera moverse y hacer notar su presencia de alguna forma ya era de por sí suficiente motivo de horror, y determinados autores comenzaron a explotar a este nuevo fenómeno mezclándolo, entre otros, con la oscuridad y creando la primera forma de literatura terrorífica: la "gótica", que se llama así aunque nada tenga que ver con los godos (entendiendo por godos a aquellosde un pueblo germánico que invadió gran parte del Imperio Romano) y muy poco con las catedrales. A todo ello se unía la oscuridad de las viejas mansiones, mansiones que eran viejas desde el instante en que se construían, o eso parecía, y sus características incluían crujidos de muebles, luces que se apagaban solas, telarañas y candelabros.
Si agregamos mal tiempo, qué mejor lugar que Londres, ese lugar que con solo imaginar la neblina, y la soledad de la noche, nos atemoriza, que el mundo le ha hecho un estereotipo de una ciudad tenebrosa y solitaria, que cualquier cosa, podía allí pasar.
“[…] la línea de fachadas se quebraba con la entrada a un patio, y en ese preciso punto, un edificio de aire siniestro proyectaba su alero sobre la calle. Era una casa de alto, sin ventana, y nada más que una puerta sobre la que se alzaba un frente ciego de muro descolorido; en todos sus rasgos mostraba las señas de una negligencia prolongada. La puerta, que no tenía ni timbre ni llamador, estaba ampollada y descolorida.”
“Calle tras calle, y todo el mundo dormido…calle tras calle, todo iluminado como una procesión, y todo vacío como una iglesia,[…]”
“El sujeto se mostraba perfectamente calmo, y no presentó resistencia, pero me dirigió una mirada tan fea que me hizo sudar”
No podemos detenernos en cada uno de los autores que han llevado a la historia tantos muertos inmortales. Y a continuación, citaremos tres ejemplos al menos que ayudaron a renovar el tópico e incluso a crear otros. Los dos primeros han tenido su importancia, respecto del tercero. Nos referimos a esa dama británica, esposa del poeta Shelley, que creó Frankenstein, y a ese caballero irlandés tan curioso, secretario de un actor inglés de la época, que cultivó géneros tan distintos como el sobrenatural y el mundo del boxeo, y que dio vida a Drácula. En realidad, ninguno de los dos inventó nada nuevo, como a veces se afirma, sino que ambos renovaron el clásico de la muerte. Y dejando lo mas importante para lo último, aquí está otro autor, en este caso escocés, Robert Louis Stevenson logró con una novela corta, incorporar la muerte y la oscuridad, algo muy nuevo en aquel momento en la literatura de terror, pero que dio mucho que hablar posteriormente. Podríamos denominarlo el de la metamorfosis, la transformación de alguien en otra cosa. Se trata, igualmente, de algo muy antiguo, que constituye la base de muchos cuentos infantiles y leyendas, pero nuestro autor lo usó de una manera muy inteligente, para atemorizar a los lectores adultos.
Este famoso relato, de lectura imprescindible es para quien quiera saber cómo se escribe una buena historia de terror. Stevenson se sintió, tan feliz con su descubrimiento: el tema del hombre bueno que se convierte, por obra de una pócima, en un individuo malévolo y repugnante, que ocultó el final de la trama con una serie de cambios. Y de nuevo recordamos que el miedo se produce cuando Stevenson logra atemorizarnos, no con la presencia, sino con la ausencia del señor Hyde, el extraño amigo del doctor Jekyll, y en esta ausencia, en este vacío lleno sólo de comentarios y chismes de vecinos y amigos, se oculta la sensación que otorga la obra.
Su relectura hoy en día, cuando ya sabemos de qué se trata, quizá haya perdido algo de tensión pero no de interés.
Ensayo sobre: “El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde”, de Robert Louis Stevenson.
2004
CONCLUSIÓN
La obra del señor Robert Luis Stevenson, logra atrapar al público, desde los diferentes temas que toca, de los cuales la mayoría no están expuestos a simple vista, y quizás haya que analizar un poco el contenido del libro para poder sacar a la luz dichos temas, tales como la culpa, la muerte, la oscuridad, el miedo, los cambios, el bien y el mal, todos éstos factores son los que hemos investigado para tratar de encontrarle un porqué a nuestras preguntas, recordémoslas: ¿Cuál es el porqué de esta aceptación, cuál es la razón por la cual la gente se involucró en la novela? ¿Por qué se reflejaban en la misma?, luego de realizar el ensayo, podemos afirmar que los factores que hemos seleccionado para el desarrollo del trabajo, pueden ser la respuesta, ya qué no sólo en aquella época, sino que ahora también, la culpa la experimentamos día a día; el miedo lo sentimos en muchos momentos; los cambios los vivimos con el pasar de los minutos; y el bien y el mal, son dos naturalezas que siguen siendo tan inespecíficas como en aquel entonces. Es así, que podemos afirmar que los sentimientos que cada uno de los personajes vivía, eran comunes a los de la vida cotidiana. Es decir que en la novela, se puede ver como se mezcla la pura realidad, con algunas pequeñas incorporaciones de fantasía, para darle a la obra una pizca de miedo, el cual está presente en cada línea del relato, junto con el suspenso. Pero lo que más sorprende al lector es el inesperado final, que otorga el autor, porque al ser tan diferentes el Doctor Jekyll y Señor Hyde, lo que menos se espera es que terminen siendo la misma persona, es algo inimaginable.
Tal vez, las ganas del doctor, de poner en camino su teoría, junto con el valor de querer cambiarse y cambiar al mundo, no tendrían que haber sido tan extremistas, porque la obsesión de Jekyll hacia su trabajo, fue el verdadero detonante de su propia muerte, o la de Hyde, que es simplemente lo mismo. En la novela, dos cuerpos se disputan un alma, atravesando por miles de situaciones dolorosas, que al final llevan a la muerte a éstos dos cuerpos, pero el alma que compartían Jekyll y Hyde, nunca muere, porque las almas jamas lo hacen, aunque ésta sea mitad mala y mitad buena, no se diferencia de las demás, ya que como se puede afirmar en el trabajo, todos tenemos una parte de bien, y una de mal, la cual puede reflejarse en las almas de cada uno de nosotros.
BIBLIOGRAFÍA
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people.brandeis.edu/~teuber/stevensonbio.html
APÉNDICE
BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Robert Louis Balfour Stevenson nació el 13 de noviembe de 1.850, en Edimburgo. Estudió ingeniería y más tarde Leyes, pero como siempre había sentido una especial inclinación hacia la literatura, más adelante se dedicó a las letras y se convirtió en uno de los escritores más destacados de su tiempo.
Enfermo de tuberculósis, viajó toda su vida en busca de climas apropiados a su salud. Sus primeros libros son descripciones de algunos de estos viajes, durante uno de los cuales, en 1880, se casó con una divorciada estadounidense, Frances Osbourne.
Otro de sus viajes consistió en un crucero que les llevó, a él y a su esposa, en 1889, hasta las islas Samoa, donde permanecieron hasta 1894, año en el que murió el escritor, el 3 de diciembre. Fue enterrado en la cima de una montaña, cerca de Valima, su hogar samoano.
Los argumentos de sus novelas eran fantánticos y de aventuras. Entre las más importantes novelas fantástias se encuentra “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, y entre la novelas de aventuras destacan “La flecha negra” y “El Señor de Ballantree”. La novela inconclusa, “Weir of Herminston” es considerada como su obra maestra.
También tuvo talento para ecribir distintos géneros literarios. Demostró ser un gran ensayista, escribió libros de viajes autobiográficos.
ÍNDICE
Página 1 ……………………………………………….. Portada.
Página 2 ……………………………………………….. Índice.
Página 3 ……………………………………………….. Introducción.
Páginas 4 - 12 ……………………………………………….. Desarrollo.
Página 13 ……………………………………………….. Conclusión.
Página 14 ……………………………………………….. Bibliografía.
Página 15 ……………………………………………….. Apéndice.
Stevenson, Robert Louis. “El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde”. Buenos Aires. Editorial Estrada, Serie Libros con Libros, 1999. Página 38.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 95.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 96.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 97.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 46.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 56.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 92.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 51.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 89.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 53.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 53.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 94.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 94.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 69.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 91.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 18.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 93.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 22.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 23.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 87.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 56.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 15.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 107.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 26.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 28.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 29.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 56.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 60.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 54.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 13.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 14.
Stevenson, Robert Louis. Op. Cit. Página 14.
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Enviado por: | Mercedes Medrano |
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