Introducción

Nuestro trabajo consiste en el descubrimiento y conquista de territorios en el “Nuevo Mundo”, de parte de la Corona Española en diversos puntos nuestro Continente, pero además iremos más allá de sólo saber acerca de ello, porque también investigaremos los orígenes y el porqué de estas conquistas, e indirectamente, veremos en este trabajo, un paralelo entre la realidad que tenían los europeos y la realidad de los indígenas americanos, de los cuales algunos de ellos dieron su brazo a torcer hasta cuando los españoles realmente embistieran en contra de su gran resistencia después de mucho tiempo...

Antecedentes Teóricos

Lexicológicamente, y dándole un contexto histórico, la palabra descubrimiento, significa: “Efecto de hallar algo que estaba ignorado o escondido”. Y la palabra conquista, significa: “Efecto de adquirir a fuerza de armas (un reino, provincia, ciudad, etc)”.

Antecedentes Históricos

Los descubrimientos de territorios, se han presentado en su mayoría en tiempos remotos. Desde la prehistoria, el hombre ha tenido esa necesidad de expandirse de tener poder, de dominar tierras y gentes... aunque en este tiempo, esa forma de pensar no está en su estado de maduración máxima, ya que debemos recordar que el hombre prehistórico, era nómade, y su objetivo principal era buscar un lugar con buenos alimentos, y con agua. Más adelante, los hombres empezaron a unirse en pequeñas aldeas, de las cuales algunas crecieron de manera sorprendente, dando paso a las antiguas civilizaciones, de las cuales destacan los egipcios, los griegos, los romanos, etc.

El deseo de expandirse por parte del hombre, comienza aquí, en la época antigua, donde pueblos como el Imperio Romano dominan a prácticamente todas las costas del mar Mediterráneo.

En la Edad Media, este deseo se ve reflejado en las invasiones que se hacían unos territorios a otros, pero esto fue creciendo en la época moderna, donde se descubre el continente americano y es disputado por las coronas más importantes de Europa (España, Portugal, Francia, Inglaterra).

Más tarde, cuando varias naciones americanas de independizan, nace el Imperialismo, donde Inglaterra y Francia son los pioneros y principales contrincantes en este proceso.

Después de 2 guerras mundiales, las potencias mundiales, perdieron gran parte de sus posesiones, dando paso, a la independencia de muchos países africanos y en parte asiáticos.

Actualmente, somos una “aldea mundial”, donde todos estamos comunicados, las distancias son tan cortas que prácticamente no existen; y es por eso que el descubrir territorios y conquistarlos es algo inexistente, una fantasía que sólo se pudo llevar a cabo en el pasado, cuando el hombre occidental, a penas conocía una ínfima parte del mundo que actualmente conocemos.

Objetivos

Con esta investigación se pretende profundizar los conocimientos ya sabidos en cursos anteriores acerca del descubrimiento y conquista de América y la causa que lo originó y nos llevó a estar como actualmente estamos.

Preguntas Planteadas

Los viajes menores corresponden al conjunto de exploraciones y descubrimientos, los cuales son autorizados por los Reyes Católicos y efectuados por seguidores de Colón, movidos principalmente por las empresas que él mandaba.

El objetivo de estos viajes era, fundamentalmente, el comercio de perlas u oro con los indios.

Un hidalgo y navegante portugués llamado Hernando de Magallanes, actuó varios años en empresas lusitanas en el extremo oriente. Después cayó en desgracia con su Rey, don Manuel el Afortunado. Esto lo llevó a trasladarse a España y ofrecer sus servicios a Carlos I. Su propuesta era llegar a las islas de las Especias por una ruta occidental de jurisdicción española, a través de un paso o estrecho por el sur de Sudamérica, evitando así entrar en los dominios portugueses. Aprobado el proyecto, se firmó una capitulación el 22 de marzo de 1518 en Valladolid, por la que se nombró a Magallanes capitán general de la Armada y gobernador de todas las tierras que encontrara.

El 10 de agosto de 1519 Magallanes partió de Sevilla hacia la Especiería con cinco naves: la Trinidad, nave capitana; la Concepción, con Juan Sebastián Elcano como contramaestre; la San Antonio, la Santiago y la Victoria, que fue la única que regresó a España, y unos 250 hombres, entre los que figuraba Antonio de Pigafetta, cronista del viaje. Durante más de un mes permanecieron en el puerto de Sanlúcar de Barrameda, y por fin el 20 de septiembre de 1519 Magallanes puso rumbo a Sudamérica. Tras aprovisionarse en el archipiélago de las islas Canarias, y luego de entrar en la bahía de Río de Janeiro y explorar el estuario del Plata, el 31 de marzo de 1520 llegaron a la bahía de San Julián, donde invernaron cerca de cinco meses. Allí Magallanes hubo de sofocar un motín y perder dos naves: la Santiago en labores de exploración y la San Antonio que desertó.

Iniciada la navegación, el 21 de octubre entraron en el deseado estrecho, al que Magallanes llamó de Todos los Santos, y salieron al océano Pacífico el 28 de noviembre. Ascendieron por la costa chilena hasta colocarse sobre los 32º de latitud S, desde donde viraron hacia el Oeste y penetraron en el océano Pacífico. Durante tres meses navegaron sin provisiones frescas ni agua y con la tripulación padeciendo escorbuto, hasta que el 24 de enero de 1521 llegaron a las islas Marianas, que llamaron de los Ladrones, donde se aprovisionaron. Luego alcanzaron las islas Visayas (16 de marzo) que llamaron de San Lázaro, situadas en el centro del archipiélago de las más tarde conocidas como islas Filipinas. En la isla de Cebú, Magallanes estableció la primera alianza española, pero al morir durante un combate con los indígenas liderados por el cacique Lapu-Lapu en la isla de Mactán, el 27 de abril, no pudo completar la hazaña de dar la primera vuelta al mundo. La expedición se dirigió a las Molucas y tras quedarse con una sola nave, la Victoria, al mando de Elcano, llegó a España el 6 de septiembre de 1522, con 18 supervivientes y cargada de especias.

Hernán Cortés (1485-1547), conquistador español de México. Nacido en Medellín (Badajoz), tuvo por padres a Martín Cortés y a Catalina Pizarro, emparentada ésta con la familia del mismo apellido, avecindada en Trujillo (Cáceres). Se dice que por algún tiempo fue estudiante en la Universidad de Salamanca. De hecho, Cortés se preciaba de su conocimiento del latín, los romances y la historia, lo que le permitió expresarse con soltura y atildado estilo en sus varios escritos y de modo particular en sus Cartas de relación. Liado en aventuras amorosas, interrumpió sus estudios, si bien poco después aprendió el oficio de escribano en Valladolid.

El 8 de noviembre de 1519, después de atravesar los volcanes, Cortés y su gente hicieron su primera entrada en Tenochtitlán, llegando por la calzada de Iztapalapa que unía por el sur a la ciudad con la ribera del lago. Alojados en los palacios reales, pudieron percatarse de la grandeza y poderío de la ciudad. Moctezuma, que los recibió como huéspedes, pronto se convirtió en su prisionero. En mayo de 1520, llegó Pánfilo de Narváez a la región de Zempoala, enviado por el gobernador de Cuba para deponer y hacer preso a Cortés. En tanto que Cortés había estado fuera, Pedro de Alvarado acometió súbitamente a los aztecas durante la gran fiesta de Tóxcatl, en honor de su dios Huitzilopochtli. Los textos indígenas que hablan de ese episodio son en verdad dramáticos.

Al regresar Cortés a la ciudad, y encontrarla muy agitada, consideró que lo mejor era salir de ella a ocultas. La noche del 30 de junio de ese año, Cortés y sus hombres, con gran sigilo, abandonaron la ciudad. Los aztecas, que dieron la voz de alarma, los acometieron con furia. Para ello, Cortés concentró a más de 80.000 tlaxcaltecas y reforzó sus propias tropas con la llegada de otras varias expediciones a Veracruz. Desde finales de abril de ese mismo año, había botado al agua trece bergantines que jugaron un papel muy importante en el asedio de la isla, donde se erigía la ciudad que habría de pasar a ser conocida como México.

Las crónicas indígenas hablan de la elección del señor Cuitláhuac como sucesor de Moctezuma y de la epidemia de viruelas en la que murieron él y otros muchos. También describen con pormenor la nueva elección y actuaciones del joven príncipe Cuauhtémoc. Unos y otros, los cronistas españoles e indígenas, refieren luego lo que fueron el asedio y la resistencia indígena a lo largo de casi ochenta días de sitio. El 13 de agosto de 1521, cayó la ciudad de México-Tenochtitlán en manos de Hernán Cortés, quien aprisionó al joven Cuauhtémoc. Cortés se establece entonces en Coyoacán, en tanto que se procedía a la reconstrucción de la ciudad de México, concebida con nueva planta al modo renacentista. Su mujer, Catalina Juárez Marcaida, llegó procedente de Cuba y unos meses después falleció misteriosamente en Coyoacán. En agosto del mismo 1523, desembarcan los tres franciscanos flamencos, Pedro de Gante, Juan de Tecto y Juan de Ayora. Enterado Cortés de que Cristóbal de Olid, enviado suyo a la región de las Hibueras, se había rebelado, dispuso entonces una expedición para someterlo. Abandonó Cortés la ciudad de México en 1524, dejándola al cargo de varios oficiales reales, los cuales, además de reñir entre sí, cometieron numerosos atropellos. Cortés, tras una expedición llena de sinsabores e inútil, porque, al llegar a las Hibueras ya había muerto Cristóbal de Olid, regresó a la ciudad de México hacia mediados de 1526.

Casi simultáneamente, recibió una orden de Carlos V para que enviara una armada hacia las Molucas en auxilio de las que, zarpando desde España, habían llegado a esas islas. Coincidió todo esto con la venida del juez Luis Ponce de León para tomar juicio de residencia a Cortés. Muerto aquél poco tiempo después, se hizo cargo del juicio Marcos de Aguilar. Cortés, que tenía ya en construcción varias embarcaciones, despachó tres con rumbo a las Molucas y a las órdenes de Álvaro de Saavedra Cerón, su primo, para auxiliar a la armada de fray García Jofré de Loaisa.

En 1529, aproximadamente, los españoles se dan cuenta que el “chisme” que los indígenas comentaban de que el imperio Inca poseía muchas riquezas, era verdad; el Rey, Carlos I, mandó a Francisco de Pizarro a conquistar los territorios que pertenecían al imperio Inca, con dos personas más, los cuales fueron sus socios, (Diego de Almagro y el sacerdote Diego de Luque), y un basto ejército de hombres.

Moctezuma, (1480-1520), fue un soberano del Imperio azteca de México que sucedió a Ahuizotl (1486-1502). Su reinado (1502-1520) estuvo marcado por guerras constantes y sus tendencias despóticas causaron gran inestabilidad y descontento. Consiguió el mayor auge de su reino, aumentó la recaudación de los tributos entre los señoríos vasallos y extendió el comercio y el intercambio de productos con los demás países de la región. Gobernaba en la época en que se produjo la conquista española. Cuando el conquistador español Hernán Cortés llegó a México en 1519, Moctezuma, dominado por una gran superstición, creyó que era el rey dios azteca Quetzalcóatl, por lo que Cortés fue obsequiado con ricos presentes de oro y plata. Más tarde, Cortés, temeroso de que los aztecas pudieran atacar a las tropas españolas, tomó a Moctezuma como rehén. En junio de 1520 los aztecas, cada vez más inquietos bajo el control español, se rebelaron. Cortés pidió a Moctezuma que reprimiera la rebelión, pero el dirigente azteca fue apedreado cuando se dirigía a sus súbditos. Parece ser que murió tres días más tarde. Le sucedió su hermano Cuitláhuac, y 80 días después su sobrino Cuauhtémoc se hizo con el poder, como último soberano azteca.

Los hijos del Sapa-Inca Huaina Cápac, se estaban disputando dicho cargo. Ya que su padre estaba en los últimos días de su vida. Los hermanos (Atahualpa y Huaina Cápac), estaban peleados a muerte, y cada uno de ellos formó ejércitos con personas que estaban del lado de cada uno de ellos, respectivamente.

Cuando Pizarro arrivó a Perú, se encontró con esta gran guerra, la cual fue ganada por Atahualpa. Esto provocó el encarcelamiento de Huaina Cápac.

El Adelantado era una persona particular, que, mediante una capitulación con la Corona, (contrato a través del cual una autoridad, a nombre de la Corona Española, autorizaba a un particular para conquistar y poblar tierras en América), tomaba a su cargo las empresas, obteniendo el título del adelantazgo como uno de los puntos pactados en la capitulación.

Según la legislación de Indias, el adelantado, entre otras cosas, debía fundar, edificar y poblar por lo menos tres ciudades, ser teniente de las fortalezas que hiciera, nombrar regidores y otros oficiales que después confirmaría el rey, tener la jurisdicción civil y criminal en grado de apelación de los tenientes de gobernador y alcaldes ordinarios de las ciudades y villas de su fundación, así como promulgar ordenanzas para la gobernación de la tierra. El adelantado dependía del Consejo de Indias, sin poderse entrometer los virreyes y audiencias, y poseía también facultad para repartir tierras y encomendar indios, gozando de numerosas exenciones y privilegios.

Una gobernación era un territorio que es descubierto, conquistado, mandado y dirigido por la Corona Española, con el fin de delimitar las posesiones que pertenecían al Imperio Español y las que pertenecían la Corona Portuguesa.

Almagro estaba asociado en Panamá, (antiguamente conocida como Tierra Firme) con Francisco de Pizarro y el sacerdote Diego de Luque en una empresa conquistadora que pretendía explorar los territorios correspondientes a Sudamérica.

En conclusión, el papel de Almagro, además de ser un ayudante y uno de los principales contribuyentes de la conquista del Perú, fue uno de los jefes de la expedición, quizás el más importante junto con Francisco de Pizarro.

La inmensa fortuna que correspondió a Almagro por la conquista del Perú le habría permitido vivir como un gran señor en España o concretarse al gobierno de la Nueva Toledo (Actual Ecuador y Perú). Pero prefirió lanzarse a nuevas aventuras y marchar a la conquista de Chile, sobrepasando aún los límites del territorio confiado a su jurisdicción. Sin embargo, le empujaban a Chile diversos motivos. Sus relaciones con Pizarro se habían empeorado debido a que ambos caudillos estimaban que la ciudad de Cuzco quedaba dentro de sus respectivas jurisdicciones. Los indígenas peruanos, deseosos de irse del Perú con Almagro para sublevarse en contra de Pizarro, daban una imagen de Chile, como un territorio de exagerada riqueza. Para Almagro, este comentario emitido por los indígenas, lo hacía ponerse más ambicioso de poseer más bienes para así dejárselos a su hijo Diego.

Gastando grandes sumas de dinero, Almagro pudo equipar una lúcida hueste con más de 500 hombres, entre los cuales venían numerosos hidalgos, miembros de las órdenes militares, juristas y sacerdotes. Además reunió un cuerpo de varios miles de indios auxiliares o yanaconas y cierta cantidad de llamas para el transporte.

La expedición partió desde Cuzco a principios de julio de 1535 y tomó la ruta de la meseta boliviana. Atravesó la altiplanicie del Callao, bordeó el lago Titicaca, después de atravesar varios otros ríos y lagos, y de avanzar a través de serranías desiertas, acampó en Tupiza.

En enero de 1536 prosiguió su marcha, alcanzando hasta Chicoana, al poniente de la actual ciudad argentina de Salta, en tierras de los diaguitas, donde se detuvo en espera del derretimiento de las nieves de los Andes, pero entonces surgió una nueva dificultad, la cual fue el desborde de los ríos, producido por las lluvias torrenciales del verano. En seguida, el cuerpo expedicionario torció rumbo hacia el suroeste, por petición de los indígenas a Almagro, los cuales se mofaban de él haciéndole esa indicación.

El paso de los conquistadores era marcado con toda clase de violencias y crueldades contra las poblaciones indígenas del trayecto, los cuales les hacían bromas de mal gusto, como por ejemplo, esconderles los víveres.

La travesía de la cordillera se hizo por el paso de San Francisco, frente a Copiapó, en marzo de 1536. Allí a una altura de 4.000 metros, los procedimientos fueron extremos, a causa de los terribles calores del día y de los mortíferos fríos de la noche. Murieron 10.000 indios y casi todos los caballos. Se cuenta de un español a quien se le desprendieron los dedos de los pies, sin que lo advirtiera, al quitarse las botas. Bandadas de cóndores y buitres seguían a la expedición para devorar los cadáveres de los indios y de las bestias que iban quedando en la ruta.

Como ya no era posible retroceder y su hueste no se hallaba en condiciones de seguir avanzando, el intrépido Almagro se adelantó con un grupo de sus mejores hombres y bajó al valle de Copiapó por la quebrada de Paipote. Allí recogió algunos víveres entre los indios atacameños y pudo auxiliar con ellos al resto de sus extenuados compañeros, que ya parecían un ejército de espectros.

Almagro mantuvo muy buenas relaciones con los indígenas de Copiapó, pero en los valles siguientes, de Huasco y de Coquimbo, cuyos pobladores se manifestaron hostiles, hubo de hacer sangrientos escarmientos. Más al sur, recibió la sumisión de los indios del valle fértil y cultivado de Aconcagua, cuyo curaca o gobernador en nombre del inca se sometió de buen agrado, oyendo los consejos de un español llamado Gonzalo Calvo de Barrientos, quien después de haber sido castigado por Pizarro con la pérdida de las orejas, había huido del Perú a Chile a ocultar su afrenta... Viendo Almagro, que ya en todo el trayecto recorrido, lo menos que había eran metales preciosos (los indígenas lo engañaron), decidió retornar al Cuzco, donde lo esperaban con una desagradable sorpresa, la cual lo lleva a su posterior muerte en el Perú.

Pedro de Valdivia, (1497-1553), conquistador español, fundador de la

ciudad de Santiago de la Nueva Extremadura, actual Santiago de Chile.

Se cree que nació en el valle de La Serena (Región de Extremadura, España). Alistado muy joven en las tropas reales, participó en las campañas de Flandes en 1521 y en las de Italia desde 1522 hasta 1525, donde sirvió a las órdenes de Próspero Colonna y de Fernando de Ávalos, marqués de Pescara. Se casó en España con Marina Ortiz de Gaete, de linaje hidalgo como él, y en 1535 la abandonó para embarcarse hacia las Indias con destino a Venezuela, a las órdenes de Jerónimo de Alderete, para conquistar dicho territorio.

Luego de finalizar lo ordenado con Alderete, Valdivia es llamado por Francisco de Pizarro para desempeñar el cargo de gobernador en Perú. Allí, se convierte en uno de los colonos más acomodados, ya que además de ser gobernador, poseía minas de plata y tierras. También, Valdivia ayudó a Pizarro a derrocar a Diego de Almagro en la Batalla de las Salinas (1538), (Regreso de Almagro desde Chile a Perú).

Después de la vuelta de Almagro al Perú, nadie quería venir a Chile pues se decía que este país “no daba para comer a cincuenta vecinos”, y que de él se huía la gente “como la pestilencia”.

Como Carlos V autorizó a Pizarro para hacer explorar la Nueva Toledo, Valdivia solicitó de éste la autorización correspondiente.

Para Valdivia, era tanta la ambición en la que se hallaba, que estaba dispuesto a emprender viaje a Chile y conquistar dicho territorio por sus propios medios y los de algunos asociados. Actuaría como teniente de gobernador, por orden de Pizarro.

Conclusión

El haber profundizado estos conocimientos, nos ha ayudado a ver los errores cometidos tanto por los españoles como por los indígenas, y saber que en el fondo, para que haya una verdadera paz y estabilidad en todos los ámbitos, no se necesitan ni violencia ni armas, porque a lo mejor con un diálogo consistente y bien fundamentado se pueden hacer mil veces mejor las cosas, en comparación a como lo hicieron los españoles con los indígenas hace más de 500 años.

Vocabulario

Vocabulario

Provisiones: Reservas

Liar: Envolverse

Glosario

Hidalgo: Noble

Jurista: Abogado

Sapa - Inca: Emperador del Imperio Inca (Hombre Verdadero, en Quechua)

Jurisdicción: Territorio en que se ejerce poder.

Bibliografía

• Francisco Frías Valenzuela, Manual de Historia de Chile, Ed. Nacimiento, 1984, Santiago de Chile

• Ernesto Reyes - Jorge Gutiérrez, Historia y Ciencias Sociales II Medio, Ed. Mc Graw Hill, 2001, Santiago de Chile

• Enrique Azúa Herrera - Javiera González A. - Lucía Valencia Castañeda, Ciencias Sociales I Medio, Ed. Santillana, 2000, Santiago de Chile.

• Gonzalo Vial Correa, Historia de Chile Educación Media, Ed. Santillana, 1994, Santiago de Chile

• Microsoft© Encarta© 2000