Filosofía


Actualidad de la república


ACTUALIDAD DE LA REPÚBLICA

La educación y los valores.

La preocupación platónica por la educación, tema central de la alegoría de la caverna, acerca su pensamiento a nuestra sociedad. El papel que debe desempeñar el sistema educativo, su estructura y contenidos están en continuo debate. La increíble sucesión de leyes educativas (LODE, LOGSE, LOPEGCE, LOU, LOCE, LOE, LEA, Plan Bolonia…) en poco más de 25 años son una buena prueba de ello.

Concedemos tanta importancia a la educación porque asumimos otra idea platónica: la educación es el principal medio para mejorar al ser humano. Se reconoce que la desescolarización o absentismo escolar están en el origen de gran parte de los problemas sociales. Cuando nuestra sociedad defiende que la educación mejora a los seres humanos, está pensando, principalmente, en una educación en valores. En el fondo de esta creencia late el intelectualismo moral platónico: seguimos pensando que quien ha comprendido los valores los asumirá en su comportamiento.

El sistema penitenciario.

Nuestro sistema penitenciario es deudor del intelectualismo moral. La actual Ley del menor, que pretende la reinserción mediante la educación en centro especiales, o la afirmación de nuestra Constitución de que la finalidad del sistema penitenciario es la reinserción social del recluso, asumen la idea platónica de que las condenas deben ser medio para convertir a los seres humanos en individuos más justos.

La polémica sobre la fundamentación de los derechos humanos.

La propuesta platónica de un mundo inteligible de verdades absolutas puede parecernos un poco extraña. Sin embargo, cobra sentido si la analizamos desde la perspectiva de su motivación: fundamentar los valores éticos. ¿Por qué la actual Declaración Universal de Derechos Humanos deber ser universalmente aceptada? ¿Cuál es su fundamento? ¿Debe surgir del acuerdo entre todas las culturas en pie de igualdad o hay valores y derechos absolutamente indiscutibles? Y si es así, ¿por qué son indiscutibles?

Esas cuestiones que animaron a Platón siguen presentes entre los pensadores actuales. Un ejemplo: la mayoría piensa que el fundamento de la Declaración es el consenso. Sin embargo, algunas confesiones religiosas argumentan que los derechos deben fundamentarse de manera absoluta en Dios. En tercer lugar, algunos Estados y culturas piensan que la actual Declaración es etnocentrista y que, más que «universal», sería occidental.

Los medios de comunicación.

Platón distingue entre quienes educan a los seres humanos con ilusiones, y quienes lo hacen para que tomen conciencia de que viven en un mundo ilusorio. La confrontación entre estos dos modos de entender la educación se reformula en la crítica que hoy se lanza a los medios de comunicación, especialmente a la televisión.

Se critica a los medios por presentar un mundo deformado que entretiene a los ciudadanos. Un dato: el diario de más tirada en España es una publicación deportiva, y los programas con mayor audiencia son los partidos de fútbol. Como los prisioneros, los humanos nos dedicamos a «discutir entre sombras», es decir, sólo unos segundos de un informativo dedicados a las desigualdades y desequilibrios de nuestro mundo. El análisis reflexivo o la propuesta de alternativas no tienen cabida en los medios. Cada vez que se critica la «caverna mediática», se visita la filosofía platónica.

Política y ética.

En íntima relación con la educación aparece la reflexión platónica sobre el deber ser de la política. Platón está preocupado por cómo debe ser el gobernante. El dirigente político debe mejorar a sus ciudadanos. Platón critica a quienes utilizan la política como medio de enriquecimiento personal o ascenso social. Los casos de corrupción entre los gobernantes de las distintas administraciones, la separación entre política y compromiso ético, la crisis de los partidos políticos de corte tradicional, el ascenso de posturas de extrema derecha o integristas… ponen de manifiesto que la política se ha separado cada vez más de su deber ser: buscar el bien de los ciudadanos.

La sociedad entera acepta la posición platónica de que la actividad política no se debe separar del compromiso ético. Los gobernantes deben ser quienes mejor hayan asumido los valores éticos.

Las nuevas cavernas: los centros comerciales.

La caverna, novela del premio Nobel José Saramago, también actualiza el tópico platónico: la caverna es un espectacular centro comercial en el que las sombras han sido sustituidas por objetos de consumo. Los seres humanos dedican toda su vida a trabajar para conseguirlos, y quienes no lo consiguen son infelices, porque todos han aprendido que la felicidad consiste en comprar. La realidad es la realidad comercial: las sombras se han impuesto como la verdadera realidad, y lo que no se ofrece en el centro comercial no tiene interés, porque si lo tuviera, se ofrecería.




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Enviado por:L Giménez
Idioma: castellano
País: España

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