Literatura


El Conde Lucanor; Don Juan Manuel


Desarrollo

Tema, resumen y moraleja de los seis cuentos leídos.

Cuento II: De lo que aconteció a un honrado labrador con su hijo.

Tema: la influencia de los demás.

El conde Lucanor, preocupado por un proyecto, el cual no sabía si realizar o no por las críticas que recibiría escogiera lo que escogiese, pide consejo a su ayo Patronio. Éste le cuenta una historia en la que un hombre, siempre se guiaba para actuar por los consejos de su hijo, que poseía una gran inteligencia. Pero el seguir siempre esos consejos estaba entorpeciendo enormemente proyectos que este hombre quería realizar, y harto de ello, decidió darle una lección a su hijo. Le hizo ver que haga lo que haga siempre va a recibir críticas de los demás, porque nunca van a estar a gusto con lo que lleve a cabo. De esta historia Don Juan Manuel escribió los siguientes versos:

Siempre que sea bueno, no dejéis de hacer,

por temor de las críticas, lo que es menester.

Cuento V: De lo que sucedió a una zorra con un cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico.

Tema: la inocencia de unos y la caradura de otros.

Lucanor, intrigado por un trato que le ha propuesto un amigo decide pedir consejo a Patronio. También le dice que antes de proponerle el trato, había recibido innumerables halagos por parte de esta misma persona. Patronio, dándose cuenta de las intenciones de este falso amigo, le cuenta una historia en la que un cuervo encuentra un pedazo de queso en el suelo y se sube a un árbol para poder comerlo en paz. Pero una zorra que pasaba por debajo vio lo que ocurría y empezó a hablar con el cuervo ponderándolo en abundancia y haciéndole cantar. El cuervo, al abrir la boca para deleitar a la zorra con su cante, dejó caer el trozo de queso al suelo, momento en el que la zorra lo cogió y escapó con él.

Con esta enseñanza Patronio quería hacer ver a Lucanor, el

engaño que había detrás de la proposición de su amigo. Así Don

Juan escribió los versos siguientes:

Quien te pondera aquello que no tienes,

quiere arrebatarte lo que posees.

Cuento VII: De lo que sucedió a una mujer llamada doña Truhana.

Tema: ilusiones y esperanzas sin fundamento.

Iba el conde Lucanor a consultar a Patronio una oferta que le habían propuesto y que aparentemente obtenía muchos beneficios, y si éstos salían bien, otras ganancias aún mayores. Patronio, en vez de darle una respuesta le contó la historia de doña Truhana, la cual, camino del mercado al que se dirigía a vender una olla llena de miel, se iba imaginando todo lo que iba a hacer con el dinero que obtuviera de esa venta, y de otras posteriores, y así sucesivamente. Tanto imaginó que no se dio cuenta y se le cayó la olla de miel al suelo, desvaneciéndose todas sus ilusiones. De esta historia Lucanor interpretó que no debía ilusionarse con falsas esperanzas, y a lo que Don Juan escribió estos versos:

En las cosas ciertas confiad,
y las esperanzas vanas evitad.

Cuento XI: De lo que sucedió a un deán de Santiago con don Illán, el mago de Toledo.

Tema: promesas que no se cumplen.

El conde Lucanor, indeciso por un negocio que le había propuesto un hombre, en el que incluía muchas promesas de futuros favores, decide pedir consejo a Patronio. Éste le cuenta la historia de un deán de Santiago, el cual quería aprender nigromancia, y para ello acude a un mago de Toledo. El deán aprende la ciencia y promete muchos favores a Illán. Pero todas las promesas fueron en vano, porque el deán logró llegar lejos en la Iglesia y no recompensó de ninguna manera al mago. Don Juan Manuel, satisfecho con este ejemplo puso estos versos en el libro:

Del que vuestra ayuda no reconociere,
menos se podrá esperar cuando más alto subiere.

Cuento XXXII: De lo que sucedió a un rey con los pícaros que hicieron la tela.

Tema: el engaño que se suele producir cuando alguien te confiesa algo y no quiere que se lo cuentes ni a tus más allegados.

Lucanor, pide ayuda a su ayo porque un hombre le había propuesto un negocio pero que le había pedido que no se lo contara a nadie, ni de su más absoluta confianza. Entonces, le empieza a contar la historia de un rey que se deja embaucar por unos pícaros que decían saber tejer una tela que sólo podía ser vista por los que eran hijos legítimos de su padre. Entonces toda la gente de su alrededor, por temor a ser criticados al no ser hijos de su padre, decían ver la tela, cuando en realidad los pícaros no estaban tejiendo nada. Al final, los tres hombres fueron descubiertos, y el rey quedó en ridículo. Don Juan Manuel, viendo esto, escribió unos versos que dicen:

A quien te aconseja encubrirte de tus amigos,
le es más dulce el engaño que los higos.

Cuento XXXV: De lo que sucedió a un joven que se casó con una mujer muy fuerte y muy brava.

Tema: hay que mostrarse tal y como uno es desde el principio, sino, ya nadie te creerá luego.

El conde acude a Patronio para pedirle consejo sobre unos de sus amigos que se quiere pasar, con la que dicen, la mujer más brava del mundo. Patronio le explicó un ejemplo similar de una pareja, y en el que, el hombre, temeroso de que su mujer le pudiera matar, en su primera noche juntos, se mostró muy violento y mandón. Así, su mujer pensó que ese era su carácter habitual y se mostró siempre muy temerosa hacia él. Con esto, el hombre consiguió lo que quería, que no era otra cosa que gobernar a su esposa. Don Juan, escribió así estos versos:

Si al comienzo no muestras quien eres,
nunca podrás después cuando quisieres.

Apéndices

Biografía del autor: Don Juan Manuel

Nieto de Fernando III y sobrino de Alfonso X, nació en Escalona (Toledo) el 5 de mayo de 1282. dos años más tarde muere el infante don Manuel, su padre, y hereda el cargo de Adelantado de Murcia. Desde muy joven desempeñó importantes cargos políticos y se vio envuelto en las luchas de Castilla y Aragón, guiado más de una vez por sus propios intereses y conveniencias. Todo esto le permitió acumular grandes riquezas -el mismo se jactaba de poder ir desde Navarra hasta Granada pernoctando cada noche en una villa o castillo de su propiedad-. Murió en Murcia el 13 de Junio de 1348.

A pesar de sus constantes actividades guerreras, don Juan Manuel fue uno de los hombres más cultos de su época. De su afición a escribir, poco habitual entre los nobles, y de su afán por defender la cultura e influir en los demás dejó constancia en estas afirmaciones contenidas en el Libro infinido: “Y porque sé que algunos se burlan de mí porque hago libros, os digo que no por eso lo dejaré, sobre todo porque en mis libros hay provecho y verdad y no daño. Y pienso que es mejor dedicar el tiempo a escribir que a jugar a los dados o a hacer otras cosas viles.” También fue un escritor obsesionado por la perfección, conservación y transmisión de sus escritos. Desgraciadamente, la copia que de ellos depositó en el monasterio de Peñafiel, cuidadosamente corregida por su mano, se ha perdido.

Su obra más conocida, El conde Lucanor, aparecida en 1335, se divide en cinco partes.

La primera está compuesta por cincuenta y un relatos que tienen la misma estructura. En todos ellos, el conde Lucanor, un joven inexperto, le plantea a su ayo, Patronio, un problema que puede tener relación con él o con algún conocido. Patronio, en lugar de contestarle directamente, le cuenta una historia en la que está contenida implícitamente la respuesta a las inquietudes del conde -en realidad, se tiene la impresión de que la mayor parte de las preguntas están en función del relato elegido previamente-. Apoyándose en esta narración, Patronio retoma la palabra y concreta la solución al conflicto. Al final, el autor -Don Juan-, que ha dejado que los personajes expresen libremente sus preocupaciones y su visión del mundo, da su aprobación y resume

en verso la moraleja, que adquiere un valor universal.

En uno de los prólogos concretó los motivos que lo llevaron a servirse de tan peculiar forma narrativa: lo mismo que en otras de sus obras, Don Juan Manuel muestra aquí un inequívoco talante pedagógico. Sin embargo, las enseñanzas suelen tener un fin práctico. Mas que encaminadas a orientarnos hacia la salvación de las almas, sirven para que aprendamos a sortear los peligros que el mundo ofrece o la forma en que se pueden afianzar las “honras, haciendas y estados”. No es, por tanto, raro que aconseje el disimulo, la astucia y la cautela como normas de comportamiento. También, igual que en el Libro de los Estados, defiende la necesidad de que cada persona se perfeccione dentro del estamento social en que esté encuadrado, sin pretender salir de él.

Como el resto de autores medievales, Don Juan Manuel, desprecia la originalidad temática. Las fuentes de sus relatos proceden de apólogos clásicos y orientales, relatos heroicos y bíblicos, crónicas, asuntos de la tradición oral y colecciones de “ejemplos” reunidos por predicadores con el fin de favorecer la asimilación de sus enseñanzas.

La originalidad hay que buscarla en la manera con que sabe aderezar y desarrollar los materiales que acarrea. En este sentido, hay que destacar su capacidad para dotar de complejidad psicológica a los personajes, sus observaciones sobre la historia y la vida cotidiana de su tiempo, los detalles autobiográficos que incorpora y, sobre todo, un estilo inconfundible, caracterizado por la brevedad, la concisión, la ironía y el sentido del humor.

En las cuatro partes restantes del libro, Patronio sigue satisfaciendo la curiosidad de su pupilo, pero con un didactismo más directo. Sin embargo, la complejidad de los asuntos tratados lleva aparejada una oscuridad y unas sutilezas crecientes. El libro II consta de cien proverbios; el III, de cincuenta; y el IV, en el que dominan los juegos conceptistas, de treinta. El V, más amplio, trata de la superioridad de los bienes espirituales sobre los temporales, de los requisitos para salvar el alma y de todo aquello que pueda entorpecer todo esto último.

Contexto de la obra:

Situación geográfica y política:

Esta obra corresponde al período de la historia que llamamos Edad Media y que va desde la caída del Imperio Romano en el siglo V, hasta el siglo XV.

En esa época se inicia la Reconquista en la zona asturleonesa. Cinco reinos integraban la Península: Navarra, Castilla, Corona de Aragón, Portugal y Reino Nazarí de Granada.

Situación social:

La sociedad estaba organizada en tres estamentos:

  • Pueblo llano: estaba formado por burgueses, mercaderes, profesionales, artesanos, pobres de las ciudades y el campesinado. Se trataba de un estamento carente de derechos y sujeto al pago de tributos e impuestos. Constituían el sostén de la España de esta época, pues sobre sus hombros descansaba la prosperidad de reyes, señores, dignidades eclesiásticas y ciudades.

  • Alto clero: formado por cardenales, obispos, abades, etc. Constituía el segundo estamento. Gozaba de privilegios como la exención de tributos y de un amplio poder en el terreno político. Tomando en cuenta el papel que ejercía la religión en el conjunto de la sociedad, era un estamento muy influyente, que se valía del bajo clero (párrocos, curas) para brindar apoyo espiritual al estado llano y así mantener la fidelidad del pueblo.

  • Nobleza: estaban en la cúspide de la sociedad. Eran los condes, duques y marqueses, cuyo poder y prestigio se debía exclusivamente al hecho de haber nacido en cuna noble. A partir del siglo XV, comenzó a incorporarse a este estamento una nobleza de toga, es decir, individuos que prestaban servicios a los monarcas y recibían a cambio un título nobiliario.

Situación cultural:

En aquella época convivían tres culturas: la andalusí, que habitaba zonas de dominio musulmán y hacen numerosas

construcciones arquitectónicas; la judía, que contribuye a la traducción de obras y conviven con los musulmanes; y la cristiana, que más tarde se convertiría en la única cultura aceptada en el reino.

Situación lingüística:

El latín ya había evolucionado en las diferentes lenguas romances: castellano, italiano, francés, provenzal, sardo, etc.

Situación literaria:

En esa época gran parte de la producción literaria era anónima. Las tendencias que había en esa época eran influiencias italianas, de Dante, Petrarca y Boccaccio; influencias francesas, que provocó el nacimiento del libro de caballerías; la continuación de mesteres antiguos; el teatro y la continuación de la actividad historiográfica y de los cuentos.

Estudio general de la obra:

Personajes:

El conde Lucanor, es el que plantea siempre el problema a su ayo y sigue sus consejos.

Patronio, ayo de Lucanor, es el que aconseja al conde contándole cuentos que sirven como enseñanza y consejo para el problema planteado.

También están los personajes parecidos en los cuentos relatados por Patronio.

Temas:

Don Juan Manuel se ve inmerso en los profundos cambios que produco el nacimiento de la burguesía; es por eso que como él era un caballero de origen noble que amasaba dinero y fortunas, era consciente de que le supondría una importante pérdida de poder la creación de esta nueva clase social. Por lo que resacata en su obra el ideal de caballero defensor. Los temas que aparecen son muy variados y todos los estados y estratos sociales - ricos y pobres, nobles y plebeyos, mercaderes, frailes, burgueses y prelados - están presentes en ella. Con ello don Juan Manuel nos muestra la realidad española de la época en toda su riqueza y complejidad .

Estructura:

La estructura presente a lo largo de cada relato es la siguiente:

  • El conde Lucanor tiene un problema.

  • Se lo cuenta a Patronio.

  • Patronio decide aconsejarle con un cuento.

  • Lucanor toma ejemplo y decide actuar en consecuencia.

  • Don Juan Manuel compone unos versos a modo de moraleja.

Vocabulario

Deán: en una catedral, eclesiástico que preside el cabildo o comunidad de canónigos en ausencia del obispo.

Hereje: cristiano que en materia de fe defiende doctrinas u opiniones que se apartan de los dogmas de la iglesia católica.

Lisonjear: decir a una persona de manera intencionada y generalmente desmedida, lo que se cree que puede agradarle.

Nigromancia: conjunto de conocimientos y prácticas que permiten la invocación de los espíritus del mal, especialmente del diablo, para conseguir fenómenos sobrenaturales.

Valoración personal:

No me gusta mucho este tipo de lecturas pero ya que no me queda otro remedio, escogí este libro porque los cuentos que en él se incluyen son conocidos en parte, y eso facilitaría un poco la lectura.

En los seis cuentos que he leído no he encontrado demasiada dificultad, excepto por algunas palabras, las cuales su significado desconocía, y que están incluidas en el apéndice de vocabulario.

No me ha resultado una lectura aburrida, ya que fue breve, y más o menos conocía los cuentos.

No me gustó especialmente, pero tampoco me disgustó, por lo que lo recomendaría a la gente para realizar trabajos, ya que las historias que plantea son popularmente conocidas, lo que facilita la comprensión y hace la lectura más amena.

Bibliografía:

Enciclopedia Encarta 2002.

Enciclopedia Interactiva Salvat.

http://www.rinconcastellano.com/edadmedia/condelucanor.html

http://www.cnice.mecd.es/eos/MaterialesEducativos/mem/aventlitera/html/autores/jmanuel.html

Pequeño Larousse Ilustrado, ediciones Larousse.

Sociales 3ºE.S.O., editorial Anaya.

Antología del cuento español 1, Arturo Ramoneda. Editorial Alianza.




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Enviado por:Caxu Pan
Idioma: castellano
País: España

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