Geografía


Australia


AUSTRALIA

1. El papel decisivo de las condiciones naturales: inconvenientes y ventajas.

1.1. Latitudes subtropicales y predominio de la aridez.

En la personalidad geográfica de Australia, la latitud constituye un factor dominante por las consecuencias climáticas de ella derivadas. El carácter húmedo o seco, el ciclo de las lluvias, las temperaturas medias, la oscilación térmica, etc., se hallan determinadas por la peculiar dinámica atmosférica.

1.1.1. Dinámica atmosférica.

La localización mayoritariamente subtropical de Australia explica la excepcional amplitud superficial de los climas áridos, que cubren casi el 50% del minicontinente.

El Trópico de Capricornio atraviesa Australia de oeste a este, dividiendo al continente casi por su mitad. Es el dominio de las altas previsiones subtropicales. En verano (enero) las células anticiclónicas se sitúan al sur del continente, mientras la Convergencia Intertropical desciende en latitud hasta penetrar en el sector septentrional de Australia, que se ve invadido por una gran masa de aire cálido y húmedo, dando lugar a fuertes precipitaciones.

En el sur reina el buen tiempo, puesto que las borrascas del Frente Polar transitan al sur de las altas presiones y , apenas rozan el continente. En el norte, penetran los alisios del Norte y Noreste, provocando las lluvias tropicales de verano. En el centro de Australia, dominan los alisios del Sureste que rara vez provocan lluvias, salvo en el sector costero y vertiente oriental de la Cordillera Divisoria.

En invierno (julio), las células anticiclónicas descienden en latitud, aproximándose a la franja ecuatorial y provocando un desplazamiento hacia el norte de la Convergencia Intertropical. En vez de los alisios del Nordeste, los que soplan son los del Sur-Sureste, estableciéndose en la mitad septentrional una masa de aire cálido y seco que marca la estación seca invernal. Por el contrario, en el sur queda una franja libre de altas presiones que es recorrida por las sucesivas borrascas del Frente Polar; es la estación lluviosa invernal del clima mediterráneo. En el centro de Australia domina la aridez, atenuada por las esporádicas lluvias procedentes del sur. La franja costera oriental, recibiendo lluvias provocadas por los alisios que, al tocar el borde del continente y el arco montañoso, ascienden en altura, dando lugar a precipitaciones.

1.1.2. Distribución de precipitaciones y temperaturas.

El juego de las presiones, la dirección de los vientos y características de las masas de aire explican la desigual distribución de las precipitaciones. En el mapa se dibujan franjas de intensidad creciente a partir del sector árido central y con máxima pluviosidad en los sectores periféricos costeros, especialmente del norte, este y sureste (más de 1.000 mm).

La ausencia de grandes altitudes en el interior es un factor que ayuda a explicar la amplitud de la zona árida centro-occidental. Alrededor del 50% del continente recibe menos de 300mm de lluvia anual.

La dinámica atmosférica que rige en cada parte de Australia hace que la distribución mensual y estacional de las lluvias sea diferente, según se trate del norte, del este o del sur.

En cuanto a las temperaturas, la mayor parte de Australia presenta un clima continental cálido, con medias anuales superiores a 18º C y fuerte oscilación térmica.

Los mapas de isotermas nos muestran un fuerte contraste entre la situación de verano y la de invierno. En el mes de enero, la fuerte continentalidad en el centro del minicontinente hace que las isotermas se dispongan de forma concéntrica en torno a un núcleo con temperatura superior a 34º C. En invierno, las isotermas conservan una disposición zonal casi perfecta, desde los 25º C del extremo septentrional hasta los 10ºC del extremo meridional. La amplitud térmica se suaviza en las franjas costeras por las influencias marítimas.

1.1.3. Tipos de clima en Australia.

En Australia, la mayor superficie del continente y una incidencia variada de los centros de acción atmosféricos permiten distinguir un conjunto bien definido de dominios climáticos, delimitados por amplias franjas de transición:

El clima tropical monzónico afecta al extremo septentrional.

Hacia el interior se extiende una franja de clima tropical subárido.

El interior está ocupado por una extensión de desierto subtropical.

En el borde meridional del desierto, una franja subárida marca la transición al clima mediterráneo.

En latitudes todavía subtropicales, el clima es mediterráneo.

En el sector central de la franja oriental, aparece un clima cálido con lluvias todo el año.

Por último, el extremo sureste del continente registra características de tipo oceánico.

1.2. Relieve y unidades morfoestructurales.

1.2.1. Evolución geológica.

Las tierras australianas formaron parte del antiguo continente de Gondwana, a 3.000 Km. al sur de donde hoy se encuentran. El continente-isla empezó su separación del bloque africano hace unos 160 millones de años. También de la Antártida hace 55 millones, y hace sólo unos 15 millones de años su aproximación al Asia del sureste. En este recorrido Australia ha sufrido deformaciones internas relativamente pequeñas y se ha mantenido con escasa actividad sísmica. Los movimientos tectónicos recientes se han limitado a elevar la gran plataforma sin llegar a deformarla.

La erosión ha acabado con las elevaciones montañosas precámbricas, apareciendo en la actualidad un escudo de rocas antiguas, con amplias depresiones ocupadas por sedimentos recientes.

La altitud media apenas sobrepasa los 200 m, la más baja de todos los continentes con una cota máxima de 2.228 en el monte Kosciusko.

El paisaje más característico está formado por mesetas de escasa altitud, con disposición tabular. Las mayores elevaciones aparecen en las tierras periféricas, por lo que el litoral ofrece una difícil accesibilidad. Esta disposición del relieve contribuye a que la red hidrográfica muestre una clara tendencia endorreica.

1.2.2. Unidades morfoestructurales.

En Australia se distinguen tres grandes conjuntos morfoestructurales que forman tres bandas de dirección norte-sur:

a) Las mesetas occidentales. Viejo zócalo precámbrico, rígido y estabilizado, presenta una superficie ondulada entre 200 y 600 m. Resultado de su dislocación, grandes fracturas limitan bloques levantados (altiplanos), como Kimberley, Isa, Pilbara o Darling, y hundidos (cuencas), como las de Eucla, Canning, Carnavon o Perth. En el norte, los macizos rocosos de Hamersley, Kimberley son ricos en recursos mineros y, en el centro, se elevan pequeños sectores montañosos que no pasan de 1.500m.

El centro y oeste es dominio del gran desierto australiano (Victoria, Amadeus, Gibson, Gran Desierto de Arena,...). Hacia el este, el escudo se hunde bajo los depósitos sedimentarios y las dunas penetran hacia las llanuras centrales, en el Desierto de Simpson.

b) Las llanuras centrales. Comprenden una franja que se extiende de costa a costa,

Desde el Golfo de Carpentaria hasta el sur de Adelaida, con una altitud media de 160 m. Aparte de la llanura costera del norte, se pueden diferenciar dos grandes cuencas separadas por el umbral poco destacado de Broken Hill y Grey Range.

-La Gran Cuenca Artesiana, formada por calizas cretácicas y recorrida por

Sinuosos ríos de escaso caudal que, desembocan en el lago Eyre, el punto más bajo del continente, con 14 m bajo el nivel del mar.

-La Cuenca de Murray-Darling, ocupada por dunas fósiles y lechos fluviales abandonados. La horizontalidad es interrumpida por algunas lomas. El río Murray consigue llegar al mar, tras atravesar el macizo de Cadell.

c) La cordillera Oriental Australiana. La Gran Cordillera Divisoria es un conjunto

de colinas y mesetas, extendido a lo largo de 3.000 Km. de norte a sur y próximo

al litoral oriental. Es el único sector australiano afectado de cierta inestabilidad

geológica y sísmica. Estas “tierras altas” orientales se han ido levantando hasta

formar mesetas de hasta 2000 m. Al oeste descienden en escalones sucesivos

hacia las bajas tierras del interior.

Entre los materiales, destacan las pizarras y las areniscas. Abundan también los

Macizos graníticos y las rocas de origen volcánico, sobre todo en Queensland.

En Victoria, la alineación toma dirección este-oeste y, en los Alpes Australianos,

las Blue Mountains alcanzan las mayores altitudes, superiores a 2000m.

También en este sector de la cordillera se encuentra el Gran Valle.

La isla de Tasmania, unida a Australia por la plataforma continental, es la prolongación de estos plegamientos. La meseta central llega a los 1200 m y los altiplanos se hallan cortados en el suroeste por valles encajados de origen glaciar; en el noroeste, un pequeño macizo culmina a más de 1500 m. Numerosas fallas han desnivelado todo el conjunto, afectando sobre todo al sector suroriental de la isla.

1.3.La gran riqueza del subsuelo australiano.

La riqueza de Australia en recursos minerales está en relación con la existencia de un zócalo cristalino en todo el continente. A su vez los hidrocarburos aparecen en las grandes cuencas sedimentarias del interior y en sectores costeros.

1.3.1. Posibilidades energéticas.

Los plegamientos hercinianos son el origen de las cuencas carboníferas de la franja oriental: en Nueva Gales del Sur, al norte y sur de Sydney; en Queensland, diversos yacimientos a lo largo de la costa, al norte de Brisbane, y la cuenca de Bowen; y en Victoria, donde los yacimientos de hulla son pequeños, pero los de lignito son importantes. También se produce carbón en Collie, en Australia Occidental.

Australia produce 200 millones de t. (1995) de hulla. Ha pasado en pocos años a situarse entre los grandes productores de hulla, es ya el segundo exportador mundial, después de EEUU.

Hasta los años sesenta Australia parecía estar desprovista de hidrocarburos. A partir de entonces se ha descubierto que las márgenes del continente y algunas cuencas sedimentarias contenían cierta cantidad de petróleo y reservas de gas. Los 15 millones de toneladas de petróleo en 1970 han pasado a 25 millones de toneladas en 1995; se obtienen en Moonie en la isla de Barrow y en Kingfish.

En cuanto al gas natural, los yacimientos más importantes son, entre otros, los de Mereennie, los de Gidgeapa y Moomba, en Australia Occidental, y los Gippsland y la plataforma continental, en el estrecho de Bass.

También las reservas de uranio son cuantiosas. Los centros principales se encuentran en Radium Hill.

1.3.2.Potencial minero.

Australia es uno de los países mineros más ricos del mundo. En la historia de la minería australiana se distinguen tres etapas, con tres significativas fechas 1850, 1880 y 1960.

En 1850 se inició la búsqueda del oro que terminó con una decepción. Explotado en Nueva Gales del Sur y en Victoria, suponía en 1860 el 40% de la producción mundial. En 1882 se descubrió también en Queensland y en 1892 en Coolgardi y Kalgoorlie, en el Oeste.

El año 1880 marca el inicio de la puesta en servicio de las minas de plata, plomo y zinc de Broken Hill. Otros metales que Australia produce en cantidad son el cobre, estaño y tungsteno.

La tercera fecha en esta historia minera es 1960. Se dio el aumento de los minerales ya mencionados y la aparición de hierro, bauxita y níquel.

2. Actividad económica y organización del espacio productivo.

Australia inicia tras la Segunda Guerra Mundial una fase de gran expansión económica. Consigue un importante crecimiento del sector industrial y una revitalización de las actividades mineras.

2.1. La producción agraria y su localización.

Australia se configura a lo largo del siglo XIX como gran país productor de lana y de trigo.

La exigencia de producir para mercados mundiales ha obligado a desarrollar un sector agropecuario competitivo que, junto al carácter extensivo de cultivos y ganadería, ha incluido una intensa mecanización.

El sector agrario australiano genera el 40% de las exportaciones.

2.1.1. Ganadería y agricultura en Australia.

Sólo el 6,6% de la superficie australiana se dedica a los cultivos agrícolas, fuertemente limitados por los condicionantes climáticos y el problema del agua; pero las importantes inversiones de capital han dado lugar a una agricultura moderna, con escasa necesidad de mano de obra. Sin embargo, desde la época de la colonización, la ganadería ovina y bovina ha constituido desde entonces un pilar fundamental de la economía australiana.

La producción de lana fue desde principios del siglo XIX un estímulo decisivo para su crecimiento económico, para la inmigración y para la ocupación de inmensas áreas del país. Australia posee la primera cabaña ovina mundial. Es el primer productor y exportador mundial de lana (50%), que vende principalmente a China, Japón y Rusia. Dada la escasa población y consumo de trigo, la mayor parte de la producción se destina a la exportación. Australia está entre los primeros exportadores de trigo. Su cultivo ocupa la mitad de las tierras agrícolas; es muy extensivo y totalmente mecanizado; en algunas áreas el rendimiento se intensifica con la aportación del regadío.

El “cinturón” triguero se divide en dos sectores: el más importante está situado en sureste del país, entre la cordillera australiana y las tierras más áridas del interior; el segundo, aparece en el suroeste, en las mesetas de la región de Perth.

La localización de la ganadería depende sobre todo de la cantidad y distribución temporal de las precipitaciones.

Las explotaciones son de tamaño mediano en las regiones con mayores precipitaciones y próximas a las ciudades; por el contrario, la ganadería extensiva de bovinos y ovinos de las regiones semiáridas se basa en enormes explotaciones del tipo “rancho”.

En cuanto a los cultivos también se ha producido una diversificación, intentando aprovechar las posibilidades de la diversidad ecológica australiana. Junto al trigo se cultivan otros cereales como la cebada, la avena y el maíz. Además de esta gran zona de agricultura cerealista, se pueden distinguir dos sectores de agricultura intensiva y de una producción más variada. Al sureste, frutales de clima templado y hasta viñedo. Al noreste, con cultivos tropicales, como caña de azúcar, frutos tropicales, cítricos y algodón.

  • La formación de un gran sector industrial.

  • Al final del siglo XIX, hubo en Australia una primera fase de industrialización. Durante el periodo de entreguerras, con la creciente independencia respecto a la metrópoli, el desarrollo de las industrias de transformación locales se convirtió en el eje de la política del gobierno aprovechando la abundancia de materias primas. Se potencia la producción de hierro y acero, de metales no ferrosos, de papel y de vidrio.

    Al terminar la Segunda Guerra Mundial, aprovechó las numerosas fábricas que habían estado produciendo para abastecer a las fuerzas armadas. Tuvo que hacer frente a importantes limitaciones. En primer lugar, la escasez de mano de obra, solucionada con el impulso de la inmigración; en segundo lugar la estrechez del mercado interior y el alto costo de la producción que obligó a una fuerte protección aduanera; y, en tercer lugar, la lejanía de los mercados exteriores.

    Sin embargo, el crecimiento de la industria fue rápido, debido a tres hechos principales: el papel de Australia como gran abastecedor de materias primas minerales, que facilitó la instalación de toda la gama de industrias básicas; el apoyo total del Estado que impuso una fuerte limitación a las importaciones; la llegada de capital extranjero, procedente sobre todo de EEUU y Japón, permitieron el crecimiento de las construcciones mecánicas y de la industria petroquímica. El resultado fue la formación de un potente sector industrial.

  • Variada gama de industrias.

  • En este periodo de crecimiento se han desarrollado un cierto número de industrias de base y de bienes de equipo y un grupo muy numeroso de industrias ligeras orientadas al consumo.

    Entre las industrias de base destacan:

    a) La siderurgia, y la gran exportación de hierro y carbón.

    b) La industria de tratamiento de cobre, plomo y zinc.

    c) La metalurgia del aluminio.

    d) Y el cemento.

    Un segundo grupo de industrial importante son las de transformación y de equipo: máquinas-herramientas, material de transporte, material agrícola, aparatos eléctricos, etc. Destacan:

    a)Las construcciones navales, el material ferroviario y la aeronáutica.

    b)La industria automovilística.

    c)Las industrias químicas de ácidos, abonos fertilizantes, productos farmacéuticos, el refinado del petróleo, las industrias petroquímicas, la química de los plásticos, textiles sintéticos, caucho y resinas sintéticas.

    Por último, las industrias ligeras y de consumo que se basan en el tratamiento de productos agrícolas, la rama textil (con la lana, algodón y fibras sintéticas) y la del cuero y calzado. También las industrias alimentarias han experimentado un rápido crecimiento: azucareras, conservas de carne, legumbres, frutas, pescado y destilerías.

    2.4. Localización industrial.

    La industria australiana es fundamentalmente urbana y periférica. El 75% de la producción se localiza en Nueva Gales del Sur, Victoria y Queensland. Las regiones de Sydney y Melbourne concentran el 60% de todos los empleos industriales de Australia, seguidas de Brisbane, Adelaida y Perth. En Australia Meridional sobresale la metalurgia; en Queensland y Australia Occidental, el sector alimentario, el papel y algunos minerales; en Tasmania, debido al equipamiento hidroeléctrico, la industria papelera, aluminio y zinc; y en el Territorio del Norte, la concentración de minerales, como uranio, hierro y bauxita.

  • Características de la población y modelo de asentamientos.

  • Evolución de la población. El papel crucial de la inmigración.

  • Desde los primeros asentamientos de los europeos, la población de Australia se ha ido incrementando a un ritmo muy notable, a una media de 2% anual. En este constante crecimiento la afluencia de inmigrantes ha representado una parte decisiva, ha igualado, o incluso superado, el crecimiento natural. En 1996, el 23% de la población australiana había nacido fuera del país.

  • Las fases inmigratorias.

  • La llegada de colonos libres a Australia no es significativa hasta 1820, cuando en Inglaterra se fomenta el sueño colonial y se conceden ayudas para el viaje. La abundancia de tierras, las posibilidades de la ganadería y la exportación de lana atrae a miles de británicos en cantidades mayores hasta mediados del siglo XIX.

    La fiebre del oro en los años cincuenta del siglo XIX en Australia potenció la corriente inmigratoria, llegaron a Australia más de medio millón entre buscadores de oro y colonos, con lo que la población se triplicó, pasando a 1.146,000 de habitantes en 1860. a partir de 1860 la inmigración fue disminuyendo paulatinamente hasta finales de siglo, cuando la depresión económica hizo poner trabas a la llegada de nuevos inmigrantes.

    El crecimiento natural era alto (2% anual), debido a la afluencia de inmigrantes jóvenes, pero el desequilibrio de sexos, con exceso de hombres y déficit de mujeres, influyó en que las tasas de natalidad no pasaran de 35-40 por mil.

    Con la Inmigration Restriction Act (1901) el gobierno australiano disponía de un recurso para el control de la inmigración. Y la primera consecuencia fue dificultar la entrada a los inmigrantes de color; el nacionalismo exigía una “Australia para los blancos” y los sindicatos se oponían a la llegada de asiáticos por el miedo a la caída de los salarios.

    Al finalizar la Primera Guerra Mundial, Australia reaviva la demanda de inmigrantes, es la segunda ola inmigratoria, pero su incipiente independencia de Inglaterra le lleva a firmar convenios con otros países europeos, como los escandinavos, Alemania, Holanda, Grecia e Italia. Son años de relativa expansión, con el inicio de la industrialización, que coincide con un descenso de la tasa de la natalidad que se sitúa entre el 20 y 25 por mil. A partir de 1929, con la crisis económica y la elevada tasa de paro (30%), se impone de nuevo una restricción que durará hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

    La tercera ola inmigratoria, se inicia con el final de la guerra, en una fase de fuerte crecimiento económico que demanda gran cantidad de mano de obra. La población crece a un ritmo entre 2% y 2,5% anual entre 1949 y 1970. La mitad de este gran aumento demográfico lo aporta el crecimiento natural y la otra mitad, la inmigración, que supone la entrada de unas 120000 personas cada año. En algunas áreas metropolitanas la inmigración aporta hasta el 70% del crecimiento total.

    Además de los británicos, llegan desplazados de la guerra, refugiados políticos de los países del Este y un número cada vez mayor de inmigrantes de origen mediterráneo; en los sesenta, la necesidad de mano de obra en Europa restringe la salida de emigrantes a ultramar, por lo que Australia se ve obligada a recurrir a los turcos.

    A partir de 1973 se registra nuevamente una recesión en la corriente inmigratoria que no recobra nuevo impulso hasta el final de los años ochenta, en que de nuevo se superan los 100.000 inmigrantes anuales. La selección es muy severa, siendo criterios preferentes, ser pariente de algún residente australiano, estar cualificado o ser refugiado político. No ha desaparecido el recelo al inmigrante de color, pero se ha facilitado la entrada a refugiados políticos de Sureste Asiático y se acogen con gusto a asiáticos dispuestos a invertir, lo que ha facilitado la llegada de personas procedentes de Hong Kong.

  • La dinámica natural reciente.

  • En Australia la natalidad ha descendido a partir de los años setenta y en la década de los ochenta se sitúa en 15-17 por mil (1990-1996). El crecimiento natural es de 0,7% - 0,8%, relativamente alto en relación con los demás países desarrollados. Australia seguirá recurriendo a la inmigración para conseguir los 22 millones de habitantes previstos para el 2020.

    La pirámide de edades está experimentando algunos cambios entre los que son mas significativos la reducción de los menores de 15 años y el aumento de los mayores de 65, tendencia que viene desarrollándose desde 1970.

  • Una distribución muy desigual y periférica.

  • A pesar de este crecimiento, las densidades medias siguen siendo muy bajas: los 2,3 habitantes por Km. cuadrado en 1995 dan a Australia la imagen de un continente vacío; en el 5% de la superficie terrestre vive el 0,3% de la población mundial.

    Los contrastes entre regiones son muy importantes. En Australia la desigual distribución alcanza valores extremos; la densidad media del país apenas tiene significación, ya que ¾ del territorio no pasan de 0,5 habitantes por Km. cuadrado. Los estados más poblados son Victoria, con 19 habitantes por Km. cuadrado, Nueva Gales del Sur con 7,6 y Tasmania con 7. Victoria y Nueva Gales del Sur concentran el 57% de la población total. De los 18 millones de habitantes sólo dos viven a más de 200 Km. de la costa.

    Casi toda la población se agrupa en los bordes del continente, coincidiendo con la Australia húmeda y con la zona de concentración de actividad económica. El área de mayor densidad coincide con el creciente fértil del Sureste.

    La frontera natural de la expansión agrícola puede establecerse en el límite de los cinco meses consecutivos de humedad real mínima. Más allá de los cinco meses constituye la zona de ampliación de débil ocupación humana y sometida al riesgo de las sequías.

    La segunda razón de esta distribución poblacional se halla en la localización de las actividades. Las lluvias, el calor y las montañas pueden imponer fuertes limitaciones al asentamiento humano; pero el carácter periférico que tiene la distribución de la población en Australia se halla en estrecha relación con el tipo de ocupación del espacio, con el establecimiento de una economía colonial volcada hacia el exterior y con el proceso de crecimiento económico y urbano desarrollado en el último siglo.

    Además, en los márgenes del ecúmene la instalación de una ganadería extensiva no ha facilitado la formación de mayores densidades demográficas. Estos factores, han revalorizado los espacios periféricos y algunos emplazamientos costeros y portuarios, en Australia.

  • La creciente diversidad étnica y cultural.

  • La composición étnica de Australia es resultado de la corriente inmigratoria, así como la presencia de poblaciones indígenas. En Australia, en 1901 el 98% de los habitantes eran anglófonos; la homogeneidad étnica proporcionó una gran estabilidad social, política y hasta moral.

    Los aborígenes nunca han sido numerosos. La ocupación del territorio por los blancos desplazó a las pocas tribus que quedaron hacia el interior árido, donde penosamente se han mantenido. Sometidos a expoliaciones violentas, constituyen una comunidad aparte. Pobladores de Australia desde hace más de 30.000 años, no se les ha reconocido derecho alguno. Se les crearon espacios reservados para protegerlos; después se practicó una política de asimilación, hoy se han organizado en la lucha para reivindicar sus derechos.

    Este grupo sufre un gran retraso en el nivel de vida, en su educación, formación profesional, atención sanitaria, en el mundo laboral... Es difícil saber exactamente el número de aborígenes. Se calcula que en 1997 son alrededor de 300.000 y crecen a un ritmo superior al 3%, debido al mantenimiento de altas tasas de natalidad y al descenso de las tasas de mortalidad. La mayor parte de ellos vive en Nueva Gales del Sur y Queensland y un alto porcentaje reside en ciudades agrupados en guetos, discriminados y afectados por el paro y el alcoholismo.

    En 1967 se les reconoce la ciudadanía y se les ha concedido el derecho a voto.

    Otro grupo desfavorecido es el de los asiáticos. En el siglo XIX llegaron los chinos para trabajar en las minas y los isleños (canacos) para trabajar en las plantaciones tropicales. Un sentimiento de rechazo se apoderó de los australianos, y a partir de 1901, con la Inmigration Restriction Act se restringió fuertemente su entrada.

    Presionada por las naciones asiáticas y africanas, Australia dio paso en 1972 a una política de inmigración menos racista, y permitió la entrada a los asiáticos. Así han llegado chinos, hindúes, vietnamitas, camboyanos, laosianos y hasta libaneses. En Queensland hay también japoneses dedicados al tráfico marítimo; en el interior, sirios y afganos son conductores de camellos.

    El número de asiáticos se ha multiplicado rápidamente, pasando a unos 800.000 (4,5%) en 1996. La mayor parte viven en Nueva Gales del Sur y Victoria.

    La Australia blanca, mayoritaria, está compuesta por grupos de origen europeo. A la homogeneidad del grupo británico (87% en 1891), ha sucedido una cierta diversidad originada a partir de la Segunda Guerra Mundial que ha reducido al grupo británico al 74% del total. Dentro del grupo anglosajón hay que mencionar el componente irlandés (presos políticos y emigrantes libres) que supuso el 35% en el siglo XIX y hoy representa el 25% de los anglosajones; este grupo aportó la religión católica y un sentimiento de rechazo a Inglaterra. Llegó también un numeroso grupo de alemanes que se dedicó a la agricultura. Pero han sido los inmigrantes de Europa del Sur y del Este los que han introducido mayor diversidad. En la actualidad representan el 20%. Con ello, se ha revolucionado la composición étnica de numerosos barrios de las ciudades australianas. Australia es, pues, cada vez más multicultural.

  • El sistema urbano australiano.

  • 3.4.1. El proceso de concentración urbana.

    El sistema de poblamiento originario fueron las ciudades, a partir de las cuales, con el apoyo estatal, se colonizó el interior; pero el poblamiento rural nunca ha llegado a tener la relevancia que en el resto del mundo. Hoy la población rural sólo representa el 14%. El espacio rural está poco poblado, con ranchos, caseríos o granjas dispersas.

    El poblamiento urbano se implantó desde el principio, y no ha hecho más que acentuar su grado de concentración. La población urbana pasó al 68,7% en 1947 y al 86% en 1995. Las oleadas de inmigrantes, iban aumentando año tras año el tamaño de los núcleos urbanos. En Australia, las siete capitales de Estado, más la capital federal, agrupan en 1996 a 11.621.000 habitantes, es decir, el 62% de la población.

    3.4.2. La estructura interna de las ciudades.

    Este proceso de crecimiento y concentración urbana se ha ido plasmando en unas ciudades, cuya estructura interna responde a un mismo modelo, similar al de la ciudad norteamericana: plano ortogonal y grandes manzanas cuadradas o rectangulares, con un núcleo central de negocios (CBD) y amplias zonas residenciales que se extienden hasta un radio de 30-40 Km. del centro, siguiendo los grandes ejes de comunicación.

    El CBD ocupa el centro histórico, con calles estrechas y rectilíneas, animadas y congestionadas por la afluencia masiva de personas que llegan desde la periferia. En este núcleo central de negocios se encuentran los edificios de la administración, bancos, a sede central de las compañías, grandes almacenes y tiendas especializadas. Quedan algunas edificios de la época victoriana y parques de tipo inglés; cada vez más los viejos edificios están siendo sustituidos por modernos rascacielos.

    Los barrios residenciales son inmensos y monótonos, la gran casa con jardín, situada junto a una ancha calle y próxima a un espacio verde, sigue siendo el tipo de alojamiento preferido. La gran expansión superficial ha sido favorecida por la excelente red de servicios públicos y el uso generalizado del automóvil desde los años cincuenta. Por otra parte, la población tiende a disminuir en el centro y a aumentar en los barrios periféricos o periurbanos.

    La homogeneidad urbanística de las ciudades australianas contrasta con la diferenciación social, derivada de la diversificación étnica y cultural. Los grupos no anglófonos tienden a segregarse dentro de las ciudades. Las ciudades reflejan ya, no sólo la diversidad cultural, con manifestaciones como festivales, restaurantes, tiendas, etc., sino también una diferenciación socioeconómica, basada en niveles de renta, nivel de educación, cualificación profesional, índices de paro, etc. A la diversidad urbanística tradicional, originada por los distintos grupos de europeos, se han unido nuevos elementos y barrios enteros poblados por tailandeses, vietnamitas o camboyanos, con sus tiendas y restaurantes. A esto hay que añadir la fuerte segregación sufrida por los aborígenes.

    3.4.3. La red urbana en Australia.

    La red urbana se caracteriza por un primer nivel básico, formado por un gran número de pequeños centros comerciales, junto a otro nivel de muy pocas grandes ciudades, capitales de estado o de isla, dejando un nivel intermedio sin apenas ciudades de tamaño medio. Las pequeñas ciudades son centros de servicios en áreas rurales o mineras; a veces son terminales de la red ferroviaria o de carreteras. Estas pequeñas ciudades son centros administrativos y comerciales que proveen de lo necesario a las granjas. A veces son villas mineras, como Broken Hill.

    Las ciudades medianas son escasas y muchas de ellas están en la órbita de alguna de las grandes metrópolis, por ejemplo, Geelong (puerto agrícola y centro industrial), en el área de Melbourne.

    Pero el papel fundamental lo siguen ejerciendo las ciudades-puerto, capitales de estado. El crecimiento y el tamaño de cada una de ellas ha dependido de la extensión y de las posibilidades de su área de influencia, que han ido ampliándose gracias a la modernización de la red de transportes. Desde su origen, las ciudades se han comportado como rivales y apenas han desarrollado las relaciones mutuas. Surgió así una “organización básica del territorio australiano como yuxtaposición de una serie de subsistemas espaciales, cada uno de los cuales gravita en torno a un nodo central identificado con la capital estatal”.

    La tendencia a la concentración, reforzada con la localización de las actividades industriales y terciarias y alimentada por las oleadas de inmigrantes, ha consolidado el predominio del centro principal.

    Sydney y Melbourne ejercen una clara primacía en el extenso sureste australiano. En el interior no existe ningún centro urbano de importancia; sólo un gran número de pequeñas agrociudades situadas junto a las vías de circulación.

    Así pues, las ciudades con mayor significación en la red urbana australiana son las siete capitales de estado y la Capital Federal. Sólo Sydney y Melbourne aparecen como dos grandes metrópolis; mientras que las otras capitales no irradian su influencia más allá de las fronteras de sus estados.

  • Estadísticas.

  • Demografía:

  • Población: 19544000 hab.

    Densidad 2,5 hab./km2.

    Crecimiento anual (2000-2005): 1%.

    Índice de fecundidad (2000-2005): 1.7.

    Mortalidad infantil (2000-2005): 5.5%0

    Esperanza de vida (2000-2005): 79,2 años.

    Población urbana: 91,2%.

  • Economía:

  • PIB total (millón $): 491810.

    Crecimiento anual (2002): 3.8%.

    PIB por habitante ($): 25370.

    Índice de inflación: 3%.

    Índice de paro: 6,1 %.

    BIBLIOGRAFÍA:

      • Thumerelle, P.J.

      • Anuario demográfico de la ONU.

      • Informe del desarrollo mundial 2003.

      • Informe mundial sobre asentamientos humanos.

      • Informe sobre el desarrollo humano.

      • El estado del mundo.

      • Geopolítica del hambre.

      • Espacios y sociedades. Introducción a la geografía regional del mundo. Por Ricardo Méndez y Fernando Molinero.

      • L´etude géographique des populations por Pierre Jean Thumerelle.

      • África, Asia, Australia y Nueva Zelanda.

      • Demografía estadística. Por Roland Bressat (traducción de Manuel Delgado Cabeza).

      • Geografía descriptiva: países. Por Joaquín Bosque Maurel.

      • Geografía Universal. Vol. 15, Oceanía. Por José María Prats.

      • Nueva geografía universal: aspectos de la naturaleza, la vida de los hombres, recursos agrícolas e industriales. Tomo II. Por Ernest Granger (traducción y adiciones por Juan Bantín Cereceda).

      • Guía del mundo 2003/2004: el mundo visto desde el sur. Por Roberto Bissio.

      • Geographical information systems: an introduction. Por Julie Delaney.




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    Enviado por:Francisco Javier Fernández
    Idioma: castellano
    País: España

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