Sociología


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La sociología es el estudio de la vida social humana, de los grupos y sociedades.

Implicaciones: la naturaleza de la sociología

Hemos visto que los que podrían considerarse sentimientos humanos ( naturalmente dados ) están sin embargo impregnados de la influencia de factores sociales. La sociología se centra muy especialmente en la vida social en el mundo moderno ( los dos últimos siglos ).

El cambio en el mundo moderno

La sociología tiene sus comienzos en los intentos de ciertos pensadores de entender el impacto inicial de las transformaciones que acompañaron a la industrialización en Occidente.

La tarea de la sociología es ayudarnos a entender este mundo y su futuro probable.

Sociología y sentido común

La práctica de la sociología incluye el obtener conocimiento sobre nosotros mismos, las sociedades en las que vivimos y otras sociedades distintas de las nuestras en el espacio y en el tiempo.

Tipos de preguntas:

  • Fácticas: Qué, cuantas, porqué. Siempre se tiene una mera idea de la respuesta.

  • Comparativas: relacionan un contexto social dentro de una sociedad con otro o contrastan ejemplos tomados de diferentes sociedades.

  • De desarrollo: compara el presente y el pasado. Estudia la dirección principal que han tomado los procesos de cambio.

  • Teóricas: porqué ocurren las cosas. Cuáles, porqué.

Consecuencias previstas e imprevistas de la acción humana

Los propósitos por los que hacemos las cosas pueden ser muy diferentes de las consecuencias producidas. Es muy probable que la mayoría de los cambios principales en la historia no se pretendieran.

La continuidad y el cambio en la vida social han de entenderse como una mezcla de consecuencias previstas e imprevistas de las acciones de las personas. La sociología tiene la tarea de examinar el equilibrio resultante entre la reproducción y la transformación de la sociedad.

¿ Qué nos puede enseñar la sociología de nuestras propias acciones?

La investigación sociológica ayuda a definir las limitaciones del conocimiento de nosotros mismos y al mismo tiempo retroalimenta el conocimiento de nosotros mismos y de nuestro entorno social. También muestra que aunque todos nosotros entendemos bastante bien lo que hacemos y por qué lo hacemos, a menudo sabemos muy poco acerca de las consecuencias de nuestras acciones. El análisis sociológico explora las delicadas y sutiles conexiones entre los rasgos intencionales y no intencionales del mundo social.

Estructura y acción:

Los entornos sociales en los que existimos están estructurados. Existen pautas de los modos de comportamiento de las personas y de las relaciones. Las pautas se repiten a través de períodos de tiempo y distancias en el espacio.

Desarrollo de una perspectiva sociológica

Aprender a pensar sociológicamente significa cultivar las facultades de la imaginación. Desarrollar la imaginación sociológica significa usar materiales de la antropología y de la historia, además de los de la sociología.

¿ Es la sociología una ciencia ?

La sociología ocupa una posición destacada entre un grupo de disciplinas que generalmente se denominan ciencias sociales.

¿ Qué es ciencia ? La ciencia es el uso de métodos sistemáticos de investigación, pensamiento teórico y examen lógico de argumentos para desarrollar un cuerpo de conocimiento sobre un objeto particular.

La sociología es una disciplina científica en el sentido de que implica métodos de investigación sistemáticos, el análisis de datos, y el examen de teorías a la luz de la evidencia y de la discusión lógica. A diferencia de los objetos de la naturaleza los seres humanos son seres autoconscientes que confieren sentido y finalidad a lo que hacen.

Objetividad

Los sociólogos aspiran al distanciamiento en su investigación y pensamiento teórico, intentando estudiar el mundo social sin prejuicios.

La objetividad en la sociología se alcanza sustancialmente mediante los efectos de la crítica mutua entre los miembros de la comunidad sociológica.

Comprensión de las situaciones sociales

Contribuye en la práctica a la elaboración de políticas y a la reforma social haciendo comprender de forma más clara o adecuada que antes una situación social.

Conciencia de las diferencias culturales

La sociología actúa ayudando a fomentar una mayor conciencia cultural por parte de los diversos grupos sociales y ayudando a acabar con los prejuicios que los grupos tienen los unos sobre los otros. Es imposible elaborar una política hábil sin tener una refinada conciencia de los cambiantes valores culturales.

Valoración de los efectos de las políticas

La investigación sociológica tiene implicaciones prácticas por lo que se refiere a la evaluación de las iniciativas políticas. Un programa de reforma práctica puede simplemente fracasar en lo que se refiere al logro de los objetivos o acarrear una serie de desagradables consecuencias no pretendidas.

El aumento del autoconocimiento

La sociología puede enseñarles a los grupos sociales cosas sobre ellos mismos, aumentar su autoconocimiento. Cuanto más sepan las personas sobre las condiciones de su propia acción tanto más probable es que puedan influir en las circunstancias de su propia vida.

El papel del sociólogo en la sociedad

¿Deben los mismos sociólogos defender de forma activa y llevar a efectos acciones públicas a favor de programas prácticos de reforma o cambio social. ? Existe un nexo insoslayable entre el estudio de la sociología y las exigencias de la conciencia social. Nadie que tenga conocimientos sociológicos puede ser inconsciente de las desigualdades que existen hoy en el mundo. Sería extraño que los sociólogos no tomaran posición sobre las cuestiones prácticas.

BARNES

La ciencia moderna es una de las actividades humanas más importantes desde el punto de vista práctico y una de las más interesantes. Los científicos de la naturaleza y los estudiosos de la ciencia están, por lo general, demasiado absortos en el estudio de la naturaleza como para no poder dedicar más que una pequeña parte de su atención directamente a la ciencia misma.

Este libro analiza las ciencias de la naturaleza como un todo. Solo podemos ofrecer una visión distante de la ciencia y su contexto social. En el caso de la ciencia, es necesario retroceder y reexaminar el escenario para corregir o confirmar las percepciones más próximas a nosotros. Además, es muy importante tener en cuenta que en la actualidad las ciencias de la naturaleza están enormemente fragmentadas y especializadas, y que quienes realizan el duro trabajo de la investigación científica solo perciben una pequeña proporción del todo.

En la actualidad el conocimiento científico no constituye un enriquecimiento de la cultura general. Por el contrario, es la posesión de innumerables comunidades altamente especializadas que lo aman, que quisieran compartirlo y que hacen algunos esfuerzos para comunicarlo; pero no forma parte de la comprensión humana general ( Robert Oppenheimer).

La especialización repercute profundamente en la organización de la vida en la forma en que pensamos y, de hecho, en la forma en que conocemos. Vivimos en una sociedad altamente especializada, con una intensa división del trabajo intelectual en la que la ciencia está muy implicada, tanto sus ventajas como los problemas que plantea.

El desarrollo

El estilo de vida que corresponde a sociedades como la nuestra ha surgido muy recientemente y carece de precedente histórico. Fundamentalmente nuestra situación actual es consecuencia de la industrialización.

Sería totalmente erróneo considerar que la sociedad moderna es una situación estable a la que hemos llegado. Para bien o para mal, nos hallamos todavía en movimiento. Basta remontarse aproximadamente un siglo en la historia de la ciencia para encontrarse en el comienzo de la curva de crecimiento.

La ciencia se ha desarrollado mucho más rápidamente que los restantes aspectos de la sociedad, de forma que quince años de la historia de la ciencia corresponden a unos cincuenta años de la historia de la sociedad en general.

El desarrollo de la ciencia ha desbordado permanentemente el de los recursos y la infraestructura necesarios para soportarla y sostenerla.

Prince apuntó que para describir el crecimiento científico había que trazar una curva “logística” en forma de S, apenas diferente de la curva exponencial en sus inicios, pero que luego variaba completamente como consecuencia de unas tasas de crecimiento cada vez menores.

Si son ciertas las predicciones de Price, la ciencia, ha recorrido algo más de medio camino en un difícil período de transición que habrá de durar probablemente medio siglo o algo más. Su índice de crecimiento será apenas diferente del de la economía en general.

Cuando nos remontamos al sigo XVIII y luego al XVII en busca de una respuesta a las preguntas ¿ cuando comenzó la ciencia ? y ¿ dónde se hallan los primeros científicos ?, la historia nos obliga a comprender que la respuesta depende en gran medida del significado que demos a esos términos. No se trata de buscar un acontecimiento, o una fecha, sino un proceso prolongado en el que las actividades de grupos de individuos se pueden identificar gradualmente como actividades científicas.

Muchos historiadores del pensamiento científico e historiadores de las ideas hablan de la “revolución científica” que tuvo lugar entre 1540 y 1700 aproximadamente, desde la formulación inicial del sistema copernicano de astronomía hasta la culminación de la nueva filosofía que inspiró, en la obra de Isaac Newton. Este es el período en el que el historiador encuentra muchos descubrimientos y reorientaciones del pensamiento que hicieron posible que se desarrollara la visión del mundo que poseemos en la actualidad. Incluye numerosos logros específicos en astronomía, mecánica, óptica, anatomía, historia natural, química y muchos otros campos. Supone una profunda transformación del pensamiento con el rechazo de la cosmología teleológica y centrada en el hombre de Aristóteles y de los pensadores aristotélicos, y su sustitución por una visión del mundo fundamentalmente impersonal y mecánica.

¿ Tiene sentido hablar de la revolución científica de los siglos XVI y XVII y situar en el comienzo de ese período la aparición de la ciencia?. Creemos que sí. Es cierto que prácticamente todas las “ideas científicas” que tuvieron vigencia en ese período existían ya en épocas anteriores. Pero lo importante es que durante el período de la revolución científica estas ideas conocieron una aceptación cada vez mayor entre la gente culta, hasta que acabaron asentándose firmemente y se convirtieron en los principios dominantes: fue en los momentos finales de este período, entre 1660 y 1700 cuando se fundaron las sociedades científicas nacionales de Inglaterra, Francia y Alemania. Las ideas generales que animaban la ciencia de este período penetraron también en muchos otros contextos (el derecho, la religión) y, de igual forma las ideas que quedaron superadas lo fueron en todos los campos.

La Aparicion de la ciencia en el siglo XVII es parte de un cambio importante en el pensamiento y la sensibilidad que significó un notable declive del antropocentrismo, del antropomorfismo y de la teleología. El hombre dejó de estar en el centro del universo para quedar situado en una posición sin relieve y sin privilegios. El siglo XVII merece probablemente ser considerado como un punto de inflexión en la historia del pensamiento y las ideas.

Sin embargo, la ciencia es algo más que pensamiento e ideas. En esencia, es una actividad. Y en la actualidad es una actividad un tanto rutinaria, bien establecida y financiada, desarrollada por profesionales preparados y cualificados.

Los ingleses sitúan al científico lejos de la sabiduría, la cultura y la intuición, y más próximo a la simple técnica, y realizan una distinción más clara entre “científicos” e “intelectuales”.

La profesionalización de la ciencia en el siglo XIX significó la creación de puestos de trabajo. Durante el siglo XVII y la mayor parte del XVIII, pese a la importancia de los logros científicos, apenas existían puestos científicos remunerados. Los que existían en Inglaterra podían contarse con los dedos de una mano; en Francia había algunos más, pero no muchos. La ciencia era una actividad para aficionados, una diversión para quienes poseían los necesarios atributos de riqueza y ocio: al principio, en el siglo XVII, estaba dominada por la aristocracia, pero a finales del siglo XVIII vio rebajada su categoría y se convirtió fundamentalmente en una actividad de la clase media, reflejando el incremento en número y recursos de comerciantes y banqueros, funcionarios y burócratas, abogados y otros profesionales por toda Europa. El hecho de que la ciencia pasara a manos de individuos menos encumbrados en la escala social supuso una mayor presión en pro de su profesionalización. A principios del siglo XIX se produjo la creación de gran número de puestos de trabajo para científicos. Fue en el sistema educativo en el que se creó mayor número de puestos de trabajo, en especial en las Écoles de la Francia posrevolucionaria y, poco después, en las universidades de los estados alemanes.

Por primera vez comenzó a ser posible una preparación sistemática en los diferentes campos de la ciencia, preparación que podía basarse en la práctica en un laboratorio. Junto a la enseñanza, también la investigación comenzó a ser apoyada, y los científicos más eminentes podían aspirar a dirigir su propio laboratorio o incluso su propio instituto de investigación. Una de las innovaciones más notables y significativas del siglo XIX eran los laboratorios permanentes. Eso hizo que las diferentes disciplinas y especialidades científicas proliferaran con notable rapidez.

Se produjo una tendencia a imitar en todos los países las iniciativas institucionales que se tomaban en cualquiera de ellos, produciendo cierta uniformidad. La ciencia académica alemana fue muy admirada y utilizada como modelo. En las universidades Alemanas se definió claramente por primera vez el estereotipo del científico académico puro, ocupado a un tiempo en la enseñanza de los estudiantes y en la realización y publicación de trabajos de investigación.

Con la aparición del científico profesional nació una nueva figura social. Con la institucionalización de la ciencia en el siglo XIX apareció un gran motor del cambio en el seno mismo del tejido social.

¿ Porqué es importante que una actividad se institucionalice ?. Una vez que una actividad o práctica se considera como una rutina y como una parte permanente de la sociedad, es decir como una institución, todo el mundo traza sus planes sobre la base de su existencia.

La ciencia durante el siglo XIX quedó integrada en la estructura institucional y desde entonces se ha visto cada vez más integrada.

La tragedia de las instituciones radica en que adquieren vida propia. Una vez que se estabiliza su existencia, tienden a apartarse de sus fines iniciales y pueden plantear un problema constante de control a los restantes componentes de la sociedad. Las instituciones no están conectadas de forma permanente con los fines humanos concretos a los que sirven en un momento determinado.

Somos nosotros quienes tenemos que preocuparnos de que la conexión entre la ciencia y los objetivos humanos sea la que deseamos.

El contexto del crecimiento

El desarrollo de la ciencia es una parte integral de la aparición de la sociedad industrial moderna.

El siglo XVII conoció una notable transformación de la concepción de la naturaleza que abrió el camino al desarrollo de la actividad científica. Fue también en este siglo cuando se abrió el camino al desarrollo de la actividad industrial. Fue entonces cuando alcanzaron lugar preeminente muchas de las ideas, actitudes y prácticas: el individualismo, el concepto de un mercado libre para los productos, el esqueleto de un sistema bancario y crediticio adecuado, el reforzamiento legal de las transacciones financieras, etc. Estas innovaciones las realizó una clase media comerciante y financiera cada vez más importante. La creciente importancia de esta clase y de sus ideas y prácticas se describe como “el desarrollo del capitalismo mercantilista” o simplemente como “el desarrollo del capitalismo”.

Para algunos, el desarrollo de la ciencia es una respuesta a una serie de necesidades nuevas. Afirman que el capitalismo creó nuevas necesidades económicas y tecnológicas y que la ciencia se desarrolló como respuesta a esas necesidades. Otros atribuyen la importancia decisiva no a las necesidades nuevas, sino a las nuevas ideas, imágenes y formas de pensar. Otros autores hacen hincapié en el cambio social específico que produjo el capitalismo y que puso en contacto dos formas de conocimiento y existentes. También afirman que en los inicios de la sociedad capitalista desapareció la importante barrera social que existía entre eruditos y artesanos.

En la sociedad precapitalista había existido una gran división social entre quienes practicaban las artes “liberales” y los que practicaban las artes “mecánicas”, en lo que no era sino un aspecto de los prejuicios que los filósofos y eruditos tenían contra quienes trabajaban con las manos y se basaban en un conocimiento meramente técnico. Pero esa división perdió fuerza en las primeras sociedades capitalistas europeas, apareciendo incentivos de tipo práctico y económico para que se produjera la fusión entre ambas formas de conocimiento. Fue esa fusión lo que hizo nacer la ciencia tal como la entendemos ahora, como una combinación única de formas de pensamiento teóricas y matemáticas abstractas con la observación empírica y la capacidad técnica.

Hay autores que quieren relacionar la revolución científica con el desarrollo inicial del capitalismo. Ambos procesos se produjeron de forma paralela. Es particularmente notable que ambos comenzaran en el sur de Europa, especialmente en Italia, y que en ambos casos, el centro de gravedad se desplazara lentamente hacia el norte, de modo que a finales del siglo XVII las formas más avanzadas de sociedad capitalista se hallaban situadas en la República de Holanda y en la ciudad de Londres, siendo igualmente en Inglaterra y en Holanda donde la ciencia se desarrollaba con mayor vigor.

La industrialización no fue producto del avance científico. Existen vínculos entre los cambios científicos e industriales. Pero la industrialización parece haber avanzado sobre la base de sencillas innovaciones mecánicas inspiradas por el ingenio y la experiencia, más que por el conocimiento científico.

Pero si la ciencia no produjo el desarrollo de la industria, ¿ fue acaso consecuencia de ese desarrollo?. Hay numerosos datos que parecen indicar que el enorme desarrollo de las actividades e instituciones científicas durante los dos últimos siglos se hay visto reforzado por el proceso constante de industrialización. Desde luego, no se puede afirmar que la ciencia profesional avanzó y prosperó exclusivamente como respuesta a la demanda de conocimientos útiles. La ciencia ya había avanzado un largo trecho antes de que llegara a ser útil y, por tanto, pudiera recibir apoyo por serlo.

La ciencia podía servir como vehículo de expresión cultural y simbólica para las clases medias comerciantes e industriales en rápida expansión y podía ser utilizada por ellas como un medio de justificar su forma de vida. La ciencia ofrecía una explicación completa y global del mundo que podía servir como alternativa válida, incluso como un extraordinario desafío, a la visión del mundo religioso que sustentaban las viejas clases terratenientes de la sociedad. Podría decirse que la ciencia era su distintivo, así como la Biblia y la literatura griega y latina eran el distintivo de la vieja aristocracia terrateniente a la que estaban sustituyendo rápidamente como poder social y político dominante en el curso del siglo XIX.

La clase media comerciante e industrial tenía en más alta estima las ciencias naturales que la teología, los clásicos y las otras formas de cultura tradicional, e hizo una importante contribución a lo que finalmente se convirtió en una presión irresistible para establecer las ciencias como formas reconocidas de educación en las universidades y en las instituciones similares.

El papel fundamental de la ciencia no era el de proveer habilidades específicas, sino el de constituir la base cultural e intelectual de una forma de vida que podía presentarse como una alternativa desarrollada de la de las viejas clases terratenientes. La educación científica representaba respecto a la educación en los clásicos y en la tradición lo mismo que la nueva forma de vida urbana e industrial respecto a la antigua forma de vida rural y agrícola.

Para que la ciencia pudiera servir como base cultural de toda una forma de vida se la tenía que considerar producto de la educación.

La ciencia moderna

La ciencia no llegará a ser la base de nuestra cultura común, invadiendo todos los aspectos de la vida y de la actividad. La educación científica no nos aportará todos los beneficios.

Pensemos cuál es la situación en este momento: nunca ha sido mayor el abismo entre la ciencia y la vida cotidiana. La mayor parte de la gente considera la ciencia como una actividad que queda más allá de su comprensión. La ciencia ha avanzado con demasiada rapidez como para que el hombre de la calle pueda comprenderla.

La tendencia a la especialización y a una progresiva división del trabajo ha permitido incrementar notablemente la eficacia productiva. Pero la división del trabajo físico o manual se ha visto acompañada por una división del trabajo intelectual.

Los trabajos científicos tienen con frecuencia más importancia y utilidad de lo que imagina el que los realiza.

Ciencia Tecnología y armamentos

En la actualidad se dedica más dinero público a la investigación y desarrollo de temas militares que a todos los demás objetivos juntos. El dinero que se dedica a la investigación en temas de defensa es dinero que no va a la investigación industrial.

Surgirá una serie de problemas a largo plazo como consecuencia de la aplicación de la ciencia a las cuestiones militares. No es posible retornar ala ignorancia ni detener el conocimiento. EL problema radica en descubrir la forma de vivir con seguridad sobre la base de un conocimiento siempre creciente.

La tecnología militar es una maravilla de la ingeniería moderna. No la convierten necesariamente en un buen producto militar. Mayor complejidad técnica implica, muchas veces, tiempos más largos de mantenimiento, mayor vulnerabilidad y menor seguridad en el momento de su utilización.

Existe un tremendo impulso tras la investigación y desarrollo de carácter militar. Eso garantiza que la investigación se aplique con rapidez a la tecnología y a la práctica militar. La investigación orientada hacia la defensa hace imposible confiar en un equilibrio militar duradero.

La aplicación masiva y sistemática de la ciencia al contexto militar comenzó tan solo hace medio siglo. La ciencia apenas ha comenzado a mostrar lo que puede hacer.

SABATO Y MACKENZIE

Los países del tercer mundo han definido al self-reliance tecnológico como un objetivo claro para su desarrollo. Hay, sin embargo, muchos obstáculos para alcanzar dicho self-reliance. Dos de ellos nos interesan muy especialmente:

  • Es particularmente perjudicial la creencia generalizada de que la tecnología no es otra cosa que ciencia aplicada, y que, por lo tanto, para obtener aquella es suficiente producir esta última.

  • La opinión ampliamente difundida en los países del tercer mundo de que la supremacía tecnológica del centro no se debe a una capacidad real en tecnología sino más bien a su notoria habilidad en otras áreas, como el manejo de los medios masivos de comunicación, las finanzas, las prácticas comerciales desleales, la corrupción política, etc.

  • Estos dos obstáculos conceptuales son el resultado de la falta de compresión, en la periferia, de un cambio relativamente reciente pero fundamental de la forma en que la tecnología es producida en el centro, y del cual tanto sus gobiernos como sus corporaciones se han beneficiado enormemente.

    TECNOLOGÍA Y ESTRUCTURA PRODUCTIVA

    Tecnología y desarrollo económico

    La ciencia y la tecnología tienen un tremendo impacto en el desarrollo y son factores esenciales para el desarrollo económico y el bienestar.

    No hay todavía un entendimiento claro de la naturaleza exacta de las relaciones entre ciencia y tecnología y economía, ni entre investigación y desarrollo como una actividad organizada y el desarrollo económico.

    Durante la década del cincuenta se publicaron los primeros trabajos que intentaban demostrar que el cambio tecnológico podía tener un papel muy significativo en el crecimiento económico.

    Los beneficios que una empresa obtiene de innovaciones tecnológicas tienen mucho más que ver con su capacidad para manipular mercados que con su capacidad tecnológica pura.

    Este conjunto de serias dificultades teóricas no se originan por cierto en una única causa. Creemos que en el trasfondo de la mayoría de ellas está el frustrado intento de interpretar el cambio tecnológico mediante un modelo ampliamente difundido y que en principio parece obvio y razonable. Se trata del modelo que propone que el cambio tecnológico es generalmente el resultado de algún descubrimiento científico muy importante, a partir del cual se pone en movimiento la rueda de progreso técnico, y que se lleva a cabo según tres etapas bien diferenciadas: invención, innovación y difusión. Este modelo se ha convertido de hecho en un serio obstáculo para la comprensión del proceso de cambio tecnológico. Las etapas invención-innovación-difusión dejan completamente de lado la gran diversidad de fuentes del cambio tecnológico y en particular ignoran que “formas de conocimiento relativamente pedestres y ordinarias pueden desempeñar un papel desconcertantemente grande”.

    Es cierto que el inventor individual es todavía el mayor productor de inventos. También es cierto que los laboratorios organizados son los mayores productores de cambio tecnológico. Lo que pasa es que no todo invento se traduce en un cambio tecnológico, y no todo cambio tecnológico se origina en inventos ( Rosenberg, 1976 ).

    Se carece aún de un marco conceptual adecuado para el análisis del proceso de cambio tecnológico y lo que se tiene es un conjunto de estudios y modelos apropiados para ciertos casos, pero que carece de generalidad y que no pueden ser utilizados para responder cuestiones políticas

    En el corazón de esta constelación de problemas está la cuestión fundamental de la relación entre ciencia, tecnología y desarrollo, una cuestión que aparece engañosamente empírica y que debe ser analizada en forma diferente a lo que se ha venido haciendo hasta ahora.

    La tecnología en la estructura productiva

    Elegir la estructura productiva como marco de referencia es un enfoque restringido, ya que parece dejar de lado algunas dimensiones tan importantes del problema como la cultural y la política. El cambio tecnológico ocurre en el seno mismo de la estructura productiva, y es desde allí que proyecta sus grandes impactos sociopolíticos.

    La función social de la estructura productiva de un determinado país es suministrar los bienes y los servicios que éste necesita para su funcionamiento regular y adecuado. La tecnología necesaria para desempeñar tal función es suministrada casi exclusivamente mediante operaciones económicas. Esa tecnología tiene en consecuencia un precio y es, por lo tanto, desde la perspectiva de la estructura productiva, una mercancía.

    Hay tres características de esa mercancía que nos interesan:

  • La tecnología tiene un valor de uso y un valor de cambio.

  • La tecnología es un paquete de conocimientos organizados de distintas clases provenientes de diversas fuentes a través de métodos diferentes.

  • Así como las mercancías corrientes se producen en establecimientos corrientemente denominados fábricas, lo mismo ocurre ahora con la tecnología, con la diferencia de que a las fábricas de tecnología se las designa con nombres tales como “laboratorios de investigación y desarrollo”, “departamentos de R-D”, “centros de R-D” y similares.

  • Este salto de la producción artesanal de tecnología a su manufactura industrial es una de los factores claves de lo que se ha dado en llamar la segunda revolución industrial. Y ha surgido así un nuevo proletariado: los científicos, técnicos y asistentes que trabajan en las fábricas de tecnología y que venden su fuerza de trabajo en el mercado, fuerza de trabajo que se emplea en la producción de una mercancía muy valiosa, la tecnología.

    Hunt y Schwarz (1972) definen : “ Una mercancía es un elemento que sirve para algo y que se lo produce para ser intercambiado con el mercado autónomo”. De acuerdo con la definición de K. Boulding (1968) “Una mercancía es algo que es intercambiable y que consiguientemente tiene un precio”.

    El valor de uso de una tecnología producida para realizar un determinado propósito está determinado por lo bien que esa tecnología cumple con ese determinado propósito. El valor de cambio de esa misma tecnología se mide por la proporción en que su valor de uso se cambia por el valor de uso de otra mercancía, sea directamente, sea a través de dinero.

    El valor de uso depende de la utilización práctica del conocimiento contenido en el paquete tecnológico, el valor de cambio es el resultado de la apropiación privada de la tecnología por alguien y de esa manera “conlleva un cierto grado de poder de mercado y, en consecuencia, capacidad para generar rentas monopólicas” para el propietario. El valor de cambio resulta del “juego de poder” entre vendedor y comprador.

    Los tres ejemplos siguientes ilustran algunos de los problemas que resultan a causa de confundir valor de uso y valor de cambio:

  • Dependencia tecnológica: la dependencia tecnológica resulta del desarrollo muy limitado de las capacidades domésticas. La dependencia tecnológica se relaciona con categorías tales como el poder de mercado y la dependencia económica. Una adecuada estrategia contra la dependencia tecnológica deberá basarse en el reconocimiento de la importancia de ambas dimensiones de la tecnología, su valor de uso y su valor de cambio, y operar simultáneamente sobre la política económica y sobre la política científico-técnica.

  • Patentes: En los países menos desarrollados la legislación sobre patentes establecía que su objeto era fortalecer la capacidad local de invención a través de una protección adecuada. Pero cuando se comenzó a ver la tecnología como una mercancía, se descubrió que lo que en realidad hace esa legislación es fortalecer el valor de cambio de la tecnología al aumentar el poder de mercado de los inventores, y como los inventores locales son muy escasos, la legislación nacional de patentes aumenta la posición monopólica de los poseedores de patentes, que en su gran mayoría son empresas extranjeras.

  • Valor de cambio: “La buena ciencia produce buena tecnología”. En realidad, lo que produce la buena ciencia es buen conocimiento con un buen valor de uso. Para que una tecnología tenga éxito en el mercado, debe ser capaz de adquirir un buen valor de cambio.

  • La tecnología como paquete

    H. Hollomon (1966) dijo: “ uno de los mitos intelectuales más difundidos de las últimas décadas es la creencia de que la tecnología no es otra cosa que ciencia aplicada y que, por lo tanto, es suficiente producir ésta para obtener aquélla”. F.R.Jevons(1976) dijo: “si se estudia casi cualquier innovación con algún cuidado no se encontrará que esté basada en una única invención. En promedio, detrás de cada innovación hay tres ideas técnicas, no una sola”.

    El modelo basado en el concepto de paquete reconoce que no hay un único origen del cambio tecnológico; a veces puede ser la investigación científica, pero en muchos casos es el diseño industrial, la simple copia, descubrimientos empíricos, etc. El paquete tecnológico comprende un conjunto de elementos originados en fuentes diversas.

    El diseño es justamente una de las etapas principales en la confección de un paquete tecnológico. En el modelo del paquete el conocimiento que pasa a formar parte de un paquete puede provenir de cualquier fuente y según cualquier método, incluyendo el espionaje y el robo, entre otros.

    Cada paquete es diseñado para realizar una función precisa en la estructura productiva.

    Hay una importante “condición de borde” que no debe ser ignorada cuando se diseña un paquete tecnológico: toda estructura productiva tiene su propia racionalidad, definida explícitamente por un conjunto de “reglas de juego” con un sistema de “castigos y recompensas” para sus participantes. El suministro de tecnología debe ajustarse a esa racionalidad; de lo contrario, la estructura productiva rechazará los paquetes que no cumplan con ese requisito.

    Algunos ejemplos para ilustrar algunas de las posibilidades que ofrece el modelo del paquete:

    Ciencia y tecnología: Para el modelo del paquete se pueden formular las siguientes observaciones sobre las relaciones actuales entre ciencia y tecnología:

    • El conocimiento científico es uno de los principales componentes de los paquetes tecnológicos. Algunas viejas tecnologías como la fundición, la soldadura, el curtido de cueros, etc., están en violenta transformación como consecuencia de la incorporación continua de conocimientos científicos. Sin embargo hay también paquetes de gran significación socioeconómica, en los cuales la importancia de la ciencia es mínima.

    • Mientras que la ciencia emplea exclusivamente el método científico, que es el único que acepta como legítimo, la tecnología usa cualquier método (científico o no).

    • La originalidad es crucial en el quehacer científico, pero resulta irrelevante en los paquetes tecnológicos; para ellos cuenta solamente su conveniencia económica.

    • La coherencia lógica es un requisito estricto de los desarrollos científicos, no así de los paquetes tecnológicos, para los que importa más su performance en la estructura productiva.

    Innovación y adaptación: Un paquete debe contener todo lo necesario para cumplir con su objetivo y, en consecuencia, consistirá en inventos mayores y menores, junto con adaptaciones adecuadas, copia servil y cualquier otro elemento útil.

    Cambio tecnológico y sustitución de factores: La necesaria perspectiva histórica enseña que dichas relaciones no pueden ser englobadas en una función que considera al cambio tecnológico como “exógeno”, estableciendo una diferencia neta entre “sustitución de factores” (capital y trabajo) y “cambio tecnológico”. Desde el punto de vista del modelo del paquete, esta diferencia no solo es confusa sino que también es artificial.

    Diferenciar entre ambas categorías no es necesario en el proceso real ni tampoco conveniente para el análisis.

    Adaptación de tecnologías: Las tecnologías que se utilizan en numerosas plantas industriales latinoamericanas presentan elementos significativos de inesperada creatividad e innovación. Estos resultados no son difíciles de comprender. Simplemente muestran que cuando en un proceso industrial se emplea un determinado paquete tecnológico, éste tiene que ser modificado para ajustarse a las circunstancias, lo cual requiere mucha creatividad.

    Todo paquete está abierto a cambios, algunos muy sencillos, otros muy complejos e importantes. Estos cambios pueden ser originados por una serie de factores:

    • Exógenos a la empresa: Cambios de costos, crecimiento del mercado, rivalidad con otras empresas, aumento en el conocimiento técnico, etapa en el ciclo del producto.

    • Endógenos a la empresa: Tamaño de la empresa, desequilibrios internos.

    Cuando uno o varios de estos factores están presentes, la empresa debe reaccionar- El paquete debe adaptarse alas condiciones reales del proceso de producción.

    Tecnología apropiada: Un paquete que es apropiado para alguien puede ser completamente inapropiado para otro. Tecnologías inapropiadas para la gran mayoría de la población, son muy apropiadas para una minoría, cuya riqueza y poder resultan aumentados por acción de esas mismas tecnologías. Es esa minoría la que detenta el poder que dicta las reglas del juego.

    Otro aspecto está relacionado con los valores de uso y de cambio de los paquetes tecnológicos. Se invierte un gran esfuerzo en el desarrollo de nuevos paquetes, más apropiados, buscando obtener mejores valores de uso. Pero en muchos casos se deja completamente de lado la dimensión valor de cambio.

    Producción y comercio de tecnología

    La producción de tecnología puede ser ahora descrita como la producción de paquetes tecnológicos.

    Como la producción de una mercancía es su objetivo principal, el laboratorio industrial de R-D es esencialmente una fábrica, donde se procesan conocimientos para obtener paquetes tecnológicos. El modo de producción que en él impera es análogo al modo de producción que impera en cualquier otra fábrica: consiste en el adecuado procesamiento de recursos, efectuado según una cierta división del trabajo, para obtener una determinada mercancía.

    No solo la producción de tecnología ha cambiado radicalmente en este siglo: también su comercialización se ha convertido en una actividad económica especializada, y ha terminado por dar origen a verdaderas empresas de tecnología, unidades económicas especializadas en la producción y comercialización de tecnología.

    La producción de tecnología en fabricas es una tendencia creciente y dominante.

    HACIA UN NUEVO MODO DE PRODUCCIÓN DE TECNOLOGÍA

    En la historia de la producción de mercancías se distingue, en términos muy generales, tres etapas diferentes. La primera es la producción artesanal, la segunda es la manufactura y la tercera es la fabricación. Las habilidades completas de los artesanos les permiten producir las mercancías por sí mismos. Luego el capitalista segmenta esas habilidades de manera que, localizando un cierto número de personas “bajo un mismo techo”, divide la actividad productiva a fin de que los trabajadores realicen una serie de tareas articuladas (manufactura) que antes eran realizadas por una sola persona, el artesano, para producir una mercancía. Finalmente, ocurre la introducción de la maquinaria en el proceso, lo que lleva a la completa racionalización del proceso productivo, la desaparición de las habilidades artesanales y la creación de nuevas tareas y de nuevas destrezas adecuadas a dicha mecanización. El resultado más importante es el enorme aumento de la capacidad productiva. Este desarrollo histórico ocurrió tanto en el sector de bienes de consumo como en el sector de bienes de capital.

    A lo largo de la historia, el hombre produjo tecnología de manera artesanal; hacia finales del siglo pasado comenzó la etapa de manufactura, con la creación de los laboratorios industriales, donde científicos y técnicos fueron localizados “ bajo un mismo techo”; en la actualidad estamos entrando en la etapa de máquina-factura de tecnología, producción en “fabrica”, mediante la introducción de “maquinaria” especial cibernética y computarizada.

    Hacia 1870 se inició la etapa manufacturera de producción de tecnología, a partir del éxito alcanzado por la industria alemana en la producción de colores artificiales, que quedó definitivamente consagrada con Edison, en 1880, quien organizó en Menlo Park un verdadero “taller de tecnología”, donde agrupó “bajo un mismo techo” una variedad de talentos con el objeto explícito de producir paquetes tecnológicos.

    Al final de la segunda guerra mundial comenzó un nuevo proceso, lentamente al principio, mucho más acelerado ahora, pero que está lejos aún de haber terminado: la transformación del “taller” de R-D en “fábrica” de R-D, con lo que emerge un nuevo modo de producción de tecnología, con una capacidad productiva mucho mayor.

    Antecedentes Históricos

    Durante siglos la patente fue un privilegio concedido por autoridad real para la explotación de tierras o de empresas comerciales, por ejemplo para dar monopolio en el comercio de alguna mercancía; no tenía entonces ninguna conexión necesaria con inventos, aunque ello podía ocurrir en casos muy específicos. Recién en 1836 en los Estados Unidos se aprobó una ley de patentes destinada a proteger invenciones originales, con lo que la idea de conceder derechos exclusivos para la explotación de riqueza pasó de la tierra y las mercancías a la invención e innovación tecnológica. Ésta era la demostración más concreta de que había una nueva forma de producir riqueza: la producción de tecnología.

    Los artesanos

    Watt es una importante figura histórica: el proceso por el cual su invento se convertiría en una realidad industrial y comercial definió un sus líneas principales un modelo que luego se iba a aplicar en todas partes.

    Los últimos años del siglo XVIII y el siglo XIX han sido llamados el período del heroico inventor solitario. La designación es adecuada, pero convendría precisar que el inventor solitario era en general un hombre de negocios muy despierto con una excelente capacidad artesanal, algunas conexiones científicas y la paciencia y tenacidad necesarias para transforma una idea en un prototipo factible.

    El modelo propuesto por Watt y Boulton, una síntesis de habilidad técnica, ciencia y negocios, se iba a convertir en el estilo dominante de la actividad inventiva hasta buena parte del siglo XIX.

    Del artesano a la manufactura

    Una de las consecuencias más importantes de los trabajos de Watt y sus contemporáneos fue el cambio radical que sufrieron el comercio, la industria y los negocios por acción de la actividad inventiva-innovadora.

    Edison organizó un laboratorio en Menlo Park en 1880, donde con un staff pequeño pero competente y bien equipado se propuso explícitamente producir “un invento menor cada diez días y un invento importante cada seis meses aproximadamente”, mediante una división del trabajo que hizo posible aplicar “un 99% de transpiración y un 1% de inspiración”. Allí se produjo el invento más importante de todos, el de un método para producir inventos.

    En Menlo Park la producción de tecnología dejó de ser artesanal para ser manufacturada, con toda la intencionalidad y sistematicidad que exige algo que se había transformado en una mercancía.

    Los éxitos de las experiencias de Bayer y de Edison llevaron a otras empresas a organizar laboratorios de R-D. De esta manera se generalizaba lo que era una radical transformación histórica: un nuevo modo de producción de tecnología, que de la artesanía pasaba a la manufactura. Esto ocurría aproximadamente cien años después de que la manufactura comenzara a desplazar a la artesanía en la producción de bienes de consumo, un proceso que Marx denominó como la primera fase del capitalismo y cuyas características distintivas habían sido las siguientes:

    • Se reúne a los obreros “bajo un mismo techo”, el taller. Allí trabajan para un capitalista, según un esquema de división del trabajo.

    • El principal instrumento de trabajo sigue aún siendo la herramienta manual, con el auxilio de algunas máquinas primitivas.

    • Los bienes manufacturados sistemáticamente en el taller son producidos para ser vendidos en un mercado impersonal, es decir son mercancías.

    La contratación de científicos para trabajar en la producción de tecnología fue cambio fundamental con respecto a la práctica profesional. Es decir, cuando la producción de tecnología era artesanal, el mejoramiento del producto o proceso estaba primordialmente en manos del propio artesano.

    En resumen, se había iniciado un nuevo modo de producción de tecnología que requeriría un equipo de personal calificado, un método, recursos materiales y financieros, un propósito bien definido y acceso al mercado para vender los bienes producidos por ese equipo.

    De la manufactura a la producción industrial

    La introducción de maquinaria compleja transformó el taller en fábrica y de esa manera la fase manufacturera del capitalismo se transformó en la fase industrial, un nuevo y radical cambio en el modo de producción de mercancías, debido en gran parte ala acción de la tecnología.

    Las principales características de este nuevo modo de producción son las siguientes:

    • La máquina se convierte en el principal instrumento de producción, con lo que desaparecen muchas de las capacidades humanas empleadas en el taller.

    • La escala de producción aumenta enormemente, y también aumenta el número de obreros “bajo un mismo techo”, se estandarizan sus salarios y condiciones de trabajo.

    • En las oficinas se hace cada vez más esencial el personal profesional responsable de la organización de la producción, el financiamiento , la comercialización, etc. Aparece así una nueva clase media.

    • El aumento en productividad es enorme.

    • La tecnología se vuelve tanto o más importante que los factores clásicos: capital, trabajo y tierra.

    Está emergiendo un “nuevo” proletariado, cuyas tareas se organizan en la fábrica en forma similar a las de los clásicos proletarios: deben marcar su hora de entrada y salida, anotar sus actividades cotidianas en un libro especial dos veces por día (y en algunos casos, hora por hora); son supervisados por personal superior, suerte de “capataces” calificados a los que se designa pudorosamente como seniors, y también por abogados especializados en patentes; reciben “premios por productividad” en relación con los trabajos que producen y las patentes que obtienen; trabajan de acuerdo con presupuestos estrictos y según cronogramas rigurosos, etcétera.

    LIZ

    Conocer y actuar a través de la tecnología

    La gran misión encomendada a la técnica ha sido la de resolverle al hombre sus problemas prácticos y satisfacer sus intereses actuando en la realidad. El caso es que la técnica, así entendida, se ha convertido de pronto en un nuevo y gigantesco problema. Buena parte de la técnica se ha transformado actualmente en tecnología. Nuestro mundo y nuestras vidas han sido invadidas por productos, procesos y lenguajes tecnológicos.

    A través del análisis de la ciencia podríamos hacernos una idea de lo que constituirían las virtudes epistémicas y a través de la tecnología, una idea de lo que constituirían las virtudes prácticas. Con ello, no se estaría afirmando que todo en la ciencia y la tecnología sea racional, sino adoptar la ciencia y la tecnología como ejemplos privilegiados de nuestra racionalidad, como productos sumamente elaborados de nuestras capacidades racionales, analizar críticamente su funcionamiento y hacer explícitos los rasgos con los que mejor podamos caracterizar y profundizar esa racionalidad.

    La tecnología apenas puede ser ya considerada sólo como un ejemplo paradigmático para analizar exclusivamente los mecanismos de la racionalidad práctica. Ni la ciencia para hacer lo mismo únicamente respecto de la racionalidad epistémica.

    La tecnología actual no representa sólo un peculiar modo de actuar sino también de conocer la realidad. En esta última peculiaridad, su valor para orientar nuestro conocimiento y nuestra acción.

    Técnica y tecnología:

    Buena parte de la técnica se ha convertido actualmente en tecnología. Los conceptos de técnica, tecnología y sus derivados pueden ser considerados como sinónimos.

    Técnica y tecnología pueden distinguirse en un importante sentido. Las técnicas serían actividades o sistemas de acciones artesanales, artísticas, dirigidas hacia el propio cuerpo y su entorno inmediato, de carácter socialmente estructurado pero no directamente integradas en los modernos procesos productivos industriales. Las técnicas son sistemas de acciones articulados según reglas de carácter social, no acciones aisladas y ocasionales. Son sistemas de acciones muy independientes del desarrollo de la industria y de la ciencia.

    Las tecnologías son actividades o sistemas de acciones socialmente estructuradas, pero sumamente integradas en los procesos productivos industriales y estrechamente vinculadas al conocimiento científico.

    Nuestra distinción admitiría grados y aspectos. La integración en los modernos procesos productivos industriales así como la vinculación a la ciencia podría llegar a plantear problemas respecto a la identificación de cierta actividad como perteneciente a la técnica o a la tecnología.

    Nuestra distinción permitiría también una mutua incorporación técnico-tecnológica. Permitiría la existencia de ciertas actividades técnicas dentro de actividades de tipo tecnológico y viceversa.

    Hemos dicho que las técnicas y las tecnologías son actividades o sistemas de acciones. Una actividad concreta ha de ser siempre realizada por agentes concretos en un medio material concreto y a través de instrumentos concretos. Y todos estos elementos han de ser caracterizables respecto a propiedades físicas o materiales de algún tipo.

    Las clases de técnicas y tecnologías son siempre entidades abstractas. Sus materializaciones o realizaciones concretas no. No obstante, a pesar del inevitable carácter abstracto de las primeras, puede ocurrir que sus caracterización no pueda siempre llevarse a cabo prescindiendo por completo de las peculiaridades físicas o materiales de sus posibles realizaciones concretas.

    La técnica es constitutiva del hombre. Su origen se confunde con el origen del hombre mismo, no así la tecnología. La tecnología presenta una naturaleza altamente contingente. Las actuales tecnologías hunden sus raíces en la aparición de la ciencia moderna y en la industrialización. Nuestra tecnología es hija de las revoluciones científicas e industriales. No hay tecnología sin ciencia y sin industria.

    Gran parte de la técnica se ha convertido actualmente en tecnología. Sin embargo no la ha eliminado, mas bien la ha transformado. En toda tecnología perviven elementos propios de la habilidad y de la actividad artesanal. Elementos que escapan al control científico y a la planificación industrial. Muchas técnicas artísticas serían impensables sin la existencia de sofisticadas tecnologías. Otras técnicas solo perviven actualmente como contrapunto a tecnologías altamente desarrolladas capaces de producir resultados similares.

    La técnica y la tecnología comparten un objetivo: “ actuar en la realidad satisfaciendo los intereses de ciertos sujetos “. Cumplir tal objetivo requiere al menos los siguientes elementos: 1) conocer esos intereses, 2) conocer la realidad sobre la que se pretende actuar, 3) saber como actuar, 4) actuar, 5) disponer de criterios evaluadores acerca de la satisfacción de esos intereses mediante el resultado de la acción, y 6) evaluar el resultado.

    Diferencias entre técnica y tecnología: En las técnica intervienen intereses generalmente individuales y fácilmente determinables. El saber cómo actuar es transmitido personalmente. La actuación es directa y sin apenas intermediarios. En la tecnología los intereses que se satisfacen suelen ser colectivos y mucho más sofisticados. El saber cómo actuar es transmitido institucionalmente. La actuación tiende a ser indirecta. Con la tecnología entran en escena nuevos ingredientes y nuevos problemas. El núcleo de los problemas epistemológicos lo constituye la relación que la tecnología mantiene con la ciencia.

    El núcleo de los problemas prácticos presentados por la tecnología viene dado por la relación que ésta mantiene con la moderna industria, con los actuales procesos industriales y empresariales de investigación, decisión, organización, producción, comercialización y evaluación. Exigimos de la tecnología que, al igual que la técnica, siga satisfaciendo nuestros intereses actuando en la realidad. Pero los intereses de la industria y de la empresa fácilmente se desvinculan de nuestros propios intereses y de los intereses de la sociedad.

    Tecnología y ciencia

    La ciencia busca el conocimiento puro y desinteresado; la tecnología busca desesperadamente la acción. La estrecha vinculación actualmente existente entre la ciencia y la tecnología ha hecho que esta concepción entre en crisis:

    • Crisis institucional: se manifiesta en el hecho de que resulta cada vez más difícil distinguir las instituciones donde se desarrollan actividades científicas de aquellas en las que se desarrollan actividades tecnológicas.

    • Crisis conceptual: El objetivo de la ciencia es conocer la realidad, pero no cualquier realidad ni de cualquier manera. Intervienen criterios de relevancia eminentemente prácticos. El objetivo de la tecnología es satisfacer intereses. Resulta entonces que la tecnología encuentra lo que necesita en el conocimiento científico porque los intereses que mueven el conocimiento se solapan en gran medida con los intereses que las acciones tecnológicas quieren satisfacer. La armonía no es casual sino preestablecida. En la ciencia y en la tecnología se busca tanto el conocimiento como la acción. Es más, casi siempre la acción antes que el conocimiento.

    Para la satisfacción de unos intereses actuando en la realidad, la técnica y la tecnología también necesitan conocer no pocas cosas. No solo a la ciencia le preocupa el conocimiento. Y, en el caso de la tecnología, muchas veces lo aportado por la ciencia y por el conocimiento de los intereses que se han de satisfacer no lo es todo en materias epistémicas. Muchas veces, la tecnología no es sólo ciencia aplicada a la satisfacción de unos intereses dados. La tecnología puede tener contenidos epistémicos muy diferentes de los de la ciencia que utiliza e incorpora. En la ciencia pura y aplicada el conocimiento y la acción se organizan a través de teorías, mientras que en la tecnología y en la técnica se organizan a través de modelos.

    Cuando nos referimos al concepto de modelo, nos referimos en primer lugar a objetos tales como maquetas, planos, prototipos, diagramas, gráficos, dibujos, etc. Las teorías son entidades abstractas, conceptuales, los modelos son objetos concretos.

    Los modelos típicamente empleados en tecnología no necesitan ser modelos de ninguna teoría mientras que los modelos presentes en la ciencia son siempre modelos de alguna teoría.

    Tal vez no sea posible la existencia de teorías sin modelos pero la tecnología hace verdadera la afirmación de que sí es posible la existencia de modelos sin teorías.

    Tanto los modelos típicamente tecnológicos como las teorías y sus modelos asociados orientan el conocimiento y la acción. Ello depende de las intenciones y expectativas de los constructores y usuarios de estos modelos y teorías. Una teoría orienta la acción cuando se aplica. Un típico modelo tecnológico, que no sea modelo de ninguna teoría, orienta el conocimiento haciéndonos conocer más cosas sobre el sistema que es objeto de modelación. Puede, incluso, llegar a sugerir el camino que conduce a la construcción de teorías hasta entonces inexistentes acerca de ese sistema. No se trata sólo de que la tecnología pueda ser algo más que ciencia aplicada. La tecnología también llega a generar ciencia.

    Los modelos típicamente tecnológicos intentan representar algo. Son representaciones no teóricas.

    De las teorías nos interesa su potencia deductiva. Potencia deductiva gracias a la cual trazamos las historias pasadas y futuras de los conjuntos de fenómenos a los que se refieran nuestras teorías. Con las teorías explicamos y predecimos. Con las teorías esperamos saber qué ocurre, que ha ocurrido y qué ocurrirá. De los modelos tecnológicos nos interesa, en cambio, su capacidad para ayudarnos a satisfacer nuestros intereses en situaciones específicas. Su diseño nos ayuda a diseñar nuestra acción. Las teorías expanden nuestra mente, los modelos la concentran.

    Los modelos típicamente tecnológicos no son solo teorías aplicadas.

    Qué le importa la realidad a la tecnología?:

    En los modelos tecnológicos no se intentan descubrir o señalar las posibles causas reales de los fenómenos, sino sugerir cuáles pueden ser los modos más adecuados de intervención en relación a nuestros intereses. La noción de explicación apenas tiene cabida en la tecnología a no ser cuando se refiere a la explicación de un cierto funcionamiento. Pero entonces ya no importan las causas reales de los fenómenos, solo la manera como esos fenómenos se articulan satisfaciendo nuestras descripciones acerca de un buen o mal funcionamiento en relación a ciertos intereses.

    El lenguaje de la tecnología es típicamente funcional. Pueden ser muy variados los objetos físicos capaces de satisfacer las descripciones tecnológicas.

    A la tecnología le interesan los comportamientos de la realidad sólo en cuanto tales comportamientos se relacionen con nuestros intereses. No le importa la auténtica constitución de la realidad ni la genuina producción causal de esos comportamientos.

    ¿ Cómo representan la realidad los modelos típicamente tecnológicos? Y ¿ hasta qué punto le importa la realidad a la tecnología?. Los modelos típicamente tecnológicos representan la realidad de una manera funcional en relación a ciertos intereses. Y lo consiguen gracias a los diseños que incorporan y transmiten. Esto hace que a la tecnología le importe la realidad sólo en cuanto a través de ella se puedan satisfacer esos determinados intereses. Sólo en este sentido.

    La racionalidad práctica de la tecnología:

    Exigimos de la tecnología que satisfaga nuestros intereses actuando en la realidad, y queremos que esto se haga de manera racional. Esto es, valoramos y exigimos la racionalidad práctica de la tecnología.

    La racionalidad práctica de la tecnología debe incluir, casi por definición , la racionalidad epistémica de la ciencia. La tecnología debe hacer uso, si ello es posible, de todo el conocimiento científico disponible. Debe también emplear las mismas tácticas y métodos generales que utiliza la ciencia.

    La racionalidad práctica de la tecnología incluye a la racionalidad epistémica de la ciencia. Esta racionalidad se aplica tanto al conocimiento científico que incorpora la tecnología como a lo que hemos venido llamando modelos típicamente tecnológicos. La racionalidad práctica de la tecnología incluye también una racionalidad instrumental referida a la consecución de los fines propuestos en las acciones tecnológicas. Se pueden conseguir esos fines de forma más o menos costosa, rápida, con más o menos consecuencias indeseadas, etc.

    La racionalidad práctica contiene también cierta racionalidad de fines. Cuando exigimos racionalidad práctica a la tecnología, queremos también que ordene y priorice adecuadamente unos determinados objetivos sobre otros y que se conecte, en último término, con nuestros ideales acerca de lo que deba consistir una buena vida. Queremos que la tecnología mejore nuestra calidad de vida hasta donde sea posible.

    En todas las acciones tecnológicas podemos distinguir la intervención de tres tipos de elementos normativos: elementos normativos científico-tecnológicos, elementos normativos sociales y elementos normativos éticos.

    Cada uno de los anteriores elementos normativos estaría formado tanto por creencias como por reglas de acción. Todos ellos se distinguen por su diverso origen y pueden funcionar como criterios de evaluación y corrección en todas las fases de una acción tecnológica. La distinción entre elementos normativos científico-tecnológicos, por un lado, y elementos normativos sociales y éticos, por otro, sería relativa al grado de aceptación que tenga determinadas creencias y reglas de acción por parte de la propia comunidad científico-tecnológico debe ser identificado en relación a lo que creen los propios científicos y tecnólogos como científicos y tecnólogos. A su vez, la distinción entre elementos normativos sociales y éticos sería relativa a su grado de aceptación social.

    El grado de intervención de las diferentes clases de elementos normativos es crucial a la hora de distinguir clases de acciones tecnológicas y de preguntarnos por sus condiciones de racionalidad.

    Los elementos normativos éticos y sociales incompatibles entre sí, o incompatibles con ciertos elementos normativos científico-tecnológicos, señalaría la presencia de un segundo tipo de problemas de racionalidad de las acciones tecnológicas. Estos problemas se refieren a la justificación de la primacía de unos elementos normativos sobre otros. Son problemas que exigen una correcta ordenación de nuestros fines e intereses.

    ¿Es racional la primacía de algo cuya racionalidad no está suficientemente clara? Esta situación paradójica nos conduciría a un tercer tipo de problemas de racionalidad en las acciones tecnológicas. Este tercer tipo de problemas de racionalidad surge de nuestro afán por ser completamente racionales. Y la tecnología solo será completamente racional en la medida en que persiga la consecución de fines en sí mismos racionales, de fines intrínsecamente valiosos.

    Una concepción meramente instrumental de la tecnología solo se planteará problemas de racionalidad del primer tipo. Los problemas del segundo tipo serán dejados a la discusión social y la política. Y los problemas del tercer tipo sólo podrán ser objeto de especulación filosófica y utópica. Una concepción de la tecnología que aspire a poder predicar de ella una racionalidad completa debe plantearse problemas de los tres tipos.

    Seamos completamente racionales:

    El objetivo de nuestra técnica o tecnología no puede ser modificar nuestros intereses. Es indudable que muchos de los intereses de hombre, muchas de sus actitudes y expectativas, se ven continuamente modificados por la técnica y la tecnología. A veces esto satisface los intereses de alguien, y lo hace de manera planificada. Otras veces es un efecto segundario que tal vez, si nos lo propusiéramos, podría ser evitado. Pero la modificación total y absoluta de nuestros intereses no pude ser un producto técnico o tecnológico nuestro. Ni un simple efecto colateral o secundario. Ha de ser siempre un subproducto; es decir, algo que no puede ser intencionalmente planeado y conseguido.

    Controlar más consecuencias de nuestras acciones tecnológicas sólo implica directamente tener mejor tecnología, no tener una tecnología más racional.

    La tecnología presenta cuatro importantes características:

  • El desarrollo tecnológico es en gran medida imprevisto desde la perspectiva de los intereses y expectativas de los contextos científicos y sociales en los que tiene lugar, la creatividad tecnológica fácilmente escapa delos límites impuestos por la ciencia, la industria y la empresa.

  • La tecnología es holista: pequeños cambios en un lugar pueden originar tremendas modificaciones en todo el conjunto de la tecnología.

  • La tecnología es altamente funcional, emplea un lenguaje típicamente funcional relacionando cosas pertenecientes a los ámbitos de la ciencia, la economía, la ética, el derecho, etc.

  • La tecnología es sumamente finalista, incluyendo de manera no eliminable fines, objetivos, intereses, expectativas, etc.

  • VESSURI

    Las instituciones científicas de las naciones más avanzadas se convirtieron en los modelos por seguir. La presencia de instituciones científicas al estilo occidental en el mundo en desarrollo se ha aceptado ampliamente como indicador de modernidad. La institucionalización científica en los países en desarrollo a menudo se caracteriza por su fragilidad, fragmentación e incoherencia.

    En este análisis, la institucionalización científica es el proceso mediante el cual han surgido las tradiciones científicas nacionales modernas dentro de los contextos sociales más variados en las naciones poscoloniales, donde las instituciones científicas han representado en distintas épocas las múltiples manifestaciones de patrones específicos de respuesta cultural y económica ante la compleja combinación de ideas y sucesos que se identifican como la ciencia occidental.

    La apertura de la caja de Pandora de la “ciencia colonial”:

    La ciencia colonial se ha descrito como la “ciencia inferior” ( limitada a la recopilación de datos, mientras que se supone que la síntesis teórica se realizaba en la metrópolis), “derivativa” (que opera a partir de problemas establecidos por los sabios en Europa), y dependiente del reconocimiento metropolitano.

    Basalla propuso un modelo evolutivo sencillo de tres etapas. La cuestión puede considerarse tal vez de manera más provechosa como una compleja relación de poder en la que participan una metrópolis, un territorio con su estructura social colonial o semicolonial, científicos de ascendencia europea que radican en el extranjero y personas de origen no occidental que se dedican a la investigación científica.

    Surge un problema cuando la cultura cuenta con elementos inconfundibles de ambos aspectos. Se han presentado continuos debates y redefiniciones respecto a quien detenta el control local de las instituciones útiles dedicadas al conocimiento. Si se controlan desde afuera de las fronteras nacionales, entonces los conocimientos y los intereses locales quedan condenados a la marginación. Si se controlan desde adentro, existen potencialidades, pero también peligros de otros tipos.

    Hay un enfoque doble respecto a este tema. Por un lado, existen las estrategias de las grandes potencias para exportar la ciencia occidental a sus posesiones coloniales y a sus zonas de influencia. Una figura característica de la ciencia colonial, relacionada con la administración colonial, era el individuo o institución que básicamente actuaba como guardián de la ciencia colonial y que en realidad bloqueaba el avance de la investigación científica al mantener la imagen de ciencia inferior. También estaba el soldado científico para quien la ética de su trabajo revestía una importancia primordial y que hacía sus mejores esfuerzos dadas las circunstancias. Por otro lado, están los puntos de vista e intereses de los individuos en las sociedades no occidentales respecto a los sucesos científicos que ocurrían fuera de sus fronteras o respecto al surgimiento de tradiciones científicas nacionales en los nuevos países, nacidas de la experiencia a menudo traumática de colonialismo. Como figuras características de esta otra perspectiva tenemos a los grupos de científicos (en su mayoría no europeos, pero también unos cuantos colonizadores occidentales) que básicamente formaban parte del nacionalismo naciente y también eran socios del movimiento liberador en la posesiones coloniales y en las semicolonias o zonas de influencia.

    Estrategias y estilos de las grandes potencias

    Había distintas combinaciones de intereses académicos, administrativos y comerciales en la ciencia colonial según se practicara dentro de los marcos británicos, holandés, francés, español, portugués, alemán, belga o estadunidense.

    Cuando el imperialismo alcanzó su etapa culminante a principios del siglo XX, las grandes potencias habían desarrollado sus estrategias internacionales de acuerdo con los cambios en las políticas de desarrollo colonial. La transferencia de las practicas científicas de la metrópolis a la periferia se hizo más intensa y se caracterizó por sus rivalidades. Sus objetivos principales eran dos: la influencia cultural y la competencia con otras naciones.

    Los ejemplos más conocidos de ciencia colonial proviene de las acciones de los británicos en la india. La estructura social de la ciencia colonial era muy discriminatoria contra los nativos. Durante mucho tiempo se negó a los indios el acceso a los departamentos científicos. Aunque a fines del siglo XIX se constituyó un consejo de asesoría científica en la India para coordinar las actividades de diversos servicios científicos.

    En el siglo XIX, Francia reformó su imperio en el extranjero. El tipo de científico “funcionario”, en términos de la ciencia de ese siglo, evoca la conducta del científico francés, pues éste era un funcionario público federal, generalmente empleado como maestro en alguna escuela de educación media o institución de estudios avanzados a quien se podía asignar a cualquier lugar dentro de Francia o en las colonias. Operaba, pues, dentro de la burocracia estatal. Pyenson argumenta que este tipo de científico pretendía incorporar su institución de investigación en el entretejido social de su ambiente. La institución, como podían definirla directivas locales o metropolitanas, era de suma importancia, y los criterios que determinaban el avance profesional no tenían mucho en cuenta la investigación científica. Para asegurarse nuevos territorios, Francia recurría a los enormes recursos y talentos organizativos de los misioneros católicos franceses.

    La expansión colonial holandesa se inició en la primera mitad del siglo XVII. Sin embargo, fue durante los últimos veinte años del siglo XVIII cuando se crearon instituciones científicas en Batavia, el centro comercial de la principal colonia en el extranjero. La evolución del observatorio de Batavia muestra cómo las exigencias prácticas en los científicos coloniales se relacionaban directamente con el comercio y la agricultura. Los agricultores y los mercaderes hicieron algo más que apoyar la investigación dirigida a problemas prácticos. No era tanto porque creyeran que la ciencia pura resolvería los problemas prácticos de la colonia, sino que la ciencia pura los haría brillar tanto a ellos como a sus confederados burgueses en la metrópolis.

    Aunque en sus primeras fases el imperialismo estadounidense se centró en asegurar para ese país el control de Norteamérica, nunca fue exclusivamente de tendencia continental. Este imperialismo expansivo, que no reconocía límites geográficos, puso a los Estados Unidos en contacto y a menudo en conflicto con las otras potencias del siglo XIX. Las poderosas fundaciones privadas estadounidenses tuvieron gran participación en la creación y manutención de un orden económico y político de cobertura internacional, cada vez más interrelacionado, en el que los Estados Unidos eran el centro. Entre ellas, las Fundaciones Rockefeller, Carnegie y Ford invirtieron en el crecimiento de instituciones de educación superior, organizaciones para asesoría y centros de investigación en todo el mundo.

    El ejemplo del imperialismo cultural alemán refleja la convergencia de un rico florecimiento de la ciencia y las políticas gubernamentales de adquisición de territorios e influencia en el extranjero. En su caso, el estilo predominante en la intrusión en algunos países extranjeros al parecer fue efecto de la producción de conocimientos científicos, siguiendo la tradición que había caracterizado a sus eruditos viajeros (con cantidades muy superiores a las que podían absorberse internamente) y que, por lo tanto, buscaban fortuna fuera del país mediante la prueba tangible de su talento científico: las publicaciones.

    Una riqueza de respuestas culturales al aprendizaje occidental

    La implantación del aprendizaje occidental como parte integral de las estrategias imperiales tuvo como contrapartida una multiplicidad de respuesta culturales mediante las cuales dicho aprendizaje se asimilaba o se rechazaba. A partir del siglo XIX se observaron en todo el mundo colonial y poscolonial fuertes sentimientos de nacionalismo cultural, y, en algunos casos, incluso la reevaluación de los modos de pensamiento tradicionales. La dialéctica entre metrópolis y colonia es un proceso complejo que de ninguna manera pasa por etapas lógicas hasta llegar a un desenlace previsto.

    El propio concepto de “identidad” en una sociedad colonial está lleno de ambigüedades. ¿De quién es la identidad y qué la determina ? Ninguna cultura, ninguna sociedad ha poseído nunca una identidad única y absoluta. Pero es posible reconocer el desarrollo de un sentido de identidad e incluso de otras tradiciones científicas entre los grupos menos privilegiados en una sociedad colonial.

    Las sociedades coloniales, como todas las sociedades, se hallaban en proceso constante de definición y redefinición de sí mismas. Pero, puesto que debían su existencia a una madre patria distante, se encontraban atrapadas en el dilema de descubrirse a sí mismas como iguales y, sin embargo, al mismo tiempo distintas de su país de origen. El dilema se agudizaba más por el desprecio en apariencia infinito de las metrópolis hacia sus primos de las provincias.

    El etnocentrismo europeo estaba presente no solo en los conocimientos del hombre de la calle, sino también en el conocimiento científico que Europa presumía tener de las culturas no occidentales. Y se hallaba también en la acción de los funcionarios gubernamentales, expertos y hombres de negocios en sus encuentros con la diversidad cultural.

    Los datos de la periferia transferidos a Europa por los observadores coloniales, se interpretaron dentro de un marco teórico que preveían los profesionales europeos. Este retraso revela la debilidad del sistema de recopilación de información en la ciencia colonial y la resistencia de la comunidad científica europea ante pruebas que violaban sus preconcepciones teóricas.

    Para fines del siglo XIX el aprendizaje de la ciencia y de la tecnología occidentales se había tornado necesario, pues se consideraban claves para lograr un poder militar en un país devastado tras sucesivos ataques.

    El pedestal más alto en la jerarquía colonial estaba reservado para los europeos. La arrogancia y la rigidez de los maestros europeos a menudo generaron conflictos con los nacionales.

    Las disciplinas y las instituciones de la ciencia colonial:

    Para fines del siglo XVIII, las ciencias agrícolas y minerales se empleaban de manera más sistemática para explotar los recursos de las colonias. Las nuevas condiciones del suelo, las labores de reconocimiento, las pestes, las condiciones climáticas, el transporte y la comunicación requerían de la ayuda de la ciencia. La economía y la geobotánica adquirieron enorme importancia. Los botánicos buscaban las mejores técnicas para trasplantar las especies comercialmente viables de un lado del mundo a otro. Desde el último cuarto del siglo XVIII proliferaron instituciones en muchas latitudes distintas.

    Otras instituciones que se propagaron considerablemente en todo el mundo durante el siglo XIX fueron los museos de historia natural. Los museos sudamericanos buscaron establecerse como instituciones de investigación y como instrumentos para el cultivo del pueblo. Con el apoyo de los gobiernos nacionales y locales, podían encontrarse museos importantes en todas las capitales de las nuevas repúblicas.

    La intensa competencia entre las potencias coloniales europeas en la búsqueda de curas para las enfermedades tropicales que obstaculizaban la colonización ulterior y la explotación de los trópicos, condujo al surgimiento de la medicina tropical como especialidad científica independiente, cerca de finales del siglo, primero en la Gran Bretaña, luego en Francia, Italia, Bélgica, Alemania, Holanda y, un poco más tarde, en los Estados Unidos. Se enviaron médicos europeos a todos los rincones del mundo para prestar servicio en las posesiones imperiales que aseguraban los mercados, el comercio y las materias primas para las economías imperiales.

    Generalmente se daba poca importancia al desarrollo de las habilidades locales de capacitación e investigación más allá de las relacionadas con los campos aplicados. La continua dependencia de la madre patria en cuanto a educación superior reducen las oportunidades de estas sociedades de establecer un concepto sólido de sus propias identidades.

    El crecimiento institucional dentro de los moldes de la ciencia nacional:

    Independientemente del origen de las ambiciones de los distintos grupos colonizados, para mediados del siglo XIX los Estados-nación se habían convertido en el único marco de referencia aceptable.

    Si tomamos las llamadas zonas de colonización reciente de fines del siglo XIX ( Argentina, Canadá, Australia y Nueva Zelanda ), todas ellas se caracterizaban por una abundancia de tierra en relación con la mano de obra y el capital, y todas lograron desarrollar economías capitalistas muy integradas en el mercado mundial mediante la exportación de mercancías básicas.

    La persistencia de las relaciones coloniales o de las redes institucionales, o la excesiva burocratización de las actividades científicas como resultado de sus estrechos lazos con un gobierno en busca de desarrollo económico, podrían obstaculizar la capacidad de la ciencia en los países en desarrollo de adaptarse a los cambios locales.

    Con el surgimiento de comunidades científicas locales en los países en desarrollo, la consolidación de una identidad nacional se dio en épocas distintas y asumió características diferentes en cada caso.

    El papel de las políticas científicas gubernamentales:

    Algunos casos importantes de desarrollo tecnológico en la América Latina y Asia Suroriental ilustran el papel decisivo que tienen las alianzas tácticas entre las elites científicas y el Estado. Éste se ha mostrado una y otra vez como el factor más importante para el éxito o fracaso en el uso de la ciencia y la tecnología para el desarrollo industrial en los países en desarrollo.

    En distintas épocas desde los años treinta, aunque de manera más sistemática desde los cincuenta, la mayoría de los países establecieron consejos nacionales de ciencia y tecnología o unidades especializadas dentro de sus departamentos de planeación; el número de centros de investigación se amplió y acentuó la fragmentación de las actividades científicas y tecnológicas; se crearon nuevas instituciones públicas dedicadas a la promoción y a la realización de actividades científicas y tecnológicas, así como unidades gubernamentales para regular la importación de tecnología y ofrecer servicio a la industria, a la minería y a la agricultura. La rápida industrialización de los países latinoamericanos de mayor tamaño produjo una demanda de egresados de ciencias e ingeniería para manejar los problemas operativos y de servicio de las nuevas industrias de ensamble; se empezaron a transformar los mecanismos de apoyo económico a la investigación, que hasta entonces habían operado siguiendo el modelo dela “pequeña ciencia”. Las nuevas exigencias forzaron el surgimiento de intermediarios a modo de administradores de investigación, gerentes de proyectos y negociadores en los organismos encargados de los fondos, lo que originó una formalización cada vez mayor de las actividades de investigación

    Guiddens

    La definición del cambio

    ¿Cómo se definiría el cambio social? La identificación del cambio significativo implica mostrar cuán lejos han llegado las alteraciones en la estructura subyacente de un objeto o situación durante un período de tiempo. En el caso de las sociedades humanas se tiene que mostrar hasta qué grado hay una modificación de las instituciones básicas durante un período específico.

    TEORIAS DEL CAMBIO SOCIAL

    Uno es el enfoque sugerido por el evolucionismo social que trata de conectar el cambio social y el biológico. El segundo punto de vista es el asociado con el materialismo histórico.

    Teorías evolucionistas

    Si se comparan los diferentes tipos de sociedad humana en la historia, parece claro que hay un movimiento hacia una complejidad creciente.

    El desarrollo de una complejidad creciente se ha analizado generalmente con empleo del concepto de diferenciación. Mientras las sociedades se hacen más complejas, las áreas de la vida social que una vez estuvieron entremezcladas llegan a estar claramente diferenciadas, esto es, separadas unas de otras. La creciente diferenciación y complejidad de la sociedad humana pueden compararse con los procesos implicados en el desarrollo biológico de las especies. La tendencia de la evolución biológica también se desplaza de lo sencillo a lo más complejo.

    En la evolución biológica, el desarrollo de los organismos sencillos a los más complejos se explica en términos de la adaptación al medio ambiente. Los organismos más complejos tienen una mayor capacidad de adaptarse a, y de sobrevivir en su medio ambiente que los mas sencillos. Cuanto más compleja es una sociedad, mayor es su valor de supervivencia comparado con el de las más sencillas.

    Darwinismo social

    Las teorías pioneras de la evolución social solían asociar el evolucionismo con el progreso.

    Las sociedades humanas luchan unas con otras por la supervivencia, como los organismos biológicos. Las sociedades modernas de Occidente han alcanzado la cima en esta lucha y representan así el estadio más elevado de progreso social logrado hasta el momento. Algunos autores emplearon las ideas del darwinismo social para justificar la supremacía de los blancos sobre los negros, elaborando coartadas “científicas” para el racismo, y la teoría se utilizó para respaldar la posición dominante de occidente.

    Evolución unilineal y multilineal

    Las teorías de la evolución social del siglo XIX tendían a ser, generalmente, unilineales, asegurando que hay una sola línea de desarrollo de la sociedad humana, desde lo sencillo a lo más complejo. Cada sociedad debe atravesar los mismos estadios de desarrollo. Durante las últimas décadas la teoría evolutiva en sociología ha sufrido una cierta revitalización, pero subraya la evolución multilineal más que la unilineal. Las teorías multilineales reconocen que puede haber varias líneas de desarrollo conducentes desde un tipo de sociedad a otro.

    Los evolucionistas multilineales perciben los principales mecanismos de cambio todavía como una adaptación creciente al medio ambiente. Consideran que cada tipo de sociedad posterior es más eficaz en la adaptación al entorno que los tipos más sencillos.

    La teoría de la evolución de Parsons

    Él sugiere que la evolución social es una extensión de la evolución biológica, aunque los mecanismos de desarrollo reales son diferentes. Parsons denomina universales evolutivos a cualquier tipo de desarrollo que surja en más de una ocasión en condiciones diferentes y tengan un gran valor de supervivencia.

    La comunicación es fundamental en cualquier cultura humana, y el lenguaje es su fundamento. En consecuencia, el lenguaje es el primer universal evolutivo y el más significativo. Otros tres universales evolutivos son la religión, el parentesco y la tecnología.

    Parsons sostiene que la evolución social puede analizarse como un proceso de diferenciación paulatina de las instituciones sociales. Las formas más tempranas de sociedad muestran sólo un nivel de diferenciación muy bajo, y se caracterizan por lo que Parsons denomina simbolismo constitutivo. Esto significa la existencia de un conjunto de símbolos, principalmente de carácter religioso, que impregnan, virtualmente, todos los aspectos de la vida social.

    El siguiente nivel de evolución es el de la sociedad primitiva avanzada. Las sociedades primitivas avanzadas suelen implicar divisiones étnicas y de clase. Desarrollan un sistema productivo formal que lleva consigo una producción agrícola o ganadera y lugares de residencia establecidos.

    Ascendiendo en la escala se encuentra lo que Parsons denomina sociedades intermedias. Son civilizaciones o estados tradicionales ( tales como el antiguo Egipto, roma o china ). Se asocian con el surgimiento de la escritura y el alfabeto.

    Las sociedades industrializadas se sitúan en el estadio más alto en el esquema evolutivo de Parsons. Los sistemas político y económico llegan a estar diferenciados mutuamente con claridad y, a su vez, ambos son distintos del sistema legal, así como de la religión.

    Evaluación

    No está claro, en absoluto, que el desarrollo de las sociedades humanas se asemeje estrechamente a la evolución del mundo natural, y el concepto de adaptación es de escaso valor en sociología probablemente. En biología, la adaptación tiene un significado bastante preciso. No existe un significado tan claramente definido para el caso del evolucionismo social.

    No es cierto que se puede clasificar a las sociedades en función de niveles de complejidad ascendentes.

    Las teorías evolucionistas más recientes son más complejas que las desarrolladas anteriormente. La naturaleza del cambio social y cultural parece, en conjunto, más complicada de lo que sugieren las teorías evolucionistas.

    Materialismo histórico

    Según Marx, cualquier sociedad descansa sobre una base económica o infraestructura, cuyos cambios tienden a gobernar las alteraciones en la superestructura ( las instituciones políticas, legales y culturales ). Desde su punto de vista, los seres humanos se relacionan activamente con el mundo material, intentando dominarlo y subordinarlo a sus propósitos; no se “adaptan a” o “entran en” su medio ambiente.

    El cambio social puede comprenderse a través de las maneras por las cuales los seres humanos llegan a controlar el mundo material y los subordinan a sus fines. Se refiere a este proceso como la expansión de las fuerzas de producción, en otras palabras, el nivel de las mejoras económicas que ha alcanzado una sociedad. El cambio social no sucede sólo como un proceso de desarrollo gradual, sino por obra de las transformaciones revolucionarias. A esto se le ha denominado una interpretación dialéctica del cambio. Los cambios más significativos se producen mediante tensiones, choques y luchas.

    Los cambios que suceden en las fuerzas de producción generan tensiones en otras instituciones de la superestructura; cuando más se agudizan estas tensiones, más probable es que se produzca una transformación global de la sociedad.

    Criticas

    Con todo, las perspectivas de Marx tienen limitaciones notables como un marco de referencia general para el análisis del cambio social. No está claro hasta que punto otras transiciones históricas encajan en el esquema de Marx: por ejemplo, algunos arqueólogos se han apoyado en ciertos aspectos de la teoría de Marx para explicar el primer desarrollo de las civilizaciones. Arguyen que las civilizaciones comenzaron cuando las fuerzas de producción se habían desarrollado lo suficiente como para permitir el surgimiento de una sociedad fundamentada en las clases. Este es un punto de vista muy simplificado, porque los estados tradicionales se formaron como resultado de la expansión militar y la conquista. La teoría de Marx nunca ha sido capaz de tratar satisfactoriamente el desarrollo de las grandes civilizaciones orientales de India, China y Japón.

    Los límites de las teorías: la interpretación del cambio de Weber

    Ninguna teoría del cambio social fundamentada en un “factor único” puede dar cuenta de la diversidad del desarrollo social humano.

    Ninguna teoría por sí sola puede explicar la naturaleza de todo cambio social. Para el análisis pueden llevarse a cabo al menos dos cosas. Primero, pueden identificarse algunos de los factores que tienen una influencia coherente y general sobre el cambio social en muchos contextos. Segundo, pueden desarrollarse teorías que den cuenta de ciertas fases o “episodios” de cambio.

    Influencias en el cambio

    Las principales influencias sobre el cambio social pueden resumirse bajo tres encabezamientos: el entorno físico, la organización política y los factores culturales.

    El entorno físico: Como han destacado los evolucionistas, el entorno físico suele tener un efecto sobre el desarrollo de la organización social humana. Esto es muy claro en las condiciones medioambientales más extremas, cuando las personas tienen que organizar sus modos de vida en función de las condiciones climatológicas.

    Las condiciones físicas menos extremas también afectan, a menudo, a la sociedad. Las civilizaciones más tempranas del mundo se originaron, mayoritariamente en zonas en las que había una tierra rica para el cultivo. Otros factores como la facilidad de comunicación por tierra, o la disponibilidad de rutas marítimas, son también importantes.

    No hay duda de que los tipos de sistema de producción influyen fuertemente sobre el nivel y la naturaleza del cambio que se produce en una sociedad.

    Organización política: en las sociedades cazadoras y recolectoras, esta influencia se halla bajo mínimos, porque no existen autoridades políticas separadas capaces de movilizar la comunidad. En todos los demás tipos de sociedad, sin embargo, la existencia de agencias políticas distintas afecta intensamente el curso de desarrollo que una sociedad adopta.

    El potencial militar es un aspecto importante de las influencias políticas sobre el cambio social.

    Factores culturales: éstos comprenden los efectos de la religión, los estilos de pensamiento y conciencia. La religión puede ser una fuerza conservadora o innovadora en la vida social.

    Una influencia cultural particularmente importante es la naturaleza de los sistemas de comunicación.

    También puede aludirse a la influencia del liderazgo. Los lideres individuales han tenido una enorme influencia en algunas fases y aspectos de la historia mundial.

    Análisis de los episodios de cambio

    El efecto de los distintos factores que se acaban de enumerar varía con el tiempo y el espacio. No puede destacarse uno solo como la influencia determinante sobre la totalidad del desarrollo social humano, pero pueden elaborarse episodios de cambio. Robert Carneiro acepta que el quehacer bélico jugó un gran papel en el origen de los estados tradicionales.

    La guerra tiende a conducir al surgimiento de los estados, desde la perspectiva de Carneiro, cuando las personas implicadas poseen sólo zonas limitadas físicamente de tierra para la agricultura. En tales circunstancias, la guerra impone una gran presión sobre recursos escasos.

    Una vez que los estados existen de hecho, estimulan desarrollos posteriores en otras partes: otros puebles son capaces de seguir su ejemplo para la formación de sus propios sistema políticos.

    El cambio en el pasado reciente

    En los dos últimos siglos, el período de la modernidad, se ha asistido a una aceleración tremenda en la velocidad del cambio social. No es sorprendente que puedan categorizarse los involucrados en la influencia sobre el cambio social:

    Influencias económicas: la influencia de más largo alcance es el efecto del capitalismo industrial. Implica la expansión constante de la producción y la siempre creciente acumulación de riqueza. El desarrollo capitalista promueve la revisión constante de la tecnología de la producción un proceso en el cual la ciencia se emplea de forma progresiva. La mayoría de las personas en las sociedades modernas vive ahora en ciudades más que en comunidades rurales, y trabaja en fábricas y oficinas y no lo hace en la producción agrícola.

    Influencias políticas: la lucha entre las naciones por la expansión de su poder, el incremento de su riqueza y el triunfo militar sobre sus competidores, han sido una fuente vigorosa de cambio durante los dos o tres siglos pasados. En los sistemas políticos modernos la adopción de decisiones políticas promueve y dirige el cambio social en mayor medida que en épocas anteriores.

    Influencias culturales: el desarrollo de la ciencia y la secularización del pensamiento han constituido importantes influencias en este punto. Los ideales de mejora personal, libertad, igualdad y participación democrática son con amplitud creaciones de los dos o tres últimos siglos; y tales ideales han servido para movilizar proceso de cambio político y social de largo alcance incluyendo a las revoluciones.

    El cambio actual y las perspectivas futuras

    Se examinarán tres perspectivas distintas sobre los temas involucrados.

    Hacia una sociedad postindustrial: Lo que está ocurriendo hoy en día es una transición a una nueva sociedad que ya no se basará primariamente en la industrialización. Entramos en una fase de desarrollo más allá de la era industrial. Alvin Tofler ha argüido que “lo que está sucediendo ahora es con toda probabilidad, más grande, más profundo y más importante que la Revolución industrial [...] El momento actual representa nada menos que la segunda gran línea divisoria en la historia humana”. El sentido de que nos movemos mas allá de las viejas formas de desarrollo industrial ha conducido a muchos a introducir vocablos que contienen la palabra post ( que significa después ) para referirse a los cambios. Nuestro modo de vida, fundamentado en la manufactura de bienes materiales, centrado sobre la máquina de vapor y la fábrica, está siendo desplazado por otro en el cual la información se convierte en la base principal del sistema productivo. La sociedad postindustrial se distingue por un crecimiento de las ocupaciones de servicios a expensas de quienes producen bienes materiales. El trabajador de cuello azul, empleado en una fábrica o en un taller, ya no es el tipo de empleado más esencial. Los trabajadores de cuello blanco, administrativos y profesionales llegan a superar a los de cuello azul, siendo las ocupaciones profesionales y técnicas las que presentan el crecimiento más rápido de todas. Las personas que trabajan en los niveles más altos de las ocupaciones de cuello blanco se especializan en la producción de información y conocimiento.

    La postmodernidad y el fin de la historia: Algunos autores sugieren que lo que está ocurriendo es nada menos que un movimiento más allá de la modernidad. Está llegando una era postmoderna o ha llegado ya. Se sostiene que las sociedades modernas se inspiraban en la idea de que la historia tiene una forma, una meta y que conduce al progreso.. Los defensores de la idea de la postmodernidad sostienen que no solo no existe sentido general alguno de progreso que pueda dependerse, sino que tampoco hay algo que pueda llamarse historia. El mundo postmoderno es un mundo muy plural. La historia finaliza con la modernidad porque, no hay ya ningún medio de describir en términos generales el universo plural que ha nacido. Los puntos de vista del escritor Francis Fukuyama se basan no en el colapso de la modernidad, sino en su triunfo en todo el mundo -bajo la forma del capitalismo y de la democracia liberal.

    Capitalismo, socialismo y democracia: Según todas las versiones anteriores sobre el fin de la historia, no sólo el comunismo de estilo soviético, sino el socialismo se han convertido hoy en algo irrelevante. Los socialistas creen que el sistema capitalista de producción tiende a generar grandes divisiones entre los ricos y los pobres y que sólo puede desarrollarse de forma errática. Los precios y el beneficio son los hilos conductores de una economía capitalista, no la producción o la necesidad humana. La democracia liberal no es suficientemente democrática. La economía de planificación central ( como demostró la experiencia de las sociedades comunistas ) tiende a generar un sistema político autoritario y opresivo. La expansión capitalista unilateral no puede continuar indefinidamente; el mundo solamente cuenta con recursos finitos. Como humanidad colectiva, debemos ir superando paso a paso las enormes divisiones económicas que separan a los países ricos de los países pobres. El socialismo como tal no puede afrontar todos estos problemas; pero puede suministrar una guía orientadora para reflexionar acerca de ellos y para adoptar medidas prácticas con que enfrentarse a los mismos .

    ERIC HOBSBAWN[Author ID0: at ]

    [Author ID0: at ]

    ¿Cómo hay que explicar el siglo XX corto, es decir, los años transcurridos desde el estallido de la primera guerra mundial hasta el hundimiento de la URSS, que, como podemos apreciar retrospectivamente, constituyen un período histórico coherente que acaba de concluir? Ignoramos qué ocurrirá a continuación y cómo será el tercer milenio, pero sabemos con certeza que será el siglo XX el que le habrá dado forma. Sin embargo, es indudable que en los años finales de la década de 1980 y en los primeros de la de 1990 terminó una época de la historia del mundo para comenzar otra nueva.[Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004]A una época de catástrofes, que se extiende desde 1914 hasta el fin de la segunda guerra mundial, siguió un período de 25 o 30 años de extraordinario crecimiento económico y transformación social, que probablemente transformó la sociedad humana más profundamente que cualquier otro período de duración similar. Puede ser considerado como una especie de edad de oro. La última parte del siglo fue una nueva era de descomposición, incertidumbre y crisis y, para vastas zonas del mundo como África, la ex Unión soviética y los antiguos países socialistas de Europa, de catástrofes. El siglo XX conoció una fugaz edad de oro, en el camino de una a otra crisis, hacia un futuro desconocido y problemático, pero no inevitablemente apocalíptico.[Author ID0: at ]

    Este libro comienza con la primera guerra mundial, que marcó el derrumbe de la civilización occidental del siglo XIX. Esta civilización era capitalista, liberal, burguesa por la imagen de su clase hegemónica característica y brillante por los adelantos alcanzados en el ámbito de la ciencia. Además, estaba profundamente convencida de la posición central de Europa, cuna de las revoluciones científica, artística, política e industrial.[Author ID0: at ]

    Los decenios transcurridos desde el comienzo de la primera guerra mundial hasta la conclusión de la segunda fueron una época de catástrofes para esta sociedad. Sus cimientos fueron quebrantados por dos guerras mundiales, a las que siguieron dos oleadas de rebelión y revolución generalizadas, que situaron en el poder a un sistema que reclamaba ser la alternativa a la sociedad burguesa y capitalista, primero en una sexta parte de la superficie del mundo y, tras la segunda guerra mundial, abarcaba a más de una tercera parte de la población del planeta. Los grandes imperios coloniales se derrumbaron y quedaron reducidos a cenizas.[Author ID0: at ]

    Se desencadenó una crisis económica mundial de una profundidad sin precedentes que sacudió incluso los cimientos de las más sólidas economías capitalistas y que pareció que podría poner fin a la economía mundial global, cuya creación había sido un logro del capitalismo liberal del siglo XIX. Mientras la economía se tambaleaba, las instituciones de la democracia liberal desaparecieron prácticamente entre 1917 y 1942.[Author ID0: at ]

    Solo la alianza del capitalismo liberal y el comunismo para hacer frente a ese desafío permitió salvar la democracia, pues la victoria sobre la Alemania de Hitler fue esencialmente obra del ejercito rojo ( ruso ). Este período de alianza entre el capitalismo y el comunismo contra el fascismo ( fundamentalmente las décadas de 1930 y 1940 ) es el momento decisivo en la historia del siglo XX. La victoria de la Unión Soviética sobre Hitler fue el gran logro del régimen instalado en aquel país por la revolución de octubre. Una de las ironías que nos depara este extraño siglo es que el resultado más perdurable de la revolución de octubre, cuyo objetivo era acabar con el capitalismo a escala planetaria, fuera el de haber salvado a su enemigo acérrimo, tanto en la guerra como en la paz, al proporcionarle el incentivo para reformarse desde dentro al terminar la segunda guerra mundial y al dar difusión al concepto de planificación económica, suministrando al mismo tiempo algunos de los procedimientos necesarios para su reforma. [Author ID0: at ]

    El principal interrogante al que deben dar respuestas los historiadores del siglo XX es cómo y por qué tras la segunda guerra mundial el capitalismo inició la edad de oro, sin precedentes y tal vez anómala de 1947-1973. No existe todavía una respuesta. Ese período fue el de mayor trascendencia histórica de la centuria porque en él se registraron una serie de cambios profundos e irreversibles para la vida humana en todo el planeta.[Author ID0: at ]

    La repercusión más importante y duradera de los regímenes inspirados por la revolución de octubre fue la de haber acelerado poderosamente la modernización de países agrarios atrasados.[Author ID0: at ]

    El hundimiento del socialismo soviético fue el acontecimiento más destacado en los decenios de crisis que siguieron a la edad de oro. La crisis afectó a las diferentes partes de mundo en formas y grados distintos, pero afectó a todas ellas. En el decenio de 1980 y los primeros años del de 1990, el mundo capitalista comenzó de nuevo a tambalearse abrumado por los mismos problemas del período de entreguerras que la edad de oro parecía haber superado: el desempleo masivo, graves depresiones cíclicas y el enfrentamiento cada vez más encarnizado entre los mendigos sin hogar y las clases acomodadas, entre los ingresos limitados del estado y un gasto público sin límite. Los países socialistas, con unas economías débiles y vulnerables, se vieron abocados al hundimiento. Ese hundimiento puede marcar el fin del siglo XX corto, de igual forma que la primera guerra mundial señala su comienzo.[Author ID0: at ]

    El derrumbamiento de una parte del mundo reveló el malestar existente en el resto. Cuando los años ochenta dejaron paso a los noventa se hizo patente que la crisis mundial no era sólo general en la esfera enonómica, sino también en el ámbito de la política.[Author ID0: at ]

    [Author ID0: at ]

    [Author ID0: at ]

    ¿ Qué paralelismo puede establecerse entre el mundo de 1914 y el de los años noventa ? Éste cuenta con cinco o seis mil millones de seres humanos, tres veces más que al comenzar la primera guerra mundial. El mundo es incomparablemente más rico de lo que lo ha sido nunca por lo que respecta a su capacidad de producir bienes y servicios y por la infinita variedad de los mismos. Durante algunas décadas, a mediados del siglo, pareció que se había encontrado la manera de distribuir entre los trabajadores de los países más ricos, al menos una parte de tan enorme riqueza, con un cierto sentido de justicia, pero a terminar el siglo predomina de nuevo la desigualdad. La humanidad es mucho más instruida que en 1914.[Author ID0: at ]

    El mundo está dominado por una tecnología revolucionaria que avanza sin cesar, basada en los progresos de la ciencia natural. La consecuencia de mayor alcance de esos progresos ha sido, tal vez, la revolución de los sistemas de transporte y comunicaciones, que prácticamente han eliminado el tiempo y la distancia. Esta tecnología hace posible que personas separadas por océanos y continentes puedan conversar con sólo pulsar unos botones y ha eliminado las ventajas culturales de la ciudad sobre el campo.[Author ID0: at ]

    ¿Cómo explicar que el siglo no concluya en un clima de triunfo, por ese progreso extraordinario e inigualable, sino de desasosiego?¿Por qué las reflexiones de tantas mentes brillantes acerca del siglo están teñidas de insatisfacción y de desconfianza hacia el futuro? No es sólo porque ha sido el siglo más mortífero de la historia a causa de la envergadura, la frecuencia y duración de los conflictos bélicos que lo han asolado sin interrupción, sino también por las catástrofes humanas que ha causado, desde las mayores hambrunas de la historia hasta el genocidio sistemático.[Author ID0: at ]

    En el siglo XX, las guerras se han librado, cada vez más contra la economía y la infraestructura de los estados contra la población civil.[Author ID0: at ]

    A la hora de hacer un balance histórico, no puede compararse el mundo de finales del siglo XX con el que existía a comienzos del período.[Author ID0: at ]

    En primer lugar, no es ya eurocéntrico. A lo largo del siglo se ha producido la decadencia y la caída de Europa.[Author ID0: at ]

    Las grandes potencias de 1914, todas ellas europeas, han desaparecido o han quedado reducidas a una magnitud regional o provincial.[Author ID0: at ]

    La segunda transformación es más significativa. Entre 1914 y el comienzo del decenio de 1990, el mundo ha avanzado notablemente en el camino que ha de convertirlo en una única unidad operativa. Las antiguas unidades, como las economías nacionales, definidas por la política de los estados territoriales, han quedado reducidas a la condición de complicaciones de las actividades transnacionales. La característica más destacada de este período final del siglo XX es la incapacidad de las instituciones publicas y del comportamiento colectivo de los seres humanos de estar a la altura de ese acelerado proceso de mundialización.[Author ID0: at ]

    La tercera transformación es la desintegración de las antiguas pautas por las que se regían las relaciones sociales entre los seres humano. En los países más desarrollados del capitalismo occidental han alcanzado una posición preponderante los valores de un individualismo asocial absoluto.[Author ID0: at ]

    Una sociedad de esas características constituida por un conjunto de individuos egocéntricos completamente desconectados entre sí y que persiguen tan sólo su propia gratificación estuvo siempre implícita en la teoría de la economía capitalista.[Author ID0: at ]

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    LEO MARX[Author ID0: at ]

    [Author ID0: at ]

    La sensación de que la tecnología tiene poder como agente crucial de cambio ocupa un destacado lugar en la cultura de la modernidad. Son pocos los elementos de la vida contemporánea a los que no ha afectado todavía la nueva tecnología de la información. Durante tres siglos, la experiencia directa de primera mano de ese poder ha sido una característica casi universal de los países desarrollados y en vías de desarrollo.[Author ID0: at ]

    El papel de las artes mecánicas como agente motor del cambio está muy extendido en la versión popular de la historia moderna. Por ejemplo, se dice que hasta el siglo XV los europeos sabían poco o nada sobre el hemisferio occidental; sin embargo, cuando aparecieron la brújula y otros instrumentos de navegación, Colón y los demás exploradores pudieron cruzar el atlántico y se produjo inmediatamente la colonización del Nuevo Mundo. De esa forma, se hace creer que los instrumentos de navegación recién inventados fueron una condición previa o una “causa” de la colonización europea de una gran parte del mundo.[Author ID0: at ]

    Asimismo, la imprenta se considera casi exclusivamente la causa de la Reforma. Antes de que se inventara, pocas personas, salvo la clerecía, tenían un ejemplar de la Biblia; sin embargo, después de Gutenberg muchos comulgantes pudieron acceder directa y personalmente a la palabra de Dios en la que se basó la Reforma.[Author ID0: at ]

    La estructura de esos populares relatos transmite una vívida impresión de la eficacia de la tecnología como fuerza motriz de la historia: aparece repentinamente una innovación técnica que hace que ocurran cosas importantes. A diferencia de otras fuerzas más abstractas a las que los historiadores suelen atribuir un poder determinante, la materialidad o tangibilidad de los artilugios mecánicos contribuye a crear una sensación de eficacia causal visible. Considerados en conjunto, estos relatos formados por un antes y un después dan origen a la concepción de la “tecnología” como una entidad independiente, como un agente de cambio casi autónomo.[Author ID0: at ]

    Actualmente, el popular discurso del determinismo tecnológico está impregnado de una idea similar, de la que son representativas algunas expresiones en las que la “tecnología” o un sucedáneo como “la máquina” aparece como sujeto de un predicado activo: “el automóvil creó las zonas residenciales”, “la cosechadora mecánica de algodón desencadenó la migración de trabajadores agrícolas negros sureños a las ciudades del norte”, “la píldora provocó una revolución sexual”. En todos estos casos, se hace que parezca que un complejo acontecimiento fue el resultado inevitable, aunque sorprendentemente razonable, de una innovación tecnológica. Muchas de estas afirmaciones implican que las consecuencias sociales de nuestro ingenio técnico son trascendentales y acumulativas, se refuerzan mutuamente y son irreversibles.[Author ID0: at ]

    Se considera que los inventos, una vez que se introducen en la sociedad, adquieren vida propia.[Author ID0: at ]

    Esta visión determinista de la tecnología es un tema omnipresente actualmente en los medios de comunicación. La idea de que la tecnología tiene un creciente y casi irresistible poder para decidir el curso de los acontecimientos es lo que James denomina “determinismo duro”.[Author ID0: at ]

    La idea de determinismo tecnológico va desde un extremo duro hasta un extremo blando. En el extremo duro del espectro, el poder causal (poder para provocar un cambio) se atribuye a la propia tecnología o a algunos de sus atributos intrínsecos; los avances tecnológicos llevan, pues, a una situación de inevitable necesidad. En la visión del futuro de los deterministas duros, habremos tecnologizado hasta tal punto nuestras costumbres que, para mejor o para peor, nuestras tecnologías nos dejarán pocas alternativas a sus dictados inherentes. Para los optimistas, ese futuro es resultado de numerosas y libres decisiones y la realización del sueño del progreso; para los pesimistas, es el resultado de la mano de hierro de la necesidad y presagia una pesadilla totalitaria.[Author ID0: at ]

    ¿Cómo podemos pensar razonablemente que la tecnología es quién ha emprendido acciones capaces de controlar el destino del hombre? Al menos hasta ahora ninguna tecnología, por muy ingeniosa y poderosa que haya sido, ha iniciado nunca una acción que no hubiera sido [Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004]programada previamente por el ser humano[Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004].[Author ID0: at ]

    Los deterministas blandos comienzan recordándonos que la historia de la tecnología es una historia de las acciones del hombre. Para comprender el origen de un determinado tipo de poder tecnológico debemos conocer primero a los actores.[Author ID0: at ]

    En lugar de concebir la tecnología [Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004]per se[Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004] como el agente causal histórico, los deterministas blandos lo sitúan en una matriz social, económica, política y cultural mucho más variada y compleja.[Author ID0: at ]

    [Author ID0: at ]

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    [Author ID0: at ]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004]GOMEZ RICARDO

    EL AVANCE TECNOLÓGICO: COMPLEJIDAD MULTIDIMENSIONAL Y CONTEXTUALISMO

    En años recientes se afirma que el sistema tecnológico más que la máquina es la unidad básica de análisis. Tales sistemas no sólo incluyen máquinas y herramientas, sino también el conocimiento tecnológico pertinente así como la organización que permite su operatividad.

    Progreso científico y avance tecnológico

    No debe confundirse cambio y avance tecnológico con cambio y avance científico. Thomas kuhn ha señalado con detalle sistemático diferencias: la ciencia y la tecnología se ocupan de problemas crucialmente distintos; mientras que los problemas científicos están definidos por el paradigma imperante, los problemas tecnológicos están determinados por factores económicos, políticos, sociales y militares externos a las ciencias mismas. Además, el científico y el tecnólogo son sometidos a distintos tipos de educación. Kuhn propone, acerca del progreso, que existe una diferencia crucial entre progreso científico y tecnológico. El primero es de dos tipos: a) en ciencia normal, en donde los científicos resuelven los enigmas definidos por el paradigma y b) a través de rupturas acumulativas a las que llamó “revoluciones científicas”. En el avance tecnológico, el tecnólogo opera sin estar atado a paradigma alguno, sino que toma lo que le es útil.

    Notas pausibles del avance tecnológico

    Tradicionalmente la historia de la tecnología consistía en una versión internalista y tecnocráticamente progresista. En ella el desarrollo es descrito en términos de inventos (de artefactos) e inventores. Es una versión hiperoptimista según la cual la tecnología marcha autónoma y triunfalmente, permitiendo a la sociedad conquistar gradual e inexorablemente a la naturaleza en aras de un siempre mayor bienestar. Según la historia de la tecnología contada por dichos historiadores, la misma no culmina en un futuro tecnológico inexorablemente beneficioso.

    Notas del cambio tecnológico

  • el avance tecnológico es una actividad social, por lo que el curso del mismo responde a la dirección social misma.

  • consistentemente, el cambio tecnológico debe ser compatible con las condiciones sociales existentes.

  • por lo tanto el avance tecnológico no opera por sí mismo; los cambios suceden porque favorecen los intereses de un grupo, por lo que son muchas veces resistidos por otros.

  • por lo tanto, influyen en su desarrollo condiciones económicas, políticas y sociales, así como organizaciones estatales y privadas.

  • Es usual concebir el avance como un progreso en una actividad que es básicamente impulsada por el intento de resolver problemas dando lugar a problemas residuales más intratables que el problema original.

  • el avance tecnológico puede contribuir al progreso social aunque no parece hacerlo. Los problemas sociales son más arduos y complejos que los tecnológicos. Es difícil cambiar la conducta humana por algún tipo de intervención tecnológica.

  • el avance tecnológico no parece presentar saltos cualitativos bruscos y radicales, ni parece ser el resultado de inventos súbitos llevados a cabo como por arte de magia por individuos geniales. Parece tener lugar de modo más gradual y continuo, a la vez de ser el resultado del trabajo de muchos.

  • aparece como un desarrollo irreversible.

  • tal desarrollo requiere de la disponibilidad de desarrollos tecnológicos complementarios, cambios culturales complementarios y demanda efectiva.

  • muchas veces los cambios tecnológicos no son motivados por los eventuales resultados que son la razón principal del uso de los productos resultantes.

  • es conveniente distinguir entre dirección , alcance y ritmo de cambio.

  • con la creciente globalización de la economía de mercado la expansión de la tecnología aparece como acaeciendo automáticamente.

  • Toda tecnología expresa intereses políticos y culturales y no sirve a fines meramente internos y/o económicos.

    DETERMINISMO TECNOLÓGICO: TESIS DEFINITORIAS, PRESENCIA HISTÓRICA, FORMAS Y VARIANTES

    Tesis caracterizadoras del determinismo tecnológico:

  • El cambio tecnológico es causa del cambio social. Ello es así porque la tecnología define los límites de lo que una sociedad puede hacer y, por lo tanto, la innovación tecnológica aparece como el factor principal del cambio social.

  • La tecnología es autónoma e independiente de las influencias sociales.

  • Formas de determinismo tecnológico

    El determinismo tecnológico tiene varias formas que se extienden desde tal determinismo duro hasta un determinismo blando. El determinismo duro otorga el poder de cambio a la tecnología misma, por lo que el avance resulta ser inescapablemente necesario. El determinismo blando sin negar que hay determinaciones en el proceso de desarrollo tecnológico, debilita la tesis (1) del determinismo duro y rechaza (2). En el determinismo duro hay quienes niegan capacidad de acción independiente a la tecnología, aunque la reconocen como agente o factor primario de cambio. En el determinismo blando, las variaciones se deben principalmente al distinto peso o dominancia que otorgan a lo económico, político, social o cultural. Coinciden en negarle a la tecnología el carácter de agente independiente del cambio social.

    Breve referencia histórica

    El determinismo tecnológico duro tuvo representantes distinguidos desde las primeras etapas de la revolución industrial. Hemos de centrar tales actitudes deterministas en la sociedad norteamericana, por tratarse de una sociedad con altísimo desarrollo tecnológico. En las primeras décadas de nuestro siglo se popularizo la creencia de que la tecnología todo lo puede arreglar. Esto se transformó en la parte nuclear de sueño americano. La tecnología se transformó en el valor-núcleo del modo de vida estadounidense.

    Variantes del determinismo tecnológico

    Dichas variantes son el determinismo tecnológico normativo, nomológico y el determinismo de consecuencias involuntarias. La variante normativa es aquella según la cual la tecnología ha devenido autónoma. Los objetivos de la misma son la eficiencia y la productividad. El determinismo nomológico se caracteriza por la fortísima tesis de que hay un solo futuro posible, no solo tecnológico sino también social. Se supone que las estructuras sociales se adaptan total e inexorablemente al cambio tecnológico. La tercera variante parte de la creencia de que siempre hay consecuencias no intencionales de la actividad tecnológica. La tecnología es visualizada como autónoma. Ella da lugar a resultados que escapan a la previsión y control humano.

    PESIMISMO TECNOLÓGICO PRE-POSMODERNO

    Los críticos pre-posmodernos de la tecnología sostuvieron un pesimismo tecnológico más radical que el de cualquiera de los autores posmodernos. Hay una tendencia en todos ellos a defender la tesis de que la tecnología ha llegado actualmente a operar autónomamente y a determinar fundamentalmente el curso de la historia. En la mayoría de ellos, tal determinismo es concebido como fuerte y extremo. Si bien reconocen que la ciencia y la tecnología avanzan, tal avance es responsable principal de un mundo arruinado y de la humanidad menos libre.

    El pesimismo fatalista de Adorno-Horkheimer

    Ellos pretenden establecer “porqué la humanidad en lugar de entrar en una época de auténtica realización humana, se está hundiendo en un nuevo tipo de barbarie”. Proponen hacerlo desde una nueva perspectiva crítica, caracterizada por la desconfianza, el escepticismo, la reflexión y el “pensamiento negativo”. Adorno y Horkheimer reconocen que el desarrollo de la ciencia y la tecnología con el consecuente aumento de la productividad económica genera las condiciones que hacen posible un mundo mejor y más justo; pero, por el otro lado, el mismo desarrollo científico tecnológico regido por la razón instrumental lleva a la situación de dominación de unos pocos sobre muchos. La especie humana ha devenido esclava por el mismo aparato teórico que le permitió dominar la naturaleza. El nexo entre progreso científico tecnológico y progreso en dominación social aparece como indisoluble.

    Marcuse y la dominación por y como tecnología

    Hay una coincidencia básica entre Adorno, Horkheimer y Marcuse acerca de la filosofía fatalista de la historia que concibe a la humanidad esclava del y por el mismo aparato teórico que le permitió dominar a la naturaleza. Marcuse afirma que “hoy la dominación se perpetúa y extiende por sí misma no sólo a través de la tecnología sino como tecnología”. Marcuse a diferencia de Horkheimer y Adorno, no defendió un pesimismo fatalista, porque propuso algunas sugerencias para salir de la situación por él concebida como negativa e insostenible. Marcuse no critica a la tecnología en base principalmente a los costos de la misma.

    La técnica como milieu omnicomprensivo

    La técnica ha devenido el milieu en el cual vive el ser humano. Tal milieu es artificial, autónomo, autodeterminante, e independiente de toda intervención humana. Ella construye el mundo apropiado para que las máquinas operen eficientemente y principalmente introduce orden, clarifica y racionaliza. Ellul no niega que haya progreso tecnológico, pero señala que (a) todo progreso tiene un precio, es decir que si bien hay ganancias, ellas están acompañadas siempre por pérdidas, (b) el progreso genera más problemas que los que resuelve, (c) los efectos dañinos son inseparables de los efectos positivos, (d) tal progreso está acompañado por efectos impredecibles. Los seres humanos no son libres de hacer elecciones fuera de la técnica. Ellul sostiene un pesimismo tecnológico extremo.

    La megamáquina como forma suprema de control y dominación

    Lewis Mumford distingue entre dos tipos ideales de técnicas: democráticas y autoritarias. La primera consiste en métodos de producción en pequeña escala bajo la asesoría activa del productor rural o el artesano. Estas técnicas existen desde siempre. Las técnicas autoritarias son mucho más recientes. Estaban fundadas en la autoridad de un gobernante absoluto cuya palabra era sagrada, quien era seguido por luna fuerte organización de masas teológico-tecnológica, que posibilitaba tanto la construcción como la destrucción masiva. Es ésta la primera aparición importante de lo que Mumford llama “la megamáquina”, un complejo compuesto de partes humanas, regidas por un monarca, sostenido ideológicamente por luna poderosa jerarquía de sacerdotes y servida y defendida por todo un ejército. La megamáquina fue restablecida a partir de siglo XVIII con la mecanización y regimentación de un trabajo ordenado y repetitivo, con la presencia de una clase gobernante y de una gran masa regida por ella. Encontramos nuevamente una versión de la tecnología que afirma la existencia de innegables avances científico-tecnológicos, pero que no va acompañada por un correspondiente progreso social, sino que, por el contrario, ha servido para controlar al ser humano e impedirle la posibilidad de una vida auténticamente plena y autónoma.

    Una bienvenida versión pesimista más moderada

    L. Winner es el más moderad delos pesimistas y el más interesante por lo equilibrado. Pone de relieve sus coincidencias con Ellul acerca de que la tecnología está ahora fuera de control y “sigue su propio curso, independientemente de toda dirección humana”. Sin embargo, a diferencia de Ellul, Winner cree que la tecnología no tiene un curso férreamente unidireccional. El modo en que las tecnologías gobiernan nuestra vida es imprevisible. El estado actual es no necesario y reversible porque la tecnología es un fenómeno político. Se sigue entonces que la tecnología puede ser manejada y restringida políticamente. Para poder mejorar la situación en que vivimos lo primario es conocer las implicaciones que nuevas tecnologías pueden acarrear antes de ser introducidas.

    Ante pesimismos extremos, paliativos inocuos

    Adorno y Horkheimer no creen que haya solución alguna par la situación a que se ha llegado. Marcuse nunca abogó por el desmantelamiento de la sociedad industrial contemporánea. Ellul piensa que existen dos actitudes acerca del problema de la técnica: (1) el problema se ha de resolver por sí mismo, y (2) se requiere de un gran esfuerzo, consistente básicamente en cambiar el espíritu del hombre. Es difícil dialogar con los técnicos o hacerlos conscientes de que lo que ellos hacen esclaviza a los seres humanos. Mumford, a su vez, ha reconocido explícitamente que lo que ofrece es diagnóstico de una enfermedad respecto de la cual “no sabe aun qué debe hacerse”. Winner propone que “debemos imaginar y construir regímenes técnicos compatibles con la libertad, justicia socia y otros fines políticos claves.

    CASTELL[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]

    Génesis de un nuevo mundo[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004][Author ID0: at ]

    Un nuevo mundo está tomando forma. Se originó en la coincidencia histórica, hacia finales de los años sesenta y mediados de los setenta, de tres procesos independientes: la revolución de la tecnología de la información; la crisis económica tanto del capitalismo como del estatismo, y el florecimiento de movimientos sociales y culturales, como el antiautoritarismo, la defensa de los derechos humanos, el feminismo y el ecologismo. La interacción de estos procesos crearon una nueva estructura social dominante, la sociedad red; una nueva economía, la economía informacional/global, y una nueva cultura, la cultura de la virtualidad real. La lógica inserta en esta economía, esta sociedad y esta cultura subyace en la acción social y las instituciones de un mundo interdependiente.[Author ID0: at ]

    La revolución de la tecnología de la información indujo la aparición del informacionalismo. La tecnología de la información ha sido la herramienta indispensable para la puesta en práctica efectiva de los procesos de reestructuración socioeconómicos.[Author ID0: at ]

    A mediados de los años setenta, empresas y gobiernos adoptaron diversas medidas y políticas que llevaron a una nueva forma de capitalismo. Esta se caracteriza por la globalización de las actividades económicas centrales, la flexibilidad organizativa y un mayor poder de la empresa en su relación con los trabajadores. Las presiones de la competitividad, la flexibilidad del trabajo y el debilitamiento del la sindicalización condujeron a la reducción del estado de bienestar. Las nuevas tecnologías de la información desempeñaron un papel fundamental al facilitar el surgimiento de este capitalismo flexible y dinámico, proporcionando las herramientas para la comunicación a distancia mediante redes, el almacenamiento/procesamiento de la información, la individualización coordinada del trabajo y la concentración y descentralización simultáneas de la toma de decisiones. [Author ID0: at ]

    Las redes de capital, trabajo, información y mercados enlazaron, mediante la tecnología, las funciones, los pueblos y las localidades valiosos del mundo, a la vez que desconectaban de sus redes a aquellas poblaciones y territorios desprovistos de valor e interés para la dinámica del capitalismo global. Ello condujo a la exclusión social y la irrelevancia económica de segmentos de sociedades, áreas de ciudades, regiones y países enteros que constituyen lo que denomino el “cuarto mundo”.[Author ID0: at ]

    La presión de los acontecimientos, los errores tácticos, la incompetencia política y la división interna de los aparatos estatistas llevó al derrumbamiento súbito del comunismo soviético. Así terminó, en lo que supuso un instante según el tiempo histórico, el experimento revolucionario que dominó el siglo XX. También constituyó el fin de la guerra fría entre capitalismo y estatismo.[Author ID0: at ]

    Tras la desaparición del estatismo como sistema, en menos de una década el capitalismo prospera en todo el mundo y profundiza su penetración en los países, las cultura y los ámbitos de la vida. Sin embargo, es un capitalismo diferente del que se formó durante la revolución industrial. Es una forma endurecida de capitalismo en cuanto a fines y valores, pero incomparablemente más flexible que cualquiera de sus predecesores en cuanto a medios. Es el capitalismo informacional, que se basa en la producción inducida por la innovación y la competitividad orientada a la globalización, para generar riqueza y para apropiársela de forma selectiva. Más que nunca está incorporado en la cultura y la tecnología. Pero, esta vez, tanto la cultura como la tecnología dependen de la capacidad del conocimiento y la información para actuar sobre el conocimiento y la información. [Author ID0: at ]

    Casi al mismo tiempo que estos procesos comenzasen a tener lugar a finales de los años sesenta, se desencadenaron vigorosos movimientos sociales de forma casi simultánea en todo el mundo industrializado, primero en los Estados Unidos y Francia, luego en Italia, Alemania, España, Japón, Brasil, México y Checoslovaquia, con ecos y reacciones en numerosos otros países. Eran en esencia movimientos culturales, deseosos de cambiar la vida más que de tomar el poder. Estos movimientos fueron derrotados en la política, porque, como la mayoría de los movimientos utópicos de la historia, nunca pretendieron esa victoria. De esos movimientos brotaron las ideas que serían la fuente del ecologismo, del feminismo, de la defensa constante de los derechos humanos, de la liberación sexual, de la igualdad étnica y la democracia de base. [Author ID0: at ]

    Estos movimientos sociales tuvieron un impacto en la economía, la tecnología y los procesos de reestructuración que siguieron. Su espíritu libertario influyó de forma considerable en la tendencia a unos usos de la tecnología individualizados y descentralizados. Su marcada separación del movimiento obrero tradicional contribuyó al debilitamiento de los sindicatos, lo que facilitó la reestructuración capitalista. Su apertura cultural estimuló la experimentación tecnológica con la manipulación de símbolos, creando así un nuevo mundo de representaciones imaginarias que evolucionaría hacia la cultura de la virtualidad real. Los movimientos de los años sesenta crearon el marco para una división fundamenta en las sociedades de todo el mundo: por una parte, las elites activas autodefinidas culturalmente, que construyen sus propios valores en virtud de su experiencia; por la otra, los grupos sociales cada vez más inseguros, privados de información, recursos y poder.[Author ID0: at ]

    La revolución de la tecnología, la reestructuración de la economía y la crítica de la cultura convergieron hacia una redefinición histórica de las relaciones de producción, poder y experiencia sobre las que se basan las sociedades.[Author ID0: at ]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]

    Una nueva sociedad[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004][Author ID0: at ]

    Una nueva sociedad surge siempre y cuando pueda observarse una transformación estructural en las relaciones de producción, en las relaciones de poder y en las relaciones de experiencia.[Author ID0: at ]

    Productividad y competitividad son los procesos esenciales de la economía informacional/global. La productividad proviene fundamentalmente de la innovación; la competitividad, de la flexibilidad. Así, empresas regiones, países y unidades económicas de todo tipo orientan sus relaciones de producción a maximizar la innovación y la flexibilidad.[Author ID0: at ]

    Característica de los trabajadores: está el trabajador genérico y el trabajador autoprogramable. La cualidad crucial para diferenciar estos dos tipos de trabajador es la educación y la capacidad de acceder a niveles superiores de educación. Quien posee educación puede reprogramarse hacia las tareas en cambio constante del proceso de producción. El trabajador genérico es asignado a una tarea determinada, sin capacidad de reprogramación, que no presupone la incorporación de información y conocimiento más allá de la capacidad de recibir y ejecutar señales. Aunque son colectivamente indispensables para el proceso de producción, los trabajadores genéricos son prescindibles individualmente. Las máquinas y el trabajador genérico de diversos orígenes y localizaciones cohabitan en los mismos circuitos subordinados del sistema de producción.[Author ID0: at ]

    La economía informacional/global es capitalista. La regla sigue siendo la producción en aras de la ganancia y para la apropiación privada de la ganancia, sobre la base de los derechos de propiedad, que son la esencia del capitalismo. ¿Pero cómo tiene lugar esa apropiación capitalista? Deben considerarse tres diferentes niveles. [Author ID0: at ]

    El primer nivel atañe a los [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]titulares de los derechos de propiedad del capital[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]: a) los accionistas de las empresas; b) las familias propietarias; y c) los empresarios individuales.[Author ID0: at ]

    El segundo nivel hace referencia a la [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]clase directiva[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]; es decir, los controladores de los activos de capital en nombre de los accionistas.[Author ID0: at ]

    El tercer nivel estriba en la naturaleza de [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]los mercados financieros globales[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]. Los márgenes de ganancia en el mercado de valores y en los mercados financieros en general son considerablemente mayores que en la mayoría de las inversiones directas. Su capacidad tecnológica e informacional para rastrear sin descanso todo el planeta en busca de oportunidades de inversión pone al capital en movimiento constante. Los mercados financieros globales y sus redes de gestión son el capitalista colectivo real, la madre de todas las acumulaciones. Las redes financieras globales son el centro nervioso del capitalismo informacional. [Author ID0: at ]

    El nuevo sistema se caracteriza por una tendencia a aumentar la desigualdad y la polarización sociales. Ello obedece a los tres siguientes factores: a) una diferenciación fundamental entre trabajo autoprogramable y altamente productivo y trabajo genérico prescindible; b) la individualización del trabajo y c) la desaparición gradual del estado de bienestar bajo el impacto de la individualización del trabajo.[Author ID0: at ]

    La línea divisoria entre exclusión social y supervivencia diaria cada vez resulta más borrosa. Los individuos que no pueden mantener la actualización constante de su calificación se quedan atrás en la carrera competitiva, se convierten en candidatos a la expulsión de esa clase media menguante que constituyó la fortaleza de las sociedades capitalistas durante la era industrial.[Author ID0: at ]

    Un tercer modo de comprender las nuevas relaciones de clase, esta vez en la tradición marxiana, atañe a [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]quienes son los productores[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004] y [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]quien se apropia del producto de su trabajo[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]. Si la innovación es la principal fuente de la productividad, el conocimiento y la información son los materiales esenciales del nuevo proceso de producción y la educación es la cualidad clave del trabajo, los nuevos productores del capitalismo informacional son los generadores de conocimiento y los procesadores de información.[Author ID0: at ]

    Quién se apropia de una parte del trabajo de los productores informacionales? Sus empleadores se dan abuso y una explotación creciente de los productores individuales así como de las grandes masas de trabajadores genéricos, por parte de quienes controlan los procesos de producción.[Author ID0: at ]

    Las divisiones sociales verdaderamente fundamentales de la era de la información son: primero, la fragmentación interna de la mano de obra entre productores informacionales y trabajadores genéricos reemplazables; segundo, la exclusión social de un segmento significativo de la sociedad compuesto por individuos desechados, cuyo valor como trabajadores/consumidores se ha agotado, y, tercero, la separación entre la lógica de mercado de las redes globales de los flujos de capital y la experiencia humana de las vidas de los trabajadores.[Author ID0: at ]

    Las relaciones de poder también están siendo transformadas por los procesos sociales. La principal transformación concierne a la crisis del Estado-nación como entidad soberana y la crisis relacionada de la democracia política, según se construyó en los dos últimos siglos. La globalización del capital, la multilateralización de las instituciones de poder y la descentralización de la autoridad a los gobiernos regionales y locales producen una nueva geometría del poder, induciendo quizá una nueva forma de Estado, el Estado red.[Author ID0: at ]

    La política informacional se realiza primordialmente por la manipulación de símbolos en el espacio de los medios de comunicación. Los juegos estratégicos, la representación personalizada y el liderazgo individualizado sustituyen a los agrupamientos de clase, la movilización ideológica y el control partidista, que caracterizaron a la política en la era industrial.[Author ID0: at ]

    Cuando la política se convierte en un teatro, los ciudadanos de todo el mundo votan para evitar ser perjudicados por el Estado. En cierto sentido, el sistema político se va vaciando de poder.[Author ID0: at ]

    Las batallas culturales son las batallas del poder en la Era de la Información. Se libran primordialmente en los medios de comunicación por los medios de comunicación. El poder radica en las redes de intercambio de información y manipulación de símbolos. A largo plazo, no importa realmente quién tiene el poder, porque la distribución de los papeles políticos se generaliza y es rotatoria. Ya no existen elites de poder estables. Sin embargo, si hay elites desde el poder formadas durante su mandato, en el que aprovechan su posición política privilegiada para obtener un acceso más estable a los recursos materiales y las conexiones sociales. La cultura como fuente de poder y el poder como fuente de capital constituyen la nueva jerarquía social de la Era de la Información.[Author ID0: at ]

    En el paradigma informacional ha surgido una nueva cultura: la cultura de la virtualidad real. Un sistema en el que la propia realidad está plenamente inmersa en un escenario de imágenes virtuales, en un mundo de representación, en el que los símbolos no son sólo metáforas, sino que constituyen la experiencia real. No es la consecuencia de los medios electrónicos, aunque son los instrumentos indispensables para la expresión de la nueva cultura.[Author ID0: at ]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]

    Más allá de este milenio[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004][Author ID0: at ]

    La revolución de la tecnología de la información acentuará su potencial transformativo. El siglo XXI estará marcado por la finalización de la superautopista global de la información, que descentralizará y difundirá el poder de la información, cumplirá la promesa de multimedia y aumentará el placer de la comunicación interactiva. Además, será el siglo del florecimiento de la revolución genética. No obstante, si cometemos los mismos errores del siglo XX, utilizando la tecnología y la industrialización para entrematarnos en guerras atroces, con nuestro poder tecnológico muy bien podemos poner fin a la vida en el planeta.[Author ID0: at ]

    La maduración de la economía informacional y la difusión y uso apropiado de la tecnología de la información como sistema probablemente liberen el potencial de productividad de esta revolución tecnológica. El siglo XXI presenciará el ascenso de un sistema extraordinariamente productivo según los parámetros históricos. El trabajo humano producirá más y mejor con un esfuerzo considerablemente menor. El trabajo mental reemplazará al esfuerzo físico en los sectores más productivos de la economía.[Author ID0: at ]

    La economía global se expandirá en el siglo XXI mediante el incremento sustancial de la potencia de las telecomunicaciones y del procesamiento de la información. Pero lo hará de forma selectiva, vinculando segmentos valiosos y desechando localidades y pueblos devaluados o irrelevantes.[Author ID0: at ]

    [Author ID0: at ]

    [Author ID0: at ]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004]HERRERA AMILCAR

    UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN

    Este trabajo evalúa la repercusión de la nueva onda de innovaciones tecnológicas en los países de América Latina en un horizonte temporal de largo plazo.

    Creemos que la idea de que la incorporación de una onda de innovaciones tecnológicas requiere de profundos cambios socio institucionales es válida.

    El término paradigma significa “modelo”. Para la ciencia es cierto que el conocimiento científico evoluciona siguiendo una cierta secuencia lógica, o modelo, debido a su misma naturaleza. Sin embargo, para la tecnología, esa concepción de paradigma se presta a graves confusiones.

    Una concepción muy generalizada, en relación con el progreso tecnológico, es que la tecnología evoluciona en forma unilineal como la consecuencia natural e inevitable de desarrollo de la ciencia.

    Esa visión de paradigma, tomada de la ciencia, no puede ser aplicada a la tecnología porque un cierto cuerpo de conocimiento científico permite la creación de muchas tecnologías posibles, y la que se adopta depende, en última instancia, de los objetivos y valores de la sociedad implicada. Un paradigma tecnológico no es un sistema cerrado cuya evolución esta unívocamente determinada, sino que consiste de un núcleo de conocimiento y elementos tecnológicos básicos, que ofrecen una variedad de posibles trayectorias cuya dirección está determinada en gran medida por el medio social.

    Un Paradigma tecnológico es un cuerpo de conocimientos y elementos tecnológicos básicos que pueden ser considerados de valor universal. Un paradigma tecnoeconómico ( o mejor quizás tecnosocioeconómico ), por otra parte, es la resultante de una trayectoria tecnológica entre muchas otras posibles.

    Este trabajo prospectivo parte de dos premisas básicas: la primera es que el impacto de la nueva onda de innovaciones sólo puede ser evaluado de manera adecuada en el contexto de la crisis actual, o quizá mejor, en el proceso de transformación mundial. La segunda premisa, estrechamente relacionada con la primera, es que el carácter del impacto social no está determinado sólo por la naturaleza de las tecnologías en sí sino también, y sobre todo, por la estrategia socioeconómica que se adopte para incorporarlas.

    Proponemos la trayectoria tecnológica que consideramos más apropiada para contribuir a la construcción de una sociedad que pueda superar creativamente la presente crisis.

    La dimensión tecnoeconómica que acabamos de señalar es sólo un elemento, y no el más importante de la crisis.

    Una crisis mundial sin precedentes

    Los principales elementos que diferencian esta crisis de las anteriores de capitalismo son los siguientes:

    • La emergencia del tercer mundo. En los años treinta el mundo estaba dividido en los países que ahora llamamos desarrollados y un vasto conglomerado de países, gran parte de ellos coloniales cuyo papel económico era exportar materias primas e importar manufacturas de las potencias industrializadas. El tercer mundo es hora un protagonista activo en el escenario internacional que no puede ser ignorado, como lo fue en el pasado por las grandes potencias. El elemento más importante que condiciona la trayectoria del proceso de cambio es la relación entre los países desarrollados y el Tercer mundo.

    • La emergencia de los países socialistas. En el período de posguerra, la expansión del bloque socialista en Europa y la incorporación de china convirtieron al mundo socialista en un elemento crítico en la evolución del sistema internacional. El actual proceso de transformación de los países del este europeo muestra el fracaso del modelo socialista aplicado históricamente, pero permite también ver con más claridad la inconsistencia de la concepción predominante hasta ahora, de que la problemática del mundo actual podía reducirse a los términos de una confrontación capitalismo vs. comunismo. También alrededor del 70% de la población del mundo capitalista vive en las condiciones de miseria y opresión. El proceso de cambio mundial no puede reducirse simplemente a una opción entre capitalismo y comunismo.

    • Conscientización social. Se refiere esencialmente al tipo de reacción de la población en general ( en particular en los países desarrollados ) ante las posibles consecuencias de la crisis. La mayoría de la población aceptaba los efectos de la crisis como una especie de calamidad “natural”, un fenómeno coyuntural inherente a la sociedad en que vivimos. La emergencia del welfare state introdujo un factor ausente en el capitalismo de la preguerra: la noción de que el acceso a los elementos esenciales para el bienestar personal -como el empleo, el cuidado de la salud, la educación- es un derecho que debe ser protegido por el estado.

    • Cuestionamiento de los valores actuales de la sociedad occidental. La colonización de la mayor parte del mundo y mas recientemente la transferencia unilateral de tecnología y la difusión del estilo occidental de industrialización parecían condenar a un olvido casi completo las realizaciones de otras culturas. Este proceso está comenzando a cambiar, en primer lugar, porque el mundo occidental ha comenzado a tener serias dudas acerca de la sensatez y racionalidad de su propia concepción de progreso y desarrollo; en su búsqueda de opciones ha comenzado a tomar conciencia de que otras culturas pueden quizás haber hecho contribuciones decisivas para una visión del mundo más integrada y menos reduccionista. En segundo lugar, porque las otras culturas han comenzado a afirmar sus propias identidades y a cuestionar un concepto supuestamente universal de desarrollo que no toma en cuenta sus propias especificidades culturales. El elemento común a la mayor parte de esas opciones es el concepto de que el problema de los países del tercer mundo no es tanto cerrar la brecha cuantitativa que los separa de los países centrales, sino construir una sociedad diferente, que pueda promover el desarrollo armónico de las posibilidades humanas, con la cantidad y tipo de insumos materiales del desarrollo tradicional.

    • La nueva onda de innovaciones. El elemento que determina el carácter del nuevo paradigma, es la microelectrónica. La revolución industrial con la primera gran onda moderna de innovaciones tecnológicas y la emergencia del proletariado, consolidó la economía capitalista al transformar a la sociedad occidental. Las ondas tecnológicas siguientes cambiaron todo el perfil del sistema productivo, pero no alteraron de manera significativa la estructura de la sociedad capitalista; esta nueva onda afectaría la base misma de la sociedad industrial, tal como puede constatarse al considerar el proceso de automatización y robotización. En los países avanzados la causa básica del desempleo es que cada día se necesita menos trabajo para producir la misma cantidad de bienes y servicios. Esta tendencia histórica, que comenzó a intensificarse casi desde el principio del período de la posguerra, se acelerará enormemente por el progreso de la microelectrónica. La supresión de la mayor parte de las formas de trabajo físico o rutinario eliminará poco a poco al proletariado. En las sociedades modernas el acceso a los bienes y servicios está condicionado en esencia por el salario.

    • Los límites físicos absolutos. Después de la segunda guerra se da más importancia a las variables sociales, políticas y tecnológicas, pero la conscientización de que los recursos naturales y el medio ambiente constituyen límites absolutos para el crecimiento económico apareció solo en el decenio de los sesenta. Hemos tomado conciencia de que los recursos de la tierra no son infinitos.

    Consumo, pobreza y medio ambiente

    Los elementos que acabamos de mencionar son los básicos que diferencian la crisis actual de las anteriores desde la revolución industrial y la emergencia del capitalismo.

    Los elementos más importantes de la crisis, sin embargo, los que serán centrales en la determinación de su trayectoria y su resultado, son una modalidad o filosofía del desarrollo basada en un crecimiento económico indiscriminado, y un rápido proceso de empobrecimiento global que afecta a más de las dos terceras partes de la población del planeta. Los efectos combinados del consumo irracional en los países desarrollados y la repercusión ecológica de la pobreza en el tercer mundo están afectando profundamente el potencial de renovación de los recursos naturales y las bases ecológicas para el desarrollo. La manifestación de más alcance de la pobreza es el crecimiento continuo de la desigualdad entre los países. La magnitud de la brecha que separa a las naciones desarrolladas de las del tercer mundo nunca ha sido tan grande en la historia moderna.

    Hoy en día la situación ha cambiado; para la mayoría de los países del Tercer Mundo la satisfacción de las necesidades básicas es todavía su objetivo fundamental. Los países centrales están entrando en una etapa del desarrollo cuya problemática es muy diferente de la que todavía enfrentan los países del Tercer Mundo.

    Hubo otros factores que contribuyeron al distanciamiento creciente entre los dos mundos.

    Durante los dos primeros decenios del período de posguerra el mundo experimentó un renovado sentido de solidaridad basado en el éxito del plan Marshall en Europa.

    Este concepto de desarrollo se basaba en la creencia de que los países pobres podrían alcanzar niveles de vida adecuados mediante la ayuda económica de los países ricos, y sobre todo, mediante la activación de su aparato productivo al introducir tecnologías modernas.

    De acuerdo con algunos autores, la humanidad está enfrentando una inminente catástrofe ecológica global debido, sobre todo, al crecimiento incontrolado de la población del Tercer Mundo. En consecuencia, los países centrales comenzaron a mirar al Tercer Mundo como una amenaza al progreso material de estos últimos.

    Una de las consecuencias de esta división del mundo es que hace prácticamente imposible una política ambiental a escala planetaria.

    Por otra parte, el costo de la carrera armamentista es uno de los obstáculos a la solución de los problemas asociados a la pobreza que afectan a gran parte de la humanidad. Al final del decenio de los ochenta el gasto militar anual excedió el ingreso de la mitad más pobre de la humanidad.

    Si se mantienen las tendencias actuales, a principios del próximo siglo tendremos un mundo en el cual cerca del 80% de la población estará en los países en desarrollo en condiciones de vida que serán semejantes o peores que las presentes. Al mismo tiempo, el medio ambiente estará en un continuo y acelerado proceso de deterioro global bajo los efectos del consumo y la pobreza. Es obvio, por consiguiente, que la trayectoria actual del mundo no es viable, tanto desde el punto de vista sociopolítico como físico.

    Los elementos que hemos examinado tan brevemente muestran que la crisis actual tiene características que la hacen muy diferente de las anteriores desde el comienzo de la revolución industrial. Dos de sus elementos -los limites ambientales y el sistema nuclear destructivo- demuestra que esta crisis no tiene precedentes.

    La construcción de futuro

    Estamos frente a un futuro cuya evolución es muy difícil de predecir, y al mismo tiempo necesitamos algunas guías para la acción en un horizonte temporal de largo plazo, porque somos conscientes de que la única solución para la problemática actual es formular e implantar estrategias alternativas de desarrollo, basadas en objetivos compatibles con las aspiraciones de la mayoría de la población.

    Nuestro propósito no es predecir el futuro, sino determinar cuáles son las acciones que deben ponerse en marcha para construir un futuro considerado deseable.

    La serie de pronósticos globales de largo plazo comenzó en el decenio de los sesenta con dos visiones contrastantes del futuro. La de Kahn publicada en 1967, presentaba una visión optimista del futuro, sin discontinuidades o cambios cualitativos importantes. La otra corriente de pensamiento ve a la humanidad precipitándose hacia una catástrofe casi inevitable. En estos pronósticos el crecimiento de la población y el consumo, con la presión resultante sobre los recursos naturales y el medio ambiente físico, está llevando la humanidad a un desastre que resultará en una súbita disminución de la población y un nivel de vida miserable para los sobrevivientes.

    Esos pronósticos globales han sido divididos en dos grupos: proyectivos y normativos. Los primeros describen un futuro posible suponiendo la persistencia de las principales tendencias observadas en el momento. El enfoque normativo propone un futuro deseable y trata de identificar las acciones necesarias para pasar de este presente a ese futuro.

    Podemos hacer ahora una breve comparación entre lo que podemos llamar los estudios del norte y los estudios del sur. Hay una clara diferencia entre los dos grupos de trabajos: los del norte son esencialmente proyectivos, mientras los del sur son normativos.

    En relación con el Tercer Mundo, las conclusiones de los estudios hechos en el norte coinciden en buena medida. A principios del próximo siglo la brecha entre los países pobres y los ricos será mayor que hora, o disminuirá sólo marginalmente en los países en desarrollo más avanzados. En términos absolutos, la situación de los países más pobres del Tercer Mundo será quizá peor.

    Las premisas fundamentales implícitas en los estudios del norte son dos: la primera es que no habrá cambios importantes en la actual estructura social e internacional. La segunda es que los países del tercer mundo no producirán acciones que puedan alterar de manera significativa su actual situación en la estructura mundial de poder político y económico; en otras palabras, que el futuro del Tercer Mundo es una variable dependiente de lo que ocurra en los países avanzados.

    En los estudios del sur las premisas básicas son diferentes. Comienzan con la suposición de que la crisis actual trasciende en amplio margen las dimensiones económicas y tecnológicas, y cuestiona la base misma del orden mundial y social vigente.

    En los estudios del norte las variables privilegiadas son principalmente económicas y tecnológicas. Además esas variables son el gran medida controladas por los países avanzados.

    Para incorporar la posibilidad de efectuar transformaciones que pueden alterar las tendencias actuales, es necesario considerar también los actores sociales comprometidos y esto es lo que hacen los estudios prospectivos del sur.

    La selección de las variables está principalmente determinada por el hecho de que los países del norte tienen una posición privilegiada en la estructura de poder mundial y, por lo tanto, es explicable que tiendan a ignorar o subestimar variables. En una posición de privilegio todo cambio es peligroso en potencia e ignorarlo, rechazarlo o restarle importancia ha sido una actitud recurrente a lo largo de la historia.

    En ambos casos hay elección de un futuro: la diferencia básica entre ellos es que, en el norte, el futuro elegido es la continuación de la situación actual con el grado mínimo de cambio posible, mientras que en sur se asume la continuación de las tendencias actuales no es ni viable, ni deseable.

    LA NUEVA SOCIEDAD

    Características básicas de la nueva sociedad

    Es necesario limitar la demanda creciente de los recursos naturales y el medio ambiente para conseguir una sociedad ecológicamente sustentable.

    Otra exigencia esencial de una sociedad viable es la participación, que significa el derecho de todos sus miembros a participar en las decisiones sociales en todos los niveles.

    Podemos definir cuáles deberían ser las características básicas de cualquier sociedad que resulte una salida positiva para la presente crisis mundial:

    • Igualitaria en el acceso a bienes y servicios

    • Participativa: todos los miembros tienen el derecho de participar en las decisiones sociales en todos los niveles.

    • Autónoma: esto significa la capacidad de tomar decisiones basadas en sus propias aspiraciones y posibilidades.

    • De tiempo libre para las actividades creativas: las nuevas tecnologías permiten eliminar poco a poco el trabajo rutinario enajenante.

    • Intrínsecamente compatible con su medio ambiente físico: la compatibilidad deberá basarse no en medidas correctivas tomadas a posteriori, sino en la misma naturaleza del estilo de desarrollo.

    Acceso igualitario a los bienes y servicios

    Esto significa que la sociedad debe ofrecer a cada persona la posibilidad de variar su demanda de bienes y servicios en función de sus gustos y aptitudes.

    Participación: Un derecho humano cuyo contexto cambia del todo por las nuevas tecnologías es el derecho de participación en todas las decisiones sociales. El participar no representa tan solo un medio para una organización social más eficiente, son un fin en sí mismo. En un proceso de cambio social las personas no se liberan al alcanzar ciertas metas específicas sino cuando sienten que son protagonistas del proceso y no víctimas, o simples beneficiarios pasivos. La precondición para participar es que los actores sociales que conducen el proceso de cambio consideren que la participación no es tan sólo una característica de la nueva sociedad, sino también un instrumento fundamental para construirla.

    Empleo, trabajo y las nuevas tecnologías: La repercusión social más importante de las nuevas tecnologías es sobre la automatización y robotización del proceso de trabajo. El fenómeno de la marginalidad social como consecuencia del desempleo estructural, que era una característica de los países en desarrollo, está apareciendo ahora en el mundo desarrollado. La diferencia más grande es que los países avanzados pueden proporcionar un mayor grado de protección económica al desempleado, pero el fenómeno de la marginalización social es en esencia el mismo.

    Compatibilidad con el medio ambiente: Requiere que se comprenda mejor la relación sociedad-medio ambiente en diferentes contextos socioeconómicos y culturales. La pobreza tiende a deteriorar el medio ambiente que, a su vez, acelera el proceso de empobrecimiento. Muchas civilizaciones fueron capaces de crear, mediante el mecanismo de retroalimentación y de un largo proceso de ensayo y error, tecnologías adecuadas a su ambiente físico y humano. La supervivencia de civilizaciones por millares de años, en espacios ecológicos bastante limitados, muestra la eficiencia de estos mecanismos de retroalimentación. Cuando la sociedad comienza a percibir la degradación de medio ambiente e intenta tomar medidas correctivas, queda claro que en este campo los objetivos de interés social y los de una empresa tienden a ser divergentes. Para la empresa toda reglamentación para proteger el medio ambiente significa un aumento en el costo de producción; en consecuencia, la empresa reacciona usando todos los medios posibles para impedir las reglamentaciones o escapar de ellas. Por otra parte, la filosofía misma del sistema capitalista, hace que los gobiernos se resistan a implantar medidas que, de alguna manera, podrían interferir con el libre curso del sistema económico. El sistema productivo de un país, y en particular de un país industrializado, no está mas integrado en el ámbito nacional. Gran parte de las materias primas se importa de los países del tercer mundo, transfiriendo de esta manera el impacto ambiental hacia la periferia. La convergencia del capitalismo, o de la sociedad industrial, con su enorme aceleración del desarrollo tecnológico y del crecimiento económico, destruyó casi por completo los mecanismos directos de retroalimentación que prevalecían en el pasado entre la sociedad y el medio ambiente físico.

    Autonomía: El grado de autonomía de una sociedad está dado por su capacidad de decidir sobre su estilo de vida y modalidad de desarrollo.

    Norte y sur en la construcción de la nueva sociedad

    Una cuestión primordial relacionada con lo señalado es estimar cuáles son, para los dos bloques en los que está dividido el mundo, las ventajas y desventajas relativas de cada uno en la construcción de esa sociedad global. Los países industrializados, debido a su superioridad económica y tecnológica, tiene ventajas obvias sobre los del Tercer mundo para encabezar el proceso de unificación mundial. Para los países del Tercer Mundo el nuevo orden mundial les resultaría un beneficio obvio. Estamos ahora en un punto en que tan sólo la movilización mundial alrededor de algunos objetivos básicos comunes puede modificar el camino que nos está llevando a la autodestrucción.

    La transición a la nueva sociedad

    La transición a la nueva sociedad ( siempre que haya la voluntad política de construirla ) tomará los próximos tres o cuatro decenios. La trayectoria hacia la nueva sociedad deferirá para el norte y para el sur, debido a la desigualdad de sus situaciones iniciales.

    WILLIAMS

    LA SOCIEDAD INDUSTRIAL Y POSTINDUSTRIAL

    La revolución industrial continúa. A lo largo del último cuarto de siglo, la velocidad y el alcance de los cambios técnicos han sido notables, pero aún lo han sido más sus efectos sobre los hábitos y tipos de trabajo. Se augura que el desarrollo futuro de tales cambios producirá un desempleo masivo permanente basado en la progresiva industrialización de muchos de los actuales tipos de trabajo. Estos cambios conducirán a la sociedad postindustrial.

    Se considera que la primera revolución industrial, que tuvo lugar de 1780 a 1840 y tantos, se basó en la aplicación de la máquina de vapor. La segunda, ocurrida entre 1860 y 1910, se habría basado en la aplicación de nuevas formas de energía derivadas del petróleo y la electricidad. Según este tipo de clasificación, la tercera revolución industrial, a partir de los años cincuenta, se basaría en la nueva energía nuclear, pero un esquema más frecuente, con puntos de referencia distintos, la define como la aplicación de los sistemas electrónicos -ordenadores, automatización, microchips- a campos cada vez más amplios de la producción y el control.

    El pleno significado de la revolución industrial no se reduce a la introducción y el desarrollo de nuevas fuerzas productivas. Lo que empezó a cambiar a partir de 1780 fue todo el conjunto de las relaciones de producción, que finalmente constituyeron un nuevo orden social. Es imposible comprender la revolución industrial en cualquiera de sus fases, incluidas la más reciente y la más inminente, por referencia solamente a los cambios sufridos por las fuerzas productivas.

    La institución de un mercado de capital; la transformación de la propiedad de la tierra, que condujo al desplazamiento de millones de pequeños agricultores y trabajadores agrícolas; el surgimiento de las compañías por acciones; la institución del libre comercio; la organización de las corporaciones y los cárteles; el surgimiento de nuevos sistemas monetarios internacionales; el desarrollo de las compañías multinacionales. Todos estos acontecimientos y su secuencia combinada ha afectado el desarrollo de la sociedad moderna tan fundamentalmente como cualquiera de los grandes cambios en las técnicas de producción.

    La mayoría de los socialistas modernos han considerado que era posible tener una producción industrial moderna sin capitalismo. Esto se ha intentado en Europa oriental y se ha logrado. Son las instituciones e incentivos del capitalismo los que desarrollan las fuerzas productivas. Para los socialistas, la idea de que existan formas modernas de producción industrial sin capitalismo presenta más dificultades de las que en general se admiten.

    El factor clave para el análisis, tanto de la naturaleza fundamental de la revolución industrial como de la grave crisis de la sociedad industrial que estamos empezando a sufrir, es la idea de empleo. Hoy día se asocia generalmente al empleo con el trabajo.

    La revolución industrial no inventó la institución o la idea del trabajo como empleo, pero reforzó poderosamente a ambas y las tornó aplastantemente dominantes. En los órganos sociales anteriores, millones de hombres y mujeres habían estado prácticamente sometidos, en cuanto a sus medios de vida, al control del poder y la propiedad. Pero el surgimiento del empleo, en su sentido básico de contrato de trabajo a cambio de un salario, y especialmente de un salario regular, es un cambio cualitativo importante. Ese cambio se presenta, en sus primeras formas, varios siglos antes de que ocurriera nada que pudiera llamarse una revolución industrial. Pero está claro que el pleno desarrollo del sistema de la fábrica, que desplazó continuamente las formas anteriores de producción doméstica y de pequeño taller, generalizó ampliamente la relación salarial regular. Al mismo tiempo diversas formas de vida rural se volvieron marginales o se extinguieron. El desarrollo de nuevas formas de administración produjo nuevas e importantes áreas de empleo. Sólo a partir de estas transformaciones empezamos a oír hablar del empleo en ese sentido particular.

    Los procesos para centralizar y racionalizar la producción, iniciados de una manera sistemática en las primeras décadas de la revolución industrial, trajeron consigo una definición dominante del trabajo como empleo, dentro de estas formas productivas.

    De nuevo, se trata de algo más que una serie de cambios técnicos, sean robots o microchips o cualquier otra cosa. Estos procesos de centralización y racionalización de la producción no tenían entonces y no tienen hoy día por finalidad el bienestar general de todos los miembros de la sociedad.

    El desempleo estructural, ese fenómeno clave de finales del siglo XX, no es nunca solamente resultado de un desarrollo tecnológico; es también, siempre, una función de las relaciones generales de producción, tanto entre las economías capitalistas específicas como en el interior de cada una de ellas.

    Las marcas distintivas que caracterizarían a una sociedad postindustrial se especifican en términos de cambios en el trabajo. Se considera que el empleo en las manufacturas está en decadencia, especialmente en los viejos países industriales. En esos mismos países el empleo en los servicios está en ascenso. Se están volviendo dominantes nuevas formas de empleo en los servicios, relacionadas con la obtención, el procesamiento y la distribución de la información.

    Ha habido desde los años treinta una división tripartita ortodoxa de los tipos de trabajo, que empieza con un sector primario: agricultura y obtención de materias primas. Luego hay un sector secundario, en el que se manufacturan bienes (mercancías). Sigue por último un sector terciario, a veces llamado sector de servicios, en el que , de acuerdo con la definición ortodoxa del empleo, se hace todo lo demás. Se puede demostrar que el sector primario ha declinado acusadamente; el sector secundario, la manufactura, aumentó pero ahora está descendiendo; el misceláneo sector terciario, conocido como de servicios, cubre las cifras residuales y ahora constituye una mayoría real.

    Lo que queremos señalar aquí es el grado en que esta clasificación del trabajo es resultado de una confusión producida por la ideología del trabajo como empleo, dentro de los términos del mercado. Este modelo trisectorial reproduce de hecho los estadios de la producción para un mercado, dentro del capitalismo industrial, aunque debido a los rasgos residuales que proceden del mundo real logra confundir esos estadios.

    Hay un problema más en las clasificaciones ortodoxas del trabajo que se derivan de los supuestos del capitalismo industrial. Una de las ilusiones creadas por la producción moderna es su definición de la calificación, que aparece en las categorías ocupacionales como calificado, semicalificado y no calificado. Uno de los primeros y extraordinarios efectos de tal terminología es que al interactuar con la definición del trabajo como empleo, relega a la mayoría de las formas fundamentales de trabajo humano a la categoría de no calificado. La nutrición y cuidado de la gente se sitúan en la categoría más baja junto a la agricultura, la jardinería y la pesca. Dentro de la categoría semicalificado se encuentra el manejo rutinario de máquinas.

    El desarrollo y la aplicación de la tecnología avanzada requiere, en un número creciente de tipos de trabajo, un número cada vez mayor de trabajadores muy altamente calificados, los cuales deben tener conocimientos teóricos además de prácticos. Pero también es resultado del mismo proceso la polarización continua entre este importante grupo y una creciente mayoría de trabajadores cuyos medios de vida dependen de mantenimiento y la reproducción de las rutinas de trabajo existentes: rutinas cuya destrucción o abolición es, sin embargo, uno de los propósitos centrales de la producción cada vez más racionalizada. Esta es la crisis del empleo que dominará en las próximas generaciones. Conforme se racionalizan los procesos de trabajo y el mercado competitivo presiona para reducir los costes este orden social del trabajo está diciendo a los miembros de la sociedad no sólo que en tal o cual industria hay que reducir la fuerza de trabajo sino que, en su conjunto, la sociedad misma tiene un exceso de personal. Esta conclusión desastrosa, y en última instancia fatal, constituye la verdadera crisis del capitalismo industrial que, en sus propios términos, no puede pensar ni actuar de ninguna otra manera..

    Se cree que mientras que la fuerza de trabajo dedicada a la agricultura y la manufactura sigue reduciéndose, la transferencia de personal a los empleos de servicios, que ya ha comenzado, y especialmente a empleos relacionados con la información, simplemente redistribuirá los puestos de trabajo.

    El trabajo profesional de todo tipo probablemente no se reducirá por razones técnicas, pero ya su crecimiento natural se ve reducido por problemas de financiamiento dentro de la escala de prioridades de la economía capitalista.

    Las esperanzas generales se han venido centrando en que el ahorro de trabajo se emplearía para crear un nuevo tipo de sociedad. Una sociedad en que las peores cargas físicas se aliviarían, en que se acortarían de forma notable los años y las horas de trabajo, y en que la gente tendría mas tiempo para si misma.

    ¿Se utilizarán los nuevos medios de ahorrar trabajo para el bienestar general? Si es así, esto incluye absolutamente el bienestar de las personas desplazadas por los nuevos métodos y máquinas. Pero la práctica común consiste hoy día en utilizarlos para reducir costes, para prescindir de gran cantidad de trabajadores y así restaurar o maximizar la rentabilidad de la producción.

    La sociedad que está naciendo ahora no es en ningún sentido postindustrial. Por el contrario, se trata de una cúspide específica y probablemente absoluta del propio industrialismo. El sistema de producción racionalizada mediante aplicaciones cada vez más amplias de la tecnología se fortalece cuando cada vez se requieren menos trabajadores para hacerlo funcionar. La única área de transferencia disponible, que también es la base para nuestra esperanza, es la de los trabajos y actividades humanos relativamente directos, para los cuales, sin embargo, el mercado no tiene tiempo más que como margen o como inevitable residuo.

    No es posible asegurar con qué rapidez se desarrollará una sociedad postindustrial dentro del orden social existente. Hay muchos centros de resistencia contra ella, no solo en los sindicatos sino en la costumbre de esperar un empleo pagado regular, que pesa poderosamente en el campo electoral. También existen resistencias más profundas, desde los hábitos de trabajo. Para furia y desesperación de los grandes racionalizadores de la producción, mucha gente todavía pasa una gran parte de su tiempo de trabajo hablando con otras personas. Pero mucha gente necesita un lugar de trabajo precisamente porque le ofrece esas variadas relaciones sociales. El ingenio humano tiene una gran capacidad para encontrar algo que hacer para que un trabajo parezca indispensable.

    Cuando todavía era cuestión de una sola nación, las regiones atrasadas y periféricas y los tipos de producción más pequeños eran despiadadamente marginados o excluidos. Cuando todo el proceso se generalizó y se hizo cada vez más intenso, se desató una lucha mundial por la supremacía productiva y por los mercados. La producción no estaba definida por las necesidades socialmente determinadas, sino por un constante movimiento hacia el exterior, que abandonaba tras de sí cualquier área ya agotada o cualquier comunidad no lucrativa. Por lo tanto, la desindustrialización de ciertos sectores, regiones y países era un resultado perfectamente previsible de ese modo de producción cada vez más dominante.

    Dentro de cada unidad económica particular, la discusión se centra en el esfuerzo por adquirir una ventaja competitiva, ahora a costa de un desempleo masivo y del empobrecimiento de todo el resto de la sociedad. Esto puede parecer sensato durante un tiempo, hasta que uno se da cuenta de que todos, todas las economías, están haciendo lo mismo.

    Habrá desindustrialización en ciertos sectores tal como habrá nueva industrialización en otros. Pero la única solución general alcanzable es alguna forma de reconstrucción del modo de producción básico. Esto sólo se puede lograr sobre la base de combinar la producción interna necesaria con un comercio exterior planificado. El principio teórico de una sociedad sostenida por su economía tiene que remplazar la práctica de una sociedad determinada por un mercado.

    Para tomar distancia y empezar a determinar la producción y el comercio a partir de las necesidades totales de los miembros de una sociedad, se requiere evidentemente limitar primero y luego abolir el poder arbitrario del capital: cada vez más, en realidad, el del capital internacional.

    El primer problema de la futura economía es la recuperación del control sobre nuestra propia producción, el segundo problema es el de la política y la cultura de los ingresos y la transferencia de medios de vida.

    Estos problemas sólo se pueden resolver mediante la plena recuperación del control de la producción y, por tanto, de los medios plenamente sociales para determinar el reparto del trabajo y de los medios de vida, e incluso en este caso, su solución dependerá de que existan forma muy avanzadas de discusión y decisión democráticas.

    El mundo no solo es tan duro como los capitalistas nos repiten constantemente: es mucho más duro. Existen importantes límites materiales, dondequiera que se sitúen, para la producción y el consumo infinitos de mercancías que suponen y prometen el sistema capitalista y sus jóvenes socios políticos. Una sociedad de participación y reparto tiene que empezar por compartir realmente lo que tiene; de lo contrario, todo su discurso sobre el reparto será falso o, en el mejor de los casos, marginal.

    CASTELL[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]

    Génesis de un nuevo mundo[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ][Author ID0: at ]

    Un nuevo mundo está tomando forma. Se originó en la coincidencia histórica, hacia finales de los años sesenta y mediados de los setenta, de tres procesos independientes: la revolución de la tecnología de la información; la crisis económica tanto del capitalismo como del estatismo, y el florecimiento de movimientos sociales y culturales, como el antiautoritarismo, la defensa de los derechos humanos, el feminismo y el ecologismo. La interacción de estos procesos crearon una nueva estructura social dominante, la sociedad red; una nueva economía, la economía informacional/global, y una nueva cultura, la cultura de la virtualidad real. La lógica inserta en esta economía, esta sociedad y esta cultura subyace en la acción social y las instituciones de un mundo interdependiente.[Author ID0: at ]

    La revolución de la tecnología de la información indujo la aparición del informacionalismo. La tecnología de la información ha sido la herramienta indispensable para la puesta en práctica efectiva de los procesos de reestructuración socioeconómicos.[Author ID0: at ]

    A mediados de los años setenta, empresas y gobiernos adoptaron diversas medidas y políticas que llevaron a una nueva forma de capitalismo. Esta se caracteriza por la globalización de las actividades económicas centrales, la flexibilidad organizativa y un mayor poder de la empresa en su relación con los trabajadores. Las presiones de la competitividad, la flexibilidad del trabajo y el debilitamiento del la sindicalización condujeron a la reducción del estado de bienestar. Las nuevas tecnologías de la información desempeñaron un papel fundamental al facilitar el surgimiento de este capitalismo flexible y dinámico, proporcionando las herramientas para la comunicación a distancia mediante redes, el almacenamiento/procesamiento de la información, la individualización coordinada del trabajo y la concentración y descentralización simultáneas de la toma de decisiones. [Author ID0: at ]

    Las redes de capital, trabajo, información y mercados enlazaron, mediante la tecnología, las funciones, los pueblos y las localidades valiosos del mundo, a la vez que desconectaban de sus redes a aquellas poblaciones y territorios desprovistos de valor e interés para la dinámica del capitalismo global. Ello condujo a la exclusión social y la irrelevancia económica de segmentos de sociedades, áreas de ciudades, regiones y países enteros que constituyen lo que denomino el “cuarto mundo”.[Author ID0: at ]

    La presión de los acontecimientos, los errores tácticos, la incompetencia política y la división interna de los aparatos estatistas llevó al derrumbamiento súbito del comunismo soviético. Así terminó, en lo que supuso un instante según el tiempo histórico, el experimento revolucionario que dominó el siglo XX. También constituyó el fin de la guerra fría entre capitalismo y estatismo.[Author ID0: at ]

    Tras la desaparición del estatismo como sistema, en menos de una década el capitalismo prospera en todo el mundo y profundiza su penetración en los países, las cultura y los ámbitos de la vida. Sin embargo, es un capitalismo diferente del que se formó durante la revolución industrial. Es una forma endurecida de capitalismo en cuanto a fines y valores, pero incomparablemente más flexible que cualquiera de sus predecesores en cuanto a medios. Es el capitalismo informacional, que se basa en la producción inducida por la innovación y la competitividad orientada a la globalización, para generar riqueza y para apropiársela de forma selectiva. Más que nunca está incorporado en la cultura y la tecnología. Pero, esta vez, tanto la cultura como la tecnología dependen de la capacidad del conocimiento y la información para actuar sobre el conocimiento y la información. [Author ID0: at ]

    Casi al mismo tiempo que estos procesos comenzasen a tener lugar a finales de los años sesenta, se desencadenaron vigorosos movimientos sociales de forma casi simultánea en todo el mundo industrializado, primero en los Estados Unidos y Francia, luego en Italia, Alemania, España, Japón, Brasil, México y Checoslovaquia, con ecos y reacciones en numerosos otros países. Eran en esencia movimientos culturales, deseosos de cambiar la vida más que de tomar el poder. Estos movimientos fueron derrotados en la política, porque, como la mayoría de los movimientos utópicos de la historia, nunca pretendieron esa victoria. De esos movimientos brotaron las ideas que serían la fuente del ecologismo, del feminismo, de la defensa constante de los derechos humanos, de la liberación sexual, de la igualdad étnica y la democracia de base. [Author ID0: at ]

    Estos movimientos sociales tuvieron un impacto en la economía, la tecnología y los procesos de reestructuración que siguieron. Su espíritu libertario influyó de forma considerable en la tendencia a unos usos de la tecnología individualizados y descentralizados. Su marcada separación del movimiento obrero tradicional contribuyó al debilitamiento de los sindicatos, lo que facilitó la reestructuración capitalista. Su apertura cultural estimuló la experimentación tecnológica con la manipulación de símbolos, creando así un nuevo mundo de representaciones imaginarias que evolucionaría hacia la cultura de la virtualidad real. Los movimientos de los años sesenta crearon el marco para una división fundamenta en las sociedades de todo el mundo: por una parte, las elites activas autodefinidas culturalmente, que construyen sus propios valores en virtud de su experiencia; por la otra, los grupos sociales cada vez más inseguros, privados de información, recursos y poder.[Author ID0: at ]

    La revolución de la tecnología, la reestructuración de la economía y la crítica de la cultura convergieron hacia una redefinición histórica de las relaciones de producción, poder y experiencia sobre las que se basan las sociedades.[Author ID0: at ]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]

    Una nueva sociedad[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ][Author ID0: at ]

    Una nueva sociedad surge siempre y cuando pueda observarse una transformación estructural en las relaciones de producción, en las relaciones de poder y en las relaciones de experiencia.[Author ID0: at ]

    Productividad y competitividad son los procesos esenciales de la economía informacional/global. La productividad proviene fundamentalmente de la innovación; la competitividad, de la flexibilidad. Así, empresas regiones, países y unidades económicas de todo tipo orientan sus relaciones de producción a maximizar la innovación y la flexibilidad.[Author ID0: at ]

    Característica de los trabajadores: está el trabajador genérico y el trabajador autoprogramable. La cualidad crucial para diferenciar estos dos tipos de trabajador es la educación y la capacidad de acceder a niveles superiores de educación. Quien posee educación puede reprogramarse hacia las tareas en cambio constante del proceso de producción. El trabajador genérico es asignado a una tarea determinada, sin capacidad de reprogramación, que no presupone la incorporación de información y conocimiento más allá de la capacidad de recibir y ejecutar señales. Aunque son colectivamente indispensables para el proceso de producción, los trabajadores genéricos son prescindibles individualmente. Las máquinas y el trabajador genérico de diversos orígenes y localizaciones cohabitan en los mismos circuitos subordinados del sistema de producción.[Author ID0: at ]

    La economía informacional/global es capitalista. La regla sigue siendo la producción en aras de la ganancia y para la apropiación privada de la ganancia, sobre la base de los derechos de propiedad, que son la esencia del capitalismo. ¿Pero cómo tiene lugar esa apropiación capitalista? Deben considerarse tres diferentes niveles. [Author ID0: at ]

    El primer nivel atañe a los [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]titulares de los derechos de propiedad del capital[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]: a) los accionistas de las empresas; b) las familias propietarias; y c) los empresarios individuales.[Author ID0: at ]

    El segundo nivel hace referencia a la [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]clase directiva[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]; es decir, los controladores de los activos de capital en nombre de los accionistas.[Author ID0: at ]

    El tercer nivel estriba en la naturaleza de [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]los mercados financieros globales[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]. Los márgenes de ganancia en el mercado de valores y en los mercados financieros en general son considerablemente mayores que en la mayoría de las inversiones directas. Su capacidad tecnológica e informacional para rastrear sin descanso todo el planeta en busca de oportunidades de inversión pone al capital en movimiento constante. Los mercados financieros globales y sus redes de gestión son el capitalista colectivo real, la madre de todas las acumulaciones. Las redes financieras globales son el centro nervioso del capitalismo informacional. [Author ID0: at ]

    El nuevo sistema se caracteriza por una tendencia a aumentar la desigualdad y la polarización sociales. Ello obedece a los tres siguientes factores: a) una diferenciación fundamental entre trabajo autoprogramable y altamente productivo y trabajo genérico prescindible; b) la individualización del trabajo y c) la desaparición gradual del estado de bienestar bajo el impacto de la individualización del trabajo.[Author ID0: at ]

    La línea divisoria entre exclusión social y supervivencia diaria cada vez resulta más borrosa. Los individuos que no pueden mantener la actualización constante de su calificación se quedan atrás en la carrera competitiva, se convierten en candidatos a la expulsión de esa clase media menguante que constituyó la fortaleza de las sociedades capitalistas durante la era industrial.[Author ID0: at ]

    Un tercer modo de comprender las nuevas relaciones de clase, esta vez en la tradición marxiana, atañe a [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]quienes son los productores[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ] y [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]quien se apropia del producto de su trabajo[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]. Si la innovación es la principal fuente de la productividad, el conocimiento y la información son los materiales esenciales del nuevo proceso de producción y la educación es la cualidad clave del trabajo, los nuevos productores del capitalismo informacional son los generadores de conocimiento y los procesadores de información.[Author ID0: at ]

    Quién se apropia de una parte del trabajo de los productores informacionales? Sus empleadores se dan abuso y una explotación creciente de los productores individuales así como de las grandes masas de trabajadores genéricos, por parte de quienes controlan los procesos de producción.[Author ID0: at ]

    Las divisiones sociales verdaderamente fundamentales de la era de la información son: primero, la fragmentación interna de la mano de obra entre productores informacionales y trabajadores genéricos reemplazables; segundo, la exclusión social de un segmento significativo de la sociedad compuesto por individuos desechados, cuyo valor como trabajadores/consumidores se ha agotado, y, tercero, la separación entre la lógica de mercado de las redes globales de los flujos de capital y la experiencia humana de las vidas de los trabajadores.[Author ID0: at ]

    Las relaciones de poder también están siendo transformadas por los procesos sociales. La principal transformación concierne a la crisis del Estado-nación como entidad soberana y la crisis relacionada de la democracia política, según se construyó en los dos últimos siglos. La globalización del capital, la multilateralización de las instituciones de poder y la descentralización de la autoridad a los gobiernos regionales y locales producen una nueva geometría del poder, induciendo quizá una nueva forma de Estado, el Estado red.[Author ID0: at ]

    La política informacional se realiza primordialmente por la manipulación de símbolos en el espacio de los medios de comunicación. Los juegos estratégicos, la representación personalizada y el liderazgo individualizado sustituyen a los agrupamientos de clase, la movilización ideológica y el control partidista, que caracterizaron a la política en la era industrial.[Author ID0: at ]

    Cuando la política se convierte en un teatro, los ciudadanos de todo el mundo votan para evitar ser perjudicados por el Estado. En cierto sentido, el sistema político se va vaciando de poder.[Author ID0: at ]

    Las batallas culturales son las batallas del poder en la Era de la Información. Se libran primordialmente en los medios de comunicación por los medios de comunicación. El poder radica en las redes de intercambio de información y manipulación de símbolos. A largo plazo, no importa realmente quién tiene el poder, porque la distribución de los papeles políticos se generaliza y es rotatoria. Ya no existen elites de poder estables. Sin embargo, si hay elites desde el poder formadas durante su mandato, en el que aprovechan su posición política privilegiada para obtener un acceso más estable a los recursos materiales y las conexiones sociales. La cultura como fuente de poder y el poder como fuente de capital constituyen la nueva jerarquía social de la Era de la Información.[Author ID0: at ]

    En el paradigma informacional ha surgido una nueva cultura: la cultura de la virtualidad real. Un sistema en el que la propia realidad está plenamente inmersa en un escenario de imágenes virtuales, en un mundo de representación, en el que los símbolos no son sólo metáforas, sino que constituyen la experiencia real. No es la consecuencia de los medios electrónicos, aunque son los instrumentos indispensables para la expresión de la nueva cultura.[Author ID0: at ]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ]

    Más allá de este milenio[Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ][Author ID0: at ]

    La revolución de la tecnología de la información acentuará su potencial transformativo. El siglo XXI estará marcado por la finalización de la superautopista global de la información, que descentralizará y difundirá el poder de la información, cumplirá la promesa de multimedia y aumentará el placer de la comunicación interactiva. Además, será el siglo del florecimiento de la revolución genética. No obstante, si cometemos los mismos errores del siglo XX, utilizando la tecnología y la industrialización para entrematarnos en guerras atroces, con nuestro poder tecnológico muy bien podemos poner fin a la vida en el planeta.[Author ID0: at ]

    La maduración de la economía informacional y la difusión y uso apropiado de la tecnología de la información como sistema probablemente liberen el potencial de productividad de esta revolución tecnológica. El siglo XXI presenciará el ascenso de un sistema extraordinariamente productivo según los parámetros históricos. El trabajo humano producirá más y mejor con un esfuerzo considerablemente menor. El trabajo mental reemplazará al esfuerzo físico en los sectores más productivos de la economía.[Author ID0: at ]

    La economía global se expandirá en el siglo XXI mediante el incremento sustancial de la potencia de las telecomunicaciones y del procesamiento de la información. Pero lo hará de forma selectiva, vinculando segmentos valiosos y desechando localidades y pueblos devaluados o irrelevantes.[Author ID0: at ]

    [Author ID0: at ]

    [Author ID0: at ]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:19:00 2004 ] [Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004]ERIC HOBSBAWN[Author ID0: at ]

    [Author ID0: at ]

    ¿Cómo hay que explicar el siglo XX corto, es decir, los años transcurridos desde el estallido de la primera guerra mundial hasta el hundimiento de la URSS, que, como podemos apreciar retrospectivamente, constituyen un período histórico coherente que acaba de concluir? Ignoramos qué ocurrirá a continuación y cómo será el tercer milenio, pero sabemos con certeza que será el siglo XX el que le habrá dado forma. Sin embargo, es indudable que en los años finales de la década de 1980 y en los primeros de la de 1990 terminó una época de la historia del mundo para comenzar otra nueva.[Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004 ]

    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004 ]A una época de catástrofes, que se extiende desde 1914 hasta el fin de la segunda guerra mundial, siguió un período de 25 o 30 años de extraordinario crecimiento económico y transformación social, que probablemente transformó la sociedad humana más profundamente que cualquier otro período de duración similar. Puede ser considerado como una especie de edad de oro. La última parte del siglo fue una nueva era de descomposición, incertidumbre y crisis y, para vastas zonas del mundo como África, la ex Unión soviética y los antiguos países socialistas de Europa, de catástrofes. El siglo XX conoció una fugaz edad de oro, en el camino de una a otra crisis, hacia un futuro desconocido y problemático, pero no inevitablemente apocalíptico.[Author ID0: at ]

    Este libro comienza con la primera guerra mundial, que marcó el derrumbe de la civilización occidental del siglo XIX. Esta civilización era capitalista, liberal, burguesa por la imagen de su clase hegemónica característica y brillante por los adelantos alcanzados en el ámbito de la ciencia. Además, estaba profundamente convencida de la posición central de Europa, cuna de las revoluciones científica, artística, política e industrial.[Author ID0: at ]

    Los decenios transcurridos desde el comienzo de la primera guerra mundial hasta la conclusión de la segunda fueron una época de catástrofes para esta sociedad. Sus cimientos fueron quebrantados por dos guerras mundiales, a las que siguieron dos oleadas de rebelión y revolución generalizadas, que situaron en el poder a un sistema que reclamaba ser la alternativa a la sociedad burguesa y capitalista, primero en una sexta parte de la superficie del mundo y, tras la segunda guerra mundial, abarcaba a más de una tercera parte de la población del planeta. Los grandes imperios coloniales se derrumbaron y quedaron reducidos a cenizas.[Author ID0: at ]

    Se desencadenó una crisis económica mundial de una profundidad sin precedentes que sacudió incluso los cimientos de las más sólidas economías capitalistas y que pareció que podría poner fin a la economía mundial global, cuya creación había sido un logro del capitalismo liberal del siglo XIX. Mientras la economía se tambaleaba, las instituciones de la democracia liberal desaparecieron prácticamente entre 1917 y 1942.[Author ID0: at ]

    Solo la alianza del capitalismo liberal y el comunismo para hacer frente a ese desafío permitió salvar la democracia, pues la victoria sobre la Alemania de Hitler fue esencialmente obra del ejercito rojo ( ruso ). Este período de alianza entre el capitalismo y el comunismo contra el fascismo ( fundamentalmente las décadas de 1930 y 1940 ) es el momento decisivo en la historia del siglo XX. La victoria de la Unión Soviética sobre Hitler fue el gran logro del régimen instalado en aquel país por la revolución de octubre. Una de las ironías que nos depara este extraño siglo es que el resultado más perdurable de la revolución de octubre, cuyo objetivo era acabar con el capitalismo a escala planetaria, fuera el de haber salvado a su enemigo acérrimo, tanto en la guerra como en la paz, al proporcionarle el incentivo para reformarse desde dentro al terminar la segunda guerra mundial y al dar difusión al concepto de planificación económica, suministrando al mismo tiempo algunos de los procedimientos necesarios para su reforma. [Author ID0: at ]

    El principal interrogante al que deben dar respuestas los historiadores del siglo XX es cómo y por qué tras la segunda guerra mundial el capitalismo inició la edad de oro, sin precedentes y tal vez anómala de 1947-1973. No existe todavía una respuesta. Ese período fue el de mayor trascendencia histórica de la centuria porque en él se registraron una serie de cambios profundos e irreversibles para la vida humana en todo el planeta.[Author ID0: at ]

    La repercusión más importante y duradera de los regímenes inspirados por la revolución de octubre fue la de haber acelerado poderosamente la modernización de países agrarios atrasados.[Author ID0: at ]

    El hundimiento del socialismo soviético fue el acontecimiento más destacado en los decenios de crisis que siguieron a la edad de oro. La crisis afectó a las diferentes partes de mundo en formas y grados distintos, pero afectó a todas ellas. En el decenio de 1980 y los primeros años del de 1990, el mundo capitalista comenzó de nuevo a tambalearse abrumado por los mismos problemas del período de entreguerras que la edad de oro parecía haber superado: el desempleo masivo, graves depresiones cíclicas y el enfrentamiento cada vez más encarnizado entre los mendigos sin hogar y las clases acomodadas, entre los ingresos limitados del estado y un gasto público sin límite. Los países socialistas, con unas economías débiles y vulnerables, se vieron abocados al hundimiento. Ese hundimiento puede marcar el fin del siglo XX corto, de igual forma que la primera guerra mundial señala su comienzo.[Author ID0: at ]

    El derrumbamiento de una parte del mundo reveló el malestar existente en el resto. Cuando los años ochenta dejaron paso a los noventa se hizo patente que la crisis mundial no era sólo general en la esfera enonómica, sino también en el ámbito de la política.[Author ID0: at ]

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    ¿ Qué paralelismo puede establecerse entre el mundo de 1914 y el de los años noventa ? Éste cuenta con cinco o seis mil millones de seres humanos, tres veces más que al comenzar la primera guerra mundial. El mundo es incomparablemente más rico de lo que lo ha sido nunca por lo que respecta a su capacidad de producir bienes y servicios y por la infinita variedad de los mismos. Durante algunas décadas, a mediados del siglo, pareció que se había encontrado la manera de distribuir entre los trabajadores de los países más ricos, al menos una parte de tan enorme riqueza, con un cierto sentido de justicia, pero a terminar el siglo predomina de nuevo la desigualdad. La humanidad es mucho más instruida que en 1914.[Author ID0: at ]

    El mundo está dominado por una tecnología revolucionaria que avanza sin cesar, basada en los progresos de la ciencia natural. La consecuencia de mayor alcance de esos progresos ha sido, tal vez, la revolución de los sistemas de transporte y comunicaciones, que prácticamente han eliminado el tiempo y la distancia. Esta tecnología hace posible que personas separadas por océanos y continentes puedan conversar con sólo pulsar unos botones y ha eliminado las ventajas culturales de la ciudad sobre el campo.[Author ID0: at ]

    ¿Cómo explicar que el siglo no concluya en un clima de triunfo, por ese progreso extraordinario e inigualable, sino de desasosiego?¿Por qué las reflexiones de tantas mentes brillantes acerca del siglo están teñidas de insatisfacción y de desconfianza hacia el futuro? No es sólo porque ha sido el siglo más mortífero de la historia a causa de la envergadura, la frecuencia y duración de los conflictos bélicos que lo han asolado sin interrupción, sino también por las catástrofes humanas que ha causado, desde las mayores hambrunas de la historia hasta el genocidio sistemático.[Author ID0: at ]

    En el siglo XX, las guerras se han librado, cada vez más contra la economía y la infraestructura de los estados contra la población civil.[Author ID0: at ]

    A la hora de hacer un balance histórico, no puede compararse el mundo de finales del siglo XX con el que existía a comienzos del período.[Author ID0: at ]

    En primer lugar, no es ya eurocéntrico. A lo largo del siglo se ha producido la decadencia y la caída de Europa.[Author ID0: at ]

    Las grandes potencias de 1914, todas ellas europeas, han desaparecido o han quedado reducidas a una magnitud regional o provincial.[Author ID0: at ]

    La segunda transformación es más significativa. Entre 1914 y el comienzo del decenio de 1990, el mundo ha avanzado notablemente en el camino que ha de convertirlo en una única unidad operativa. Las antiguas unidades, como las economías nacionales, definidas por la política de los estados territoriales, han quedado reducidas a la condición de complicaciones de las actividades transnacionales. La característica más destacada de este período final del siglo XX es la incapacidad de las instituciones publicas y del comportamiento colectivo de los seres humanos de estar a la altura de ese acelerado proceso de mundialización.[Author ID0: at ]

    La tercera transformación es la desintegración de las antiguas pautas por las que se regían las relaciones sociales entre los seres humano. En los países más desarrollados del capitalismo occidental han alcanzado una posición preponderante los valores de un individualismo asocial absoluto.[Author ID0: at ]

    Una sociedad de esas características constituida por un conjunto de individuos egocéntricos completamente desconectados entre sí y que persiguen tan sólo su propia gratificación estuvo siempre implícita en la teoría de la economía capitalista.[Author ID0: at ]

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    LEO MARX[Author ID0: at ]

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    La sensación de que la tecnología tiene poder como agente crucial de cambio ocupa un destacado lugar en la cultura de la modernidad. Son pocos los elementos de la vida contemporánea a los que no ha afectado todavía la nueva tecnología de la información. Durante tres siglos, la experiencia directa de primera mano de ese poder ha sido una característica casi universal de los países desarrollados y en vías de desarrollo.[Author ID0: at ]

    El papel de las artes mecánicas como agente motor del cambio está muy extendido en la versión popular de la historia moderna. Por ejemplo, se dice que hasta el siglo XV los europeos sabían poco o nada sobre el hemisferio occidental; sin embargo, cuando aparecieron la brújula y otros instrumentos de navegación, Colón y los demás exploradores pudieron cruzar el atlántico y se produjo inmediatamente la colonización del Nuevo Mundo. De esa forma, se hace creer que los instrumentos de navegación recién inventados fueron una condición previa o una “causa” de la colonización europea de una gran parte del mundo.[Author ID0: at ]

    Asimismo, la imprenta se considera casi exclusivamente la causa de la Reforma. Antes de que se inventara, pocas personas, salvo la clerecía, tenían un ejemplar de la Biblia; sin embargo, después de Gutenberg muchos comulgantes pudieron acceder directa y personalmente a la palabra de Dios en la que se basó la Reforma.[Author ID0: at ]

    La estructura de esos populares relatos transmite una vívida impresión de la eficacia de la tecnología como fuerza motriz de la historia: aparece repentinamente una innovación técnica que hace que ocurran cosas importantes. A diferencia de otras fuerzas más abstractas a las que los historiadores suelen atribuir un poder determinante, la materialidad o tangibilidad de los artilugios mecánicos contribuye a crear una sensación de eficacia causal visible. Considerados en conjunto, estos relatos formados por un antes y un después dan origen a la concepción de la “tecnología” como una entidad independiente, como un agente de cambio casi autónomo.[Author ID0: at ]

    Actualmente, el popular discurso del determinismo tecnológico está impregnado de una idea similar, de la que son representativas algunas expresiones en las que la “tecnología” o un sucedáneo como “la máquina” aparece como sujeto de un predicado activo: “el automóvil creó las zonas residenciales”, “la cosechadora mecánica de algodón desencadenó la migración de trabajadores agrícolas negros sureños a las ciudades del norte”, “la píldora provocó una revolución sexual”. En todos estos casos, se hace que parezca que un complejo acontecimiento fue el resultado inevitable, aunque sorprendentemente razonable, de una innovación tecnológica. Muchas de estas afirmaciones implican que las consecuencias sociales de nuestro ingenio técnico son trascendentales y acumulativas, se refuerzan mutuamente y son irreversibles.[Author ID0: at ]

    Se considera que los inventos, una vez que se introducen en la sociedad, adquieren vida propia.[Author ID0: at ]

    Esta visión determinista de la tecnología es un tema omnipresente actualmente en los medios de comunicación. La idea de que la tecnología tiene un creciente y casi irresistible poder para decidir el curso de los acontecimientos es lo que James denomina “determinismo duro”.[Author ID0: at ]

    La idea de determinismo tecnológico va desde un extremo duro hasta un extremo blando. En el extremo duro del espectro, el poder causal (poder para provocar un cambio) se atribuye a la propia tecnología o a algunos de sus atributos intrínsecos; los avances tecnológicos llevan, pues, a una situación de inevitable necesidad. En la visión del futuro de los deterministas duros, habremos tecnologizado hasta tal punto nuestras costumbres que, para mejor o para peor, nuestras tecnologías nos dejarán pocas alternativas a sus dictados inherentes. Para los optimistas, ese futuro es resultado de numerosas y libres decisiones y la realización del sueño del progreso; para los pesimistas, es el resultado de la mano de hierro de la necesidad y presagia una pesadilla totalitaria.[Author ID0: at ]

    ¿Cómo podemos pensar razonablemente que la tecnología es quién ha emprendido acciones capaces de controlar el destino del hombre? Al menos hasta ahora ninguna tecnología, por muy ingeniosa y poderosa que haya sido, ha iniciado nunca una acción que no hubiera sido [Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004 ]programada previamente por el ser humano[Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004 ].[Author ID0: at ]

    Los deterministas blandos comienzan recordándonos que la historia de la tecnología es una historia de las acciones del hombre. Para comprender el origen de un determinado tipo de poder tecnológico debemos conocer primero a los actores.[Author ID0: at ]

    En lugar de concebir la tecnología [Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004 ]per se[Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004 ] como el agente causal histórico, los deterministas blandos lo sitúan en una matriz social, económica, política y cultural mucho más variada y compleja.[Author ID0: at ]

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    [Author ID1: at Thu Feb 5 18:18:00 2004 ]INTERNET Y LA SOCIEDAD RED

    Manuel Castell

    Se trata de una red de redes de ordenadores capaces de comunicarse entre sí. Sin embargo, esa tecnología es más que una tecnología. Es un medio de comunicación, de interacción y de organización social.

    En todo el planeta los núcleos consolidados de dirección económica, política y cultual estarán también integrados en Internet. Eso no resuelve en lo más mínimo los problemas de desigualdad. Pero en lo esencial, esto significa que Internet es -y será aún más- el medio de comunicación y de relación esencial sobre el que se basa una nueva forma de sociedad que ya vivimos, que es la sociedad red.

    Lecciones de la historia de Internet

    La primera lección acerca de Internet es que se desarrolla a partir de la interacción entre la ciencia, la investigación universitaria fundamental, los programas de investigación militar en Estados Unidos y la contracultura radical libertaria. Las tres cosas a la vez. Internet nace como programa de investigación militar pero que, en realidad, nunca tuvo aplicación militar. No hubo aplicación militar de Internet; hubo financiación militar en Internet, que los científicos utilizaron para hacer sus estudios informáticos y su creación de redes tecnológicas. A ellos se añadió la cultura de los movimientos libertarios, contestatarios, que buscaban en ello un instrumento de liberación y autonomía respecto del Estado y de las grandes empresas. La cuarta fuente que se desarrolló más fue la cultura empresarial que se encargó de dar el salto entre Internet y la sociedad.

    Segunda lección: Internet no se creó como un proyecto para beneficio empresarial.

    Tercera lección: Internet se desarrolla a partir de una arquitectura informática abierta y de libre acceso desde el principio. Los protocolos centrales se distribuyen gratuitamente y a su fuente de código tiene acceso cualquier investigador o tecnólogo.

    Cuarta lección: los productores de la tecnología de Internet fueron fundamentalmente sus usuarios.

    Quinta lección: en contra de la muy difundida opinión de que Internet es una creación estadounidense, Internet se desarrolló desde el principio a partir de una red internacional de científicos y técnicos que comparten y desarrollan tecnologías en cooperación. El desarrollo de Internet con base en redes libertarias comunitarias no salieron del Departamento de Defensa, sino de los grupos libertarios que se organizaron a través y en torno a las redes de Internet. Estos grupos eran desde el principio internacionales y se desarrollaron de forma más global precisamente en la medida en que Arpanet pertenecía al gobierno estadounidense.

    Sexta lección: desde el principio Internet se autogestiona, informalmente, por una serie de personalidades que se ocupan del desarrollo de Internet sin que el gobierno intervenga demasiado. Internet ha generado instituciones absolutamente únicas.

    El acceso a sus códigos -el acceso a los códigos del software que gobierna Internet- es, ha sido y sigue siendo abierto, y esto está en la base de la capacidad de innovación tecnológica constante que se a desarrollado en Internet.

    La famosa idea de que Internet es algo incontrolable, libertario, etcétera, está en la tecnología, pero es porque ésta ha sido diseñada, a lo largo de su historia, con dicha intención. Es un instrumento de comunicación libre, creado de forma múltiple por gente, sectores e innovadores que querían que fuera un instrumento de comunicación libre.

    Geografía de Internet

    Existe una gran disparidad de penetración en el mundo pero, sin embargo, las tasas de crecimiento en todas partes, con excepción de África subsahariana, son altísimas, lo cual significa que los núcleos centrales, también en el mundo subdesarrollado, estarán conectados dentro de cinco a siete años a Internet. Esa geografía diferencial tiene consecuencias, en la medida en que llegar más tarde que los demás genera una disparidad de usos, pues como los usuarios son quienes definen el tipo de aplicaciones y desarrollo de la tecnología, los que lleguen más tarde tendrán menos que decir en el contenido, en la estructura y en la dinámica de Internet.

    Hay una concentración mayor de la industria proveedora de contenidos de Internet, así como de tecnología de Internet, que de cualquier otro tipo de industria y se concentra fundamentalmente en las grandes áreas metropolitanas de los principales países del mundo.

    El desarrollo geográfico que permite Internet es la oficina móvil, la oficina portátil, la circulación del individuo siempre conectado a Internet en distintos puntos físicos del espacio.

    La divisoría digital

    Internet está creando un mundo dividido entre los que tienen y los que no tienen Internet. Aquellas personas sin acceso a Internet tienen una desventaja cada vez más considerable en el mercado de trabajo. Los territorios no conectados a Internet pierden competitividad económica internacional.

    Lo que se observa en aquellas personas, sobre todo estudiantes, niños, que están conectadas, es que aparece un segundo elemento de división social más importante que la conectividad técnica: la capacidad educativa y cultural de utilizar Internet. Esa capacidad de aprender a aprender; esa capacidad de saber que hacer con lo que se aprende; esa capacidad es socialmente desigual y está ligada al origen social, al origen familiar, al nivel cultural, al nivel de educación.

    Internet y la nueva economía

    La nueva economía no es la de las empresas que producen o diseñan Internet, es la de las empresas que funcionan con y a través de Internet.

    La venta a los consumidores sólo representa el 20% del total de las transacciones electrónicas comerciales en Internet. El 80% son transacciones de empresa a empresa para relaciones comerciales. El volumen que se incrementa más, en términos absolutos y relativos, es el de la relación de empresa a empresa.

    Lo primero que está haciendo Internet en la economía es transformar el modelo de empresa. Lo que fue el fordismo, la gran empresa industrial basada en la producción estándar y en la cadena de montaje, hoy tiene la capacidad de funcionar en red, de articular directamente el mercado, los insumos y proveedores y la organización interna de la empresa on line en todas las tareas.

    El segundo cambio que produce Internet es la transformación del funcionamiento del capital. Los mercados financieros globalizados funcionan mediante conexiones entre ordenadores. Internet ha permitido el desarrollo vertiginoso de la transacción financiera electrónica, el desarrollo de mercados financieros, mercados bursátiles que son mercados electrónicos, sin un lugar físico en el espacio: el desarrollo de los principales mercados de futuro del mundo; el desarrollo de redes de brokers, de redes de corredores de bolsa; el desarrollo de empresas de corredores.

    La economía Internet está cambiando los métodos de valoración económica. Se crea valor a partir de la innovación con base en la valorización del mercado de las iniciativas que se desarrollan en términos de empresa.

    Hemos pasad a una economía donde la expectativa de generación de beneficios a través de la empresa es reemplazada por la expectativa de generación de nuevo valor en el mercado financiero. Y eso depende fundamentalmente de la capacidad de relación con ese cálculo de las empresas Internet. Eso genera una gran volatilidad financiera, pero al mismo tiempo provoca también un extraordinario aumento de riqueza y de productividad.

    La sociabilidad en Internet

    Internet es un instrumento que desarrolla pero no cambia los comportamientos sino que los comportamientos se apropian de Internet y, por tanto, se amplifican y se potencian a partir de lo que son.

    Las comunidades virtuales en Internet también son comunidades, generan sociabilidad, relaciones y redes de relaciones humanas, pero no son las mismas que las comunidades físicas. Las comunidades físicas tiene determinadas relaciones y las comunidades virtuales tienen otro tipo de lógica y de relaciones.

    La tendencia que se desarrolla es hacia la disminución de la sociabilidad de base comuntaria física tradicional. Hay un declive de la vida social dentro del trabajo.

    Los movimientos sociales en Internet

    La mayor parte de los movimientos sociales y políticos del mundo de todas las tendencias utilizan Internet como forma privilegiada de acción y de organización.

    Los movimientos sociales en nuestra sociedad se desarrollan cada vez más en torno a códigos culturales, a valores. Son movimientos de ideas y de valores. Internet es fundamental. La transmisión instantánea de ideas en un marco muy amplio permite la coalición y la agregación en torno a valores.

    Internet permite la articulación de los proyectos alternativos locales mediante protestas globales, que acaban aterrizando en algún lugar pero que se constituyen, se organizan y se desarrollan a partir de la conexión Internet, es decir, conexión global de movimientos locales y de vivencias locales. Internet es la conexión global-local, que es la nueva forma de control y de movilización social en nuestra sociedad.

    La relación directa de Internet con la actividad política

    Internet también tiene una relación directa con la actividad política organizada, tanto en los partidos como en los gobiernos de distintos tipos. Aquí hay toda clase de proyectos y de ideas.

    En general se observa que los gobiernos, las administraciones, los partidos políticos han confundido Internet con un tablón de anuncios. En general, se limitan a exponer datos.

    La privacidad de Internet

    Los gobiernos no pueden controlar Internet.

    Cualquier cosa que hagamos en la red se puede detectar electrónicamente. Existen empresas que comercializan con la información personal obtenida de Internet.

    Internet y los medios de comunicación

    Internet está transformando radicalmente los medios de comunicación.

    Lo que Internet sí está haciendo es convertirse en el corazón de articulación de los distintos medios multimedia. Es decir, de ser el sistema operativo que permite interactuar y canalizar la información sobre qué pasa, dónde pasa, que podemos ver, qué no podemos ver y ser el sistema conector interactivo del conjunto del sistema multimedia. Esto es lo que Internet está configurando.

    Internet está revolucionando la comunicación por su capacidad de cortocircuitar los grandes medios de comunicación. El hecho de que sea una comunicación horizontal de ciudadano a ciudadano, significa que ya puedo crear mi propio sistema de comunicación en Internet, puedo decir lo que quiera, puedo comunicarlo

    El problema esencial, cuando todo está en Internet, es el de la credibilidad, y es ahí donde los medios de comunicación siguen teniendo un papel esencial.

    Conclusión: La sociedad red

    Internet es la sociedad, expresa los procesos sociales, los intereses sociales, los valores sociales, las instituciones sociales. Es la infraestructura tecnológica y el medio organizativo que permite el desarrollo de una serie de nuevas formas de relación social que no tienen su origen en Internet, que son fruto de una serie de cambios históricos pero que no podrían desarrollarse sin Internet. Esa sociedad red es una sociedad cuya estructura social está construida en torno a redes de información a partir de la tecnología de información microelectrónica estructurada en Internet.

    Internet no es simplemente una tecnología; es el medio de comunicación que constituye la forma organizativa de nuestras sociedades. Internet es el corazón de un nuevo paradigma sociotécnico que constituye en realidad la base material de nuestras vidas y de nuestras formas de relación , de trabajo y de comunicación. Lo que hace Internet es procesar la virtualidad y transformarla en nuestra realidad, constituyendo la sociedad red, que es la sociedad donde vivimos.

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    Enviado por:Smash
    Idioma: castellano
    País: Argentina

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