Lenguaje, Gramática y Filologías


Creatividad en el idioma español


INDICE

  • Introducción

  • Definición y características específicas

  • Plano teórico

  • Plano práctico

  • Epílogo

  • Bibliografía

INTRODUCCIÓN

En todas las lenguas contemporáneas, y seguramente en las lenguas que ya existen, se dan expresiones populares, cultas o no cultas, que son conocidas por todo el mundo y tienen carácter jocoso. Estas son las llamadas “colocaciones idiomáticas”, o también llamado técnicamente, fraseología.

El estudio de la fraseología, en el sentido amplio del término, constituye un desafío cada vez más atractivo para la lingüística. La razón sea quizá reúne todo lo que en el uso de las lenguas se ha dejado como lo más difícil de explicar desde un plano teórico.

La lingüística especializada en tipología lleva años dedicando sus esfuerzos al mundo de la fraseología, y en este trabajo vamos a descubrir qué es la fraseología.

DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS ESPECIFICAS

Lo cierto es que el concepto de fraseología tiene muchas variaciones, dependiendo del trabajo y la orientación de cada escuela. Podemos decir que dicho concepto puede abarcar desde expresiones fijas (idiomáticas), hasta aquellas combinaciones usuales pero no fijas dentro de la lengua. Otros consideran que la fraseología incluye también proverbios y dichos.

Estas son algunas de las características de los fraseologismos:

  • guardan una evidente relación con el léxico de las lenguas por su condición de “productos prefabricados”, resistentes a la interpretación composicional e irregulares en cuanto a su formación y a su contenido. Tal relación en el caso de las locuciones puede caracterizarse en términos de una pertenencia especial. En el caso de fórmulas y paremias, por su condición de enunciados fraseológicos, la pertenencia es parcial.

  • Esta condición de productos prefabricados e inventariados es, además de gradual (los fraseologismos admiten variación), compatible con el mantenimiento de cierta composicionalidad y literalidad, en un continuo entre los significados idiomático y literal.

  • Es un complejo léxico memorizado; en ellos intervienen de algún modo las memorias a corto plazo, operativa, implícita y explícita. Su condición de complejos memorizados los convierte a menudo en unidades fuertemente literales en la forma, que no admiten traducciones o equivalencias (aunque sí variación). Esta literalidad exige a menudo que el fraseologismo se formule en su misma variedad de habla (Ca uno es ca, uno; naide es más que naide; te voy a dar p'al pelo; estar más p'allá que p'acá) Este es uno de los factores que dificulta tanto la traducción en algunos casos.

  • Aunque es un hecho que la inserción de toda pieza léxica en un contexto determinado supone una restricción de su contenido, lo interesante de los fraseologismos es que dicha restricción ya está incorporada en su interpretación por defecto. No es, por tanto, tan ocasional como la restricción de las unidades léxicas normales.

  • Tal fuerza por defecto culturalmente dependiente implica un acto de habla enriquecido con otras informaciones contextuales, fundamentales para su uso adecuado y apropiado.

  • Dos son las condiciones necesarias y suficientes, pero graduales, de los fraseologismos: ser una unidad poliléxica y poseer un carácter idiosincrásico, lo que supone privilegiar sobre los habituales rasgos identificativos de los fraseologismos la fijación y la idiomaticidad.

Todo lo demás (estabilidad, frecuencia, no composicionalidad o institucionalización) se explican como causas o/y efectos de ellos.

  • Ambas condiciones necesarias y suficientes(unidad poliléxica y carácter idiosincrásico) son posibles separadamente, sobre todo, en fórmulas monoléxicas (adiós, hola, chao), metáforas cotidianas (la encerrona) o construcciones con un verbo de apoyo (ir para atrás como los cangrejos).

PLANO TEORICO

El primer hecho al que se remiten los lingüistas y los lexicólogos en el hacer notable la diferencia entre colocación (a partir de ahora COL) y locución idiomática (LOC), ya que la colocación tiene menor grado de fijación que las locuciones. Por ejemplo, error garrafal admite inversión sintáctica (garrafal error), plural (errores garrafales), sustitución léxica de un componente (error fatídico / imperdonable). En cambio la locución idiomática estirar la pata no permite ni sustitución, ni cambios morfológicos, ni conversión pasiva.

• Desde el punto de vista semántico, las LOC presentan el prototipo de idiomaticidad, mientras que las COL se sitúan en la periferia, por sólo ser parcialmente composicionales, ya que sus componentes no pierden su autonomía e incluso mantienen dependencias y jerarquías.

• Desde el punto de vista semántico, los lexicólogos afirman que cada uno de estos tipos de fraseologismos están colocados dentro de “esferas” fraseológicas distintas, porque en la colocación hay un componente que selecciona al otro, y ello siguiendo la norma y no el sistema, mientras que en la locución el sistema de la lengua es el que determina la selección de la unión fraseológica entera.

• Las LOC y las COL se caracterizan también por su naturaleza hiperbólica (cantar como una almeja, llover a cántaros, caer chuzos de punta). Las comparaciones estereotipadas también cumplen una función magnificadora, ocupando incluso los puestos máximos de la escala hiperbólica:

COL rematadamente tonto < LOC tonto del haba

El elemento hiperbólico no es por tanto exclusivo de ninguna categoría fraseológica. De hecho, este efecto retórico también se puede lograr con una comparación libre (es el tío más tonto que jamás ha pisado la facultad).

• En el plano formal, encontramos diversos tipos de unidades fraseológicas, que de mayor a menor fijación son:

  • locuciones y palabras compuestas

  • fórmulas

  • colocaciones

  • combinaciones libres

También distinguimos entre dos clases de comparaciones estereotipadas:

  • comparaciones explícitas: son menos idiomáticas que las colocaciones porque sus dos componentes son literales y sólo el nexo comparativo es figurado.

  • comparaciones implícitas: (salud de hierro, fiebre de caballo) el grado de idiomaticidad es mucho mayor, y sólo el comparado conserva su significado literal.

Por tanto, la escala nos quedaría de la siguiente manera:

  • LOC

  • Fórmulas

  • COL

  • Comparaciones estereotipadas implícitas

  • Comparaciones estereotipadas explícitas

  • Compuestos y combinaciones libres

PLANO PRACTICO

En este apartado nos dedicaremos a poner ejemplos de las colocaciones idiomáticas más comunes en nuestro idioma, clasificadas en distintos grupos:

  • Formas explícitamente comparativas (N <COMP> SN) (V <COMP> SN)

  • El español emplea sobre todo nexos comparativos de superioridad o inferioridad, (más viejo que Matusalén) mientras que en otros muchos idiomas se emplea mucho más el comparativo de igualdad. En español también se emplea, pero en escasas ocasiones (más sordo que una tapia)

    Para designar de modo magnificado, por ejemplo, la excesiva displicencia de un individuo, el español parte de esa cualidad, selecciona un prototípico de la misma, y además le atribuye al sujeto un grado superior (tener más malafollá que el afilaor del pie de la torre equivaldría a ser muy antipático). También se destaca en este tipo de comparaciones que el español no utiliza la ironía en ningún caso, aunque en el lenguaje coloquial sea una práctica usual. Aquí, lejos de la ironía, mantiene la hipérbole, cambiando simplemente el comparativo de superioridad por el de inferioridad (menos X que) o bien por la forma negativa (no ser más X que). Nada impide al español decantarse por la ironía (quedar igual de bien que a un Cristo dos pistolas); simplemente que no se ha generalizado su uso.

    También puede ocurrir que tanto el comparado como el comparando sean verbos (V <COMP> V) : miente más que habla. No obstante, las comparaciones verbo-nominales las superan ampliamente en número y en frecuencia de uso (V <COMP> SN): mentir más que un sacamuelas.

  • Formas implícitamente comparativas (N <DE> N)

  • El nexo “de” aparece con un significado elíptico en esta estructura, metonimia gramaticalizada que convierte la comparación en aparentes atributos del comparado (orejas de soplillo, sol de justicia, salud de hierro, cinturita de avispa, lágrimas de cocodrilo). Esta diferencia es la que tradicionalmente distinguía el símil (hambriento como un lobo) de la metáfora propiamente dicha (hambre de lobo)

  • El físico

  • Más bonito que un San Luis / un sol / un lucero

    Más linda que una flor

    Más feo que un feto / el hambre / el sargento de Utrera / un tiro de mierda en un escaparate / una excomunión / Picio / pegarle a Cristo / pegarle a un padre

    Más gordo que un buey / una ballena / un buñuelo / un tonel

    Más delgado que un alambre

    Más flaco que un arenque / un fideo / una escoba / un perro viejo

    Más seco que la mojama / que el ojo de un tuerto

    Más chupado que la pipa de un indio

    Con más arrugas que una pasa

    Sudar como un pollo

  • El intelecto

  • Más listo que el hambre / los ratones colorados

    Más astuto que un zorro / un lince / un conejo / un demonio

    Más tonto que Abundio / un alcornoque / el que asó la manteca / el que afeita bombillas

    Tener menos cerebro que un mosquito

    Más soberbio que un Obispo

  • El estado de ánimo

  • Más alegre que un ruiseñor / unas castañuelas / un sonajero

    Más contento que un niño con zapatos nuevos / unas pascuas / un tonto con un lápiz

    Divertirse como un enano

    Más a gusto que un marrano en una charca

    Más feliz que un regaliz / un pez en el agua

    Reír como un bendito / un loco / un poseso / un descosido

    Más triste que en un entierro

    Andar como alma en pena / como las ánimas en el purgatorio

    Llorar como una Magdalena / una Macarena / un niño

  • El alcoholismo

  • Beber como un animal / un bruto / una bestia / una esponja

    Chupar más que un mosquito / una sanguijuela

    Ponerse como un marrano / como el tomillo / un pellejo

    Llevar una tajada como un piano / una mierda descomunal

    Andar como una peonza

  • La ética

  • Más malo que una víbora / un dolor / la peste / la tiña / la quina / pegarle a un padre / Caín / Barrabás / la piel del diablo

    Tener el corazón de piedra / más paciencia que Job

    Más puta que las gallinas / la Charo

    Más falso que Judas

    *Naturalmente, en cada país sus colocaciones idiomáticas son diferentes, debido a que, entre otras cosas, aluden a hechos propios de cada país, personajes históricos o literarios, topónimos, elementos folclóricos, etc... (tener más orgullo que Don Rodrigo en la horca, no se tomó Zamora en una hora, ser más agarrado que un chotis). Aún así, en casi todos los países se comparten algunas alusiones a personajes bíblicos o grecorromanos (con más años que Matusalén, hermoso como un Adonis).

    EPILOGO

    Estos símiles que hemos observado, o quizá incluso aprendido, tienen un dudoso origen. Lo que hoy es una comparación estereotipada tuvo que ser alguna vez un símil retórico, propio de un acto de habla individual con función lúdico-estética, cosa que a veces persiste en las fraseologías o en la permanente producción de nuevas unidades. La creación de nuevos símiles más o menos ingeniosos, jocosos o poéticos es algo que sigue vivo; lo podemos apreciar en géneros populares como la copla, la adivinanza, en los adornos que los cómicos añaden a sus chistes, en los diálogos de las series de televisión costumbristas... Estas nuevas “fuentes” mezclan las tradicionales colocaciones idiomáticas con creaciones anónimas de dudoso origen: más feliz que un ocupa en la casa de la pradera, menos romántico que un bocata de mortadela, dar más vueltas que el cobrador de un tiovivo, más perdido que un hijo de puta el día del padre, más cortado que la toalla de Freddy Kruger...

    También refleja esta afición de la sociedad actual por la hipérbole y la ironía las series actuales de la televisión española:

    • te mueves más que la compresa de una coja (7 vidas)

    • esto es más aburrido que un domingo sin fútbol (Aída)

    • estaba más desordenada que Zara Taras (Homo zapping)

    Incluso lo encontramos en la literatura de consumo, como en las novelas policíacas de Frédéric Dard, cuyos personajes suelen usar (y abusar) de la comparación:

    ! era tan puta como para hacer divorciarse a un cura recién casado

    ! tenía una boca tan sensual que los tubos de pintalabios salían espontáneamente de su funda

    ! a algunos les avergüenza tanto pedir dinero que no se atreven a devolverlo.

    Este “cachondeo metalingüístico” no tuvo por qué ser menor en quienes crearon expresiones hoy integradas en el acervo colectivo, tales como durar menos que un caramelo en la puerta de un colegio, más liado que la pata de un romano, más peligro que un mono con dos pistolas...

    Luego, cada expresión sigue su curso, cada una tiene su historia; la norma las consagra y la lengua acaba por adoptar las que le son más útiles.

    BIBLIOGRAFÍA

    www.periodistadigital.com

    www.telecinco.es

    www.evene.fr/celebre/biographie/frederic-dard

    AYALA, HENRI: la hipérbole popular: los más y los menos (1993)

    CORPAS PASTOR, G: manual de fraseología española. (1996, Madrid, Gredos)

    LOZANO, K: colocaciones léxicas en el español actual: estudio formal y léxico-semántico (2001, Madrid)

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    Enviado por:BDavis
    Idioma: castellano
    País: España

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