Literatura


Doña Perfecta; Benito Pérez Galdós


Ficha bibliográfica

TITULO: Doña Perfecta

AUTOR: Benito Pérez Galdós

EDITORIAL: Cátedra Letras Hispánicas

LUGAR Y FECHA DE PUBLICACIÓN: En 1876 apareció la primera versión de Doña Perfecta que se publicó por entregas en la Revista de España. Madrid.

NÚMERO DE PÁGINAS: 295

Biografía del autor

Benito Pérez Galdós (1843-1920), novelista y dramaturgo español, uno de los escritores más representativos del siglo XIX, junto con Clarín y Emilia Pardo Bazán.

Vida

Nació en Las Palmas (Islas Canarias) en 1843, el décimo hijo de un coronel del Ejército. Fue un niño reservado, interesado por la pintura, la música y los libros. La llegada a Las Palmas de una prima le trastornó emocionalmente y sus padres decidieron que fuera a Madrid a estudiar Derecho, en 1862. En esta ciudad entra en contacto con el krausismo por medio de Francisco Giner de los Ríos, el cual le anima a escribir y le presenta en la redacción de algunas revistas. Se transforma en un madrileño que frecuenta tertulias literarias en los cafés, que asiste puntualmente al Ateneo madrileño, que recorre incesantemente la ciudad y se interesa por los problemas políticos y sociales del momento: se define a sí mismo como progresista y anticlerical.

En 1868 viaja a París y descubre a los grandes novelistas franceses. A su regreso traduce a Dickens, escribe teatro y, por fin, en 1970 se decide a publicar su primera novela, La Fontana de oro, con el dinero que le da una tía, ya que en esa época las novelas o se publicaban por entregas en publicaciones periódicas, revistas y periódicos, o corrían a costa del autor; la obra era todavía romántica pero en ella ya empezaban a verse sus ideas radicales que aflorarán en el decenio siguiente. En estos años comienza a escribir los Episodios nacionales, en la década de 1880, su época de máxima creación. También en estos años se compromete activamente en política, ya que de 1886 a 1890 es diputado por el partido de Sagasta, aunque nunca pronunció un discurso. A pesar de la oposición ultracatólica que no le perdonó haber escrito Doña Perfecta (1876), un panfleto anticlerical, fue elegido miembro de la Real Academia Española. El paso de los años le daban brío y en 1892 se entregó a la reforma del teatro nacional. El estreno de Electra (1901) supuso un acontecimiento nacional: al acabar la representación los jóvenes modernistas acompañaron al autor hasta su casa en loor de multitud. En 1907 volvió al Congreso, como republicano, y en 1909 con Pablo Iglesias, fue jefe titular de la “conjunción republicano-socialista”. Su izquierdismo fue el causante de que no se le otorgara el Premio Nobel. En 1920 murió ciego y pobre en Madrid, su ciudad de adopción.

Obra

La obra de Galdós se caracteriza por su marcado y nítido realismo. Él es un gran observador con toques geniales de intuición que le permiten reflejar tanto las atmósferas de los ambientes y las situaciones que describe como los retratos de lugares y de personajes. Se sirve del lenguaje para identificar a sus personajes y esto ha hecho que muchas veces se le acuse de lo que no es: usa un lenguaje ramplón cuando describe o habla un personaje ramplón. Galdós dividió su obra en “Episodios nacionales”, “Novelas españolas de la primera época” y “Novelas españolas contemporáneas”. Además hay que considerar su teatro.

Novelas españolas de la primera época

Hasta 1880 escribe unas novelas de tesis, maniqueas, donde los buenos son personajes modernos, abiertos, liberales y progresistas, y los malos, conservadores, tradicionalistas, fanáticos religiosos e intransigentes. Obras simplistas llenas de ardor juvenil. Entre éstas destacan Doña Perfecta (1876), Gloria (1877) y La familia de León Roch (1878). En Doña Perfecta cargó las tintas en el anticlericalismo y en el enfrentamiento entre progreso y tradición; en Gloria repartió por igual la intransigencia religiosa entre judíos y católicos, y en La familia de León Roch entre católicos y liberales.

Episodios nacionales

Desde 1873 a 1912, Pérez Galdós se propuso el ambicioso proyecto de contar la historia novelada de la España del siglo XIX, es decir, desde 1807 hasta la Restauración, con la intención de analizar el protagonismo de las fuerzas conservadoras y de progreso en España. Son 46 novelas distribuidas en cinco series de diez obras cada una, excepto la última que quedó interrumpida y sólo tiene seis. Obras corales, épicas, que cubren la anécdota del protagonista individual. Muy lejos de la novela histórica del romanticismo, Galdós se documenta con rigor y hasta donde puede de los hechos históricos y los comentarios están narrados con gran objetividad.

Las dos primeras series (1873-1879) cubren la guerra de Independencia y el reinado de Fernando VII. En ellas el autor manifiesta un cierto optimismo en una evolución lenta pero segura hacia el progreso. Entre las obras más celebradas de estas series se encuentran Trafalgar, Bailén, Napoleón en Chamartín o La familia de Carlos IV.

En 1898, retomó de nuevo las series, en las que trabajó hasta 1912. Cubre desde las Guerras Carlistas hasta la Restauración. El optimismo galdosiano se ha apagado y ahora aparece la visión amarga de la España profunda dividida y enfrentada en guerras fratricidas; ante esta convicción el autor busca una salida en el ideal de “la distribución equitativa del bienestar humano” resultado de su izquierdismo político. Algunas de las obras de este periodo son Zumalacárregui, Mendizábal, De Oñate a La Granja, Amadeo I o el último episodio, Cánovas.

Novelas españolas contemporáneas

A partir de 1881 son más de veinte y casi todas se desarrollan en Madrid. En estas obras el autor ya no utiliza planteamientos maniqueos religiosos o políticos para valorar las conductas de sus personajes, y con plena libertad analiza sus sentimientos, deseos y frustraciones. Lo que surge es un conjunto impresionante de mezquinos, bondadosos, burgueses adinerados, nobles arruinados, desheredados, grandezas y miserias de gentes que viven para aparentar. Galdós consigue captar esta pluralidad social y vital con técnicas narrativas nuevas sirviéndose tanto del monólogo interior, como del estilo indirecto o del personaje narrador —que ya había utilizado en los primeros Episodios Nacionales—. Ahora el autor presenta y el lector juzga.

La primera de estas novelas es La desheredada (1881), obra naturalista en la que la protagonista, una muchacha loca que está en el manicomio de Leganés (Madrid), se cree descendiente de un aristócrata y acaba en la prostitución; El amigo Manso (1883) —obra que ya anuncia las “nivolas” de Miguel de Unamuno— plantea el contraste entre un profesor krausista y su superficial y taimado alumno; en Tormento (1884) la protagonista es engañada y seducida por un sacerdote disoluto y la recoge un indiano enriquecido aunque no se casa con ella; en Miau (1888) describe las penalidades de un cesante progresista durante un gobierno conservador, y el infierno de la burocracia; la usura aparece tratada en Torquemada en la hoguera (1889) en la que se narra la ascensión social de un usurero que acaba convertido en senador; el tema ético y religioso se aborda en Nazarín (1895) —que Luis Buñuel llevó a la pantalla, como también hizo con otra novela de Galdós, Tristana— en la que se ve a un sacerdote perder la fe porque su pureza evangélica no es comprendida ni aceptada por un mundo mezquino; Misericordia (1897) está considerada como una de sus obras maestras y en ella retrata a la dulce Benina que mendiga para llevar dinero a la casa en la que trabaja de criada sin cobrar y en la que aparece el retablo más descarnado de la miseria madrileña. Entre todas estas obras destaca Fortunata y Jacinta (1887) el mural más extraordinario sobre la historia y la sociedad madrileña de la época y una de las mejores novelas de la literatura española: Juan Santa Cruz es el amante de una muchacha pobre, apasionada y enamorada, pero se casa con su prima, la dulce Jacinta, que sufre las infidelidades del marido. Fortunata se queda embarazada y el “señorito satisfecho” —como Ortega y Gasset definió al prototipo de este personaje— busca otra amiga. Fortunata tiene a su hijo pero llena de celos provoca una riña con la nueva amante que la llevará a la muerte no sin antes haber entregado el hijo a Jacinta, que considera que es hijo suyo pues lo ha tenido con dolor. Sobre este argumento central en el que se tejen otros y con la realidad político social del momento de fondo, Galdós se situó como narrador cómplice de la Naturaleza que rectifica los errores de sus hijos.

Género literario

Realismo.

Vocabulario

CUARTAGO: Caballo de mediano cuerpo.

El jinete montó en el cuartago y persiguió a su compañero.

PARSIMONIOSA: Frugal, circunspecto. 2 Cachazudo, lento, flemático.

Ese hombre es parsimonioso cuando lleva el coche.

CACHAZA: Lentitud, sosiego; flema.

El perro caminaba con tal cachaza que daba pereza mirarlo.

BRIGADIER: Oficial general cuya categoría equivalía a la que tiene el general de brigada en la marina. 2 Sargento mayor de brigada de los guardias de Corps. 3 Guardia marina que cuida el orden de su sección.

El brigadier ordenó a su pelotón que formasen filas.

LIDIAR: Batallar, pelear: " con, o contra, infieles; " por la fe.

El cura lidió seriamente con el señor Durruti.

PREDIO: Heredad, hacienda, tierra o posesión inmueble: ~ dominante; aquel en cuyo favor está constituida una servidumbre.

Mi predio se limita hasta aquellos mojones.

LITIGIO: Pleito (discusión y resolución).

Juan y yo tuvimos un litigio, pero no fue nada.

PLÉYADE: Grupo de personas señaladas, que florecen por el mismo tiempo: " literaria

Luis formaba parte de la pléyade de Juan y Antonio.

ATISBAR: Mirar, observar recatadamente.

Durante la tarde atisbamos los pájaros del parque.

COYUNTURA: Sazón, circunstancia o coincidencia adecuada para una cosa.

Al hablar del Gobierno, Ramón encontró coyuntura para poder criticarlo.

VEJAMEN: Represión festiva o satírica.

Lo que he dicho no quiero que parezca un vejamen hacia el grupo.

MANDRIA: Mentecato, tonto.

Joaquín dejó a Luis como a un mandria.

RESUELLO: Respiración violenta.

El corredor llegó con gran resuello a la meta.

SOLFA: Zurra de golpes.

Los policías le propinaron una solfa sin venir a cuento.

JOFAINA: Vasija ancha y poco profunda que sirve para lavarse la cara y las manos.

María lleno la jofaina de agua para lavarse las manos.

QUINQUÉ: Lámpara, generalmente alimentada con petróleo, que consta de depósito, mecha, tubo de cristal y a menudo, también pantalla; la llama y su luz pueden graduarse.

Encendió el quinqué porque la habitación estaba a oscuras.

EGREGIO: Ilustre, que excede a lo corriente.

El conde era tomado como un egregio en la ciudad.

ADELFAS: Arbusto apocináceo, de hojas lanceoladas, coriáceas, persistentes y venenosas, flores grandes de varios colores y fruto en folículo.

Las adelfas rodeaban todo el jardín.

Tema

El tema de la obra es la hipocresía de la época (la cual sigue en el tiempo en el que estamos), los problemas y conflictos que genera el fanatismo, en este caso religioso, y sobretodo la intolerancia.

Resumen

Al pueblo de Orbajosa acude un joven llamado Pepe Rey. Éste llega al pueblo porque su padre, don Juan Rey, y su tía, doña Perfecta, concuerdan en que sería preciso que se casase con Rosario, la hija de la mencionada Perfecta. A la llegada de éste a Orbajosa todo marcha bien, su tía le trata con excesiva humildad, las costumbres de la casa se adaptan al joven, etc. Pero la sorpresa de este llega cuando se entera, o da cuenta, de que las pretensiones de su tía no son las que él creía. Doña Perfecta pretende casar a Rosario con Jacinto, el sobrino de don Inocencio, el cura del pueblo. Todo esto ya estaba planeado con anterioridad, lo cual se les estropeará todo. Rosario no estaba enamorada de Jacinto, pero sí, se acabó enamorando de Pepe Rey. Doña Perfecta, al saber de esto, decide encerrar a su hija en una habitación, dejándola así incomunicada con Pepe Rey. Al tiempo llega al pueblo la tropa, de donde Pepe Rey conoce al señor Pinzón, quien se hospeda en casa de dona Perfecta. Los dos amigos se unen para un plan que ingenió Pepe Rey, que consistía en hacerle pasar sus mensajes a Rosario, y en hacerse pasar por Pinzón para poder ver a su amada. Todo esto acaba siendo descubierto por la señora de la casa, que decide echar a Pepe de ésta. Pero el joven no se rinde en su amor hacia Rosario, y sigue haciéndole visitas a escondidas. Cuando de esto también es descubierto, María Remedios, la sobrina de don Inocencio y madre de Jacinto, le sugiere a doña Perfecta dar un susto a Pepe, a lo que ella se niega. Pero María Remedios, en conveniencia de casar a su hijo con Rosario no cede, e intenta convencer a su tío de lo del susto, pero este también se niega. Al final ésta se las ingenia para que Caballuco, un hombre fuerte y querido en el pueblo, le acompañe a seguir a Pepe Rey, lo cual no lo sabe Caballuco. Mientras le persiguen, se dan cuenta de que entra en la huerta de la casa de doña Perfecta, porque había quedado con Rosario. María Remedios manda a Caballuco que entre en la huerta, éste acaba entrando y mientras, María corre a avisar a doña Perfecta, que estaba hablando con Rosario, la cual le estaba desvelando sus intenciones de marcharse con Pepe Rey. Al llegar María Remedios, marchan ésta y doña Perfecta a la huerta en busca de Pepe, cuando doña Perfecta lo ve, al tener la ira de la conversación con su hija y la ira del momento al verle, manda a Caballuco a que lo mate, y este lo hace. La historia acaba con una carta de don Cayetano, el cuñado de doña Perfecta, a un amigo suyo de Madrid. En esta carta se puede leer la extravagante versión sobre la muerte de Pepe Rey que circula por Orbajosa, y que a Rosario la acaban encerrando en un manicomio.

Estructura

La obra está estructurada en 32 capítulos, los cuales todo poseen un título menos el último, al cual sería prácticamente imposible ponerle uno por la escasez de su contenido. Todos los títulos guardan una relación con el contenido del capítulo.

Análisis de los personajes

PEPE REY: Es un joven claramente progresista, tiene ideas liberales, y, aunque es creyente, no se deja llevar por algunas de las majaderías que dice la religión. Desde un principio se nota su inteligencia, más que ironizada por alguno de los personajes. Sus ideas claras y tenacidad le llevan a múltiples conflictos con doña Perfecta y don Inocencio. Toda su honestidad se ve truncada al final cuando le intentan separar de su amada Rosario.

DOÑA PERFECTA: Es una señora con las ideas más que contrarias a Pepe Rey, antiprogresista, muy devota y cerrada en el mundo y los ideales del pueblo de Orbajosa. Es muy intolerante e hipócrita, ya que aceptó la petición de su hermano cuando ya tenía pensado casar a su hija con Jacinto, y por la actitud que muestra ante su sobrino. También es algo débil frente a su hija, aunque delante de ella no lo deja demostrar.

DON INOCENCIO: Otro de los trece de doña Perfecta, aunque este tiene la maldad de que intriga en todo siendo cura, y lo hace de tal modo que no se sienta mal consigo mismo, sin pecar. De suma inteligencia y destreza. Bastante hipócrita también a la vez que intolerante, ya que no acepta los ideales de Pepe Rey y le intenta convencer con argumentos que Pepe derriba con facilidad; ni se demuestra ante él como verdaderamente piensa.

ROSARIO: Una joven muy dulce, sensible y susceptible; de inmensa belleza y ternura. Siempre se muestra débil ante todos los personajes, y con un gran amor hacia su madre, como se puede comprobar en el diálogo que mantiene con ella cuando le desvela sus intenciones de marcharse con Pepe Rey. Finalmente, tomada por loca, es encerrada en un manicomio.

DON CAYETANO: Este personaje no aparece mucho, pero de él se puede sustraer que es bastante inteligente, aunque también muy despistado, egocéntrico y un poco inmodesto. A este personaje, supongo que debido al círculo en el que se encuentra, le ataca también el "virus" de la hipocresía, como demuestra ante Pepe Rey, dice que le cae bastante bien, uno de los pocos en toda la obra, pero aún así no le cuenta lo que traman doña Perfecta y compañía.

CABALLUCO: Personaje muy querido en el pueblo, de gran fuerza física, pero carece de ella en su interior; con poca personalidad, ya que se deja influir muy fácilmente por los demás; muy alterable y arrebatador, ya que se altera con poca cosa. No muy lucido; y en el fondo, de buen corazón.

MARIA REMEDIOS: Es la que completa el trío en contra de Pepe Rey, aparece poco y justo al final, en el momento preciso para que ocurra lo que ella buscaba, la muerte de Pepe. Buena liante, aunque de débil personalidad, como demuestra con su complejo de inferioridad ante doña Perfecta. Muy buena madre, muy cariñosa hacia su hijo. Querida en el pueblo, y no muy dada al escándalo, aunque cuando se tocó el tema del hijo...

En la obra aparecen también otra serie de personajes, pero que su importancia es algo menor, si hubiese que destacar a alguien más que a otros sería al tío Licurgo y después al señor Pinzón. El resto de personajes serían los criados y criadas, don Juan Tafetán, las Troyas, algún soldado que aparece en unos diálogos, etc.

Marco

La obra a grandes rasgos se desarrolla en el pueblo de Orbajosa, un pueblo dedicado a la agricultura, muy religioso, un poco inculto respecto a las grandes ciudades de la época, muy cerrado a sus ideas, su cultura, sus costumbres, etc., esto se puede comprobar en el levantamiento que quieren hacer ante la tropa. Sus mayores tesoros se dice que son la Iglesia y sus ajos. De estos ajos es de donde sale la mayor parte del dinero del pueblo. Ya dentro del pueblo los escenarios que saldrían serían la casa de doña Perfecta, la de don Inocencio, en una ocasión la de las Troyas, y en algún momento la Iglesia y el casino. Al principio de la obra aparecen algunos lugares, pero que su importancia se reduce al contraste que le produce a Pepe Rey el pueblo con la ciudad.

Respecto al tiempo, no se podría concretar exactamente cuanto transcurre, pero se podría decir que aproximadamente un año.

Análisis de la forma

La obra está escrita, en su totalidad, en prosa, que es el estilo más utilizado en la época del libro, el Realismo. El autor utiliza distintos tipos de lengua para los personajes, de esta forma, los personajes como Pepe Rey, doña Perfecta, don Inocencio, don Cayetano... utilizan un lenguaje algo más culto, en comparación con los personajes como las Troyas, Librada, Caballuco... que utilizan un tipo de lenguaje más coloquial y vulgar. Pero englobando el lenguaje de todos los personajes se podría decir que utilizan un lenguaje un poco antiguo, aunque fácil de entender. Esto se puede comprobar en la forma de conjugar algunos verbos (dirigióse - se dirigió, hallábanse - se hallaban, díjome - me dijo, preguntóles - les preguntó), o en algunas expresiones y palabras que ya no se utilizan.

En la obra se distinguen los tres tipos de elocución: narración, descripción y diálogo. Respecto a la cantidad los estilos más destacados son la narración y el diálogo. Este último sobresale principalmente por su espectacular adjetivación y por la gran precisión, la cual hace que nos imaginemos o situemos las acciones y lugares con gran facilidad. Los diálogos destacan por su veracidad, lo que da realismo a la obra.

En la obra se puede observar como utiliza en varias ocasiones la ironía, ya sea para buscar el humor o para que los personajes expresen algo. A ésta la coloca en narraciones, diálogos y descripciones. Un ejemplo de esto podría ser los nombres que utiliza tanto para personajes como para lugares, doña Perfecta, don Inocencio, María Remedios (los cuales tienen bastante contrariedad con sus acciones), Cerrillo de los Lirios, Valleameno, Villarica (estos nombres utilizados para lugares que son todo lo contrario a lo que indica el dicho nombre).

El autor busca con la obra expresar o mostrar la sociedad de aquella época, pero ante todo se puede notar como busca también la risa del lector, esto se puede observar, aparte de en la ironía que utiliza ya comentada, en algunos diálogos. En los primeros capítulos se manifiesta de una forma más clara, como es en todo el camino hacia Orbajosa, donde contrasta el paisaje de pueblo con el paisaje de ciudad al que Pepe Rey está acostumbrado, o las confusiones de los territorios del tío Licurgo y Pepe Rey por el mencionado Pepe Rey, valga la redundancia.

Opinión personal

De la obra de Doña Perfecta no me esperaba que fuese una "plasta", ya que al estudiarla me hice una idea. Lo que más me ha gustado ha sido como Galdós trataba la ironía, creo que la utilizaba de una forma muy inteligente, algo que no todos saben hacer. Si tuviese que destacar algo que no me ha gustado podría decir que ha sido la excesiva recarga en las descripciones, o el final, aunque esto, supongo que es porque Pepe Rey me caía bastante bien, al contrario que doña Perfecta y don Inocencio, que no los tragaba. Aunque si he de decir que en un principio (cuando no hacía lo que hacía) doña Perfecta me llegó a caer bien, otra cosa que no me ha gustado ha sido la extensión de la obra, creo que había algunos hecho que carecían de importancia para el transcurso de la obra. La obra me ha entretenido bastante, aunque siempre me dormía con ella, pero si tenemos en cuenta que la leía en la cama antes de acostarme... pues no cuenta. En general con la obra me he reído un poco, pero la muerte de Pepe Rey, el encierro de Rosario, y que estos no pudiesen estar juntos me ha dado algo de pena.

La historia es fantástica, pero con ello no quiero decir irreal, solo me refiero a que no es verídica, porque podría haberse producido perfectamente en cualquier lugar y momento de aquellos días. La historia es claramente dramática, porque toca un amor truncado por una familia intolerante e hipócrita, aunque lo haga, en algún momento utilizando el humor. La obra se podía leer con facilidad, ya que utilizaba un lenguaje fácil de entender exceptuando algunas palabras de la época.

Creo que lo que pretende enseñar el autor en la obra es aplicable a nuestros días, y que lo será siempre. Desde mi punto de vista lo que pretende enseñar es que no todo es como lo pintan, en este caso, que las personas que parecían ser de un modo acabaron siendo todo lo contrario, y que no se debe de ser hipócrita ni intolerante. La obra tal vez no la volvería a leer, pero no porque no me haya gustado lo suficiente ni nada por el estilo, sino porque a elegir prefiero otro estilo literario. Como recomendación vendría bien a todas esas personas que sufren un fanatismo religioso, y también a las que por la gracia de Dios son hipócritas e/o intolerantes.

Respecto a los personajes, podrían ser perfectamente reales, ya que no actúan en línea a una sola actitud, sino que frente a unas circunstancias se comportan mejor que ante otras. De identificarme con un personaje lo haría por completo con Pepe Rey. Creo que tenemos bastante en común, por ejemplo los ideales, yo también soy bastante liberal, progresista, aunque algo más ácrata que él. Como él, solo salto en el momento en que ya se están pasando demasiado o en ese momento en el que nadie aguanta porque "te han tocado la fibra". Cuando busco algo, no me rindo fácilmente, y la sigo hasta que la consigo, como él hizo con su amada Rosario. A mí también me molestan bastante las personas intolerantes, como a él le pasó con don Inocencio y su tía. Yo también me equivocaría respeto a la actitud frente a un familiar o un ser querido si me quiere impedir lo que en ese momento más deseo.

Y debido a mi simpatía ante Pepe Rey y antipatía hacia doña Perfecta y don Inocencio, propondría otro final, sería: Pepe y Rosario acabarían juntos, doña Perfecta encerrada en un parque geriátrico, don Inocencio muerto por inanición al tomar una hostia, don Caballuco también moriría aunque este me da igual como. Tafetán sentaría la cabeza con una de las Troyas, Librada heredaría un buen cacho de lo de doña Perfecta, don Cayetano se acabaría volviendo loco de tanto libro y tanta historia cogiendo un complejo de Napoleón. María Remedios y su hijito Jacinto se comprarían un piso en Puerto Hurraco (que lástima que la futura matanza no les pillara), ¿y la Iglesia? ¡¡Al final la derrumban!!




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Enviado por:Eduardo Vílchez
Idioma: castellano
País: España

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