Economía y Empresa


Capitalismo


El Capitalismo

Sistemas Económicos

La idea de un sistemas Económico lleva la connotación de articulación de parte armonizadas funcionalmente para la consecución de fines colectivos determinados.

El sistema económico constituye la articulación armónica de las leyes, reglas e instituciones que rigen la vida económica, no importa cual sea la naturaleza del organismo, así mismo el sistema económico cumple una serie de funciones de toda saciedad.

El sistema económico se refiere, pues a la peculiar organización de las ideas, reglas, procedimientos e instituciones creadas por una sociedad para resolver el problema económico básico, satisfacer sus necesidades.

Lo que distingue a un sistema económico no son las funciones que desempeña, sino la forma o el modo adoptado para conseguir este fin. Las diferencias entre uno y otros sistemas de encontrarlas en la forma, reglas, procedimientos e instrumentos adoptados por la sociedad estén articulados para resolver el problema económico fundamental...: la satisfacción de necesidades básicas y en constante crecimiento con ciertos recursos económicos que resultan sumamente escasos.

El Capitalismo

1. INTRODUCCIÓN

 Capitalismo, sistema económico en el que los individuos privados y las empresas de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los precios y los mercados. Aunque tiene sus orígenes en la antigüedad, el desarrollo del capitalismo es un fenómeno europeo; fue evolucionando en distintas etapas, hasta considerarse establecido en la segunda mitad del siglo XIX. Desde Europa, y en concreto desde Inglaterra, el sistema capitalista se fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la I Guerra Mundial, tras la cual se estableció un nuevo sistema socioeconómico, el comunismo, que se convirtió en el opuesto al capitalista.


El término kapitalism fue acuñado a mediados del siglo XIX por el economista alemán Karl Marx. Otras expresiones sinónimas de capitalismo son sistema de libre empresa y economía de mercado, que se utilizan para referirse a aquellos sistemas socioeconómicos no comunistas. Algunas veces se utiliza el término economía mixta para describir el sistema capitalista con intervención del sector público que predomina en casi todas las economías de los países industrializados.

Se puede decir que, de existir un fundador del sistema capitalista, éste es el filósofo escocés Adam Smith, que fue el primero en describir los principios económicos básicos que definen al capitalismo. En su obra clásica Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), Smith intentó demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma que no sólo se pudiera alcanzar el objetivo individual sino también la mejora de la sociedad. Los intereses sociales radican en lograr el máximo nivel de producción de los bienes que la gente desea poseer. Con una frase que se ha hecho famosa, Smith decía que la combinación del interés personal, la propiedad y la competencia entre vendedores en el mercado llevaría a los productores, "gracias a una mano invisible", a alcanzar un objetivo que no habían buscado de manera consciente: el bienestar de la sociedad.

2. CARACTERÍSTICAS DEL CAPITALISMO  
A lo largo de su historia, pero sobre todo durante su auge en la segunda mitad del siglo XIX, el capitalismo tuvo una serie de características básicas. En primer lugar, los medios de producción —tierra y capital— son de propiedad privada. En este contexto el capital se refiere a los edificios, la maquinaria y otras herramientas utilizadas para producir bienes y servicios destinados al consumo. En segundo lugar, la actividad económica aparece organizada y coordinada por la interacción entre compradores y vendedores (o productores) que se produce en los mercados. En tercer lugar, tanto los propietarios de la tierra y el capital como los trabajadores, son libres y buscan maximizar su bienestar, por lo que intentan sacar el mayor partido posible de sus recursos y del trabajo que utilizan para producir; los consumidores pueden gastar como y cuando quieran sus ingresos para obtener la mayor satisfacción posible. Este principio, que se denomina soberanía del consumidor, refleja que, en un sistema capitalista, los productores se verán obligados, debido a la competencia, a utilizar sus recursos de forma que puedan satisfacer la demanda de los consumidores; el interés personal y la búsqueda de beneficios les lleva a seguir esta estrategia. En cuarto lugar, bajo el sistema capitalista el control del sector privado por parte del sector público debe ser mínimo; se considera que si existe competencia, la actividad económica se controlará a sí misma; la actividad del gobierno sólo es necesaria para gestionar la defensa nacional, hacer respetar la propiedad privada y garantizar el cumplimiento de los contratos. Esta visión decimonónica del papel del Estado en el sistema capitalista ha cambiado mucho durante el siglo XX.

3. ORÍGENES  
Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el capitalismo como sistema económico no apareció hasta el siglo XIII en Europa sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a "realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras". Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.

Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas.

El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento.

4. MERCANTILISMO  
Desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, cuando aparecieron los modernos Estados nacionales, el capitalismo no sólo tenía una faceta comercial, sino que también dio lugar a una nueva forma de comerciar, denominada mercantilismo. Esta línea de pensamiento económico, este nuevo capitalismo, alcanzó su máximo desarrollo en Inglaterra y Francia.

El sistema mercantilista se basaba en la propiedad privada y en la utilización de los mercados como forma de organizar la actividad económica. A diferencia del capitalismo de Adam Smith, el objetivo fundamental del mercantilismo consistía en maximizar el interés del Estado soberano, y no el de los propietarios de los recursos económicos fortaleciendo así la estructura del naciente Estado nacional. Con este fin, el gobierno ejercía un control de la producción, del comercio y del consumo.

La principal característica del mercantilismo era la preocupación por acumular riqueza nacional, materializándose ésta en las reservas de oro y plata que tuviera un Estado. Dado que los países no tenían grandes reservas naturales de estos metales preciosos, la única forma de acumularlos era a través del comercio. Esto suponía favorecer una balanza comercial positiva o, lo que es lo mismo, que las exportaciones superaran en volumen y valor a las importaciones, ya que los pagos internacionales se realizaban con oro y plata. Los Estados mercantilistas intentaban mantener salarios bajos para desincentivar las importaciones, fomentar las exportaciones y aumentar la entrada de oro.

Más tarde, algunos teóricos de la economía como David Hume comprendieron que la riqueza de una nación no se asentaba en la cantidad de metales preciosos que tuviese almacenada, sino en su capacidad productiva. Se dieron cuenta que la entrada de oro y plata elevaría el nivel de actividad económica, lo que permitiría a los Estados aumentar su recaudación impositiva, pero también supondría un aumento del dinero en circulación, y por tanto mayor inflación, lo que reduciría su capacidad exportadora y haría más baratas las importaciones por lo que, al final del proceso, saldrían metales preciosos del país. Sin embargo, pocos gobiernos mercantilistas comprendieron la importancia de este mecanismo.

5. INICIOS DEL CAPITALISMO MODERNO Dos acontecimientos propiciaron la aparición del capitalismo moderno; los dos se produjeron durante la segunda mitad del siglo XVIII. El primero fue la aparición en Francia de los fisiócratas desde mediados de este siglo; el segundo fue la publicación de las ideas de Adam Smith sobre la teoría y práctica del mercantilismo.

5.1. Los fisiócratas  El término fisiocracia se aplica a una escuela de pensamiento económico que sugería que en economía existía un orden natural que no requiere la intervención del Estado para mejorar las condiciones de vida de las personas. La figura más destacada de la fisiocracia fue el economista francés François Quesnay, que definió los principios básicos de esta escuela de pensamiento en Tableau économique (Cuadro económico, 1758), un diagrama en el que explicaba los flujos de dinero y de bienes que constituyen el núcleo básico de una economía. Simplificando, los fisiócratas pensaban que estos flujos eran circulares y se retroalimentaban. Sin embargo la idea más importante de los fisiócratas era su división de la sociedad en tres clases: una clase productiva formada por los agricultores, los pescadores y los mineros, que constituían el 50% de la población; la clase propietaria, o clase estéril, formada por los terratenientes, que representaban la cuarta parte, y los artesanos, que constituían el resto.

La importancia del Tableau de Quesnay radicaba en su idea de que sólo la clase agrícola era capaz de producir un excedente económico, o producto neto. El Estado podía utilizar este excedente para aumentar el flujo de bienes y de dinero o podía cobrar impuestos para financiar sus gastos. El resto de las actividades, como las manufacturas, eran consideradas estériles porque no creaban riqueza sino que sólo transformaban los productos de la clase productiva. (El confucianismo ortodoxo chino tenía principios parecidos a estas ideas). Este principio fisiocrático era contrario a las ideas mercantilistas. Si la industria no crea riqueza, es inútil que el Estado intente aumentar la riqueza de la sociedad dirigiendo y regulando la actividad económica.

5.2. La doctrina de Adam Smith  Las ideas de Adam Smith no sólo fueron un tratado sistemático de economía; fueron un ataque frontal a la doctrina mercantilista. Al igual que los fisiócratas, Smith intentaba demostrar la existencia de un orden económico natural, que funcionaría con más eficacia cuanto menos interviniese el Estado. Sin embargo, a diferencia de aquéllos, Smith no pensaba que la industria no fuera productiva, o que el sector agrícola era el único capaz de crear un excedente económico; por el contrario, consideraba que la división del trabajo y la ampliación de los mercados abrían posibilidades ilimitadas para que la sociedad aumentara su riqueza y su bienestar mediante la producción especializada y el comercio entre las naciones.

Así pues, tanto los fisiócratas como Smith ayudaron a extender las ideas de que los poderes económicos de los Estados debían ser reducidos y de que existía un orden natural aplicable a la economía. Sin embargo fue Smith más que los fisiócratas, quien abrió el camino de la industrialización y de la aparición del capitalismo moderno en el siglo XIX.

6. LA INDUSTRIALIZACIÓN  Las ideas de Smith y de los fisiócratas crearon la base ideológica e intelectual que favoreció el inicio de la Revolución industrial, término que sintetiza las transformaciones económicas y sociales que se produjeron durante el siglo XIX. Se considera que el origen de estos cambios se produjo a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña.

La característica fundamental del proceso de industrialización fue la introducción de la mecánica y de las máquinas de vapor para reemplazar la tracción animal y humana en la producción de bienes y servicios; esta mecanización del proceso productivo supuso una serie de cambios fundamentales: el proceso de producción se fue especializando y concentrando en grandes centros denominados fábricas; los artesanos y las pequeñas tiendas del siglo XVIII no desaparecieron pero fueron relegados como actividades marginales; surgió una nueva clase trabajadora que no era propietaria de los medios de producción por lo que ofrecían trabajo a cambio de un salario monetario; la aplicación de máquinas de vapor al proceso productivo provocó un espectacular aumento de la producción con menos costes. La consecuencia última fue el aumento del nivel de vida en todos los países en los que se produjo este proceso a lo largo del siglo XIX.

El desarrollo del capitalismo industrial tuvo importantes costes sociales. Al principio, la industrialización se caracterizó por las inhumanas condiciones de trabajo de la clase trabajadora. La explotación infantil, las jornadas laborales de 16 y 18 horas, y la insalubridad y peligrosidad de las fábricas eran circunstancias comunes. Estas condiciones llevaron a que surgieran numerosos críticos del sistema que defendían distintos sistemas de propiedad comunitaria o socializada; son los llamados socialistas utópicos. Sin embargo, el primero en desarrollar una teoría coherente fue Karl Marx, que pasó la mayor parte de su vida en Inglaterra, país precursor del proceso de industrialización, y autor de Das Kapital (El capital, 3 volúmenes, 1867-1894). La obra de Marx, base intelectual de los sistemas comunistas que predominaron en la antigua Unión Soviética, atacaba el principio fundamental del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción. Marx pensaba que la tierra y el capital debían pertenecer a la comunidad y que los productos del sistema debían distribuirse en función de las distintas necesidades.

Con el capitalismo aparecieron los ciclos económicos: periodos de expansión y prosperidad seguidos de recesiones y depresiones económicas que se caracterizan por la discriminación de la actividad productiva y el aumento del desempleo. Los economistas clásicos que siguieron las ideas de Adam Smith no podían explicar estos altibajos de la actividad económica y consideraban que era el precio inevitable que había que pagar por el progreso que permitía el desarrollo capitalista. Las críticas marxistas y las frecuentes depresiones económicas que se sucedían en los principales países capitalistas ayudaron a la creación de movimientos sindicales que luchaban para lograr aumentos salariales, disminución de la jornada laboral y mejores condiciones laborales.

A finales del siglo XIX, sobre todo en Estados Unidos, empezaron a aparecer grandes corporaciones de responsabilidad limitada que tenían un enorme poder financiero. La tendencia hacia el control corporativo del proceso productivo llevó a la creación de acuerdos entre empresas, monopolios o trusts que permitían el control de toda una industria. Las restricciones al comercio que suponían estas asociaciones entre grandes corporaciones provocó la aparición, por primera vez en Estados Unidos, y más tarde en todos los demás países capitalistas, de una legislación antitrusts, que intentaba impedir la formación de trusts que formalizaran monopolios e impidieran la competencia en las industrias y en el comercio. Las leyes antitrusts no consiguieron restablecer la competencia perfecta caracterizada por muchos pequeños productores con la que soñaba Adam Smith, pero impidió la creación de grandes monopolios que limitaran el libre comercio.

A pesar de estas dificultades iniciales, el capitalismo siguió creciendo y prosperando casi sin restricciones a lo largo del siglo XIX. Logró hacerlo así porque demostró una enorme capacidad para crear riqueza y para mejorar el nivel de vida de casi toda la población. A finales del siglo XIX, el capitalismo era el principal sistema socioeconómico mundial.

7. EL CAPITALISMO EN EL SIGLO XX  
Durante casi todo el siglo XX, el capitalismo ha tenido que hacer frente a numerosas guerras, revoluciones y depresiones económicas. La I Guerra Mundial provocó el estallido de la revolución en Rusia. La guerra también fomentó el nacionalsocialismo en Alemania, una perversa combinación de capitalismo y socialismo de Estado, reunidos en un régimen cuya violencia y ansias de expansión provocaron un segundo conflicto bélico a escala mundial. A finales de la II Guerra Mundial, los sistemas económicos comunistas se extendieron por China y por toda Europa oriental. Sin embargo, al finalizar la Guerra fría, a finales de la década de 1980, los países del bloque soviético empezaron a adoptar sistemas de libre mercado, aunque con resultados ambiguos. China es el único gran país que sigue teniendo un régimen marxista, aunque se empezaron a desarrollar medidas de liberalización y a abrir algunos mercados a la competencia exterior. Muchos países en vías de desarrollo, con tendencias marxistas cuando lograron su independencia, se tornan ahora hacia sistemas económicos más o menos capitalistas, en búsqueda de soluciones para sus problemas económicos.

En las democracias industrializadas de Europa y Estados Unidos, la mayor prueba que tuvo que superar el capitalismo se produjo a partir de la década de 1930. La Gran Depresión fue, sin duda, la más dura crisis a la que se enfrentó el capitalismo desde sus inicios en el siglo XVIII. Sin embargo, y a pesar de las predicciones de Marx, los países capitalistas no se vieron envueltos en grandes revoluciones. Por el contrario, al superar el desafío que representó esta crisis, el sistema capitalista mostró una enorme capacidad de adaptación y de supervivencia. No obstante, a partir de ella, los gobiernos democráticos empezaron a intervenir en sus economías para mitigar los inconvenientes y las injusticias que crea el capitalismo.

Así, en Estados Unidos el New Deal de Franklin D. Roosevelt reestructuró el sistema financiero para evitar que se repitiesen los movimientos especulativos que provocaron el crack de Wall Street en 1929. Se emprendieron acciones para fomentar la negociación colectiva y crear movimientos sociales de trabajadores que dificultaran la concentración del poder económico en unas pocas grandes corporaciones industriales. El desarrollo del Estado del bienestar se consiguió gracias al sistema de la Seguridad Social y a la creación del seguro de desempleo, que pretendían proteger a las personas de las ineficiencias económicas inherentes al sistema capitalista.

El acontecimiento más importante de la historia reciente del capitalismo fue la publicación de la obra de John Maynard Keynes, La teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936). Al igual que las ideas de Adam Smith en el siglo XVIII, el pensamiento de Keynes modificó en lo más profundo las ideas capitalistas, creándose una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo.

Keynes demostró que un gobierno puede utilizar su poder económico, su capacidad de gasto, sus impuestos y el control de la oferta monetaria para paliar, e incluso en ocasiones eliminar, el mayor inconveniente del capitalismo: los ciclos de expansión y depresión. Según Keynes, durante una depresión económica el gobierno debe aumentar el gasto público, aun a costa de incurrir en déficit presupuestarios, para compensar la caída del gasto privado. En una etapa de expansión económica, la reacción debe ser la contraria si la expansión está provocando movimientos especulativos e inflacionistas.

8. PREVISIONES DE FUTURO  Durante los 25 años posteriores a la II Guerra Mundial, la combinación de las ideas keynesianas con el capitalismo generaron una enorme expansión económica. Todos los países capitalistas, también aquéllos que perdieron la guerra, lograron un crecimiento constante, con bajas tasas de inflación y crecientes niveles de vida. Sin embargo a principios de la década de 1960 la inflación y el desempleo empezaron a crecer en todas las economías capitalistas, en las que las fórmulas keynesianas habían dejado de funcionar. La menor oferta de energía y los crecientes costos de la misma (en especial del petróleo) fueron las principales causas de este cambio. Aparecieron nuevas demandas, como por ejemplo la exigencia de limitar la contaminación medioambiental, fomentar la igualdad de oportunidades y salarial para las mujeres y las minorías, y la exigencia de indemnizaciones por daños causados por productos en mal estado o por accidentes laborales. Al mismo tiempo el gasto en materia social de los gobiernos seguía creciendo, así como la mayor intervención de éstos en la economía.

Es necesario enmarcar esta situación en la perspectiva histórica del capitalismo, destacando su enorme versatilidad y flexibilidad. Los acontecimientos ocurridos en este siglo, sobre todo desde la Gran Depresión, muestran que el capitalismo de economía mixta o del Estado del bienestar ha logrado afianzarse en la economía, consiguiendo evitar que las grandes recesiones económicas puedan prolongarse y crear una crisis tan grave como la de la década de 1930. Esto ya es un gran logro y se ha podido alcanzar sin limitar las libertades personales ni las libertades políticas que caracterizan a una democracia. La inflación de la década de 1970 se redujo a principios de la década de 1980, gracias a dos hechos importantes.

En primer lugar, las políticas monetarias y fiscales restrictivas de 1981-1982 provocaron una fuerte recesión en Estados Unidos, Europa Occidental y el Sureste Asiático. El desempleo aumentó, pero la inflación se redujo. En segundo lugar, los precios de la energía cayeron al reducirse el consumo mundial de petróleo. Mediada la década, casi todas las economías occidentales se habían recuperado de la recesión. La reacción ante el keynesianismo se tradujo en un giro hacia políticas monetaristas con privatizaciones y otras medidas tendentes a reducir el tamaño del sector público. Las crisis bursátiles de 1987 marcaron el principio de un periodo de inestabilidad financiera. El crecimiento económico se ralentizó y muchos países en los que la deuda pública, la de las empresas y la de los individuos habían alcanzado niveles sin precedente, entraron en una profunda crisis con grandes tasas de desempleo a principios de la década de 1990. La recuperación empezó a mitad de esta década, aunque los niveles de desempleo siguen siendo elevados, pero se mantiene una política de cautela a la vista de los excesos de la década anterior.

El principal objetivo de los países capitalistas consiste en garantizar un alto nivel de empleo al tiempo que se pretende mantener la estabilidad de los precios. Es, sin duda, un objetivo muy ambicioso pero, a la vista de la flexibilidad del sistema capitalista, no sólo resulta razonable sino, también, asequible.

EL ANALISIS COMPARATIVO DE LOS SISTEMAS ECONOMICOS CAPITALISTA Y SOCIALISTA

EL PENSAMIENTO DE MARX Y LOS PAISES COMUNISTAS

a) Razones

- Crítica radical del capitalismo y defensa del socialismo

- Los partidos comunistas: marxistas

- Aplicación de las doctrinas de Marx

- Las críticas

b) Carácter histórico del capitalismo

- Desarrollo histórico de las formaciones socialistas

" Comunismo primitivo

" Economías tributarias

" Esclavismo

" Feudalismo

" Capitalismo

" Socialismo

- El capitalismo es un sistema histórico

- Consecuencia de las que han precedido

- Todos los países deberían pasar por el capitalismo

- Las contradicciones endógenas pondrían fin al sistema

- Después del capitalismo: el socialismo

- Para el socialismo es necesaria la producción fabril

"Cooperación

" División del trabajo

" Alta productividad

- El socialismo se implantará en los países desarrollados

c) Crítica marxista al capitalismo

- Al principio carácter revolucionario

" Ataduras feudales

" Clase social emprendedora

" Libera las fuerzas productivas

- Sus contradicciones conducen a:

" Intereses de la mayoría / Burguesía

" Riqueza acumulada / Empobrecimiento

" Carácter social de la producción de la producción / propiedad privada

- Estas contradicciones se manifiestan en:

" Funcionamiento autárquico

" Acumulación de cantidades crecientes de capital

- Agilizar el enfrentamiento de clases

" El capitalismo crea un sujeto revolucionario

" Expresa los intereses colectivos

- La crisis económica y el enfrentamiento social crean las condiciones de un proceso revolucionario

" La clase obrera / partido toma el poder

" Control social de los medios de producción

" Lógica de la planificación

d) Relación entre el pensamiento de Marx y el socialismo real existente

- El socialismo se ha implantado en los países desarrollados

" No están creadas las condiciones materiales

" Atraso estructural

" Reducido peso económico de la clase obrera

" Estructura social: propietarios privados

" Los partidos comunistas: tarea histórica de la burguesía

e) Vínculos entre los países del Este y el pensamiento de Marx

- Crítica radical del capitalismo

- Necesidad histórica del socialismo

- Ideología industrialista

- Optimismo tecnológico

- Partido: vanguardia de la clase obrera

DIFERENCIAS ENTRE CAPITALISMO Y SOCIALISMO

- Comentarios sobre los enunciados

- Economías con rasgos específicos

- Similitudes

" Sistemas industriales

" Explotación de la fuerza de trabajo

" Estructura de clases sociales

Ámbito de análisis

a) Relaciones de Producción

- Capitalismo

- Propiedad privada

" Compatible con otras formas de propiedad

" Proceso de concentración y firma corporativa

" Interpretación de los capitales públicos/privados

- Significado de la propiedad privada

" Derecho a utilizar y enajenar activos

" Pautas de distribución del ingreso

" Estructura de clases sociales

- Socialismo

- El Estado es el propietario de los medios de producción

" Configuración histórica

{Consolidación de los partidos comunistas

{Todos los ámbitos de la economía

{Proceso compulsivo

{Significado de la propiedad privada

- Significado de la estatarización

" El Estado es el titular jurídico

{El Estado es el titular jurídico

{Identificación Estado/Sociedad

" La propiedad privada desempeña un papel periférico

{Bienes de consumo

{Peque_a producción agraria

{Economía sumergida

" No se pueden enajenar los activos

" La burguesía y su reproducción

" El grupo social dominante y el sector estatal

{Gestionan en nombre de la sociedad los activos productivos

{Decisión sobre su utilización

" El Estado de apropia del excedente social

{La clase social que se genera en torno al Estado

" Especificaciones de la relación social trabajadores/Estado

b) Los mecanismos de asignación de recursos

- Capitalismo

- El mercado asigna

" Existencia de diferentes agentes económicos

{Empresarios y accionistas

{Trabajadores

{Inversores

{El sector público

" Decisiones adoptadas en la esfera microeconómica

" Existe una demanda externa a la empresa

" Los agentes económicos asumen un riesgo

" La información se recibe a través de los precios

{Los precios de bienes y servicios

{Los salarios

{Los tipos de interés

{Los tipos de cambio

" Los precios determinan

{El coste de producción

{El beneficio

{El coste de oportunidad

{Las preferencias de la demanda

" El motor básico es la competencia

{Inversión

{Concentración del capital

{Libertad de entrada salida de los mercados

" Los mercados más importantes

{Laboral

{Bienes y servicios

{Mercado financiero

{Bienes raíces

" El papel del Estado

{Participa activamente

{Regula indirectamente

{Lógica privada

- Socialismo

- El Plan asigna

" El Plan excluye al mercado [están ausentes]

{Agentes económicos independientes

{Competencia

{Precios libres

" El Plan: objetivos y recursos necesarios para su cumplimiento

{Lógica social

{Evita el despilfarro

"Determinación de los objetivos

{Teoría: proceso interactivo

{Práctica: instancias centrales del partido y del Estado

" En esas instancias se fijan los objetivos fundamentales

{Papel de los organismos intermedios

{Papel de las empresas

" Sistema de balances: equilibrio de objetivos y recursos

" Organigrama para:

{Elabora; Ejecuta; Supervisa

" Planes a corto, medio y largo plazo

" Papel de la empresa

{Activos del Estado; relación política; supervisión administrativa; gestión por un funcionario del partido; no hay demanda externa; razón de ser: cumplir los objetivos del plan; tamaño: economías de escala y razones organizativas

" Papel de los precios

{Papel menor

{Planificación en unidades físicas

{Precios administrados

{Los precios y el mercado negro

" Ausencia de un mercado financiero

{Las esferas monetarias de las empresas y las familias están separadas; créditos al sector privado no desarrollado; papel simbólico de los tipos de interés; no existe la bolsa; mercado de deuda pública: asignaciones obligatorias; los bancos pertenecen al Estado; ausencia de productos financieros para canalizar el ahorro.

c) El sector exterior en la economía

- El capitalismo nace como un sistema mundial

" Consumo exterior

" Las operaciones financieras

" Las inversiones directas

" Los flujos tecnológicos

" Los movimientos internacionales de fuerza de trabajo

- Factores determinantes

" Competencia

" Concentración de capital

" Búsqueda del beneficio privado

- El sector exterior en el socialismo

" Los partidos socialistas apenas han participado en el proceso de internacionalización

- Aspectos básicos de la desconexión

" Especialización productiva / precios internacionales

" Empresas domésticas / agencias especializadas

" Transacciones comerciales / planificación

" Restricciones a las inversiones extranjeras directas

" Desconexión precios domésticos / internacionales

{Tipo de cambio irrelevante

{No convertibilidad

{Monopolio de divisas

- Lógica de la desconexión

" Ruptura política

" Modernización fuera del capitalismo

" Valorización de capacidades productivas domésticas

- Relaciones exteriores regionales

" Articulados en torno al CAEM

" Reguladores específicos

" Papel esencial de la URSS

" Coordinación de los planes

d) Relación entre las esferas política y económica

- Capitalismo

- La esfera política desempeña un papel esencial

" Intervención del estado / reguladores indirectos

" Lógica pública subordinada a la privada

- Estructura política y económica separadas

- Sociedad civil al margen del estado

- El proceso de acumulación se explica desde la esfera económica

- Socialismo

- Las parcelas del Estado, el partido, la sociedad y la economía están integradas

- Importancia de la esfera política en la dinámica económica

- Papel totalizador de la ideología

EL PENSAMIENTO DE MARX Y LOS PAISES COMUNISTAS

a) Razones

- Marx fue crítico con el capitalismo y defendió el socialismo. Cree que el capitalismo tendrá un fin y después vendrá otra cosa mejor. Es una crítica radical: en la raíz, y hace la crítica en nombre de la racionalidad económica y del bienestar social.

- Los partidos comunistas al definirse lo han hecho como marxistas: se reclamaban de la herencia marxista y de la de Lenin.

- En esos países supuestamente se han aplicado lo que Marx decía que era el socialismo.

- Los que han criticado a las economías de tipo soviético dicen que demuestran la propia inconsistencia del pensamiento de Marx: se mete todo en el mismo saco.

b) Carácter histórico del capitalismo

-Marx aborda el capitalismo casi en la totalidad de su obra. Los analiza, dice que el capitalismo es un producto histórico, la historia es una sucesión de economías distintas, el consumismo primitivo, con propiedades colectivas y muy primarias; las economías tributarias de Asia; el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y finalmente llegará el socialismo.

-Dice que es histórico porque ha existido siempre, y por lo tanto no es un sistema natural, piensa que hay sistemas previos al capitalismo y que habrá sistemas posteriores. Ese tránsito se produce como consecuencia de las contradicciones de cada sistema económico, hasta que hacen insostenible esa economía.

- Marx se_ala que todos los países tienen que pasar por el capitalismo en esa secuencia histórica: para Marx Inglaterra es el modelo de desarrollo económico para los países pobres.

- Las contradicciones del capitalismo pondrán fin al sistema cuando se hagan insostenibles. Para que exista el socialismo es necesario que se haya desarrollado la producción fabril capitalista, para que haya socialismo debe haber una estructura industrial moderna, sino, no estarían creadas las condiciones materiales para ese transito. La producción capitalista es el exponente máximo de la cooperación productiva. En una economía campesina y atrasada, Marx entiende que no es posible el socialismo.

- Defiende por eso que el socialismo se instalará primero en los países desarrollados, pensaba que el primer país sería Inglaterra.

c) Crítica marxista al capitalismo

- Dice que el capitalismo no es revolucionario respecto al feudalismo y que la burguesía es una clase revolucionaria. Supone romper con las ataduras feudales, emancipar a los campesinos y formar una nueva clase social que es emprendedora: la burguesía, mientras que los feudales eran muy conservadores. Dice también que el capitalismo ha permitido desarrollar la tecnología. La propia supervivencia del empresario le obliga a innovar.

- Las contradicciones le llevarán a los extremos: el despilfarro de las capacidades productivas y la miseria creciente de los trabajadores. Las economías capitalistas no son capaces de agotar sus capacidades productivas: las crisis cada vez serán más profundas en un proceso cíclico. Marx se_ala que esos ciclos cada vez serán más profundos y las recesiones más prolongadas. Las economías no usarán toda su capacidad productiva y crecerá el desempleo. También dice que conduciría a una miseria creciente de los trabajadores: esto no ha sido así, una parte de los trabajadores han mejorado su nivel.

- Los intereses de la mayoría con los de la burguesía, que vive del trabajo de la clase obrera. La riqueza acumulativa se concentra en el centro, mientras que el empobrecimiento en la periferia. El capitalismo necesita de la cooperación de muchos agentes económicos.

- Las contradicciones se manifiestan en un funcionamiento autárquico, cada empresario persigue su propio lucro y no hay una coordinación productiva, también la acumulación de capital en pocas manos.

- Agiliza el enfrentamiento de clases sociales: las crisis conducen al enfrentamiento de la clase obrera con la burguesía, la clase obrera dice que es un colectivo revolucionario porque es una clase no propietaria, no tiene nada que perder salvo sus cadenas es el sujeto histórico que derribará el capitalismo. La diferencia con los campesinos es que los campesinos son propietarios.

- El enfrentamiento de clases no es ni bueno ni malo, es el producto necesario del sistema capitalista, los intereses de las clases obrera y burguesas son antológicas, situación crítica que llevaría a la clase obrera representada por el Partido Comunista a iniciar un proceso político revolucionario que les llevaría al poder: control social de los medios de producción y planificación. La planificación no busca el beneficio individual, sino el colectivo.

d) Relación entre el pensamiento de Marx y el socialismo real existente

- El socialismo se ha implantado en primer lugar en países con bajo nivel de desarrollo económico, por lo tanto es una negación a Marx. La situación de Rusia no tenía nada que ver con la de Inglaterra, tenía muy poca base industrial, era un país agrario y subdesarrollado. No existían las condiciones materiales para los que Marx entendía como socialismo. Todos estos países estaban atrasados estructuralmente, la mayor parte de la producción era agraria y la agricultura está atrasada. La clase económica tenía poca importancia económica en estos países, para Marx los obreros tenían que encabezar esa lucha. En 1917 en Rusia la clase obrera era débil económicamente, pero influyente en política. Su importancia social es que el Partido Comunista promovió la salida de Rusia de la Guerra y dio tierra a los campesinos, no eran objetivos en si socialistas, no hay un sujeto revolucionario. La estructura social es de propietarios privados, los partidos comunistas lo que hicieron fu la tarea histórica que no había realizado la burguesía, se enfrentaron a la tarea de la industrialización.

e) Vínculo entre los países del Este y el pensamiento de Marx

- Tanto Marx como los partidos comunistas niegan radicalmente el capitalismo. Marx defiende el socialismo y los partidos comunistas también llevan la bandera socialista. Marx defiende la industrialización diciendo que es igual al desarrollo económico y modernización, lo han compartido los partidos comunistas, es condición imprescindible. Capitalismo tecnológico, Marx confía en le potencial liberador de la tecnología al igual que los partidos comunistas. También comparten la idea de que la revolución la tienen que llevar a cabo los trabajadores industriales.

DIFERENCIAS ENTRE CAPITALISMO Y SOCIALISMO

- Comentarios sobre los enunciados. Siguiendo las definiciones clásicas, en los países del Este no han existido socialismo ni capitalismo, se pueden llamar: economías burocráticas, economías de planificación central, economías no capitalistas, economías de tipo soviético.

- Capitalismo y socialismo tienen rasgos comunes, importancia de los sistemas industriales, están basados en la explotación de la fuerza de trabajo y en una estructura de clases sociales.

Ámbito de análisis

a) Relaciones de producción

Capitalismo

- Dominio absoluto de la propiedad privada de los medios de producción, es mayoritaria cuantitativamente y fundamental cualitativamente. La forma dominante es el sector privado.

- El empresario (dueño de los medios de producción) tiene derecho a utilizar los medios de producción, a apropiarse del producto y enajenar una parte o totalidad de la empresa. En función del objetivo de beneficio se pueden utilizar los medios de producción. Determina las relaciones de producción, como se distribuye el ingreso entre consumo e inversión, estas decisiones se toman en función de los medios de producción y va a determinar la estructura de clases sociales.

Socialismo

- El Estado es el dueño de la mayor parte de los medios de producción, todo lo que tiene que ver con el patrimonio productivo.

" Configuración histórica. El proceso de estatización comienza a partir de 1948 cuando los partidos comunistas se hacen con el poder absoluto, se produce el asalto al poder político y económico. La estatización supone controles de los recursos productivos del país. Primeramente se toma el poder político e inmediatamente después se produce la estatización que llega a todos los rincones de la economía. El proceso fue violento, nada tiene que ver con lo que pensaban Marx o Lenin (el socialismo debía ser voluntario).

" Significado de la estatización. El Estado es el titular jurídico de los medios de producción. ¿Quién es el Estado?, no se sabe bien, es un sujeto colectivo, pero pretender que el Estado sea igual a la Sociedad es una identificación ideológica.

" La propiedad privada. Desempeña un papel marginal salvo en algunos ámbitos como los bienes de consumo, que son propiedad de los trabajadores, también funciona la propiedad privada en las parcelas agrarias concedidas a los campesinos como complemento de su renta. Economía sumergida ha sido muy importante, operaban los ciudadanos, empresarios e incluso los funcionarios del Partido Comunista. Se nutría de la producción estatal y se atribuía por las redes estatales, en este mercado operaban los precios libres; había incluso tráfico de divisas.

" No se pueden enajenar los activos. Los gerentes, funcionarios del Partido Comunista, lo que tienen que hacer es administrar los activos que la sociedad pone en sus manos no se pueden hacer transacciones mercantiles porque no tienen capacidad jurídica)

" La burguesía carece de los medios materiales para su reproducción porque no tienen riqueza suficiente.

" Grupo social dominante. Se articula dentro del Estado, son los dirigentes del Partido Comunista. Esta clase social es heterogénea, directores de empresa, funcionarios, también clase obrera. Pueden tomar decisiones sobre que, como, cuanto se produce.

" El Estado se apropia del excedente social. Los miembros de la clase social dominante han sufrido menor penuria.

" Especificaciones. Los trabajadores son el Estado, no hay relación entre dos partes contractuales distintas, no hay una relación libre. Los trabajadores son los dueños de los medios de producción. No hay relación entre colectivos distintos y no está determinado por la economía. El Estado puede asignar recursos. No hay una relación dentro del estado marcado por los criterios políticos.

B) Los mecanismos de asignación de recursos

Capitalismo

- El rasgo más importante del capitalismo es que el mercado es el encargado de asignar los recursos productivos.

" Existencia de agentes económicos. Existen agentes económicos distintos y van a funcionar de manera que obtengan el máximo beneficio.

Las decisiones se adoptan en la esfera microeconómica, por agentes que asumen riesgos. Además, la demanda externa a la empresa debe ser satisfecha.

. Los precios. Son la variable más económica desde el punto de vista del funcionamiento del mercado. Son la vía fundamental a través de la cual los agentes económicos reciben información. La información es lo que permite tomar decisiones.

" La competencia. Se invierte porque hay competencia, es una variable estratégica, significa que hay libertad para la entrada y salida de un mercado. Los mercados más importantes son el laboral, el de bienes y servicios el financiero...

" El papel del Estado. Es fundamental el una economía capitalista, el Estado sirve al sector privado. El Estado participa activamente en calidad de regulador no tanto como productor. Regula mediante las distintas políticas económicas y creando leyes referentes al comportamiento de los agentes económicos.

Socialismo

- El instrumento básico es la planificación.

" El Plan por definición excluye el mercado; están ausentes algunos elementos básicos no hay agentes ni empresas independientes. La configuración de la economía es el resultado de una macro decisión política (todas las empresas tienen el mismo dueño). No hay competencia, hay complementariedad. No hay competencia dentro ni fuera, porque las transacciones financieras están prohibidas por el estado. No hay precios libres, los precios no se forman mediante la oferta y la demanda, no reflejan el coste, la escasez o preferencias; los precios los fija el Estado conforme a sus objetivos estratégicos.

" El Plan: objetivos. El Plan e un intento deliberado de regular las transacciones económicas guiado todo ello por una lógica social para superar la lógica del mercado.

" Determinación de los objetivos. Lo más importante es que primero se planifica y luego se monetiza. En teoría la información fluye desde las empresas al Estado y del Estado a las empresas. Las decisiones fundamentales se toman en las instancias centrales. Los empresarios son ejecutores de la planificación. La lógica del partido comunista es crecer más que el capitalismo.

“Como no se puede renunciar a la industrialización desde el Estado se va a apoyar, se determina primero la inversión y el residuo serán los bienes de consumo. El Estado determina la asignación, no los precios, las necesidades sociales se evalúan desde el Estado. En función de la cantidad que el Estado decide producir se le pone un precio, se monetiza y se fija el ingreso de la población para que de este modo los mercados se vacíen. Las diferentes instancias concretan como se ha de materializar ese Plan. La estructura administrativa se superpone a la economía, el Estado tiene que organizar los flujos económicos incluso en la esfera microeconómica el Estado organiza todas las transacciones económicas, hasta los mínimos detalles de la economía.”

" Papel de la empresa. La empresa que opera en el mercado tiene como fin la venta, no tiene con fin la venta, no pretende satisfacer las necesidades sociales. En las empresas de tipo soviético no hay venta, existen transacciones dentro del ámbito estatal. El output de una empresa es un insumo para otra empresa (otro eslabón del sistema administrativo). No hay demanda externa a la empresa. Si no existen los beneficios derivados de la venta las empresas no se enfrentan a una restricción financiera fuerte porque su supervivencia no depende de la venta de producto, sino del presupuesto que garantiza la financiación de las empresas, los ingresos de las empresas se consignan como ingresos públicos. En cuanto al tamaño este es grande porque se busca un criterio de economías de escala para especializarse y en economías de aglomeración.

" Papel de los precios. Son totalmente distintos que en la economía capitalista, sirven para dar valor a los productos físicos y no van a variar. El coste de producción es mayor al coste de venta, hay una subvención que permite que los precios permanezcan bajos. Los precios reflejan las preferencias políticas del Estado. Donde funcionan los precios es en el mercado negro, que reflejan una situación de escasez.

" Ausencia de mercados financieros. Los mercados transfieren recursos de actividades menos rentables a actividades más rentables. Ni la banca, que funciona como una cámara de compensación, no está especializada, existe solo un banco, el banco Central, que realiza la función de banca comercial y de inversión; no capta ni presta recursos, realiza un control contable para comprobar que el plan se está cumpliendo. Los tipos de interés no son un regulador de la oferta monetaria, no hay ahorro ni recursos financieros que canalizar. Las empresas y las familias están en esferas separadas, las familias no tienen estímulos financieros al ahorro, no se pueden comprar acciones, ni valores inmobiliarios...

C) El sector exterior en la economía

- Capitalismo

- En el capitalismo el proceso de internacionalización se lleva a cabo a través del comercio. A partir de los a_os 60´ y mediante la IED hay un proceso de internacionalización del conocimiento, la tecnología. El capitalismo es un proceso complejo que supone la internacionalización de los flujos económicos.

- El factor fundamental es la competencia, sino se eliminan los aspectos por los cuales el capitalismo articula el mercado internacional. La concentración de capital exige un mercado global para que las operaciones sean rentables. El capitalismo es un sistema que busca un beneficio y tienes mucho que ver con la inversión directa.

- Socialismo

- En el socialismo el sector exterior ha tenido un papel residual. Tienen cierta importancia las relaciones exteriores pero son peque_as en relación al volumen que han alcanzado estas economías. La producción es nacional y no está pensada para operara en el mercado internacional debido a la planificación. Las empresas si no han estado activamente en el mercado internacional es porque los productos son de baja calidad y, además, el mecanismo económico desconecta la empresa del mercado mundial. Si están es por consecuencia política.

- Aspectos

" Los partidos comunistas deciden industrializarse al margen de la información de la estructura de precios internacionales, por consideraciones políticas.

" Las empresas domésticas no tienen relación con el exterior, aunque produzca para exportar o utilice inputs del exterior; las empresas se ajustan al plan y las relaciones comerciales las ejecutan las agencias especializadas en comercio exterior. No hay vínculo entre empresa doméstica y foránea. La empresa doméstica cede la producción a la agencia especializada que exporta al exterior.

" Las transacciones comerciales forman parte de la planificación. La planificación valora las capacidades productivas y luego las necesidades de importación. Las economías son de oferta y no de demanda. Si todo se puede cubrir con recursos disponibles no habrá comercio exterior. Las exportaciones son una variable residual.

" Las inversiones extranjeras han estado prohibidas, las procedentes de países occidentales. Una inversión directa significa controlar la propiedad, disponer de los activos. Si la inversión directa es el resultado de la cooperación entre países socialistas si era aceptada.

" Los precios domésticos y los internacionales no están conectados. Los precios internos están al margen, no reflejaban las tendencias internacionales. El tipo de cambio no desempeña ningún papel, es una magnitud simbólica determinado por una decisión política. No había mercado de dividas, el tipo de cambio es el elemento que relaciona precios domésticos con los internacionales.

- Lógica de la desconexión

" La desconexión se explica por un elemento de tipo político, la toma de poder por el partido comunista significa una ruptura, pretenden regular la economía; resulta lógico la desconexión con el mercado internacional.

" La modernización a través de la industrialización solo se entiende como su experimenta al margen del mercado internacional para que tenga éxito.

" Hay un intento de dar valor a las capacidades productivas a partir de consideraciones internas. El sistema solo es viable si rompe con el mercado internacional. Pero aunque no hubiera habido bloqueo internacional la economía tiende a crecer hacia dentro. Mientras no cambie la lógica de la planificación se tiende a crecer así.

- Relaciones exteriores regionales.

Las relaciones exteriores han tenido una gran importancia, solo las que han vinculado a los países del este entre sí. Las relaciones de tipo comercial han permitido a los países centroeuropeos llevar a cabo una industrialización rápida. La URSS suministró una dotación de materias primas abundante a un precio inferior al mercado mundial. Los mayores costes los asume la URSS y los mayores beneficios los países del este; se produce una transferencia financiera por la asimetría en los precios. El sector exterior se regula de manera distinta al capitalismo: el elemento fundamental es la coordinación entre los planes. Las relaciones se articulan alrededor de un mercado común comunista pretende coordinar los esfuerzos de los países que forman el área comunista. Consejo de Ayuda Económica Mutua, CAEM.

D) Relación entre esferas política y económica

- Capitalismo

- Lo económico es esencial en el proceso de acumulación y concentración de capital en el capitalismo. El capitalismo no es la economía en estado puro, el estado interviene de manera creciente en el capitalismo. La intervención del Estado está subordinada al sector privado, interviene a través de reguladores indirectos.

Las estructuras políticas y económicas están separadas, son independientes aunque haya muchos vínculos.

La sociedad civil está al margen, es independiente de la estructura política.

- Socialismo

- Todo está articulado un mismo ámbito; se confunden. El elemento fundamental es el partido y el estado. Existe una estructura del Partido Comunista que penetra todos los ámbitos del estado y de las empresas. La economía es el partido política y el partido político es el estado, todo determinado por criterios políticos. La política es fundamental para entender la economía. La ideología socialista / comunista pretendía tener una concepción del mundo vanguardista. Esta ideología totalizadora antidemocrática tiende a envolver la economía y la sociedad.

Personajes

Adam Smith

1. INTRODUCCIÓN

 Adam Smith (1723-1790), economista y filósofo británico, cuyo famoso tratado Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, más conocida por su nombre abreviado de La riqueza de las naciones (1776), constituyó el primer intento de analizar los factores determinantes de la formación de capital y el desarrollo histórico de la industria y el comercio entre los países europeos, lo que permitió crear la base de la moderna ciencia de la economía.

2. VIDA  

Nacido en Kirkcaldy (Escocia), tras completar su formación primaria en su localidad natal, en 1737 acudió a la Universidad de Glasgow para iniciar estudios de filosofía moral, que completaría en el Balliol College de la Universidad de Oxford. Desde 1748 hasta 1751 fue profesor ayudante de retórica y literatura en Edimburgo. Durante este periodo estableció una estrecha amistad con el también filósofo escocés David Hume que perduró hasta el fallecimiento de éste en 1776. Esta relación influyó poderosamente en la formulación del conjunto de las teorías económicas y éticas de Smith.

En 1751 accedió a la cátedra de Lógica de la Universidad de Glasgow y, un año más tarde, a la de Filosofía Moral del mismo centro académico. Muchas de sus enseñanzas fueron recogidas en una de sus obras más conocidas, Teoría de los sentimientos morales (1759). En 1763 renunció a su puesto docente en la universidad para convertirse en tutor de Henry Scott, tercer duque de Buccleuch, al cual acompañó durante 18 meses en un viaje por Europa. En el transcurso de éste conoció a Voltaire y a algunos de los principales economistas fisiócratas franceses, especialmente François Quesnay y Anne Robert Jacques Turgot, que defendían una doctrina económica y política basada en la primacía de la ley natural, la riqueza y el orden. Inspirándose en las ideas de los antes citados, Smith llegó a concebir su propia y original doctrina y teoría económica. Desde 1766 hasta 1776 residió en Kirkcaldy y Londres, dedicado a la redacción de La riqueza de las naciones, cuya publicación es señalada por muchos analistas como el momento en que la economía se convirtió en una ciencia independiente de la política. Nombrado comisario de aduanas para Escocia en 1777, marchó a vivir a Edimburgo y, en 1787, fue honrado con el nombramiento de rector honorífico de la Universidad de Glasgow. Falleció en Edimburgo el 17 de julio de 1790.

3. PENSAMIENTO E INFLUENCIA

 

En La riqueza de las naciones, Smith realizó un profundo análisis de los procesos de creación y distribución de la riqueza. Demostró que la fuente fundamental de todos los ingresos, así como la forma en que se distribuye la riqueza, radica en la diferenciación entre la renta, los salarios y los beneficios o ganancias. La tesis central de este escrito es que la mejor forma de emplear el capital en la producción y distribución de la riqueza es aquella en la que no interviene el gobierno, es decir, en condiciones de laissez-faire y de librecambio. Según Smith, la producción y el intercambio de bienes aumenta, y por lo tanto también se eleva el nivel de vida de la población, si el empresario privado, tanto industrial como comercial, puede actuar en libertad mediante una regulación y un control gubernamental mínimos. Para defender este concepto de un gobierno no intervencionista, Smith estableció el principio de la “mano invisible”: al buscar satisfacer sus propios intereses, todos los individuos son conducidos por una “mano invisible” que permite alcanzar el mejor objetivo social posible. Por ello, cualquier interferencia en la competencia entre los individuos por parte del gobierno será perjudicial.

Aunque este planteamiento ha sido revisado por los economistas a lo largo de la historia, gran parte del contenido teórico de La riqueza de las naciones (de un modo particular en lo referente a la fuente de la riqueza y los factores determinantes de la formación de capital) sigue siendo la base del estudio teórico en el campo de la economía política. La riqueza de las naciones también constituye una guía para el diseño de la política económica de un gobierno.

David Ricardo

David Ricardo (1772-1823), economista británico nacido en Londres. Dejó la escuela a los 14 años para entrar a trabajar en una agencia de corretaje; a los 25 años de edad ya había ganado una fortuna invirtiendo en bolsa. En su primer libro de teoría económica, El elevado precio de los lingotes, una prueba de la depreciación de los billetes bancarios (1809), defendía el establecimiento de una unidad monetaria fuerte cuyo valor dependiera del de algún metal precioso. En su obra más importante, Principios de Economía Política y Tributación (1817), Ricardo establecía varias teorías basadas en sus estudios sobre la distribución de la riqueza a largo plazo. Ricardo pensaba que el crecimiento de la población provocaría una escasez de tierras productivas; su teoría de la renta está basada en la productividad de la tierra. Defendió la teoría clásica del comercio internacional, subrayando la importancia de la especialización internacional y la libre competencia. Su teoría del valor trabajo, que influyó en el pensamiento de Karl Marx, afirma que los salarios dependen del precio de los alimentos, que a su vez dependen de los costes de producción, los cuales dependen de la cantidad de trabajo necesario para producir los alimentos; en otras palabras, el trabajo es el principal determinante del valor. Durante los últimos cuatro años de su vida fue miembro del Parlamento británico.

John Maynard Keynes

1. INTRODUCCIÓN

 John Maynard Keynes (1883-1946), economista británico. Sus ideas, sustrato de una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo o “nueva ciencia económica”, influyeron de forma determinante en el diseño de las políticas económicas de muchos países desde la finalización de la II Guerra Mundial. Muchos economistas consideran que su principal obra, La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero (1936), es uno de los tratados teóricos más importantes del siglo XX.

2. PRIMEROS AÑOS DE SU VIDA

Nació el 5 de junio de 1883 en Cambridge, hijo del también economista John Neville Keynes. Estudió en el Eton College y en la Universidad de Cambridge, centro en el cual recibió clases de Alfred Marshall y donde se licenció. Desde 1906 hasta 1908 trabajó en la Oficina de la India del gobierno británico; fruto de esta experiencia fue una de sus primeras publicaciones: La moneda y las finanzas de la India (1913). Tras regresar a su país ingresó en el Consejo de Economía y Política de la Universidad de Cambridge. Durante la I Guerra Mundial colaboró con el Tesoro británico y, finalizada aquélla, fue representante de su país en la Conferencia de Paz de París (1919). En el transcurso de ésta se opuso a los términos económicos establecidos por el Tratado de Versalles y renunció a su puesto, para después escribir Las consecuencias económicas de la paz (1919); en este escrito predijo, con acierto, que las enormes indemnizaciones impuestas a Alemania en concepto de reparaciones de guerra desembocarían en una inflación generalizada y empujarían al Estado alemán hacia el nacionalismo económico y la reaparición del militarismo.

3. DESARROLLO DE SU TEORÍA

 

Durante la década de 1920 impartió clases en Cambridge y escribió dos importantes obras en las que ya se iba perfilando la que sería su doctrina: Tratado sobre probabilidades (1921) y Tratado sobre el dinero (1930). En esta última (muy influida por el reciente crac de 1929 y sus primeras consecuencias) intentó analizar por qué la economía funciona de forma irregular, así como por qué está sujeta a las sucesivas expansiones y depresiones que caracterizan a los ciclos económicos. No obstante, no lograba explicar la problemática de las depresiones prolongadas, fenómeno para el que no existía respuesta si se seguían los entonces vigentes principios de la economía clásica, que consideraban que las recesiones se terminaban por corregir de forma automática. La tesis generalizada era que durante las recesiones aumentaba el ahorro, por lo que se reducían los tipos de interés; estos parámetros fomentarían la inversión empresarial y ésta, finalmente, conduciría a un nuevo periodo de crecimiento económico.


Keynes analizó en profundidad los problemas relativos a las depresiones prolongadas en La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero. Argumentó la inexistencia de mecanismos de ajuste automático que permitan a la economía recuperarse de las recesiones. Afirmaba que el ahorro no invertido prolonga el estancamiento económico y que las inversiones empresariales dependen de la creación de nuevos mercados, de la utilización de nuevos adelantos técnicos y de otras variables independientes del tipo de interés o de ahorro. Puesto que la inversión empresarial fluctúa, no se puede esperar que ésta pueda preservar un nivel de pleno empleo y unos ingresos estables. Por ello, aseguraba que debían ser los gobiernos (factor ignorado hasta entonces), los que tendrían que convertirse en instrumentos económicos activos y compensar (a través de políticas económicas adecuadas) la insuficiencia de inversión privada durante una recesión con la reducción de impuestos y, sobre todo, con el incremento del gasto público. Así, defendió los programas económicos de inversión pública que ya se estaban ensayando en el Reino Unido y, muy especialmente, en Estados Unidos, donde el presidente Franklin Delano Roosevelt había afrontado la lucha contra la Gran Depresión con su política de New Deal.

4. ÚLTIMAS ACTIVIDADES  

Poco después de que el Reino Unido entrara en la II Guerra Mundial, Keynes publicó Cómo pagar la guerra (1940), en el que proponía que una parte de todos los salarios fuera invertida en bonos del gobierno. En 1942 recibió el título de barón Keynes de Tilton y, dos años más tarde, dirigió la delegación británica que asistió a la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas (más conocida por el nombre de Conferencia de Bretton Woods). Presento en este foro el que fue denominado Plan Keynes, que promovía la institución de un organismo financiero internacional al que debían estar sujetos los distintos bancos centrales nacionales y que podría conceder créditos internacionales. Estas propuestas tuvieron una inmediata repercusión y, aunque no se materializaron exactamente según el modelo de Keynes, se tradujeron en la fundación del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). John Maynard Keynes falleció el 21 de abril de 1946 en Firle.

Desventajas

Posible crisis del capitalismo a principios del s. XXI

1.- PRIMEROS INDICIOS. CRAC ASIÁTICO EN EL 97 Y CRAC RUSO EN EL 98.

El sistema capitalista global, que ha sido responsable de la extraordinaria prosperidad en los países desarrollados y que ha ayudado a desarrollarse a otros países subdesarrollados hasta los 70 puede estarse viniendo abajo en esta última década. El actual declive del mercado bursátil de Estados Unidos es sólo un síntoma, y un síntoma tardío además, de los problemas más profundos que aquejan a la economía mundial. Algunos mercados bursátiles asiáticos han sufrido en el año 97 desplomes más graves que la crisis de Wall Street de 1929 en Estados Unidos. Por añadidura sus monedas han caído también hasta una fracción de su valor cuando estaban vinculadas al dólar estadounidense. Al desplome financiero en Asia le ha seguido un desplome económico. En Indonesia, uno de los países más afectados, la mayoría de las ganancias en el nivel de vida que se acumularon en los 30 años del régimen de Suharto, han desaparecido. Los modernos edificios, fábricas e infraestructuras permanecen, pero también una población que ha sido desarraigada de sus orígenes rurales. Rusia experimenta actualmente una crisis financiera total. Es un espectáculo espeluznante que tendrá incalculables consecuencias humanas y políticas. El contagio también se ha propagado a América Latina.

Sería lamentable dormirse en los laureles sólo porque la mayoría de los problemas suceden en países en desarrollo o potencias de segundo orden. Hay que tener en cuenta que todos formamos parte de la mundialización económica, que no sólo se caracteriza por la libre circulación de mercancías sino también de capitales. Este sistema es muy favorable al capital financiero que es muy libre de escoger y elegir donde ir y a conducido al rápido crecimiento de diversos mercados financieros globales. Puede concebirse como un gigantesco sistema circulatorio que aspira capital desde los mercados e instituciones centrales (países desarrollados) y lo bombea después a la periferia (economías emergentes sobre todo). Este bombeo puede realizarse en forma de créditos e inversiones en cartera o a través de multinacionales.

Hasta la crisis tailandesa de julio de 1997 todo fue bien. El centro aspiraba y bombeaba dinero vigorosamente, los mercados financieros crecían en tamaño e importancia y los países periféricos podían obtener un abundante suministro de capitales abriendo sus mercados de capital. Había una expansión global en la que los mercados emergentes obtenían resultados especialmente satisfactorios. En cierto momento del 94 más de la mitad de entradas en los fondos comunes de inversión de Estados Unidos, se destinaron a fondos de las economías emergentes.

Sin embargo, la crisis asiática ha invertido la dirección del movimiento. El capital ha comenzado a huir de la periferia. Al principio esto fue hasta beneficioso para los mercados del centro. La economía estadounidense, por ejemplo, estaba al borde del recalentamiento, y la Reserva Federal estudiaba la posibilidad de elevar la tasa de descuento. La crisis asiática desaconsejó la aplicación de esta medida y el mercado de valores se animó. La economía de EE.UU disfrutó de los mejores mundos posibles con importaciones baratas (gracias a la obligada devaluación de las monedas asiáticas al huir el capital de estos países) que a su vez sirvieron para mantener bajo control las presiones inflacionistas internas y gracias a ello el mercado bursátil alcanzó nuevos máximos. Esta tendencia alcista generó buenas expectativas de que la periferia podría acabar recuperándose también y entre febrero y abril del 98, la mayoría de los mercados asiáticos recuperaron aproximadamente la mitad de sus pérdidas anteriores medidas en monedas nacionales (lo cual no tiene tanto mérito si observamos que estas se habían devaluado una barbaridad; si lo miramos en dólares de 1997 y 1998 la recuperación era más floja).

Esto fue una clásica recuperación temporal de un mercado que tiende a la baja. Las expectativas para estas economías emergentes no son tan buenas como antes y llega un momento en que las dificultades en la periferia no pueden ser buenas para el centro. Es posible que hayamos llegado a este momento con la crisis de Rusia.

2.- CAUSAS DE ESTA POSIBLE CRISIS Y SUS CONSECUENCIAS.

  • Mal funcionamiento del Sistema Financiero. En muchos países es inestable y esto puede afectar a la permanencia de estos en la Mundialización.

  • La crisis rusa ha sacado a la luz ciertas deficiencias del sistema bancario internacional en la que no se había reparado anteriormente. Además de su exposición en sus propios balances, los bancos realizan permutas (swaps, operaciones a plazo y transacciones con instrumentos financieros derivados) entre ellos mismos y con sus clientes. Estas transacciones no se reflejan en los balances de los bancos. Se ajustan constantemente al valor del mercado, es decir, se revalorizan constantemente y cualquier diferencia entre el coste y el mercado se compensa mediante transferencias en efectivo. Se supone que de este modo se elimina el riesgo de incumplimiento de pago. Los mercados de permutas, operaciones a plazo y derivados son muy amplios y los márgenes escasísimos; es decir, el valor de las cantidades subyacentes es un abundante múltiplo del capital empleado en el negocio. Las transacciones se realizan entre muchos intermediarios y cada intermediario tiene una obligación con sus homólogos sin saber quien más participa. La exposición a homólogos individuales se limita mediante la fijación de líneas de crédito.

    Se supone que este sistema no podía fallar a causa del incumplimiento de los pagos, pero con la inestabilidad causada por la crisis inflacionista rusa del 98, este sistema recibió un duro golpe a causa del desplome del sistema bancario ruso. Los bancos rusos incumplieron sus obligaciones de pago (estaban arruinados por la crisis y además no podían cumplir con sus homólogos porque los activos financieros que manejaban se habían revalorizado mucho), pero los bancos occidentales pudieron mantener el tipo ante sus clientes. No se encontró manera de compensar las obligaciones de un banco con las del otro. Esto trajo el fin de muchos fondos de cobertura y otras cuentas especulativas que sufrieron pérdidas tan cuantiosas que debieron de ser liquidadas. Los diferenciales normales se vieron alterados y los profesionales que arbitraban entre diversos derivados, es decir, que cambiaban un derivado por otro, también sufrieron cuantiosas pérdidas. Fue un duro golpe para la especulación que se había creado en Rusia a causa de la inestabilidad de la economía.

    Una situación semejante surgió poco después cuando Malasia cerró deliberadamente sus mercados financieros al extranjero. Sin embargo, la Autoridad Monetaria de Singapur en colaboración con otros bancos centrales actuó sin demora. Los contratos pendientes se registraron en cifras netas y las pérdidas se compartieron. Se evitó así, un posible colapso del sistema.

    Estas dos crisis han traído dos efectos demoledores. El primero es el hecho de que estos acontecimientos han inducido a la mayoría de los actores del mercado a reducir su exposición en términos generales. Los bancos intentan frenéticamente limitar su exposición, disminuir la razón préstamos-fondos propios y reducir el riesgo. Esto a la vez que limita el riesgo en las inversiones, limita un buen crecimiento en los bancos. El resultado es que los valores bancarios han caído en picado. Se está gestando una comprensión global del crédito, que está restringiendo el movimiento de fondos a la periferia, pero que también ha comenzado a afectar a la disponibilidad de créditos en nuestras economías internas. Un ejemplo es que el llamado "mercado de bonos basura" estadounidense, ha cerrado ya.

    El segundo efecto es el hecho de que muchos países de economías emergentes pueden estar comenzando a abandonar el sistema capitalista global debido al intenso dolor que puede haber producido en sus mercados financieros la especulación central. El primer afectado fue Indonesia, que junto a Rusia ha sufrido una crisis completa. Sin embargo, lo que puede ser más grave para el centro es lo sucedido en Malasia y en menor grado en Hong Kong. El desplome de Rusia e Indonesia no fue buscado pero Malasia abandonó deliberadamente. Este país logró infringir considerables prejuicios a inversores y especuladores extranjeros y pudo obtener algún alivio temporal sino para su economía, sí al menos para los gobernantes del país (recordemos que la economía y la situación política y social están siempre muy relacionadas). El alivio proviene de la capacidad de reducir los tipos de interés e inyectar al mercado de valores gracias a un aislamiento provisional del mercado exterior. El alivio no puede ser más que temporal porque las fronteras siempre son porosas y el dinero saldrá ilegalmente si hace falta (por más que lo intente el gobierno malayo no puede abrir y cerrar fronteras según le convenga y evitar así la inversión del flujo de capital centro-periferia). Los efectos para la economía malaya serán catastróficos, pero los economistas locales vinculados al régimen podrán salvar sus negocios al menos que el propio régimen sea derrotado. Las medidas adoptadas por Malasia perjudicarán a otros países que intentan mantener sus mercados financieros abiertos porque estarán fomentando sin quererlo una fuga de capitales de su país. En ese sentido, Malasia ha emprendido una política de empobrecer al vecino y esto supone un peligro para el centro, porque si gracias a esta medidas Malasia presenta un buen aspecto en comparación con otras economías emergentes; éstas tarde o temprano la imitarán y entraremos en una crisis fuerte del capitalismo global, donde muchas economías emergentes cerrarán sus fronteras a los mercados de capital.

    B) Mal funcionamiento de los organismos internacionales destinados a velar por el capitalismo global.

    Otro factor importante que favorece la desintegración del sistema capitalista global es la evidente incapacidad de las autoridades para mantenerlo unido. Los programas del Fondo Monetario Internacional (FMI) no parecen funcionar; además el FMI se ha quedado sin dinero. La respuesta del gobierno del G7 ante la crisis de Rusia ha sido deplorablemente insuficiente, y la pérdida de control ha sido absolutamente terrible. Los mercados financieros son muy peculiares en este sentido: les molesta cualquier tipo de injerencia gubernamental pero mantienen una profunda creencia en que si la situación se pone realmente fea, las autoridades intervendrán. Esta creencia se ha conmocionado ya.

    ! Resumen de la interrelación de las dos causas anteriores y posibles consecuencias de su efecto conjunto.

    El mal funcionamiento del sistema financiero en las economías emergentes y la inutilidad de los organismos internacionales para corregir los efectos de alguna crisis de la periferia funciona al unísono para reforzar el movimiento inverso de capital desde la periferia hasta el centro. Es probable que la conmoción inicial causada por la crisis de Rusia se pase, pero también es probable que la tensión sobre la periferia continúe. La fuga de capitales ya se ha extendido a Brasil, y si Brasil cae, Argentina está en peligro. Las previsiones de crecimiento económico-global se reajustan sin cesar a la baja. Lo más probable es que los principales afectados sean economías emergentes, pero en el caso de que el desplome se extienda hasta nuestras economías, se va a traducir en un aumento de las barreras arancelarias que son necesarias para alimentar el movimiento inverso de capital (periferia-centro). En el caso de que esto ocurra, el colapso del sistema financiero internacional vendría acompañado de una crisis del libre comercio internacional.

    El replanteamiento debe comenzar reconociendo que los mercados financieros son intrínsecamente inestables. El sistema capitalista global se base en la creencia de que los mercados financieros, si se los abandona a sus propios recursos, tienden al equilibrio. Se supone que se mueven como un péndulo: pueden ser trastornados por fuerzas externas, las llamadas conmociones exógenas, pero intentarán volver a la posición de equilibrio. Esta creencia es falsa. Los mercados financieros son dados a excesos, y si una secuencia expansión/depresión avanza hasta más allá de ciento punto nunca volverá a su lugar de origen. En vez de actuar como un péndulo, les mercados financieros han actuado recientemente como una bola de demolición, golpeando sobre una economía tras otra.

    Se habla mucho de imponer disciplina de mercado, pero si imponer disciplina de mercado significa imponer inestabilidad, ¿cuánta inestabilidad puede asumir la sociedad?. La disciplina de mercado debe ser complementada por otra disciplina: el mantenimiento de la estabilidad en los mercados financieros debería ser el objetivo de la política pública.

    A pesar de la creencia dominante en los libres mercados, este principio ha sido aceptado ya y puesto en práctica a escala nacional. Disponemos del Sistema de Reserva Federal y otras autoridades financieras cuyo mandato consiste en impedir un colapso de nuestros mercados financieros internos y, si es necesario, actuar como prestamistas de último recurso. En teoría son capaces de llevar a cabo su mandato, pero lamentablemente carecemos de las autoridades financieras apropiadas en la escena internacional. Tenemos las instituciones de Bretton Woods, el FMI y el Banco Mundial, que han intentado valientemente adaptarse a unas circunstancias que cambian con rapidez. Hay que admitir que los programas del FMI no han tenido éxito en la actual crisis financiera global; su misión y sus métodos de funcionamiento deben ser reconsiderados. Tal vez sean necesarias otras instituciones.

    3.- Soluciones o métodos de prevención de la crisis.

    a) Eliminación de la realidad de una sociedad cerrada y sus derivados.

    Vivimos en una economía global, pero la organización política en la que se desarrolla dicha economía mundializada es deplorablemente insuficiente. Mientras la economía global sigue adelante y sigue creciendo superando las diferentes y muy variadas crisis; la sociedad sigue siendo incapaz de mantener la paz o de contrarrestar los excesos de los mercados financieros en la periferia. Sin un control sobre la estabilidad política en algunas economías emergentes, es probable que la economía global tenga peligrosos vaivenes y pueda llegar a desplomarse.

    En otras palabras, el desarrollo de una economía global, no ha coincidido con el desarrollo de una sociedad global. La unidad básica de la vida política y social sigue siendo el estado-nación. Esto degenera en un montón de problemas para muchas economías. Queda esto demostrado cuando nos fijamos en que el derecho internacional y otras instituciones internacionales no son capaces de impedir guerras o un abuso a gran escala de los Derechos Humanos en algunos países ya no tan subdesarrollados. Otros problemas muy descontrolados por las Organizaciones Internacionales en las economías emergentes son el menosprecio total que se hace a la ecología (como la contaminación de los ríos en Thailandia) o los ya citados y explicados abusos financieros periféricos.

    Derivados de una sociedad cerrada en un capitalismo global.

    1. Mala deslocalización y deficiente redistribución de la renta.

    Uno de los inevitables efectos de la mundialización económica es una redistribución de la renta a nivel mundial y una deslocalización del tejido industrial mundial. Esto no quiere decir sino que los países tradicionalmente desarrollados (Centro) deberían dejar de crecer de forma tan abusiva como en los años posteriores a la SGM, y que los países en desarrollo (periferia) deberían empezar a desarrollarse y a crecer más deprisa que los países de la OCDE.

    Este efecto se ha producido pero de una forma desigual y deficiente. Con la crisis de los años 70, se van a incorporar a los mercados internacionales países hasta entonces al margen, y van a nacer por ello Nuevos Países Industriales (NIC). Se puede decir que con esto habría empezado la deslocalización del tejido industrial; pero pasados treinta años de este fenómeno se observa que son muy escasos los países periféricos que se han aprovechado de este fenómeno. Pasado este tiempo solo unos pocos países de extremo oriente y América latina se han beneficiado de esto.

    Una prueba de este fenómeno es una publicación del periódico “Wall Street Journal” en la que explicaba la siguiente noticia. `Una multinacional del sector manufacturero de un país industrial, harta de los elevados costes salariales y de la fuerza sindical de su país de origen, ha decidido desplazarse a un país lejano con mano de obra más barata y sindicatos más débiles'. Hasta aquí todo es habitual, pero prosigue: `En este caso el país de origen es Corea del Sur y la multinacional es Coreana, y el país de destino es el Reino Unido donde los costes laborales llevan tiempo estancados y los sindicatos son cada vez más flojos... en un futuro más bien cercano, Corea del sur tendrá unos salarios generales más caros que el Reino Unido. La insuficiente mano de obra en Corea y Taiwán ha producido un importante aumento de los salarios reales' Quizás esta noticia esté un poco hinchada por parte del Wall Street Journal, pero deja bien claro que la deslocalización en sí no se produce como debería producirse. La redistribución de la renta no se produce y las diferencias entre primer y tercer mundo se mantienen o incluso crecen; y la única salvedad que puede hacer pensar en una cierta deslocalización es que muchos países subdesarrollados hasta los 70 han crecido de forma impresionante hasta el punto de que en 30 años se han convertido en economías de primer orden. Nada nos hace pensar que el efecto vaya a cambiar en los próximos años, y a lo más que podemos aspirar es a creer que este efecto de desarrollo tan intenso que se produjo en Corea, Taiwán, Hong Kong o Singapur y que les ha llevado a ser países similares a los europeos; se dé en otras economías que ya han empezado a emerger como puedan ser Tailandia, Malasia, Indonesia, Brasil, México, Argentina...

    El causante de estos efectos no es otro que el hecho de que el concepto del estado-nación está presente incluso dentro de los agentes económicos causantes de la economía global. Prueba de ello es que todas las multinacionales céntricas que por cualquier razón deciden deslocalizarse para abaratar costes, se desplazan siempre hacia los mismos países; y por tanto la mundialización no se completa ya que más de la mitad del planeta queda totalmente marginada.

    Otra consecuencia negativa de esta mala globalización es el hecho de que el Capitalismo Global también está amenazado por el hecho de que muchas economías emergentes tienen una organización política que no está a la altura de su economía. Es intolerable que en economías ya respetables como China, Indonesia o incluso Turquía no siempre se respeten los derechos humanos; y tampoco es normal que la economía global dependa de las conveniencias de los militantes de gobiernos autoritarios como ocurrió en Malasia.

    La conclusión de todo esto es sencilla. El derecho internacional y otras instituciones multinacionales deberían corregir la mundialización y extenderla a un montón más de países; y además debería corregir y presionar a las economías emergentes para que modernizasen su organización política y la situasen a la altura de sus respectivas economías. Si esto se hiciese, nos curaríamos en salud y anularíamos muchos problemas que amenazan seriamente el capitalismo global.

    2. Desigualdad entre ciudadanos del primer mundo y entre países del tercer mundo.

    Una de las principales características del comienzo del siglo XXI para la gente del primer mundo es la sensación de que se ha acabado en dinero, o por lo menos el bienestar (de que se van a trabajar mas horas sin que aumenten los salarios reales) del que se gozó el último medio siglo. Se nos presenta una mala asignación de recursos que en los países desarrollados va a trazar un mapa en el que se combinan despilfarro, crecimiento económico y desempleo (Que ya no son incompatibles). Mientras tanto, la ya más conformista sociedad se intenta resistir a la pérdida de los derechos adquiridos (luchar por adquirir alguno más parece utópico).

    Fríamente, podemos afirmar que la economía de los 90 responde en primer lugar a una conjunción de paro estructural y empleo cada vez menos estable e indefinido. En segundo lugar, responde a una dualización social en la que mientras aumentan el número de excluidos se produce un notable aumento del beneficio empresarial. Se produce también un desmantelamiento del estado del bienestar que es frecuentemente escaso pero al que aspiran todos los que no están integrados en él. En el primer mundo, mientras ocurre todo esto, se mantiene el gasto militar pese a haber terminado la guerra fría y la política de bloques (con lo que se despilfarra el dinero en algo que aparentemente no sirve para nada). Mientras, se da en general un empobrecimiento y desintegración en los países menos desarrollados (cuarto mundo) que siguen muy alejados de la mundialización económica.

    Durante el fin del siglo XX se ha producido un intenso cambio de la economía mundial. Los países del este sufrieron un deterioro de sus economías, debido sobre todo a que no se adaptaron demasiado bien al cambio de sistema. No obstante, la transición a una economía de mercado es muy variada según el país, y ha habido algunos que no han digerido mal el cambio. En términos generales se puede decir que en el segundo mundo los ciudadanos han recuperado la libertad pero siguen siendo pobres, más pobres en algunos casos; se ha extendido una gran desigualdad al tiempo que de la noche a la mañana ha aparecido la extrema riqueza.

    En el primer mundo la cosa cambia por momentos. Mientras que durante los años 85-92 Estados Unidos contrajo el déficit presupuestario más grande de su historia y se convirtió en la nación más endeudada del mundo, con lo que países más dinámicos como Alemania o Japón atacaron su competitividad y liderazgo; ahora va recuperando el terreno perdido y ha trasladado la crisis a los otros dos colosos a los que esta pérdida de terreno les está sumiendo en una importante crisis de identidad y confianza en su industria y en su sistema económico.

    La desigualdad en el tercer mundo es cada vez más manifiesta. Mientras extremo oriente y algunos países de América latina crecen exponencialmente y ganan importancia dentro de la economía mundial; África entera se desintegra como economía y sociedad. Prueba de la marginación que sufre el continente africano es que muchas costuras de la descolonización se están rompiendo debido a que son los propios ex colonizadores los que prefieren romperlas. Lo más triste de todo es que ahora la relación entre países desarrollados y algunos países en desarrollo ya no son las materias primas y las manufacturas como en los 60 sino el narcotráfico, la inmigración o algunas enfermedades infecciosas que pueden llegar a los países desarrollados.

    De seguir esta desigualdad entre los países, y entre ciudadanos de un mismo país, la amenaza de la economía global es una realidad. Fue Allan Sith quien una vez afirmaba que “había que crear y distribuir riqueza”. De seguir esto así (creando pero no distribuyendo) habrá un momento en que la economía global quedará paralizada debido a la conflictividad social que crearán los países y los grupos sociales que están siendo maltratados en esta mundialización. La economía global va a encontrar muchos problemas para su desarrollo si dentro de ella no paran de producirse desigualdades en el mundo desarrollado y a la vez queda marginado medio planeta (además es incorrecto hablar de capitalismo mundial si la mitad de los países no participan; se puede decir que mientras no participen, la mundialización no estará completa).

    B) Reforma del fundamentalismo de mercado o Capitalismo

    1) Problemas actuales

    a) Tiene una situación financiera inestable.

    La economía global se caracteriza no sólo por el libre comercio de bienes y servicios, sino más aún por la libre circulación de capitales. Los tipos de interés, los tipos de cambio y las cotizaciones de las acciones en diversos países están estrechamente interrelacionados, y los mercados financieros globales ejercen una tremenda influencia sobre la situación económica. A tenor del decisivo papel que el capital financiero internacional desempeña en las fortunas de los distintos países, no está fuera de lugar hablar de un sistema capitalista global.

    El capital financiero disfruta de una posición privilegiada. El capital tiene más movilidad que los otros factores de producción, y el capital financiero es más móvil aún que la inversión directa. El capital financiero se desplaza allí donde obtiene mejores recompensas; como es el heraldo de la prosperidad, los países compiten por atraerlo. Debido a estas ventajas, el capital se acumula cada vez más en las instituciones financieras y en compañías multinacionales que cotizan en bolsa; en este proceso, los mercados financieros actúan como intermediarios.

    La situación actual es poco sólida e insostenible. Los mercados financieros son intrínsecamente inestables y existen necesidades sociales que no pueden satisfacerse dado carta blanca a las fuerzas del mercado. Lamentablemente, no se reconocen estos defectos. Existe, en cambio, el convencimiento general de que los mercados se autocorrigen y que una economía global puede prosperar sin necesidad de una sociedad global. SE afirma que la mejor manera de servir al interés común es permitir que cda cual defienda sus propios intereses y que los intentos de proteger el interés común mediante la toma de decisiones colectivas distorsionan el mecanismo del mercado. Esta idea recibió en el siglo XIX el nombre de laissez faire o liberalismo, pero puede que no sea hoy una denominación tan apropiada porque es un término francés y la mayoría de las personas que creen en la magia del mercado no hablan francés. Un mejor nombre para designarla sería: fundamentalismo del mercado.

    El fundamentalismo del mercado es el responsable de que el sistema capitalista global carezca de solidez y sea insostenible. Esta situación es relativamente reciente. Al final de la segunda guerra mundial, la circulación internacional de capitales era restringida, y se crearon las instituciones de Bretton Woods para facilitar el comercio en ausencia de circulación de capitales. Las restricciones no se eliminaron sino gradualmente, y sólo con la llegada al poder de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, hacia 1980, el fundamentalismo del mercado ha entregado las riendas al capital financiero.

    b) No tiene agentes estabilizadores del Siglo XIX

    En primer lugar, había potencias imperiales, Gran Bretaña la más importante de ellas, que obtenían beneficios lo bastante cuantiosos de su posición en el centro del sistema como para que considerasen que merecía la pena conservarlo. En segundo lugar, había una moneda internacional única en forma de oro; hoy hay tres monedas principales: el dólar, el marco alemán, que pronto se convertirá en el euro, y el yen. Estas monedas rozan entre sí y a menudo aplastan monedas menores. En tercer lugar, y lo más importante, había ciertas creencias y normas éticas compartidas, que no se ponían en práctica necesariamente pero que eran sin embargo aceptadas de forma ciertamente universal como deseable. Estos valores combinaban la fe en la razón y el respeto por la ciencia con la tradición ética judeocristiana, y en general proporcionaban una guía más fiable sobre el bien y el mal que los valores que dominan en nuestros días. Esto hacía que por ejemplo, la masificación del beneficio se supeditase a máximas éticas como invertir en tu país. Hoy esto ya no siempre se da. Los valores monetarios y los mercados transnacionales no ofrecen una base suficiente para la cohesión social.

    La encarnación decimonónica del sistema capitalista global, a pesar de su relativa estabilidad, fue destruida por la primera guerra mundial. Al término de la contienda, se produjo un débil intento de reconstruirlo, que terminó mal en el descalabro de 1929 y la gran depresión ulterior. ¿Cuánto más probable es, pues, que la versión actual del capitalismo global termine también mal, dado que ahora faltan los elementos de estabilidad que estaban presentes en el siglo XIX?

    2) Reforma de los factores del mercado, así como de los factores no mercado pero condicionantes de la economía.

    El sistema capitalista global se desglosa en dos apartados principales. El primero se refiere a los defectos del mecanismo del mercado; esto se refiere principalmente a las inestabilidades incorporadas a los mercados financieros. El segundo afecta a las deficiencias del sector no mercado. Existe principalmente el fracaso de la política y la erosión de los valores morales tanto a nivel nacional como internacional.

    Los fracasos de la política son más omnipresentes y debilitadores que los fracasos del mecanismo del mercado. La toma de decisiones individuales tal como se expresa a través del mecanismo del mercado, es mucho más eficiente que la toma de decisiones colectivas tal como se la practica en la política. Esto es cierto especialmente en la escena internacional. El desencanto con la política ha nutrido al fundamentalismo del mercado, y el ascenso del fundamentalismo del mercado ha contribuido, a su vez, al fracaso de la política. Uno de los grandes defectos del sistema capitalista global es que ha permitido que el mecanismo del mercado y el afán de lucro penetren en esferas de actividad que no les son propias.

    Los fundamentalistas del mercado tienen una concepción radicalmente viciada del funcionamiento de los mercados financieros. Creen que los mercados financieros tienden al equilibrio. La teoría del equilibrio en la economía se basa en una falsa analogía con la física. Los objetos físicos se mueven como se mueven independientemente de lo que cualquiera piense. Pero los mercados financieros intentan predecir un futuro que está supeditado a las decisiones que las personas toman en el presente. En vez de limitarse a reflejar pasivamente la realidad, los mercados financieros crean activamente la realidad que, a su vez, reflejan. Hoy una conexión bidireccional entre las decisiones actuales y los acontecimientos futuros a lo que llamamos reflexividad.

    El mismo mecanismo de retroalimentación afecta a todas las demás actividades en las que intervienen factores humanos plenamente informados. El ser humano responde a las fuerzas económicas, sociales y políticas de su entorno, pero a diferencia de las partículas inanimadas de las ciencias físicas, tienen percepciones y actitudes que transforman simultáneamente las fuerzas que actúan sobre él. Esta interacción reflexiva bidireccional entre lo que los actores esperan y lo que sucede en realidad es fundamental para comprender todos los fenómenos económicos, políticos y sociales.

    El concepto de reflexividad es más importante para los mercados financieros (y para muchos otros fenómenos económicos y sociales) que le concepto de equilibrio, en el que se basa la economía convencional. En vez del conocimiento, los actores del mercado comienzan con un sesgo. O bien la reflexividad actúa para corregir el sesgo, en cuyo caso se tiene una tendencia al equilibrio, o bien el sesgo puede verse reforzado por una retroalimentación reflexiva, en cuyo caso los mercados pueden alejarse mucho del equilibrio sin mostrar tendencia alguna a regresar al punto del que partieron. Los mercados financieros se caracterizan por ascensos y descalabros y es ciertamente sorprendente que la teoría económica continúe basándose en el concepto de equilibrio, que niega la posibilidad de estos fenómenos, ante la evidencia. La posibilidad de desequilibrio es inherente al sistema financiero; no es sólo el resultado de conmociones externas.

    La segunda línea de argumentación principal es más compleja y más difícil de resumir. Los fracasos del mecanismo del mercado son insignificantes en comparación con el fracaso de lo que llamo el sector no mercado de la sociedad. Cuando se habla del sector no mercado, se refiere a los intereses colectivos de la sociedad, los valores sociales que no se expresan a través de los mercados. Hay personas que cuestionan la existencia misma de tales intereses colectivos. La sociedad está formada por individuos y sus interese se expresan mejor a través de sus decisiones como actores del mercado. Por ejemplo, si se sienten filántropos pueden expresarlo donando dinero. De este modo, todo puede reducirse a valores monetarios.

    Ni decir tienen que esta visión es falsa. Hay cosas que podemos decidir individualmente; hay cosas que sólo se pueden abordar colectivamente. Como actor del mercado, se intenta maximizar los propios beneficios. Como ciudadano es preocupante los valores sociales: la paz, la justicia, la libertad, o lo que sea. No se puede dar expresión a estos valores como actor del mercado. Si cada uno se impusiera sus propias reglas, afectaría a la propia actuación de este individuo en el mercado pero no a los demás individuos, ya que ningún actor por sí solo es capaz de influir en el resultado.

    Debemos distinguir entre elaborar las reglas y actuar conforme a esas reglas. La elaboración de reglas supone decisiones colectivas, o política. El acatamiento de las reglas supone decisiones individuales, o comportamiento del mercado. Lamentablemente, la distinción rara vez se observa. La gente parece votar en gran medida con el bolsillo y presiona para que se aprueben disposiciones legales que beneficien sus intereses personales. Y lo que es peor, los representantes elegidos también anteponen con frecuencia sus intereses personales al interés común. En ves de defender ciertos valores intrínsecos, los dirigentes políticos desean ser elegidos a toda costa; y en virtud de la ideología dominante del fundamentalismo del mercado o individualismo sin ataduras, esta forma de comportamiento se considera natural, racional e incluso quizá deseable para los políticos. Esta actitud hacia la política va en detrimento del postulado sobre el que se construyó el principio de la democracia representativa. La contradicción entre los intereses personales y públicos de los políticos siempre ha estado presente, naturalmente, pero se ha agravado sobremanera debido a las actitudes dominantes que anteponen el éxito medido en dinero a valores intrínsecos como la honestidad. El cierre de los mercados malayos, por ejemplo, responde a intereses de sus gobernantes. Así pues, la supremacía de afán de lucro y el ocaso de la eficacia del proceso de toma de decisiones colectivas se han reforzado mutuamente de manera reflexiva. La promoción del interés personal a la categoría de principio moral ha corrompido la política y el fracaso de la política se ha convertido en el argumento más poderoso a favor de conceder a los mercados más carta blanca si cabe.

    Entre las funciones que no pueden ni deben ser gobernadas puramente por las fuerzas del mercado se cuentan muchas de las cosas más importantes de la vida humano, desde los valores morales hasta las relaciones familiares y los logros estéticos e intelectuales. Sin embargo, el fundamentalismo del mercado no ceja en su empeño de extender su dominio a estos campos, en forma de imperialismo ideológico. Según el fundamentalismo del mercado, todas las actividades sociales y las interacciones humanas deben considerarse relaciones transaccionales y contractuales y valorarse en función de un único común denominador, el dinero. Las actividades deben ser reguladas, en la medida de lo posible, por nada más intrusivo que la invisible mano de la competencia para maximizar beneficios. Las incursiones de la ideología tienen efectos sociales destructivos y desmoralizadores. Pero el fundamentalismo del mercado es tan poderoso hoy que cualquier fuerza política que ose resistirse es motejada de sentimental, ilógica e ingenua.

    Lo cierto, sin embargo, es que el fundamentalismo del mercado es en sí mismo ingenuo e ilógico. Aún cuando dejásemos a un lado las cuestiones morales y éticas más grandes y nos concentrásemos exclusivamente en la escena económica, la ideología del fundamentalismo del mercado tienen deficiencias profundas e irreparables. En términos sencillos, si a las fuerzas del mercado, se les concede una autoridad completa incluso en los campos puramente económicos y financieros, producen caos y podrían desembocar en última instancia en el desmoronamiento del sistema capitalista global. Esta es la consecuencia práctica más importante en torno al capitalismo global.

    3) Necesidad de lograr un equilibrio económico político. Una economía debe venir respaldada por una política adecuada y viceversa.

    Esta muy extendida la suposición de que la democracia y el capitalismo van a de la mano. Lo cierto es que la relación es mucho más compleja. El capitalismo necesita a la democracia como contrapeso porque el sistema capitalista por sí solo no muestra tendencia alguna al equilibrio. Los duelos del capital intentan maximizar sus beneficios. Si se les dejase a su libre arbitrio, continuarían acumulando capital hasta que la situación quedase equilibrada. Marx y Engels hicieron un análisis muy bueno del sistema capitalista hace 150 años, mejor en algunos aspectos, debo decirlo, que la teoría del equilibrio de la economía clásica. El remedio que prescribieron, el comunismo, era pero que la enfermedad. Pero la razón principal por la que sus más que alarmantes pronósticos no se hicieron realidad fueron las intervenciones políticas compensatorias en los países democráticos.

    Lamentablemente, nos hallamos una vez más en el peligro de extraer las conclusiones equivocadas de las lecciones de la historia. En esta ocasión el peligro no proviene del comunismo sino del fundamentalismo del mercado. El consumismo abolió el fundamentalismo del mercado e impuso el control colectivo sobre todas las actividades económicas. El fundamentalismo del mercado pretende abolir la toma de decisiones colectivas e imponer la supremacía de los valores del mercado sobre todos los valores políticos y sociales. Los dos extremos están equivocados. Lo que necesitamos es un equilibrio correcto entre la política y los mercados, entre la elaboración de las reglas y el acatamiento de las mismas.

    Pero aun cuando reconozcamos esta necesidad, ¿cómo podríamos lograrlo? El mundo ha iniciado un período de profundo desequilibrio en le que ningún Estado puede resistirse al poder de los mercados financieros globales y en el que no hay prácticamente instituciones que establezcan las reglas a escala internacional. Los mecanismos de toma de decisiones colectivas para la economía global simplemente no existen. Esta situación es aclamada ampliamente como el triunfo de la disciplina de mercado, pero si los mercados financieros so intrínsecamente inestables, imponer disciplina de mercado significa imponer inestabilidad, ¿y cuánta inestabilidad puede tolerar la sociedad?

    Pero la situación no es ni mucho menos desesperada. Debemos aprender a distinguir entre la toma de decisiones individuales tal como se expresa en el comportamiento del mercado y la toma de decisiones colectivas tal como se expresa en el comportamiento social en general y en la política en particular. En ambos casos, nos guía el interés común a nuestro interés personal concreto aun cuando otros no lo hagan. Sólo así podrá prevalecer el interés común.

    El sistema capitalista global está aún hoy en día cerca de la cúspide de su poder. Es cierto que la actual crisis global representa un peligro, pero su supremacía ideológica no conoce límites. La crisis asiática se ha llevado a los regímenes autocráticos que combinaban los beneficios personales con la ética confuciana y los ha sustituido por gobiernos más democráticos y de ideología reformista. (Era lógico y sensato que economías ya importantes de extremo oriente estuvieran regidas por sistemas políticos desarrollados y competentes) Pero la crisis ha socavado también la capacidad de las autoridades financieras internacionales para impedir y resolver las crisis financieras. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que la crisis comience a llevarse a los gobiernos reformistas? Me temo que los acontecimientos políticos desencadenados por la crisis financiera pueden llevarse finalmente al propio sistema capitalista global. No sería primera vez que sucede.

    4) Globalizar la sociedad para globalizar la Economía.

    A pesar las deficiencias del capitalismo, es mejor que las alternativas al mismo. Hay que impedir que el sistema capitalista global se destruya a sí mismo. Para evitar esto es más necesario que nunca el concepto de sociedad abierta.

    El sistema capitalista global es una forma distorsionada de sociedad abierta. La sociedad abierta se basa en el reconocimiento de que nuestra comprensión es imperfecta y nuestras acciones tienen consecuencias no buscadas. Todos nuestros mecanismos internacionales pueden tener defectos, y precisamente porque tienen carencias no debemos abandonarlos, sino que debemos crear instituciones que incorporen mecanismos para corregir los errores. Entre esto mecanismos figuran los mercados y la democracia. Pero ni los unos ni la otra funcionarán a menos que seamos conscientes de nuestra falibilidad y estemos dispuestos a reconocer nuestros errores.

    Existen actualmente un tremendo desequilibrio entre la toma de decisiones individuales tal como se expresa en los mercados y la toma de decisiones colectivas tal como se expresa en la política. Tenemos una economía global sin tener una sociedad global. La situación es insostenible.

    Para estabilizar y regular una economía verdaderamente global, es necesario algún sistema global de toma de decisiones políticas. En una palabra, necesitamos una sociedad global. Una sociedad global no significa un Estado global. Abolir la existencia de los mercados no es viable ni deseable; pero en la medida en que hay intereses colectivos que trascienden las fronteras estatales, la soberanía de los estados debe subordinarse al derecho internacional y a las instituciones internacionales. Es interesante constatar que la mayor oposición a esta idea proviene de Estados Unidos, que, como única gran potencia que queda, no está dispuesto a subordinarse a autoridad internacional alguna. Estados Unidos se enfrenta a una crisis de identidad: ¿quiere ser una gran potencia solidaria o el líder del mundo? Los dos papeles podrían difuminase a medida que le mundo libre se enfrentase a un “imperio del Mal”, pero la elección se presenta ahora en términos mucho más descarnados. Lamentablemente, no hemos comenzado siquiera a considerarlo. En Estados Unidos, la inclinación popular es a ir por su cuenta, pero esto privaría al mundo del liderazgo que tanto necesita. El aislacionismo sólo podría estar justificado si los fundamentalistas del mercado tuvieran razón y la economía global pudiera sostenerse sin una sociedad global.

    La alternativa es que Estados Unidos forje una alianza con países de ideología afín para establecer las leyes y las instituciones necesarias para mantener la paz, la libertar, la prosperidad y la estabilidad. Cuáles son estas leyes e instituciones que no pueden decidirse de una vez por todas; lo que necesitamos es poner en marcha un proceso cooperativo e iterativo que defina el ideal de la sociedad abierta; un proceso en el que admitamos abiertamente las imperfecciones del sistema capitalismo global e intentemos aprender de nuestros errores. Esto no es posible sin Estados Unidos. Pero, a la inversa, nunca ha habido una época en que un liderazgo fuerte de Estados Unidos y otros países de ideología afín haya podido alcanzar unos resultados tan poderosos y benignos. Con sentido de liderazgo y transparencia de objetivos, Estados Unidos y sus aliados podrían comenzar a crear una sociedad abierta global que ayudase a estabilizar el sistema económica global y a extender y hacer respetar los valores humanos universales. La oportunidad está esperando a ser aprovechada.

    5. Eliminación de la desigualdad y la especulación. Principales enemigos del capitalismo global en nuestros días.

    a) desigualdad.

    La extrema riqueza y la extrema pobreza son los símbolos por excelencia de la desigualdad. Una economía debe preocuparse tanto por crear riqueza como por distribuirla, ya que una riqueza mal distribuida va a crear conflictividad social y eso va a terminar perjudicando a la economía. Sólo una paz social va a conseguir que una economía goce de buena salud para desarrollarse.

    La aversión a la desigualdad ocupa un lugar prominente en la cultura de muchos ciudadanos del mundo; sin embargo, en estas últimas décadas se observa como al contrario de lo que hacía predecir la afirmación anterior, la desigualdad ya no genera la conflictividad de antaño. Sin ir más lejos, podemos observar como en España, la eliminación de la desigualdad se sitúa en lo más alto de la lista de prioridades de los ciudadanos; situándose incluso por encima de la libertad individual. Podemos ver como los españoles somos los más igualitarios, los más sensibles a las diferencias sociales, y los más partidarios de una reducción del abanico salarial. Somos los que más desigual vemos a nuestra sociedad y los que en mayor proporción nos creemos pertenecer a los estratos más bajos, a la vez que somos los que observamos un futuro con menos confianza. También somos los que más obligaciones atribuimos al estado, a la vez que nos mostramos los menos partidarios de financiar una igualdad a través de impuestos. Así mismo, mientras nos creemos pobres e inseguros ante el futuro, somos los que más nos creemos haber prosperado con respecto a nuestros padres. De esta misma manera se observa muy poca rebeldía con respecto a la desigualdad existente en nuestro país.

    La sociedad española es precisamente un ejemplo de lo más significativo acerca de la opinión que merece al mundo desarrollado la desigualdad; a todos nos parece mal, pero no hacemos nada por evitarlo; nos mostramos disconformes con la situación actual, pero no asumimos ni los riesgos ni las contrapartidas de posibles soluciones (como arreglar la desigualdad con un aumento de impuestos y de transferencias). El resto del mundo desarrollado sigue cauces parecidos. La desigualdad social carece de todo tipo de conflictividad social y merece condena; pero apenas da lugar a conflictividad. La ilegitimidad de las desigualdades no creemos que se resuelva a través del conflicto o de acciones colectivas radicales; confiamos en que la solución debe de venir del estado pese a que se confíe poco en la efectividad de éste para corregirlas. Lo cual resulta más extraño si cabe cuando tampoco simpatizamos demasiado con los impuestos que hacen un estado fuerte y capaz de corregir dichas desigualdades.

    Aún así tampoco es extraño que los ciudadanos sean grandes demandantes de grandes políticas sociales y fieles amantes de un estado del bienestar. De hecho, en países como España parece concebirse la igualdad más como una redistribución desde arriba que como una ayuda individual potenciada por la ampliación de las oportunidades sociales. (Más como una limosna del estado que como algo que es justo y que ayuda al desarrollo económico y social y que es una obligación lógica del estado darla).

    Pese a ello, la desigualdad y la pobreza, no forman parte de modo habitual en el discurso hegemónico de la cultura económica. Se confunden deliberadamente los discursos y los fines de la economía. En el propio primer mundo hay una tendencia dominante a una oposición a proporcionar riqueza sin contrapartidas a los pobres. De hecho, no existe mayor unanimidad entre los poderosos que considerar que el dinero ejerce un efecto pernicioso sobre los pobres; la llamada cultura de la pobreza. Esta cultura consiste en la preferencia por parte de algunos menesterosos por obtener dinero por los fondos públicos en vez de trabajar, lo que genera un círculo vicioso de inactividad. Con lo cual, a la desidia de las clases populares por evitar la desigualdad, se une la obstinación y total desinterés de los poderosos por hacerlo. Quizá esto último sea más lógico que la falta de interés de los pobres y las clases medias.

    Hay que decir que esto que se ha redactado antes, es posible que esté un poco exagerado; más si cabe porque últimamente parece haber aumentado un poco la preocupación por la desigualdad. De hecho The Economist, una importante revista económica americana, afirma que a partir de 1930, y durante casi cuarenta años, la diferencia entre ricos y pobres se estrechó en Estados Unidos; pero que desde finales de los 60 se ha ido ensanchando y que ahora, finalizando el siglo XX, esa diferencia es la mayor existente desde la creación del estado del bienestar. Esta publicación ha hecho crecer en Estados Unidos la inquietud por la desigualdad, sobre todo porque aparece relacionada con aspectos raciales (se ha ensanchado más entre blancos y negros y no tanto dentro de la población blanca). El estudio de The Economist sobre Estados Unidos no tardó en despertar otros sobre otros países desarrollados, observando tendencias similares; siendo la Gran Bretaña de los años 80 (con Tatcher en el gobierno) el ejemplo más fuerte. No obstante la creciente desigualdad no es un asunto exclusivo del primer mundo, en muchos países emergentes y ex comunistas se ha observado con la llegada de nueva riqueza una desigualdad creciente.

    Todo esto nos sugiere una pregunta. ¿Por qué? ¿Por qué ha aumentado la desigualdad? La respuesta se halla principalmente en las políticas económicas liberales adoptadas en muchos lugares del mundo durante los últimos quince años. Muchos gobiernos han recortado el tipo impositivo (han bajado los impuestos directos, beneficiando a las clases más pudientes), a la vez que han recortado los subsidios a los pobres. Sin embargo, más importante que el impacto directo de estas políticas ha sido la repercusión indirecta de la liberalización económica. En los últimos años la competencia internacional y la nueva tecnología han ganado importancia en la economía. Esto, entre sus muchas ventajas, también ha traído un aumento de la desigualdad; una gran competencia se puede decir que trae un importante incremento de los ingresos de los agentes más competitivos o ganadores y un importante descenso de los ingresos de los agentes menos competitivos o perdedores. Los gobiernos liberales alegan que este proceso es tan necesario como deseable; necesario porque es una consecuencia del progreso en marcha; deseable porque canaliza el esfuerzo y otros recursos hacia usos que hagan crecer más rápidamente a la economía global. A largo plazo, el crecimiento rápido beneficiaría a todos y no puede negarse el desarrollo económico analizado a lo largo de muchos años no se haya ajustado a esto (que no haya beneficiado a todos al final). Pese a todo esto, tampoco puede negarse que un crecimiento rápido no haya beneficiado mucho más a unos que a otros y no haya aumentado la desigualdad.

    b) especulación.

    El segundo elemento al que atribuimos una amenaza en el seno del capitalismo es la especulación. La especulación empieza cuando el precio de un producto sube una burrada y los más listos esperan una subida aún mayor y compran más unidades de ese producto produciendo así una la subida esperada llegando a adquirir dicho producto un precio que no le corresponde ni merece. Las compras y la buena disposición hacia ellas terminan cuando se agotan las existencias de compradores vulnerables y económicamente viables. Entonces se produce un cambio de opinión acerca de las perspectivas, una fiebre por apartarse, la presión de los acreedores que solicitan el pago de los préstamos que han financiado la compra de ese producto que debido a su excesivamente alto valor anterior, pierde precio de forma galopante y por tanto deja tras de sí una obligación de vender y un montón de pérdidas.

    Galbraight explicó como muchas de las crisis financieras (caídas de la bolsa) se deben muchas veces a aspectos como la especulación y la cultura del pelotazo; a la vez que terminó de explicar que ni la especulación ni la cultura del pelotazo no eran anormalidades del capitalismo sino que eran parte del corazón de sistema. Consistían en agentes acondicionadores de la marcha de una economía que eran permitidos y en algunas ocasiones hasta potenciados. Por ello, la economía de mercado lleva en su seno una semilla del deterioro recurrente.

    La especulación nació en el siglo XVII en Holanda, con la Tulipomanía; donde en 1636 el bulbo de tulipán llegó a valer lo mismo que un carruaje nuevo o dos caballos tordos; mientras que al año siguiente, su precio se había reducido casi a cero; dejando mucha gente arruinada de por medio. Si analizamos el caso fríamente, veremos como no es normal que un bulbo de tulipán alcanzase un valor exorbitante cuando su abundancia, normalidad o utilidad hace que su precio normal sea pequeño.

    Desde entonces, los incidentes especulativos se han sucedido con ciclo de distinta intensidad y frecuencia. En todos ellos se da una amnesia respecto a sus precedentes; la aparición de instrumentos de innovación financiera, con aire de novedosos pero siempre basados en el llamado apalancamiento (los bienes que respaldan al dinero son minúsculos y evanescentes); y la segura atribución de la catástrofe tras la euforia a elementos externos al propio mercado.

    A partir de los años 80 asistimos a un nuevo ciclo especulativo casi constante en el mundo debido sobre todo a la creciente hegemonía de los mercados financieros. Tan sólo el 5% de los intercambios monetarios corresponden al comercio de bienes y servicios. Los mercados financieros se mueven con un único fin que es masificar el beneficio; y para ello la especulación les ofrece una opción tentadora; puesto que les trae un beneficio sin contrapartida alguna (sin casi trabajar y casi siempre sin demasiado riesgo).

    La especulación es una gran enemiga en el desarrollo de una economía; puesto que la puede poner patas arribas y le coloca los precios de diferentes productos de forma incoherente; habiendo productos que por su facilidad de obtención, su escasez de innovación respecto a otros parecidos, o su escasa utilidad, o los beneficios que de ellos se pueden derivar en condiciones normales, deberían ser más baratos que otros y son más caros y viceversa.

    Actualmente, podemos citar como casos llamativos de especulación las acciones de empresas de telecomunicaciones que poseen un precio alarmante con respecto al que les debería corresponder. No es normal que portales de Internet que apenas tienen coste y no tienen tanto beneficio; hayan adquirido valores tan altos. Para J. Estefanía, el último capítulo de la vida del especulador combina un notorio rechazo social y una desaprobación pública de su acción con acciones penales. Quizá tenga razón, pero este capítulo parece muy lejano hoy en día.

    5.- ¿Estamos de verdad ante una crisis? Opiniones personales acerca del tema.

    No cabe duda de que afirmar que el siglo XXI va a traer con él una crisis es quizá demasiado arriesgado por nuestra parte. Pero cuando varios consumados economistas como George Soros, A. Morita, o Joaquín Estefanía afirman que la leve expansión actual está trayendo pasivos que no hacen presagiar nada bueno; debemos hacerles un poco de caso.

    Mi opinión al respecto es un poco escéptica sobre lo que se afirma en el trabajo. Creo que los problemas existen y nos van a traer más de un problema para el futuro, pero no estoy tan seguro de que la cosa se ponga tan fea para poder hablar de una futura crisis importante. De hecho, los libros en los que nos hemos basado están escritos entre 1996 y 1998; y pasados dos años, muchas de las previsiones no parecen todavía haberse cumplido. Sin embargo, no debemos olvidar que las previsiones que estos autores hacen son a largo plazo y él que todavía no se hayan producido las fatídicas consecuencias previstas, no quiere decir que no vayan a producirse.

    No obstante, y pese al riesgo que entraña contradecir a importantes economistas, sigo pensando que en este caso los problemas vienen un poco inflados por los autores. Para Soros, por ejemplo, la crisis de las economías asiáticas en el 97 benefició a corto plazo al centro; pero a largo plazo esto iba a ser perjudicial ya que, debido a la deficiente organización política de estos países; una crisis económica en ellos podría suponer un abandono de la economía global por su parte. Esto que ha dicho, obviamente es cierto, y se ha demostrado con hechos como el progresivo abandono de la libre circulación de capitales en Malasia. Ahora bien, se puede formular una pregunta; ¿Es esto excesivamente perjudicial para Estados Unidos y la OCDE? Me explicaré mejor ¿Son tan importantes economías como Malasia, Indonesia, Singapur, Corea, Taiwán, Hong Kong o incluso Rusia como para poner en jaque la economía central? Yo, personalmente, creo que no. Las economías de extremo oriente, no tienen ni poder económico (PIB), ni una producción lo suficientemente importante ni insustituible como para que notemos en exceso si han cerrado sus fronteras o no. Quizá esta última afirmación pueda ser un poco exagerada, es posible que quienes lean esto no puedan evitar pensar si la economía mundial pueda prescindir de países como Corea o Taiwán. Pero es que además, las economías más fuertes de extremo oriente como los dos países antes citados, no han cerrado sus fronteras tras la crisis del 97. Solamente, algunas economías emergentes de menos importancia como Malasia y Hong Kong (pero en este último el cierre no ha sido total sino que se han puesto pequeñas restricciones a la salida de capital) han restringido su mercado financiero; con lo cual, la llamada amenaza del capitalismo global no es tan acusada como dice Soros. Este Autor, además, realiza una serie de afirmaciones un poco arriesgadas. Tanto en el nivel teórico como en el nivel práctico, ha quedado claro que es horrible para una economía quedar aislada; y que cuando un país se aparta del capitalismo global; el principal perjudicado es él mismo. No cabe duda de que la economía malaya va a quedar muy resentida en el largo plazo debido a la anterior decisión de su gobierno (un país no puede abrirse y cerrarse cada día según convenga, porque las multinacionales y el capital céntrico huiría de él asustado por su inestabilidad). Pensar que tan desafortunada decisión iba a ser imitada por los países vecinos por el mero hecho de que muy a corto plazo puede aliviar males mayores; es ser excesivamente pesimista y desconfiado con los diferentes gobiernos de estas economías emergentes.

    De todas maneras, no quiero dar lugar a malas interpretaciones. No estoy diciendo que los razonamientos antes expuestos no sean ciertos y que la amenaza de la mundialización económica no exista. Simplemente digo que el problema puede quedar un poco hinchado. Pasados casi tres años desde la crisis asiática del 97, no se puede decir que el comercio internacional haya quedado resentido, es más, cada vez hay más pequeñas economías que poco a poco se van incorporando de forma muy leve al capitalismo global; pero también es cierto que el comercio con extremo oriente ha quedado un poco dañado, y que muchos de estos países han cerrado en parte sus fronteras. Esto también ha traído efectos negativos para las economías céntricas. Sin ir más lejos nuestra balanza de pagos (la balanza española) se ha visto afectada; y durante los años 98 y 99 nuestras exportaciones se han viso estancadas por la caída de las mismas a extremo oriente y América Latina.

    En resumen, los que afirman que le capitalismo global está en crisis puede que exageren, pero tampoco mienten; prueba de ello es que en extremo oriente y América Latina se han cerrado puertas. Tampoco se miente cuando se afirma que una tensión en la periferia no puede acabar siendo buena para el centro. De hecho, la caída de las inversiones en Asia, ha traído una caída de las monedas de las economías emergentes. En Estados Unidos esto ha proporcionado un abaratamiento de las importaciones que ha ayudado a aliviar las tensiones inflacionistas internas; pero en otros países de la OCDE como España e Italia, la caída de las monedas asiáticas, unido a nuevas barreras consecuentes de la crisis, ha provocado una caída de las exportaciones (la caída de las monedas en Asia ha encarecido enormemente nuestros productos en esos países, si encima aparecen nuevas barreras, el aumento de precios es mayor) y ha hecho aumentar el déficit comercial que ha contraído su crecimiento. Con lo cual, aunque países como Estados Unidos se hayan beneficiado parcialmente; otros se han visto seriamente perjudicados, y eso que la crisis todavía no ha comenzado en serio, según se afirma anteriormente.

    La primera parte de este apartado seis se ha dedicado a constatar como y de que manera nos podemos estar encontrando ante un problema. Nos hemos dedicado a deducir si los problemas de la inmensa inestabilidad financiera de economías emergentes (la inestabilidad financiera céntrica no es tan acusada) supone el comienzo de una crisis como se indica en el trabajo o simplemente unos pequeños estragos que no tardarán en pasarse. Esa es la tesis expuesta antes, a la que no se puede dar una respuesta segura. Pues bien, en la segunda parte de este apartado nos dedicaremos a descubrir las posibles causas del comercio internacional:

    Para hacer el trabajo, se han usado una guía didáctica del Sistema Monetario Internacional, una serie de datos estadísticos sobre la evolución del comercio internacional de varios países y una leve explicación de Akio Morita acerca de las diferencias entre el capitalismo japonés y americano; pero la base de este ejercicio se basa en dos libros; uno de George Soros y otro de Joaquín Estefanía donde se señalan en ambos el problema de la crisis del capitalismo global en estos días. Sin embargo, a la hora de señalar culpables y soluciones, ambos autores disienten.

    Según Soros, el principal culpable de la crisis es el hecho de que la globalización de la economía no ha traído una sociedad también global. Así, mientras los países tenemos economías abiertas y dependientes unas de las otras, las sociedades son cerradas y aisladas. Esto da lugar a que muchos países con economías emergentes tengan una sociedad mucho más atrasada de lo que está su economía. Se puede decir que Soros echa la mayor parte de la culpa a las economías emergentes a las que de una u otra forma llama irresponsables por no haber desarrollado una sociedad global que respalde su economía global y más desarrollada.

    Sin embargo no es Soros el primero que ha resaltado este problema, muchos psicólogos del siglo XIX resaltaban ya que la tecnología y la ciencia avanzaban mucho más deprisa que la sociedad, y de hecho, en Europa nuestras costumbres han avanzado muy poco en este último siglo si las comparamos con los avances técnicos y científicos. La economía, aunque algo especial, es una ciencia y por tanto puede avanzar rápidamente. Tú puedes coger un país totalmente subdesarrollado y gracias a una serie de inversiones internacionales y a través de programas de desarrollo para potenciar mejor sus recursos naturales y humanos; puedes hacer de él una economía emergente en pocas décadas, como ocurrió en Corea o Taiwán. Sin embargo, cambiar la sociedad de esos países es más difícil. Un aumento de la riqueza puede modernizar un poco a la sociedad, pero no puede derribar de raíz siglos y siglos de tradiciones. No se puede construir una sociedad abierta aunque se quiera. Una de las causas de que la deslocalización beneficie sobre todo a extremo oriente y América del sur es precisamente es que son los únicos países junto a Europa del Este y OCDE cuya cultura y sociedad conllevan una seguridad en las inversiones. De esta forma, me puedo permitir realizar una serie de afirmaciones tajantes:

  • Cuando en los años 70 comienzan a des localizarse algunas industrias o algunos fragmentos de industrias, se sabía que muchos países en desarrollo iban a avanzar en su economía; pero también se sabía que esos países en desarrollo tenían una sociedad atrasada que no iba a avanzar tan rápidamente.

  • Esas mismas empresas pioneras, sabían que su margen de maniobra para su reorganización era relativamente estrecho, puesto que son escasos los países con una sociedad mínimamente avanzada como para arriesgarse a invertir allí. Por ejemplo, es muy arriesgado construir una fábrica de automóviles en oriente próximo; cuando sabes que en un momento determinado esa fábrica puede ser confiscada para fines bélicos debido a las más extrañas divergencias de tipo político, social o incluso religioso (Quien dice oriente próximo, dice medio oriente, casi toda África e incluso países andinos). Las multinacionales pioneras del proceso sabían que la mundialización se debería concentrar en pocos países que eso sí, en poco tiempo iban a dejar de ser países en desarrollo para convertirse en economías desarrolladas. (La mala deslocalización era previsible e inevitable, con lo que hablar de problema es estúpido. De hacerse, ésta tenía que ser así)

  • Las multinacionales afincadas en países de economías emergentes, también sabían al emigrar, que aunque los países elegidos era mayormente civilizados; también les iba a tocar aguantar algún exceso impropio del centro como él sucedido en Malasia.

  • Tras observar estos apartados, la teoría de Soros puede quedar en parte depreciada, ya que estos problemas, para empezar se deberían de haber previsto; y además se deberían de saberse inevitables e imposibles de solucionar. No obstante, no creo que sean ellos solos los causantes de la crisis; porque ninguna empresa hace algo sabiendo que va a provocar seguro una crisis por ello. Me explico, cuando la deslocalización comienza en los 70, los problemas planteados ya se venían venir; pero si a pesar de todo, el proceso fue adelante, era porque no se les veía como algo que pudiera desembocar en una crisis de comercio internacional. Luego ellos solos no han podido causar una crisis, sino que deben ir acompañados de otros defectos o problemas.

    Joaquín Estefanía, en este aspecto ha estado más humilde y en mi opinión más acertado que George Soros. El autor español ha señalado como causantes de la crisis de la economía mundial dos defectos que también existen en el primer mundo. Desigualdad y Especulación. De esta forma, los problemas no se trasladan a las economías emergentes y la solución puede parecer más posible ya que reformar el centro es más fácil.

    No me cabe duda de que por aquí se puede abordar mejor el tema. La desigualdad es un problema que amenaza a la economía global; y que hace que una economía, por definición de Smith, no esté completa. Sin embargo, aquí puede haber un error, Estefanía destaca sobre todo la desigualdad entre ciudadanos del primer mundo y entre países, incluso entre diferentes países en desarrollo (Economías emergentes y cuarto mundo). Quizá aquí se esté equivocando:

    La desigualdad en el primer mundo no es un problema excesivamente gordo, porque no es que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres; sino es que los ricos son cada vez más inmensamente ricos y los pobres cada vez un poco menos pobres. Es decir, la extrema riqueza se expande por Europa, pero las clases más humildes siguen mejorando su calidad de vida y tienen cada vez más aseguradas sus necesidades primarias, no tan primarias y algunos caprichos. De esta manera, podemos dar como suficientemente cumplido el objetivo de la economía a la vez que tenemos la paz social suficiente para seguir adelante. (Siempre sin olvidar que si elimináramos esa desigualdad, podríamos cumplir mejor los objetivos de la ciencia económica y tener más paz social para crecer mejor)

    La desigualdad entre países o entre economías emergentes y cuarto mundo tampoco pone en jaque la economía global. Desgraciadamente, las manos que sustentan el poder en el cuarto mundo no tienen el menor interés en que se crezca, puesto que cuanto más pobres e incultos sean sus súbditos; menos problemas para seguir en el mando. Con lo cual no hay demasiado problema por su parte para que estas desigualdades se sigan manteniendo. Siempre nos quedará el problema moral, pero no se podrá hablar de una crisis en la economía mundial a acusa de esto.

    Un problema que sin embargo no ha abordado Estefanía es la desigualdad entre ciudadanos de economías emergentes. En estos casos las desigualdades sí que son muy agudas. Una multinacional no puede exigir que un país destino reniegue de sus costumbres; pero sí puede colaborar para que en un país destino se cree riqueza y a la vez poco apoco se vaya distribuyéndola. De esta manera, consigues varias cosas:

  • Una sociedad que por ser más pudiente es más culta, y que poco a poco van cambiando sus costumbres, proclamando economías totales de mercado, consiguiendo democracias, y derrocando dictadores que adulteran el mercado por intereses personales como en Malasia, además de evitar algún que otro conflicto debido a estas razones. Corea y Taiwán son ejemplos de democracias recientes debido a que el desarrollo social lo ha exigido.

  • Cuando una sociedad es más pudiente, sus importaciones con respecto al centro crecen, y esto hace que en el centro se vea con buenos ojos comerciar con ese país concreto y se le bajan las barreras. Esto no cabe duda que beneficia a las multinacionales trasladadas al lugar.

  • Cuando consigues esto, creas un nuevo país desarrollado y un nuevo gran mercado, en el cual, al estar allí estancada y por la temprana edad de dicho mercado en el que no se han incorporado nuevas empresas, las multinacionales primeras son pioneras en la explotación del mismo y obtienen grandes beneficios. En los 60 Renault y SEAT salieron en España muy beneficiadas por esta razón, ya que explotaron ellas solas el mercado automovilístico.

  • Es posible que si saneamos de esta forma las economías emergentes, consiguiéramos mejorar la situación de las mismas, la nuestra y la de la economía mundial; pero las empresas allí afincadas prefieren por norma general no complicarse y obtener el beneficio simplemente a través de la explotación a los obreros sin parase a pensar otras alternativas. Así se consigue una sociedad atrasada, una situación a veces inestable (Indonesia) y unos gobiernos corruptos y oportunistas (Malasia).

    El otro defecto que señala Estefanía como causante de la crisis de la economía mundial es la especulación. No debemos olvidar que el cierre de malasia al extranjero se debía a una media para protegerse de un crac como él de Indonesia o Rusia; y ese crac estaba provocado fundamentalmente por la especulación. La especulación es un pecado eminentemente céntrico, no cabe duda que perjudica a la economía hasta el punto de que algunos autores como Estefanía piensen que debería ser sancionado penalmente. Quizá esto sea un tanto excesivo, pero desde luego que es algo nada elogiable moralmente; y muy perjudicial para la economía. Lo que no es normal es que algunos estados céntricos lejos de condenar esto, parecen aplaudirlo. No es normal que la especulación esté creciendo a un ritmo alto; y que cada vez más ciudadanos medios que especulen. Habría que localizar esa voz invisible que parece aconsejar a ciudadanos medios de los países desarrollados que dejen de gastarse el sueldo en bienes y servicios para meterlo en la bolsa y así especular. En mi opinión, esa actitud negativa para una economía parece no estar mal vista y por ello se ha extendido la moda de la bolsa.

    Ahora, por último, nos queda abordar un problema que también amenaza el capitalismo global, pero que es demasiado complejo de investigar: Una crisis del sistema capitalista dentro del primer mundo debido a las dos vertientes dominantes; el capitalismo renano (Japón y Europa Occidental a excepción de Inglaterra) y el capitalismo anglosajón (Estados Unidos y en menor medida, Inglaterra). Estas diferencias han existido siempre, pero antes con la presencia de países comunistas, quedaban aparcadas. Ahora, la lucha entre los dos bloques es una realidad. Ya no es como antes, una carrera militar; ahora es más bien una lucha económica; pero las tensiones existen.

    La situación de la economía céntrica es una situación tripolar donde existe una interdependencia entre los tres grandes bloques; Estados Unidos, Japón y UE; siendo América Latina, extremo oriente y el Magreb y Europa oriental sus zonas de influencia respectivas debido a su proximidad geográfica. Esto nos va a permitir probar que las tensiones de bloques son una realidad; ya que no podría explicarse de ninguna otra forma que Estados Unidos abandone su área de influencia económica (América latina) para internarse en el área tradicional de Japón (extremo oriente) a la vez que no para de presionar en el GATT a Europa para que abandone la PAC y liberalice su comercio agrícola. La economía americana no sufre ni beneficio ni perjuicio haciendo esto; luego si lo hace es porque algo pasa. Ocurre que tras la guerra fría comienza una guerra económica entre ambos bloques.

    La diferencia entre ambas vertientes es fácil de señalar, mientras en la UE y Japón el capitalismo está acotado por un estado que se encarga de canalizar la economía y de proteger a la sociedad de los excesos del liberalismo (desigualdades, especulaciones, abusos del mercado...); en Estados Unidos y el Reino Unido tras la llegada de Tatcher, el estado va perdiendo poco a poco poder de forma deliberada y los excesos del liberalismo se producen de forma tolerada por los gobiernos.

    Antes de entrar a debatir, hay que hacernos una pregunta. ¿Qué tipo de capitalismo es mejor? Si investigamos a economistas que hablen del tema, el capitalismo europeo tiene más adeptos. Prácticamente todos los autores europeos y japoneses, a los que hay que sumar algún autor norteamericano (como Soros, cuando critica la radicalidad del fundamentalismo de mercado entendido en Estados Unidos) aunque no profundiza demasiado en el tema); respaldan el modelo renano. Sin embargo, se está observando como UE y Japón se van acercando cada vez más al modelo anglosajón y no al revés. Si la mayoría de los autores afirman que el capitalismo europeo es mejor que el anglosajón, es inexplicable que el giro mundial sea inverso. Joaquín Estefanía y Akio Norita si que profundizan en el tema y coinciden en señalarle como un problema para la economía céntrica que por tanto amenaza la economía mundial.

    El capitalismo anglosajón podría ser aceptado, si los problemas que debe solucionar un estado fuerte, tampoco aparecieran en un país con un liberalismo visceral. Pero la desigualdad, la especulación y los abusos del mercado aparecen de forma abusiva en USA y Reino Unido. Lo más grave de todo es que los países más liberales tampoco se preocupan porque estos problemas hayan aparecido, y simplifican la economía hasta el punto de que lo único importante es crecer (se preocupan de crear y no de distribuir).

    En el otro lado, Europa y Japón, se observa como las desigualdades no han crecido tanto como en la otra orilla. Es más, se puede afirmar que la economía ha crecido más aquí que allí desde la revolución conservadora. Sin embargo, el hecho de que tras 1990, los países más liberales hayan crecido más ha hecho perder la confianza en nuestro sistema y nos está forzando a parecernos más a ellos. Yo cero que nos estamos equivocando. Nuestro sistema es más justo, genera menos conflictividad social, y hasta hace poco más crecimiento que el capitalismo anglosajón.

    Sin embargo, basta que durante una década los países anglosajones crezcan más que la UE o Japón para que éste se imponga. Hay que tener en cuenta que es posible que este hecho no se deba a deficiencias de nuestro sistema. En Japón, por ejemplo, la economía se resintió en el año 90 a causa de una depresión de la economía mundial; pero tras este periodo, se produjo una crisis de confianza en la industria nacional. Desde entonces, a la tecnología japonesa le está costando innovar mucho más que antaño (ya no son tan capaces de innovar en campos como el cine, el automóvil o la informática y la electrónica; donde barrieron en los ochenta)

    A una determinada crisis de avances tecnológicos, hay que sumarle el hecho de que países como Alemania, Japón o Suiza; con tanto PIB (más de 25000 $ per cápita), tendrían que dejar de crecer algún día. Luego puede que el sistema no tenga esta vez la culpa. Si el giro de la economía sigue como ahora, los problemas de desigualdades seguirán aumentando, las economías del primer mundo tarde o temprano acabarán en crisis, y se cerrarán puertas. El capitalismo Global pasará entonces por problemas mucho más serios que hasta ahora. Por otro lado, si el giro no se produce, puede ocurrir que las tensiones ahora existentes en el GATT aumentes y una guerra comercial Estados Unidos - Europa - Japón; cree una crisis aún mucho más seria. Este es un problema complejo para la investigación y muy difícil de solucionar.

    Globalización Económica

    La globalización económica supone una absoluta libertad de intercambio. Con ella, la producción de mercancías sólo se encuentra limitada por ventajas físicas o geográficas; las empresas se encuentran organizadas de un modo muy flexible para que tengan mejor acceso a los mercados globales; al tiempo que el mercado financiero se halla descentralizado, tiene un carácter instantáneo y escapa a la influencia de los gobiernos.


    En el ámbito de la política, la globalización afecta a la estructura de los gobiernos y de las decisiones políticas. En un mundo global, la soberanía de los estados parece debilitarse, se crean múltiples centros de poder y las organizaciones internacionales ven incrementada de forma notable su importancia.

    La cultura se ve afectada de múltiples formas por el proceso de globalización. La creación de grandes símbolos tiene un carácter mundial. Hay una tendencia a la diversidad cultural y al triunfo de un cosmopolitismo que va más allá de los propios estados. La información no tiene un único origen local y se difunde de un modo muy veloz a todo el mundo. El ocio y el turismo crecen hasta niveles insospechados. Los instrumentos de universalización y conexión cultural, como Internet (uno de los más importantes fenómenos del final del siglo XX), se multiplican y obligan a idear nuevas formas de aprendizaje.


    La globalización es un fenómeno nuevo, que afecta a la estructura de las sociedades, los gobiernos y las formaciones culturales: se encuentra llena de interesantes cuestiones y de respuestas todavía inciertas. El nuevo milenio irá configurando el nuevo mundo globalizado que ya percibimos.

    Ventajas

    Los medios de producción - tierra y capital- son de propiedad privada. En este contexto el capital se refiere a los edificios, la maquinaria y otras herramientas utilizadas para producir bienes y servicios destinados al consumo.

    La actividad económica aparece organizada y coordinada por la interacción entre compradores y vendedores (o productores) que se lleva a cabo en los mercados.

    Tanto los propietarios de la tierra y el capital como los trabajadores, son libres y buscan maximizar su bienestar, por lo que intentan sacar el mayor provecho posible de sus recursos y del trabajo que utilizan para producir; los consumidores pueden gastar como y cuando quieran sus ingresos para obtener la mayor satisfacción posible. Este principio que se denomina soberanía del consumidor, refleja que, en un sistema capitalista, los productores se verán obligados, debido a la competencia, a utilizar sus recursos de forma que puedan satisfacer la demanda de los consumidores; el interés personal y la búsqueda de beneficios les lleva a seguir esta estrategia.

    Bajo el sistema capitalista el control del sector privado por parte del público debe ser mínimo; se considera que existe competencia, la actividad económica se controlará a sí misma; la actividad del gobierno sólo es necesaria para gestionar la defensa nacional, hacer respetar la propiedad privada y garantizar el cumplimiento de los contratos. Esta visión decimonónica del papel del Estado en el sistema capitalista ha cambiado mucho durante el siglo XX.

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    Enviado por:Jorge Abraham Duque Carvajal
    Idioma: castellano
    País: Ecuador

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