Literatura


Don Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes


1: CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL

Con el siglo XV se inicia la Edad Moderna (siglos XV al XVIII), y se forman los grandes estados modernos: Francia, Inglaterra y España. En ésta se comienza a sentir el humanismo, una corriente de pensamiento y un movimiento literario surgido en el siglo XIV en Italia, y que sitúa al hombre como centro del saber. Se recupera la cultura clásica, que es tomada como modelo y fuente de inspiración. En el siglo XVI, la influencia de la cultura renacentista (que marcó el inicio de la civilización moderna), la crisis religiosa generada por la Reforma protestante y los intercambios comerciales debidos a los descubrimientos geográficos transforman la sociedad española y europea.

  • Historia y sociedad:

A lo largo del siglo XV el sistema feudal es sustituido por una monarquía fuerte, la de los Reyes Católicos, caracterizada por el sometimiento de la nobleza, la unión territorial de Castilla y Aragón y la expansión hacia el exterior con la conquista de América. En el siglo XVI, Carlos I y Felipe II culminan la política iniciada por los Reyes Católicos, haciendo de España la primera potencia europea.

Durante estos dos siglos la nobleza rural y guerrera se jerarquiza y se transforma en una nobleza cortesana, que reúne el conocimiento de las artes y las letras. La burguesía se enriquece y adquiere importancia social gracias al desarrollo de las actividades comerciales. No obstante, en Castilla esta clase social se estanca como consecuencia de la derrota de los comuneros (clases urbanas y campesinas, afectadas por una crisis económica); en cambio, la mesta, asociación de los grandes ganaderos, goza de grandes privilegios.

Asimismo, la expulsión de los judíos del territorio español debilita la economía del reino. Y pese a un cierto florecimiento durante la primera mitad del siglo XVI, el endeudamiento de la monarquía es muy grave y afecta, primordialmente, a las clases populares, empobrecidas a causa de las guerras, los impuestos, y el éxodo del campo a la ciudad.

La sociedad, con abundantes religiones, de la Edad Media da paso a otra basada en el predominio del catolicismo. Musulmanes y judíos son perseguidos y obligados a abrazar la religión católica. Los convertidos reciben el nombre de cristianos nuevos o conversos. El humanista Erasmo de Rótterdam es el impulsor de una nueva religiosidad, más personal, auténtica e individualista, y en la que se concede menos importancia a las ceremonias tradicionales. Algunas de las ideas de Erasmo fueron el anticipo de la Reforma protestante de Lutero, que originó la ruptura de la unidad cristiana y apartó de la Iglesia católica a países como Inglaterra, Alemania, Suiza y Países Bajos. La Contrarreforma católica, iniciada en el Concilio de Trento (1545-1563) y apoyada firmemente por la monarquía española, no impidió la consolidación del protestantismo.

  • Autores y obras:

Los autores y obras más importantes de este periodo, considerado como el Siglo de Oro de la literatura española son:

    • Jorge Manrique (1440-1479): Está considerado el mejor poeta castellano del siglo XV. Debe su fama a las Coplas a la muerte de su padre, elegía en la que se lamenta por la inestabilidad de la fortuna y la fugacidad de la vida.

    • Gracilaso de la Vega (1501-1536): Es la figura española más representativa del espíritu cortesano y renacentista. En su breve obra introduce temas, imágenes, metros y estrofas italianas. Su obra más conocida es La vida es Sueño, de gran claridad de expresión y naturalidad.

    • Fernando de Rojas (1465-1541): Es el autor de la Tragicomedia de Calisto y Melibea, más conocida como La Celestina, una de las obras cumbre de la literatura castellana. Presenta rasgos medievales y renacentistas y ofrece una concepción del ser humano caracterizada por la libertad personal.

    • Fray Luis de León (1527-1591): Nació en Belmonte, Cuenca, pero su vida aparece relacionada a Salamanca, de cuya universidad fue profesor. Las obras más destacadas del fraile agustino son Vida Retirada (o Canción de la vida solitaria) y De la vida del Cielo, de carácter religioso.

2: MIGUEL DE CERVANTES: SU BIOGRAFÍA

El periodo Cervantino vinculado a su obra, se desenvuelve entre los siglos XVI y XVII, entre la etapa renacentista y el barroco, moviéndose en pleno siglo de oro.

Nacimiento y primeros años. Don Miguel de Cervantes Saavedra, el escritor más significativo de nuestra lengua, nació en Alcalá de Henares, ciudad castellana próxima a Madrid, en 1547. No conocemos la fecha exacta de su nacimiento, aunque algunos piensan que fue el 29 de septiembre. Lo que sí sabemos es que fue bautizado en la parroquia de Santa María la Mayor, el 7 de octubre de 1547. Sus padres fueron don Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas, que tuvieron siete hijos, de los cuales fue el cuarto nuestro escritor. Rodrigo de Cervantes era un cirujano pobre, que llevó una vida miserable y fue encarcelado varias veces por deudas. A causa de éstas se trasladó a Valladolid. Pero en esta ciudad no tendría mayor suerte, pues fue encarcelado en 1550.

Algunos críticos aseguran que Miguel de Cervantes estudió las primeras letras en el colegio de los jesuitas de Córdoba o Sevilla, y que el elogio a la enseñanza de la Compañía de Jesús que podemos encontrar en su famosa novela El coloquio de los perros tiene raíces autobiográficas, pues nos narraría las experiencias que el propio Cervantes tuvo en el Colegio.

En 1566 la familia se estableció en la villa de Madrid, en donde Cervantes estudió gramática y retórica con el catedrático Juan López de Hoyos. En 1569, con motivo de la muerte de Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II, publica un libro conmemorativo en el que incluye algunas poesías de su alumno Miguel, a quien llama “caro y amado discípulo”.

Vida militar. Cervantes tiene otra gran pasión en su vida: la militar. El joven

ingresa en el ejército español, que por esa época guerreaba en Italia. De él se decía que era perseguido por la justicia. En 1571 sienta plaza de soldado en la compañía del capitán Diego de Urbina, “un famoso capitán de Guadalajara”, en cuya compañía embarca en la famosa galera “Marquesa”, que entra en combate en Lepanto el 7 de octubre de 1571. Esta batalla, que, según el mismo Cervantes, "fue la mayor ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros”, le dio ocasión para probar su valentía y, como sabemos, a causa de las heridas que en ella recibiera, quedó inutilizado de su brazo izquierdo, por lo que la posteridad le conoce como “el manco de Lepanto”. Este defecto no le impide, sin embargo, tomar parte en otras muchas batallas, en las que destaca por su valentía, siendo mencionado en los archivos del ejército como “soldado aventajado” en 1574. En 1575, en compañía de su hermano Rodrigo, se embarca de regreso para España. Parte de la ciudad de Nápoles en la goleta “Sol” la que es apresada por una flotilla turca el 26, frente a la bahía de Rosas en la costa catalana. Entre los prisioneros de los turcos, tras la batalla estaban Miguel de Cervantes y su hermano Rodrigo, que fueron llevados a una prisión en Argel. Miguel intenta en varias ocasiones fugarse de su desafortunado cautiverio, pero en uno de esos intentos es delatado por un fraile dominico. Tras 5 años de cautiverio, Cervantes deja atrás su visión de la España grande de Lepanto, la potencia más poderosa del mundo, para empezar a ver

la caída del gran imperio y contemplar la terrible derrota de la Armada Invencible. Rodrigo es liberado en 1577 y Miguel tras una recolecta llevada a cabo por unos frailes trinitarios, es liberado en 1580 por 500 escudos que se requerían. Miguel de Cervantes llega a España el 24 de octubre del mismo año y en diciembre, tras once años de ausencia, vuelve a reunirse con su familia en Madrid.

Boda de Cervantes. En 1581 nuestro escritor se traslada a Portugal, donde se

encontraba la corte de Felipe II, quien le da 50 ducados y le encomienda una misión en Orán. En ese tiempo, ya cumplida la misión comienzan sus amores con Ana Franca de Rojas, con quien tiene una hija ilegítima, Isabel de Saavedra, a quien Cervantes reconoce oficialmente. Finalmente, don Miguel se casa en 1584 con Catalina de Salazar y Palacios, joven de 20 años a quien Cervantes lleva 19 y que posee una pequeña propiedad en Esquivias, comarca de la Sagra, en Toledo.

Publicación de La Galatea. Se supone que Cervantes escribe su primera obra importante entre 1581 y 1583, ya que La Galatea se publica en Alcalá de Henares en 1585. La Galatea consta de seis libros y es una novela de inspiración pastoril, género que inauguró en la península Jorge de Montemayor con su obra La Diana. A este género de novelas fue Cervantes muy aficionado e incluye algunas en

el Quijote.

En La Galatea encontramos dulzura, amores, mundos ideales, paz. Todo esto se contrapone con la dura realidad que hasta entonces había vivido Cervantes, plagada de amarguras y privaciones.

Trabajos y encarcelamientos. En 1594 es recaudador de impuestos y alcabalas en Granada. En 1597 deposita en un banco el dinero obtenido con los impuestos, pero el banco quiebra y es injustamente encarcelado por segunda vez, ahora en Sevilla, donde pasa varios meses en prisión. Es aquí donde algunos críticos

piensan que comenzó a escribir su obra cumbre, el Quijote, que se publicó en 1604, que desconocemos. En ese mismo año de 1605 un hombre es herido de muerte frente a la casa de Cervantes, en Valladolid. Toda la familia es encarcelada por un día como sospechosa y la honra de Isabel queda en entredicho.

Cervantes en Madrid. Muerte. Después de 1606 su hija Isabel se casa y mueren sus hermanas Magdalena y Andrea.

Cervantes dedica por entero los años de su vejez a la literatura. Después del éxito que obtiene la primera parte del Quijote, publicado en 1605; le siguen las Novelas ejemplares, en 1613; el Viaje al Parnaso, en 1614; la segunda parte del Quijote, en 1615 y, en ese mismo año, las Comedias y Entremeses. En 1617 se publica póstumamente Los trabajo de Persiles y Segismunda, novela extraordinaria y extraña dentro del quehacer literario de Miguel de Cervantes.

En estos años últimos de su vida, Cervantes, a la vez que se dedica a escribir y publicar sus obras, siente una exaltación religiosa que lo lleva a ingresar el 17 de abril de 1609 en la Congregación de Esclavos del Santísimo Sacramento. En 1613 recibe el hábito de hermano terciario de San Francisco en Alcalá de Henares. En 1616, ya muy enfermo, profesa en esa orden.

Finalmente, el 23 de abril, muere en Madrid en el año bisiesto de 1616 y es enterrado en el convento de la Orden Trinitaria de Madrid, tras una vida llena de penurias económicas que supo sobrellevar y trascender a través de la grandeza de su obra.

3: ESTUDIO DE LA OBRA

  • Tema de la obra:

El Quijote, obra que Cervantes concibió en principio como una pequeña novela ejemplar, trata de la historia de un hombre que, de tanto leer libros de caballería, se vuelve completamente loco, convirtiéndose en caballero andante, modo de vida ya en desuso en la época del autor. Cervantes deseaba mostrar un hombre que, en vez de escribir una historia, se vuelve él mismo la historia. Esa pequeña novela ejemplar, ese plan inicial, es lo que constituye hoy los primeros siete capítulos de El Quijote.

Don Quijote, en su larga aventura realizó tres salidas, en la primera de las cuales cumple una serie de aventuras de las cuales sale maltratado duramente, y, al final, regresa a casa gracias a la bondad de un vecino que lo reconoce. En la segunda salida, que se prolonga hasta el final de la primera parte del libro, Don Quijote regresa encantado. Lo encierran en una jaula y él explica a Sancho que no puede fugarse porque unos magos lo han encantado.

En la tercera salida, que constituye la segunda parte de la obra, Don Quijote regresa, luego de la aventura de la Cueva de Montesinos y de una serie de enfrentamientos, física y moralmente derrotado.

Don Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes

Portada de Don Quijote de la Mancha (Edición Francesa).

  • Resumen de su contenido y argumento:

El Quijote, reconocida como obra maestra, consta de dos partes: la primera se publicó en 1605 bajo el título de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote la Mancha; la segunda, de 1615, se denominó El Ingenioso Caballero Don Quijote de la Mancha.

La novela comienza con una célebre frase: En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme... Allí, Alonso Quijano, un hidalgo manchego aficionado a los libros de caballerías, se vuelve loco y cree ser un caballero andante. Se cambia el nombre, desempolva una antigua armadura y decide ir, en un viejo y flaco caballo, Rocinante, en busca de aventuras con la intención de deshacer entuertos, ayudar a los débiles y merecer el amor de Dulcinea (quien es una idealización de la aldeana Aldonza Lorenzo). Don Quijote realiza tres salidas de su casa.

En la primera salida (capítulos 1-6), es armado caballero burlescamente en una venta que él identifica como un castillo. Después de ser apaleado por unos mercaderes, un vecino lo recoge y lo lleva a la aldea.

En la segunda salida (capítulos 7-52) lo acompaña como escudero un ignorante labrador, Sancho Panza, quien espera obtener grandes beneficios. Ambos recorrerán caminos de La Mancha y Sierra Morena. Don Quijote, deseoso de aventuras, confunde siempre lo que ve con lo que imagina y echa la culpa de sus fracasos a unos encantadores. Lucha con unos molinos de viento como si fueran gigantes; se enfrenta a unos frailes a los que considera secuestradores; ve unos rebaños de ovejas que toma por ejércitos enemigos; libera a unos condenados a galeras que luego lo apedrean, etc. El cura y el barbero de su pueblo idean un plan para hacer volver a Don Quijote, quien regresa encerrado en una jaula. Estas y otras aventuras están mezcladas con otra serie de relatos, algunos totalmente ajenos al argumento central.

En la segunda parte, antes de iniciar el capítulo primero, Cervantes introdujo un prólogo al lector en el que escribe con amargura acerca de un autor (un tal Avellaneda) que publicó un libro que pretende ser la secuela de Don Quijote. Pretende haber olvidado su nombre y expresa que su castigo estará en su propio pecado. Sin embargo, expresa su ira en algunas parábolas cuya moraleja es que el escritor debe ser precavido en la forma de ejercer su ingenio.

En la tercera salida (toda la segunda parte), Don Quijote y Sancho atraviesan Aragón para llegar hasta Barcelona. En el camino, es Sancho quien engaña a su amo, intentando hacerle creer que una ruda labradora es Dulcinea. Llegan al castillo de unos duques, que ya conocen a ambos porque han leído la primera parte de El Quijote y, para divertirse, les preparan varias aventuras: destacan los capítulos en los que ponen a Sancho como gobernador de una ínsula; el escudero, que ha aprendido mucho de su amo, actúa con buen sentido común y sale relativamente airoso de la prueba. Tras otra serie de episodios, se encuentran en Barcelona con el Caballero de la Blanca Luna (que no es más que Sansón Carrasco, un estudiante de su pueblo), quien reta a Don Quijote y, al vencerlo, le obliga a volver a casa. Al poco de regresar, enfermo y derrotado moralmente, Don Quijote recobra el juicio y muere como Alonso Quijano el Bueno.

  • Estilo de la obra y aspectos específicos de expresión:

En el prólogo, Cervantes declara que le mueve el propósito de acabar con los libros de caballerías: “derribar la máquina mal fundada destos caballerescos libros, aborrecidos de tantos y alabados de muchos más”.

El origen de los libros de caballerías se halla en la literatura francesa del siglo XII, que trató las fingidas aventuras y lances amorosos de héroes que imaginariamente vivieron en el Reino de la “Gran Bretaña”; el Rey Arturo, sus excelentes caballeros de la Tabla Redonda y la búsqueda del santo Grial. En los siglos posteriores se publicaron muchos libros sobre las increíbles aventuras de sus descendientes o de otros héroes: son los caballeros andantes, protagonistas de sucesos fabulosos que debían enfrentarse a magos, gigantes, dragones..., en lugares extremadamente exóticos.

En la literatura española, el género fue fundado por Amadís de Gaula, cuya versión más difundida data de 1508. durante el siglo XVI se publicaron multitud de libros de caballería, de escasa calidad artística, pero de enorme éxito popular, en los que abundan tantos absurdos, disparates y exageraciones que acabaron por desprestigiar el género.

¿Hasta qué punto merece ser creído Cervantes cuando dice que pretende poner en aborrecimiento de los lectores los libros de caballerías? Aunque lo que dice pretender y lo que consigue son dos cosas distintas, merece ser creído, pues nada nos indica que esa no fuera su intención. Desde el punto de vista estrictamente literario, la grandeza de El Quijote reside en haber ahondado en el camino abierto por el Lazarillo de Tormes, introduciendo en el relato la realidad del mundo circundante y creando así la novela moderna.

Una de las características fundamentales de El Quijote es la maravillosa coexistencia del realismo e idealismo. Por un lado apego a la realidad, a ser fiel no solo con los personajes sino con los objetos, y por otro la fe en el ideal, el deseo ilimitado del triunfo del espíritu. La caricaturización y el fino humorismo de Cervantes son también dos de los rasgos fundamentales que se manifiestan a lo largo de toda la obra, junto con sus sutiles intenciones moralizantes. Destaca también la facilidad con la que se expresa sin ningún tipo de rebuscamiento estilístico; he ahí el secreto de su permanencia a lo largo de los siglos.

El Quijote surge, además, en una época de conflicto entre el estilo popular y el afectado. Debido a esto, Cervantes sintetiza de una admirable manera ambas tendencias. En efecto, el estilo “cervantino” se caracteriza por la exactitud de los términos, la pulcra elegancia de la frase y la noble armonía del ritmo.

  • Opinión personal:

Como él mismo dijo en alguna ocasión, su intención era poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías, aunque El Quijote es mucho más que una simple parodia a los libros de caballerías. Con ésta, Cervantes crea la novela moderna, con muchos y variados matices hasta entonces inexistentes.

La parodia, su objetivo principal, está presente en toda la obra: Don Quijote no es noble, las acciones no se desarrollan en lugares exóticos y las situaciones, muy a menudo, son realmente ridículas.

Siguiendo su nueva tendencia didáctica añade también comentarios sobre otros libros de caballerías, teatro, letras...

Cabe destacar también la complejidad de las personalidades de Don Quijote y Sancho Panza, preludio de un Barroco cercano.

4: COMENTARIO DE TEXTO

CAPÍTULO XXIII DE LA 2ª PARTE

De las admirables cosas que el extremado Don Quijote contó que había visto en la profunda cueva de Montesinos, cuya imposibilidad y grandeza hace que se tenga esta aventura por apócrifa.

  • Tema o temas del fragmento:

Uno de los mejores episodios del Quijote es, indudablemente, la aventura de la cueva de Montesinos. En ella el personaje manifiesta el eterno dualismo que es su espíritu: el realismo y el idealismo (que ahora vuelven a intercambiar nuestros protagonistas, poco a poco), el buen sentido y la locura. Se nos muestra en esta escena la intimidad espiritual de Don Quijote. Sin embargo, el autor se deleita haciendo poesía: la escena transcurre en un clima delicadamente oscuro que encubre la realidad pura.

Como en la mayoría de las aventuras de Don Quijote, en ésta se enfrentan y luchan la imaginación fantasiosa del héroe con la realidad y con el sentido común que a veces la devora. Uno de los problemas que se plantean en cuanto a este episodio es si Don Quijote miente o no, si es absolutamente sincero o cabe en su pecho una ironía para el mundo. Lo más adecuado es responder que se trata de un ser esencialmente fantasioso que no sabe distinguir entre el hecho real y el imaginado, y que ignora generalmente la verdad del mundo real que aparece siempre aislado de su mundo de la fantasía, que es para él la única realidad.

Cervantes deja librada a la imaginación del lector la interpretación del pasaje, y cuando Don Quijote sale de la cueva somos nosotros quienes debemos entrar en su espíritu y en su parlamento juzgando si la aventura es falsa o verdadera. El mismo Don Quijote ha dicho al comienzo de la aventura: “ No se pueden ni deben llamar engaños los que ponen la mira en virtuosos fines”, es decir, que la mentira es aceptable si está inspirada en un deseo virtuoso. Esta es la idea cervantina que dominará todo el episodio y la idea que se ha implantado en el espíritu de Don Quijote cuando menos heroico que de costumbre, se dispone a descender a la cueva. La verdad es que si al comienzo su espíritu se sentía turbado pero no libre de heroicidad, la narración posterior nos muestra a un Quijote triste, melancólico, golpeado por la fuerza de la realidad e influido bastante por la moral de su escudero. En definitiva podemos decir que este fragmento trata varios temas exponiendo diversos valores como el de la lealtad de aquellos que siguen creyendo en lo que dice el hidalgo, ya que creen en las novelas de caballerías (como por ejemplo su primo).

  • Resumen del fragmento:

Don Quijote cuenta a sus amigos que, cansado de colgar de la soga, descansó en una concavidad situada a unos veinte metros de profundidad. El sueño le sobrecogió, y cuando despertó se vio en medio de una pradera hermosa e iluminada por el sol. Frente a él estaba un palacio “real” construido de cristal transparente, cuyo guardián no era otro que montesinos mismo. Don Quijote lo saludó por su nombre, y el viejo le dijo que los caballeros y las damas encantados (por el temido mago Merlín, del que deben tener miedo por su increíble poder) que viven en él han esperado durante mucho tiempo su llegada. Montesinos le muestra todavía vivo a Durandarte, caballero cuyo último deseo fue que Montesinos mismo entregara su corazón como regalo a su señora Belerma. Ésta con sus damas de compañía, pasa también ante los ojos de Don Quijote. Sin embargo, más sorprendente resulta la presencia de tres labradoras, montadas en asnos, que huyen de nuevo al acercarse el caballero. Una de ellas regresa y ruega a Don Quijote que le preste seis reales para su señora Dulcinea, que necesita dinero. Ante esta sorprendente solicitud, el caballero le da todo lo que tiene, unos cuatro reales.

Sancho interrumpe constantemente la narración, rehusándose impertinentemente a creer lo que dice su amo, y sugiere que todo ocurrió en su mente. Entonces Don Quijote le dice:

“...pero andará el tiempo, como otra vez te he dicho, y yo te contaré algunas de las que allí abajo he visto, que te harán creer las que aquí he contado, cuya verdad ni admite réplica ni disputa.”.

  • Estilo del contenido:

Como ya hemos comentado anteriormente, uno de los puntos clave de esta novela y que podemos ver claramente reflejado en el fragmento elegido, es la milagrosa coexistencia del realismo e idealismo. Este trozo nos sigue dando muestra del increíble valor que posee Don Quijote y de la fe que deposita en el ideal, el deseo ilimitado del triunfo del espíritu, el vivir y soñar de nuestro protagonista en su mundo idealizado, donde todas las cosas parecen ser mejores. Todos estos puntos pueden verse reflejados en la vida de su autor (Cervantes), quien responde a este ilimitado anhelo de luchar por los ideales que cree verdaderos. Cervantes caricaturiza a su personaje de tal modo que no hiere sus sentimientos. Este es otro de los puntos fundamentales que se observan en este fragmento junto al realismo, idealismo y humor de su autor; también puede notarse una ironía con intenciones moralizantes. Todos los personajes son reales, sin falsedad ni distorsión (Merlín, el primo, Montesinos, Sancho, el mismo hidalgo... etc.) y se habla de ellos de este modo.

  • Comentario personal:

Teniendo en cuenta que se trata de una obra escrita en prosa poética por uno de los mejores escritores españoles de todos los tiempos, diremos que:

Este fragmento de la obra cumple con los ideales de su autor, Miguel de Cervantes; según él mismo, su propósito fue el de deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tienen los libros de caballerías. En este trozo (como en el resto de la obra) se pueden observar varios aspectos relacionados con las exigencias del autor.

Las novelas de caballerías eran, efectivamente, el vicio de aquella época, censuradas duramente por su pésimo estilo. El móvil de Cervantes podría ser, entonces, una parodia -imitación burlona o ridícula- de los libros de caballerías, ya que el ideal aparente del protagonista es cumplir su destino aventurero; y ahora ya podemos afirmar que el autor lo ha conseguido, pues está reconocido universalmente.

Este capítulo trata de mostrarnos, mediante burlas de doble sentido, el valor que el autor da a este tipo de novelas. Es, por tanto, escritura didáctica, ya que se trata de enseñar algo al lector y en este caso de que lo boicotee. Cervantes reitera esta afirmación cuando expresa al final de su libro:

“...pues no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías...” (Final del capítulo LXXIV).

Don Quijote de la Mancha; Miguel de Cervantes




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Idioma: castellano
País: España

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