Ecología y Medio Ambiente


Contaminación ecológica


1.- CONTAMINACIÓN DE LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS

Para ver la importancia de las aguas subterráneas basta saber que al menos un 40% de los habitantes de España se abastecen con esta agua. En el caso de municipios o núcleos de población, la mayoría son abastecidos con aguas subterráneas.

1.1.- La calidad de las aguas subterráneas para el abastecimiento humano

El Real Decreto 1.423/1982, (Boletín Oficial del Estado número 154 del 29 de junio de 1982) detalla todas estas características, en la “REGLAMENTACIÓN TECNICO-SANITARIA PARA EL ABASTECIMIENTO Y CONTROL DE LA CALIDAD DE LAS AGUAS POTABLES DE CONSUMO PÚBLICO”. De su articulo cabe citar:

1.1.1.- Algunos caracteres de las aguas potables

(artículos 3.1, 3.2 y 3.3)

PARÁMETROS

ORIENTADORES DE CALIDAD

TOLERABLES

Olor y sabor

Estarán desprovistas de olores y sabores extraños a las características propias de las aguas

Se tolerará un ligero olor y/o sabor característico de los tratamientos empleados o de su procedencia natural

Color (en Pt-Co)

Hasta 1 mg/l

Hasta 20 mg/l

Turbidez (en U.N.F.)

Hasta 1 U.N.F.

Hasta 6 U.N.F.

pH

De 7 a 8

De 6.5 a 9.5

Cloruros (en Cl-)

Hasta 25 mg/l

Hasta 350 mg/l

Sulfatos (en SO =)

Hasta 25 mg/l

Hasta 400 mg/l

Calcio (en Ca++)

Hasta 100 mg/l

Hasta 200 mg/l

Magnesio (en Mg++)

Hasta 30 mg/l

Hasta 50 mg/l

Aluminio (en Al+++)

Hasta 0.05 mg/l

Hasta 0.2 mg/l

Residuo seco a 110º C

Hasta 750 mg/l

Hasta 1500 mg/l

Nitratos (en NO -)

Hasta 25 mg/l

Hasta 50 mg/l

Nitritos (en NO -)

Ausencia

Hasta 0.1 mg/l

Amoniaco (en NH +)

Hasta 0.05 mg/l

Hasta 0.5 mg/l

Caracteres orientativos de la calidad son los correspondientes a una calidad deseable en el agua potable. Caracteres tolerables corresponden a las concentraciones máximas aceptables para los distintos parámetros en el agua potable.

1.2.- La contaminación de las aguas subterráneas

La contaminación de las aguas subterráneas es la alteración de su calidad natural, derivada de actividades humanas, que la hace total o parcialmente inadecuada para el fin a que se destinaba. El hombre puede provocar esta contaminación consciente o inconscientemente de muy diversas maneras.

La degradación puede consistir en un aumento de las sustancias que van disueltas en el agua, en la presencia de microorganismos indeseables, o en ambas cosas a la vez. Generalmente estos hechos ocurren como consecuencia del vertido en la superficie o dentro del terreno, de residuos líquidos o sólidos que provienen de las distintas actividades humanas, ya sean, agrícolas, industriales, urbanas o domésticas.

En las zonas costeras, con frecuencia se da el fenómeno de la intrusión marina, una extracción excesiva en un sondeo, provoca la penetración hacia el interior del terreno del agua de mar y consiguiente salinización (aumento de sales disueltas) del agua subterránea.

Cabe señalar que la Naturaleza aporta una cobertura protectora, de importancia variable según los casos. Así, en los terrenos detríticos ocurren fenómenos que proporcionan una depuración más o menos efectiva. Al infiltrarse, el agua se e liberada de las sustancias que arrastraba en suspensión y que quedan retenidas en la capa superficial del terreno. A lo largo de su recorrido por el terreno, distintos tipos de contaminantes van siendo transformados, pudiendo desaparecer. Al llegar a la zona saturada tiene lugar una disolución con las aguas que allí encuentra. Finalmente, al desplazarse con las aguas subterráneas, el resto de contaminación continua siendo progresiva amortiguada.

Sin embargo, esta “autodepuración” depende de numerosos factores, siendo muy variable de unos a otros sitios. Por tanto no interesa a priori confiar en ella, a no ser que se hayan realizado previamente los estudios técnicos necesarios.

1.3.- Contaminación urbana

La contaminación de las aguas subterráneas debida a las actividades urbanas, es consecuencia de la inadecuada evacuación y/o evacuación de los residuos producidos por la población.

  • Los residuos sólidos urbanos, basuras, generalmente son recogidos y evacuados sobre un terreno. Al caer el agua de lluvia sobre ellos forma un residuo liquido (lixiviado), cargado de contaminantes, que se infiltra.

  • Las aguas residuales urbanas son producidas en pueblos y ciudades por las operaciones domésticas (lavado, eliminación de excretas, etc.), comerciantes, de servicios (lavado de calles, escorrentía urbana, etc.) e industriales dentro de la ciudad. Esta agua a veces son vertidas en instalaciones individuales tipo pozos negros, fosas sépticas, etc. Si dichas instalaciones no están bien realizadas, constituyen un riesgo de contaminación. Un caso extremo, reside en la utilización de pozos abandonados como lugar de vertido.

  • Otra causa de la posible contaminación son los cementerios, debido a que su emplazamiento, por razones sanitarias ha de realizarse sobre terrenos permeables. Esto obliga a llevar a cabo un estudio previo antes de situar el cementerio de nueva construcción con el fin de no contaminar las aguas subterráneas.

1.4.- Contaminación industrial

Los vertidos industriales se caracterizan por contener una gran variedad de sustancias químicas, orgánicas e inorgánicas, susceptibles de convertirse en contaminantes. Las sustancias inorgánicas más peligrosas que pueden contaminar las aguas subterráneas son los metales pesados, debido a que son tóxicos incluso en concentraciones muy bajas, y por tanto tienen graves efectos sobre la vida vegetal, animal y, lógicamente, sobre el organismo humano.

La mayoría de las contaminaciones procede de:

  • Las aguas residuales que, con tratamiento previo o sin él, son frecuentemente vertidas a un cauce público, directamente sobre terreno vulnerable, o incluso a un pozo de inyección.

  • Los vertidos de residuos sólidos que son realizados sobre un terreno permeable, con un poder depurador natural insuficiente.

  • El almacenamiento de las materias primas, líquidas o sólidas, que en ocasiones es origen de una contaminación muy similar a la producida por los rezumes o lixiviados de los residuos sólidos.

  • El transporte de sustancias contaminantes, especialmente tóxicas, cuando se produce un accidente con derrames, en zonas donde el suelo no sea suficientemente protector.

  • Las fugas de tanques de almacenamiento y conducciones por tubería, que pueden ser importantes con el tiempo.

La reglamentación actual, marca un límite para los componentes tóxicos en el agua utilizada para abastecimiento urbano. Entre ellos cabe destacar:

- arsénico, hasta 50 microgramos por litro de agua.

- cianuros, hasta 50 microgramos por litro de agua.

- mercurio, hasta 1 microgramos por litro de agua.

- plomo, hasta 50 microgramos por litro de agua.

- hidrocarburos aromáticos policíclicos, hasta 0.2 microgramos por litro de agua.

1.5.- Contaminación agrícola

La acción del hombre a través de las actividades agrícolas y ganaderas puede contribuir a la contaminación de las aguas subterráneas al introducir elementos extraños, tales como cantidades en exceso de abonos sintéticos o de pesticidas. A grandes rasgos, y a diferencia de los anteriores, este tipo de contaminación no suele presentar una peligrosidad aguda, salvo casos excepcionales. Sin embargo, sus efectos se extienden sobre amplias zonas y en magnitud creciente.

  • Los abonos sintéticos, son compuestos químicos de nitrógeno, fósforo y potasio, principalmente. Los compuestos de nitrógeno son los más importantes. En los últimos años, en numerosos lugares, su contenido en las aguas subterráneas está aumentando progresivamente, inutilizándolas para su consumo por el hombre frecuente.

  • Los pesticidas, estos productos incluyen a los fungicidas, herbicidas, insecticidas, fumigantes y rodenticidas. Son todos ellos compuestos químicos orgánicos sintéticos, importantes por su toxicidad y su uso frecuente. Los factores más destacables que intervienen en la contaminación del agua subterránea por pesticidas son los métodos de aplicación y la eliminación de envases

Los pesticidas se aplican en forma líquida o atomizados, o en forma sólida como polvo o gránulos; de esta manera algunos de los pesticidas alcanzan áreas no programadas. Los envases de pesticidas, depositados o enterrados sobre terrenos permeables pueden contaminar las aguas subterráneas.

  • Contaminantes puntuales, en contraste con las anteriores formas de contaminación agrícola diseminada, existen otras que son puntuales, concretadas. Entre ellas se encuentran los excrementos de ganado, en especial los generados en los establos; el almacenamiento de grandes cantidades de fertilizantes naturales orgánicos (estiércol); los restos de recolección; la evacuación de animales muertos, etc.

1.6.- Reglamentación Básica

La Reglamentación Básica en el tema de protección del abastecimiento no marca unas pautas concretas a seguir. Sin embargo, el Reglamento de Sanidad Municipal hace una descripción clara de las competencias de los Ayuntamientos en relación con el agua que suministren para abastecimiento urbano. Cabe citar a este respecto la siguiente legislación:

  • Ley de Aguas de 13 de junio de 1879.

  • Real Decreto de 12 de enero de 1904 de instrucción general de Sanidad Pública.

  • Real Decreto de 9 de febrero de 1925 de Reglamento de Actividades Molestas, Nocivas, Insalubres y Peligrosas.

  • Ley de Aprovechamiento de Residuos sólidos urbanos de 19 de noviembre de 1975.

  • Real Decreto de 18 de junio de 1982 de Reglamentación Técnico-Sanitaria para el abastecimiento y control de calidad de las aguas potables de consumo público.

2.- CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA

2.1.- Lluvia ácida

Las centrales térmicas, la industria, el hogar, el transporte y todas aquellas actividades basadas en la combustión de carburantes fósiles son las que generan óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre y otros productos de oxidación que constituyen la base sobre la que se forma la lluvia ácida.

Una vez en la atmósfera, los óxidos de azufre y nitrógeno sufren un proceso de hidrólisis que los convierte en ácidos nítrico y sulfúrico, los cuales caen luego disueltos en la lluvia, la nieve o la niebla y se depositan sobre las plantas, los lagos, los ríos, los mares y los suelos de lugares en ocasiones muy lejanos a su punto de origen.

2.2.- Problemas de la lluvia ácida en la vida acuática

La lluvia ácida daña la tierra sobre la cae. También tiene un efecto dramático sobre la vida acuática cuando cae directamente en los lagos, que llega hasta ellos deslizándose por las laderas de las montañas o es llevada por los ríos y arroyos. La mayoría de las plantas y animales que viven en lagos limpios y sin contaminar no tolera el agua ácida. Además, también pueden envenenar los lagos sustancias que la lluvia ácida extrae del suelo circundante y arrastra hasta el agua. Los peces de las aguas contaminadas pueden perecer por asfixia debido a la irritación sufrida en sus branquias.

Por todo el mundo existen lagos en los que la vida salvaje ha sido fuertemente dañada ha desaparecido totalmente como resultado de la lluvia ácida. Miles de lagos en Escandinavia, por ejemplo, están muertos. Han recibido tanta lluvia ácida, originada en Gran Bretaña y otros países y transportada hasta allí por los vientos, que casi nada puede sobrevivir en ellos. Desde la década de los treinta y los cuarenta, algunos lagos en Suecia han aumentado hasta mil veces su grado de acidez.

2.3.- Problemas de la lluvia ácida en los árboles y el suelo

La lluvia ácida también puede afectar a los bosques. En muchos países, los árboles están perdiendo sus hojas y otros se están muriendo. Con toda certeza, la lluvia ácida ha sido el principal causante del deterioro de los bosques.

La lluvia ácida somete a los árboles a unas condiciones de vida muy difíciles. Los árboles necesitan un suelo sano para poder vivir. Pero la lluvia ácida daña el suelo, ya que altera las distintas sustancias que lo componen y modifica el delicado equilibrio vegetal. Los árboles que crecen sobre suelo ácido pierden fuerza para resistir adversidades como las heladas y/o las sequías. Cuando los árboles se debilitan por estos motivos, están más expuestos a los ataques de virus, hongos e insectos causantes de plagas forestales.

La lluvia ácida no solo daña el suelo, también puede afectar directamente a los árboles. El dióxido de azufre puede obstruir los diminutos poros de las hojas por los que la planta toma el aire que necesita para sobrevivir.

2.4.- Problemas de la lluvia ácida en los edificios

Cuando la lluvia ácida entra en contacto con los materiales de los edificios, estatuas, pinturas y otros objetos, puede dañarlos e, incluso, destruirlos. Poco a poco los va corroyendo, causándoles con el tiempo graves daños. Los materiales de construcción se desintegran, los metales se corroen, el color de la pintura se deteriora, el cuero se debilita y en la superficie de los cristales se va formando una costra.

En diversas partes del mundo, la lluvia ácida esta dañando edificios de gran importancia histórico-artista. Por ejemplo la piedra de los muros de la catedral de San Pablo, en Londres, se está desmoronando a causa de la lluvia ácida. En Polonia, el oro que cubre el tejado de la catedral de Cracovia se está corroyendo. El Taj Mahal, en la India, está amenazado por el humo y la lluvia ácida que proviene de las refinerías de petróleo. En Roma, la estatua de Marco Aurelio, Obra de Miguel Ángel, ha sido retirada para protegerla de la contaminación. Será difícil reparar los daños que han sufrido estos y muchos más monumentos.

2.5.- Óxidos de nitrógeno

Los óxidos de nitrógeno (NOx) se forman a altas temperaturas en los motores de combustión interna y contribuyen de modo importante a acidificar las tierras y las aguas mediante el fenómeno conocido como lluvia ácida. Los óxidos de nitrógeno proceden de las industrias, los motores de vehículos y las calefacciones.

3.- CONTAMINACIÓN MARINA

3.1.- Introducción

La vieja creencia de que el mar todo lo regenera da paso a la certeza actual de que esta propiedad de las aguas oceánicas se ha saturado y el inmenso vertedero de voces de alarma, siendo los mares los cerrados los más amenazados. Es más, la enorme cantidad de residuos vertidos al mar es fruto de un transporte a larga distancia, merced de la acción de las corrientes marinas, de modo que puede afectar territorios y aguas ajenas a la emisión de los elementos contaminantes. Y los más importantes son los residuos de dragados (especialmente en los puertos y los estuarios), de las graveras, de los áridos, así como de una gran variedad de sustancias tóxicas orgánicas y químicas.

En Japón muchas personas murieron o quedaron inválidas a consecuencia de los vertidos de mercurio al mar durante años por las fábricas de Minimata; se demostraron los efectos contaminantes de múltiples sustancias como el fósforo, los gases sulfurosos, los detergentes o el plomo de gasolina, y se descubrió que el mar no diluía ni neutralizaba las impurezas a la velocidad que se creía.

3.2.- Los vertidos de petróleo (mareas negras)

Por lo que respecta a la contaminación por crudo del mar, ésta se debe a dos causas principales: vertidos deliberados de petróleo, al descargar el agua que rellena los tanques cuando han vaciado el oro negro, la búsqueda de nuevos pozos petrolíferos sujetos a la posibilidad de sufrir problemas y además de los famosos accidentes en los barcos, que provocan la pérdida total o parcial del crudo contenido. Estos últimos son muy preocupantes, puesto que liberan una enorme cantidad sobre un mismo lugar y provocan las mareas negras, con graves consecuencias para la fauna y la flora.

Entre las mayores mareas negras registradas hasta el momento se encuentra la producida por el petrolero Amoco Cádiz frente a las costas francesas en 1978 (1,6 millones de barriles de crudo) y la producida por el pozo petrolífero Ixtoc I en el golfo de México en 1979 (3,3 millones de barriles). El vertido de 240.000 barriles por el petrolero Exxon Valdez en el golfo de Alaska, en marzo de 1989, produjo en una semana una marea negra de 6.700 Km2 . Y los vertidos de petróleo acaecidos en el golfo Pérsico en 1983, durante el conflicto Irán - Irak, y en 1991, durante la Guerra del Golfo, en los que se liberaron hasta 8 millones de barriles de crudo. Y la última gran desgracia petrolífera acaecida el 15 de marzo del 2001 con el hundimiento de la mayor plataforma petrolífera del mundo en aguas del océano Atlántico frente a las costas de Brasil. Todavía sin saber sus consecuencias ecológicas y económicas, además de la muerte de algunos de los trabajadores de dicha plataforma.

3.3.- Tratamiento de mareas negras

Respecto al tratamiento de mareas negras ocasionadas por los vertidos de petróleo al mar, las soluciones pasarían, en primer lugar, por dotar a los buques de las condiciones necesarias para evitar al máximo los accidentes, como por ejemplo la dotación de un doble casco, que evitaría muchos de dichos accidentes.

La lucha contra los efectos de las mareas negras se basa en el empleo de disolventes naturales (paja, serrín, etc.) o de productos de síntesis que faciliten la recuperación. La quema directa de petróleo, además de causar una fuerte contaminación atmosférica, resulta por regla general imposible. El empleo de sustancias que facilitan la sedimentación de los hidrocarburos, si bien permite evitar la dispersión de la capa a zonas más sensibles (como las costas) reduce, sin embargo, la capacidad de la depuración natural y aumenta la persistencia de los hidrocarburos, que además se concentran. Cuando el mar está en relativa calma se pueden emplear sistemas físicos de contención, tales como barreras flotantes que limitan la dispersión de la capa y facilitan la recuperación por bombeo de una parte importante del petróleo vertido. Por el contrario, el empleo de detergentes y emulsivos, si bien incrementa la superficie de contacto con el aire y los microorganismos depuradores, presenta el grave inconveniente de extenderla superficie afectada por la contaminación, lo que se desaconseja su utilización en las zonas próximas a las costas, y de tener efectos tóxicos sobre la fauna marina más graves que los de los propios hidrocarburos vertidos.

Ahora bien, las investigaciones realizadas por la microbióloga R. Colwell, presidenta del Instituto de Biotecnología de Maryland, Han demostrado que la aplicación de microorganismos tratados mediante ingeniería genética en la limpieza de las mareas negras es un método eficaz, sobre todo si se produce en aguas cálidas, donde las bacterias son más activas. Por otra parte, los vertidos habituales de crudo y aceites pesados, realizados por los buques en sus tareas de limpieza y demás labores, constituyen un porcentaje mucho más elevado (80%) que los producidos por las mareas negras y a la vez presentan mayores dificultades de detección. Para paliarlo, algunos países, como EE UU, Canadá y los países del norte de Europa, utilizan sistemas de teledetección, mediante sensores remotos aerotransportados, instalados en aviones ligeros y satélites espaciales. Dichos sensores permiten detectar, evaluar, controlar e identificar la fuente del vertido.

3.4.- Daños al medio ambiente de las mareas negras

Cuando se produce el derrame de un hidrocarburo en el mar, éste se extiende rápidamente por toda la superficie del agua, favoreciendo así la evaporación del petróleo en función del tipo de hidrocarburo, la temperatura, el viento reinante, etc. A continuación, se verifica su dispersión por la superficie y en toda la masa de agua, a causa de procesos de disolución y emulsión. La película de hidrocarburo que cubre la superficie marina dificulta la evaporación y oxigenación del mar, con lo que frena el proceso de autodepuración de las aguas y retiene y concentra además otras sustancias contaminantes (detergentes, metales pesados, pesticidas, plaguicidas, etc.). Antes de que el crudo vertido pueda ser degradado por los procesos físico-químicos (fotooxidación) y biológicos (gracias a la acción de microorganismos), o sedimentada, la capa superficial de hidrocarburos es arrastrada por el viento, ocasionando la contaminación del litoral. Por otro lado, parte de los hidrocarburos dispersados en el agua acaba por sedimentarse en el fondo marino, donde se degradan lentamente o, si se mezclan con la arena, prolongan sus efectos tóxicos durante muchos años.

3.5.- Los efectos de las mareas negras

Los científicos han aportado datos sobre los daños causados por la marea negra producida por el naufragio del petrolero Exxon Valdez en Alaska, en 1989. Las 38000 toneladas de crudo vertidas provocaron lesiones cerebrales a un gran número de focas. Las autopsias demostraron que las lesiones, localizadas sobre todo en el tálamo, eran del mismo tipo que las que sufren las personas que mueren por haber ingerido gran cantidad de disolventes. Estas lesiones alteraron el comportamiento de las focas, que entraron en un estado de letargo. Así mismo, diversas ballenas sufrieron estas mismas lesiones y se apartaron de su grupo, acto inusual. También aumentó el porcentaje de crías de nutria muertas; antes de la marea morían un 15% de ellas, y esta proporción subió hasta el 44% en 1989, para descender tan sólo un punto en los años 1990 y 1991. Ello demuestra que los efectos nocivos de las mareas se manifiestan incluso a medio y largo plazo. Además, muchas especies de diversas aves marinas murieron y otras desaparecieron a causa de la degradación de sus hábitats. El petróleo afectó también a un gran número de peces, entre ellos los salmones, que constituyen la base de la economía de la zona.

3.6.- Los vertidos radiactivos

Éstos se encuentran más controlados en la actualidad, pero en tiempos recientes el mar era un lugar de pruebas de armas nucleares y zona de depósito de los residuos de las centrales nucleares. Así, por ejemplo, Rusia reconoció que las autoridades soviéticas habían hundido 17 reactores y realizado múltiples vertidos de baja y media actividad, entre 1957 y 1992, en el océano Ártico y en las aguas del Pacífico próximas a Rusia, transgrediendo desde 1976 el convenio de Londres sobre vertidos marinos.

3.7.- Barcos “químicos” amenazan los mares

El carguero Ievoli Sun se hundió en el Canal de la Mancha vertiendo parte de las 6.000 toneladas de hidrocarburos que transportaba, principalmente estireno, un derivado del benceno. Por las mismas fechas (principios de noviembre), un carguero malayo que contenía 21.000 toneladas de petróleo y productos químicos chocaba contra la Gran Barrera de Coral en Australia, el mayor sistema de arrecifes del mundo (unos 2.000 kilómetros), declarado patrimonio de la humanidad. Los daños a los ecosistemas provocados por ambos accidentes no revistieron mayor gravedad, pero se volvió a poner en evidencia el riesgo que suponen los miles de barcos en deficiente estado de conservación que transportan materias peligrosas por los mares. Según la presidenta del Parlamento Europeo, “sólo en aguas europeas navegan 5.500 barcos cargados con productos tóxicos”.

Tras el accidente del Ievoli Sun, el presidente francés, Jacques Chirac, y la Comisión Europea incidieron en la necesidad de tomarse en serio la normativa europea sobre la seguridad marítima.

4.- CONTAMINACIÓN DE LOS RÍOS

4.1.- ¿Qué contamina los ríos?

  • Vertidos industriales: se producen más de 300.000 al año a cauces superficiales.

  • Contaminación difusa: procedente de los usos agrícolas y ganaderos, está menos controlada y va en aumento con las fuertes lluvias. Fertilizantes y plaguicidas y estiércol forman la triada tóxica.

  • Sustancias tóxicas y peligrosas: más de 30 componentes, sobre todo metales pesados. Preocupantes concentraciones en las provincias de Madrid, Barcelona, Vizcaya, Guipúzcoa y Valencia.

  • Térmica: centrales de carbón, nucleares, petroquímicas, siderúrgicas y papeleras alteran el ciclo vital de los organismos en los ríos.

  • Residuos sólidos urbanos: una quinta parte de los vertederos está fuera de control, con problemas serios de contaminación por la filtración hacia el suelo y los acuíferos.

En los países industrializados, el líquido elemento contiene alarmantes proporciones de residuos urbanos (basuras, polvo, residuos orgánicos), agrícolas (fertilizantes y plaguicidas) e industriales (metales pesados, hidrocarburos, aceites, productos químicos), pese a que las aguas están tratadas y sometidas a estrictas normas legislativas. Pero el problema es mayor en los países en vías de desarrollo, donde las aguas, además de transportar elementos agroquímicos e industriales, contienen los derivados de las aguas residuales sin tratar, factor añadido que comporta graves problemas higiénicos y sanitarios.

4.2.- La eutrofización

La eutrofización del agua dulce o salada es el enriquecimiento natural o artificial del agua con nutrientes.

Cuando se utiliza un detergente común para lavar la ropa, se contribuye, aunque sea a escala modesta, a la contaminación de las aguas de los ríos, favoreciendo la eutrofización. Después del lavado, al agua con los fosfatos disueltos del detergente pasa, desde las alcantarillas a los ríos, los lagos, los embalses hasta llegar finalmente al mar. De este modo, aumenta espectacularmente la cantidad de fosfatos contenida en las aguas, que pasa de ser aguas oligotróficas, pobres en nutrientes a ser eutróficas, aguas con demasiados nutrientes. Además un alto grado de eutrofización dificulta la potabilización del agua para el consumo humano.

Sin embargo, los detergentes no son los únicos culpables de la eutrofización de las aguas ya que a este fenómeno contribuyen tanto las aguas residuales procedentes de los alcantarillados urbanos, que, sin depurar, aportan a los ríos y lagos tanto las aguas fecales como los vertidos industriales (ricos en fosfatos y nitratos), como, y aún en mayor medida, la escorrentía o lavado de los suelos agrícolas abonados con un exceso de fosfatos y nitratos, que, al no ser absorbidos por las plantas, acaban contaminando también las aguas superficiales como las aguas subterráneas (acuíferos).

La eutrofización puede ser debida a la aportación natural de materia orgánica de las aguas corrientes como la que proviene del exceso de aguas contaminadas. Sea de una u otra manera el desarrollo del fenómeno es idéntico. Se caracteriza por una primera fase durante la cual se produce un aumento, que llega a ser excesivo, del enriquecimiento del agua en materia orgánica, así como en nutrientes, tales como los nitratos y fosfatos procedentes de la contaminación o de la mineralización de materias orgánicas. Esta primera parte del proceso de eutrofización de las aguas está íntimamente relacionado con el vertido de las aguas residuales urbanas, muy ricas en materias orgánicas y en fosfatos, con ciertos efluentes de carácter industrial y con las aguas de lixiviación de los terrenos dedicados a la agricultura (con un alto contenido en nitratos y fosfatos). Dichas sustancias se depositan en lugares donde no es posible la renovación (estanques, lagos, mares cerrados, etc.) y en cantidades lo suficientemente grandes como para que los procesos de autodepuración sean del todo capaces de asimilarlas. En una segunda fase, la eutrofización favorece el desarrollo de vegetales acuáticos superiores y de fitoplacton, lo que hace que paradójicamente aumente en un principio la producción de oxígeno gracias a la fotosíntesis. Sin embargo, la tendencia se invierte con gran rapidez ya que la muerte de dichos organismos, activa la acción de las bacterias encargadas de su descomposición y de la mineralización de la materia orgánica, que, para llevar a cabo su importante cometido, consumen una gran parte del oxígeno contenido en el agua. Cuando se supera un cierto valor umbral, el oxígeno escasea en el agua y la materia orgánica, generada a partir de los vegetales muertos, al no poder ser mineralizada, se va acumulando en los fondos a modo de limo.

Llegados a este punto se producen fermentaciones anaerobias responsables del desprendimiento de ácido sulfhídrico que es el causante de ese característico olor putrefacto que desprenden las aguas que sufren este proceso. Durante esta fase, el contenido en oxígeno del agua es excesivamente bajo, además de extremadamente variable, con lo cual se hace imposible que se mantenga con vida una población normal de peces.

Todos los grandes lagos están amenazados, en mayor o menor medida, por la eutrofización y algunos se encuentran ya en fase avanzada (Grandes Lagos de Norteamérica y lago Leman, en Suiza). Aunque el fenómeno no es irreversible, las soluciones, caras y difíciles de llevar a la práctica, se reservan para las pequeñas extensiones de agua, limitándose en la mayoría de los casos las medidas adoptadas a frenar en lo posible el proceso.

Como se puede observar este problema aunque esté situado en las aguas continentales se puede trasladar y aplicar a cualquier tipo de clasificación de las aguas (subterráneas, ríos, lagos, mares).

4.3.- Contaminación por metales pesados (pilas)

Cada día son más intensas las campañas que en muchas partes del mundo animan a depositar las pilas en contenedores especiales. La explicación de la insistencia de las autoridades es muy sencilla: la alta toxicidad de los metales pesados (como el mercurio), que forman parte de la composición química de las pilas. Las pilas que a diario nos hacen más fácil y confortable nuestra vida acaban, por regla general, en los vertederos y terminan por contaminar con su mercurio las aguas de los acuíferos, en principio aptas para el consumo humano. Tanto el mercurio como otros metales pesados (cadmio, litio, níquel, etc.), utilizados, por ejemplo como anticorrosivos en las pilas, ingeridos con el agua potable o través de los alimentos, pueden ser la causa, cuando se superan ciertos valores límite, de graves dolencias.

La vía de entrada de estas sustancias a través de la cadena alimentaria (conocida como bioacumulación de tóxicos) se basa en el hecho de que el ser humano es el último eslabón de la cadena que, por ejemplo, en el caso de los animales marinos, va desde el agua del mar, pasando por el fitoplacton y el zooplacton, hasta llegar a los pescados, en especial el atún, el bonito, o a los moluscos (almejas, berberechos, mejillones, etc.), los cuales son grandes acumuladores de metales pesados. De esta manera, las sustancias tóxicas vertidas a las aguas de los ríos y mares vuelven a nosotros a través de los alimentos que ingerimos, cerrando un ciclo muy perjudicial para nuestra propia salud.

4.4.- Contaminación por generación eléctrica

Los efectos que produce la utilización del agua en la generación de energía se reducen a incrementos notables de las temperaturas de los cauces utilizados como refrigerantes y al remanso de los cursos (embalses) para la obtención de energía eléctrica. Si bien provoca un desequilibrio sobre el desarrollo de la flora y fauna de la zona no se puede hablar propiamente de una contaminación.

4.5.- Aznalcóllar

4.5.1.- Dos años después

El próximo 25 de abril se cumplirán dos años de la rotura de la balsa minera de Aznalcóllar (Sevilla). Las tareas de limpieza y restauración a las que han sido sometidos los terrenos afectados por el vertido apenas permiten hoy adivinar la magnitud de aquella catástrofe. En el paisaje quedan pocas huellas del suceso, pero algunos seres vivos, tal y como advirtieron en su día los especialistas, siguen manifestando alteraciones que sólo cabe achacar a la presencia en la cadena trófica de metales pesados y otros agentes tóxicos. Hay motivos para la esperanza, pero también cuestiones que siguen preocupando a la comunidad científica y sobre las que todavía se manejan demasiadas incertidumbres.

Una de las primeras imágenes que sirvieron para dar cuenta del tremendo impacto ambiental que había causado el vertido de Aznalcóllar fue la de aquellas montañas de peces muertos que, en los primeros días, eran retirados del cauce del Guadiamar por cuadrillas de operarios protegidos con mascarillas. Eran las primeras víctimas, animales literalmente achicharrados por la riada de aguas ácidas y lodos tóxicos. La vida desapareció bruscamente de este río y de sus orillas, en las que nidificaba un buen numero de aves acuáticas.

A finales del mes de abril, y en la comarca de Doñana, miles de aves se encontraban en pleno proceso reproductor, y la mayoría de ellas en el delicado periodo de incubación. La primera avenida arrastró todos los nidos que, a escasa altura del suelo, estaban situados en las áreas de vegetación ribereña. Sólo los ejemplares adultos pudieron ponerse a salvo, aunque en este caso la amenaza procedía de los peces y cangrejos muertos que salpicaban el cauce, los cuales constituían un alimento tentador. Envenenadas por esta causa se recogieron algunas aves, si bien en escaso número, lo que parecía indicar que el suceso a corto plazo, no desencadenaría una mortandad elevada en este grupo animal.

4.5.2.- Lenta penetración en la cadena trófica

Al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Acebuche, en terrenos del Parque Nacional de Doñana, fueron trasladados 1.477 huevos y 149 pollos de diferentes especies, que habían sido rescatados por los técnicos de las distintas Administraciones y por los voluntarios que trabajaron sin descanso durante varias semanas. Según estimaciones de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, de los animales llevados al Acebuche sobrevivió un 60%. Avocetas y cigüeñas fueron las que registraron mayores pérdidas aunque consiguieron salvarse casi todos los ejemplares de especies valiosas, como la corceta pardilla y la garza imperial.

“Para un observador no especializado”, explica Fernando Hiraldo, investigador de la Estación Biológica de Doñana (EBD), “aquellos primeros mementos podían parecer los más peligrosos, porque los lodos estaban diseminados por un amplio territorio; sin embargo, las aves apenas se vieron afectadas durante el periodo reproductor de 1998”. Las sustancias tóxicas presentes en los residuos mineros todavía no se habían movilizado y, por tanto, no habían penetrado en la cadena trófica de forma generalizada.

En pocos meses se llevó a cabo una operación de limpieza sin precedentes en ningún otro lugar del mundo. Se removieron millones de toneladas de tierra, y el volumen de lodos se redujo de forma notable, tal y como había pedido el comité científico reunido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Aun así, cuando llegó el invierno todavía quedaba un fondo de contaminación en algunos puntos del cauce del Guadiamar sobre todo en unas 500 hectáreas de la zona de Entremuros. Allí es donde los biólogos encuentran las primeras pruebas que muestran la introducción de los metales pesados en la cadena trófica. Aparecen aves con niveles contaminantes en sangre muy elevados. Hiraldo recuerda que “por encima del 20% de la población de gansos mostraba índices de contaminación aguda, y algo parecido ocurría con los calamones, las fochas y los patos reales que se alimentaban en esos terrenos.

4.5.3.- Metales letales para las aves

La naturaleza se muestra benevolente, y lo que en otras circunstancias sería interpretado como una fatalidad se convierte en un regalo del cielo. Las lluvias escasean y, así en la primavera de 1999, Doñana está seca. La avifauna busca otros espacios más propicios y apenas se reproduce. Los individuos que acuden a alimentarse a las zonas contaminadas no superan el 10% de poblaciones ya de por sí muy mermadas por efecto de la sequía.

Los análisis de sangre y vísceras incluidos en el último informe del CSIC, hecho público a finales del pasado mes de diciembre, muestran una escasa o nula presencia en aves de metales como cobalto, el antimonio o el talio, y un acusado descenso en los niveles de cadmio y plomo. El cobre se mantiene en las concentraciones medidas durante el invierno de 1999, y el cinc tiende a incrementarse, conservando un índice elevado en buen número de especies.

Pero lo que más preocupa a los investigadores es la aparición de arsénico por encima de los valores que e habían registrado en meses anteriores, aunque todavía en un reducido número de especies e individuos. En opinión de Miguel Ferrer, director de la EBD, “todo parece indicar que la movilidad del arsénico se está produciendo ahora, bastante después que la de los otros contaminantes, con lo cual el número de especies afectadas y los valores máximos alcanzados para este elemento pueden todavía incrementarse”.

A pesar de todo, y con los datos disponibles hasta el momento, no parece que el vertido tóxico haya originado en la comarca de Doñana una mortalidad anormal en ninguna de las especies de aves analizadas, ni variaciones significativas en su éxito reproductor.

Esta última afirmación, contenida en el informe del CSIC, debe, sin embargo, martirizarse, ya que sí se ha observado una disminución en el número de gansos que acuden a invernar a las marismas del Guadalquivir, descenso estimado en casi 6.000 ejemplares; esta cifra coincide con el número de animales en los que previamente se habían detectado niveles letales de contaminación por plomo. Pero aún admitiendo el impacto del vertido en esta especie, Fernando Hiraldo advierte de que, en su conjunto, “la población europea de gansos sigue incrementándose, por lo que este suceso tiene una repercusión limitada sobre un grupo de cientos de miles de individuos”.

Hasta ahora sólo se ha localizado en el área afectada por el vertido una especie, la cigüeña blanca, en la que se han manifestado daños que podrían atribuirse a la presencia de metales pesados, si bien todavía no se conoce el efecto que estas alteraciones causarán, por ejemplo, en su tasa de supervivencia y comportamiento reproductor.

4.5.4.- Malformaciones en cigüeñas

En concreto, los investigadores encontraron 22 pollos de cigüeña con una curiosa deformación en el pico (torcido hacia arriba), individuos pertenecientes a la colonia de la Dehesa de Abajo, situada en las inmediaciones de Entremuros, la zona más contaminada. En los más de 12.000 pollos de esta especie anillados desde 1986 en Doñana y otros pueblos del país nunca se había registrado un fenómeno de esta naturaleza.

Curiosamente, no se han anotado diferencias significativas entre los niveles de metales pesados registrados en la sangre de estas cigüeñas deformes y los hallados en aquellas otras que no muestran alteraciones morfológicas. Pero Hiraldo advierte de que precisamente el arsénico “es un elemento difícil de detectar en sangre”, mientras que en el hígado de estos animales, donde sí puede rastrearse bien esta sustancia, “se han encontrado concentraciones de arsénico muy elevadas, preocupantes”. Por eso, la hipótesis más factibles es que este contaminante, que actúa como poderoso mutagénico, sea el responsable de malformaciones, aunque también podrían deberse a una interacción entre los metales pesados y algunos pesticidas orgánicos.

De lo que no cabe duda es de que las cigüeñas de pico torcido presentan lesiones genéticas de envergadura, en comparación con otros individuos tomados como muestra que habitan en zonas no afectadas por el vertido. Así lo ha demostrado Francisco Cortés, catedrático de biología de la Universidad de Sevilla, que ha examinado el núcleo d algunas células sanguíneas de estos individuos, sometiéndolos al conocido como “ensayo del cometa”.

“En el ADN de estos animales”, explica Cortés, “aparecen una serie de lesiones que van desde la rotura de una o de las dos cadenas hasta alteraciones en las bases que provocan una deficiente lectura del mensaje genético, daños que pueden traducirse en diferentes mutaciones”. Este especialista ha recomendado un seguimiento de las aves en cuestión, al objeto de determinar qué consecuencias últimas podrían derivarse de estas lesiones, “fundamentalmente en lo que se refieres a la supervivencia, capacidad reproductora y posibles defectos hereditarios”.

De cualquier forma, el porcentaje de animales en los que se ha detectado hasta ahora este problema es muy reducido: dentro de la colonia de cigüeñas de la Dehesa de Abajo, compuesta por 222 parejas nidifacantes, estos pollos sólo representan el 5% del total de volantones. “No hay duda”, según Hiraldo, “e que se van a seguir produciendo alteraciones y muertes en comunidades de aves afectadas por los contaminantes, pero hay que tener en cuenta que hablamos de poblaciones muy fuertes, muy numerosas, como ocurre con gansos o cigüeñas, en las que apenas van a tener repercusión este tipo de sucesos”.

Pese a todo, Hiraldo está hablando, como él mismo advierte, “de un año, y en ese periodo de tiempo no pasa nada. Distinto es si la presencia de contaminación residual no se soluciona y comienza un goteo de muertes o malformaciones año tras año; eso sí que puede acabar causando serios problemas”.

4.6.- El mal de las vacas locas también afecta a los ríos

4.6.1.- Introducción

El 23 de noviembre del año pasado se dio a conocer oficialmente el primer caso de una res muerta en España por encefalopatía espongiforme bovina (EEB), una enfermedad conocida vulgarmente como mal de las vacas locas. Este problema, además de sus repercusiones ganaderas, económicas y de salud pública, también se han hecho patentes las consecuencias ambientales, que afectan tanto al buen estado del suelo, el aire y el agua como a aves que habitualmente se han alimentado de reses muertas. La propia Unión Europea ha advertido de la necesidad de fomentar una ganadería extensiva más respetuosa con el medio ambiente.

4.6.2.- Vertederos ilegales de cadáveres

La angustia generada entre ganaderos y la incompetencia de las Administraciones ha hecho que en algunos casos se entierren de forma ilegal montones de cadáveres de reses, sin atender a las consecuencias ambientales. Esto fue lo que pasó en Mesía (A Coruña), donde restos de sangre de estos cadáveres acabaron filtrándose al subsuelo y fueron a parar a un río cercano del que se abastecen varias poblaciones.

4.6.3.- No convence la incineración en cementeras

La alternativa ofrecida para deshacerse tanto de las reses muertas como de las harinas utilizadas en su alimentación, y que están en el origen de la EEB, es la incineración, siempre cuestionada desde los sectores ecologistas.

Ecologistas en Acción insiste en que la incineración de la materia orgánica en cementeras libera a atmósfera dioxinas, unas sustancias cancerígenas muy peligrosas. Algunas incineradoras que ya queman reses muertas, como la de cabreros del río, en León, parecen dar la razón a los ecologistas, ya que en la Confederación Hidrográfica del Duero ha abierto dos expedientes a esta última porque al quemar grasas animales “se lanzaban malos olores y se vertía sangre de vacas muertas al río Valderacos.

5.- USO RACIONAL DEL AGUA

5.1.- Protestas

Diez organizaciones sociales de ámbito estatal han firmado la siguiente declaración conjunta sobre el Plan Hidrológico Nacional. En ella se reclama un profundo cambio en la política del agua actual, reorientándola con criterios de sostenibilidad.

El Plan Hidrológico Nacional presentado por el Gobierno y aprobado el pasado 30 de enero por el Consejo Nacional del Agua supone la continuidad de una política hidráulica basada en un crecimiento continuo de la oferta, sólo viable si el agua fuera un recurso prácticamente ilimitado. Su principal objetivo sigue siendo la construcción de embalses, encauzamientos y trasvases, haciendo cada vez más insostenible el uso de un recurso crecientemente escaso.

El enorme coste social, económico y medioambiental de este plan beneficiará sobre todo a las empresas constructoras, las compañías eléctricas y los grandes propietarios agrícolas. La falta de consideración del dominio público hidráulico y la posible privatización tendrán consecuencias inaceptables en la gestión de un bien de primera necesidad.

Creemos injustificado el trasvase por el que ha optado el Gobierno desde el bajo Ebro a las cuencas de Cataluña, Júcar, Segura y Sur. Nos oponemos a él por considerar que ampliará las diferencias económicas y sociales entre las zonas del interior y la costa mediterránea. Hipotecará el desarrollo de las primeras y consolidará una ordenación del territorio cada vez más desequilibrada e insostenible.

La progresiva reducción de los caudales medios en el Bajo Ebro, proceso que se agravará rápidamente como consecuencia del cambio climático, hace imposible garantizar la transferencia anual de mil hectómetros cúbicos prevista para esta colosal obra hidráulica. En áreas con una severa escasez de recursos hídricos se va a fomentar una demanda que no podrá satisfacerse, lo que creará graves problemas sociales a medio y largo plazo.

El trasvase del Ebro profundizará el proceso de deterioro que vienen sufriendo el delta del Ebro y otras áreas costeras. Se hará irreversible la degradación de numerosos ecosistemas acuáticos y algunas especies y espacios naturales en teoría protegidos se verán afectados.

El texto de este proyecto recoge la renuncia del Gobierno a recuperar la totalidad de la inversión pública realizada en el trasvase, en contra de lo señalado en nuestra legislación y en la Directiva Marco de Aguas recientemente aprobada por la Unión Europea. A su vez, todo indica que el coste real del metro cúbico de agua trasvasada superará ampliamente las 52 pesetas presupuestadas, lo que hará inviable económicamente el proyecto en los parámetros que él mismo se fija.

Reivindicamos un Plan Hidrológico Nacional que modernice la política hidrológica, reorientándola con criterios de sostenibilidad y realizando una planificación que gestione la demanda y distribuya de manera sostenible el agua disponible. Una política que planifique el uso de los recursos de las cuencas a partir del conocimiento de los consumos reales y de cada actividad y que gestione de manera conjunta los recursos superficiales y subterráneos.

El centro de un uso racional del agua debe situarse en el ahorro, mediante la apuesta por el incremento sustancial de la eficiencia, la reducción de las pérdidas en las redes de distribución, el impulso al empleo de técnicas de riego más eficientes y la depuración y reutilización de aguas. Dada la baja eficacia actual en la utilización del agua, este conjunto de medidas liberaría un volumen que hace innecesaria la práctica totalidad de las obras previstas.

Por todo ello creemos necesario modificar en profundidad el proyecto del Plan Hidrológico Nacional aprobado en el Consejo Nacional del Agua. Este objetivo hace imprescindible un debate con presencia de todos los sectores afectados, en el marco de un proceso de democratización real de los órganos de participación relacionados con la planificación y gestión hidrológica.

5.2.- Alcobendas ahorra agua equivalente a 16 piscinas olímpicas

Hace algo más de un año que comenzó la campaña Alcobendas, Ciudad del Agua para el Siglo XXI, cuyo propósito es instaurar el ahorro de agua como acto normal y cotidiano en todos los habitantes de esta localidad del norte de la provincia de Madrid.

Enmarcada dentro de un Proyecto Life (con financiación de la Unión Europea) y con el asesoramiento y apoyo de WWF/Adena, la campaña ha logrado, entre otras cosas, que los ciudadanos instalen 1.600 dispositivos ahorradores de agua en duchas, lavabos, fregaderos y cisternas, lo que ha permitido un ahorro de más de 16 piscinas olímpicas. Para facilitar la tarea se ha conseguido que estos dispositivos se encuentren disponibles fácilmente en las tiendas y los supermercados de Alcobendas.

La iniciativa cuenta con el respaldo de un amplio programa de educación ambiental (Maratón de Agua, Gran fiesta del Agua y seminarios técnicos) y de medidas financieras como el Crédito Azul.

7.- ÍNDICE

1.- Contaminación de las aguas subterráneas

1.1.- La calidad de las aguas subterráneas para el abastecimiento humano

1.1.1.- Algunos caracteres de las aguas potables

1.2.- La contaminación de las aguas subterráneas

1.3.- Contaminación urbana

1.4.- Contaminación industrial

1.5.- Contaminación agrícola

1.6.- Reglamentación básica

2.- Contaminación atmosférica

2.1.- Lluvia ácida

2.2.- Problemas de la lluvia ácida en la vida acuática

2.3.- Problemas de la lluvia ácida en los árboles y el suelo

2.4.- Problemas de la lluvia ácida en los edificios

2.5.- Óxidos de nitrógeno

3.- Contaminación marina

3.1.- Introducción

3.2.- Los vertidos de petróleo

3.3.- Tratamiento de mareas negras

3.4.- Daños al medio ambiente de las mareas negras

3.5.- Los efectos de las mareas negras

3.6.- Vertidos radiactivos

3.7.- Barcos “químicos” amenazan los mares

4.- Contaminación de los ríos

4.1.- ¿Qué contamina los ríos?

4.2.- La eutrofización

4.3.- Contaminación de los metales pesados (pilas)

4.4.- Contaminación por generación eléctrica

4.5.- Aznalcóllar

4.5.1.- Dos años después

4.5.2.- Lenta penetración en la cadena trófica

4.5.3.- Metales letales para las aves

4.5.4.- Malformaciones en cigüeñas

4.6.- El mal de las vacas locas también afecta a las vacas locas

4.6.1.- Introducción

4.6.2.- Vertederos ilegales de cadáveres

4.6.3.- No convence la incineración en cementeras

5.- Uso racional del agua

5.1.- Protestas

5.2.- Alcobendas ahorra agua equivalente a 16 piscinas olímpicas

6.- Índice

7.- Bibliografía

8.- Bibliografía

  • Encarta 2000

  • Enciclopedia larousse multimedia

  • Protección de las aguas subterráneas ( Instituto geológico y minero de España)

  • Cuaderno de medio ambiente de Castilla y León

  • Greenpeace.es

  • Enciclopedia de la Tierra

  • Ecology.com

  • Revista BIOLÓGICA

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Enviado por:Mirador
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