Religión y Creencias


El ateísmo


ÍNDICE

PLANTEAMIENTO ................................................................................. 2

HUMANISMO EN GENERAL ................................................................ 4

EL ATEÍSMO ............................................................................................ 5

SENTIDO DE LA VIDA DESDE EL ATEÍSMO ..................................... 7

CONCLUSIONES ..................................................................................... 8

BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................... 10

PLANTEAMIENTO

En el ateísmo hay que diferenciar dos divisiones: el Ateísmo Práctico y Ateísmo Teórico.

El Ateísmo Práctico es el que, sin pronunciarse sobre la existencia de Dios, no le otorga ningún papel a la vida real; mientras que el Ateísmo Teórico es el que no admite a un ser que transcienda el mundo.

El Ateísmo Práctico, ha florecido en mayor o menor grado en todas las civilizaciones de elevado desarrollo.

Al margen de las formas que haya revestido a lo largo de los siglos, el Ateísmo Teórico aduce la existencia de ciertas contradicciones que permiten negar la existencia de Dios:

1º. El primer argumento insiste en la oposición entre naturaleza y Dios, y es típico del Ateísmo Científico; es decir, la naturaleza sigue sus propias leyes, y su explicación científica no necesita invocar la hipótesis de Dios. De la puesta entre paréntesis metodológica, se pasa a una negación dogmática. De la inutilidad de Dios en la práctica científica se concluye su inexistencia, no sin sustituirlo a veces por otras entidades. En todo caso, el Ateísmo Científico no deja de ser en sí mismo un postulado absolutamente indemostrable.

2º. Un segundo tipo de argumentación se apoya en la contradicción entre Dios y el mal, y su representación intelectual más desarrollada podemos encontrarla en el existencialismo. Ante el mal, sobre todo el que golpea al inocente, la conciencia moderna no ha hallado otra salida que la protesta y la rebelión; la imposibilidad última de integrar el mal en un orden moral compatible con la supuesta bondad divina genera por sí misma ese hondo sentimiento de frustración y decepción que encontramos en autores tan diversos como Dostoievski, Sastre o Camus, quienes, junto a otros, engrosan las filas de este ateísmo de protesta.

3º. El tercer argumento, propio del Ateísmo humanista, parte de la incompatibilidad entre Dios y la libertad humana. Si Dios existe, será el espectador absoluto del destino del hombre, quien sólo gozará de una libertad ilusoria, manteniéndolo bajo su mirada y su poder, dios reduce al hombre a la simple condición de objeto.

4º. El último argumento, que cabría atribuir a un Ateísmo Ontológico, opone lo infinito a dios. Nietzsche reprocha al cristianismo de haber reducido y limitado el campo vital del hombre, el haber anulado el infinito -el infinito humano, “nuestro infinito”- y sustituye al Crucificado por Dioniso, símbolo de la profundidad divina. Heidegger propone también abrirse a la profundidad abismal del Ser, sin intentar transformarlo en figuras del ente o concebirlo como fundamento de los entes. Al ser como fundamento opone el ser como Abgrund, resistiéndose a la “tiranía de logos”, trata de mantenerse abierto a la profundidad de lo real. Para Heidegger, sin embargo, el ocaso de la ontoteología no cancela la cuestión de Dios, sino que anuncia otra perspectiva de la esencia divina, no conceptual.

HUMANISMO EN GENERAL

Doctrina contemporánea por la cual se considera al hombre como parámetro del bien y el mal, por encima de cualquier idealismo o precepto religioso.

Se denomina Humanismo al movimiento de tipo intelectual que floreció en Italia en el siglo XV, caracterizado por un retorno a la cultura grecolatina. Los primeros vestigios de esta corriente se remontan a los siglos XII y XIII, por lo que es posible hablar de un Humanismo medieval.

Pero es en el siglo XIV, y, cuando alcanza su máxima plenitud No debe creerse sin embargo, que fue tan sólo en la península italiana donde se dio este fenómeno, ya que también en los demás países europeos vemos aparecer de manera simultánea idénticos síntomas. Pero cabe a Italia la gloria de ser el país en donde por cuajar mejor las nuevas ideas, el Humanismo alcanzó completo desarrollo y adquirió forma definitiva.

La aparición de textos clásicos perdidos encendió en Europa una admiración desbordada por la cultura grecorromana. Los hombres de letras del Renacimiento vuelven la espalda a la Edad Media y a la escolástica, obsoletas, ante el resurgir de la literatura, el arte y pensamiento antiguos. Los textos resucitados son meticulosamente estudiados y depurados de los posibles errores acumulados por la transcripción, y su bello y elegante lenguaje admirado e imitado. Consecuencia de ello fue el abandono del bajo y corrompido latín medieval para volver a la pureza lingüística de los siglos clásicos.

Del renovado contacto con la antigüedad surgió en el siglo XV un nuevo prototipo humano, un hombre ideal, en la plenitud de sus facultades físicas e intelectuales, seguro de su propio valer humano, entusiasmado ante sí mismo y sediento de glorias terrenas. La antítesis, en una palabra, del obscuro hombre medieval, aterrorizado ante Dios y obsesionado por su propia pequeñez. Al mismo tiempo, las supersticiones y dogmas de la iglesia medieval, que habían sumido a las ciencias en el terror de ser consideradas como brujerías, comenzaron a ser desechados ante el redescubrimiento del pensamiento científico de la antigüedad griega, latina y del Egipto helenístico.

La admiración por los clásicos introdujo, evidentemente una cierta paganización en las costumbres de la época, y más todavía, una visión laica de la vida. Sin embargo algunos dignatarios de la Iglesia lo acogieron a menudo con auténtico fervor, y se convirtieron en adalides suyos. Con su actitud crítica y combativa, creó el clima propicio para la aparición de la Reforma protestante. Entre los principales humanistas cabe citar primeramente a Petrarca, como iniciador de la corriente y después de él a Boccaccio, Lorenzo Valla, Juan Reuchlin, Guillermo Budé, Juan Luis Vives, Pedro Ronsard, y especialmente Erasmo de Rotterdam, cuya influencia fue decisiva en el posterior desarrollo del Humanismo europeo.

A partir del siglo XVI, el humanismo dejó de producir el fervor inicial y fue transformándose, paulatinamente, en la tónica esencial de la cultura moderna occidental.

EL ATEÍSMO

Definición: Argumento, doctrina o actitud que niega la existencia de Dios. En un sentido amplio, engloba tanto la incredulidad como la indiferencia religiosa.

Esta idea fue creada por Feuerbach. Nació en Landshut el 29 de julio de 1.804. Hijo de un destacado penalista, fue discípulo de Hegel y lector, a los 24 años, en la Universidad de Erlangen, pero más tarde se retiró a Bruckberg. Pronto abandonó el idealismo hegeliano para cultivar un materialismo naturalista. Feuerbach fue el precursor de K. Marx. En una carta a Hegel, presentándole su tesis doctoral, se declaró pronto a destronar la personalidad y "mismidad" (Selbst) del Dios cristiano y a derrocar el dualismo de religión sobrenatural y mundo sensible, Iglesia y Estado. Feuerbach propugnó el restablecimiento de los sentidos como fuentes iniciales del conocimiento, afirmando que era cierto que el espíritu informaba y determinaba el cuerpo, de tal modo que la vocación espiritual de un hombre podía influir en su forma de vida, pero también era cierto que ya antes el propio espíritu ha sido determinado por el cuerpo. Su crudo materialismo venía expresado en su famosa frase "el hombre es lo que come". Para Feuerbach el ser "sumo" era el hombre: homo homini deus; la comunidad del trabajo debería sustituir a la oración, ya que el hombre, como tal hombre, era terreno y necesitado. De esta manera la filosofía de Feuerbach configuraba y constituía un Estado enemigo de Dios. Escribió, entre otras obras, Esencia del cristianismo (1.841) y Bases de una filosofía del porvenir (1.832). Murió en Bruckberg el 13 de septiembre de 1.872.

La palabra ateísmo ha sido empleada peyorativamente para designar la acitud de los opuestos a cualquier doctrina teológica predominante.

Los primeros cristianos fueron llamados ateos por negar la existencia de los dioses griegos y romanos.

El materialismo de la antigüedad clásica encontró su expresión en los atomistas, como Demócrito, Epicuro y Lucrecio. Modernamente, el ateísmo aflora en el Siglo XVIII a través de las doctrinas de la Mettrie, D´Holbach, Dederor y Vogt. Por su parte, Hobbes y Locke proporcionaron su base materialista a la filosofía y la psicología modernas. En el Siglo XIX el materialismo se incorporó a las teorías científicas y sociales avanzadas para presentar el ateísmo en sistemas como el positivismo.

Las teorías sobre la evolución biológica constituyeron un reto a las viejas creencias religiosas sobre la creación, lo que condujo a un supuesto conflicto entre el pensamiento religioso y el científico.

Los fundamentalistas norteamericanos, considerando ateo el darwinismo, se opusieron a su enseñanza en el país. Pero en cuanto la ciencia moderna, especialmente mecanicistas de la materia en sus teorías del indeterminismo y la relatividad, la religión y la ciencia llegaron a una mutua tolerancia.

En el terreno práctico el ateísmo se asoció a los movimientos sociales revolucionarios inspirados en la Revolución Francesa. En la década de 1860 floreció el nihilismo ruso como movimiento intelectual radical. Nietzsche y otros pensadores encabezaron la reacción contra la Iglesia y su ética humanitaria. Carlos Marx llamó a la religión “opio de los pueblos” y la atacó por considerarla un interés creado.

El comunismo militante soviético se enfrentó con la iglesia y patrocinó el ateísmo. En 1941 quedaban en la Unión Soviética 4224 iglesias de las 46.547 existentes en 1917. La Constitución de 1936 restableció la libertad de cultos, pero soncervó la libertad de propaganda antirreligiosa.

En la Alemania Nazi surgió una filosofía antirreligiosa del poder, que trajo consigo el encarcelamiento de algunos jerarcas de la Iglesia y la persecución sistemática de toda religión organizada. Tras la II Guerra Mundial, el ateísmo encontró el apoyo de nuevas doctrinas filosóficas, como el existencialismo, que en Sarte tiende hacia un ateísmo agresivo.

En la actualidad, el alejamiento o negación de Dios es un fenómeno multitudinario que preocupa gravemente a las autoridades religiosas.

En el II Concilio Vaticano se reconoce que el ateísmo tiene valores positivos y puede ser provocado por un humanismo sincero y bien intencionado. Pero el hombre religioso cree que sólo la existencia de un ser supremo puede explicar el enigma de su propia existencia.

SENTIDO DE LA VIDA DESDE EL ATEÍSMO

El punto de partida de su reflexión es el hombre real y concreto, realidad absoluta, único objeto de la filosofía. Con este planteamiento abandona cualquier idealismo o espiritualismo. En contraposición al idealismo hegeliano, esta filosofía no parte de lo abstracto y meramente pensado, sino que su objeto universal y supremo es el hombre en su realidad total.

El hombre se distingue de los animales porque tiene capacidad de desarrollar conciencia de sí mismo, conciencia de humanidad. Es lo que lo caracteriza como especie.

El fracaso del hombre religioso ha sido precisamente proyectar su conciencia fuera de sí y atribuir a un ser que llama “Dios” todo lo que él mismo es. Si en la historia ha surgido la creencia de dios en porque el hombre se ha engañado en la comprensión de sí mismo y del mundo. Todos los atributos y predicados que la religión considera como propios de Dios (infinitud, bondad, perfección, etcétera) pertenecen en realidad al hombre.

Dios no es más que el espejo en el que el hombre se refleja a sí mismo, sus atributos, sus deseos de felicidad, sus necesidades. Dios es un fenómeno de “espejismo”, una creación del poder irresistible de la imaginación del hombre. La religión es una proyección de la conciencia humana que tiende a buscar su felicidad. Dios es el doble imaginario y perfecto del hombre.

Por eso, el hombre religioso está alienado (se ha hecho un extraño para sí mismo). Hay que acabar con la religión para que el hombre pueda ser realmente él mismo. La religión quedará totalmente superada cuando el hombre reconozca que no hay más dios que el mismo hombre, cuando el hombre se encuentre plenamente a sí mismo.

CONCLUSIONES

Después de haber terminado el trabajo y recapacitarlo, nos dimos cuenta de que teníamos otra idea sobre lo que en realidad pensábamos que era el Ateísmo.

Antes de hacer el trabajo, nuestra idea principal era que los ateos eran sólo personas simples que querían ser libres ante las injusticias del mundo. Pero son, con perdón de la palabra, ignorantes, ya que nunca se han parado a pensar de donde vienen las cosas y a donde van.

Después de todo esto, la definición de los ateos, es de personas ignorantes que no han podido pararse a pensar de donde han venido ellos mismos. Y quieren ser tan libres que no se pueden parar a encadenarse a un amor continuo y para todos.

BIBLIOGRAFÍA

  • Espasa Calpe, Diccionario Enciclopédico ESPASA, Tomo 4, 1236 - 1237

- Equipo Editorial DURVAN, S. A., Diccionario Enciclopédico DURVAN,

Tomo 1, 568 - 569, Artes Gráficas Grijelmo S.A., Bilbao, 1972

  • Johannes Hirscheberger, Historia de la Filosofía, Parte 2ª, 142, 192, 275,

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  • Antonio González Fraile, Yo soy el Camino, pág. 21, Ediciones Paulinas,

Madrid 1982

  • Javier Cortés - Miguel Ángel Cortés, Fe y sentido de la vida, págs. 26 -27,

Ediciones S.M.

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