Psicología


Amor de pareja


Amor de Pareja

Una de las creencias más difundidas sobre el amor y que entorpece al amor mismo, es pensar que no hay nada que aprender sobre el amor, que amar es sencillo y lo difícil es encontrar el objeto apropiado. Además para la mayoría de la gente el problema consiste en como lograr ser amado más que amar.

Erich Fromm

“El arte de amar”

Aunque sabemos que luego de tal pérdida el estado de duelo agudo se mitiga, también sabemos que seguiremos incontrolables y jamás encontraremos un sustituto. No importa que pueda llenar el vacío aún cuando lo llene por completo, siempre es algo distinto y, en realidad, así debe ser. Es la única manera de perpetuar ese amor al que no queremos renunciar

Sigmund Freud

Introducción

Para comenzar hemos elegido el tema del amor en las relaciones de pareja. Nos damos cuenta que este tema abarca muchísimas aristas y enfoques y en conjunto hemos decidido plantearnos el siguiente problema: ¿qué sucede cuando el amor entre las parejas se acaba, o la pérdida del amor?.

Hay muchas instancias en las cuales se puede incluir el término pérdida, una de ellas es producida por la muerte y otra, mucho más frecuente y no menos dolorosa, es el término de una relación amorosa conciliada abruptamente por una de las dos partes.

Si bien es cierto, podríamos analizar este tema de una forma más general, hemos decidido abordar específicamente la separación como un ciclo natural en la vida del deudo, no sus consecuencias patológicas. No negamos la importancia de un estudio desde esta visión, sino que decidimos tratar el tema como algo natural ya que es algo más cercano a nuestro diario vivir pues todos hemos sufrido alguna vez la pérdida del amor.

Para comenzar nos gustaría dar una posible definición de amor en las relaciones de pareja pero, ¡que estamos diciendo!, ¿definir el amor?, ¿cómo describir un sentimiento tan profundo?. Algunos genios poetas con su magnífico don pudieron haberlo definido, y nosotros con nuestra arrogancia (ignorancia) esperamos definirlo. Quizás no definirlo, sino que reunir ciertos conceptos del sentido común.

Para el sentido común el amor es un todo, donde se entrecruzan emociones, sentimientos, estados de ánimo, alegrías, penas, esperanzas, satisfacciones, orgullo, sintonía, admiración por el otro, atracción y aprobación por el otro.

¿Qué puede ser el amor de pareja entonces?, para iniciar podemos decir que hay tantas definiciones de él como parejas que lo viven. Sin duda definir el amor requeriría quizás de palabras aún no inventadas.

Según la percepción social, la separación del ser amado es uno de los acontecimientos mas dolorosos y emocionalmente intensos que vive una persona junto con la perdida de un hijo. Cuando la pérdida se produce por la muerte de una de las partes de la pareja, la creencia social es que el dolor es mucho más intenso y conlleva una mayor dificultad para superarlo se idealiza al que se ha ido y se produce en el que quedo un sentimiento de fidelidad eterna y desolación.

En este punto influye todo lo incierto que rodea al concepto de muerte y aparecen frases como, “me está esperando”, “me mira desde arriba”, “está siempre a mi lado”, etc.

Existen muchas maneras y razones por las que se produce una ruptura, la infidelidad, la pérdida de interés por el otro, razones exteriores como viajes, la falta de comunicación, etc, pero dentro de las rupturas de pareja encontramos un factor común, por lo menos una de las partes debe aceptar y reanudar su vida cotidiana sin el otro, aprender a vivir con todas las cosas que le recuerdan a su pareja y que hacen más difícil el proceso de olvidar, por ejemplo canciones, películas, lugares, personas, etc.

Desarrollo del tema

Al comparar las formas en que una persona reacciona frente al duelo, a la expectativa de la propia muerte de un ser querido y las reacciones frente a una ruptura o separación, se ha visto que se pasa por etapas de evolución natural que van desde la negación, la rabia, la depresión, hacia la aceptación. Este proceso, sin embargo no es lineal y se puede interrumpir en cualquiera de las fases.

La pérdida es una situación que puede generar cambios en distintos ámbitos de la vida de la persona: tanto afectivo, económico, social, legal, intra e interpersonal y representan en mayor o menor medida un periodo de crisis que requiere de cambios o ajustes en el orden familiar y personal.

La mayoría de los que se separan viven un verdadero proceso de duelo, este sufrimiento no depende de la felicidad o infelicidad que se haya vivido con anterioridad sino mas bien de lo perdido de las esperanzas, expectativas, fantasías en otras palabras de aquello que pudo haber sido y no fue.

La separación tiene distintos significados y consecuencias según el periodo del ciclo vital en la que esta ocurra, así también del manejo que se le de a la pareja.

Lo que puede ocurrir en ambos son heridas en las vivencias del yo y de cada ser. Se recurre en muchas ocasiones a remisiones del pasado y aparece la terrible incertidumbre sobre el futuro.

La separación tal como otras experiencias vitales críticas pueden brindar la posibilidad de conocer y de resolver conflictos personales e interpersonales. Así también puede constituirse en una oportunidad para redefinir y renegociar las tareas emotivas básicas.

Es importante no considerar la separación como un echo o un suceso sino mas bien como un proceso o un acontecimiento de hechos.

Aunque el enamoramiento puede desaparecer de repente, lo más habitual es que sea el roce diario, lo que vaya minando la relación, provocando crisis y separaciones traumáticas.

Si el amor conlleva una euforia absoluta el desamor nos conduce al vacío más deprimente cuando se ha establecido la pareja, nace la convivencia que sin duda es la más dura escuela de aprendizaje del mundo. Nuestras actitudes infantiles y orgullosas; la intimidad personal, nuestro yo en definitiva sufre una erosión constante que no todas las parejas están dispuestas a soportar. Las crisis y las rupturas en este ámbito tardan años en cicatrizarse.

La mayor parte de las veces ocasionan trastornos sicológicos que la literatura a descrito muy bien y que conocemos como "penas de amor".

El sicoanalista francés Francois Roustang dice: "el amor es una pena de amor diferida".

Este sentimiento se desarrolla en los amantes a costa de ellos mismos. Sus argumentos no son precisamente optimistas, ya que opina que al no existir una correspondencia absoluta y en igual medida, el amor es un parasitismo recíproco, por lo cual es casi obligado que sobrevenga una manifestación de rechazo.

Cada uno desembarca en la pareja con sus propias exigencias afectivas. Esto trae como consecuencia que se abran las puertas a toda clase de mal entendidos.

Esta visión pesimista del sentimiento esta precedida por la frase del filósofo rumano E. M Cioran: "los únicos momentos notables de una vida son las rupturas".

Cuando la pareja se hace trizas, lo que queda es una pena de amor, un vacío absoluto.

Pero con el tiempo al final las aguas vuelven a su cause.

Los sicólogos establecen un periodo de entre 6 y 9 meses de media para superar ese vacío, si pasado ese tiempo se continúa mirando el pasado y recreándose en la propia desgracia, se convierte en enfermedad mental y en ese caso requiere un tratamiento especializado.

El desamor puede llegar de dos maneras; repentinamente o progresivamente. La primera se compara a la imagen de una tormenta en un cielo sereno, mientras que el desamor progresivo viene con la convivencia, cuando no se asumen las diferencias y no se quiere aceptar la ruptura definitiva. Nos engañamos nosotros mismos y no queremos aceptar el fracaso de nuestra pareja o el de nosotros mismos.

Tras la ruptura habrá que superar cuatro fases según el escritor Etienne Levi Lamber, estas fases en el desamor que sobrevienen tras la ruptura son:

  • Un repliegue sobre si mismo que favorece el descuido personal, (¿para quién arreglarme?); una caída en el trago (la bebida sirve para olvidar) y el nihilismo ("esta sociedad es una mierda").

  • Arrepentimiento, donde se hace un repaso de los errores y uno se culpa de todo lo que ha ocurrido. Entonces la contradicción nos invade y llegan el insomnio y la culpa.

  • Supone una pérdida del estrato social. (ya no invitan a los amigos emparejados), y el que sufre no quiere hablar mas que del antiguo amor, con la vana esperanza de que alguien le cuente que todavía lo quiere.

  • Viene acompañada por una caída de la salud del abandonado (envejece y le llueven las penas).

  • Según Pereira podemos separar las etapas de la ruptura en 6 partes:

  • Estupefacción o shock: en este momento se vive una gran y fuerte impresión al momento de enfrentarse con la muerte del ser amado. En este estado se presenta una apatía generalizada y una semiparalización de los procesos cognitivos, vivenciales y emocionales, debido a que en este estado de shock se inhiben durante algunos minutos y en algunos casos puede durar días dependiendo del tipo de muerte y de otras circunstancias como el tipo de personalidad del deudo, el soporte social con el que cuenta, la intensidad amorosa de la relación que vivía con el fallecido, la cantidad de tiempo que llevaba con la persona, las circunstancias económicas, etc.

  • Tristeza y dolor intenso: en esta etapa se produce dependiendo de la persona una mayor o menor extereorización de la pena. Afloran las manifestaciones que implican dolor, tristeza, como por ejemplo el llanto, el desconsuelo. Se vive la tristeza con mucha intensidad y el dolor es intenso. La exteriorización de la tristeza las manifestaciones del dolor varían dependiendo de la persona y el contexto social donde se desenvuelve. Su duración puede variar entre 1 y 2 semanas.

  • Negación y búsqueda: en esta etapa la persona muestra una reacción frente al dolor y a la dificultad, y trata de volver y mantener las cosas y su vida al mismo estado en que estaban antes de que se produjera el fallecimiento de su pareja. Se trata de volver a la “normalidad” como una manera de negar lo ocurrido. Esta etapa dura más en el caso que el cadáver no aparezca o si éste es inidentificable.

  • Culpa / enfado: se desarrolla un sentimiento de culpa, enojo, crítica y enfado con uno mismo y con los demás. Se buscan responsables y se hace una revisión al pasado de todos los errores cometidos con la pareja antes de su muerte. La explicación a esta etapa es que el enfado oculta, por lo general, el profundo dolor que está escondido y que busca una manera de expresarse y que va dirigido hacia uno mismo y hacia los demás.

  • Depresión / soledad: es la etapa emocionalmente más intensa debido a todo el cansancio y desgaste emocional, al largo periodo de sufrimiento que ha experimentado el deudo y que sigue sintiendo. Se produce aislamiento social y una lenta aceptación y reorganización del sistema de vida. Lentamente se intenta reconstruir una vida pero el dolor está aún muy presente.

  • Resolución: en esta etapa aparecen esfuerzos consistentes por reiniciar la vida, existe una disposición real y más efectiva por seguir adelante, el dolor y la tristeza ya no dominan los estados de ánimo de la persona, la cual le facilita reestablecer su bienestar emocional.

  • En las fases del duelo los individuos muestran que en el curso de semanas y meses, sus respuestas pasan por una sucesión de fases. Existen tres fases del duelo cuando no solo nos referimos a la separación, sino que a la muerte de la persona amada:

  • Fase de embotamiento: La mayoría se siente aturdido e incapaz de aceptar la realidad. Durante un tiempo se puede seguir con la vida normal, pero es probable sentirse tenso y temeroso y esta calma injustificada puede verse interrumpida por episodios de emoción intensa.

  • Fase de anhelo y búsqueda de la figura perdida: pocos días después de la pérdida se produce un cambio y se comienza a percibir, aunque solo sea en forma esporádica la realidad de la pérdida, la cual produce una sensación de intenso anhelo, episodios de congoja y excesos de llanto. Sin embargo, casi al mismo tiempo muestran una gran inquietud, insomnio, pensamientos aversivo respecto a la figura perdida que a menudo se combina con la sensación de presencia concreta y tendencia a interpretar señales y sonidos es uno de los indicadores de que aquel ha

  • vuelto. Por otra parte encontramos la creencia de que la muerte es real, con el dolor y anhelo que ello implica. Alternando con la incredulidad acompañado de esperanza de que todo ha de arreglarse. En las personas cuyo duelo sigue un curso lento, la necesidad de buscar y recuperar es intenso en las primeras semanas y meses y disminuye con el correr del tiempo.

  • Fase de desorganización, desesperanza y desorganización: el individuo comienza a examinar la nueva situación en que se encuentra y a considerar las posibles maneras de enfrentarlas, lo cual implica una nueva definición de si mismo y de mi situación. Esta redefinición es tan penosa como decisiva, porque significa renunciar definitivamente a la persona perdida y restablecer la situación previa. Sin esta nueva definición no se puede proyectar un futuro, este momento no significa una liberación del afecto sin un proceso de realización en el cual se trazan nuevas formas de enfrentar los cambios ocurridas en la vida de la persona.

  • Conclusiones

    La pérdida de una persona amada constituye una de las experiencias más penosas por las que un ser humano puede pasar. No solo resulta penoso sufrirla sino que también ser testigo de ella.

    Ha sido entretenido, mejor aún me ha sido útil en cuanto a vivencia y aprendizaje. Como Conclusión puedo decir, que creo que es necesario para nuestro desarrollo como personas, como seres que necesitamos experiencias vivenciales para nutrirnos, creo necesario sufrir penas de amor.

    También puedo decir que el tiempo lo cura casi todo, es útil disfrutar del presente es en la realidad lo único que tenemos, el pasado ya se ha ido y el futuro aún no ha llegado. Pero podemos quedar atrapados en sucesos del pasado y al mismo tiempo temer al futuro, que no vivamos el presente.

    Rahindra Tagore dice: “si de noche lloras por el sol, las lagrimas te impiden ver las estrellas”. Aprender a vivir, asumir el pasado y dejar de preocuparse por lo que pudo ser ese amor que se rompió. Si bien es cierto nos e trata de olvidar el pasado, pues las experiencias vividas son el origen de lo que somos actualmente. Sería beneficioso prestarles la atención justa a estos recuerdos, tanto exitosos como frustrantes.

    La pérdida del ser amado nos produce nostalgia. La mayoría recordamos etapas pasadas de las que éramos más felices. Estos recuerdos del objeto amado pueden ser muy reconfortantes siempre y cuando no solo miremos al pasado, de lo que fue y ya no es. Si no vivimos los momentos dolorosos con toda la intensidad posible y tratar de sacar enseñanzas.

    La vida no es sufrimiento, ni un valle de lágrimas, lo que nos agobia es la incertidumbre. Esta posible soledad que se puede llegar a sentir nos puede asustar si se rechaza nos produce tristeza e inspira compasión. También se busca, se desea y se disfruta, “los hombres corrientes odian la soledad, pero el maestro la aprovecha”, decía Lao-Tsé. Quizás la soledad nos sea útil para desarrollar la imaginación, la fantasía y el estar con nosotros mismos, por supuesto que ahí se disfruta de los recuerdos y se habla con uno mismo, hay que saber salir de ella para que no se convierta en un problema.

    Otra enseñanza que puedo decir es que en la forma en que una pareja aborda los daños e irritaciones inevitables es una relación interna determina la felicidad y duración del vínculo.

    Creo que un punto importante es el de la comunicación deficiente, incompleta poco fluída o poco sincera desencadena una crisis de pareja, provocando malentendidos, roces, manifestaciones que agravaran el conflicto.

    Para finalizar puedo decir que el valle de la ignorancia es enorme hablando de este tema y queda mucho por aprender e investigar...

    A lo largo de la investigación que hicimos para desarrollar este trabajo, me encontré la mayoría de las veces con definiciones del duelo y de sus etapas muy esquemáticas y definidas, en general me encontré con primeras etapas que tienen como característica ser de shock, de rechazo, de falta de aceptación; etapas intermedias que tienen como característica común el dolor intenso, la culpa, el autorrechazo, el aislamiento; y por último etapas finales que son aquellas donde aprende a sobrellevar el duelo y a vivir con la pérdida con el fin de seguir adelante y de volver a establecer una vida normal. Por mi experiencia personal y por la que obtuve durante el desarrollo del trabajo comprendí que estas etapas se viven paulatina, intensa y extensamente, que el paso de una etapa a otra no es claramente definido ni determinado por ninguna situación o por cierta duración en el tiempo y, probablemente, la persona al vivir las etapas del duelo no las identificará claramente ni tampoco el paso de una a otra.

    El duelo es una experiencia que se vive en la cotidianeidad, y en los detalles del día a día, es un constante enfrentamiento con el dolor y los recuerdos, que transcurre de manera lenta haciéndose parte de la vida de las personas.

    La superación y el avance en las etapas del duelo no ocurren de manera progresiva, siempre hacia delante, dejando atrás lo que ya fue superado sin mirar atrás sino que se avanza lentamente, los pasos que se dieron ayer quizás se tendrán que volver a dar mañana, porque es posible superar el dolor, pero no es posible dejarlo repentinamente atrás sin ninguna posibilidad de que vuelva a nosotros, sin embargo la intensidad con la que vuelve disminuye con el tiempo y el olvido.

    A pesar de todo el dolor que el duelo nos traiga, el superar esta experiencia tan intensa y traumática nos entrega enseñanzas sobre nosotros mismos, sobre nuestros sentimientos, emociones, debilidades y los mas importante, sobre nuestra fortaleza.

    Es importante saber mirar y aprender del pasado para encontrar aquellas enseñanzas que nos ayudarán a vivir el presente y el futuro, como dice el dicho “no hay mal que por bien no venga”. Creo que es importante, dentro del constante proceso del conocimiento personal, el aprender de todas nuestras experiencias, especialmente de aquellas que son muy intensas emocionalmente porque creo que es de las mejores maneras de conocer y reflexionar sobre nosotros mismos...

    Me dijeron que esta hoja era para mi y que aquí podía dejar brotar todas las ideas que guardo en mi cabeza acerca del tema que tratamos y creo que debo comenzar con una confesión, durante los primeros pasos que dimos en este trabajo mantuve en mi mente la idea que muchos guardamos, que ahora entiendo es un absurdo, pensar que hablar o pensar sobre el amor es “siútico”.

    Las primeras ideas que nacieron sobre este trabajo las encontré absolutamente estúpidas y algo “cebolleras”, por lo que nunca fui muy partícipe del primer andar del proyecto, aunque con el paso de los días me di cuenta que en realidad todos sufrimos igual al perder una persona que te ha acompañado durante un buen tiempo, y que inconscientemente, pues muchas veces es sin querer, vamos formando castillos en el aire, pequeños proyectos junto a esta persona que te levanta cuando caes y te da palmaditas en la espalda cuando crees que no podrás seguir luchando, por ello es que aunque no queramos o no queramos demostrarlo, nos sentimos mal y generalmente ocultamos el dolor que sentimos.

    A través de este trabajo aprendí que la idea de que es siútico llorar por la pérdida de tu pareja, (porque esto te da mucha pena y sientes una heridita en el corazón), es una tontera, pues cuando uno se siente mal debe dejar aflorar su dolor, pues el perder a un pololo, un novio o tal vez incluso a un amigo, porque se fue por cualquier motivo, hace que uno sienta el mismo dolor que cuado se muere alguien, es lo mismo que un duelo, el dolor es tan intenso como ello, pues al final uno sepulta una parte de su vida vivida junto a alguien especial. Cuando el dolor toca tu puerta por la perdida de alguien amado, el dolor debe ser aceptado, manifestándose.

    El dolor se debe vivir para enterrar la penita y lograr mirar hacia delante, pues la vida es muy bella si uno quiere verla así y vale la pena disfrutarla, si no entierras tu dolor te acompañará siempre como un fantasma que no te deja ver claramente el porvenir.

    También este trabajo me hizo corroborar una idea que me ha acompañado siempre, y es que cuando las cosas salen mal por tu vida, cuando pierdes a tu compañero, cuando la persona en quien habías almacenado tantos sueños se aleja las cosas se arreglaran pronto dependiendo del apoyo que sientas a tu lado, si a pesar de que esa persona no está tienes personas que te quieren, te acompañan y te comprenden y sobre todo te dejan llorar tu dolor sin reproches te levantas mucho más rápido y las cosas comienzan a verse mejor mucho más rápido si la separación de tu pareja te toca cuando estas absolutamente solo y no te atreves a dar a conocer tu dolor por miedo al ridículo o al que dirán...

    La palabra pérdida, involucra un dolor que no es fácil de llevar, perder un familiar u otro ser querido por algún infortunio del destino es duro, se valoran las cosas, por que ya no se tienen y al mismo tiempo se extrañan, su ente físico no te acompañara más, es algo irremediable, que tarde o "más tarde", se asumirá aunque nunca se olvide.

    Similar es el caso de perder un ser amado, pero se sabe que no es una mala jugada divina, es más que eso, porque uno tiene directa responsabilidad sobre el hecho, te cuestionas: ¿porqué pasó?, ¿qué hiciste mal?, y tratas de reconstruir todos los momentos vividos, donde no basta quedarse con los buenos pasajes de la relación, llegas más lejos aún y hechas un vistazo a los malos momentos, ¿porqué se produjeron?, o a veces ocurre que al no cumplirse las expectativas personales se deja a la pareja para pensar en uno, ya que al unirse a otra persona uno somete su individualidad, te arrepientes de saber que podrías haber planteado todo con un enfoque distinto, para que el final hubiese sido feliz.

    Tras el rompimiento se adopta una postura de transferir todas las responsabilidades sobre quien te deja, esto puede ser bueno como una reacción de catarsis, necesaria en los momentos de un quiebre emocional, pero es tan necesaria como vana, pues es liberadora, pero de muy corta duración y pobre efecto, no arregla los problemas, no conduce a un crecimiento personal ni al reconocimiento de los errores.

    Respecto de las etapas que se mencionan en el trabajo, cuando uno está en medio de la crisis que significa la pérdida de la pareja, no se sienten como tales, sino más bien, como la que inició el desajuste generalizado y una final donde la esperanza es un punto clave, porque la perdida se asume mas lentamente, y uno siente que si se tuvo la capacidad de dar vida a algo, pude volver a hacerlo es una etapa de intentos antes de dar todo por muerto.

    En fin, es un problema doloroso, de aprendizaje, pues no existen escuelas para establecer relaciones amorosas, la única es la vida y "como echando a perder se aprende"... todo sirve en la vida, y los tragos amargos son los que te

    muestran un camino para en una próxima ocasión, tratar de hacer las cosas mejor ya sea por medio de una reconciliación o un nuevo desafío en tu vida...

    En el transcurso de este trabajo hemos dado a conocer un tema que nos a dirigido a lo más profundo de nuestras emociones. En mi caso particular es un tema que ha estado muy presente en mi vida ya que en mi familia sufrimos la perdida de mi padre y por otra parte todos hemos perdido en alguna ocasión al ser amado.

    El duelo es una de las cosas más dolorosas por la que debe pasar un ser humano, la perdida significa comenzar de nuevo la vida, una vida que en muchas ocasiones se cree que no vale la pena vivir, es una reconstrucción de todo lo que nos rodea, una búsqueda que no termina ya que no se podrá encontrar a la persona físicamente sino que nos encontraremos con una infinidad de recuerdos, fotografías, lugares, olores, que nos hacen mitigar y a la vez recordar que esta separación es algo que esta presente en ese momento de nuestras vidas.

    En esta investigación diferenciamos las etapas del duelo por muerte o por separación de la pareja, las etapas son muy especificas ya que diferencian muy bien las fases por las que pasan las personas afectadas. Lo que me llamo la atención es que estas etapas están presentes en la mayoría de las personas, no se presentan de la misma forma, ni tienen una duración exacta pero lo que si conecta a la mayoría de las personas son las emociones y conductas por las que atraviesan durante el duelo.

    En este trabajo lo importante fue el darme cuenta que ante un hecho tan doloroso como esté, es necesario sufrirlo con toda la intensidad que uno sienta, llorar todo lo que se quiera, sacar todo lo bueno, lo malo que este dentro de mi y recordar lo que me entrego esa persona y lo más importante comenzar a reconstruir la vida.

    Me resulta imposible imaginar que ya nunca estaré sentado contigo ni oiré tu risa, que todos los días por el resto de mi vida estarás ausente. no habrá nadie para hablarle de mis placeres, nadie para salir a pasear. escribo en un libro vacío, lloro en un cuarto vacío. y ya nunca más tendré consuelo. (Carrington)...

    Bibliografía

    • Con una lágrima en la garganta Tesis Universidad Central

    “El duelo desde la perspectiva de la masculinidad”

    • “Diferencia de sexo en las formas de afrontamiento, en el impacto afectivo y en el grado de bienestar. Malestar psicológico frente a la ruptura en pareja en una muestra de jóvenes chilenos”.

    Evelyn Schwager y Francisco Rivera Tesis Universidad Central 1993

    • “La pareja humana relación y conflicto” Jurg Willi

    • “La vida Afectiva” Bowly

    • “Penas de amor” Xavier Fanche y Christiane Maxi

    Modalidad de presentación al curso

    Hemos decidido dar cuenta al curso a través de una exposición vivencial el tema tratado en este trabajo, pues más que un discurso para exponer nuestros particulares puntos de vista encontramos importante que cada uno se de cuenta que es lo que siente o conoce sobre el tema de una relación de pareja basada en el amor, más bien una relación que ha acabado.

    Con ello desarrollaremos una exposición con fotografías y testimonios escritos que reflejen los procesos o etapas que se viven al acabar una relación, así cada compañero inmerso en su subjetividad comprenderá recordando sus propias vivencias que la pérdida del amor es algo que nos ha pasado a todos y que debemos vivir a fondo para mitigar el dolor causado.




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    Enviado por:Carla Nunez
    Idioma: castellano
    País: España

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