Ética y Moral


Discriminación a los pueblos indígenas


LA DISCRIMINACIÓN A LOS PUEBLOS INDÍGENAS.

  • INTRODUCCION.

  • PRINCIPALES CONCEPTOS.

  • GENOCIDIO Y DISCRIMINACIÓN.

  • SUS DERECHOS.

  • LA LIBRE DETERMINACION DE LOS PUEBLOS.

  • TERRITORIO.

  • CONCLUSIÓN.

  • ANEXO:

      • VIAJE A MISIÓN LAISHI.

      • SELECCIÓN DE ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS 2006.

    1- INTRODUCCIÓN.

    Son de una cultura milenaria que lucha cada día por no perder sus raíces. Muchas veces se los trata como invisibles, no se les da valor a su modo de ver la vida. Son los indígenas. Esa llamada tercera raza que en nuestro caso fue mezclada durante la época de la conquista, pero que en otras regiones luchó por mantenerse “limpia”, garantizando que por muchos siglos perduraran sus costumbres precolombinas.

    Llevan un largo proceso de muchos años por reencontrarse y buscar sus raíces para mantenerlas, lo que, de seguir así, les garantizaría un futuro como comunidad.

    Nuestro objetivo deberia ser crear otra concepción de ciudad, en la que todos los que la habitamos, sin importar las diferencias, tengamos algo que aportar para mejorarla.

    Se discrimina a una población sin comprender sus costumbres y en algunas ocasiones los trata como individuos menores.

    Los Pueblos Indígenas han sido los "grandes ausentes" en la constitución de las sociedades modernas; aunque numerosos, son minoritarios en la atribución social del poder de decisión y control.

    Nuestra meta es vivir una auténtica democracia a través de la interculturalidad, la pluralidad social y la solidaridad.

    Es nuestro objetivo ser una puerta hacia una mayor comprensión de los unos y de los otros en la composición de un NOSOTROS pleno, en la diversidad de identidades.

    2- PRINCIPALES CONCEPTOS.

    Indígena.

    Indígena (< latín [indigna: 'oriundo', 'nativo']). Se da genéricamente nombre de indígena a todo aquello que es relativo a una población oriunda del territorio que habita, cuyo establecimiento en el mismo precede al de otros pueblos o cuya presencia es lo suficientemente prolongada y estable como para tenerla por oriunda.

    Aborigen

    Aborigen es la población primitiva de una región, en contraposición a la que se establece posteriormente. Se denomina así a las poblaciones no occidentales (como forma de organización estatal). Es un derivado de aborigen que etimológicamente significa "desde el origen" (ab-origine),

    Discriminación.

    La discriminación consiste en clasificar a los seres vivos en distintos grupos y tratar de forma distinta, y frecuentemente desigual, a los miembros de cada grupo, en cuanto a trato personal, derechos y obligaciones, cuando no es por su idoneidad.

    Con discriminación se suele entender el hecho de tratar a los miembros de un grupo peor que a los miembros de otro, siendo definidos los grupos en razón de raza (racismo), sexo (sexismo o machismo-hembrismo), especie (especismo), religión (discriminación religiosa), estatura (estaturismo), trasfondo étnico, nacionalidad o país de origen, discapacidad, diferencias neurológicas, orientación sexual, edad o ideología política. También es común la discriminación basada en la preferencia subcultural (punks, hippies, mods contra rockeros).

    Racismo.

    El racismo es una filosofía social biológico-cultural, una actitud y/o un sistema social, que propugna y afirma que la gente de diferentes grupos humanos (razas) difiere en valor, que esas diferencias pueden ser medidas o catalogadas jerárquicamente, y que resultan en la ventaja económica, política y social de un grupo en relación a los demás.

    Históricamente, el racismo ha servido para justificar el imperialismo, la esclavitud y el genocidio de pueblos enteros. El racismo suele estar relacionado con el etnocentrismo y el chauvinismo cultural.

    Acción afirmativa

    La acción afirmativa, término que se le da a la discriminación positiva, es una acción que, a diferencia de la discriminación negativa (o simplemente discriminación), pretende establecer políticas que dan a un determinado grupo social, étnico, minoritario o que históricamente haya sufrido discriminación a causa de injusticias sociales, un trato preferencial en el acceso o distribución de ciertos recursos o servicios así como acceso a determinados bienes. Con el objeto de mejorar la calidad de vida de grupos desfavorecidos, y compensarlos por los perjuicios o la discriminación de la que fueron víctimas en el pasado.

    Desigualdad

    La desigualdad se refiere a una situación en la que no todas las personas y ciudadanos de una comunidad o país, no tienen todos los mismos derechos y obligaciones.

    Igualdad social.

    La igualdad social es una situación social según el cual las personas tienen el mismo nivel social en algún aspecto.

    Existen diferentes formas de igualdad, dependiendo de las personas y de la situación social particular. Por ejemplo, la igualdad entre personas de diferente sexo, igualdad entre personas de distintas razas, igualdad entre personas discriminadas o de distintos países con respecto a las oportunidades de empleo o la igualdad de diferentes razas respecto a derechos de tránsito, de uso de transportes públicos o de acceso a la educación.

    Libre determinación de los pueblos.

    Es cuando un pueblo esta sometido a cualquier forma o tipo de dominación colonial y extranjera, el pueblo tiene derecho a determinarse. Es el pueblo quien tiene derecho de expresar libremente la manera en que desea conformar su condición política, su desarrollo económico, social y cultural sin discriminación por motivos étnicos, religiosos o de color de piel. Este derecho incluye el deseo de convertirse en un estado soberano e independiente. Es decir reconoce la posibilidad de determinarse como una comunidad autónoma.

    Minorias.

    Puede ser tomada en su sentido numérico como “población o grupo cuyo numero es menor que la mayoría”. También puede ser tomada en su sentido sociológico como “grupo marginado, discriminado, excluido o desventajado, independientemente de su peso demográfico”.

    3- GENOCIDIO Y DISCRIMINACIÓN.

    Cuando comenzó todo.

    El 12 de octubre de 1492, el Capitalismo descubrió América. Cristóbal Colón, financiado por los reyes de España y los banqueros de Génova, trajo la novedad a las islas del mar Caribe. En su diario del Descubrimiento, el Almirante escribió 139 veces la palabra oro y 51 veces la palabra Dios o Nuestro Señor.

    Él no podía cansar los ojos de ver tanta lindeza en aquellas playas, y el 27 de noviembre profetizó: Tendrá toda la cristiandad negocio en ellas. Y en eso no se equivocó. Colón creyó que Haití era Japón y que Cuba era China, y creyó que los habitantes de China y Japón eran indios de la India; pero en eso no se equivocó.

    Al cabo de cinco siglos de negocio de toda la cristiandad, ha sido aniquilada una tercera parte de las selvas americanas, está yerma mucha tierra que fue fértil y más de la mitad de la población come salteado. Los indios, víctimas del más gigantesco despojo de la historia universal, siguen sufriendo la usurpación de los últimos restos de sus tierras, y siguen condenados a la negación de su identidad diferente. Se les sigue prohibiendo vivir a su modo y manera, se les sigue negando el derecho de ser. Al principio, el saqueo y el otrocidio fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos. Ahora se cumplen en nombre del dios del Progreso.

    Sin embargo, en esa identidad prohibida y despreciada fulguran todavía algunas claves de otra América posible.

    América, ciega de racismo, no las ve.

    Eduardo Galeano.

    Cinco siglos igual

    Soledad sobre ruinas
    Sangre en el trigo
    Rojo y amarillo
    Manantial del veneno
    Escudos, heridas
    Cinco siglos igual

    Desamor, desencuentro
    Perdon y olvido
    Cuerpo con mineral
    Pueblos trabajadores
    Infancias pobres
    Cinco siglos igual

    En esta parte de la tierra
    La historia se cayo
    Como se caen las piedras
    Aun las que tocan el cielo
    O estan cerca del sol
    O estan cerca del sol

    Lealtad sobre tumbas
    Piedra sagrada
    Dios no alcanzo a llorar
    Sueño largo del mar
    Hijos de nadie
    Cinco siglos igual

    Muerte contra la vida
    Gloria de un pueblo
    Desaparecido
    Es comienzo, es final
    Leyenda perdida
    Cinco siglos igual

    En esta parte de la tierra
    La historia se cayo
    Como se caen las piedras
    Aun las que tocan el cielo
    O estan cerca del sol
    O estan cerca del sol

    Es tiniebla con flores
    Revoluciones
    Y aunque muchos no estan
    Nunca nadie penso
    En besarte los pies
    Cinco siglos igual

    León Gieco

    Esta canción es una reflexión sobre el sometimiento que sufrieron los pueblos latinoamericanos a partir de aquel triste acontecimiento (para nosotros) en el que un sujeto conocido como Cristóbal Colon sin quererlo, de casualidad y sin nunca haber tomado conciencia de ello “descubrió” América, y desde aquel momento fuimos destinados a una esclavitud que continua hasta nuestros días.

    ¿Qué es la discriminación?

    En la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial articulo 1 se define a la discriminación como “toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública”.

    Racismo y discriminación con las hijas de la madre tierra.

    Las siguientes reflexiones están inspiradas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la que se establece que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y en Derechos; en el Convenio para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación; en el Convenio para la Eliminación de toda Forma de Discriminación contra la Mujer; así como en el Proyecto de Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas. Todos estos instrumentos están dedicados a trabajar para garantizar una convivencia más justa, igualitaria y humana entre los miembros de las sociedades de los Estados del mundo articulados en la Organización de las Naciones Unidas.

    Haciendo un poco de historia.

    Desde la perspectiva de los pueblos indígenas y, por supuesto, desde la perspectiva de las mujeres indígenas nos preguntamos dónde y por qué se originó el racismo y las diversas formas de discriminación y opresión con nosotras, las hijas de la Madre Tierra. Según nuestra historia oral somos parte de la naturaleza, las montañas, el agua, el aire, el sol, la luna los animales y los minerales.

    Del siglo XV al XVII la expansión del colonialismo y el dominio de una raza sobre otra se hace evidente, ligada a la imposición del poder de los europeos sobre los pueblos invadidos y colonizados.

    En este contexto, en nuestra América, en el año l400 se impone una relación de dominación y sometimiento de los invasores contra los pueblos originarios. Esta situación colonial mercantiliza la fuerza de trabajo y jerarquiza en términos de raza y género. Según la historia escrita por los mismos europeos: don Ginés de Sepúlveda niega a los indios la calidad de humanos que luego la Bula Papal trata de corregir en l5l3, sin lograr una respuesta contundente.

    Es desde aquellos tiempos que se institucionaliza la dominación y con ella el racismo, afectándolos en diversas formas y niveles a las generaciones siguientes de los herederos de las civilizaciones Maya, Inca.

    Las sucesivas independencias de la colonia para pasar a ser Repúblicas no trajeron grandes cambios para estos pueblos, ya que la práctica racista y discriminadora era más que el simple reconocimiento de otorgar independencia política, pasando así a ser objetos de dominación de los descendientes de los colonizadores.

    La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en l948, esfuerzo internacional para evitar violaciones impunes, es recién conocida en estos últimos veinte años.

    En esta parte del mundo, a pesar de que los Estados Nacionales son signatarios de esta Declaración, la aplicación de ésta, su difusión y su respeto no tuvieron el apoyo político necesario para pasar del papel a una práctica cotidiana por los ciudadanos.

    Las Mujeres Indígenas y la secuela de racismo histórico

    En el contexto histórico las mujeres indígenas han sido violentadas en las formas más denigrantes, desde la violación de nuestra Madre Tierra hasta el haber sido sometidas a la fuerza como objeto para la satisfacción sexual; internalizándola idea de ser un apéndice del varón y no un ser humano con voz, sentimiento, capacidad y decisión propias.

    En la época de la evangelización y la colonia, el patriarcado y el machismo vinieron también con los europeos colonizadores. Cuando hablamos de la situación de las mujeres indígenas y la suerte que tuvieron nuestras abuelas que gestaron hijos e hijas de los invasores, algunos estudiosos nos consuelan n diciendo que por lo menos nuestros invasores se mezclaron con nosotras, y no es el mismo caso de los invasores ingleses o franceses. ¿Será que esta afirmación responde a sentirse agradecidos por haber sido salvados de seguir siendo descendientes de los "ignorantes indios sin alma"?

    La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial de marzo de l966 es la piedra angular del mecanismo internacional de las Naciones Unidas en la esfera de la lucha contra el racismo y la discriminación racial e impone a los Estados Partes una serie de obligaciones muy precisas, para que tomen medidas para erradicarlas porque es un acto punible desde cualquier punto de vista.

    En América, los países con mayor población indígena son México, con alrededor de l0 millones, Perú con 8 millones, Bolivia con más de 4 millones y Ecuador con 5 millones y finalmente Estados Unidos, con más de 2 millones. Si agregamos que casi el 50% de estos promedios oficiales son mujeres, tenemos unos 20 millones de mujeres indígenas que son víctimas de las formas contemporáneas de racismo y discriminación.

    - La discriminación desde el testimonio de una mujer indígena.

    Discriminación económica

    De los 50 millones de indígenas de las América un promedio del 50% son mujeres y si vamos a los indicadores de pobreza y pobreza extrema como en el caso del Perú somos las indígenas las privilegiadas en esos indicadores, la exclusión de los servicios básicos es también una forma de racismo. Porque en la distribución de los recursos económicos, la inversión social y las políticas públicas no consideran la variable étnica ni cultural de la población y no hay legislación que pueda contribuir a la superación de esta brecha disminuyendo los efectos de la discriminación étnica y cultural.

    La discriminación económica se refleja en el no-acceso al disfrute de las necesidades básicas, por ejemplo en la salud, la atención en la calidad del servicio a la salud está marcada por el dinero que se tiene para acceder a los medicamentos, el trato digno en un centro de salud está marcado por el cuánto tienes y la buena apariencia.

    Racismo y discriminación en la actividad ocupacional

    La situación de la mujer indígena en América Latina, principalmente en los países de mayor población indígena como son México, Perú, Guatemala, Ecuador y Bolivia, está marcada por las consecuencias de las exclusiones en el campo de la educación, la formación y la pobreza, negándole la posibilidad de un desarrollo personal y profesional competente.

    Discriminación por raza y color: Porque no somos blancas.

    Discriminación étnica y cultural

    Por nuestro idioma propio y porque no hablamos bien el castellano. Por nuestra vestimenta que es diferente y en muchos casos muy pobre. Por nuestra comida, se menosprecia la comida de los indios, (cuando nos queremos ofender, hasta entre los mismos indígenas y nos decimos motecachu que significa come mote - el reemplazo del pan para nosotros). Por nuestros apellidos, cuando se refieren a los indígenas en forma burlona, nos dicen de dónde salió ese apellido, por ejemplo, Huama ní, Echajaya, Quispe.

    Las indígenas no nos escapamos de otras formas de discriminación además de la condición de mujeres: es doloroso cuando se nos discrimina o señala despectivamente por ser madres solteras o por no estar casadas "como Dios manda" (matrimonio civil y religioso).

    Nuestros hijos e hijas son discriminados si es que no son reconocidos legalmente o son nacidos fuera del matrimonio formal. Hay escuelas donde no se les acepta sino llevan las partidas de bautismo o de matrimonio de los padres.

    Discriminación social y posición económica

    Cuando un indígena tiene dinero nos llaman, "llamas cargadas de plata" aunque tengamos dinero o hayamos ascendido socialmente, siempre nos hacen sentir que no es nuestro sitio.

    Sentimos fuertemente cómo los empleados de las oficinas públicas, o los servicios de salud, nos tratan mal porque les molesta atendernos y muchas veces nosotras sólo agachamos la cabeza para no ser más humilladas. Nos hacen sentir como que nos hicieran un favor.

    La creación del indio.

    A lo largo de 500 años de conjunción con agentes culturales europeos, los pueblos americanos resultaron profundamente afectados, sus sociedades fueron remoldeadas desde la base, se vio alterada su composición étnica y degradada su cultura. De esta forma, se logró la transformación de una multiplicidad de pueblos autónomos, poseedores de tradiciones auténticas en unas pocas sociedades de cultura alienada.

    Los europeos al invadir América introdujeron una carga de conceptos y preconceptos (algunos ya mencionados) referidos a sí mismos y a los demás pueblos. Estos últimos, además de perder su riqueza (acumulada por siglos) y de convertirse en mano de obra esclava, sufrieron la degradación de asumir como imagen propia la visión despectiva de los europeos que los consideraban racialmente inferiores. A través de esta visión, se explicaba el atraso de los pueblos indígenas derivando de sus características innatas como la pereza, la falta de ambición, etc.

    Estos son los motivos por los cuales los aborígenes se acostumbraron a verse a sí mismos como pueblos infrahumanos destinados a un papel subalterno, debido, según los europeos, a la pérdida de virtudes resultante del mestizaje, al clima tropical, etc.

    De esta forma, el invasor colonialista impone su dominio y a la vez se autodignifica degradando la imagen étnica del aborigen.

    La iglesia católica del imperio salvacionista ibérico tuvo gran relevancia en la construcción del indio como ente cultural alienado, ya que la religión cristiana se mezcla en él con creencias africanas y aborígenes, formando cultos sincréticos. Estos llenaban satisfactoriamente su cometido de dar a conocer al indígena la gloria de la vida eterna ultraterrena, para consolarlo ante la miseria de su destino terreno y a la vez justificar el dominio europeo, induciéndolos a una actitud pasiva y resignada.

    Todas estas justificaciones de la dominación colonial y cultural constituyen la más pesada herencia dejada por la civilización occidental y cristiana a los pueblos conquistados. Actuaron en conjunto como cristales deformadores que le han impedido a estos pueblos crear una imagen auténtica del mundo y una visión genuina de sí mismos.

    Pensamiento político de los aborígenes en América Latina.

    En la actualidad, los aborígenes luchan por rescatar su identidad y darse a conocer al mundo. Para esto, forman organizaciones políticas que se autodenominan indias o indígenas, o bien adoptan el nombre del grupo étnico al que representan. Todos estos grupos pregonan una identificación pan-india opuesta a occidente y a las políticas indigenistas de los gobiernos latinoamericanos, ya que éstos tienen como objetivo la integración de los indios en un modelo de estado nacional napoleónico, que no refleja el carácter pluriétnico de las sociedades englobadas en él. Por lo tanto, estas tentativas integradoras responden a la necesidad capitalista de consolidar y ampliar el mercado interno.

    El Movimiento Indigenista Latinoamericano se crea en 1.940 con la realización del primer Congreso Indigenista Interamericano. En él, se reconoce la existencia del pluralismo étnico y la necesidad consecuente de políticas especiales para los pueblos indígenas. Éstas deben tender a la incorporación integral de los indígenas en la vida nacional y estimular el desarrollo de las culturas indias.

    Existe también otro indigenismo, el practicado por las iglesias. Éste es rechazado por los auténticos grupos indigenistas, ya que la esencia misma del trabajo evangelizador ha sido siempre etnocida. Esto sin considerar el papel que históricamente han desempeñado las iglesias en América latina, como arma no siempre espiritual de la conquista, como garante del sometimiento de los colonizados y como aliada de las clases dominantes. Con esto, no se quiere decir que rechaza el cristianismo, todo lo contrario, sino que no acepta su autopostulación, como portavoz de las culturas indígenas.

    La desaparición del indio.

    El indio surge ( como ya fue mencionado antes) con la llegada del europeo a América, antes no había indios, sino pueblos diversos con identidades propias. Al indio lo crean los occidentales, como ser diferente e inferior.

    Los pueblos aborígenes (atrasados), son elegidos para ingresar al progreso quemando etapas, gracias a que otro pueblo más avanzado logra enderezarles el rumbo.

    La categoría de indios es supraétnica, es decir, no hace referencia de la diversidad de pueblos que quedan englobados bajo esa expresión. La política india actual es paniandianista, trata de estructurar a toda la población indígena. La base de esto es el reconocimiento de su condición común de colonizados, que comparten por encima de las diferencias étnicas. Éste es el fundamento del proyecto de indianidad, que, dialécticamente, se cumplirá con la desaparición del indio. Esto último será el resultado de la desaparición del estado colonial y cuya consecuencia será el resurgimiento de todas las etnias.

    La perduración de los grupos étnicos se basan sobre dos factores fundamentales: el lenguaje común (que es el pensamiento según el cual se organiza la comprensión del mundo) y el modo de consumo (prolongación de las características étnicas ancladas en lo cotidiano).

    La cotidianidad permite crear y reproducir un modo distinto de vida en lo cotidiano. Existen hábitos sociales en los que las relaciones, los contenidos y los significados culturales resultan compartidos. La familia, las actividades hogareñas, etc. encuentran entre las instancias institucionalizadas que permiten una práctica cotidiana diferenciada y hacen posible la permanencia de la identidad étnica.

    Las bases de la indianizacion americana.

    El pensamiento político indio está en oposición a la civilización occidental. Hace legítimo el pensamiento propio y no el occidental. Por lo tanto, no hay hi hubo conquista, sino invasión. El indio ha resistido y luchado contra el europeo, y aún sigue en pie, lo cual demuestra que no ha sido conquistado.

    El mestizaje sufrido no conduce a una nueva cultura, ni es fusión. Las únicas auténticas son las que encarnan los pueblos, lo demás es occidente.

    La civilización occidental es colonialista e imperialista. América tiene la suya, que es legítima, y se opone globalmente a occidente debido a su dominio neocolonial.

    Todos los pueblos indios participan de ella. La diversidad de culturas y lenguas no impide la unidad civilizatoria.

    Quienes afirman que las diferencias étnicas dividen, lo hacen como estrategia de dominio, a favor de la neocolonización occidental. Ante esto, las políticas indigenistas tratan de demostrar la existencia de una única y diferente civilización india, logrando una unión panindígena.

    Para alcanzar este objetivo, es relevante la descolonización de la historia, ya que ésta ha sido escrita y enseñada por el colonizador. Pero existe otra, la del indio, que es al revés; los héroes de la primera son los villanos de ésta, sus méritos son su oprobio.

    Si la historia oficial ha sido parte de la justificación de la dominación, ésta deberá colaborar con la liberación.

    Se aprende a ser indio si se conoce la verdad de lo que ocurrió en América. Aún los desindianizados pueden encontrar su lado aborigen si se adentran en estos hechos y rechazan los relatados por occidente, postulados como historia oficial o universal, en la cual se menosprecia y distorsiona a la civilización india.

    Esto se debe a que el colonizador ha querido ocultar la grandeza de las culturas indias pasadas y actuales, debido a que la superioridad de éstas no se aprecia según las escalas de los valores occidentales, que privilegian lo material por sobre lo humano. La inferioridad que se le atribuye a éstos se basa en lo moral y ético.

    La vida india contemporánea se presenta, en su mundo comunal, llena de valores profundos como el amor, la honradez, el respeto y la solidaridad. Según éstos, la organización productiva y la tecnología aborigen son superiores a las accidentales, si se compara su utilidad ética, y no sólo su productividad.

    Gracias a estas virtudes, las políticas indígenas no hacen discriminación, sino que trata de incorporar a la civilización india al mestizo y al blanco, a través de un proyecto de indianización opuesto al utilizado por el europeo 500 años atrás.

    Además de la creación de su nueva identidad, los pueblos indios americanos deben luchar contra otras miserias como la pobreza, el hambre y demás yugos que impone el imperialismo globalizado de occidente

    4- SUS DERECHOS.

    Entre el siglo XIX y el siglo XX, los pueblos indígenas. Pasaron a considerarse asuntos internos de cada Estado, y a estar sujetos a un régimen de tutela similar al que fundamentaba el sistema colonial. Más recientemente, los pueblos indígenas han sido catalogados como minorías. Esto no impide que numerosas poblaciones indígenas se consideren a sí mismas pueblos y no minorías. Algunos grupos afirman que es así porque reúnen las características necesarias para considerarse naciones.

    Actualmente el tratado en vigor más relevante sobre derechos indígenas es el Convenio número 169 de la Organización Internacional del Trabajo, sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes. El convenio define a estos grupos como pueblos; pero, añade, sin que ello implique la atribución del derecho de libre determinación. El tratado tiene como objetivo la promoción de los derechos de los pueblos e individuos indígenas, dentro del respeto a sus formas de vida y sin contravenir "los deseos expresados libremente por los pueblos interesados".

    Por su parte, la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, inserta dentro de la antigua Comisión de Derechos Humanos, aprobó en 1994 un proyecto de Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas. El 29 de junio de 2006, el Consejo de Derechos Humanos dio su aprobación al proyecto, tras realizar algunas modificaciones, por treinta votos a favor, dos en contra y doce abstenciones. Actualmente, la Declaración está pendiente de ser adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

    La Declaración sólo reconoce a los pueblos indígenas el ejercicio de la vertiente interna de la autodeterminación. Su artículo 3 afirma que los pueblos indígenas tienen derecho a la libre determinación, pero el artículo 3 bis lo limita a "la autonomía o el autogobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntos internos y locales, así como los medios para financiar sus funciones autónomas".

    Constitución Nacional Argentina.

    Articulo 16.

    Este articulo hace referencia a la igualdad enunciando que la Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre ni de nacimiento y que todos sus habitantes son iguales ante la ley.

    “La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas”.

    Articulo 75, inc.17.

    El articulo 5 inc. 17 de la CN reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y garantiza el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe.

    “Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.
    Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones”.

    A pesar de este reconocimiento, que significa un gran avance, no se ha efectivizado aún, a través de leyes necesarias, el derecho a las tierras que habitan. Además, siguen existiendo numerosos problemas ecológicos que afectan las napas de aguas de sus tierras a raíz de la explotación indiscriminada de recursos naturales (petroleo y gas) por empresas multinacionales, lo que impide que tengan acceso al agua potable y viola su derecho a la salud y a la alimentación.

    Por eso, los pueblos indígenas siguen siendo grupos vulnerables y para que se encuentren en igualdad con los otros miembros de la sociedad no basta con reconocer sus derechos. Es necesario que el estado establezca medidas de acción positiva para compensar las consecuencias de la discriminación que historicamente han sufrido.


    Pacto internacional de derechos civiles y políticos.

    ARTÍCULO 1
    1. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural.
    2. Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional basada en el principio de beneficio recíproco, así como del derecho internacional. En ningún caso podría privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia.
    3. Los Estados Partes en el presente Pacto, incluso los que tienen la responsabilidad de administrar territorios no autónomos y territorios en fideicomiso, promoverán el ejercicio del derecho de libre determinación, y respetarán este derecho de conformidad con las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas.

    Carta de las Naciones Unidas.

    Los Propósitos de las Naciones Unidas son:

    “Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la Paz universal”.

    Anteproyecto de la convención contra la discriminación racial. Año 2006.

    En el articulo 3 señala como medidas o practicas que se consideran discriminatorias y prohibidas por el estado: “la denegación a los pueblos indígenas del derecho al tratamiento igualitario ante la ley y a la no discriminación, lo que presume el respeto por sus rasgos fundamentales distintivos, tales como el idioma, los sistemas normativos, los usos y costumbres, las expresiones artísticas, las creencias y las instituciones sociales, económicas, culturales y políticas.

    Declaración sobre la raza y los prejuicios raciales.

    Aprobada y proclamada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, La Ciencia y la Cultura, reunida en París en suvigésima reunión, el 27 de noviembre de 1978

    Artículo primero
    1. Todos los seres humanos pertenecen a la misma especie y tienen el mismo origen. Nacen iguales en dignidad y derechos y todos forman parte integrante de la humanidad. 
    2. Todos los individuos y los grupos tienen derecho a ser diferentes, a considerarse y ser considerados como tales. Sin embargo, la diversidad de las formas de vida y el derecho a la diferencia no pueden en ningún caso servir de pretexto a los prejuicios raciales; no pueden legitimar ni en derecho ni de hecho ninguna práctica discriminatoria, ni fundar la política de apartheid que constituye la forma extrema del racismo. 
    3. La identidad de origen no afecta en modo alguno la facultad que tienen los seres humanos de vivir diferentemente, ni las diferencias fundadas en la diversidad de las culturas, del medio ambiente y de la historia, ni el derecho de conservar la identidad cultural. 
    4. Todos los pueblos del mundo están dotados de las mismas facultades que les permiten alcanzar la plenitud del desarrollo intelectual, técnico, social, económico, cultural y político. 
    5. Las diferencias entre las realizaciones de los diferentes pueblos se explican enteramente por factores geográficos, históricos, políticos, económicos, sociales y culturales. Estas diferencias no pueden en ningún caso servir de pretexto a cualquier clasificación jerarquizada de las naciones y los pueblos.

    “Ya es tiempo que todo esto comience a respetarse y cumplirse”.

    DERECHO A LA EXPRESIÓN.

    LA PALABRA.

    La palabra del hombre, de todo hombre, es importante, y por lo tanto, el "hombre de palabra" es un hombre importante. Cada uno es "su palabra".La palabra dice, describe, explica, manifiesta, comunica, enseña, persuade, convence. Dichoso aquel que tiene el manejo de la palabra. Es un bendito, un agraciado por Dios y ha de ser tenido en cuenta por los demás.

    Todos queremos tener y decir nuestra propia palabra. Pronunciar un dicho, una comparación, un poema, una canción propia, de uno. Por eso mismo, cada uno no es el o ella hasta que no tenga y diga su propia palabra.

    Sin duda, heredamos del antiguo modo guaraní este saber valorar la palabra.

    Quien posea su difícil dominio, podrá ser educador, persuadiendo y ayudando a que cada cual saque de adentro suyo su propia y original palabra; y ser gobernante, asociando y buscando el consenso de las distintas palabras de los distintos dirigentes; y ser animador de su comunidad, descubriendo nuevas palabras y soltando nuevos cantos de esperanza"...

    Padre Julián Zini (Corrientes 1939)
    Compositor, poeta, músico popular
    El árbol de nuestra identidad . BsAs: Ed. Patria Grande-Abril 2005

    5- LA LIBRE DETERMINACION DE LOS PUEBLOS.

    Derecho de autodeterminación

    El derecho de libre determinación de los pueblos o derecho de autodeterminación es el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de igualdad. La libre determinación es un principio fundamental de Derecho internacional público y un derecho inalienable de los pueblos, que genera obligaciones erga omnes[1] para los Estados. Incluso, de acuerdo con algunos autores, la libre determinación ha devenido norma de ius cogens[2]. El Comité de Derechos Humanos ha puesto de manifiesto su carácter fundamental, al señalar que es prerrequisito necesario para la plena efectividad de los derechos humanos individuales.

    La libre determinación está recogida en algunos de los documentos internacionales más importantes, como la Carta de las Naciones Unidas o los Pactos Internacionales de Derechos Humanos. También numerosas resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas hacen referencia a este principio y lo desarrollan; como, por ejemplo, las resoluciones 1514 (XV), 1541 (XV) ó 2625 (XXV).

    El concepto de libre determinación está estrechamente ligado al de pueblos, un término polémico y que no ofrece un único significado. A partir de 1960, la definición de los pueblos coloniales como sujetos de la libre determinación supuso un impulso esencial para la descolonización y colaboró en una auténtica universalización de la sociedad internacional. La concepción occidental considera también pueblo al conjunto de habitantes de un Estado unitariamente considerado, mientras que diversas minorías nacionales o pueblos indígenas dentro de Estados se han autodefinido como pueblos. Sus reivindicaciones muestran un ejemplo de la tensión entre el derecho de libre determinación de los pueblos y la integridad territorial de los Estados.

    La libre determinación como derecho universal

    Tras la Segunda Guerra Mundial se trató de construir un nuevo orden internacional basado en el respeto a la dignidad de la persona y los derechos humanos. Con ese objetivo pronto se dieron pasos para la adopción de una Declaración Universal y unos Pactos Internacionales de Derechos Humanos.

    El derecho de libre determinación no se recoge en la Declaración, ya que la propuesta soviética en dicho sentido fue rechazada. Posteriormente, la URSS presentó una nueva iniciativa durante el proceso de elaboración de los Pactos Internacionales. Aunque las potencias coloniales, como Reino Unido, Francia o Bélgica, mantuvieron su oposición, la propuesta reunió el apoyo de Estados africanos, asiáticos y latinoamericanos. En 1955, el resultado de la votación para decidir sobre su inclusión en los Pactos fue de 33 votos a favor, doce en contra y trece abstenciones. Con carácter general, los Estados comunistas y del tercer mundo votaron a favor y los occidentales en contra. No obstante, aquellos Estados que se opusieron a la inclusión han ratificado los tratados o se han adherido a ellos. Esto hace de la libre determinación un derecho jurídicamente vinculante de alcance casi global.

    En 1962, la Asamblea General aceptó estudiar los principios fundamentales de la Carta y los deberes que se derivan de ella; uno de estos principios es la libre determinación. El 24 de octubre de 1970 se adoptó la resolución 2625 (XXV), que contiene la Declaración sobre los principios de Derecho Internacional referente a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. La resolución se adoptó por consenso, por lo que recogió los puntos de vista de los Estados occidentales, los comunistas y los del tercer mundo. La Declaración sobre relaciones de amistad muestra que la descolonización es una importante manifestación de la autodeterminación, pero que el ámbito de este derecho es más extenso: también la asocia con la existencia de un gobierno representativo. La Declaración afirmó que la libre determinación es un derecho de todos los pueblos y que conlleva obligaciones para todos los Estados, y que su respeto es condición necesaria para el establecimiento de relaciones amistosas y de cooperación entre los Estados.

    La libre determinacion de los pueblos indígenas.

    Todos los pueblos tienen el derecho a la libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural. Según esto quiere decir los pueblos indígenas tienen derecho a determinar libremente su status político y promover libremente su desarrollo económico, social, espiritual y cultural, tienen derecho a la autonomía o autogobierno en cuanto a su cultura, religión, educación, información, medios de comunicación, salud, habitación, empleo, bienestar social, actividades económicas, administración de tierras y recursos, medio ambiente; así como a determinar los recursos y medios para financiar estas funciones autónomas.

    Los discursos de los movimientos indígenas que surgieron a lo largo del continente en las últimas décadas se centra en la libre determinación o la autonomía fincada en un territorio como el espacio para un desarrollo auto-determinado y para el despliegue de sus propias formas de gobierno y jurisdicción. Insisten que no son "minorías" ni "poblaciones" sino "pueblos" y por lo tanto tienen derecho a la libre determinación.

    Se deberia buscar un equilibrio entre la participación indígena en el Estado y sus instituciones por una parte y, por la otra, el respeto para la autonomía de las instituciones indígenas. Las demandas indígenas se concentran en ganar el acceso a las instituciones políticas del Estado, mientras al mismo tiempo buscan fortalecer sus propias instituciones para así hacer factible su participación.

    Tambien debemos decir que la cuestión no se agota en las demandas territoriales o de la autonomía territorial. No podemos permitirnos olvidar que en muchos casos los pueblos indígenas se encuentran estrechamente inmersos en mercados de productos y mercados laborales y que una buena proporción de los indígenas esta ligada de una forma u otra a la economía y la vida urbana. Por ello, las cuestiones que enfrentan los pueblos indígenas a menudo rebasan la cuestión territorial. Ellos tienen que concebir su lucha como una lucha verdaderamente nacional, o tal vez post-nacional, en todos sus sentidos y como una búsqueda de una alternativa al paradigma neoliberal prevaleciente.

    Tan importante resulta ésta noción, incorporada expresamente al comienzo del art. 75 inc. 17, que ya no podremos hoy oponer a las Comunidades Originarias nociones tradicionales del derecho tales como la de “igualdad ante la ley”, anteponiéndose, en cambio, la obligación de los estados de generar una verdadera “discriminación positiva”, en el dictado de su legislación y en la totalidad de sus políticas públicas, cuando ella sea la única manera de garantizar el pleno ejercicio de los derechos de las comunidades, de lo cual el mismo estado se constituirá en nuevo responsable.

    Tambien la citada preexistencia impedirá a los estados imponer un modo determinado de organización a las comunidades, tal como sí lo hace en todos los demás casos, ejerciendo su potestad eminente. Antes bien se verán obligados a respetar su modo de organización originario, el que se dará conforme sus valores tradicionales, aunque nada tenga que ver el sistema que utilicen con los modos usualmente esgrimidos por las instituciones heredadas del sistema “continental europeo”.

    Respecto del reconocimiento legal de las comunidades, el estado se limitará a constatar la existencia de la comunidad indígena, inscribiéndola en un registro especial, reconociéndole personería jurídica por ese simple hecho, sin “constituir” con ello derecho alguno a partir de una decisión administrativa, sino simplemente declarando la existencia de la comunidad y admitiendo con ello la aplicación del plexo jurídico correspondiente.

    En función de esa misma preexistencia sucederá lo propio con el reconocimiento por la propiedad de la tierra, toda vez que mal podrán los estados, llegados al sitio muchos milenios después que sus originales pobladores, imponerles a través de su sistema jurídico la necesidad de demostrar legitimidad sobre su territorio a través de la acreditación de un “título de propiedad”, expedido por escribano e inscripto en un registro, dado que el pueblo originario vendrá ocupando el territorio en cuestión, al menos, 50 veces más tiempo que cualquier dominio “eminente” de estado americano alguno.

    En todo caso, será el hecho mismo de la posesión efectiva que aún ejerza la comunidad sobre dicho territorio el que constituya, en cabeza del estado, la obligación de regularizar ese derecho, constitucionalmente reconocido, “de propiedad y posesión de las tierras que tradicionalmente ocupan” a través de la confección del correspondiente título comunitario. Mientras ello no ocurra, ya no será la comunidad la responsable, sino los mismos órganos del estado obligados a expedirlos.

    Caso Argentino.

    La libre determinación de los pueblos no figura en la CN, Argentina teme que los habitantes de las Islas Malvinas, descendientes de los británicos puedan reivindicarse como población autóctona y reclamar el derecho de autodeterminación.

  • SU TERRITORIO.

  • COMUNIDADES ABORIGENES RECLAMAN
    POR LA PROPIEDAD DE SUS TIERRAS

    Adonde conduce el camino del indio.

    A más de 500 años del descubrimiento de América, distintas organizaciones manifiestan contra la discriminación de los pueblos originarios y reclaman por sus derechos, entre ellos, la posesión de los territorios que fueron suyos. Denuncian además la discriminación y la explotación a que son sometidos en distintos lugares del país.

    Por Pedro Lipcovich

    No sería difícil enumerar 512 iniquidades, una por cada año transcurrido desde 1492. La más reciente denuncia se refiere a Formosa: las víctimas pertenecen a la etnia wichí y los victimarios son comerciantes que, con la complicidad de políticos locales, policías y funcionarios del PAMI, se apropian de los importes de planes Jefas y Jefes de Hogar, pensiones y jubilaciones de personas de cuyos documentos de identidad se han apropiado por la fuerza. Son los mismos comerciantes que suministran a chicos wichí de 13 años no ya cerveza sino alcohol puro, en lo que constituye “la mayor causa de deserción escolar en la zona”, tal como señaló un maestro de la misma etnia. Estos extremos del despojo se inscriben en una serie cuyo eje principal, desde la conquista, es el de la tierra: el 70 por ciento de las comunidades indígenas argentinas no tiene título de propiedad sobre el suelo, que es la base imprescindible de su identidad, pero incluso para la mayoría de los que sí tienen el título, éste no se hace efectivo porque las autoridades permiten que las tierras les sean usurpadas. Entre tanto, los guaraníes acampan en Posadas, Misiones, y, en la Patagonia, los mapuches rescatan una tradición de lucha anterior a la conquista, y se les animan a las multinacionales. Distintas comunidades se movilizan para reclamar por sus derechos.
    En la Argentina hay 22 pueblos indígenas, que reúnen más de 860 comunidades y suman más de dos millones de personas, según estimaciones de la Asociación Indígena de la República Argentina, AIRA (una de las que procuran constituir una representación a nivel nacional). El 70 por ciento no tiene ningún título de propiedad sobre sus tierras. Un proyecto de ley enviado por el gobierno nacional, que ya tiene sanción en Diputados y aguarda ser tratado en el Senado, suspende los desalojos de comunidades indígenas. Resta resolver la cuestión de fondo, la propiedad.
    En el departamento de Ramón Lista, Formosa, el 85 por ciento de los habitantes pertenece a la etnia wichí: son casi 10.000 personas, más del 90 por ciento de los hogares presentan necesidades básicas insatisfechas. El abogado Luis Zapiola, representante de comunidades wichí e investigador de la cuestión indígena, contó cómo “los `bolicheros', comerciantes de la zona, les retienen a los wichí sus documentos nacionales de identidad, argumentando que los necesitan para darles `fiado', y utilizan esos DNI para cobrar, en la sucursal Ingeniero Juárez del Banco de la Provincia de Formosa, planes Jefas y Jefes de Hogar en nombre de los beneficiarios: a éstos, en vez de darles el dinero, les entregan mercaderías al triple de su precio normal”.
    “Estos `bolicheros' también cobran, a nombre de los verdaderos beneficiarios, jubilaciones y pensiones. Para esto personal del PAMI, a cambio de una parte del dinero, les extiende una autorización”, según la denuncia de Zapiola. “En todo Ramón Lista pasa lo mismo, y la policía provincial no les recibe denuncias a los indígenas, en ningún caso -afirmó el abogado-. Esto vale también para la serie de homicidios de wichí, no esclarecidos.”
    Típicamente, estos homicidios son así: en el curso de su forma ancestral de supervivencia -la caza y la recolección-, un wichí entra en el terreno que ha cercado un hombre blanco; la tierra pertenece en realidad a la comunidad indígena, pero el hombre que la cercó la considera suya y dispara sobre el “intruso”.

    En la provincia de Chaco, “la situación es todavía más grave porque la mayoría de los indígenas no tienen la propiedad de la tierra: los mocovíes están viviendo en los costados de las rutas; hay tres decretos nacionales que les otorgan, a ellos y a los tobas, diez mil hectáreas, bajo garantía de la última reforma constitucional chaqueña, pero el gobierno provincial las entrega a blancos”, afirmó Zapiola. En Misiones, desde hace meses, representantes de comunidades guaraníes acampan en la plaza principal de Posadas sin ser recibidos por el gobierno local; su principal problema es la deforestación de la selva que habitan.
    Norberto Guanuco, presidente de AIRA, observó que “la situación se complica más cuando los ocupantes son a su vez personas de trabajo que llevan muchos años en la zona. Es el caso de comunidades tobas de Chaco, que reclaman terrenos otorgados por un decreto de 1924: un estudio efectuado por la Universidad de Salta sentó bases de diálogo, pero el gobierno provincial no terminó de resolver el conflicto”.
    En la Patagonia, en cambio, la lucha de las comunidades mapuches se da “contra empresas multinacionales, especialmente norteamericanas, que se han apoderado prácticamente de una región entera en Argentina y Chile”, contó Chacho Liempe, del Consejo Asesor Indígena (CAI). Los mapuches siempre se animaron con enemigos fuertes: “Primero peleamos contra los incas, que quisieron invadir nuestro territorio; después contra los españoles y después contra los Estados argentino y chileno”, historió Liempe. También contra los mapuches el invasor utilizó el alcohol: “Cuando la persona nuestra iba a hacer la compra, se le daba bebida, se lo emborrachaba y después se lo metía preso; cuando volvía a su campo, se lo habían alambrado, y a él lo expulsaban”, no olvida el dirigente mapuche.

    TIERRA.


    Testimonio de un pilagá

    Hoy no sólo los aborígenes habitan esta querida tierra americana, también los blancos que vinieron a vivir junto con nosotros; pero alambraron por todas partes el campo, ese lugar era de los aborígenes. No quiero decir que estamos en contra de ninguna forma digo eso. Solamente digo que las costumbres del pasado no queremos renunciar, porque son nuestras, por el contrario las conservamos. Lagunas, montes, ríos y riachuelos: ya no hay lugar libre para los indígenas que siguen las costumbres de antes.
    Los sembrados se tienden por todas parte en los campos grandes, en las lagunas, en los montes,
    como tela de araña tendida de noche, que no deja salir libres los insectos nocturnos.
    Desgraciadamente, los blancos hasta las frutas del monte le prohibieron al aborigen. Por eso nosotros, los nuevos, estamos tratando de trabajar únicamente la tierra, debemos ser agricultores y crear fuentes de trabajo, porque tenemos familias. Tenemos que manejar nosotros, sin ser ocupados los indios por los blancos, ya que se aprovechan de nosotros.
    No basta con la poca tierra que tenemos ahora con título de propiedad, sino que nos vamos organizando mejor, más fuerte en nuestra comisión.
    Como dice el hermano Ignacio Silva:"Hemos empezado a caminar, mejor dicho, a trazar un camino quizá un poco diferente al del pasado. Este camino es la Organización que para nosotros es algo nuevo, diferente a la organización que tenían los antiguos"

    Tomado de "Memorias del Gran Chaco", Edición EIM, Rcia. 1998

    Los wichí somos flor de la tierra.

    La verdad que somos parte de la tierra. Vivimos aquí desde el principio. Cuando Dios hizo el mundo nos puso a vivir en esta tierra. Nos enseñó como vivir aquí. Somos nacidos de la tierra como los árboles. La tierra nos pertenece porque nosotros pertenecemos a la tierra.
    Como decimos, el río es nuestro padre y la tierra nuestra madre El río nos ayuda, nos convida pescado, la tierra nos cuida, nos alimenta. Necesitamos el río y la tierra porque son como nuestros padres.
    Si no tenemos el título de propiedad de nuestra tierra, no tendremos quien nos dé de comer. Somos fieles a nuestra tierra y a nuestro río. No podemos abandonarlos ni entregárselos a otros, igual que los hijos no pueden separarse de los padres.
    De ninguna manera aceptamos subdivisiones o parcelas porque vivimos como una sola comunidad de la naturaleza. Somos agricultores, pescadores, cazadores, recolectores y artesanos. Necesitamos un espacio extenso, no solamente para cultivar la tierra, sino también para sacar del monte tanto nuestros alimentos, frutas, miel y animales silvestres, como los elementos vegetales que utilizamos para las artesanías y para nuestro uso doméstico.
    Como decimos acarca de nuetro pedido de tierra: "Cuando una charata canta, todas las charatas hacen coro. Como una sola comunidad pedimos a nuestro gobierno, un solo título comunitario para toda la tierra que precisamos".

  • CONCLUSIÓN.

  • CONCLUSIÓN

    "Hubo un tiempo en el que todo era bueno. Un tiempo feliz en el que nuestro dioses velaban por nosotros.

    No había enfermedades entonces, no había pecado entonces, no había dolores de huesos. No había fiebres, no había viruela, no había ardor de pecho. No había enflaquecimientos. Sanos vivíamos.

    Nuestros cuerpos estaban entonces rectamente erguidos. Pero ese tiempo acabo, desde que ellos llegaron con su odio pestilentes y su nuevo dios y sus horrorosos perros de caza, sus sanguinarios perros de guerra de ojos extrañamente amarillos. Sus perros asesinos.

    Bajaron de sus barcos de hierro: sus cuerpos envueltos por todas partes y sus caras blancas y sus cabellos amarillos y la ambición y el engaño y la traición y nuestro dolor de siglos reflejados en sus ojos inquietos, nada quedo en pie, todo lo quemaron, todo lo arrasaron, lo aplastaron, lo torturaron, lo mataron. Cincuenta y seis millones de los nuestros cincuenta y seis millones de hermanos indios esperan desde su oscura muerte, desde su espantoso genocidio, que la pequeña luz que aun arde como ejemplo de lo que fueron algunas de las mas grandes culturas del mundo, que se propague y arda en una llama enorme y alumbre por fin nuestra verdadera identidad, y de ser así que se sepa la verdad, la terrible verdad de cómo mataron y esclavizaron a un continente entero para saquear el oro, la plata y la tierra. De cómo nos quitaron hasta las lenguas, el idioma y cambiaron nuestros dioses atemorizándonos con terribles castigos, como si pudiera haber castigo mayor, que el de haberlos confundido con nuestros propios dioses y dejarlos que entraran en nuestras casas y templos y valles y montañas.

    Pero no nos han vencido, hoy, al igual que ayer todavía peleamos por nuestra propia identidad."

    Antes de la invasión, el continente americano era habitado por seres humanos iguales unos a otros a pesar de las castas sociales. A estas personas que habitaron miles de años estas tierras, sin tener ningún tipo de contacto con el hombre blanco en todo este tiempo (salvo tal vez algunas incursiones vikingas en Norteamérica) se los conoce como aborígenes.

    Ahora bien, si previamente a la conquista existieron seres humanos capaces de organizarse en ciudades-estados teocráticos y crear calendarios y alfabetos, no se explica la concepción del aborigen acuñada por los europeos; sino a través de una óptica religiosa intolerante, en conjunto con el verdadero móvil de la invasión, que no fue otro que la ambición, convirtiéndose el primero en justificación del segundo.

    Es así como el conquistador, al expandir por América su verdadera y absoluta religión, junto con sus sistemas cuasifeudales y esclavizantes, impulsado por la codicia desmoralizada de la cual está impregnada la invasión de América, produce una transmutación en el aborigen, cuyo resultado es el indio, un ser inferior e infrahumano.

    En esta metamorfosis sufrida por el ser autóctono americano, tuvieron gran relevancia las masacres y las enfermedades que diezmaron la población, además de las creencias religiosas que los inducía a una vida pacífica y resignada.

    Pero el invasor no se conformó con degradar al aborigen a un plano casi animal , sino que su exacerbado etnocentrismo lo llevó también a envilecer la cultural autóctona por medio del etnocidio y la deculturación.

    Hoy, 500 años después, el indio es conciente de lo que le ocurre a sí mismo y a sus hermanos en toda América; se da cuenta del lugar que ocupa en la sociedad occidental y del concepto de sí mismo que esta cultura etnocéntrica le impone. Él conoce de discriminación, violencia y miseria más que nadie; sabe del peso de creerse inferior.

    Pero es en la actualidad cuando comienza a reencontrarse con sus raíces, comienza a rechazar la universalidad de la historia europea para creer en la propia, callada por varios siglos. Es precisamente en ésta, junto con la cotidianidad de sus costumbres y la repetición de sus ritos ancestrales, en donde reside la base de la nueva identidad india. Ésta, ya no será de pseudoinferioridad, sino que se basará en una escala de valores propia de su cultura, que es la continuación de la aborigen previa a la invasión.

    Finalmente, el europeo transforma al aborigen (un ser humano pensante, racional, con un patrón cultural propio) en un ente casi animal, sin capacidad de pensar y gobernado por instintos viles, que no es otro que el indio. Esta concepción, que tilda a los pueblos americanos autóctonos de inferiores, perduró casi cinco siglos en la mente de todos los pueblos, y es en la actualidad cuando el indio se reconoce como igual, ve en su historia una continuidad que no ha sido interrumpida por la invasión y gracias a eso, es que puede rescatar parte de su antigua identidad cultural para conformar la nueva.




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    Enviado por:Fernandes Carola
    Idioma: castellano
    País: Argentina

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