Maestro, Especialidad de Educación Infantil


Educación psicomotriz


Educación Psicomotriz. Tema 1º.

1. - El origen de la psicomotricidad.

Antes de intentar definir qué es la psicomotricidad conviene abordar el origen y evolución de dicho concepto, ya que puede ayudarnos a entenderlo mejor. Se ha dicho que el concepto de psicomotricidad aparece como resultado del intento de superar el modelo anatomoclínico del cuerpo, el cual carecía de bases suficientes para explicar ciertos fenómenos patológicos

Este intento de revisión es, de alguna forma, en opinión de da Fonseca, estudiar la significación del cuerpo a lo largo de la civilización humana.

La palabra “psicomotor” apareció por primera vez en 1872 cuando el neurólogo Landois, que estudiaba la histeria, designó, con dicho término un área cortical cuya estimulación eléctrica genera un movimiento de una parte del cuerpo, pero el primero que habló de Psicomotricidad fue Dupré quien, entre 1909 y 1913 llamó la atención sobre lo que él denominó "debilidad motora" describió bajo este nombre un estado de desequilibrio motor, subrayando las torpezas, las sincinesias y las paratonías de ciertos sujetos jóvenes. Sin embargo, pronto se hizo evidente que esa "debilidad motriz" raramente se presentaba aislada, y que a menudo está asociada a deficiencias intelectuales. A la inversa, en todos los casos de debilidad o de retraso mental, algunas perturbaciones motrices son más bien constantes. A partir de estas observaciones, aquella noción fue reemplazada por la de "debilidad psicomotriz".

Dupré enunció la "ley de la psicomotricidad" que domina toda la neuropsiquiatría infantil: "Entre ciertas alteraciones mentales y las alteraciones motrices correspondientes existe una unión tan íntima y un parecido tal que constituyen verdaderas parejas psicomotrices. Hay un estrecho paralelismo entre el desarrollo de las funciones motrices y el de las funciones psíquicas.

Pero el gran pionero de la psicomotricidad, entendida como campo científico es Henri Wallon quien impulsó los primeros intentos de estudio sobre la reeducación psicomotriz al publicar en 1925 l'enfant turbulent, y en 1934, Les origines du caractér chez l'enfant, siendo, probablemente, Guilmain , que en 1935 publicó una obra clásica de gran impacto: Fonctions psycomotrices et troubles du comportement, el primero en establecer aplicaciones prácticas.

En efecto, Guilmain publicó una obra sobre las bases psicológicas de las relaciones entre las funciones psicomotrices y las dificultades de adaptación social de los niños. Como explicará más tarde, se trataba de la educación del movimiento en niños que sufrían déficits funcionales, un retraso en la evolución de las funciones motrices, insuficiencias aparentemente congénitas que les impedían sacar un provecho eficaz de su cuerpo y eran fuente de un comportamiento social y profesional defectuoso. Por entonces, dice el autor, no se hablaba todavía de psicomotricidad. Luego numerosas obras fueron publicadas sobre el tema y han ido apareciendo un número considerable de estas técnicas reeducativas

Los trabajos de Guilmain se basan en la concepción psicobiológica de Wallon insistiendo sobre el papel fundamental de la actividad tónica. Es pues, el primero en sacar consecuencias del paralelismo evidenciado por Wallon entre el comportamiento general del niño y el tipo o comportamiento psicomotor.

La psicomotricidad aparece, pues, ligada a la patología ya que nació en los servicios de neuropsiquiatría infantil. "Sin embargo, una corriente educativa se ha superpuesto a la práctica inicial". Estamos asistiendo, como indica A. Lapierre, a una evolución lógica: "la motricidad anda a la búsqueda de su expresión psicológica, mientras que la psicología, y sobre todo la psiquiatría, descubren la importancia de la motricidad".

En el medio psiquiátrico se ha puesto en evidencia que en ciertos casos, el tratamiento de enfermedades llamadas "mentales" pasa por la acción sobre el cuerpo y sus movimientos.

1. 1 La tendencia educativa.

La aparición de la educación psicomotora en los métodos escolares responde a la necesidad de dar respuesta al malestar escolar, de ahí que los primeros profesores de Educación Física que se interesaron por la Educación psicomotriz, dice Guilmain, trabajaban en centros de Educación Física especializada o para caracteriales, pero luego, numerosos profesores de E.F. de niños normales se han interesado por esta cuestión y la psicomotricidad se ha convertido en un medio de Educación del movimiento para niños pequeños, y en un método de corrección de la atención en niños de inteligencia normal. Esta evolución es clásica: las técnicas concebidas por la pedagogía especial han sido a menudo utilizadas a continuación por la pedagogía llamada normal.

Guilmain había mostrado cómo la Educación Física podía tener otros objetivos distintos de los tradicionales (desarrollo de la fuerza, resistencia, mejora de la salud, etc.), e incluso que debían jugar un papel importante en la reeducación de los trastornos del comportamiento. Y aunque esas formulaciones eran demasiado simples, no obstante dio origen a que muchos especialistas de la reeducación asociasen la E.F., la gimnasia correctiva, gimnasia rítmica, educación gestual, etc., a las reeducaciones escolares o del comportamiento. Así pues, "el primer bosquejo teórico y metodológico en materia de reeducación psicomotriz fue difundido en 1935 por Edouard Guilmain en una obra que lleva por título Funciones psicomotrices y trastornos de la conducta.

Según Lapierre, son los profesores de Educación Física los que han creado y desarrollado un enfoque psicomotor en la enseñanza, en el que el cuerpo y la actividad motriz ocupan un lugar central, y no ya marginal, en la enseñanza.

Hay que señalar, en este punto, el papel de la Sociedad de profesores de educación física-médicos, en la que destacan Le Boulch y Le Camus, y la Sociedad Francesa de Educación y Reeducación Psicomotriz, creada en 1968 por Lapierre. Ambas, desconfiando de la gimnasia tradicional y del deporte, coinciden en considerar el movimiento, no como un fin en sí mismo, sino como un medio para hacer evolucionar al niño hacia la disponibilidad y la autonomía.

Esta corriente educativa, según Le Boulch, nació a partir de las insuficiencias de la "Educación Física tradicional", que no podía atender a las necesidades de una Educación real del cuerpo.

Este mismo autor, en 1951 distingue un doble problema en E.F.: el de los factores de ejecución (fuerza, flexibilidad...), centrado en el rendimiento mecánico del movimiento, y el nivel de control y de comando o psicomotor. Posteriormente, en 1960, y en su tesis de Medicina pone en evidencia cómo a través del trabajo corporal era posible tocar dos sistemas funcionales diferentes. Los factores de ejecución dependen del sistema muscular y del sistema de nutrición que influyen en el rendimiento motor. El otro sistema está representado por el sistema nervioso central que coordina el resto de los demás sistemas y sirve de soporte a las funciones mentales.

Así pues, si la Educación Física quería jugar un papel de Educación fundamental debía pretender llevar su acción principal a la organización de las funciones neuro-psicológicas, lo cual es posible ya que la maduración y organización del sistema nervioso se prolonga hasta la pubertad.

Sin embargo, diversos acontecimientos contribuyeron a que muchos partidarios de esta tendencia educativa en psicomotricidad fuesen abandonándola años más tarde, como explica Le Boulch (op. cit. pp. 27 y ss.). Unos optaron por la tendencia deportiva, y el resto por la terapia psicomotriz.

2.- Fundamentos teóricos de la psicomotricidad.

Hemos dicho que abordar el estudio de la psicomotricidad implica estudiar la significación del cuerpo a lo largo de la civilización humana y, como afirma da Fonseca, desde la civilización oriental hasta la civilización occidental, y dentro de esta, desde la civilización griega, pasando por la Edad Media, hasta nuestros días, la significación del cuerpo ha sufrido numerosas transformaciones.

Como afirma Le Boulch, la concepción occidental de las relaciones entre el alma y el cuerpo es heredera de la formulación platónica de un dualismo axiológico, y contrariamente a lo que se piensa, Platón no tiende a un equilibrio entre el cuerpo y el espíritu sino que distingue dos realidades distintas: alma y cuerpo, pero "es el alma la que predomina, es la parte principal, el principio y el fin".

Más tarde encontramos en Descartes una representación mecanicista del cuerpo humano en la quinta parte del "Discurso del método". Solo el pensamiento es capaz de querer y concebir, y de ello depende el acto; el cuerpo se reduce a una sencilla máquina movida por el espíritu.

Y es que "la división cartesiana de cuerpo y alma, materia y espíritu, que ha causado tantos problemas en la filosofía moderna, no está basada en Santo Tomás..." Este recoge lo mejor de Platón y Aristóteles: "Toda la prueba positiva platónica de la inmortalidad del alma, y, además, el 'hilemorfismo' (doctrina de la materia y de la forma) de Aristóteles, que muestra muy claramente la unidad de cuerpo y alma...". Así, para Santo Tomás, "el hombre es una unidad substancial hecha de materia prima y alma; unidad que excluye todo dualismo (cuerpo+alma)". Puede decirse que la teología clásica está muy alejada de todo espiritualismo ingenuo y simplificador que más o menos consciente se enraíza con el maniqueísmo oriental despreciador del cuerpo.

Pero el cartesianismo, continua diciendo Le Boulch, ha marcado profundamente durante muchos siglos el pensamiento occidental, y toda la Educación Física ha surgido de la herencia cartesiana del animal-máquina. De ahí la escasa consideración que, en ciertos ambientes intelectuales, influenciados por el pensamiento cartesiano, se ha dado a la educación basada en el cuerpo y el movimiento.

Por otro lado, y más próximo a nosotros, el imperio del rendimiento deportivo somete al atleta a una notable coacción considerando al cuerpo humano como una máquina sumisa ante las leyes del movimiento.

No es de extrañar pues, continua diciendo Le Boulch, que la ciencia del movimiento humano de inspiración cartesiana tendiese a acceder a lo complejo partiendo de lo simple, es decir, que una vez disecado el cuerpo humano, articulación por articulación, había que volver a darle vida. Le Boulch, por el contrario, se esfuerza en elaborar una ciencia del movimiento humano que "consistirá en aprehenderla como dato inmediato y en considerar al cuerpo como unidad, como totalidad primordial"

La exigencia de la psicomotricidad se evidencia, según Raimondi cuando un movimiento dirigido a modificar determinados comportamientos motores no es suficiente para educar o reeducar el cuerpo, para volverlo consciente y capaz de percibir un modelo personal y equilibrado de la propia vida psíquica y de relación.

De esta carencia nace la exigencia de un instrumento que permita la conciencia del propio cuerpo: la psicomotricidad.

En los Últimos años son muchas las aportaciones procedentes de diversas ciencias que han llevado a la sociedad actual a "rehabilitar los valores corporales que los siglos precedentes habían reducido al rango de instintos"

Estas aportaciones van a influir notablemente en el nacimiento y evolución de la psicomotricidad, noción que para Maigre y Destrooper (Ibid. p 18), no es la expresión de dos dominios yuxtapuestos: motricidad y psiquismo, sino la de una unidad funcional, traducción de la unidad y globalidad del ser.

Para los citados autores, las fuentes que influyen en la concepción de la psicomotricidad son:

2. 1 La consideración psicobiológica de Wallon.

Encontramos en su obra el punto de partida de esta noción fundamental de unidad funcional, de unidad biológica de la persona humana, donde motricidad y psiquismo no constituyen ya dos dominios distintos, sino más bien representan la expresión de las relaciones reales del ser humano.

Toda su obra es un intento de mostrar la importancia del movimiento en el desarrollo psicológico del niño, quien antes de utilizar el lenguaje verbal para hacerse comprender, hace uso de sus gestos, es decir, movimientos en conexión con sus necesidades y situaciones surgidas de su relación con el medio.

La actividad psíquica puede tomar diferentes direcciones que vendrán prefiguradas por el movimiento; así, el "desplazamiento en el espacio" puede adoptar tres formas, cada una de las cuales tiene importancia en la evolución psicológica del niño:

1.- Movimientos "pasivos o exógenos": reflejos de equilibración; las reacciones a la gravedad.

2.- Desplazamientos corporales "activos o autógenos" en relación con el medio exterior: locomoción, prensión.

3.- Las reacciones posturales que se manifiestan en ese lenguaje corporal que son los gestos, las actitudes y la mímica.

Estas tres formas de la actividad están en relación evidente con la contracción muscular que se traduce a la vez por desplazamientos segmentarios (función clónica), y por el mantenimiento del equilibrio y de las actitudes (función tónica). El tono juega, pues, un papel fundamental, tanto en la vida afectiva como en la de relación es, según Wallon, la trama donde se tejen las actitudes, y estas se hallan en relación, por una parte con la acomodación o interpretación perceptiva y, por otra, con la vida afectiva.

Si el movimiento es el factor esencial del desarrollo del niño pequeño, si posee una significación en sus relaciones con otro, influencia del mismo modo su comportamiento habitual y se convierte en un factor de su temperamento.

Esta comprobación ha llevado a Wallon a definir ciertos síndromes de insuficiencia psicomotora y a establecer la primera relación entre trastornos psicomotores y trastornos del comportamiento.

Wallon afirma que, primordialmente, la función motora es el instrumento de la conciencia, sin la cual no existe absolutamente nada. Al empezar su vida propiamente mental, el niño ha de tener el sistema motor a su entera y completa disposición. Sin movimiento, sin expresión motora no sabe captar el mundo exterior.

2. 2 La psicología del conocimiento: J. Piaget.

Piaget pone de manifiesto también (según Maigre y Destrooper), que la actividad motriz y la actividad intelectual no son realidades extrañas. Sin embargo, esta unidad funcional adquiere una significación distinta a la de Wallon ya que, aquél se interesa menos en la unidad del ser y prefiere explicar los fenómenos implicados en la organización de las funciones cognoscitivas del niño. Estudia la operación intelectual, dice Ajuriaguerra, tal y como se presenta al observador a lo largo de las diversas asimilaciones del niño.

El dinamismo motor es el punto de partida de aquello que se ha convenido en llamar inteligencia.

En efecto, y volviendo de nuevo a Ajuriaguerra, vemos que en el periodo de la inteligencia sensoriomotriz (hasta los 24 meses), sensaciones, percepciones y movimientos propios del niño se organizan en lo que Piaget denomina "esquemas de acción ". Según Piaget, hablamos de esquemas de acción "cuando la estructura general de esa acción se conserva en el curso de sus repeticiones, se consolida mediante el ejercicio y se aplica a situaciones que varían en función de las modificaciones del medio".

El niño incorpora los nuevos objetos percibidos a unos esquemas de acción ya formados (asimilación), pero también los esquemas de acción se transforman (acomodación) en función de la asimilación. Por consiguiente, se produce un doble juego de asimilación y acomodación por el que el niño se adapta a su medio.

Adaptarse al medio supone asimilar los elementos del entorno y adaptarse a ellos. Bastará que unos movimientos que por casualidad surgieron en su propio cuerpo aporten una satisfacción para que sean repetidos (reacciones circulares primarias). Más tarde tratará de ejercitar aquellos movimientos que tuvieron un efecto interesante sobre el medio exterior y en este caso hablaremos de reacciones circulares secundarias. Por tanto, al coordinar nuevos movimientos y percepciones se forman nuevos esquemas de mayor amplitud.

2. 3 La aportación del psicoanálisis.

Pueden oponerse algunos reparos a las doctrinas de Freud; por ejemplo, "no puede aceptarse sin reparos una imagen del hombre según la cual ya el niño está lleno de complejos incestuosos respecto de la madre y de odio contra el padre, y nuestra moral sería sólo miedo solapado de castración.". Sin embargo, el psicoanálisis ha dado al cuerpo una importancia nueva y tiene una gran influencia en la concepción de un Yo corporal, sobre todo, gracias a la aportación de la dimensión relacional de los comportamientos llamados psicomotores.

"Las investigaciones suscitadas por el psicoanálisis, y en particular por los trabajos de Spitz y Winnicot han acentuado la importancia del aspecto afectivo en el desarrollo. Hoy parece estar asumido que la situación afectiva de los niños que tienen perturbaciones psicomotrices es particular: casi todos tienen una inserción social mediocre, una inmadurez afectiva que son a veces la causa principal de los trastornos instrumentales que no son más que síntomas".

Por ello es frecuente en Educación psicomotriz, que el síntoma no sea más que la expresión de una perturbación más profunda de la personalidad, y el educador no experimentado corre el riesgo de no actuar sino al nivel de síntomas.

Este argumento es utilizado por Lapierre y Aucouturier, quienes critican la psicomotricidad que llaman "racional", proponiendo otra más "relacional", ya que con la primera se corre el riesgo de trabajar solo al nivel de síntomas a través de los cuales se expresa el niño y lo único que se conseguirá es agravar las tensiones internas.

2. 4 La aportación de la psiquiatría infantil.

Las mayores aportaciones de esta corriente se deben a Ajuriaguerra. Como sabemos, Wallon había determinado la importancia de la función tónica como telón de fondo permanente de la acción. Ajuriaguerra se basa en esas aportaciones y desarrolla el papel de la función tónica, apoyándose también en las aportaciones del psicoanálisis. Por eso considera que la función tónica no es sólo la base subyacente de la acción corporal, sino también un modo de relación con los demás.

De esta forma, la psicomotricidad se convierte en un lenguaje, el primer modo de comunicación con el mundo alrededor de sí.

Ajuriaguerra, al estudiar ciertas perturbaciones psicomotrices, describe la estrecha unión que existe entre tono y psicomotricidad, así como su asociación al desarrollo del gesto y del lenguaje. Destaca, como ya había hecho Wallon, la relación entre ciertos trastornos psicomotrices y otros definidos por el comportamiento. Para remediar estos trastornos, concibe una reeducación psicomotriz inspirándose en las técnicas existentes de relajación y de cinesiterapia, de gimnasia y psicoterapia.

2. 5 Otras fuentes de la noción de psicomotricidad. Maigre y Destrooper mencionan además:

a) Los trabajos sobre el desarrollo psicomotor del niño. Tanto la aproximación descriptiva de Gesell, como la psicoanalítica de Spitz, o experimental de Lezine, entre otras, ponen de relieve la importancia que el desarrollo motor tiene en la construcción de la personalidad del niño. Ese desarrollo motor es a la vez el resultado de la maduración nerviosa y de la experiencia vivida.

b) Los trabajos de psicopatología, con la ley de la psicomotricidad de Dupré, que ya conocemos.

c) Los trabajos de neuropsicología, en especial de P. Chauchard, o de la corriente rusa con Luria, principalmente.

d) El yoga, algunas de cuyas nociones se encuentran en numerosos medios de educación corporal, según los autores citados.

3.- Evolución de la Educación psicomotriz.

Tras un primer periodo alrededor de 1950-1960, donde se producen numerosos tanteos, según Maigre y Destrooper, es en 1960, con la obra de Picq y Vayer "Educación psicomotriz y retraso mental", cuando la educación psicomotriz adquiere verdadera autonomía y se convierte en una actividad educativa original con sus objetivos y sus medios propios.

En su posterior evolución y desarrollo en Francia (de una indudable influencia en España), Maigre y Destrooper consideran varios factores:

a) La psicopatología de los problemas infantiles que había demostrado la constante relación entre los trastornos del comportamiento, las dificultades frente al acceso al conocimiento y las perturbaciones del desarrollo psicomotor. Todo esto viene a ser confirmado por los trabajos americanos, en especial los de R.A. Spitz.

b) El desarrollo de la neuropsiquiatría infantil, que tiende a integrar las actividades corporales en el conjunto de las actividades terapéuticas.

c) El fracaso escolar con el consiguiente auge que adquiere la Educación especial, la cual tiende igualmente a integrar la actividad corporal, y sobre todo la educación psicomotriz, en el conjunto de las técnicas existentes.

d) Las críticas de Le Boulch y P. Vayer, sobre todo, a las técnicas clásicas de reeducación, y particularmente a la gimnasia correctiva.

e) Las tentativas de renovación de la escuela maternal bajo la influencia, entre otras, de los resultados obtenidos por la educación psicomotriz, que es vista en principio como un método de prevención, antes de ser integrada entre las otras actividades.

f) La difusión de los trabajos de Piaget y Wallon y su influencia en la formación de los maestros, provocando un interés creciente por los comportamientos distintos de los verbales que juegan en el desarrollo intelectual del niño un papel importante.

g) La renovación de la Educación Física tradicional aportada por Jean Le Boulch, quien trata de reemplazarla por una Educación científica de la personalidad entera a través del movimiento. Partiendo de una síntesis del conocimiento psicológico del niño y de su desarrollo, es como Le Boulch propone una educación por el movimiento que, estando adaptada al niño, mejore sus capacidades generales.

En función de la interpretación de estas influencias y, sobre todo, de los objetivos que se proponen, pueden distinguirse en Francia, en un principio, tres modelos de aproximación (de indudable influencia en España), complementados más tarde por un cuarto denominado psicomotricidad relacional:

a) La aportación psiquiátrica, inspirada sobre todo en Ajuriaguerra.

b) La aproximación psicopedagógica iniciada por Picq y Vayer

c) La aproximación científica de la Educación Física, cuyo autor es Le Boulch.

d) La psicomotricidad relacional.

Estos modelos aparecen a partir de lo que Le Camús denomina "segundo impulso" de la escuela francesa de psicomotricidad. En efecto, este autor distingue tres momentos en los que la influencia de Wallon es siempre constante: El primer momento a partir de 1930; el segundo en los años sesenta, y el tercero en los años setenta.

En este segundo periodo, a partir de 1963, más concretamente, destaca "el papel particularmente importante que han interpretado dos hombres en este periodo: el profesor Ajuriaguerra entre los terapeutas, y el Dr. Le Boulch entre los educadores". A dicho periodo pertenecerían las tres primeras tendencia a las que hemos hecho referencia.

El tercer periodo está muy influenciado por el psicoanálisis, la expresión corporal, etc., y como dice Lapierre "la noción racional de esquema corporal se sustituye por la noción imaginaria y fantástica de imagen corporal". Aquí podríamos situar la corriente de la psicomotricidad relacional.

4.- Psicomotricidad y Educación psicomotriz.

Aunque ambos términos suelen utilizarse indistintamente como sinónimos, conviene diferenciarlos para una mejor comprensión:

4. 1 Psicomotricidad.

Por lo dicho hasta aquí se comprende que no siempre haya coincidencia entre los diferentes autores que abordan el tema, y es que, como afirma M. Vial, "la noción de psicomotricidad no es un concepto científicamente definido"; añadiendo que, en la situación actual, se llega a la coexistencia de puntos de vista muy parcelarios y de análisis divergentes, e incluso contradictorios. Además, dice Lapierre, "la noción de psicomotricidad es demasiado amplia como para encerrarla en una definición precisa y definitiva

Defontaine señala que actualmente, la palabra psicomotricidad evoca en los médicos y en los estudiantes de medicina una noción de desarrollo y maduración del niño porque, sin duda, perciben la dimensión psicocorporal de la psicomotricidad.

Para Arangáiz (médico), su modo de enfocar el problema de la psicomotricidad será el de estudiar la actividad mental del acto motor. Define la psicomotricidad como "el desarrollo psíquico que se obra en el sujeto a través del movimiento. Este desarrollo psíquico se refiere tanto a la inteligencia como a la vida emocional".

Algo parecido encontramos en María Jesús Fernández, para quien el fin que pretende la psicomotricidad es el desarrollo de la inteligencia humana en sus diferentes aspectos.

Tasset la define diciendo que "es una relación que existe entre el razonamiento (cerebro) y el movimiento, de carácter reversible".

Mª. Jesùs Comellas y Anna Perpinyá entienden por psicomotricidad la actuación de un niño ante unas propuestas que implican el dominio de su cuerpo-motricidad, así como la capacidad de estructurar el espacio en el que se realizan estos movimientos al hacer la interiorización y la abstracción de todo este proceso global.

Ricardo Hernández, médico rehabilitador, menciona las aptitudes de soporte de la personalidad, responsables del comportamiento de cada especie animal, que son: aceptabilidad, afectividad, psicomotricidad y comunicabilidad. Por tanto, psicomotricidad (noomotricidad) es una aptitud innata, involuntaria, de la personalidad humana, por la cual cada sujeto es capaz de responder de manera consciente, armónica y elaborada, en función de los estímulos recibidos e ideados.

Para Midenet y Fabre es la motricidad vista en relación con el funcionamiento del sistema nervioso central, y sobre todo con el psiquismo.

Defontaine, en otra obra publicada antes que la ya citada se refiere a la psicomotricidad en los siguientes términos: "Se puede decir que el término de 'psicomotricidad' es un itinerario, un movimiento de la psicomotricidad hacia la psicomotricidad propiamente dicha, es decir, la integración de la motricidad elevada a nivel de deseo y de querer hacer. La psicomotricidad es el deseo de hacer, de querer hacer; el saber hacer y el poder hacer.

"Es el cuerpo en el espacio y en el tiempo coordinándose y sincronizándose hacia... con sus aspectos anatómicos, neurofisiológicos, mecánicos y locomotores, para emitir y recibir, significar y ser significante.

"En conclusión, la psicomotricidad es comparable a una melodía en la que se reparten armoniosamente las notas anatómicas, neurofisiológicas, mecánicas y locomotrices. La psicomotricidad es la melodía del bienestar en la propia piel, tanto a nivel motor como psíquico".

Este autor esquematiza la psicomotricidad en el triángulo siguiente:

cuerpo

espacio tiempo

Para H. Bucher, la psicomotricidad supone el estudio de los diferentes elementos que requieren datos perceptivo-motrices, en el terreno de la representación simbólica, pasando por toda la organización corporal tanto a nivel práctico como esquemático, así como la integración progresiva de las coordenadas temporales y espaciales de la actividad.

Vayer define la psicomotricidad como "interacción de las diversas funciones motrices y psíquicas"

Por lo que se refiere a autores españoles, P. Martínez y J. G Núñez definen la psicomotricidad como “una concepción del desarrollo según la cual se considera que existe una identidad entre las funciones neuromotrices del organismo y funciones psíquicas. Ambas funciones en el niño no son más que dos aspectos, dos formas de ver lo que, en realidad, es un proceso único”.

Marcelino Vaca advierte que el término psicomotricidad está muy manoseado y se utiliza para definir e incluso justificar planteamientos muy dispares. Precisa que “se distinguen los niños unos de otros cuando contemplamos sus producciones corporales con relación a cuanto les rodea. Esta forma de ser, de estar, de relacionarse,... expresada por la vía de lo corporal es lo que entendemos por psicomotricidad”.

4. 2 Educación psicomotriz.

La noción de educación psicomotriz no presenta tantos problemas. Maigre y Destrooper designan con este término todos los métodos o concepciones dirigidos a una acción educativa o reeducativa por mediación del cuerpo. Para S. Naville, citado por ambos autores y, desde el punto de vista de la reeducación, es “una técnica reeducativa en psicopedagogía que, por el movimiento, influencia y estructura el conjunto de la personalidad del niño y corrige los trastornos psicomotrices”.

Picq y Vayer dicen que la educación psicomotriz es una acción pedagógica y psicológica que utiliza los medios de la Educación Física con el fin de normalizar o mejorar el comportamiento del niño ”, concibiéndola como una parte integrante de la Educación Física de la que es el primer capítulo. En una obra posterior, Vayer, utiliza la misma definición, pero sustituye la expresión "medios de la Educación Física" por "el movimiento",

En términos similares se expresa Lagrange: "la educación psicomotriz es a la Educación Física lo que el alfabeto a la lectura, es decir, la base. Este tipo de educación se sirve del movimiento, al igual que la Educación Física tradicional, si bien ella lo utiliza como medio y no como fin en sí mismo.

4. 3 Nociones afines.

Podemos distinguir, siguiendo a Le Boulch entre:

Educación psicomotriz, que conlleva una formación de base indispensable a todo niño, tanto el normal como el afectado por alguna minusvalía. Responde a una doble preocupación: asegurar el desarrollo funcional, teniendo en cuenta las posibilidades del niño, y ayudar al desenvolvimiento de su afectividad y equilibrio, mediante los intercambios con su entorno humano.

La terapia psicomotriz concierne sobre todo a aquellos casos problema, en los que la dimensión afectiva o relacional parece ser dominante en la instalación inicial de la perturbación. Puede estar asociada a la educación psicomotriz o prolongarse a través de ella. En los casos graves esta última hipótesis parece más conveniente cuando el primer tiempo de la acción terapéutica, tuviera que hacerse independientemente de cualquier preocupación del desarrollo funcional metódico.

La Reeducación psicomotriz se impondría, por el contrario, en los casos en que el déficit instrumental predomine, con riesgo de comprometer secundariamente los problemas relacionales.

Por otro lado Lapierre distingue entre:

Psicomotricidad y psicosomatismo. Esta última noción, en efecto, pone en evidencia la interacción "soma" y "psiquis", pero sigue confirmando su dualidad; hay un trazo de unión, pero conservando sus propias individualidades.

Psicomotricidad y neuromotricidad. La neuromotricidad, partiendo de una óptica anatomofisiológica, considera el movimiento en su fase efectista; desde el impulso nervioso hasta la contracción muscular movilizando las palancas óseas. La alteración de este sistema neuromotor en cualquiera de sus niveles, constituye una afección neuromotriz y no psicomotriz (así, alteración de la neurona motora = hemiplejía; alteración de la unidad motora = poliomielitis...).

La psicomotricidad por su parte, partiendo de un punto de vista psicológico, considera el movimiento en su fase de elaboración: representación mental, impulso psicológico, control del desarrollo del acto, etc. Esta elaboración pone en juego todos los factores psicológicos conscientes o inconscientes propios del individuo, como son: percepción, inteligencia, memoria, afectividad, etc.

Así, un déficit psicomotor no se manifiesta de una manera específica y localizada, sino que perturba de forma difusa tanto el comportamiento motor como el psíquico.

5.- Objetivos de la psicomotricidad.

Son ya clásicos los objetivos que proponen Picq y Vayer, que reproduce Defontaine. Son los siguientes:

  • La consciencia del propio cuerpo.

  • El dominio del equilibrio.

  • El control, y más tarde la eficacia de las diversas coordinaciones globales y segmentarias

  • Control de la inhibición voluntaria y de la respiración.

  • La organización del esquema corporal y la orientación en el espacio.

  • Una correcta estructuración espaciotemporal.

  • Las mejores posibilidades de adaptación al mundo exterior.

Estos objetivos, continúan diciendo Picq y Vayer son "los de la Educación .Física básica, es decir, los de una educación exenta de las actividades funcionales y de juegos, que evidentemente son indispensables, pero que son de otra naturaleza".

Se aprecian notables similitudes con los propuestos por Martínez y Núñez para preescolar. También resulta interesante la división realizada por Le Boulch

Quizá convenga señalar, para finalizar, la doble originalidad de la psicomotricidad, como la exponen Maigre y Destrooper:

- Es una tentativa de integración de los datos aportados por la psicología del niño, la psicología genética, la neuropsicología, el psicoanálisis ... en una aproximación corporal de la personalidad del niño .

- Es una tentativa de considerar al ser en su unidad y en su globalidad.

Arnaiz, P.: Evolución y contexto de la práctica psicomotriz. Salamanca, Amarú Ediciones, 1991, p. 12. Cfr., igualmente, Pastor, J. L. Psicomotricidad escolar. Universidad de Alcalá. Guadalajara 1994, p. 68.

Da Fonseca, V.: Manual de observación psicomotriz. Barcelona, INDE, 1998, p. 13

Véanse los modelos más significativos. En Raimondi, P.: Cinesiología y psicomotricidad Barcelona, Paidotribo, 1999, p. 9 ss

Rigal, R.: Bases teóricas de la psicomotricidad. En: http://biblioteca.idict.villaclara.cu/UserFiles/File/Psicomotricidad/55.doc.pdf

Le Boulch, J. El desarrollo psicomotor desde el nacimiento a los 6 años p 22. Ed. Doñate, Madrid

Picq, L. y Vayer, P.: Educación psicomotriz y retraso mental p 5

da Fonseca: op. cit. P. 13.

E.y G. Guilmain: Evolución psicomotriz desde el nacimiento hasta los 12 años p 169. Barcelona, Médica y Técnica,. 1981

Maigre y Destrooper: La educación psicomotora p 30. Madrid, Morata, 1976

Le Boulch: op. cit. p 22

Lapierre, A.: La reeducación física (vol. 1?, p. 26)

Pastor, J. L. op. cit. P. 73

Guilmain, E. y G., op. cit. p 170

Le Camús, J. La práctica psicomotriz en el niño poco hábil. Alcoy, Marfil, 1987, p 9

El papel del cuerpo en la educación. Boletín informativo UNISPORT, Málaga 1990, nº 11, enero, pp. 9-15 (crf. p 11).

Arnaiz, P.: op. cit., p. 27

Le Boulch, op. cit. p 27

da Fonseca, op. cit. P. 13

Le Boulch, J.: Hacia una ciencia del movimiento humano. Buenos Aires, Paidós, 1978, pp. 11 ss.

De Torre, J.M.: Filosofía Cristiana, Madrid,. Palabra, 1982 p. 251

bid. p 423

Fischl, J.: Manual de historia de la filosofía. Barcelona, Herder, 1968 p. 193

Torelló, J.B.: Psicología abierta. Madrid, Rialp, 1972 p.42

Raimondi, op. Cit. P. 50

Maigre y Destrooper, op. cit. p 13

Ibid., pp 19 y ss

Citado por Ajuriaguerra: Manual de psiquiatría infantil. Toray Massón

Ibidem p 21

Citado por Le Boulch, Hacia una ciencia del movimiento humano, op. cit. p. 101

Monedero. C.: e. psicología del hombre, p 16

Fischl, J., Manual de historia de la filosofía Barcelona, Herder, , (5 ed.) p. 480.

Le Boulch. J.,: El desarrollo psicomotor... op. cit. p. 23

Vid. Simbología del movimiento. Barcelona, Científico-Médica, 1983

Lapierre, A. (2002): La psicomotricidad relacional. En Llorca, et. al.: “La práctica psicomotriz. Archidona, Aljibe.

Ibid. pp. 9 ss.

Lapierre, A.: El papel del cuerpo en la EducaciÛn, op. cit. p. 12

Vial, Monique: Reflexions sur la notion de Psycho-motricité, en La motricité chez l'enfant de la naissance `a 6 ans. París, INSENSEP, 1972 pp 16-18

La reeducación física, op. cit. vol. 1?, p. 26

Defontaine, J.: Manual de psicomotricidad y relajación. Barcelona, Masson, 1982, p. 3

Area de expresión dinámica: educación psicomotriz. Madrid, MEC, 1978 p. 15

Educación Psicomotriz en Preescolar y Ciclo preparatorio. Madrid, Narcea, 1980.

Tasset, J.M. Teoría y práctica de la psicomotricidad. Buenos Aires, Paidós, 1980 p.15

La psicomotricidad en Preescolar. Barcelona, CEAC, 1984

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Vaca, M.: El tratamiento de lo corporal en los comienzos de la EGB. Málaga, UNISPOT, , 1986, p. 31

Picq, L. y Vayer, P.: educación psicomotriz y retraso mental. Barcelona, Científico-Médica, 1969, p. 9.

Picq y Vayer op. cit. p. 270

Vayer, P. El diálogo corporal, op. cit. p. 206

Lagrange, G.: Educación psicomotriz. Fontanella, Barcelona 1974, p. 43

Le Boulch J.: El desarrollo psicomotor desde el nacimiento a los 6 años, Doñate, Madrid p. 16

La reeducación física, op. cit. p. 27

Op. cit. p.9

Defontaine, J.: Manual de reeducación psicomotriz, primer año, p 21

Psicomotricidad y Educación Preescolar, op. cit. pp 34 ss

El desarrollo psicomotor... op. cit., p 37

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