Historia


Armamento de la Primera Guerra Mundial


Sociales

Armas de la Primera Guerra Mundial

Índice.

1 - Bayonetas

2 - Lanzallamas

3 - Granadas

4 - Ametralladoras

5 - Pistolas

6 - Rifles

Esto es un resumen sobre las herramientas con las que los ejércitos llevaban a cabo la guerra, e incluye muchas de las innovaciones que la Guerra trae consigo en el campo del armamento.

Por ejemplo, el desarrollo de los gases venenosos tuvo un gran impulso durante los años 1914-18.  El desarrollo de armas de largo alcance se apresuró. Algunos inventos fueron más acertados que otros: el tanque, desarrollado por los Británicos, llegó para quedarse: pero el lanzallamas, aparte de su aterrador aspecto inicial, tuvo una vida muy corta.

Bayonetas.

De acuerdo con la tradición, la bayoneta se inventó en Bayonne, Francia, al principio del siglo XVII. El hecho de que todavía fuera de uso común durante la Primera Guerra Mundial puede parecer inadecuado cuando se compara a los avances que hubo en tecnología armamentística, caracterizados por la artillería, las granadas y los gases venenosos. De todos modos la bayoneta fue utilizada por todos los bandos de 1914 a 1918, aunque su uso fuera más de carácter psicológico que práctico.

Los veteranos de la Primera Guerra Mundial, cuando son entrevistados, tienden a subrayar el impacto de la bayoneta durante la Guerra. Muchos remarcaban que la bayoneta se usaba principalmente para tostar pan, abrir latas, limpiar el barro de sus uniformes, remover braseros de trinchera e incluso ayudar en la creación de letrinas.

Esto plantea la siguiente pregunta: ¿tuvo la bayoneta algún significado importante durante la Guerra, y si no, por qué la llevaban todos los soldados de infantería en todos los ejércitos (incluyendo al ejercito más avanzado tecnológicamente, el alemán)?

El ejército alemán desarrolló más tipos de bayonetas que todos los otros ejércitos combinados. Crearon adaptadores especiales para que las bayonetas enemigas se pudieran acoplar al rifle alemán por excelencia, el Gewehr 98.

La bayoneta es, esencialmente, un simple cuchillo que se acopla al cañón del rifle y que se utiliza en el combate cuerpo a cuerpo.

La mayoría de bayonetas eran de diseño muy simple, con forma de cuchillo, aunque existieron variaciones. Por ejemplo, los franceses diseñaron una hoja con forma de aguja para sus rifles Lebel. Los alemanes también desarrollaron una bayoneta especialmente mortífera que llevaba dientes, dándole la apariencia de una sierra por la parte trasera.

Producida por unidades de ingenieros para usos específicos, la hoja de sierra trasera se convirtió en una bendición para la propaganda aliada. Ansiosos por representar a los alemanes como seres sedientos de sangre y despiadados, la prensa popular propagó a gran escala la noción de que este tipo de bayoneta se había creado de manera específica como un ejemplo de la brutalidad alemana para ser utilizada en combate cuerpo a cuerpo.

Aunque se podía usar perfectamente de esta manera, en realidad estaba diseñada para ser utilizada como una sierra cuando surgiera la necesidad.

Todavía existían muchas ocasiones en las que el combate cuerpo a cuerpo era necesario.

Este era el escenario ideal para usar la bayoneta. De todos modos, cuando era necesaria y su uso estaba justificado, los soldados experimentados preferían otros métodos y llevaban porras improvisadas, machetes o revienta-nudillos.

Curiosamente, el manual británico oficial de entrenamiento para el uso de la bayoneta daba pocos consejos sobre la mejor manera de utilizarla. Los soldados eran instruidos para dirigir la bayoneta hacia puntos vulnerables del cuerpo de un soldado enemigo: la garganta, pectoral izquierdo o derecho e ingle izquierda o derecha.

Había un valor psicológico innegable en que la infantería llevara bayonetas, incluso si se usaba pocas veces. Las bayonetas continuaron siendo una herramienta importante durante la Segunda Guerra Mundial.

Lanzallamas.

El lanzallamas, que llenaba de terror a los soldados franceses y británicos cuando era utilizado por el ejército alemán durante las fases tempranas de la Primera Guerra Mundial en 1914 y 1915 (y que rápidamente fue utilizado por ambos) no era un arma especialmente innovadora.

El lanzallamas fue inevitablemente rediseñado y perfeccionado durante los siglos siguientes, aunque los modelos vistos durante los días tempranos de la Primera Guerra Mundial fueron desarrollados durante el cambio de siglo del XIX al XX. Los alemanes probaron dos modelos de lanzallamas (o Flammenwerfer en alemán) al comienzo del siglo XX, uno grande y uno pequeño, ambos desarrollados por Richard Fielder.

El más pequeño y ligero Flammenwerfer (el Kleinflammenwerfer) fue diseñado para ser portátil y de un solo operario. Usando aire presurizado y dioxido de carbono o nitrogeno propelia un torrente de combustible en llamas hasta una distancia de 18 metros.

El modelo pesado de mayor tamaño (el Grossflammenwerfer) funcionaba sobre el mismo diseño del anterior pero no lo podía transportar una sola persona. Su máximo alcance era el doble del modelo reducido y podía ser operativo de manera constante durante unos, por aquel entonces, impresionantes cuarenta segundos, aunque se consideraba extremadamente caro debido a su alta consumición.

Tras las pruebas en 1900, el ejército alemán empezó a producirlo en serie para tres batallones de especialistas desde 1911 en adelante.

El primer uso notable del lanzallamas fue en un ataque sorpresa contra los ingleses en un pueblo de Holanda, Hooge. A las tres y cuarto de la madrugada el día 30 de julio de 1915 los alemanes hicieron uso efectivo de sus lanzallamas portátiles.

El efecto del ataque sorpresa con lanzallamas fue brutal para la oposición británica, aunque su frente, que retrocedió inicialmente, se estabilizó más tarde durante aquella misma noche. En dos días de combate intenso los británicos perdieron 31 oficiales y 751 oficiales de rango menor durante el ataque.

Gracias al éxito del ataque sobre Hooge el ejército alemán adoptó el uso de los lanzallamas en todos sus frentes. Los lanzallamas se utilizaban mayoritariamente para limpiar líneas enemigas de defensores antes de los ataques alemanes, precediendo a sus compañeros de infantería.

Eran innegablemente útiles cuando se usaban en distancias cortas, pero su uso no pasaba de allí, especialmente después de que los franceses y los británicos habían superado el miedo inicial que tuvieron ante su uso.

Los británicos, intrigados por las posibilidades que les ofrecían los lanzallamas, experimentaron con sus propios modelos. Antes de la ofensiva de Somme construyeron cuatro modelos (de dos toneladas de peso cada uno) montados sobre una trinchera construida en tierra de nadie a sesenta yardas de las líneas enemigas alemanas.

Cada uno fue construido pieza por pieza, y a pesar de que dos de ellos fueran destruidos antes del 1 de julio de 1916 (el comienzo de la batalla de Somme) los dos restantes, cada uno con un alcance de 90 yardas, se utilizaron durante el 1 de julio. De nuevo descubrieron que eran tremendamente útiles despejando trincheras, pero que no tenían ningún uso secundario. Su fabricación fue, por lo tanto, abandonada.

Durante la Guerra los alemanes lanzaron un total de 650 ataque con lanzallamas. No existe un número oficial de ataques británicos y franceses.

Granadas.

Las granadas fueron consideradas practicas para operaciones de asedio hasta que los estrategas alemanes se fijaron en ellas durante el conflicto Ruso-Japonés de 1904.

Igual que en muchas otras cosas cuando comenzó la Guerra en agosto de 1914, los alemanes llevaban la delantera en el desarrollo de granadas. Mientras comenzaba la guerra los alemanes ya tenían preparadas setenta mil grandas de mano, junto con ciento seis mil granadas de rifle.

Los granaderos eran aquellos hombres encargados de despejar trincheras y posiciones enemigas usando granadas de varios tipos distintos. Equipos de demolición crecieron en numero a medida que la guerra continuaba y formaron un componente vital de cualquier ataque que llevara a cabo la infantería hacia el final de la guerra.

El equipo de demolición británico consistía en nueve hombres: Un oficial, dos lanzadores, dos portadores, dos soldados con bayonetas para defender al equipo y dos hombres para sustituir bajas del equipo.

Las granadas, ya fueran de mano o lanzadas con un rifle, se detonaban de dos maneras: por impacto (percusión) o por mecha (tenían un temporizador que las hacía explotar al cabo de un tiempo determinado).

La infantería prefería las granadas con mecha a los mecanismos de percusión, ya que siempre existía el riesgo de soltar una granada accidentalmente en el interior de una trinchera y que esta explotara.

La idea de utilizar una anilla de la que se tiraba con la mano para poner en marcha la mecha se convirtió rápidamente en algo común y fue una característica esencial de todas las granadas que se desarrollaron tras la guerra.

Existía otro tipo de Granada, cilíndrica, que se activaba golpeándola contra una pared como si se tratara de una cerilla antes de lanzarla contra el enemigo.

La primera granada británica, la Mark 1 que se usó en 1914, fue poco popular entre los soldados. Con forma de maraca, la granada tenia un mango de 16 pulgadas unido a una bola que se activaba al quitar la anilla de seguridad superior. Cuando era lanzada el mango se aseguraba de que cayera boca abajo para que el detonador golpeara contra la carga explosiva.

De todos modos, la Mark 1 causó problemas de desconfianza entre los soldados, ya que siempre podía explotar de manera prematura si entraba en contacto con cualquier cosa al ser lanzada, algo muy probable en una trinchera.

En consecuencia muchos soldados británicos comenzaron a crear granadas caseras, aquellas que eran conocidas como las de lata de mermelada.

Llamadas así porque estaban hechas con las latas de mermelada que recibían en sus provisiones los soldados, cada una rellena de dinamita con trozos de chatarra.

Un trozo de mecha sobresalía de la parte superior de la lata, cada pulgada de ella daba 1.25 segundos extra de tiempo. Otras granadas caseras fueron vistas en frentes alrededor de todo el mundo, como Rusia y Arabia.

El desarrollo de granadas pronto despegó y por lo menos en el frente oriental las granadas defectuosas y caseras fueron desapareciendo a medida que aparecieron nuevos modelos.

Las granadas de rifle se colocaban en un dispositivo especial acoplado al cañón del rifle y salían disparadas utilizando cartuchos de fogueo. Este tipo de granadas nunca llegaron a ser populares, y eran correctamente acusadas de ser poco precisas. Los alemanes dejaron de crear granadas de rifle en 1916, aunque siguieron experimentando con modelos revisados y rediseñados.

Los británicos y los alemanes se resistían a dejar de utilizarlas. Los británicos, que habían sido pioneros de su uso, junto con los franceses mejoraron el alcance de las granadas de rifle de una media de 180-200 metros hasta la impresionante cifra de 400 metros (granadas con estabilizadores).

La primera granada de mano británica verdaderamente popular (a la que se referían simplemente como “No. 15”) comenzó a producirse en grandes cantidades a finales de 1915, aunque su popularidad cayó terriblemente cuando se descubrió que fallaba de una manera garrafal bajo condiciones climáticas de lluvia.

Se diseñaron y produjeron incontables tipos de granadas durante la guerra, más de 50, pero solo una ha sobrevivido hasta hoy, la granada de mano Mills, diseñada por William Mills en 1915.

Los británicos se referían a ella de manera oficial como “No. 5” y fue introducida en mayo de 1915. Al instante se convirtió en la granada dominante del ejército británico durante el resto de la Guerra. La característica más especial de esta granada es su exterior, está dividido en cuadriculas, zonas con mayor y menor grosor que hacen que al detonar la granada se rompa en muchos fragmentos, y así surgió la granada de fragmentación.

Para usar la granada Mills, el soldado tiene que retirar la anilla mientras sostiene la varilla que la detona. Al lanzar la granada la varilla salía despedida y una mecha de 4 segundos se activaba.

Se estima que durante el curso de la Guerra los aliados lanzaron, aproximadamente, setenta millones de granadas Mills, con un posible total de 35 millones de granadas lanzadas de otros tipos, prueba de la popularidad de la granada Mills.

Los alemanes, habiendo popularizado el uso de las granadas, desarrollaron varios tipos de modelos nuevos durante los siguientes 4 años de guerra.

Estos incluían la Stielhandgranate (granada de palo), la Diskushandgranate (granada de disco), la Eierhandgranate (Granada de mano) y la Kugelhandgranate (granada de bola, que incluye la granada a la que se referían los británicos como “granada piña”).

Los alemanes odiaban las granadas de percusión tanto como los aliados, todas las granadas alemanas excepto la de disco eran de mecha. Las granadas utilizadas por los soldados de asalto alemanes tenían la mecha más corta de todas, dos segundos (para que sus objetivos no tuvieran tiempo de cubrirse de la resultante explosión).

La Stielhandgranate - granada palo - muy popular entre los soldados alemanes.  Algunas eran de percusión, pero la gran mayoría explotaban tras 5 ó 7 segundos de retraso.

La Eierhandgranate - granada huevo -popular por su gran alcance, hasta 50 yardas. Los alemanes también hicieron uso de granadas de gas que contenían un liquido venenoso que se descargaba al impactar.

Sin duda, la mayor batalla con granadas de la Primera Guerra Mundial fue la ocurrida en los altos de Pozieres la noche del 26-27 de julio de 1916.

Duró doce horas y media sin una pausa por parte de los australianos, estos intercambiaron granadas con sus enemigos alemanes (que tiraban granadas de varios tipos, de palo, granadas huevo y granadas de rifle). Solo los aliados lanzaron quince mil granadas Mills durante la noche.

Ametralladora.

La ametralladora era un aparato muy primitivo cuando la Guerra comenzó en agosto de 1914. Las ametralladoras de todos los ejércitos eran mayormente del tipo pesado y concluyentemente poco aptas para el transporte por soldados de infantería. Cada una pesaba entre treinta y sesenta kilos sin monturas ni provisiones.

La ametralladora de 1914 requería un equipo de cuatro a seis operarios. En teoría podía disparar de cuatrocientos a seiscientos proyectiles de bajo calibre por minuto, cifra que se dobló a finales de la guerra.

Estas ametralladoras se sobrecalentaban rápidamente y dejaban de funcionar si no eran refrigeradas, y en consecuencia eran disparadas en salvas cortas más que en salvas constantes. Eran refrigeradas de dos maneras, usando agua y usando aire.

Las ametralladoras refrigeradas usando agua todavía se sobrecalentaban rápidamente (algunas veces tardaban menos de dos minutos), y por lo tanto era necesario contar con grandes provisiones de agua en el campo de batalla. No era un hecho desconocido el que los soldados orinaran encima de las ametralladoras para evitar que estas se sobrecalentaran cuando se les acababa el agua.

Ya estuvieran refrigeradas por aire o agua, las ametralladoras se atascaban con frecuencia, especialmente en climas calurosos o cuando eran utilizadas por soldados sin experiencia.

Por lo tanto las ametralladoras eran colocadas en grupos para defender posiciones de manera constante.

Pronto surgieron nuevas variantes, y los alemanes decidieron invertir en el concepto desarrollado por Hiram Maxim.

Maxim diseñó una ametralladora que utilizaba el retroceso ( que era causa del gas que salía disparado debido a la explosión de la carga explosiva de las balas) para utilizar el mecanismo del arma de manera continua. Su diseño inicial permitía una capacidad de disparo de hasta seiscientas balas por minuto, aunque su peso era demasiado alto, 62 kilos, por lo tanto las ametralladoras se utilizaban para cubrir a la infantería más que para atacar.

Pistolas.

La pistola, que originalmente se diseñó como un arma para la caballería, acabó convirtiéndose en el arma de apoyo por excelencia. Destinada de manera tradicional al uso de oficiales de todos los ejércitos, acabaron por utilizarla la policía militar, los aviadores y los operarios de artillería y tanques.

Para los soldados que se ocupaban de esas tareas, la pistola era la única arma que podían utilizar en su medio, ya que los reducidos espacios de aviones y tanques no permitían portar o usar rifles (que en otros casos era el arma regular de todos los soldados).

Igual que con el rifle, los ejércitos fabricaban y distribuían modelos estándar a todos sus soldados, aunque la escasez (como sucedió en alguna ocasión) requiriera que una amplia variedad de modelos existiera para su uso en el campo.

Al comenzar la Guerra existían tres tipos de pistolas de uso general: los revólveres, las pistolas automáticas y las semiautomáticas (que utilizan el retroceso producido por la explosión del cartucho para cargar la siguiente bala).

Sin duda el modelo más famoso de la Guerra fue la pistola alemana Luger. Los modelos clave que se usaron desde 1914 hasta 1918 son los siguientes.

Alemania.

Cerca de dos millones de pistolas Luger 9mm P08 se fabricaron durante la Guerra. Aunque solo se distribuía entre los oficiales (la pistola se consideraba el arma de un oficial), a mediados de la guerra empezó a distribuirse entre los soldados de aviación y artillería.

La Luger tenía un cargador de siete balas, introducido por la culata de la pistola. Era semiautomática, por lo cual era considerada fiable y precisa pero nunca fue producida en unidades suficientes para cumplir la demanda. Se consideraba un trofeo entre los aliados.

Reino Unido

El revolver Webley Mark IV, producido por Webley & Scott en la ciudad de Birmingham, fue la pistola estándar del ejército británico, con un numero total de trescientas mil producidas a lo largo de la guerra.

El modelo Mark IV que debutó a finales del sigo XIX, era un arma de 11.6mm de calibre de eficacia y fiabilidad demostradas (la razón de su popularidad) en tiempo de Guerra e incluso entre el barro holandés.

Se requería mucha práctica para disparar con un revólver Webley, ya que “saltaba” al dispararlo. A pesar de su buena reputación, los oficiales británicos siempre preferían el uso de pistolas Luger capturadas, y conseguían usarlas con la excusa de que tenían mayor alcance.

Una variación semiautomática del Webley estuvo disponible durante 1913, pero fue vista como demasiado complicada por el ejército.

Francia

El arma estándar del ejército francés era la Pistole Revolveur Modele 1892. Su nombre popular era el de Lebel o model d'Ordonnance, su aspecto era muy parecido al del Webley Británico, aunque sus balas eran de 8mm de calibre. Visto como un revolver muy fiable, el Lebel continuo siendo utilizado durante la Segunda Guerra Mundial.

Bélgica

El ejército belga fue equipado con dos variantes del revolver Browning Estadounidense. El modelo 1900 de 7.6mm de calibre, semiautomático, y (de manera poco común) el modelo 1903 de 9mm de calibre.

Austria-Hungría y Rumanía

Ambos países hicieron uso exhaustivo de el Steyer automático, creado justo antes de la Guerra, en 1912.

El Steyer utilizaba un cargador de ocho balas, de 9mm de calibre, aunque el ejército húngaro utilizaba un diseño distinto (llamado Fegyvergyar) que disparaba balas de 7.65mm de calibre. Ambas pistolas eran fiables.

Estados Unidos

El ejército Estadounidense (y la marina) utilizaron tres tipos distintos de pistolas a lo largo de la guerra.

El Colt 0.45 semiautomático fue introducido al servicio en 1911 y tambien fue utilizado por la Real Marina Británica (en un formato modificado).

Se manufacturaron cerca de 150,000 revólveres de tipo Colt y otros tantos de tipo Smith & Wesson, ambos disparaban balas de 0.45 pulgadas de calibre. Igual que con el Colt semiautomático, los británicos también adaptaron estos dos revólveres a sus necesidades.

Rusia

Los oficiales rusos, debido a la escasez crónica de pistolas que tenía su país, estaban obligados a utilizar la primera que encontraran.

Supuestamente, los oficiales rusos debían ir equipados con un Mauser semiautomático o con el revolver belga Nagant.

Rifles.

A pesar de los avances en los campos de la ametralladora, el mortero y la tecnología de las granadas, todos eran superficiales en comparación con el rifle, que se convirtió en el arma más crucial de infantería, presente en todos los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. La pistola y el rifle fueron armas clave en el campo de batalla.

En términos de alcance, la media durante la Guerra estaba alrededor de los mil cuatrocientos metros, aunque solo se podía asegurar la precisión alrededor de los seiscientos metros.

El disparo de precisión como práctica militar ha demostrado su necesidad a través del tiempo, pero se le dio importancia especial durante la guerra de trincheras.

Trabajando día y noche, francotiradores experimentados funcionaban esencialmente como asesinos, apuntando a cualquier objeto que se moviera tras las líneas enemigas.

Aunque el número total de bajas reclamado por francotiradores fue bajo (aunque algunos guardaban las cuentas de sus “muertes” y llegaban a las tres cifras) jugaban una parte importante en acabar con

la moral enemiga.

Los soldados sabían que no podían andar libremente por trincheras expuestas y que cualquiera que fuera lo suficientemente ignorante como para echar un vistazo sobre el parapeto de la trinchera podía recibir un balazo entre los ojos, como solía suceder.

Los rifles utilizados por francotiradores variaban según la necesidad. Normalmente se utilizaba el Springfield estadounidense en el bando aliado y el Mauser en el alemán.

- El rifle estándar del ejército alemán, el Mauser Gewehr 98 fue diseñado en 1898 por Peter Paul Mauser. Superior a la mayoría de sus contemporáneos, incorporó las balas y el cargador en un solo objeto desechable, permitiendo que los soldados dedicaran menos tiempo al acto de recargar sus fusiles.

- Rivalizando con el Mauser en términos de facilidad de uso y reputación se encontraba el rifle británico Lee-Enfield, con rondas de 0.3 pulgadas, que fue distribuido entre todos los soldados británicos del frente oriental. Fabricado por primera vez en 1907 y denominado oficialmente como Lee-Enfield de Cargador Corto Mark III, el nombre derivó de su diseñador y el pueblo en el que fue producido por primera vez (la Royal Small Arms Factory de Enfield, Londres).

- Titulado oficialmente como Fusil d'Infanterie Modele 1907, Transforme 1915, el rifle francés Berthier funcionaba como el Lee-Enfield británico al cargar, aunque la mira y el pistón del mecanismo de disparo eran muy diferentes.

Aunque era un buen rifle, el Berthier original (diseñado en 1907) adolecía de un fallo de diseño. El cargador solo contenía tres rondas (o munición de fusil). Una version modificada producida en 1915 aumentó este numero a cinco rondas, convirtiendo al Berthier en una excelente herramienta de combate.

- El Springfield, manufacturado en Estados Unidos (en Springfield, Massachusetts), fue el rifle estándar del ejercito norteamericano durante la guerra. Era fiable y se produjo una versión de cañón corto (carabina) para distribuir entre las Fuerzas Expedicionarias Americanas.

- Producido en Budapest y Steyr (Austria), y conocido como el Repetier Gewehr M95, el rifle estándar del ejército Austro-Húngaro se produjo por primera vez en 1895.




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Enviado por:Sardaukar
Idioma: castellano
País: España

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