Psicología
Efecto Placebo
Efectos Psicológicos del
Efecto Placebo
INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo se revisan todos los aspectos que presenten mayor o menor relevancia en el tema del efecto placebo. Para esto se basa en las distintas definiciones que se le da a este concepto y las diferencias que existen entre las distintas posturas, todo esto respaldado por una variedad de investigaciones y tratamientos que se han realizado.
También es importante rescatar cuáles han sido los efectos positivos y negativos que se han registrado durante los años de investigación. Las distintas visiones que se tiene de esto, el por qué de la controversia acerca de aceptarlo como un tratamiento médico igual a los demás, qué hace pensar a las personas que ciertos rituales o mitos tienen un efecto de curación, etc.
Otro punto importante de destacar y precisar son todos los aspectos o factores necesarios para que se dé como resultado una respuesta placebo, dentro de éstos está todo lo que rodea al sujeto, su mundo externo, pero igualmente importantes son los factores internos o mundo interno, donde se encuentra la estructura de su personalidad con todas sus características.
La entrega de esta información incluye algunos casos verídicos de sujetos sometidos a experimentar con placebo, opiniones de profesionales de la salud frente al efecto placebo, postulados y planteamientos de enfoques psicológicos con respecto al tema.
El objetivo es poder conocer más a fondo lo que es Efecto Placebo, sus causas y junto con esto sus consecuencias y también introducir al lector en el efecto contrario al Efecto Placebo: El efecto Nocebo.
MARCO TEÓRICO
Antes que todo es importante resaltar que existe una diferencia entre los términos Placebo y Efecto Placebo. En base a todo lo investigado se ha observado que el concepto PLACEBO se refiere a aquella sustancia farmacológica que es inocua, inerte y que es capaz de provocar efectos positivos en aquellas personas que tienen la certeza o suponen que sí es efectiva. Y el EFECTO PLACEBO se entendería como aquel fenómeno o experiencia individual en el cual los síntomas que padece el sujeto pueden mejorar con un falso tratamiento o falso efecto farmacológico de la sustancia, para que esto suceda es necesario que el paciente tenga una base que le confirme o le compruebe genuinamente que esto realmente ocurre. Dentro de esto último se puede decir que existen muchos aspectos que influyen en esta confirmación, los cuales se abarcan más adelante.
La palabra PLACEBO viene del verbo latín PLACERE que significa “complaceré”, es decir, satisfacer, agradar. Proviene de la Biblia cristiana, la palabra apareció por primera vez en el salmo 116 y adquirió connotaciones científicas en los diccionarios a lo largo del tiempo. Después de varios errores de traducción, fue incorporado al lenguaje médico como un sustantivo sólo hasta 1811 cuando aparece definido en el HOOPER'S MEDICAL DICCTIONARY como “toda medicación prescrita más para complacer al enfermo que para resultarle útil”. Así surge el elemento psicológico que más tarde permite que A.D.BERG 1950 separe los conceptos de placebo y efecto placebo (lo cual ya fue planteado anteriormente) al afirmar que “toda intervención terapéutica incluido el placebo tiene efecto placebo”.
A esta palabra también se le dio uso en la Edad Media para referirse a las mujeres que eran pagadas para lamentarse en los funerales y entierros de extraños; estas mujeres eran llamadas plañideras.
A pesar de todo lo sabido acerca de este efecto placebo, que viene siendo descrito hace milenios por los griegos, no se había estudiado específicamente, hasta que recientemente se conoció una investigación que se llevó a cabo por los expertos en el tema, en la Universidad de Los Ángeles, California (UCLA), la cual reveló que existen cambios en la actividad cerebral de aquellos sujetos que han sido sometidos al Placebo.
Placebo como concepto significa “sustancia que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, produce algún efecto curativo en el enfermo, si éste la recibe convencido de que esa sustancia posee realmente tal acción” (Diccionario de la Real Academia Española).
En otras palabras, es posible entender al Placebo como un medicamento o acto terapéutico o no terapéutico, desprovisto de función o actividad farmacológica propia; esto no quiere decir que en todos los casos estos medicamentos sean inactivos, de hecho su administración produce frecuentemente algún tipo de efecto y este último es lo que conocemos como el Efecto Placebo. Éste se puede producir por sustancias inertes como la lactosa o por pseudo medicamentos, dentro de éstos están las conocidas infusiones de hierbas o vegetales y minerales o vitaminas que muchas veces son innecesarias, las cuales se usan con el fin de lograr una acción fisiológica esperada; también está el llamado placebo puro que es aquella sustancia de tipo terapéutico que carece de acción fisiológica, y otro es el placebo activo conocido como el fármaco que sí está dotado de acciones fisiológicas, aunque no específicas para esa enfermedad en particular.
Como ya se ha planteado la forma de cómo comprender el significado de la palabra placebo, también se puede decir que se puede entender el efecto placebo como aquellas modificaciones objetivas o subjetivas que se producen en el estado de un individuo al que se le ha administrado un placebo de cualquier especie. Este efecto produce y depende a la vez de muchos otros efectos. Éstos y toda la variedad de tipos de placebo serán descritos con mayor especificidad durante el clímax y desarrollo de nuestra investigación.
El EFECTO PLACEBO es un fenómeno que posible de observar, medir en una persona o en un conjunto de ellas, durante un tratamiento en el cual se ha administrado Placebo. En las investigaciones y experimentos que se han realizado respecto al efecto Placebo en los seres humanos, los investigadores trabajan con lo que ellos llaman “a doble ciego”, este concepto se entiende como el experimento en el cual se separa la muestra de personas en dos grupos, uno de ellos es el “grupo de control”, en el que se le administra a los sujetos drogas o tratamientos convencionales y el segundo grupo es el conocido como “grupo experimental”, donde se les administra el tratamiento tipo placebo. El investigador nunca sabe cuál es el grupo que recibió el placebo, sólo obtiene esta información cuando tenga en sus manos los resultados, todo esto para evitar que el investigador incurra en distorsiones de observación y de medición. Este tipo de investigación fue utilizado por los expertos de la Universidad de Los Ángeles, California, para comprobar que sí existen cambios cerebrales producidos por el placebo. La investigación se trataba de medir con electroencefalografía el flujo sanguíneo cerebral de 51 pacientes que fueron elegidos en forma aleatoria, ellos debían ingerir placebo y otros antidepresivos. Los que ingirieron antidepresivos mostraron una mejoría superior frente a aquellos que ingirieron placebo. Lo interesante de esta investigación es que en ambos grupos se observó cambio en los exámenes del flujo sanguíneo, aunque en distintas zonas del cerebro. A partir de esto se puede comprender con mayor claridad que “como los detalles de los mecanismos neurofisiológicos del placebo no son bien conocidos, este estudio es pionero, porque demuestra empíricamente que el efecto placebo no sólo existe, sino que tiene un correlato cerebral” (Doctor Andres Heerlein, jefe de unidad de Psiquiatría de Clínica Alemana).
Pero el Efecto Placebo, sorprendentemente, no es un efecto observado y comprobado solamente en seres humanos. Existe un estudio donde se observó el efecto en animales, en la década de los 80. El doctor Robert Ader y sus colegas de la Universidad de Rochester (Nueva York) demostraron lo profundamente subconsciente que puede llegar a ser una respuesta condicionada. Inyectó una potente droga llamada ciclofosfamida, cuyo efecto lentifica el sistema inmunológico, a varias ratas. Mezcló la sustancia con sacarina. Al pasar el tiempo dejó de suministrar la ciclofosfamida, pero siguió con la sacarina, lo que, al parecer, se convirtió en el estímulo condicionado. Más tarde, las ratas mostraron una significativa caída del número de células inmunológicas. Esto demuestra que el condicionamiento puede ser un factor importante en la experiencia subjetiva de la sugestión y del Efecto Placebo.
Este experimento es muy útil para constatar la importancia del condicionamiento en este efecto. Otro investigador, Howard Brody, quien define al Placebo como "la farmacia del cuerpo” postula que cuando una persona se acostumbra o condiciona a tomar un analgésico, asocia el estímulo no condicionado (el alivio de un síntoma doloroso) con el estímulo condicionado (la medicina). Por ejemplo, un niño que se corta y sangra y su madre le coloca una tirita y la herida deja de dolerle. El estímulo incondicionado, es decir, el alivio del dolor, ocurre por la curación natural del cuerpo, pero la experiencia del niño queda asociada al estímulo condicionado: la tirita. Brody sostiene que el niño está condicionado a experimentar una analgesia, es decir, que se le quite el dolor cada vez que le duela alguna parte del cuerpo y le pongan una tirita. Lo mismo ocurrirá en la adultez, con la experiencia de tomar algún medicamento.
PLACEBO Y DOLOR
El dolor es aquel fenómeno que se define como la respuesta a un estímulo ofensivo que se presenta ante la neurona receptora, esto se expresa en el sujeto como una sensación desagradable. Todo esto a su vez lleva a la activación de un mecanismo de alertas que desatan reacciones motoras sobre los sistemas musculares y neurovegetativos. Entonces en la experiencia de dolor participan todos los sistemas neurofisiológicos, bioquímicas y psíquicos del organismo, esto dependiendo del tipo de lesión o el área que ha sido afectada por este estímulo ofensivo.
Luego de esta definición generalizada del dolor, es posible hacer referencia a la dualidad que se da entre los conceptos placebo y dolor.
El Efecto Placebo en general, tiene como función o finalidad el terminar con los síntomas, dolores, molestias, signos e indicadores de que algo ocurre en nuestro organismo, entendiendo estos signos como todos aquellos que perturban nuestro comportamiento cotidiano y normal. Por esto se puede afirmar que existe una gran asociación entre el efecto placebo y el dolor. Esta asociación o conexión que se da, entiende o describe como un fenómeno generado en la mente o psique del paciente, a través de lo cual se produce una disminución en la intensidad del dolor percibido por el sujeto, sin la necesidad de que exista un método terapéutico, físico, psicológico o químico. Aquí lo que ocurre es que la influencia se percibe más allá de la eficacia propia de un determinado fármaco. Esta misma situación en el ámbito biológico y químico del organismo humano se puede entender de la siguiente forma: Para que se dé este tipo de analgesia frente al dolor, es necesario antes que nada suponer que el paciente tiene una completa y compleja subjetividad con respecto al Placebo, es decir, la sustancia. Esto generará secreción de varias sustancias, como los polipéptidos del grupo mórfico, que son elementos de proteínas que tienen efecto analgésico, ejemplo de éstas son la leuencefalina y metencefalina, y otros opiáceos endógenos como las endorfinas, sustancia que se origina en el precursor hipotalámico. Éstos liberan anestésicos naturales cuando comienzan a funcionar las albúminas heterólogas (proteínas de la sangre) en la hipófisis anterior. Así mismo la hormona serotonina cumple o desempeña su función analgésica, la cual contiene como molécula precursora el amino I-tripofano, que también es liberada por la hipófisis anterior, y ésta última estimula la glándula suprarrenal y a sus hormonas inhibidoras-estimuladoras, como la adrenalina, el cortisol, la epinefrina y la aldosterona.
Según todo lo anterior se puede decir que el efecto placebo genera situaciones de curación frente al dolor y también la inflamación, al estimular la secreción de opiáceos y hormonas.
También existe una explicación del efecto, pero a nivel cerebral: “La corteza prefrontal -área activada por el placebo- se relaciona con la motivación, aspectos abstractos del pensamiento y con algunas depresiones en las que se ha descrito una disminución de la perfusión -flujo sanguíneo- de esta misma zona” explica el Doctor Heerlein.
Siguiendo con el tema cerebral, existe una teoría que describe, desde su postura, lo que ocurre frente al uso de Placebo, es la teoría creada por Milton Erikson, conocido como el padre de la Hipnoterapia Moderna. Él reconoce una estrecha conexión entre la mente, el cerebro y el cuerpo. Y su teoría postula que existen redes de información que pasan desde el ambiente externo del sujeto al cerebro y, a continuación, a todo el cuerpo, a través de lo que ellos llaman “moléculas mensajeras”. Uno de los discípulos de su teoría, el Dr. Ernesto Rossi, plantea que las curaciones milagrosas o espontáneas no son valoradas o reconocidas en forma positiva por la ciencia debido a nuestra mente racional, y que como estas curaciones no son válidas ni confiables debido a su irregularidad, éstas no existen para la ciencia. Además dice que para una parte de la ciencia tradicional, el efecto placebo es un “factor fastidioso”.
La teoría eriksoniana considera que existen muchas enfermedades las cuales, desde su punto de vista, pueden ser curadas al conocer el tipo de comunicación psicofísica, dentro de esto está el placebo y también algunos factores determinantes del estrés.
Para concluir con el tema de Placebo-Dolor se han incluido en la investigación algunos casos reales para demostrar que la respuesta al Placebo no sólo se puede manifestar en la cura, sino también en la enfermedad, y luego algunos comentarios con relación al efecto placebo y a los casos presentados. Esto, con el fin de aclarar y permitir reflexionar sobre el uso del Placebo.
CASO 1 “Vida y Muerte”
En una misión en el Pacífico Occidental, un médico de la Fundación Rockefeller tuvo que convivir con nativos. El hecho involucraba al sacerdote de la misión, a su asistente, a un nativo llamado Rob y un hechicero llamado Nebo. Lo que ocurrió es que el sacerdote pidió al doctor que examinara a Rob, ya que él mismo había constatado que éste se encontraba enfermo, pero el médico no encontró ningún índice de esto ni tampoco alguna referencia de que el sujeto experimentara algún tipo de dolor, pero sí quedó impresionado al constatar que el nativo estaba enfermo y muy débil. Luego, el médico se enteró de que el hechicero había apuntado a Rob con un hueso, y esto había convencido al nativo de que moriría muy pronto. Así, el médico y sacerdote buscaron a Nebo para que se presentara ante el nativo para explicarle que nada malo podía ocurrirle. Si no lo hacía su provisión de alimentos que era dada por la Fundación, se terminaría. El hechicero fue hasta donde Rob acompañado por el sacerdote y el medico, Nebo se acercó a Rob y le dijo que todo había sido un engaño, una broma. El médico quedó impresionado ante el cambio del nativo, quien pasó de un estado casi comatoso o moribundo a una fase saludable, con tal fuerza física irreconocible.
CASO 2 “El señor Wright”
El Sr. Wright era un sujeto que sufría de un mal generalizado y avanzado que afectaba sus nódulos linfáticos, un linfosarcoma. Él desarrolló resistencia a todos los tratamientos paliativos y anemia lo cual le impedía usar la quimioterapia. Para este momento el sujeto ya presentaba tumores del porte de una naranja en axilas, cuello, ingle, pecho, abdomen. Estaba en estado terminal, no tratable, sólo se le administraban sedantes para aliviar la etapa final.
A pesar de esto él se sentía muy esperanzado y le pidió a su doctor que lo incluyera en un grupo de investigación en el cual se pretendía poner a prueba cierta droga, argumentando que no tenía nada que perder. La droga se llamaba Kreboizen, y al Sr. Wright sólo le habían pronosticado dos semanas más de vida. Entonces el médico lo incluyó en la investigación. La primera dosis de la droga fue un día viernes, y el médico llegó el lunes al hospital pensando que Sr. Wright ya había dejado de existir, pero no fue así. Milagrosamente el sujeto se encontraba mejor que nunca, no presentaba fiebre y no se le observaba para nada abatido, como era su estado normal. Los tumores habían desaparecido, mostrando una regresión tan rápida que ni el mismo médico podría explicar. El paciente fue dado de alta, y durante su estadía en el hogar se enteró por medio del diario que el Krebiozen era una sustancia inocua. Esto le provocó una recaída y volvió al hospital. Esta vez, fue su propio médico quien le propuso volver a retomar las inyecciones de Krebiozen, argumentando que la droga sí surtía efecto y que el artículo del diario era falso por que hacían referencia a otras drogas. El doctor hizo esto por que sabía que daría resultado, ya que su paciente había demostrado tener gran esperanza con respecto al efecto de la droga y sus efectos positivos ya se habían confirmado y, además, no había otra opción. Así, otra vez la enfermedad presentó una regresión al administrarle las droga, el sujeto se recuperó y volvió a su casa, los tumores esta vez se disolvieron, y el paciente volvió a caminar. Pero el final de este caso no fue positivo, por que Sr. Wright falleció semanas después cuando nuevamente se volvió a publicar un artículo que enfatizaba que el Krebiozen no tenía ninguna función.
Este último caso se calificó como un clásico para el dilema de la respuesta placebo, incluso en enfermedades terminales como el cáncer.
Los médicos que se encontraban a cargo de la salud del Sr.Wright concluían que había sido el optimismo del paciente lo que había influido en varias fases de su enfermedad, mientras que el paciente le atribuyó al placebo la función salvadora, lo que lo llevó a una prolongación de su vida y al mismo tiempo se presentaron muchos índices de cura.
COMENTARIOS IMPORTANTES ACERCA DEL EFECTO PLACEBO
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Si el médico le dice a un paciente que lo que le prescribió era placebo, (por ejemplo que tomó glucosa en vez de un antidepresivo) las expectativas del paciente bajarán de nivel o se anularán y, por lo tanto, el efecto placebo y el bienestar adquirido desaparecerá. Esto se puede observar claramente en el caso anteriormente descrito del Sr. Wright.
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La situación anterior puede llevar al médico tratante a comunicarle al paciente que lo que le prescribió es una droga farmacológicamente activa, entraría en una situación de falta de ética profesional porque la información sería falsa.
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Otra situación que se puede dar a partir de la anterior es que quizás por administrarle el placebo la persona no muestre una mejoría y todo ese tiempo que le aplicaron placebo fue tiempo perdido por no haberle aplicado un fármaco que sí le podría haber disminuido el dolor.
Los dos casos anteriormente expuestos presentan finales totalmente distintos; esto por dos aspectos que se pueden reconocer sin mucho análisis del tema, y es que ambos protagonistas son personas muy distintas: el primero, era una persona apegada a las creencias y cultura de su zona; el segundo, era una persona de ciudad con una actitud positiva y esperanza hacia la cura de su enfermedad. Además el tipo de placebo que en ellos se uso también es diferente. Por esto, a continuación, ahondaremos en los tipos de placebos que se conocen, los efectos de éstos y además todos los aspectos que influyen en el desarrollo de una respuesta Placebo.
TIPOS DE PLACEBO
Hace un tiempo el término placebo solamente se refería a las sustancias suministradas como medicamentos, pero en la actualidad al ampliarse su definición, y sobre la base de variados estudios se va a considerar al placebo tanto a palabras, gestos o contacto físico, como también a objetos, intervenciones quirúrgicas, etc. A continuación se detallan los tipos de placebo:
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Píldoras, tabletas, inyecciones: se administran sustancias farmacológicamente inactivas para el paciente (azúcar, sustancia salina, etc.) Las píldoras pueden contener almidón; las tabletas son más complicadas porque contienen una larga lista de sustancias como lactosa, que permiten que la pastilla se disuelva en el estómago. Estas sustancias son inertes y tienen el mismo aspecto de las pastillas comunes, pero sin el componente activo, por lo tanto, las personas que las ingieren creen que éstas producen un efecto curativo.
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Objetos: usualmente las personas usan brazaletes, en donde muchas incluyen el cobre como el componente que produce el efecto curativo. Un ejemplo de esto es “la pulsera de los once poderes” de Omar Gárate, quien en su programa de radio da a conocer experiencias individuales gracias a testimonios del “poder” de la pulsera. En estos casos los sujetos que tienen la pulsera sienten que están protegidos de hechizos y que ésta es capaz de darles buena fortuna o un mejor vivir. En relación al efecto placebo las personas la han usado como terapia para quitar el dolor, como es el caso de una señora que llamó a la radio y comentó que su hijo sufrió un accidente mientras jugaba. El niño se golpeó en la cabeza, lo que le provocó un hematoma que le causaba mucho dolor. Entonces ella le dió uso a su pulsera frotándola en forma de cruz sobre la cabeza del niño y con esto su hijo dejó de sentir el dolor.
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Contacto físico: el tomarse de las manos, el contacto físico como abrazar, apretar la mano y acoger al otro amorosamente, se convierte en manifestación de afecto, con intencionalidad y ternura. El contacto físico agradable es una forma de comunicación no verbal amorosa, por lo tanto, la persona percibe sentimientos de apoyo, seguridad y confianza. Es necesario agregar además que la exploración física que hacen los médicos en búsqueda de síntomas también puede considerarse como efecto placebo, ya que el tacto humano es considerado terapéutico.
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Dentro de la comunicación también está la comunicación verbal, en donde se encuentran las palabras, las que permiten la confirmación de las creencias del paciente. Otro aspecto a considerar es cuando se les comunica a las personas el ciclo del tratamiento. Es así como los pacientes se anticipan y se proyectan hacia su mejoramiento, lo que permite que respondan de manera favorable hacia éste.
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Gestos: cabe también dentro de la comunicación no verbal, pero sin contacto físico.
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Intervenciones sociales: son el contagio social, medidas que inducen el efecto en la población.
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Intervenciones quirúrgicas simuladas: hoy en día son conocidos como “cirujanos psíquicos”, en donde es común escuchar a las personas que solicitan su ayuda mediante una carta que describa la dolencia del paciente, la que luego es evaluada si es viable o no. Luego se procede a esperar a que estos “cirujanos” visiten espiritualmente al paciente en la noche mientras duerme para poder ser operado. El factor más decisivo en este tipo de efecto placebo es la fe que los lleva a poner en manos de estos curanderos su dolor.
Otro tipo de placebo que es necesario incluir son las exploraciones complementarias, porque los instrumentos tecnológicos sorprenden a los pacientes creyendo que estos aparatos pueden descubrir y “ver” todo lo que les pasa dentro del cuerpo humano, alcanzando un diagnóstico certero.
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL EFECTO PLACEBO
Para que el placebo sea exitoso como terapia para reducir el dolor es necesario que existan una serie de características. Aunque las características de mayor relevancia son las de la persona que recibe el placebo, no dejan de ser importantes los factores tanto ambientales como los del médico tratante.
Características propias del placebo: Se refiere a cómo influye el tamaño, el precio, la forma, el color, el sabor, la presentación, etc. en cuanto al tipo de placebo como objeto (pulsera, píldora, etc). Se ha demostrado que en relación con la presentación del medicamento (Lasagna L. Moateller F, Von Felsinger JM, Beecher HK. A Study of the Placebo Response), se encuentran pacientes que demuestran cierta tendencia hacia un color específico, sobretodo si es que un medicamento del mismo color le hizo efecto en una ocasión anterior. Las personas además suelen recordar más características de las pastillas (forma, color, tamaño, etc.) que del nombre del fármaco mismo. También se ha comprobado que los placebos que tienen un costo monetario mayor o que tienen una mejor presentación tienden a crear mayores expectativas de efecto curativo en las personas que los consumen. Cuando un paciente ha leído libros y artículos en los que se elogia el producto, se observa un aumento en la intensidad del efecto placebo. Acá también se debe considerar la vía de administración del placebo, es habitual que las personas tiendan a privilegiar la efectividad de las inyecciones por sobre las píldoras.
Características de los síntomas o de la enfermedad: Es más probable que el efecto placebo aparezca ante situaciones o enfermedades reversibles y las que presenten un gran componente psicológico, como, por ejemplo, el insomnio, la depresión, la ansiedad. En relación al tratamiento de la depresión, un destacado psiquiatra, Walter Brown, de la Universidad de Brown, EEUU, que trabaja en el departamento Bio Med Psychiatry & Human Behavior (http://www.brown.edu), ha propuesto que se utilicen placebos como tratamiento inicial para pacientes con depresiones leves o moderadas. En realidad, los médicos podrían decirle a los pacientes lo siguiente antes de administrar el fármaco: “Estos comprimidos no tienen ingredientes activos, pero algunos estudios han descubierto que surten efecto en muchos casos”. Brown sostiene que existen pruebas de que los pacientes suelen responder bien al placebo, aún cuando escuchan esta explicación antes de tomarlos. Con relación a lo anteriormente descrito, es también importante agregar que las personas que padecen depresión responden de manera muy efectiva al placebo ya que ésta es una enfermedad que es definida por sus manifestaciones clínicas - en ausencia de marcadores biológicos- como una enfermedad de la “mente” (SILVA, Hernán. Placebo: un tratamiento difícil de superar. Rev. chil. neuro-psiquiatr., abr. 2002, vol.40, no.2, p.6-8. ISSN 0717-9227).
La relación médico-paciente: Influye el grado de confianza que se haya logrado con el medico, el tipo de información que le da al paciente, si es alentadora o no. A lo largo de todo el mundo hay muchas culturas y no necesariamente es imprescindible un médico profesional para que sea efectivo el efecto placebo, también éste puede ocurrir con equivalentes como curanderos, brujos o chamanes, solo basta con que la persona confíe en su terapeuta y así el efecto placebo ocurrirá con mayor probabilidad. Lo que determinantemente parece influir es el prejuicio que tiene el paciente respecto al terapeuta al que le confió su dolor, junto con la institución que lo respalda. Este prejuicio incluso puede abastecerse de comentarios de otros pacientes sin que haya tenido experiencias previas con el terapeuta. O incluso si es que el médico tiene o no buena presencia, prestigio o buen trato. Dentro de este punto podemos destacar la visión que se tiene en general frente a los psicólogos, reconociéndolos o describiéndolos como sujetos con cierto poder mágico, lo cual en la realidad no es más que una especulación o prejuicio.
El tipo de paciente: En Psicología se sabe que los pacientes que tienen mayor probabilidad de tener el efecto placebo suelen ser ansiosos, con mayor labilidad o inestabilidad emocional, autoobservadores y dependientes.
En relación con lo planteado es necesario controlar la ansiedad de los pacientes, esto significa que si se logra disminuir la ansiedad de una persona muy ansiosa se facilita la sugestión, esto se puede dar también en forma inversa, es decir, el proceso de sugestión disminuye la ansiedad.
Otro aspecto muy relevante que se asocia al paciente es si es creyente de alguna religión que le permita depositar su dolor en la fe y expectativa de que algo o alguien divino lo ayudará a solucionar sus dolencias.
En un reciente estudio de la Universidad de Duke (http://www.duke.edu/) se ha destacado un fármaco probado desde hace mucho más tiempo. Un equipo de investigadores examinó a 87 pacientes de edad avanzada que sufrían depresión, de los cuales, aproximadamente, la mitad estaba sometido a tratamientos de psicoterapia, de antidepresivos o de una combinación de ambos. El factor más directamente relacionado con la mejora del estado del paciente no era ninguno de estos costosos tratamientos, sino su grado de religiosidad.
Ambiente físico de la situación curativa: Dependiendo del paciente y sus preferencias que pueden ir desde, por ejemplo, los que depositan su confianza en el tipo de sala de espera, o cuán organizado y limpio es el lugar donde se lleva a cabo la experiencia curativa, incluso la puntualidad de la entrevista. Hay pacientes que son estrictos y que ponen su atención en el tipo de acceso a la consulta, comodidad de la camilla, mucha o poca instrumentación, color de las paredes, luminosidad. En conclusión, el aspecto general de la consulta.
El nivel cultural del paciente: Éste puede ser muy decisivo y determinante en el efecto del placebo. Se plantea que personas con un bajo nivel escolar o no escolarizadas se dejarán influir por la autoridad del médico más que personas con nivel alto o medio de educación.
PLACEBO EN MEDICINA Y PSICOTERAPIA
Existe controversia acerca del uso del placebo en medicina; algunos profesionales sostienen que el utilizarlo o prescribirlo supone mentir al paciente y que puede afectar la confianza en el médico; otros, están de acuerdo con su uso, e incluso lo incentivan, pues está a favor de la mejoría del paciente y también de nuevos progresos en investigación científica.
Un estudio realizado en Israel y publicado por el periódico estadounidense “The New York Times”, reveló que de un total de 89 médicos y enfermeras de este país, el 60% afirmó haber utilizado o prescrito placebo a sus pacientes.
Las afecciones de los enfermos eran, entre otras, dolores de parto, dolores en general, ansiedad, agitación, vértigo, problemas de sueño, asma y síntomas de abstinencia a las drogas.
De los doctores y enfermeras que los utilizaban, el 68% decía a sus pacientes que estaban recibiendo medicinas verdaderas; el 17% no les decía nada con respecto a lo prescrito (el placebo); el 11% les decía que era una medicina no específica y el 4% les decía la verdad; es decir, la mayoría de los pacientes no sabían que estaban recibiendo una “falsa medicina”.
Las razones por las cuales los doctores y enfermeras dijeron utilizar este tipo de sustancias eran: el 43% dijo que los pacientes solicitaban medicinas injustificadamente; el 28% lo hacía para probar si los síntomas del paciente eran reales o imaginarios; el 15% lo hacía para ganar tiempo entre dosis de medicina real y el 11% comentó que su razón era que el paciente dejara de quejarse.
El doctor Pesach Lichtenberg, psiquiatra del Herzog Hospital y de la Hadaza Medical School de Jerusalén afirma creer real el efecto placebo y que su ayuda es, a veces, más segura que muchas drogas. Asegura que “el efecto placebo tiene un lugar legítimo en el tratamiento médico”, sin embargo, agrega que está mal mentir a los pacientes, por razones éticas: existe controversia con respecto a decirle al paciente que está recibiendo un analgésico o antibiótico y que no sea así, o decirle que se le está administrando un agente que ha demostrado ser específico a pesar de no saber ciertamente la manera en que actúa.
Según Rolando González, alumno de Medicina de la Universidad Católica de Chile y que egresa a fines del presente año, el placebo es un recurso muy utilizado sobretodo en investigaciones, donde se trabaja con el método de “doble ciego” y también para las enfermedades y dolores más “psíquicos” de las personas. En el caso de investigaciones, si se investiga alguna sustancia intravenosa se utiliza algo sin efectos para la persona, como suero; si se investiga algún tratamiento oral se usa alguna sustancia como las anteriormente descritas: azúcar, almidón, etc. Según González, en la práctica diaria lo más usado son medicamentos como el paracetamol para personas con dolores que no tienen causa fisiológica y se le entrega al paciente como “un medicamento nuevo, muy efectivo en el tratamiento de los dolores”, sin especificarle que se trata del usual y conocido analgésico.
Ya hace más de cien años, Freud estudiaba la participación de fenómenos psíquicos en fenómenos fisiológicos. Es necesario recordar que el campo profesional de Freud era la medicina. Una de sus conclusiones fue que la sugestión involucraba estos dos fenómenos, un ejemplo de ello es el sueño: nos lo provocamos por medio de la sugestión, al prepararnos mentalmente para ello mediante un ritual habitual y la expectación psíquica que esto conlleva, y también suele precipitarse involuntariamente como consecuencia del estado fisiológico de la fatiga.
En una conferencia en el Colegio de Médicos de Viena en 1904, Freud reconoció la “palabra”, es decir, al lenguaje o a la capacidad comunicativa como el método más poderoso para que un hombre influya en otro, nada más natural que el esfuerzo del médico por predisponer favorablemente el estado anímico del paciente para la curación. “Sin que el médico se lo proponga, a todo tratamiento por él iniciado se agrega en acto, favoreciéndolo casi siempre, pero también, a veces, contrariándolo, un factor dependiente de la disposición psíquica del enfermo”. Sin embargo, advirtió que los efectos de la sugestión en la eliminación de manifestaciones de alguna enfermedad, tienen una corta duración, por eso el padre del Psicoanálisis no incluyó en su método el uso de la sugestión, pues aspiraba a una cura duradera de los síntomas y a la autonomía del paciente con respecto del terapeuta.
En psicoterapia se conoce al placebo como cierto tipo de intervención psicológica que no incluye algún componente activo.
Algunos estudios como el de Blanchard y Andrasik (1982) sobre el tratamiento de cefaleas nerviosas y los del Proyecto de Seguridad Cualitativa de Australia y Nueva Zelanda (1983) sobre el tratamiento de la depresión demuestran importantes resultados con respecto de los efectos del placebo en psicoterapia: los pacientes que siguen un proceso psicoterapéutico mejoran en mayor proporción que los que reciben tratamientos placebo, mientras que los pacientes que reciben tratamiento placebo mejoran más que aquellos que están en listas de espera o en grupos de control sin ningún tipo de tratamiento. Es decir, el uso de la psicoterapia sigue siendo superior al efecto placebo, pero, se observa un mayor efecto en la mejoría de personas en las que sí se utiliza placebo, que en las que no se interviene de modo alguno.
Al igual que en medicina, existe controversia y desacuerdo en el uso de tratamientos placebo en la investigación psicoterapéutica, por los problemas metodológicos y éticos que implican.
El Efecto Placebo explica el 15% de los cambios producidos en la psicoterapia. Los otros factores son: factores extraterapéuticos (40%); factores comunes (30%) y técnicas aplicadas en la terapia (15%).
Para entender estos factores es necesaria una breve descripción de ellos:
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Cambio extraterapéutico: Variables del paciente y de su contexto, independientes de la terapia, por ejemplo la severidad de trastorno, la motivación, la capacidad de relacionarse, la fuerza del ego, la disposición psicológicas, la habilidad para identificar un problema concreto, red de apoyo social, entre otras.
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Factores comunes: Se entienden como variables compartidas por todas las terapias, como son una relación terapéutica segura, la experiencia correctiva o la atmósfera de apoyo que se crea en cualquier tipo de terapia eficaz.
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Técnicas: Procedimientos específicos de cada terapia, entendiéndose como la interrelación entre el paciente y las determinadas técnicas o estrategias utilizadas por el terapeuta y no a las técnicas en sí.
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Efecto placebo: Expectativas del paciente de recibir ayuda, credibilidad de las técnicas percibida por el paciente.
Si se analizan estos porcentajes se puede concluir que el paciente es quien más contribuye al éxito de la terapia ya que el cambio extraterapéutico y el efecto placebo explican un 55% del cambio total y los factores comunes y las técnicas explican un 45% del cambio.
Es importante señalar que tanto en medicina como en psicoterapia el placebo no sólo puede producir mejoría en aspectos psíquicos o fisiológicos de la persona, también es posible que produzca efectos negativos o contrarios a lo que se quiere lograr. Las actitudes negativas del terapeuta hacia el paciente, como falta de respeto, baja empatía, desagrado, o la falta de credibilidad del paciente en el terapeuta demuestran tener efectos de deterioro en el paciente durante la terapia.
Para seguir con el estudio de Placebo y poder dar a conocer una visión más amplia de lo que esto significa, se incluirá un concepto que demuestra lo que ocurre cuando se da en forma inversa o contraria el Efecto Placebo, este fenómeno se conoce con el nombre de Efecto Nocebo. Su significado y descripción se desarrollarán a continuación.
EFECTO NOCEBO
Este concepto se conoce como aquél que se produce en aquellos sujetos que tienen mayor capacidad de sugestión, lo cual los lleva a pensar o creer que los medicamentos que ingieren pueden producirles efectos adversos, este fenómeno podría explicar por qué las personas que toman fármacos, los cuales no necesariamente tienen una función especifica, experimentan efectos colaterales que no tiene ninguna relación con el objetivo del medicamento. Es decir, lo que el sujeto experimenta es una sugestión en torno a las consecuencias negativas de la medicación.
Así se puede entender que cuando se desarrolla este fenómeno, el fármaco o sustancia provoca reacciones negativas, entonces decimos que se dio un Efecto Nocebo, lo cual en latín significa “te perjudicaré”, lo contrario a la traducción de Placebo en latín, “yo complaceré”, en la cual ya se ahondó al comienzo del estudio.
Para demostrar el amplio poder que tiene la sugestión, no sólo en la mejoría de la salud y bienestar de la persona, sino también en su deterioro, se expone el siguiente caso concerniente a este efecto:
“En un hospital de Estados Unidos, una paciente oyó a su médico hablar de un TC (caso terminal) y creyó que era ella. Pese a todos los intentos por convencerla de lo contrario, murió ese mismo día”. (Disponible en: http://www.el-mundo.es/magazine/m75/textos/placebo1.html)
Dentro del ámbito de la investigación del Efecto Nocebo, hay un investigador que destaca en todos los documentos debido a sus explicaciones y postulados con respecto a las respuestas o reacciones de tipo Nocebo. Este investigador es el Dr. Arthur Barsky, profesor de psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard. Él postula que "Un grupo de control con placebo es importante en pruebas clínicas, porque permite a los investigadores determinar cuánto de la mejoría total de un grupo de pacientes se debe a la acción biológica de la droga, comparada con los efectos del placebo". (El Mercurio 3 de Marzo del 2004, Medicina “Los Efectos Indeseados del Placebo) Esto se ve facilitado por que las investigaciones que se realizan se hacen “a doble ciego”.
CONCLUSIÓN
A partir del siguiente estudio, se ha comprendido en forma descriptiva y conceptual el fenómeno conocido como Efecto Placebo. Dentro de este se incluyeron todos los aspectos externos e internos del efecto sus respuestas positivas y negativas, igualmente los factores y variables que influyen en la producción y desarrollo del efecto.
También da cuenta de la actual discusión frente al tema y es que si se acepta o no como método, aunque se pudo observar que si se le da uso como método de curación igualmente existe esta dicotomía entre las distintas áreas de la salud. Entendemos esto por el hecho de que existe una cuestión de ética que no permite que se le administre al paciente una sustancia sin darle a conocer sus efectos. Otros en cambio se centran en que el objetivo es “complacer” o hacer sentir mejor al sujeto sacándolo de su estado doloroso.
Además se conoció otros Efectos Placebo los cuales no se relacionaban necesariamente con la medicina o los fármacos, si no que mas bien tienen el origen del efecto en la sugestión, en las creencias, en las culturas etc.
Como punto final al estudio parece necesario sugerir, que se realicen mas investigaciones al respecto, con el objetivo de avanzar en la búsqueda de nuevos métodos o técnicas de curación.
BIBLIOGRAFÍA
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Diario El Mercurio, 3 de Marzo de 2004; Medicina “Los Efectos Indeseados del Placebo”
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Morris David B. “la Cultura del Dolor” Editorial Andrés Bello, 1993
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S. Freud, "Sobre Psicoterapia", en Obras Completas de Sigmund Freud, Tomo I (1873-1905), 1973
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S. Freud, "Psicoterapia Tratamiento por el espíritu)", en Obras Completas de Sigmund Freud, Tomo I (1873-1905), 1973
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http://www.unicista.com/portada/homeopatiavsplacebo.htm
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Revista chilena de neuro-psiquiatría SILVA, Hernán. Placebo: un tratamiento difícil de superar. Rev. chil. neuro-psiquiatr., abr. 2002, vol.40, no.2, p.6-8. ISSN 0717-9227.
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Diccionario Real Academia Española, versión online
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Cuaderno de Cátedra de Psicología del Dolor, Universidad Gabriela Mistral
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Entrevista con Dr. Luis Enberg, Universidad De los Andes
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Entrevista Alumno de Medicina Rolando González, de la Universidad Católica de Chile
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