Historia del Arte


Arte barroco


BARROCO

El adjetivo “barroco” surge a finales dl s. XVI en el lenguaje técnico d los joyeros, xa llamar a las perlas irregulares. En la centuria siguiente comenzó a utilizarse en sentido figurado; xo sería en Francia, durante la 2ª mitad dl s. XVIII cuando adquiere x vez 1ª un sentido estético, xo d valoración negativa.

Durante el s. XIX se mantiene ese juicio peyorativo. Barroco es lo excesivax complicado, ampuloso, recargado, x oposición a las normas clásicas q el arte dl renacimiento había definido.

En la actualidad, se denomina Barroco al arte que se produjo en el s. XVII y durante la 1ª mitad dl s. XVIII. El Barroco coincide con un periodo d profunda crisis, ya q las naciones Europeas se enfrentan en interminables guerras d religión y el hambre es 1 constante, sobre todo en s. XVII.

La mentalidad dl barroco es pesimista, en el mundo católico sobre todo. La salvación dl alma es el objetivo fundamental. La idea d q la vida es un “valle d lágrimas”, algo fugaz, en lo q todo es vanidad y en lo q la única certeza es la muerte, sintetiza el pensamiento barroco.

El barroco ade+ es un arte triunfal, complejo, cargado d simbolismo, al servicio d la monarquía absoluta, q manifiesta su poder x medio dl arte y d la Iglesia católica, q recurre al lenguaje barroco xa falsear la realidad: intenta plasmar victoria d Iglesia frente a la herejía protestante.

El arte barroco se caracteriza x la integración d las manifestaciones artísticas. La pintura y la escultura se ponen al servicio d la arquitectura creando un lenguaje retórico, lleno de artificios de engaño q tiene x finalidad sorprender al espectador.

El origen dl barroco está en Roma, xo debido a la variedad d circunstancias socioeconómicas y políticas q se dan en este periodo coexistirán diversos círculos culturales y objetivos artísticos. De ste modo nacen 2 tipos d Barroco: uno cortesano y católico, al servicio de la Iglesia y dl poder absoluto q se sitúa en Italia, Francia, Alemania y España; y un barroco burgués y protestante, naturalista y laico, q se desarrolla en Holanda e Inglaterra. En ambas expresiones existen rasgos comunes, q responden a la sensibilidad d la época, q desprecia las reglas, tiende a lo emotivo y desbordante y se revela como un arte q buscaba emocionar al pueblo xa persuadirlo d la bondad dl sistema imperante y d la necesidad d obedecer a las instituciones.

Es un estilo q expresa el estado d ánimo dl hombre dl s. XVIII pesimista, desengañado, realista, con conciencia d sus imperfecciones y dl dolor. Se caracteriza por:

  • Abandono dl principio renacentista d la belleza y la armonía.

  • Le interesa el dinamismo, q expresa la idea d fugacidad d la vida

  • Busca la expresividad en función dl sentido trágico d la vida y la estética d la salvación

  • Tiende a lo infinito y a la tensión. El hombre dl barroco se sabe pequeño, con conocimiento científico y filosófico; lo q le da el orgullo d comprender el universo

Con frecuencia se ha articulado el arte barroco en 2 etapas: el barroco pleno o maduro (1630-80), coincidiendo con la explosión d la generación artística q ha nacido en el tránsito dl siglo: Bernini, Borromini, Velázquez, Van Dyck y Rembrandt; y el barroco tardío o rococó, q pervivirá hasta 1750, consiguiendo su apoteosis en las cortes centroeuropeas d Viena y Praga.

LA ARQUITECTURA BARROCA

Es la principal manifestación dl estilo. Las demás artes se someten a ella xa conseguir un efecto de conjunto, o xa crear artificios.

Con el triunfo del Barroco comienzan a perfilarse las principales nacionalidades artísticas europeas. Elementos comunes a todas las escuelas arquitectónicas fueron el empleo dl orden colosal, la riqueza d la ornamentación y el uso de cúpulas; xo el diseño d los espacios interiores y en la composición de las fachadas surgieron variantes.

La arquitectura barroca italiana se caracteriza x plantas movidas, q contraen y dilatan el espacio mediante paredes cóncavas y convexas, transmitiéndose tb a la fachada, usando principalx mármol y piedra y gozando los artistas de libertad xa improvisar.

Francia en cambio, impone una dictadura arquitectónica, sometida al bon goùt. Los espacios son de superficies regulares, lo volúmenes nítidos y las fachadas rectas. Esta rigidez prestó gran unidad a los proyectos y ha motivado el adjetivo d “clasicista” xa el barroco francés. Complemento arquitectónico será la domesticación de la naturaleza, enmarcando los palacios con jardines adecuados a escala humana, recortados en parterres geométricos y refrescados x canales d agua.

Arquitectura barroca italiana: Bernini y Borromini

Durante el s. XVII la península italiana está sometida a una triple influencia: España, q domina el sur peninsular, Francia q controla el norte y el Vaticano q mantiene la hegemonía en parte dl territorio italiano, xo su influencia se extiende x toda la Europa católica. La caída d la dinastía austriaca y el ascenso político d la Francia d Luís XIV provocará a mediados d siglo una decadencia en el Vaticano ya q la política regalista q desarrollan los monarcas absolutos limitan el poder papal.

La decadencia d la Iglesia coincide con la elección d Alejandro VII. El enfrentamiento continuo con Francia en cuestiones políticas y religiosas trasciende al terreno d lo artístico, estableciéndose una rivalidad urbanística y edilicia entre Luis XIV y Alejandro VIII.

Roma es una ciudad q actúa en función dl papado, es el centro d la Iglesia católica y sus habitantes dependen económicax d ella.

Alejandro VII va a continuar la labor d su predecesor Sixto V q reguló la ciudad y unió las 7 basílicas x medio d una red viaria, impulsando y patrocinando proyectos q compiten con París y x la hegemonía cultural francesa.

El barroco italiano gira en torno a 2 polos contradictorios, ejemplificados x 2 arquitectos rivales: Bernini y Borromini. Ambos artístas construyeron edificios d planta elíptica muros alabeados, xo las diferencias en el empleo d los órdenes y los materiales y en el uso dl espacio y d la luz fueron diametralx opuestos.

Bernini, protegido x Alejandro VIII en su nombramiento lo convierte en el diseñador y ejecutor d los proyectos dl pontífice. Bernini había llegado a la arquitectura a través d la experiencia como escultor, y eso explica el refinamiento visual, la exactitud milimétrica, los defectos plásticos, los valores cromáticos y d la luz. Respetó las proporciones d los órdenes clásicos y las reglas d composición, planteó espacios naturales abiertos con curvas y contracurvas diáfanas, y dejaba sus fachadas e interiores pulidos con el propósito d q la luz y la sombra resbalen y los bañen x igual.

Su carrera como arquitecto se inicia en el Vaticano, proyectando el Baldaquino d San Pedro: un movido palio d bronce, apeado en 4 columnas salomónicas, q sitúa bajo cúpula d basílica San Pedro.

Realizó en años sucesivos otras 2 obras q completarían el templo: la gran columnata q se extiende delante d la plaza y la Cátedra d San Pedro, en el ábside.

La gran obra d Bernini es sin duda la Columnata. La culminación d la Basílica con la fachada barroca d Maderna planteaba la necesidad d construir un pórtico q conecte la Basílica con la ciudad. Para la construcción d la plaza se presentan varios proyectos, triunfando el d Bernini: una columnata elíptica. Esta solución permitía albergar a una enorme masa d peregrinos, dejando en 2º plano la fachada d Moderna y sobre todo realzando la cúpula d Miguel Ángel.

La columnata d San Pedro consta d 4 hileras d columnas dóricas en cada brazo, formando una triple galería, cubierto con un sistema arquitrabado, desarrollando una balaustrada q corona el ático, decorada con estatuas. Se inclina suavex hacia el obelisco central y asciende ligeras x medio d terrazas y galerías hacia el gigantesco pórtico

La Cátedra está relacionada con la silla, reliquia q Bernini sitúa en un trono mayor, q mantienen en el aire los Doctores d la Iglesia y abre en la zona superior una gloria q perfora el muro, convirtiéndose en el precedente d los transparentes hispanos. Pero la obre arquitectónica d la q Bernini se sentía especialx satisfecho era Sant´Andrea al Quirinales, una iglesia d planta central, destinada a los novicios jesuitas, donde juega con la línea cóncava y convexa.

Borromini fue un arquitecto q rompió las normas e inventó nuevos elementos, plantando espacios artificiales y reducidos al complicarlos mediante combinaciones d alabeos secundarios. En sus fachadas Borromini afila los perfiles, añade resaltes y aplica aristas xa q la luz se quiebre en un cortante efecto claroscurista

Los comienzos d Borromini fueron discretos. Trabajó en Milán como cantero y + tarde se trasladó a Roma. Su 1ª obra y tb su última realización es el complejo arquitectónico q le encargan los trinitarios españoles en Quattro Fontane donde realiza el convento y el claustro, la iglesia d San Carlo y su admirable fachada

Otra d sus obras fue el Oratorio d San Felipe Neri, concebido como una sala d audiciones.

Su obra culminante fue la Iglesia universitaria d Sant´Ivo alla Sapienza. Su dinámica planta está formada x 2 triángulos equiláteros q, al cruzarse, crean un hexágono; esta celdilla d panal vuelve a repetirse en la cúpula y se ha interpretado como una alusión al papa Urbano VIII, cuyo emblema era la abeja.

Arquitectura barroca francesa: Versalles

A mediados dl s. XVII Francia inicia la hegemonía dl continente europeo, siendo su rey Luís XIV, quien estableció un sistema absoluto en Francia q será imitado rápidax x el resto d los monarcas europeos y establece un sistema d alianzas q hace d este país el poder moderador dl continente. Con Luís XIV el centro artístico se traslada a Francia q a partir d este momento impone la moda, la etiqueta, las costumbres, etc. y Versalles, sin duda reconstituye en el centro europeo.

Inicialx, Versalles había sido un pequeño castillo, fabricado en piedra y ladrillo, rodeado d fosos y famoso x su caza. Su transformación barroca se produjo cuando Luís XIV contempló el palacio d Vaux-le-Viconte d Fouquet y decidió construirse uno mejor, surgiendo así Versalles. Está formado x el palacio, el espacio urbano y los jardines. El palacio constituye el núcleo organizativo y se sitúa entre la ciudad y el jardín.

El conjunto d Versalles presenta 1 ordenación simple, todo stá dominado x eje longitudinal con el palacio como punto d referencia. El palacio tiene 1 estructura complicada, en torno a 2 ejes fundamentales: el patio central en forma d “U” escalonada, q es el eje vertical; y el longitudinal q lo configuran las 2 alas q salen d la “U”

Mansart diseñó una monumental fachada x cuyo interior corría la Galería d los Espejos, flanqueada x el Salón d la Guerra y el Salón d la Paz. Le Brun decoró sus espacios con mármoles policromos y trofeos dorados, pintando en el techo los gloriosos anales dl rey. Después Mansart añadió 2 alas en escuadra y nuevas dependencias q han sido universalx aclamadas como l´Orangerie (invernadero d plantas exóticas) el Grand Trianon y las Grandes y Petites Écuries (caballerizas).

X su parte le Nôtre diseñó las 3 avenidas d jardines q confluyen en el palacio, y las calles radiales q se abren en la parte posterior en torno a un gran canal. Aquí dispuso glorietas, fuentes y pérgolas emparradas entre parterres y unidades boscosas.

La construcción d este suntuoso palacio llevó a q la ciudad d Versalles se transformara en una ciudad con mansiones xa los cortesanos, ministerios xa los empleados d la administración, cuarteles xa la guardia y viviendas xa los criados. Todo ello coherente y simétricax articulado en torno a la cámara dl rey.

A partir d Versalles, tanto el palacio como el modelo d jardín francés se extendió x las cortes europeas.

La arquitectura Barroca española

El Barroco coincide en España con una crisis interna e internacional q se irá agudizando a lo largo dl s. XVII en una nación d 2º orden frente al ascenso d Francia y GB. De forma contradictoria el s. XVII es el siglo d oro d las artes españolas y d la literatura.

El catolicismo ha triunfado y la contrarreforma y los postulados d Trento, se imponen en un arte como el español, q tiene como clientes casi en exclusiva a la Iglesia.

La arquitectura está promovida x los monarcas con la construcción d los conjuntos reales; la nobleza con sus palacios y el clero con sus conventos y monasterios.

Las ciudades españolas dl Barroco son esencialx conventuales. Los monasterios se ubican en el interior dl casco urbano, ocupando un tercio dl suelo edificable. Consecuentex, muchos d los arquitectos dl s. XVII van a ser frailes profesos d las órdenes.

Las plantas q conciben estos tracistas religiosos xa favorecer el culto, la predicación y la administración d los sacramentos procedían dl siglo anterior y se acomodan a los llamados modelos d salón y de cajón, x su estructura regular, carente dl alabeo d muros d Bernini y Borromini. El tipo de “salón” propio d Castilla, responde al templo cruciforme, con una única y amplia nave y capillas laterales entre contrafuertes interiores. Andalucía, en cambio, impone el “cajón”, consistente en un rectángulo perimetral. Ambas soluciones dejan paso a 1 descollante capilla mayor, visible desde todas las partes dl templo.

La sobriedad escurialense d stos edificios, d proporciones cúbicas y escasa altura, se proyecta tb en las fachadas.

Tónica general d la arquitectura es la pobreza constructiva, visible en la utilización casi exclusiva dl ladrillo y en las falsas cúpulas d la meseta castellana, denominadas “encamonadas”, q ofrecían la ventaja económica d fabricarse con madera y yeso. Xo la sencillez externa dejará paso durante el último tercio dl s. XVII y la 1ª mitad dl s. XVIII a una deslumbrante decoración interior. Las iglesias aparecen brillante y teatralx revestidas d espumosas yeserías, coloristas cuadros d altar y refulgentes cuadros dorados.

Esta corriente recibirá el adjetivo d “castiza” frente a los palacios cortesanos borbónicos, d influencia francesa e italiana (Aranjuez y la Granja)

Surge entonces una nómina excepcional de arquitectos y entalladores “casticistas”: Pedro de Rivera en Madrid, Fernando de Casas Novoa en Santiago de Compostela, quien realizó la fachada dl Obradoiro; Hurtado Izquierdo en Granada, q planificó la Sacristía d la Cartuja; y la dinastía de los Churriguera en Salamanca.

Esta “máscara” decorativa, q velaba el rostro d la arquitectura, ha sido interpretado como una estrategia política xa ocultar a las clases populares la postración política y económica en q se hallaba sumido el país.

Complemento d la arquitectura van a ser las transformaciones urbanísticas. Los ayuntamientos promulgan “ordenanzas municipales” q velan x el ensanche y el alineamiento d las calles, la pavimentación dl viario…

Las ciudades experimentan tb un importante crecimiento, q unido al deseo d organizar espectáculos q pongan d manifiesto el poder dl rey y d la Iglesia (autos d fe, ejecuciones, bodas, bautizos celebraciones reales…) y a la necesidad d organizar un mercado xa abastecer a una población en aumento hace surgir un nuevo espacio ciudadano: la Plaza Mayor. Este espacio público se estructuraba d forma rectangular y tenía soportales xa resguardar d las inclemencias a comerciantes y compradores. Los edificios d la Plaza Mayor son d 3 plantas, con alzado uniforme y balcones d hierro.

La 1ª plaza mayor q responde a estas características es la d Madrid, encargada a Juan Gómez d Mora en 1617 e inaugurada en 1620 en las fiestas d San Isidro. De planta rectangular, consta d pórticos d pilastras adinteladas y 5 pisos d balcones, exceptuando la “Casa d panadería” q tenía arcos en el pórtico y 3 pisos + en el remate d las torres. A su imagen y semejanza se levantarán otras en el territorio nacional y en los virreinatos americanos, cerrándose el ciclo barroco con la espléndida d Salamanca.

ESCULTURA BARROCA EN ITALIA: BERNINI

Bernini dominó todas las disciplinas artísticas xo, sobre todo, fue escultor. Nacido en Nápoles, se traslada a Roma a principios dl s. XVII y allí transcurre toda su vida artística, en gran parte al servicio dl papado, lo q lo convierte en el autor + significativo d la contrarreforma. Su temática es casi totalx religiosa, aunq tb aborda la temática mitológica d forma moralizante. La obra d Bernini está llena d teatralidad y sentimentalismo, comprometiendo al espectador, mostrando el momento culminante d la acción y forzando un punto d vista único disponiendo todos los elementos.

Sus etapas son 4 y todas coinciden en la elección dl mármol como material y un punto de vista frontal.

  • Etapa juvenil. Encargos mitológicos y bíblicos. Obras influidas por la línea serpentinata del manierismo, da rienda suelta a su virtuosismo en el tratamiento de la textura de la piel y al estado psicológico de los personajes. De este periodo son las representaciones de Apolo y Dafne y su David.

  • Alto barroco. Siendo ya Papa su amigo Urbano VII realiza encargos xa él. En estas obras se da importancia al ropaje xa apoyar el impacto emocional: las telas producen un efecto claroscurista, policromando la imagen con la luz. De esta etapa es San Longinos.

  • Período medio. Desarrollado entre 1640 y 1654 es el más creativo de su carrera. Unificó todas las artes en el Éxtasis de Santa Teresa, “observada” por la familia Cornaro desde unos palcos en los laterales de la capilla en Santa Maria della Vittoria. Erigió la Fontana dei Quattro Fiumini, en la Piazza Navona, donde representa el Danubio, el Ganges, el Nilo y el Río de la Plata. Idea la manera de no cortar el pecho en los retratos de busto colocando ropajes voluminosos.

  • Estilo tardío. Durante el papado de Alejandro VII. Aquí busca el expresivismo y la espiritualidad. Las figuras se alargan y los ropajes se retuercen y agitan, como muestran los Ángeles con los atributos de la Pasión.

  • En su escultura stá sin duda compendiado la técnica y la estética barroca:

  • TEXTURAS Variadas, buscando calidades táctiles.

  • MOVIMIENTO en acción, las figuras se someten a líneas diagonales y serpentinatas. El dinamismo se extiende a los ropajes.

  • LUZ Se buscan contrates lumínicos, claroscuros... especialmente con un trabajo en profundidad y grandes salientes en los ropajes.

  • EXPRESIÓN Naturalista, se plasma momento fugaz, y sobre todo la expresión sentimientos.

  • FINALIDAD No sólo complementar la arquitectura, sino básicax didáctico-propagandística.

  • IMAGINERÍA ESPAÑOLA

    Es una época d enormes contradicciones políticas y económicas. Época en la q frente a la decadencia aparece un periodo artístico (Siglo de Oro) en el q las artes españolas se desarrollan en todo su esplendor

    El tema pagano casi no se toca. Hay predominio d la temática religiosa. Época donde lo religioso está no solo en el arte, sino también en la calle (procesiones…).

    Para comprender el arte Barroco, en especial la imaginería, hay q tener en cuenta la función q cumplía, muy distante d la consideración artística q hoy le damos. Las imágenes se ponían en los retablos y se sacaban en los pasos procesionales d Semana Santa y otras festividades religiosas. Estaban, x tanto, en contacto directo con los fieles. Eran además el auxilio espiritual en un período d crisis q se evidenciaba además en muchas d esas imágenes torturadas. Xo tb hay en ellas un acercamiento a lo anecdótico y sentimental q determina el giro hacia una Piedad exterior y gesticulante q se manifestaba en los suntuosos actos públicos en los q se habían convertido las celebraciones religiosas, q dejan d ser asunto individual xa convertirse en espectáculo multitudinario. Por eso las imágenes barrocas son espectacu­lares, desmedidas, volcadas hacia afuera, sin refinamiento y sin complejidades. Hay una realidad palpable en ellas, una aceptación tangible d las nuevas concepciones espirituales y estéticas.

    Realismo y expresión son factores complementarios d la religiosi­dad en estas imágenes. El realismo las convierte en un muestrario d tipos populares en lo q se recoge los + pequeños detalles recurriendo xa conseguirlos a procedimientos efectistas. La expresión lo es todo, tanto xa el tallista como xa el fiel q contempla las imágenes y debe presentarse a primera vista, sin ocultamientos y sin posibilidad d interpretación subjetiva. La imaginería es un arte purax nacional. Se caracteriza sobre todo x el realismo q llega a ser expresionista al exacerbarse las acciones. Se medita sobre la muerte. El ascetismo y misticismo, muy d moda en el barroco, son las vías + elevadas xa llegar a Dios. Hay toda una simbología popular recogida en la imaginería barroca q tiene como función llevar al fiel a la constricción y el arrepentimiento x el dolor d la pasión.

    El material utilizado es la madera policromada xa resaltar el naturalismo. La escultura en piedra o en bronce es prácticax inexistente. En la pintura d las vestiduras se utilizan encarnaciones mates en la escuela castellana, y en la escuela andaluza suelen usarse + brillantes. Normalx se utiliza el dorado, bien en estofado o en rajado y la pintura sobre dorado a pincel imitando labores en tela. Se usan elementos postizos: pelo natural, lágrimas d cristal, ojos y uñas d pasta, coronas metálicas, puñales d plata, etcétera. Aparecen las imágenes d vestir como el mayor exponente dl realismo (Andalucía: bordados, joyerías) concentrado el trabajo en manos y rostros.

    Las imágenes se destinan a las procesiones y se alojan en los retablos q adquieren una gran monumentalidad.
    Reducen los cuerpos hasta finalizar en uno solo gigante, y la colum­na salomónica es el soporte + socorrido. En el s. XVIII se incluye el estípite o soporte en forma d tronco d pirámide inver­tida y se suele complicar + el retablo con el añadido d otros cuerpos. A veces enmarcado x el retablo se sitúa un camarín. El ornato dl barroco hace q la decoración escultórica se extienda, teniendo gran difusión los coros, haciéndose excelentes sillerías y un mobiliario d confesionarios, puertas relicarios, etc., cuajados d labores escultóricas.


    LA ESCUELA CASTELLANA: GREGORIO FERNÁNDEZ

    De origen gallego, su educación escultórica la realiza en el taller de Francisco Rincón y en su primera etapa se verá influido por Pompeyo Leoni, escultor de la corte, quien trasmite a Fernández el sentido aristocrático de la escultura italiana, aunque acabará desapareciendo por el arrollador patetismo místico.
    Su obra se caracteriza por un cierto convencionalismo en los doblajes angulosos de los paños que recuerdan la escuela flamenca del siglo XV. Estos paños se deben a un intento por conseguir el claro-oscuro de forma pictórica. En su obra va directamente a la expresión religiosa y todo lo somete a este valor imponderable, siendo el escultor que mejor refleja los estados ascéticos y místi­cos. Muy preocupado por el modelado del cuerpo humano en los desnu­dos siempre masculinos, le lleva a un estudio profundo del natural. Las superficies de Fernández son muy sensibles, de un gran logro de calidades, hasta el punto que se puede intuir la carne. La policro­mía mate, muy naturalista. Agudiza con ella el dolor, abriendo heridas, llagas, sangre, etcétera. Sus crucificados aparecen sere­nos, sin contorsiones y con un plegado muy rugoso, casi de papel, en los paños que cubren al Cristo.

    Fernández es un creador de tipos y será el que popularice el Cristo yacente exento, es decir, el Cristo en el sepulcro muerto. Aparece con los ojos entornados y el modelado anatómico tiene un enorme naturalismo. La falta de idealización hace que este Cristo estremezca al fiel. Creará también el de San Francisco muerto de pie y la Santa Teresa estática con la pluma y la mente suspensos en comunicación divina. Este tipo de Santa Teresa, muy difundido en el barroco, captan de forma serena, muy opuesta al ideal de Bernini, el estado místico de la suspensión del alma. Representa a la Inma­culada con cabeza diminuta, manos orantes y mantos con dos grandes dobladuras a los lados. Sus piedades, como la de Valladolid, cons­tituyen un grupo severo y suele disponer al Cristo de forma diago­nal, a la manera de la pintura flamenca del siglo XV. Fernández será el creador de la Escuela de Valladolid, siendo en Castilla lo que Bernini en Italia.

    LA ESCUELA ANDALUZA: MARTINEZ MONTAÑÉS Y MESA (SEVILLA); CANO (GRANADA)

    Contaba con gloriosos antecedentes en el s. XVI. Sobre todo la figura d Ocampo. La figura cumbre es Juan Martínez Montañez, nacido en Alcalá d la Real (Jaén) 1.568-1.648. Sus primeros años los pasa en Sevilla e influye en sus primeras obras Andrés d Ocampo, dl q imita la técnica minuciosa en el plegado d los paños. Más adelante pasa a Granada y ahí trabaja junto a Pablo Rojas a quien el tratadista Pacheco hace responsable d su forma­ción artística. Su influencia es notable xo sin duda sólo en algunos aspectos. Su obra se caracteriza x la serenidad y el equilibrio; ya en su Cristo d la Clemencia, contratado en 1.603, se observa la maestría y el estilo d Martínez Montañez. El modela­do es perfectísimo, con un estudio propio d broncista, y la cara ofrece una serenidad muy clásica. En toda la talla hay emoción sin tener q recurrir a lo trágico. Es el “Cristo de los cuatro clavos” con la cabeza inclinada mirando a cualquier persona que estuviera orando al pie de él. Se trata dl acercamiento d la imagen al fiel, q nunca fue + intenso q en el Barroco. Hacia 1.606 crea Montañés el tipo dl “niño Jesús desnu­do”, bendiciendo en actitud naturalista. Este tema es muy frecuente en el barroco andaluz y expresan los artistas un ideal d gracia y simpatía muy popular. D sus obras + importantes está el “Retablo d San Isidoro dl Campo” en Santiponce. En esta obra intervienen sus discípulos, xo en algunas imágenes como la d San Jerónimo penitente, inspirado en el d Torrijiano, expresa d forma magistral el ascetismo y todo el cuerpo habla d la depuración a la q llevan ayunas y disciplinas. Montañés tb esculpirá imágenes d vestir santos y la única atribuida d paso será Jesús d la Pasión. En 1.628 realiza la Inmaculada d la Catedral de Sevilla. En ella crea un tipo d Inmaculada d gran desarrollo d paños, d manos y cabeza dobladas, q tendría una enorme importancia iconográfica. Esta Inmaculada recoge perfectax el sentir religioso popular y expresa d forma correctísima el dogma d la virginidad d María. Al final d su vida viajaría a Madrid xa hacer un busto al rey, q sirve como base xa la estatua ecuestre d Pedro Tacca. A su muerte, Montañés dejaba una importante escuela y un taller d extraordinaria fama. Su mejor discípulo fue Juan d Mesa, autor d un gran nº d imágenes procesionales d Sevilla, q careció d notoriedad en su época xo q ha sido rescatado x la crítica posterior. Centra su atención en la cabeza, despreocupándose dl resto. D sus obras + conocidas está "el Cristo d la buena muerte" y el d "Vergara" en el q plasma el patetismo dl Cristo en la agonía. Entre sus imágenes d vestir, destaca "el Cristo dl gran Poder". Es el Cristo q ha padecido tanto en tan pocos días q se ha convertido en un anciano.

    Alonso Cano:

    Este autor será el máximo impulsor d esta escuela, xo q tiene otros maestros anteriores como Pablo d Rojas q tiene el doble mérito d ser el iniciador d las dos escuelas andaluzas, ya q en su taller se forma Martínez Montañés. Alonso Cano nace en Granada (1.601-67), aunq su formación y una parte importante d su vida transcurren en Sevilla. Alonso Cano es un artista completo ya q tb es pintor y arquitecto, aunq su actividad + importante es la escultura q la puede plantear d forma integral a su formación artística. En Sevilla pasó x los talleres d Pacheco y Montañés, y en principio imita la técnica de Montañés aunq pronto abandona el virtuosismo técnico y opta x rasgos + sintéticos. Curiosax la obra d Cano llegará a influir + en Montañés q Montañés en Cano. Profundiza Cano la creación d perfiles ovales y modelos geométricos. Somete las figuras a un proceso d estilización idealista mucho + cercano al Renaci­miento q a la estética barroca. Ojos, nariz y boca son sometidas x Cano a fórmulas ovales. Toda su obra respira un cierto idealis­mo. En Sevilla realiza varias obras importantes como la Inmaculada d la iglesia d San Julián y sobre todo el retablo d la Iglesia Mayor d Lebrija, presidido x la Virgen d la Oliva, obra monu­mental en la q inicia sus esquemas fusiformes compositivos. En esta obra se denota clarax la influencia de Montañés. Llamado x el Conde Luque d Olivares, marcha a Madrid, ciudad en la q está hasta 1.652. Su labor en la corte será fundamentalx pictó­rica, aunq realiza tb esculturas como “el niño nazareno” o el Cristo d Lacaroz q tb somete a un esquema oval compositivo. Llamado x el cabildo d Granada volverá a su ciudad natal e inicia el período final d su escultura q es el + importante, tanto x su fecundidad como x el dominio escultórico q tiene

    Pese a su temperamento fuerte y violento y las continuas disputas q mantiene con el cabildo, sus obras transmiten serenidad y equilibrio y logran elevarse d lo mundano. Se rodea d varios discípulos a los q inculca su estilo, destacando sobre todos Pedro d Mena, con el q colaborará estrechax y ambos ejecutan obras importantísimas. Cano las concebía y Mena las terminaba. Así surgen "El San Antonio" dl museo d Granada, o el "Santo Antonio" d Murcia. En 1.655 recibe d encargo dl cabildo una Inmaculada d pequeño tamaño q iba a ser colocada en el facistol d la cate­dral. Tanto gustó al cabildo q fue colocada en la sacristía xa contemplarla mejor y esta obra d pequeño tamaño supone la obra cumbre d Cano y en ella logra plasmar la belleza idealizada, el esquema d uso fusiforme q había ido formando en sus pinturas. Si en su pintura las inmaculadas tienen volumetría plástica, en esta escultura, x la técnica d pliegues vaporosos, tiene una concep­ción fundamentalx pictórica. En esta Inmaculada se alejaba totalx d las inmaculadas d Montañés, creando un tipo d niña­-virgen consciente d su misión, unida en matrimonio místico con Dios.

    LA ESCUELA MURCIANA: FRANCISCO SALCILLO

    Las relaciones entre España e Italia se vieron favorecidas x el dominio español d Nápoles. Esto lleva a q haya un préstamo d artistas y este es el caso d Nicolás Salzillo, napolitano estable­cido en Murcia, ciudad en la q monta un taller escultórico. Este autor introducirá el barroquismo italiano d forma tardía, xo su mérito fundamental será el haber sido maestro d su hijo Francisco, máximo escultor español dl s. XVIII. Francisco Salzillo será el q aúne la gracia italiana con el dramatismo español. Sus escultu­ras son delicadas, plenax rococó, cargadas d un tierno natura­lismo y gracias a todo esto se hacen muy populares incluso en nues­tros días. Será el creador d los pasos d la Semana Santa murciana e incorpora varias figuras realizando escenas completas d una pasión, siguiendo los modelos d la escuela castellana contrarios a la andaluza barroca, q prefiere una sola imagen. D sus primeras obras destaca “la Virgen d la Leche" d la Catedral d Murcia. Su primer paso escultórico es la "Oración dl Huerto" y con él inicia la serie d obras procesionales. En este paso destaca la figura dl ángel q llega a tener una expresión sobrenatural, utilizando xa ello un recurso consistente en la elevación dl brazo con el dedo q indica al cielo y la mirada al infinito. En esta obra se apre­cia el gusto rococó x el virtuosismo xo tb una evolución en la expresión religiosa q deja d ser dramática xa mostrar un naturalismo + refinado. Tb destaca Salzillo x sus belenes y realiza el Belén en el museo d Murcia, con un gran nº d personajes y animales, aproximadax una 5ª parte dl tamaño natural. Estas figuras están modeladas en barro o talladas en madera policromada. Estos nacimientos tienen su origen en Nápoles, aunq en España se conocen desde el s. XVI.

    LA PINTURA EN ITALIA

    El antagonismo advertido en la arquitectura barroca romana, vuelve a reflejarse en el marco d la pintura. Los pintores italianos + importes dl barroco fueron: los Carraci y el Caravaggio.

    Los Carracci se inspiraron en la escultura greco-latina, copiaron a los dioses d la antigüedad pagana, recuperaron las proporciones ideales dl cuerpo humano y dieron origen al clasicismo academicista. El Caravaggio en cambio, retrata a la gente corriente inaugurando el naturalismo. En cuanto al procedimiento técnico y al uso d la luz, los Carracci pintaron grandes frescos xa decorar los techos y las paredes d los palacios, q aparecen iluminados con tonos claros. Mientras el Caravaggio impone en sus lienzos el tenebrismo, buscando efectos claroscuristas, donde un foco d luz externo alumbra dramáticax aquellas zonas q le interesan.

    Ambas concepciones produjeron la renovación artística d la pintura europea

    Los Carracci fueron una familia d pintores boloñeses, q recuperaron xa el arte italiano la concepción poderosa y sensual dl mundo mitológico. En su ciudad natal abrieron una academia y los tres artistas formaron un taller común q se deshizo con la marcha a Roma d Annibale, el + importante. Una vez en la ciudad eterna, el cardenal Odoardo Farnese le encargar la decoración pictórica d su palacio, q acomete en dos fases: el camerino y la gran Galería.

    En el despacho privado o camerino desarrolló 15 historias sobre Hércules y Ulises q escondían una intención moralizante: aludían al triunfo d la virtud y el esfuerzo frente al peligro y la tentación. Hércules y Ulises aparecían como prefiguras paganas de cristo.

    El programa d la Galería ilustra la poderosa fuerza dl amor, ante la q ceden los dioses y los héroes. Annibale fingió en el techo una arquitectura ilusionista en la q encuadró varias bodas, el asunto central es el triunfo d Baco y Ariadna, subidos a un carro tirado x leopardos y cabras. El cortejo nupcial resume las claves dl clasicismo: un estilo solemne, inspirado en los modelos antiguos y en el canon d belleza q aplicaron los griegos al cuerpo humano, resuelto con dibujo apretado y luz poniente.

    Los frescos d la gran galería ejercieron una poderosa influencia en la pintura barroca europea, convirtiéndose en punto d referencia. Los Carracci cultivaron tb el género religioso y desarrollo el paisaje y el bodegón.

    Michelangelo Merisi llamado Il Caravaggio x la localidad de la que era oriunda su familia es el creador dl naturalismo y del tenebrismo pictórico.

    En 1590 se traslada a Roma, donde su carácter arrogante y pendenciero le lleva varias veces a la cárcel. Huye en 1606 a Nápoles, Malta, Siracusa y Mesina. Obtenido el perdón, muere d malaria cuando regresaba a Roma. Tenía 37 años. Sus sinceras representaciones populares, fueron rechazadas x el pueblo. Sus contemporáneos alabaron el talento del Caravaggio xo le reprocharon el mal uso q hizo de él

    La breve carrera del Caravaggio ha sido fragmentada en tres etapas.

    La fase inicial, corresponde a sus primeros años romanos y se caracteriza x cuadros pequeños d medias figuras, q el pintor vendía en los mercadillos ambulantes. Jugadores d cartas, hampones y gitanos aparecían en ellos. En este periodo inventa el bodegón moderno y representa a jóvenes andróginos, afeminados y ambiguos, bajo la apariencia mitológica d Baco, o disfrazados d músicos travestidos. Las interpretaciones religiosas tb encuentran cabida, legándonos la bellísima “Cena d Emaus”. Todos estos cuadros stán construidos con figuras sólidas recortadas sobre fondo neutro y d rico colorido, q proclaman la conquista d la realidad cotidiana.

    A partir d 1600, se inicia su estilo maduro en el q funde el naturalismo con su visión revolucionaria d la luz, creando el tenebrismo Caravaggiesco. En esta fase se realizan grandes encargos xa las iglesias romanas como “la crucifixión d San Pedro”, “el martirio d San Mateo” o “la vocación d San Mateo”, en el q Cristo y San Pedro entran en la oficina d recaudación d impuestos y, con ellos, un plano d luz oblicua q corta la oscuridad, simulando la voz d Jesús convocando al apóstol. Otra obra fue: “La muerte d la Virgen”

    La etapa final, coincide con su exilia pintando cuadros religiosos xa las iglesias del sur de Italia y Malta mientras huía d la justicia. Ejemplos d este periodo son Las 7 obras d misericordia.

    LA PINTURA EN FLANDES Y EN HOLANDA

    Fuera d Italia, la pintura barroca alcanza un amplísimo desarrollo en los antiguos Países Bajos, q se fragmentan en dos estados irreconocibles: Flandes, al sur; y las Provincias Unidas Holandesas, al norte. Luchas religiosas, conflictos políticos… determinan sta separación q generara igualx concepciones artísticas antagónicas.

    Mientras en Flandes (católica, monárquica, aristocrática y sometida España) la temática religiosa es evangélica y sacramental, plasmándose en cuadros d altar; Holanda (protestante, republicana, burguesa e independiente) cultiva asuntos bíblicos xa ser contemplados en la intimidad, ya q luteranos y calvinistas han suprimido el culto a las imágenes. El resto d la vivienda tuvo tb una particular decoración, pues en Flandes se conserva el género mitológico y en Holanda es sustituido x escenas costumbristas, q representan ocupaciones caseras y en los q bajo la imagen d lo cotidiano, se esconden alegorías moralizantes d carácter puritano.

    El retrato y el bodegón tb presentan características diferentes: en Flandes el retrato es individual con el propósito d mostrar el elevado rango social; en cambio en Holanda tiene carácter corporativo, ofreciendo sus artistas 1 espléndida galería d grupos, x la q desfilan colectivos, en igualdad: oficiales, guardia cívica, sindicatos

    Finalx, las opulentas cocinas y despensas q pintan los bodegonistas flamencos, atestadas d comestibles; deja paso en Holanda a severas mesas d comedor, sencillax ordenadas y apenas cubiertas x platos y bebidas.

    Pedro Pablo Rubens, es un pintor d tipos masculinos atléticos y mujeres d carnes generosas, con un cerebro prodigioso xa desenmarañar los problemas compositivos d un cuadro y q fue un mago dl color; tb estuvo considerado como un sagaz diplomático, al servicio d la política exterior española.

    Con solo un año queda huérfano. Estudia humanidades, entra como paje en casa d una condesa y cursa su aprendizaje artístico con Otto Venius. Su formación la completa en Italia.

    Cruza los Alpes xa instalarse en la corte d Vicente Gonzaga. Hace escala en Roma, donde admira a Miguel Ángel, al Caravaggio y a los Carraci y emprende su célebre colección d relieves y esculturas, en cuyos vestigios arqueológicos encontrará la fuente d inspiración clásica. En Génova se interesa x la arquitectura. Ocho años permanece en Italia tan solo interrumpido por una breve estancia en Valladolid q aprovechó xa pintar el “Retrato ecuestre dl duque d Lerma”

    En 1609 es nombrado pintor d los archiduques, se casa con Isabel Brant e inicia las gestiones xa edificar su casa-taller: un palacio con gabinete d antigüedades, amplio jardín y espacio suficiente xa q viva su familia y trabajen sus colaboradores.

    Cerca d 300 cuadros llevan actualx el sello Rubens, x la amplia colaboración d sus discípulos, especializados en pintar fondos d paisajes, perspectivas arquitectónicas… Rubens firmaba los contratos, supervisaba el trabajo y cobraba. Si el precio era alto, intervenía directax d lo contrario se limitaba a retocar el cuadro.

    Rubens domino todos los procedimientos d la técnica pictórica, desde el lienzo al óleo hasta murales al fresco, pasando x cartones xa tapices e ilustraciones xa libros y misales.

    Con idéntica maestría toco todos los temas y géneros xo renovándolos. Pintó asuntos religiosos, históricos y mitológicos; cultivó el paisaje el bodegón y fue un espléndido retratista.

    Su trayectoria como pintor religioso se inicia con los trípticos d “la elevación d la cruz” y dl “descendimiento d cristo”. Rubens representó los misterios evangélicos y exaltó los milagros d los santos modernos. Xo su obra cumbre es “El triunfo d la Eucaristía” conjunto d 20 tapices q la archiduquesa Isabel Clara Eugenia, gobernadora d Países Bajos, ofreció en 1628 al convento d Descalzas Reales, en el q se había educado.

    Rubens también decoro los grandes palacios europeos de la monarquía absoluta. D estas vastas empresas, el ciclo + exultante, considerado como uno d los triunfos d la pintura d todos los tiempos es el d María de Medici. Esta italiana le confía en 1622, dos series destinadas a revestir sendas galerías de su recién concluido palacio en Paris. Rubens comienza x ilustrar, en 21 cuadros, la vida d la reina Maria d Medici, q fragmenta en 4 periodos: su juventud en Florencia hasta su matrimonio con el rey d Francia; sus 10 años d reinado; su regencia hasta la mayoría d edad d su hijo; y las desavenencias con su hijo y reconciliación final.

    En estos cuadros, el artista funde la historia con la mitología.

    En el sorprendente plazo d tres años los cuadros estaban en su destino. Problemas financieros y políticos impidieron q Rubens realizara el 2º d los encargos d Maria d Medici.

    Cuando en 1628 regresa x 2ª vez a España, conoce a Velázquez y copia los Tizianos de Felipe IV. Se casaba en segundas nupcias con Helena Fourment, una muchacha d 16 años q será la musa d sus composiciones mitológicas. Fruto d esta feliz etapa final son los cuadros en los q aparece su esposa: “las tres gracias”.

    El pintor, grabador y dibujante singular; Rembrandt es el interprete d la sociedad burguesa holandesa y el primer artista q ya no depende dl mecenazgo. Sus orígenes son modestos. Cursa su formación pictórica con Pieter Lastman q le enseña los secretos dl tenebrismo Caravaggiesco. Rembrandt acuña un estilo propio en el q los contrastes de luz y sombras envuelven sus figuras en penumbras graduadas misteriosas y doradas.

    En 1624 abre un taller en Leyden pintando asuntos bíblicos y desarrollando la técnica dl grabado al aguafuerte

    El 1632, se encuentra ya establecido en Ámsterdam. La sociedad civil necesita grandes retratos colectivos xa decorar las salas d sus respectivas corporaciones y Rembrandt realiza tres obras memorables. “La lección d anatomía dl doctor Nicolaes Tulp” xa rememorar una clase magistral impartida x este celebre medico. En 1642 pinta xa los arcabuceros d la Guardia Cívica la indebidax llamada Ronda d noche. 20 años después el gremio d fabricantes d tejidos le solicita el retrato d los miembros q ocupaban la mesa d gobierno xa conmemorar el final d su mandato. El resultado es Los sindicatos d los pañeros El artísta tb realizó una galería d auto retratos.

    En plena madurez, Rembrandt sufre una crisis financiera, humana, religiosa y artista x la q se declaro insolvente. La relación mantenida con Hendrickje fue turbada x las críticas d la puritana sociedad protestante. Rembrandt ingresa entonces en la secta menonita. Y ante estas circunstancias, busca la expresividad interior, la sustancia espiritual y moral e intenta retratar el alma d los personajes. La pincelada se hace + suelta y el color es vibrante. Surgen entonces cuadros melancólicos de sentida admiración por la época griega; como “Aristóteles contemplando el busto de Homero”.

    LA PINTURA BARROCA ESPAÑOLA

    Frente a la imagineria policromada dl barroco, ensimismada en la tradición nacional, la pintura y los pintores españoles de esta época muestran una gran permeabilidad hacia la iluminación, el color, la técnica y los modelos extranjeros. Italia y Flandes constituyen el espejo donde el artista hispano se va a reflejar. Y las novedades van a ser conocidas mediante tres vías: el viaje de los pintores españoles a Italia, la emigración d pintores italianos y flamencos a España, y la compra d cuadros en el mercado dl arte.

    Grandes lotes arribaban a la Corte xa incorporarse a la riquísima colección q vienen formando los Austrias y los nobles emulan a la Corona, encargando lienzos a los maestros locales, q luego remiten a sus palacios y fundaciones conventuales. Por su parte, los comerciantes d Génova y Amberes introdujeron cuadros q eran adquiridos x galeristas particulares y mazos d estampas grabadas.

    Dos corrientes van a imponerse en este siglo q vienen a coincidir con las dos mitades d la centuria.

    El la primera mitad dl XVII, la moda viene marcada x el naturalismo tenebrista. Imitan al Caravaggio, copiando modelos dl natural e iluminándolos con fuertes contrastes claroscuros.

    Alrededor d 1650 se impone el gusto flamenco, aparatoso y vibrante d Rubens. Ahora bien, el rico colorido y las composiciones teatrales flamencas se funden con la pincelada suelta q impuso Tiziano; junto con los fulgurantes contraluces venecianos. Los historiadores han denominado a esta síntesis el realismo barroco.

    La iglesia sigue siendo el principal cliente. Destacan las monumentales series monásticas q encargan las ordenes religiosa. Continúa la esplendida tradición hispana dl retablo d casillero con cajas xa albergar lienzos. Y surge en las capillas laterales el <<gran cuadro d altar>> q ocupa todo el testero. En los oratorios privados y en las viviendas domesticas triunfa el cuadro piadoso. La pintura mitológica apenas tuvo incidencia, salvo los encargos q hacen el rey y los aristócratas para decorar determinadas estancias d sus palacios. Los géneros profanos q gozan d mayor éxito serán el retrato y el bodegón.

    El naturalismo barroco: Ribera y Zurbarán

    José Ribera contribuyó a forjar la gran escuela napolitana y sus obras, enviadas a España desde fecha muy temprana, alertaron en técnica y modelos icnográficos a los pintores locales.

    En 1613, en Roma entra en contacto con los discípulos dl Caravaggio. Tres años después se traslada a Nápoles.

    Su estilo variará desde el naturalismo tenebrista caravaggiesco hacia posiciones propias, donde sintetiza su idiosincrasia mediterránea con el color y la luz d Tiziano y d Rubens.

    Los principales clientes serán las instituciones religiosas napolitanas y los virreyes españoles. Xa el Duqe d Osuna pinta el Martirio d San Bartolomé, San Sebastián y el Gran Calvario, q su viuda regalará a la Colegiata sevillana d Osuna. Xa su sucesor, el Duque d Alcalá realiza La mujer barbuda. Se trata dl retrato d Magdalena Ventura, a quien d improviso le crecía la barba. Paralelamente, graba sus composiciones y estampa una cartilla pedagógica con estudios d las partes dl rostro humano.

    En 1635 abandona el tenebrismo, aclara la luz y se convierte en un colorista excepcional. De este año es su resplandeciente Inmaculada, q el virrey destina al retablo mayor dl monasterio d agustinas d monterrey, en Salamanca. En 1637 firma un conjunto espectacular d lienzos, en los q simultanea los temas mitológicos como Apolo desollando a Marsias con asuntos bíblicos y decora la cartuja napolitana d San Martirio.

    Entre tanto envía obras xa las colecciones reales: el Martirio d San Felipe. En 1648 tras la sublevación popular dl pescador Massaniello contra el dominio español, pintaba el retrato ecuestre d Juan José d Austria, q había sofocado traumáticamente el alzamiento, poniendo un rictus d amargura al pacífico entendimiento entre el <<espagnoletto>> y sus convecinos napolitanos.

    Zurbarán: Pintor español q transmite a sus lienzos el mismo amor x los objetos cercanos e idéntica confianza en los seres celestiales, q los imagineros plasmaban en relieves y pasos procesionales. Evidencias q se hacen notables en su celebérrimo Crucificado d la sacristía dl convento sevillano d San Pablo.

    Se forma en Sevilla trabajando xa la clientela hispalense y el mercado americano. Luego, se refugia Madrid, empujado x el éxito arrollador dl joven Murillo. Con anterioridad, Zurbaran ya había estado en la Corte invitado x Velazquez, donde pintó los Trabajos d Hércules.

    Su estilo se movió siempre dentro dl naturalismo tenebrista dl Caravaggio, con figuras plásticas d contorno dibujado y formas robustas. + tarde aclara su paleta. En la recta final esponja sus pinturas (influencia Murillo)

    Zurbarán va a pasar a la historia como el pintor d los frailes y la vida monástica. Realizó grandes ciclos xa las órdenes religiosas q quieren decorar sus claustros, iglesias y sacristías con programas didácticos y retóricos d sus santos y mártires.

    En 1629 desarrolla 5 episodios d San Buenaventura. En 1631 firma la Apoteosis d Santo Tomás d Aquino, xa el retablo mayor dl colegio d la Orden d Predicadores, y asi sucesivax, aumentando su cotización y fama, llega 1638, año q contrata 2 ciclos d absoluta madurez: el d los cartujos gaditanos y el d los jerónimos extremeños.

    Para la Cartuja jerezana pinta los cuadros dl retablo mayor con escenas d la Anunciación, la Adoración d los Pastores, y decora el pasadizo abierto tras el altar con santos d la orden. En cambio, los jerónimos conservan íntegro en su emplazamiento original, al deslumbrante conjunto d la capilla d San Jerónimo y los ocho lienzos d Venerables Jerónimos, q tapizan las paredes d su suntuosa sacristía. En 1655 pinta xa la Sacristía d la Cartuja sevillana la Virgen d Misericordia amparando a los cartujos, San Bruno y el papa Urbano II. Este interés x los ciclos hará q Zurbaran cultive series evangélicas, bíblicas y profanas, integradas x 12 y 7 personajes, q destinaba a sus ventas en las Indias. Son los 12 apóstoles, los 12 trabajos d Hércules, los 7 infantes d Lara y las santas-mártires vestidas a la usanza d la época, q han sido seductorax interpretadas como retratos a lo divino d clientas con atributos religiosos. Otros temas q Zurbaran explotó fueron la Santa Faz y el Niño Jesús labrando en la carpintería d Nazaret una cruz o confeccionando una corona d espinas.

    La humildad y su verídica trascripción dl mundo cotidiano quedan sintetizadas en su faceta como bodegonista, ilustrando ordenados fruteros y cacharros d cocina.

    El realismo barroco: Velazquez Y Murillo

    Velázquez es el genio + grande dl arte español. Fue un supremo retratista q abarcó todos los géneros pictóricos: el cuadro religioso, la fábula mitológica, el bodegón y el paisaje. En sus obras capta la naturaleza, la luz, el movimiento, interpretándolo con equilibrio y serenidad.

    El aprendizaje lo realiza en el taller d su yerno Pacheco. Marcha a Madrid xa ocupar la plaza d pintor d cámara. Realiza dos viajes a Italia donde copia a Rafael y a Miguel Ángel y cuyas experiencias reflejara en la Fragua d Vulcano. 20 años después acude d nuevo con la embajada xa comprar estatuas clásicas y pinturas modernas. Entonces retrata a su criado moro Juan d Pareja y al pontífice Inocencio X. Su estancia se demoró 3 años x el nacimiento d su hijo, tenido con una dama romana a quien presumiblex retrató en la preciosa Venus dl espejo. A su vuelta fue nombrado aposentador dl palacio.

    Su estilo evoluciona, pudiendo advertirse 2 épocas:

    El periodo sevillano esta impregnado dl tenebrismo Caravaggiesco. El color es terroso y las figuras presentan contornos muy preciosos. Se especializó en interiores d cocina, con representaciones d almuerzos y conciertos musicales, sobresaliendo la Vieja friendo huevos, y el Aguador d Sevilla. Los asuntos sacros q entonces pueden resumirse en la Inmaculada y san Juan en Patmos; han sido interpretados como un regalo d boda q hizo a su esposa, apareciendo retratado el joven matrimonio bajo la apariencia d la Virgen y el evangelista.

    Hacia 1630 tras regresar d Italia, se advierte un cambio d rumbo en su estilo q tímidax había apuntado ya en los Borrachos. Velazquez ha descubierto q la luz permite captar el aire interpuesto entre las figuras y los objetos, la pincelada va haciéndose fluida y espontánea. Todas estas experiencias se concretan en la galería d retratos q proclama sus proverbiales dotes xa el genero, retrató al rey y a la reina, al primer ministro; efigio a los bufones d la corte y a los artistas, poetas, políticos y militares así como al general Spinola a quien inmortalizo en el cuadro d la Rendición d Breda o las Lanzas. En 1632 pinto sus composiciones religiosas, presididas x el Cristo Crucificado.

    La recta final d su vida se salda con 2 obras maestras: la Familia d Felipe IV y las Hilanderas.

    La Familia d Felipe IV, conocida con el sobrenombre d Las meninas, es un retrato múltiple, localizado en el taller q los pintores d cámara tenían reservado en el Alcazar d Madrid. Todos los personajes stán dispuestos frontalx. En el primer plano, se encuentra Velazquez, a quien siguen las meninas Isabel Velasco y Agustina Sarmiento flanqueando a infanta Margarita, la enana Maribarbola y el bufón enano Nicolas Pertusato q pisa al mastin; detrás doña Marcela d Ulloa y el mayordomo; al fondo en las escaleras el aposentador; y reflejados en el espejo, los reyes Felipe IV y doña Mariana d Austria posando como modelos xa el lienzo.

    En las Hilanderas desarrolla la fabula d Aracne. Velazquez como ya había hecho en otras obras vuelve a tratar un asunto mitológico como si fuera una escena vulgar d genero.

    Murillo: pertenece a la generación siguiente d Velazquez. Renuncio a la corte; no visito Italia, familiarizándose con el arte flamenco genovés y veneciano a través d las pinturas colgadas en las iglesias, y tuvo q ganarse la vida con las ventas d sus obras.

    La muerte se cebó con su familia y mitigo la soledad con su afiliación a las hermandades sevillanas y volcándose hacia la enseñanza d dibujo en la Academia dl Arte d la Pintura.

    La sociedad le recompenso con la fama, aplaudiendo sus creaciones iconográficas: la belleza d sus Purísimas, la ternura d sus niños Jesús y la delicadeza d sus Maternidades. Su celebridad traspaso las fronteras, encargándole pinturas profanas hechas xa burgueses extranjeros.

    Los románticos extranjeros dividieron el estilo d Murillo en 3 periodos: frío, calido y vaporoso.

    El periodo frío corresponde a la etapa juvenil. Se caracteriza x los fuertes contrastes d luz, la precisión en el dibujo y la pincelada lisa. Obras d esta fase: Virgen dl Rosario con el Niño y a la Sagrada Familia del pajarito, donde el artista desdramatiza los sentimientos religiosos tras la epidemia d peste q asoló Sevilla.

    El periodo calido se inicia en 1656 con el San Antonio d la catedral hispalense. Murillo comienza a pintar gigantescos cuadros e incorpora los efectos d contraluz veneciano. El tenebrismo desaparece, la pincelada se hace suelta y el colorido brillante.

    El periodo vaporoso d sus últimos años, cuando el color se hace transparente y difuminado. D 1669 son los grandes cuadros para los altares laterales dl convento d capuchinos, San Francisco abrazado al Crucificado, la Adoración d los Pastores… Entre 1670 y 1674 pinta las 7 Obras d la Misericordia, d la iglesia d la Santa Caridad. Tb ilustrara plásticax el discurso d la Caridad, d Mañara, con las pinturas: San Juan d Dios transportando un enfermo y la reina Santa Isabel curando a los tiñosos. Hasta su fallecimiento Murillo concentro toda su <<gracia>> pictórica en las Inmaculadas vestidas d celeste y blanco con un trono d ángeles en los pies, y en las representaciones infantiles, d San Juanito y el Niño Jesús: como el Buen Pastor.

    El carácter afable d estos temas piadosos encuentra su correlato en el ámbito profano, con los lienzos: Muchachos jugando a los dados, Muchachos comiendo empanada… cuyas escenas callejeras, carentes d amargura, le convierten en un precursor dl Rococó.




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    Idioma: castellano
    País: España

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